Palabra de vida | Sólo al experimentar pruebas dolorosas puedes conocer el encanto de Dios

¿Cuánto amas a Dios el día de hoy? ¿Y cuánto sabes de todo lo que Él ha hecho en ti? Esto es lo que debes aprender. Cuando Dios llegue a la tierra, todo lo que Él ha hecho en el hombre y le ha permitido al hombre ver es para que el hombre lo ame y lo conozca realmente. Que el hombre pueda sufrir por Dios y que haya podido llegar hasta aquí se debe, en un sentido, al amor de Dios y, en el otro, a la salvación de Dios;

Palabra de vida | Sólo al experimentar pruebas dolorosas puedes conocer el encanto de Dios

¿Cuánto amas a Dios el día de hoy? ¿Y cuánto sabes de todo lo que Él ha hecho en ti? Esto es lo que debes aprender. Cuando Dios llegue a la tierra, todo lo que Él ha hecho en el hombre y le ha permitido al hombre ver es para que el hombre lo ame y lo conozca realmente. Que el hombre pueda sufrir por Dios y que haya podido llegar hasta aquí se debe, en un sentido, al amor de Dios y, en el otro, a la salvación de Dios; además, se debe a la obra del juicio y del castigo que Dios ha llevado a cabo en el hombre. Si no tenéis el juicio, el castigo y las pruebas de Dios, y si Dios no os ha hecho sufrir, entonces, a decir verdad, vosotros no amáis sinceramente a Dios. Cuanto mayor sea la obra que Dios hace en el hombre, y cuanto mayor sea el sufrimiento del hombre, más puede mostrar cuán significativa es la obra de Dios y más puede el corazón del hombre amar a Dios sinceramente. ¿Cómo aprendéis cómo amar a Dios? Sin la tribulación ni el refinamiento, sin las pruebas dolorosas, y si, aparte de esto, todo lo que Dios le diera al hombre fuera la gracia, el amor y la misericordia, ¿serías capaz de alcanzar el verdadero amor a Dios? Por un lado, durante las pruebas que Dios permite, el hombre llega a conocer sus deficiencias y ve que es insignificante, despreciable y vil, que no tiene nada y que no es nada; por el otro, durante Sus pruebas Dios crea para el hombre entornos diferentes que hacen que el hombre pueda experimentar más la hermosura de Dios. Aunque el dolor es grande y a veces insuperable, e incluso alcanza el nivel de un dolor abrumador, después de haberlo experimentado, el hombre ve qué preciosa es la obra de Dios en él y sólo sobre este fundamento nace en el hombre el amor Verdadero por Dios. Hoy el hombre ve que únicamente con la gracia, el amor y la misericordia de Dios no es capaz de conocerse a sí mismo verdaderamente y mucho menos puede conocer la esencia del hombre. Sólo por medio del refinamiento y del juicio de Dios, sólo durante ese refinamiento puede el hombre conocer sus deficiencias y saber que no tiene nada y, de esta manera, el amor del hombre por Dios se construye sobre el fundamento del refinamiento y el juicio de Dios. Si sólo gozas la gracia de Dios, con una vida familiar tranquila o con bendiciones materiales, entonces no has ganado a Dios y tu creencia en Dios ha fracasado. Dios ya ha llevado a cabo una etapa de la obra de la gracia en la carne y le ha otorgado al hombre bendiciones materiales, pero el hombre no puede ser perfeccionado sólo con la gracia, el amor y la misericordia. En las experiencias del hombre, este encuentra algo del amor de Dios y ve el amor y la misericordia de Dios, pero después de experimentar por un periodo de tiempo, ve que la gracia de Dios y Su amor y misericordia no pueden hacer perfecto al hombre y no pueden revelar lo que está corrupto dentro del hombre ni tampoco pueden librar al hombre de su carácter corrupto o hacer perfecto su amor y su fe. La obra de la gracia de Dios fue la obra de un periodo y el hombre no puede depender del disfrute de la gracia de Dios para conocer a Dios.

¿A través de qué se alcanza la perfección que Dios tiene para el hombre? A través de Su justo carácter. El carácter de Dios consiste principalmente de la justicia, la ira, la majestad, el juicio y la maldición y Su perfección para el hombre es principalmente por medio del juicio. Algunas personas no entienden y preguntan por qué es que Dios sólo puede perfeccionar al hombre por medio del juicio y la maldición. Dicen que si Dios maldijera al hombre, ¿no moriría el hombre? Si Dios juzgara al hombre, ¿el hombre no sería condenado? Entonces, ¿cómo puede todavía ser perfeccionado? Esas son las palabras de la gente que no conoce la obra de Dios. Lo que Dios maldice es la desobediencia del hombre y lo que Él juzga son los pecados del hombre. Aunque Él habla severamente y sin la menor sensibilidad, Él revela todo lo que hay dentro del hombre y a través de estas palabras severas revela lo que es esencial dentro del hombre pero a través de ese juicio le da al hombre un conocimiento profundo de la esencia de la carne y, por lo tanto, el hombre se somete a la obediencia frente a Dios. La carne del hombre es de pecado y de Satanás, es desobediente y el objeto del castigo de Dios, en consecuencia, para permitirle al hombre que se conozca, las palabras del juicio de Dios le deben suceder y todo tipo de refinamiento se debe emplear; sólo entonces puede ser efectiva la obra de Dios.

De las palabras que Dios ha hablado se puede ver que Él ya ha condenado la carne del hombre. ¿Son estas palabras, entonces, las palabras de maldición? Las palabras que Dios habló revelan lo que el hombre es en realidad y por medio de esa revelación tú eres juzgado, y cuando ves que no puedes satisfacer la voluntad de Dios, dentro de ti sientes aflicción y remordimiento, sientes que estás tan en deuda con Dios y que eres insuficiente para la voluntad de Dios. Hay veces en las que el Espíritu Santo te disciplina desde el interior, y esta disciplina procede del juicio de Dios; hay veces en las que Dios te reprende y esconde Su rostro de ti, cuando no te presta atención y no obra dentro de ti, castigándote silenciosamente con el propósito de refinarte. La obra que Dios hace en el hombre es principalmente para poner en claro Su justo carácter. ¿Qué testimonio de Dios da el hombre en última instancia? Él testifica que Dios es el Dios justo, que Su carácter es la justicia, la ira, el castigo y el juicio; el hombre da testimonio del justo carácter de Dios. Dios usa Su juicio para hacer perfecto al hombre, ha estado amando al hombre y salvando al hombre, pero, ¿cuánto está comprendido en Su amor? Hay juicio, majestad, ira y maldición. Aunque Dios maldijo al hombre en el pasado, no echó por completo al hombre en el abismo, sino que usó ese medio para refinar la fe del hombre; no hizo morir al hombre, sino que actuó con la intención de hacer perfecto al hombre. La esencia de la carne es aquello que es de Satanás, Dios lo dijo exactamente bien, pero los hechos que Dios lleva a cabo no se completan de acuerdo a Sus palabras. Te maldice para que lo ames y para que conozcas la esencia de la carne; te castiga con el propósito de que despiertes, para permitirte que conozcas las deficiencias que hay dentro de ti y para que conozcas la total indignidad del hombre. Por consiguiente, las maldiciones de Dios, Su juicio y Su majestad e ira, todo es con el fin de hacer perfecto al hombre. Todo lo que Dios hace en la actualidad, y el justo carácter que deja claro dentro de vosotros, todo es con el fin de hacer perfecto al hombre y ese es el amor de Dios.

En las concepciones tradicionales del hombre, el amor de Dios es Su gracia, misericordia y compasión por la debilidad del hombre. Aunque estas cosas también son el amor de Dios, son demasiado unilaterales y no son el medio principal por el cual Dios perfecciona al hombre. Cuando algunas personas han comenzado a creer en Dios, es por la enfermedad. Esta enfermedad es la gracia de Dios para ti; sin ella, no creerías en Dios, y si no creyeras en Dios entonces no habrías llegado hasta aquí, y por eso incluso esta gracia es el amor de Dios. En el tiempo de la creencia en Jesús, la gente hizo muchas cosas que Dios no amaba porque no entendía la verdad, sin embargo Dios tiene amor y misericordia, y ha traído al hombre hasta aquí y aunque el hombre no entiende nada, todavía Dios le permite seguirlo y, además, ha guiado al hombre hasta el día de hoy. ¿No es este el amor de Dios? Eso que se manifiesta en el carácter de Dios es el amor de Dios, ¡esto es absolutamente correcto! Cuando la construcción de la iglesia alcanzó la culminación, Dios llevó a cabo el paso de la obra de los “hacedores de servicio” y echó al hombre al abismo. Todas las palabras del tiempo de los hacedores de servicio fueron maldiciones: las maldiciones de tu carne, las maldiciones de tu corrupto carácter satánico y las maldiciones de las cosas en ti que no cumplen la voluntad de Dios. La obra que Dios hizo en ese paso se manifestó como majestad; muy cerca después Dios llevó a cabo el paso de la obra de castigo y ahí vino la prueba de la muerte. En esa obra el hombre vio la ira, la majestad, el juicio y el castigo de Dios, pero también vio la gracia de Dios y Su amor y misericordia; todo lo que Dios hizo, y todo lo que se manifestó como Su carácter, fue el amor por el hombre, y todo lo que Dios hizo pudo satisfacer las necesidades del hombre. Lo hizo con el fin de perfeccionar al hombre y proveyó de acuerdo con la estatura del hombre. Si Dios no hubiera hecho esto, el hombre no sería capaz de presentarse ante Dios y no tendría manera de conocer el verdadero rostro de Dios. Desde que el hombre comenzó a creer en Dios hasta el día de hoy, Dios le ha provisto gradualmente de acuerdo con su estatura, para que, en el interior, el hombre poco a poco llegue a conocerlo. Sólo después de haber llegado hasta hoy, el hombre se da cuenta qué maravilloso es el juicio de Dios. El paso de la obra de los hacedores de servicio fue la primera incidencia de la obra de maldición desde el tiempo de la creación hasta el día de hoy. El hombre fue maldecido al abismo. Si Dios no hubiera hecho eso, hoy el hombre no tendría un verdadero conocimiento de Dios; es sólo por medio de la maldición de Dios que el hombre oficialmente se percata del carácter de Dios. Esas experiencias le mostraron al hombre que su lealtad era inaceptable, que su estatura era demasiado pequeña, que era incapaz de satisfacer la voluntad de Dios y que sus reclamos de que satisfacía a Dios todo el tiempo no fueron nada más que palabras. Aunque en el paso de la obra de los hacedores de servicio Dios maldijo al hombre, visto desde hoy ese paso de la obra fue maravilloso: le trajo al hombre un gran punto de inflexión y provocó un gran cambio en su carácter de vida. Antes del tiempo de los hacedores de servicio, el hombre no entendía nada de la búsqueda de la vida, de lo que significa creer en Dios o de la sabiduría de la obra de Dios ni tampoco entendía que la obra de Dios puede probar al hombre. Desde el tiempo de los hacedores de servicio hasta el día de hoy, el hombre ve qué maravillosa es la obra de Dios; es insondable para el hombre, y usando su cerebro no puede imaginar cómo obra Dios y también ve qué pequeña es su estatura y la mucha desobediencia que hay en él. Cuando Dios maldijo al hombre, fue con el fin de lograr un efecto y no hizo morir al hombre. Aunque maldijo al hombre, lo hizo a través de palabras, y Sus maldiciones en realidad no le sucedieron al hombre, porque lo que Dios maldijo fue la desobediencia del hombre y por eso las palabras de Sus maldiciones también hicieron perfecto al hombre. Ya sea que Dios juzgue al hombre o lo maldiga, ambas cosas perfeccionan al hombre: ambas son con el propósito de hacer perfecto eso que hay impuro dentro del hombre. A través de este medio el hombre fue refinado, y Sus palabras y Su obra perfeccionaron aquello de lo que carecía el hombre en su interior. Cada paso de la obra de Dios, ya sean las palabras ásperas o el juicio o el castigo, perfecciona al hombre y es absolutamente apropiado. Nunca a través de las eras ha hecho Dios una obra como esta; en la actualidad, Él obra dentro de vosotros para que entendáis Su sabiduría. Aunque hayáis sufrido algo de dolor en vuestro interior, vuestros corazones se sienten firmes y en paz; es vuestra bendición poder disfrutar esta etapa de la obra de Dios. Independientemente de lo que podáis ganar en el futuro, todo lo que veis de la obra de Dios en vosotros hoy es amor. Si el hombre no experimenta el juicio y el refinamiento de Dios, sus acciones y su fervor siempre estarán en el exterior y su carácter siempre permanecerá inalterable. ¿Esto cuenta como que Dios te ganó? Hoy, aunque todavía hay mucha arrogancia y soberbia dentro del hombre, su carácter es mucho más estable que antes. El tratamiento que Dios lleva a cabo contigo es con el fin de salvarte, y aunque puedas sentir algún dolor en el momento, vendrá el día cuando ocurra un cambio en tu carácter. En ese momento, mirarás al pasado y verás qué sabia es la obra de Dios, y eso será cuando puedas entender realmente la voluntad de Dios. En la actualidad, hay algunas personas que dicen que entienden la voluntad de Dios, pero eso no es muy realista, hablan sinsentidos, porque al presente todavía no han entendido si la voluntad de Dios es salvar al hombre o maldecir al hombre. Tal vez no lo puedas ver con claridad ahora, pero vendrá el tiempo en que verás que el día de la glorificación de Dios ha llegado, verás qué significativo es amar a Dios, que hace que llegues a conocer la vida humana y que tu carne viva en el mundo de amar a Dios; tu espíritu será liberado, tu vida estará llena de gozo, siempre estarás cerca de Dios y siempre pondrás tu mirada en Dios. Entonces, realmente sabrás qué valiosa es la obra de Dios el día de hoy.

En la actualidad la mayoría de las personas no tienen ese conocimiento. Creen que sufrir no tiene valor, el mundo reniega de ellas, su vida familiar es problemática, Dios no las ama y sus perspectivas son sombrías. El sufrimiento de ciertas personas alcanza un cierto punto y sus pensamientos se vuelven a la muerte. Este no es el verdadero amor de Dios; ¡esas personas son cobardes, no perseveran, son débiles e impotentes! Dios está ansioso de que el hombre lo ame pero cuanto más ame el hombre a Dios, mayor es su sufrimiento, y cuanto más el hombre lo ame, mayores sus pruebas. Si tú lo amas, entonces todo tipo de sufrimiento te acontecerá, y si no, entonces tal vez todo marchará sin problemas para ti y a tu alrededor todo estará tranquilo. Cuando amas a Dios, vas a sentir que mucho de lo que hay a tu alrededor es insuperable, y como tu estatura es muy pequeña, vas a ser refinado e incapaz de satisfacer a Dios; vas a sentir que la voluntad de Dios es muy elevada, que está más allá del alcance del hombre. Por todo esto vas a ser refinado, porque hay mucha debilidad dentro de ti y mucho que no puede satisfacer la voluntad de Dios, vas a ser refinado en el interior. Sin embargo vosotros debéis ver con claridad que la purificación sólo se logra a través del refinamiento. Por lo tanto, durante estos últimos días debéis dar testimonio de Dios. No importa qué tan grande sea vuestro sufrimiento, debéis seguir hasta el final, e incluso hasta vuestro último suspiro, debéis seguir siendo fieles a Dios y debéis seguir estando a merced de Dios; sólo esto es amar verdaderamente a Dios, y sólo esto es el testimonio fuerte y rotundo. Cuando seas tentado debes decir: “Mi corazón le pertenece a Dios y Dios ya me ganó. No te puedo complacer, debo consagrar mi todo para complacer a Dios”. Cuanto más complazcas a Dios, más Dios te bendice y mayor es la fuerza de tu amor por Dios; así que, también, vas a tener fe y determinación y vas a sentir que nada es más valioso o significativo que una vida que se dedica en amar a Dios. Se puede decir que el hombre sólo tiene que amar a Dios para no tener dolor. Aunque hay veces que tu carne es débil y muchos problemas prácticos te mortifican, durante estos momentos realmente dependes de Dios y dentro de tu espíritu vas a ser consolado y vas a sentir seguridad y que tienes algo en lo que depender. De esta manera vas a poder vencer muchos entornos y, por lo tanto, no te quejarás de Dios por la angustia que sufres; querrás cantar, bailar y orar, congregarte y tener comunión, reflexionar sobre Dios, y vas a sentir que todas las personas, asuntos y cosas a tu alrededor, que Dios organiza, son adecuadas. Si no amas a Dios, todo lo que consideres te será fastidioso, nada será agradable a tus ojos; en tu espíritu no vas a ser libre sino oprimido, tu corazón siempre se quejará de Dios, y siempre vas a sentir que sufres demasiado tormento y que eso es muy injusto. Si no buscas por el bien de la felicidad sino con el fin de complacer a Dios y de que Satanás no te acuse, entonces esa búsqueda te dará una gran fuerza para amar a Dios. El hombre es capaz de llevar a cabo todo lo que Dios dice, y todo lo que hace puede complacer a Dios, esto es lo que quiere decir que la realidad lo posee. Buscar la complacencia de Dios es usar el amor a Dios para poner en práctica Sus palabras; independientemente del tiempo, incluso cuando los demás no tengan fuerza, dentro de ti todavía hay un corazón que ama a Dios, que anhela profundamente a Dios y que extraña a Dios. Esta es la estatura real. Qué tan grande sea tu estatura depende de qué tan grande sea tu amor por Dios, de si eres capaz de permanecer firme cuando te ponen a prueba, de si eres débil cuando te encuentras en determinado entorno y de si puedes mantenerte firme cuando tus hermanos y hermanas te rechazan; cuando lleguen los hechos se mostrará cómo es tu amor por Dios. De la mucha obra de Dios se puede ver que Dios realmente sí ama al hombre, es sólo que los ojos del espíritu del hombre todavía tienen que ser completamente abiertos, y que él no es capaz de llegar a comprender mucho de la obra de Dios y de la voluntad de Dios y las muchas cosas que son preciosas acerca de Dios; el hombre tiene demasiado poco amor sincero por Dios. Tú has creído en Dios a lo largo de todo este tiempo y hoy Dios ha cerrado totalmente todos los medios de escape. Hablando realistamente, no tienes opción sino tomar el camino correcto, el camino correcto en el que el juicio severo y la salvación suprema de Dios te han guiado. Sólo después de experimentar las dificultades y el refinamiento, el hombre sabe que Dios es hermoso. Después de haber experimentado hasta el día de hoy, se puede decir que el hombre ha llegado a conocer parte de la hermosura de Dios, pero esto todavía no es suficiente porque al hombre le hace falta demasiado. Debe experimentar más de la maravillosa obra de Dios y más de todo el refinamiento del sufrimiento que Dios ha dispuesto. Sólo entonces puede cambiar el carácter de vida del hombre.

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

Palabras diarias de Dios | Cómo conocer el carácter de Dios y el resultado de Su obra (Fragmento 7)

Alguien acaba de formular una pregunta: ¿Cómo es que nosotros sabemos más de Dios que Job, pero seguimos sin poder temerle? Tocamos este asunto un poco antes, ¿verdad? En realidad, la esencia de esta pregunta también se ha expuesto con anterioridad, que aunque Job no conocía a Dios entonces, lo trató como tal, y lo consideró el Señor de todas las cosas en el cielo y en la tierra.

El punto de partida para temer a Dios es tratarle como tal

Palabra de vida:

Alguien acaba de formular una pregunta: ¿Cómo es que nosotros sabemos más de Dios que Job, pero seguimos sin poder temerle? Tocamos este asunto un poco antes, ¿verdad? En realidad, la esencia de esta pregunta también se ha expuesto con anterioridad, que aunque Job no conocía a Dios entonces, lo trató como tal, y lo consideró el Señor de todas las cosas en el cielo y en la tierra. Job no consideraba a Dios un enemigo, sino que lo adoraba como Creador de todas las cosas. ¿Por qué resisten tanto a Dios las personas hoy día? ¿Por qué no pueden temerle? Una de las razones es que Satanás las ha corrompido profundamente. Con su naturaleza satánica profundamente arraigada, las personas se vuelven enemigas de Dios. Así pues, aunque crean en Él y lo reconozcan, siguen teniendo la capacidad de resistirse y de oponerse a Él. La naturaleza humana determina esta circunstancia. La otra razón es que, aunque las personas crean en Dios, sencillamente no lo tratan como tal, sino que consideran que Él se opone al hombre, lo ven como enemigo y son irreconciliables con Él. Así de simple. ¿No fue este el asunto abordado durante la sesión anterior? Pensad en ello: ¿Es esta la razón? Aunque tienes un poco de conocimiento de Dios, ¿qué es exactamente? ¿Acaso no es esto de lo que está hablando todo el mundo? ¿No es lo que Dios te dijo? Tú sólo conoces los aspectos teóricos y doctrinales; ¿has experimentado alguna vez el aspecto real de Dios? ¿Tienes un conocimiento subjetivo? ¿Tienes conocimiento y experiencia prácticos? Si Dios no te lo hubiera dicho, ¿lo habrías sabido? Que conozcas la teoría no representa el verdadero conocimiento. En pocas palabras, no importa lo mucho que sepas ni cómo llegaras a saberlo, antes de alcanzar un entendimiento real de Dios, Él es tu enemigo, y antes de tratarlo de verdad como tal, Él se opone a ti, porque eres una encarnación de Satanás.

Cuando estás con Cristo, quizás puedas servirle tres comidas al día, o un té, atender a Sus necesidades vitales, tratándolo aparentemente como Dios. Cuando ocurre algo, los puntos de vista de las personas siempre son contrarios a los de Dios. Los seres humanos son siempre incapaces de entender el punto de vista de Dios, de aceptarlo. Aunque pueden llevarse bien con Él en lo superficial, esto no significa que sean compatibles con Él. Tan pronto como ocurre algo, emerge la verdad de la desobediencia humana, y se confirma la hostilidad existente entre el hombre y Dios. No se trata de que Dios se oponga al hombre, quiera ser hostil a él, lo ponga en su contra y lo trate como tal. En su lugar, es un ejemplo de esta esencia opositora contra Dios que acecha en la voluntad subjetiva del hombre, y en su mente subconsciente. Como el hombre considera que todo lo que viene de Dios es objeto de su investigación, su respuesta a lo que procede de Él y le implica consiste, sobre todo, en suponer, dudar, y adoptar enseguida una actitud que entra en conflicto con Dios, y se opone a Él. Después de esto, el hombre tomará estos sentimientos pasivos y disputará o competirá con Dios, incluso hasta el punto en que dudará si le merece la pena seguir a esta clase de Dios. A pesar de que la racionalidad del hombre le diga que no debería proceder así, seguirá escogiendo hacerlo a pesar de sí mismo, tanto que procederá sin dudarlo hasta el final mismo. Por ejemplo, ¿cuál es la primera reacción de algunas personas cuando oyen algún rumor o difamación sobre Dios? Su primer impulso es: no sé si este rumor es cierto o no, si existe o no, esperaré y veré. Después empiezan a reflexionar: No hay forma de verificarlo; ¿existe? ¿Es este rumor cierto o no? Aunque esta persona no lo está demostrando en apariencia, su corazón ya ha empezado a dudar, a negar a Dios. ¿Cuál es la esencia de esta clase de actitud, de este tipo de punto de vista? ¿Acaso no es la traición? Antes de afrontar el asunto no puedes ver cuál es la opinión de esta persona; no parece estar en conflicto con Dios ni considerarlo un enemigo. Sin embargo, tan pronto como se ve frente al mismo, se pone de inmediato de parte de Satanás y se opone a Dios. ¿Qué indica esto? ¡Señala que el hombre y Dios están en oposición! No es que Él considere al ser humano Su enemigo, sino que la propia esencia de este es hostil hacia Dios. Independientemente de cuánto tiempo siga a Dios, del precio que pague, de cómo le alabe, de cómo evite resistirse a Él, instándose incluso a amarle, estos no se las arreglan nunca para tratar a Dios como tal. ¿No viene esto determinado por la esencia del hombre? Si le tratas como Dios y crees sinceramente que lo es, ¿puedes seguir teniendo dudas sobre Él? ¿Pueden seguir existiendo interrogantes relativos a Él en tu corazón? No. ¡Las tendencias de este mundo y esta raza humana son tan malvadas! ¿Cómo puede ser que no tengas concepto alguno sobre ellas? ¡Tú mismo eres tan malvado! ¿Cómo es que no tienes ni noción al respecto? Sin embargo, unos cuantos rumores, un poco de difamación, pueden producir unos conceptos enormes sobre de Dios, tantas ideas, ¡lo que demuestra cuán inmaduro es tu estatura! El simple “zumbido” de unos pocos mosquitos, unas cuantas moscas repulsivas, ¿con eso basta para engañarte? ¿Qué clase de persona es esta? ¿Sabes lo que Dios piensa sobre este tipo de persona? La actitud de Dios es realmente muy clara en Su forma de tratar a estas personas: sencillamente les da la espalda; Su actitud consiste en no prestarles atención, no tomarse en serio a estas personas ignorantes. ¿Por qué? Porque en Su corazón Él nunca planeó ganar a estos que han prometido ser hostiles hacia Él hasta el final mismo, y que nunca han planeado buscar el camino de la compatibilidad con Él. Estas palabras que he pronunciado tal vez hieran a algunos. Bien; ¿estáis dispuestos a permitirme heriros siempre así? Independientemente de que lo estéis o no, ¡todo lo que digo es la verdad! Si siempre os hiero así, y expongo vuestras cicatrices, ¿afectará eso a la imagen elevada de Dios que tenéis en vuestros corazones? (No lo hará.) Estoy de acuerdo en que no lo hará. Porque simplemente no hay Dios en vuestros corazones. El Dios alto que habita en vuestros corazones, el que defendéis y protegéis fuertemente, no es Dios. Es más bien un producto de la imaginación del hombre; no existe. Por tanto, más vale que manifieste la respuesta a este acertijo. ¿No es esta toda la verdad? El Dios real no es el de las imaginaciones del hombre. Espero que todos podáis afrontar esta realidad ya que os ayudará en vuestro conocimiento de Dios.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

 

Palabra de vida | Los siete truenos retumban: profetizan que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo

Estoy divulgando Mi obra entre las naciones gentiles. Mi gloria destella por todo el universo; Mi voluntad está encarnada en las personas salpicadas de estrellas, todas ellas dirigidas por Mi mano y que emprenden las tareas que he asignado. A partir de este momento, he entrado a una nueva era, llevando a todos los hombres a otro mundo.

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Palabra de vida | Los siete truenos retumban: profetizan que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo

Estoy divulgando Mi obra entre las naciones gentiles. Mi gloria destella por todo el universo; Mi voluntad está encarnada en las personas salpicadas de estrellas, todas ellas dirigidas por Mi mano y que emprenden las tareas que he asignado. A partir de este momento, he entrado a una nueva era, llevando a todos los hombres a otro mundo. Cuando regresé a Mi “tierra natal”, comencé otra parte de la obra en Mi plan original, para que el hombre me conociera con mayor profundidad. Considero el universo en su totalidad y veo que[a] es un momento oportuno para Mi obra, por lo que me apresuro de un lado al otro y hago Mi nueva obra sobre el hombre. Después de todo, esta es una nueva era y he traído nuevas obras para llevar a más personas a la nueva era y hacer a un lado a un mayor número de aquellas a las que eliminaré. En la nación del gran dragón rojo, he llevado a cabo una etapa de una obra insondable para los seres humanos, haciendo que se mezan en el viento, después de lo cual muchos se alejan silenciosamente con el soplo del viento. En verdad, esta es la “terreno” que estoy a punto de limpiar; es lo que anhelo y también es Mi plan. Porque muchos malvados han entrado con sigilo mientras estoy obrando, pero no tengo ninguna prisa por ahuyentarlos. Más bien, los dispersaré cuando sea el momento adecuado. Sólo después de eso seré la fuente de vida, permitiendo que los que verdaderamente me aman reciban de Mí el fruto de la higuera y la fragancia del lirio. En la tierra del polvo, donde Satanás reside temporalmente, no queda oro puro, sólo arena, y así, frente a estas circunstancias, llevo a cabo tal etapa de la obra. Debes saber que lo que Yo obtengo es oro puro y refinado, no arena. ¿Cómo pueden los malvados permanecer en Mi casa? ¿Cómo puedo permitir que los zorros sean parásitos en Mi paraíso? Empleo todos los métodos concebibles para ahuyentar estas cosas. Antes de que Mi voluntad sea revelada, nadie sabe lo que voy a hacer. Aprovechando esta oportunidad, ahuyento a esos malvados y ellos se ven obligados a abandonar Mi presencia. Esto es lo que hago con los malvados, pero aún habrá un día en el que ellos harán el servicio por Mí. El deseo de obtener bendiciones que tienen los hombres es excesivamente fuerte; por lo tanto, volteo Mi cuerpo y muestro Mi semblante glorioso a las naciones gentiles, para que todos los hombres vivan en un mundo propio y se juzguen a sí mismos, mientras Yo sigo diciendo las palabras que debo decir y les proporciono a los hombres lo que necesitan. Cuando los hombres entren en razón, hará mucho tiempo que habré difundido Mi obra. Luego expresaré Mi voluntad a los hombres y comenzaré la segunda parte de Mi obra sobre los hombres, dejando que todos me sigan de cerca para colaborar con Mi obra y permitiendo que los hombres hagan todo lo posible para realizar conmigo la obra que debo hacer.

Ninguno tiene fe en que verán Mi gloria; no los obligo, y más bien retiro Mi gloria de la humanidad y la llevo a otro mundo. Cuando los hombres se arrepientan una vez más, entonces tomaré Mi gloria y se la mostraré a más personas de fe. Este es el principio por el cual obro. Porque hay un tiempo en el que Mi gloria abandona Canaán y también hay un tiempo en el que Mi gloria abandona a los elegidos. Asimismo, hay un tiempo en el que Mi gloria abandona toda la tierra, haciendo que se desvanezca y se sumerja en la oscuridad. Ni aun la tierra de Canaán verá la luz del sol; todos los hombres perderán su fe, pero ninguno podrá soportar abandonar la fragancia de la tierra de Canaán. Sólo cuando entro en el nuevo cielo y la nueva tierra tomo la otra parte de Mi gloria y la revelo primero en la tierra de Canaán, haciendo que resplandezca un destello de luz en toda la tierra, que se encuentra sumida en la alquitranada oscuridad de la noche, para permitir que toda la tierra venga a la luz. Que los hombres de toda la tierra vengan a fortalecerse con el poder de la luz, permitiendo que Mi gloria aumente y aparezca de nuevo en cada nación. Que toda la humanidad se dé cuenta de que hace mucho tiempo Yo vine al mundo humano y que hace mucho tiempo llevé Mi gloria desde Israel al oriente; porque Mi gloria brilla desde el oriente, siendo traída de allí desde la Era de la Gracia hasta nuestros días. Pero fue desde Israel que Yo partí y desde allí que llegué al oriente. Sólo cuando la luz del oriente se vuelva gradualmente blanca, la oscuridad a través de la tierra comenzará a convertirse en luz, y sólo entonces el hombre descubrirá que hace mucho tiempo salí de Israel y que estoy volviendo a levantarme en el oriente. Habiendo descendido una vez a Israel y partido luego de allí, no puedo volver a nacer en Israel, porque Mi obra guía todo el universo y, lo que es más, el relámpago brilla directamente del oriente al occidente. Por esta razón, he descendido en el oriente y llevado a Canaán a la gente del oriente. Deseo llevar a los pueblos de toda la tierra a la nación de Canaán, y por eso sigo emitiendo declaraciones en la tierra de Canaán para controlar todo el universo. En este momento, no hay luz en toda la tierra a excepción de Canaán y todos los hombres están en peligro por el hambre y el frío. Le di Mi gloria a Israel y luego la retiré, y después llevé a los israelitas al oriente, así como a toda la humanidad. Los he traído a todos a la luz para que puedan reunirse y asociarse con ella, y que ya no tengan que buscarla. Dejaré que todos los que están buscando vuelvan a ver la luz y vean la gloria que tuve en Israel; les haré ver que hace mucho tiempo descendí sobre una nube blanca en medio de la humanidad, que vean las innumerables nubes blancas y frutos en sus racimos abundantes y, más aún, que vean a Jehová, el Dios de Israel. Dejaré que vean al Maestro de los judíos, al Mesías anhelado y a la aparición completa de Mí, quien ha sido perseguido por los reyes a lo largo de las eras. Obraré en todo el universo y realizaré una obra maravillosa, revelando toda Mi gloria y todas Mis acciones al hombre en los últimos días. Mostraré Mi semblante glorioso en toda su plenitud a quienes han esperado muchos años por Mí, a quienes han anhelado que Yo llegue sobre una nube blanca, a Israel, que ha anhelado que Yo aparezca de nuevo, y a toda la humanidad que me persigue, para que todos sepan que hace mucho tiempo retiré Mi gloria y la llevé al oriente, así que ya no está en Judea. ¡Porque ya han llegado los últimos días!

Estoy llevando a cabo Mi obra por todo el universo y en el oriente se producen choques interminables como de truenos que sacuden a todas las naciones y denominaciones. Es Mi voz la que ha guiado a todos los hombres al presente. Haré que todos los hombres sean conquistados por Mi voz, que caigan en esta corriente y se sometan ante Mí, porque desde hace mucho tiempo he recuperado Mi gloria de toda la tierra y la he emitido nuevamente en el oriente. ¿Quién no anhela ver Mi gloria? ¿Quién no espera ansiosamente Mi regreso? ¿Quién no tiene sed de Mi reaparición? ¿Quién no suspira por Mi hermosura? ¿Quién no vendría a la luz? ¿Quién no contemplaría la riqueza de Canaán? ¿Quién no anhela el regreso del Redentor? ¿Quién no adora al Gran Todopoderoso? Mi voz se extenderá por toda la tierra; quiero, frente a Mi pueblo elegido, decirles más palabras. Como los poderosos truenos que sacuden las montañas y los ríos, digo Mis palabras a todo el universo y a la humanidad. Por tanto, las palabras en Mi boca se han convertido en el tesoro del hombre y todos los hombres aprecian Mis palabras. El relámpago destella desde el oriente hasta el occidente. Mis palabras son tales que el hombre se resiste a renunciar a ellas y, al mismo tiempo, las encuentra insondables, pero se regocija aún más en ellas. Al igual que un recién nacido, todos los hombres se alegran y regocijan, celebrando Mi llegada. Por medio de Mi voz, traeré a todos los hombres delante de Mí. A partir de entonces, entraré formalmente a la raza de los hombres para que ellos vengan a adorarme. Con la gloria que irradio y las palabras en Mi boca, haré que todos los hombres se presenten ante Mí y vean que el relámpago destella desde el oriente, y que Yo también he descendido al “Monte de los Olivos” del oriente. Verán que llevo ya mucho tiempo en la tierra, ya no como el Hijo de los judíos, sino como el Relámpago del oriente. Porque he resucitado hace mucho tiempo, me he alejado del seno de la humanidad y reaparecido luego con gloria entre los hombres. Soy Aquel que fue adorado en eras innumerables antes de ahora y también soy el infante abandonado por los israelitas en eras innumerables antes de ahora. ¡Además, soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era actual! Que todos se presenten ante Mi trono y vean Mi semblante glorioso, oigan Mi voz y contemplen Mis obras. Esta es la totalidad de Mi voluntad; es el fin y el clímax de Mi plan, así como el propósito de Mi gestión. ¡Que cada nación me adore, que cada lengua me reconozca, que todos los hombres depositen su fe en Mí y que todas las personas se sometan a Mí!

Nota al pie:

a. El texto original no contiene la frase “veo que”.

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

Obra y entrada (1)

Desde que las personas empezaron a transitar por la senda correcta de la vida, existen muchas cosas que todavía no les han quedado claras. Siguen encontrándose completamente confusos respecto a la obra de Dios, y sobre gran parte de la obra que deberían realizar. Esto se debe, por una parte, a la desviación en su experiencia y a las limitaciones de su capacidad de recibir; por la otra, la razón es que la obra de Dios no los ha llevado aún a esta fase.

Palabra de vida | Obra y entrada (1)

Desde que las personas empezaron a transitar por la senda correcta de la vida, existen muchas cosas que todavía no les han quedado claras. Siguen encontrándose completamente confusos respecto a la obra de Dios, y sobre gran parte de la obra que deberían realizar. Esto se debe, por una parte, a la desviación en su experiencia y a las limitaciones de su capacidad de recibir; por la otra, la razón es que la obra de Dios no los ha llevado aún a esta fase. Por tanto, todos son ambiguos en lo que concierne a la mayoría de los asuntos espirituales. No sólo no tenéis claro dónde deberíais entrar, sino que aún sois más ignorantes de la obra de Dios. Esto es más que un simple asunto de deficiencias en vosotros: es un gran defecto que pertenece a todos aquellos en el mundo religioso. Aquí radica la clave de por qué las personas no conocen a Dios y, por lo tanto, esta imperfección es un defecto común que comparten todos aquellos que lo buscan. Ni una sola persona ha conocido nunca a Dios ni ha visto Su verdadero rostro. Por ello, la obra de Dios se convierte en algo tan arduo como mover un monte o secar el mar. ¿Cuántos han sacrificado su vida por la obra de Dios; cuántos han sido repudiados a causa de Su obra; cuántos han sido atormentados hasta la muerte por Su obra; cuántos han muerto injustamente, con lágrimas en los ojos, por amor a Dios; cuántos se han encontrado con la persecución cruel e inhumana…? ¿No se deben todas estas tragedias a la falta de conocimiento que tienen las personas sobre Dios? ¿Cómo podría alguien que no conoce a Dios tener la desfachatez de venir delante de Él? ¿Cómo podría tener la desvergüenza de presentarse ante Él alguien que cree en Dios y, aun así, le persigue? Esto no es lo único inadecuado de aquellos que se encuentran dentro del mundo religioso, sino que son más bien comunes entre vosotros y ellos. Las personas creen en Dios sin conocerle; sólo por esta razón, no lo reverencian en su corazón ni le temen. Están incluso aquellos que, con gran pompa y circunstancia, realizan la obra que ellos mismos imaginan dentro de esta corriente y abordan la obra de Dios según sus propias exigencias y deseos desenfrenados. Muchos actúan en un arrebato, sin sentir estima por Dios, y siguiendo su propia voluntad. ¿No son estas perfectas personificaciones de los corazones egoístas de las personas? ¿Acaso no manifiestan el sobreabundante elemento de engaño que poseen las personas? Las personas pueden ser, en realidad, supremamente inteligentes, ¿pero cómo pueden sus dones ocupar el lugar de la obra de Dios? Pueden interesarse de verdad por la carga de Dios, pero no pueden actuar con tanto egoísmo. ¿Son los actos de los seres humanos realmente divinos? ¿Puede alguien estar por completo seguro? Dar testimonio de Dios, heredar Su gloria, se debe a que Dios hace una excepción y levanta a las personas; ¿cómo podrían ser merecedores de ello? La obra de Dios no ha hecho más que empezar; Sus palabras apenas han comenzado a pronunciarse. A estas alturas, los hombres se sienten bien consigo mismos; ¿acaso no es esto simplemente incitarse a la humillación? Entienden demasiado poco. Ni el teórico más dotado ni el orador más elocuente pueden describir toda la abundancia de Dios; ¿cuánto menos vosotros? Más os valdría no elevar vuestro propio mérito más alto que los cielos, y veros más bien a vosotros mismos como algo más bajo que el menor de esas personas racionales que buscan amar a Dios. Esta es la senda por la que habéis de entrar: consideraos a vosotros mismos un palmo más bajo que todos los demás. ¿Por qué os tenéis en tal alta estima, en tan gran consideración? En el largo viaje de la vida sólo habéis dado los primeros pasos. Lo único que veis es el brazo de Dios, no Su totalidad. Os corresponde ver más de Su obra, descubrir más de aquello a lo que deberíais entrar, porque habéis cambiado demasiado poco.

Al trabajar a los hombres[1] y transformar su carácter, la obra de Dios nunca cesa, porque ellos son deficientes en demasiados sentidos y no llegan ni de lejos a los estándares establecidos por Él. Y por tanto puede decirse que, a ojos de Dios, seréis eternamente bebés recién nacidos, portadores de muy pocos de los elementos que le agradan, porque no sois nada sino criaturas en Sus manos. Si uno cae en la autocomplacencia, ¿no lo aborrecerá Dios? Decir que podéis satisfacer a Dios hoy es hablar desde la perspectiva limitada de vuestro cuerpo carnal; si de verdad os tuvierais que enfrentar a Dios siempre seríais derrotados en la batalla. La carne del hombre nunca ha conocido la victoria. Sólo a través de la obra del Espíritu Santo es posible para el hombre tener puntos favorables. En verdad, de las innumerables cosas de la creación de Dios, el hombre es la más baja. Aunque es el señor de todas las cosas, el ser humano es el único que está sujeto a las artimañas de Satanás, el único que cae presa de su corrupción, en formas innumerables. Nunca ha tenido soberanía sobre sí mismo. La mayoría de las personas viven en el inmundo lugar de Satanás, y sufren su burla; él les toma el pelo de una forma y de otra, hasta que están medio muertos, soportando todas las vicisitudes, todas las dificultades del mundo humano. Después de jugar con ellos, Satanás pone fin a su destino. Y así, ellos van pasando toda su vida en el aturdimiento de la confusión, sin disfrutar ni una vez de las buenas cosas que Dios ha preparado para ellos, sino dejándose perjudicar por Satanás y quedando destrozados. Hoy están tan debilitados y apáticos que no tienen inclinación alguna por hacer caso a la obra de Dios. Cuando esto ocurre, la experiencia de las personas está condenada para siempre a permanecer fragmentada e incompleta, y su entrada será eternamente un espacio vacío. En los varios miles de años transcurridos desde que Dios vino al mundo, ha utilizado a muchos hombres de nobles ideales para obrar a lo largo de numerosos años; sin embargo, los que conocen Su obra son tan pocos que casi son inexistentes. Por esta razón, innumerables personas asumen el papel de resistirse a Dios a la vez que obran por Él porque, en lugar de llevar a cabo Su obra, en realidad hacen una obra humana en una posición conferida por Dios. ¿Puede esto llamarse obra? ¿Cómo pueden entrar? La humanidad ha tomado la gracia de Dios y la ha enterrado. Por ello, en las generaciones pasadas, los que hacen Su obra tienen poca entrada. Sencillamente no hablan de conocer la obra de Dios, por lo poco que entienden de la sabiduría de Dios. Se puede decir que, aunque son muchos los que sirven a Dios, no han sido capaces de ver lo exaltado que Él es y, por esta razón, todos se han colocado en el lugar de Dios para que otros los adoren.

Durante tantos años, Dios ha permanecido escondido dentro de la creación; a lo largo de numerosas primaveras y otoños ha estado observando, tras un velo de neblina; ha mirado desde el tercer cielo durante muchos días y noches; ha caminado entre los hombres por incontables meses y años. Se ha sentado por encima de todos los hombres, esperando tranquilamente a lo largo de muchos inviernos fríos. Ni una vez se ha mostrado abiertamente a nadie ni ha emitido sonido alguno; se ha marchado sin que se note, y ha regresado con el mismo silencio. ¿Quién conoce Su verdadero rostro? Ni una vez le ha hablado al hombre y tampoco se le ha aparecido. ¿Cómo de fácil les resulta a las personas llevar a cabo la obra de Dios? Apenas entienden que conocerle es lo más difícil de todo. Hoy, Dios le ha hablado al hombre, pero este nunca lo ha conocido, porque su entrada a la vida es demasiado limitada y superficial. Desde Su perspectiva, las personas son totalmente inadecuadas para presentarse delante de Él. Poseen un entendimiento demasiado pequeño de Dios y están separados demasiado de Él. Además, el corazón con el que creen en Dios es demasiado complicado, y sencillamente no conservan Su imagen en lo más profundo de su ser. Como resultado, el laborioso esfuerzo de Dios y Su obra, como piezas de oro enterradas en la arena, no pueden emitir destello alguno de luz. Para Dios, el calibre, los motivos y las opiniones de esas personas son repugnantes en extremo. Empobrecidos en su capacidad de recibir, sin sentimientos hasta la insensibilidad, degradados y degenerados, excesivamente serviles, débiles y sin fuerza de voluntad, deben ser guiados como ganado y caballos. En cuanto a su entrada en el espíritu o en la obra de Dios, no prestan la más mínima atención, no poseen ni una pizca de determinación para sufrir por amor a la verdad. No será fácil que este tipo de persona sea completada por Dios. Por eso es fundamental que emprendáis vuestra entrada desde este ángulo, que por medio de vuestra obra y vuestra entrada os acerquéis al conocimiento de la obra de Dios.

Nota al pie:

1. “Trabajar a los hombres” significa “salvar a los hombres”.

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

Palabra de vida | Deberías saber que el Dios práctico es Dios mismo

¿Qué deberías saber acerca del Dios práctico? El Espíritu, la Persona y la Palabra forman el Dios mismo práctico, y este es el verdadero significado del Dios mismo práctico. Si sólo conoces la Persona, si conoces Sus hábitos y Su personalidad, pero no conoces la obra del Espíritu, lo que hace en la carne, y sólo prestas atención al Espíritu, a la Palabra, limitándote a orar delante de Él, sin conocer la obra del Espíritu de Dios en el Dios práctico, esto todavía demuestra que no le conoces.

Palabra de vida | Deberías saber que el Dios práctico es Dios mismo

¿Qué deberías saber acerca del Dios práctico? El Espíritu, la Persona y la Palabra forman el Dios mismo práctico, y este es el verdadero significado del Dios mismo práctico. Si sólo conoces la Persona, si conoces Sus hábitos y Su personalidad, pero no conoces la obra del Espíritu, lo que hace en la carne, y sólo prestas atención al Espíritu, a la Palabra, limitándote a orar delante de Él, sin conocer la obra del Espíritu de Dios en el Dios práctico, esto todavía demuestra que no le conoces. Conocerle implica saber y experimentar Sus palabras, así como comprender las normas y los principios de la obra del Espíritu Santo, y cómo obra el Espíritu de Dios en la carne, también incluye saber que el Espíritu gobierna toda acción de Dios en la carne, y que las palabras que pronuncia son la expresión directa del Espíritu. Por tanto, si deseas conocer al Dios práctico, debes saber principalmente cómo obra Él en la humanidad y en la divinidad; esto, a su vez, concierne a las expresiones del Espíritu, con las que todas las personas tienen contacto.

¿Qué abarcan las expresiones del Espíritu? En unas ocasiones, Dios obra en la humanidad, y otras veces lo hace en divinidad; pero sobre todo, en ambos casos, el Espíritu está al mando. Según sea el espíritu dentro de las personas, así es su expresión externa. El Espíritu obra de un modo normal, pero existen dos partes en Su dirección: una parte es Su obra en humanidad y la otra es Su obra a través de la divinidad. Deberías saber esto claramente. La obra del Espíritu varía de acuerdo con las circunstancias: cuando se requiere Su obra humana, Él dirige esta obra humana, y cuando se necesita Su obra divina, la divinidad aparece directamente para llevarla a cabo. Como Dios obra y aparece en la carne, lo hace tanto en humanidad como en divinidad. El Espíritu dirige Su obra en humanidad con el fin de satisfacer las necesidades carnales de las personas, facilitar su contacto con Él, permitirles ver Su realidad y Su normalidad, y que Su Espíritu ha venido en carne, está en medio del hombre, vive con él y tiene contacto con él. Su obra en divinidad tiene lugar con el fin de proveer para la vida de las personas, y guiarlas en todo desde el lado positivo, cambiando su carácter y permitiéndoles contemplar realmente la aparición del Espíritu en la carne. En general, el crecimiento en la vida del hombre se consigue directamente por medio de la obra y las palabras de Dios en divinidad. Sólo si las personas aceptan la obra de Dios en divinidad pueden conseguir cambios en su carácter; sólo entonces pueden ser saciados en su espíritu. Las personas sólo pueden satisfacer la voluntad de Dios si a esto se añade la obra en humanidad: el pastoreo, el sustento y la provisión de Dios en humanidad. Si son capaces de guardar en los mandamientos, las personas deberían como mínimo conocer sin confusión al Dios práctico que aparece en la carne. En otras palabras, deberían captar los principios de guardar en los mandamientos. Cumplir con los mandamientos no significa seguirlos caprichosa o arbitrariamente, sino ceñirse a ellos con una base, un objetivo y principios. Lo primero que debes conseguir es que tus visiones sean claras. El Dios mismo práctico del que se habla hoy obra tanto en humanidad como en divinidad. Mediante Su aparición se logran Su obra y Su vida humanas normales, así como Su obra completamente divina. Su humanidad y Su divinidad se combinan en una sola, y la obra de ambas[a] se logra por medio de las palabras; tanto en humanidad como en divinidad, Él hace declaraciones. Cuando Dios obra en humanidad, habla el lenguaje de la humanidad, de forma que las personas puedan tener contacto y entender. Habla Sus palabras claramente, y estas son fáciles de entender, de forma que pueden proveerse a todas las personas; independientemente de si estas personas poseen conocimiento o tienen una educación deficiente, todas pueden recibir las palabras de Dios. La obra de Dios en divinidad también se lleva a cabo por medio de palabras, pero está llena de provisión, de vida, no está manchada por las ideas humanas, no implica preferencias humanas, no tiene límites humanos, está fuera de los límites de cualquier humanidad normal; también se lleva a cabo en la carne, pero es la expresión directa del Espíritu. Si las personas sólo aceptan la obra de Dios en humanidad, se confinarán dentro de cierto ámbito, y necesitarán un tratamiento, una poda y una disciplina perennes a fin de que se produzca un mínimo cambio en ellas. Sin la obra o la presencia del Espíritu Santo, sin embargo, siempre recurrirán a sus viejos caminos; sólo a través de la obra de la divinidad pueden rectificarse estos males y deficiencias. Sólo entonces pueden las personas ser completadas. En lugar de un tratamiento y una poda sostenidos, lo que se requiere es una provisión positiva, usando palabras para compensar todas las faltas, para revelar cada estado de las personas, para dirigir sus vidas, todos sus dichos, todos sus actos, y dejar al descubierto sus propósitos y motivaciones; esta es la obra práctica del Dios práctico. Y así, en tu actitud hacia Él, deberías someterte a Su humanidad, admitiéndolo y reconociéndolo y, además, aceptar y obedecer la obra y las palabras divinas. La aparición de Dios en la carne significa que toda la obra y las palabras del Espíritu de Dios se llevan a cabo a través de Su humanidad normal, y de Su carne encarnada. En otras palabras, el Espíritu de Dios dirige Su obra humana y lleva a cabo la obra de la divinidad en la carne, y en Dios encarnado puedes ver Su obra en humanidad y Su obra completamente divina; este es el sentido aún más práctico de la aparición de Dios en la carne. Si puedes ver esto claramente, serás capaz de conectar todas las diferentes partes de Dios, y dejarás de dar demasiada importancia a Su obra en la divinidad, y de despreciar demasiado Su obra en humanidad; no te irás a los extremos, ni tomarás ningún desvío. En general, el sentido del Dios práctico es que la obra de Su humanidad y Su divinidad, dirigida por el Espíritu, se expresa por medio de Su carne, de forma que las personas puedan ver que Él es vívido y natural, verdadero y real.

La obra del Espíritu de Dios en humanidad tiene fases de transición. Haciendo perfecta a la humanidad, permite que Su humanidad reciba la dirección del Espíritu, después de lo cual esta puede proporcionar las iglesias y pastorearlas. Es una expresión de la obra normal de Dios. Por tanto, si puedes ver claramente los principios de la obra de Dios en humanidad, será improbable que tengas conceptos sobre la misma. Independientemente de cualquier otra cosa, el Espíritu de Dios no puede estar equivocado. Está en lo correcto, y sin error; no haría nada de manera incorrecta. La obra divina es la expresión directa de la voluntad de Dios, sin la interferencia de la humanidad. No pasa por la perfección, sino que viene directamente del Espíritu. Sin embargo, que Él pueda obrar en divinidad se debe a Su humanidad normal; no es sobrenatural en lo más mínimo, y parece que una persona normal lo lleva a cabo; Dios vino del cielo a la tierra principalmente con el fin de expresar las palabras de Dios a través de la carne, para completar la obra del Espíritu de Dios usando la carne.

Hoy, el conocimiento de las personas del Dios práctico sigue siendo demasiado parcial, y su entendimiento del sentido de la encarnación demasiado escaso. Cuando se trata de la carne de Dios, las personas ven a través de Su obra y Sus palabras que el Espíritu de Dios incluye muchas cosas, que Él es muy rico. No obstante, en cualquier caso, el testimonio de Dios viene en última instancia de Su Espíritu: lo que Dios hace en la carne, por medio de qué principios obra, qué hace en humanidad y qué hace en divinidad. La gente debe tener conocimiento de esto. Hoy puedes adorar a esta persona, pero en realidad estás adorando al Espíritu. Es lo mínimo que debería conseguirse en el conocimiento del Dios encarnado por parte de las personas: conocer la esencia del Espíritu por medio de la carne, la obra divina del Espíritu en la carne y la obra humana en la carne, aceptar todas las palabras y declaraciones del Espíritu en la carne, y ver cómo el Espíritu de Dios dirige la carne y demuestra Su poder en la misma. Es decir, el hombre llega a conocer al Espíritu del cielo a través de la carne; la aparición del Dios mismo práctico en medio del hombre ha disipado al Dios mismo confuso en los conceptos de la gente; la adoración del Dios mismo práctico por parte de las personas ha incrementado su obediencia a Dios; y a través de la obra divina del Espíritu de Dios en la carne, y la obra humana en la carne, el hombre recibe revelación y pastoreo, y en su carácter vital se producen cambios. Sólo este es el significado práctico de la llegada del Espíritu en la carne, y es así principalmente para que las personas puedan tener contacto con Dios, confiar en Él y alcanzar el conocimiento de Dios.

En general, ¿qué actitud deberían adoptar las personas hacia el Dios práctico? ¿Qué sabes de la encarnación, de la aparición de la Palabra en la carne, de la aparición de Dios en la carne, de los hechos del Dios práctico? ¿Y de qué se habla hoy principalmente? La encarnación, la llegada de la Palabra en la carne y la aparición de Dios en la carne, todos estos asuntos deben entenderse. En base a vuestra estatura y a la era, durante vuestras experiencias vitales, debéis llegar gradualmente a entender estos asuntos y debéis tener un conocimiento claro de ellos. El proceso por el cual las personas experimentan las palabras de Dios es el mismo que aquel por el que conocen la aparición de estas en la carne. Cuanto más experimentan las personas las palabras de Dios, más conocen a Su Espíritu; por medio de la experiencia de las palabras de Dios, las personas comprenden los principios de la obra del Espíritu y llegan a conocer al Dios mismo práctico. En realidad, cuando Dios perfecciona a las personas y las gana, está haciendo que conozcan los hechos del Dios práctico; está usando Su obra para mostrar a las personas el sentido práctico de la encarnación, y que el Espíritu de Dios ha aparecido realmente delante del hombre. Cuando Dios ha ganado a las personas y las ha perfeccionado, las expresiones del Dios práctico las han conquistado, Sus palabras las han cambiado, y Él les ha dado Su vida en su interior, llenándolas con lo que Él es (ya sea lo que Él es humanamente o lo que Él es divinamente), llenándolas con la esencia de Sus palabras, y haciendo que las personas vivan Sus palabras. Cuando Dios gana personas, lo hace principalmente usando las palabras y las declaraciones del Dios práctico con el fin de ocuparse de las deficiencias de estas personas, así como de juzgar y revelar su carácter rebelde, haciendo que obtengan lo que necesitan, y mostrándoles que Dios ha venido en medio del hombre. Lo más importante es que la obra realizada por el Dios práctico consiste en salvar a cada persona de la influencia de Satanás, sacándola de la tierra de la inmundicia, y disipando su carácter corrupto. El sentido más profundo de ser ganado por el Dios práctico es ser capaz de tomarlo como un ejemplo, como un modelo, y vivir una humanidad normal, ser capaz de practicar según Sus palabras y Sus exigencias, sin la más mínima desviación o alteración, practicando como Él dice, y siendo capaz de alcanzar lo que Él pide. De esta forma, Dios te habrá ganado. Cuando esto ocurre no sólo posees la obra del Espíritu Santo; principalmente, eres capaz de vivir las exigencias del Dios práctico. Tener simplemente la obra del Espíritu Santo no significa que tengas vida. Lo fundamental es si eres capaz de actuar según los requisitos del Dios práctico para ti, y esto guarda relación con que puedas ser ganado por Dios. Estas cosas son el mayor significado de la obra del Dios práctico en la carne. Es decir, Él gana a un grupo de personas apareciendo real y auténticamente en la carne, siendo vívido y natural, visto por ellas, haciendo realmente la obra del Espíritu en la carne, y actuando como un ejemplo para las personas en la carne. La llegada de Dios en la carne tiene lugar principalmente para permitir a las personas ver Sus hechos reales, para materializar el Espíritu sin forma en la carne, y permitir que las personas lo vean y lo toquen. De esta forma, aquellos a los que Él ya ha hecho completos harán de Él una realidad; Él los ganará, y serán conforme a Su corazón. Si Dios sólo hablara en el cielo y no viniera realmente a la tierra, las personas seguirían siendo incapaces de conocerle; sólo podrían predicar Sus hechos usando teoría vacía y no tendrían Sus palabras como una realidad. Dios ha venido a la tierra principalmente para actuar como un ejemplo y un modelo para aquellos a quienes Él debe ganar; sólo de esta forma pueden las personas conocer realmente a Dios, tocarlo y verlo, y sólo entonces puede Dios ganarlas de verdad.

Nota al pie:

a. El texto original dice “y ambas se logran”.

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

 

El símbolo del carácter de Dios (Coro)

El carácter de Dios contiene Su amor, Su consuelo y Su odio, contiene Su absoluta comprensión de la humanidad. El carácter de Dios, el carácter de Dios es lo que el Soberano, el Creador de la vida y la creación posee. El carácter de Dios representa honra, nobleza y poder, representa grandeza y supremacía.

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Himno de la Palabra de Dios | El símbolo del carácter de Dios (Coro)

I
El carácter de Dios contiene Su amor, Su consuelo y Su odio, contiene Su absoluta comprensión de la humanidad. El carácter de Dios, el carácter de Dios es lo que el Soberano, el Creador de la vida y la creación posee. El carácter de Dios representa honra, nobleza y poder, representa grandeza y supremacía. El carácter de Dios. Dios es por siempre supremo y digno, y el hombre siempre es ruin e innoble. Porque Dios siempre se dedica a la humanidad, y el hombre toma y obra siempre para él mismo.
II
El carácter de Dios es el símbolo de la autoridad, de lo justo, y de todo lo que es bueno y hermoso. El carácter de Dios simboliza que no hay fuerza hostil o tiniebla que pueda atacar o reprimir a Dios. Nada puede ni se le permite ofenderle. El carácter de Dios es el signo del poder supremo. El carácter de Dios. Nadie puede o debe afectar Su obra o Su carácter. Dios obra siempre para la existencia de la humanidad, sin embargo el hombre nunca da nada a la luz ni a la justicia.
III
Por un tiempo el hombre puede obrar, pero no resiste un solo revés, porque su labor siempre es para él, y no para los demás. Dios es por siempre supremo y digno, y el hombre siempre es ruin e innoble. Porque Dios siempre se dedica a la humanidad, y el hombre toma y obra siempre para él mismo. El hombre siempre toma, Dios siempre da. Dios es la fuente de todo lo justo, bueno y hermoso, mientras que el hombre es el sucesor, el que expresa toda la fealdad y el mal. La justa esencia de Dios nunca cambiará. Dios es por siempre supremo y digno, y el hombre siempre es ruin e innoble. Porque Dios siempre se dedica a la humanidad, y el hombre toma y obra siempre para él mismo. Dios obra siempre para la existencia de la humanidad, sin embargo el hombre nunca da nada a la luz ni a la justicia. Por un tiempo el hombre puede obrar, pero no resiste un solo revés, porque su labor siempre es para él y no para los demás. Dios es por siempre supremo y digno, y el hombre siempre es ruin e innoble. La noble y justa esencia de Dios nunca cambiará, Él nunca cambiará Su esencia. Pero en cualquier momento o lugar el hombre puede traicionar la justicia, y alejarse de Dios.

De “La Palabra manifestada en carne

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Palabra de vida | Deberías obedecer a Dios al creer en Dios

Él sólo les muestra un poco de gracia y les permite disfrutarla por un tiempo. Personas como estas no pueden poner en práctica la verdad, el Espíritu Santo no obra en su interior y Dios las eliminará a cada una de ellas, una por una. Independientemente de si son viejos o jóvenes, los que no obedecen a Dios en su fe y tienen los motivos equivocados son los que se oponen a la obra de Dios y la interrumpen, y Dios eliminará indiscutiblemente a esas personas.

Palabra de vida | Deberías obedecer a Dios al creer en Dios

¿Por qué crees en Dios? La mayoría de las personas se confunden con esta pregunta. Siempre tienen dos puntos de vista completamente diferentes acerca del Dios práctico y del Dios que está en el cielo, lo que demuestra que creen en Dios, no con el fin de obedecerlo, sino para recibir ciertos beneficios o para escapar de sufrir el desastre. Sólo entonces son algo obedientes, pero su obediencia es condicional, es por el bien de sus propias perspectivas personales, y se les impone. Así que, ¿por qué crees en Dios? Si sólo es por el bien de tus perspectivas y de tu destino, entonces sería mejor que no creyeras. Una creencia como esta es autoengaño, autoconsuelo y autoapreciación. Si tu fe no se construye sobre el fundamento de la obediencia a Dios, entonces al final serás castigado como resultado de oponerte a Dios. Todos los que no buscan la obediencia a Dios en su fe están en contra de Dios. Dios pide que las personas busquen la verdad, que tengan sed de las palabras de Dios, que coman y beban las palabras de Dios y que las pongan en práctica para que puedan lograr la obediencia a Dios. Si tus motivos son realmente así, entonces con toda seguridad Dios te levantará y con toda seguridad será misericordioso contigo. Nadie puede dudar esto, y nadie lo puede cambiar. Si tus motivos no son en aras de obedecer a Dios, y si tienes otras metas, entonces todo lo que digas y hagas, tus oraciones ante Dios e incluso cada una de tus acciones, estará en contra de Dios. Puedes ser de voz suave y de trato afable, cada una de tus acciones y expresiones pueden parecer correctas, puedes parecer alguien que obedece, pero cuando se trata de tus motivos y tus puntos de vista acerca de la fe en Dios, todo lo que haces está en contra de Dios y es malo. Las personas que parecen tan obedientes como corderos, pero cuyo corazón alberga malas intenciones, son lobos con piel de cordero, ofenden directamente a Dios y Dios no perdonará a ni una sola de ellas. El Espíritu Santo pondrá de manifiesto a cada una de ellas para que todos puedan ver que cada una de esas personas que son hipócritas, el Espíritu Santo seguramente las aborrecerá y las rechazará. No te preocupes: Dios ajustará cuentas y resolverá a cada una de ellas, una por una.

Si no puedes aceptar la nueva luz de Dios, y no puedes entender todo lo que Dios hace hoy, y no lo buscas o bien dudas de él, lo juzgas o lo estudias y lo analizas, entonces es que no tienes la menor intención de obedecer a Dios. Si, cuando la luz del aquí y ahora aparezca, todavía atesoras la luz de ayer y te opones a la nueva obra de Dios, entonces no eres más que un chiste, eres uno de los que están en contra de Dios de manera deliberada. Un elemento clave para obedecer a Dios es apreciar la nueva luz y ser capaz de aceptarla y ponerla en práctica. Sólo esto es la verdadera obediencia. Los que no tienen la voluntad de tener sed de Dios son incapaces de tener una mente que obedezca a Dios, y sólo se pueden oponer a Dios como resultado de su satisfacción con el estatus quo. Que el hombre no pueda obedecer a Dios se debe a que lo posee lo que antes fue. Las cosas que fueron antes les han dado a las personas todo tipo de nociones e ilusiones acerca de Dios que se han convertido en la imagen de Dios que tienen en su mente. Por lo tanto, en lo que creen es en sus propias nociones y en los estándares de su propia imaginación. Si mides al Dios que hace una obra real el día de hoy contra el Dios de tu propia imaginación, entonces tu fe proviene de Satanás y va de acuerdo con tus propias preferencias y Dios no quiere una fe como esta. Independientemente de lo elevadas que sean sus credenciales e independientemente de su entrega, incluso si han dedicado toda una vida de esfuerzos a Su obra y se han martirizado, Dios no aprueba a nadie que tenga una fe como esta. Él sólo les muestra un poco de gracia y les permite disfrutarla por un tiempo. Personas como estas no pueden poner en práctica la verdad, el Espíritu Santo no obra en su interior y Dios las eliminará a cada una de ellas, una por una. Independientemente de si son viejos o jóvenes, los que no obedecen a Dios en su fe y tienen los motivos equivocados son los que se oponen a la obra de Dios y la interrumpen, y Dios eliminará indiscutiblemente a esas personas. Los que no tienen la más mínima obediencia a Dios, que sólo reconocen el nombre de Dios y tienen cierta idea del afecto y hermosura, pero que no mantienen el ritmo de los pasos del Espíritu Santo, y no obedecen la obra y las palabras presentes del Espíritu Santo, esas personas viven en medio de la gracia de Dios y Dios ni las ganará ni las perfeccionará. Dios hace perfectas a las personas por medio de su obediencia, por medio de su comer, beber y disfrutar las palabras de Dios y por medio del sufrimiento y refinamiento en sus vidas. Sólo por medio de una fe como esta el carácter de las personas puede cambiar, sólo entonces pueden poseer el conocimiento verdadero de Dios. No estar satisfechos con vivir en medio de las gracias de Dios, tener sed de un modo activo de la verdad, buscar la verdad y buscar ser ganados por Dios, esto es lo que quiere decir obedecer conscientemente a Dios; esta es precisamente la clase de fe que Dios quiere. Las personas que no hacen nada más que disfrutar las gracias de Dios no pueden ser perfeccionadas o cambiadas, y su obediencia, su piedad, su amor y su paciencia, todo es superficial. Las que sólo disfrutan las gracias de Dios no pueden conocer a Dios realmente, e incluso cuando conocen a Dios, su conocimiento es superficial, y dicen cosas como que Dios ama al hombre o que Dios es compasivo con el hombre. Esto no representa la vida del hombre y no demuestra que las personas conozcan verdaderamente a Dios. Si, cuando las palabras de Dios las refinan, o cuando Sus pruebas vienen sobre ellas, las personas no pueden obedecer a Dios —si, en cambio, se vuelven indecisas y caen— entonces no son obedientes en lo más mínimo. Dentro de ellas hay muchas reglas y restricciones acerca de la fe en Dios, viejas experiencias que son el resultado de muchos años de fe o varias doctrinas que se basan en la Biblia. ¿Personas como estas podrían obedecer a Dios? Estas personas están llenas de cosas humanas, ¿cómo podrían obedecer a Dios? Todas obedecen de acuerdo a sus preferencias personales, ¿anhelaría Dios una obediencia como esa? Esto no es obedecer a Dios, sino ateniéndote a la doctrina, es satisfacerte y consolarte a ti mismo. Si dices que esto es obediencia a Dios, ¿acaso no blasfemas contra Él? Eres un faraón egipcio, haces maldad y expresamente te comprometes en la obra de oponerte a Dios, ¿podría Dios querer un servicio como este? Sería mejor que te apuraras y te arrepintieras y tuvieras algo de conciencia de ti mismo. Si no, sería mejor que te fueras a casa: eso te haría más bien que tu servicio a Dios, no interrumpirías ni molestarías, sabrías cuál es tu lugar y vivirías bien, ¿y no sería eso mejor? ¡De esa manera evitarías estar en contra de Dios y ser castigado!

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

Palabra de vida|El hombre corrupto no es capaz de representar a Dios

El ser humano debe eliminarla por medio de Su perfección, y preocuparse después de la voluntad de Dios y satisfacerla, y pasar por la obra del Espíritu Santo, antes de que Dios pueda aprobar su vivir. Nadie que viva en la carne puede representar directamente a Dios, salvo el hombre usado por el Espíritu Santo.

Palabra de vida  |  El hombre corrupto no es capaz de representar a Dios

El hombre ha estado viviendo bajo la cubierta de la influencia de las tinieblas, encadenado sin libertad por la influencia de Satanás. Y el carácter del hombre, después de que Satanás lo haya procesado, se está volviendo cada vez más corrupto. En otras palabras, el hombre vive constantemente con su carácter satánico corrupto, incapaz de amar sinceramente a Dios. Así pues, si quiere amar a Dios, debe despojarse de su autocomplacencia, prepotencia, arrogancia, engreimiento, y los cuales que pertenecen al carácter de Satanás. De lo contrario, el amor del hombre es impuro, totalmente el amor de Satanás, uno que no puede recibir en absoluto la aprobación de Dios. Si el Espíritu Santo no perfecciona, se ocupa de, quebranta, poda, disciplina, castiga o refina directamente al hombre, nadie puede amar sinceramente a Dios. Si dices que una parte de tu carácter representa a Dios y, por lo tanto, puedes amarle sinceramente, hablas palabras arrogantes y eres un hombre ridículo. ¡Hombres así son el arcángel! La naturaleza innata del hombre no puede representar directamente a Dios. El ser humano debe eliminarla por medio de Su perfección, y preocuparse después de la voluntad de Dios y satisfacerla, y pasar por la obra del Espíritu Santo, antes de que Dios pueda aprobar su vivir. Nadie que viva en la carne puede representar directamente a Dios, salvo el hombre usado por el Espíritu Santo. Sin embargo, ni siquiera puede decirse que el carácter de una persona así y lo que esta vive representen por completo a Dios; sólo puede decirse que el Espíritu Santo gobierna lo que esta vive. Este tipo de carácter no puede representar a Dios.

Aunque Dios predestina el carácter del hombre, esto es incuestionable y puede considerarse una cosa positiva, Satanás lo ha procesado, por esa razón, todo el carácter del hombre es el de Satanás. El hombre podría afirmar que Dios, por carácter, es directo en Su obra, y que él también se comporta así; también tiene esta clase de carácter y, por tanto, dice que su carácter representa a Dios. ¿Qué tipo de hombre es este? ¿Puede el carácter satánico corrupto representar a Dios? ¡Cualquiera que declare que su carácter representa a Dios, blasfema a Dios e insulta al Espíritu Santo! Si contemplamos la forma de obrar del Espíritu Santo, vemos que la de Dios sobre la tierra consiste únicamente en conquistar, de ahí que gran parte del carácter satánico corrupto no se haya purificado. Lo que el hombre vive sigue siendo la imagen de Satanás. Es la bondad del hombre y representa las acciones de su carne. Para ser más precisos, representa a Satanás y no puede representar en absoluto a Dios. Aunque un hombre ame ya a Dios hasta el extremo y sea capaz de disfrutar una vida del cielo en la tierra, puede hacer declaraciones como: “¡Dios! No puedo amarte lo suficiente”, y ha alcanzado la esfera más alta, no puedes decir que viva o represente a Dios, porque la esencia del hombre es diferente a la de Él. El hombre nunca puede vivir a Dios y mucho menos volverse Dios. Lo que el hombre vive bajo la dirección del Espíritu Santo sólo está de acuerdo con lo que Dios demanda del hombre.

Todas las acciones y los hechos de Satanás se muestran a través del hombre. Ahora, todas las acciones y los hechos del hombre son una expresión de Satanás y por tanto no pueden representar a Dios. El hombre es la representación de Satanás, y su carácter es incapaz de representar al de Dios. Algunos hombres tienen un buen carácter; Dios puede hacer alguna obra por medio de este y el Espíritu Santo gobierna su obra; sin embargo, su carácter no puede representar a Dios. La obra que Él hace en ellos consiste tan sólo en trabajar con aquello que ya existe en su interior y ampliarlo. Ya sean profetas u hombres usados por Dios de eras pasadas, nadie puede representarlo directamente. Todos los hombres sólo llegan a amar a Dios bajo la coacción de quienes los rodean, y ninguno se esfuerza subjetivamente en cooperar. ¿Cuáles son las cosas positivas? Todo lo que viene directamente de Dios es positivo. Sin embargo, Satanás ha procesado el carácter del hombre y este no puede representar a Dios. Sólo el amor, la voluntad de sufrir, la justicia, la sumisión, la humildad, y la ocultación del Dios encarnado representan directamente a Dios. Esto se debe a que cuando Él vino, no tenía una naturaleza pecaminosa y vino directamente de Dios; Satanás no lo ha procesado. Jesús sólo posee la semejanza de la carne pecadora y no representa al pecado; por lo tanto, Sus acciones, Sus hechos, y Sus palabras, hasta ese tiempo anterior a Su cumplimiento de la obra por medio de la crucifixión (incluida esta), todo esto representa a Dios directamente. Este ejemplo de Jesús es suficiente para demostrar que ningún hombre con una naturaleza pecaminosa puede representar a Dios, y el pecado del hombre representa a Satanás. Es decir, el pecado no representa a Dios y Él no tiene pecado. Incluso la obra realizada en el hombre por el Espíritu Santo sólo puede considerarse gobernada por este y no puede decirse que el hombre la haya hecho en nombre de Dios. Pero, en lo que respecta al hombre, ni su pecado ni su carácter lo representan. Mirando a la obra realizada en el hombre por el Espíritu Santo hoy y en el pasado, fue este quien llevó a cabo su mayor parte. Esto es lo que le permitió al hombre tener el vivir. Sin embargo, esto no es más que un lado, y muy pocos son capaces de vivir la verdad después de que el Espíritu Santo se haya ocupado de ellos y los haya disciplinado. Es decir, sólo la obra del Espíritu Santo está presente y la cooperación por parte del hombre está ausente. ¿Ves esto claro ahora? Siendo así, ¿qué deberías hacer para dar lo mejor de ti al trabajar en sintonía con Él mientras el Espíritu Santo está obrando, y de este modo cumplir tu deber?

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso