Bienaventurados los pobres de espíritu: ¿cómo debemos ser uno de ellos?

Dios dice: “‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias’. ¿Habéis oído ahora las palabras del Espíritu Santo? Las palabras de Dios han venido sobre vosotros. ¿Las oís? Dios realiza la obra de las palabras en los últimos días y tales palabras son las del Espíritu Santo, porque Dios es el Espíritu Santo y también puede hacerse carne; por tanto, las palabras del Espíritu Santo, tal como se hablaron en el pasado, son las palabras de Dios encarnado hoy”.

Usted, el que ansía el regreso de Dios, ¿quiere ser uno de los pobres de espíritu para recibir a Dios cuanto antes? Estoy seguro de que la respuesta es Sí. Pues ¿cómo podemos alcanzarlo? En la Biblia se registra que cuando Natanael oyó la noticia de que el Señor había obrado, se aferraba a sus nociones e imaginaciones, diciendo: “¿Acaso de Nazaret puede salir cosa buena?”. Pero cuando dejó a un lado sus nociones y habló con el Señor Jesús, lo reconoció mediante Sus palabras. De esto podemos ver que, a pesar de que Natanael tuvo nociones, no las insistió, en su lugar, él investigó con humildad y escuchó las palabras del Señor con cuidado, y esto hizo que lograra al final la salvación del Señor. En resumen, quienes pueden estudiar la obra de Dios con humildad y buenas ganas, aceptar y obedecer Sus palabras después de escucharlas son los pobres de espíritu.

Hoy en día, estamos en el final de los últimos días, el momento clave para recibir al Señor, y el que requiere aún más que seamos los pobres de espíritu. El Señor Jesús dijo: “Mis ovejas oyen la voz mía; y yo las conozco, y ellas me siguen” (Juan 10:27). Se menciona varias veces en el Apocalipsis: “Quien tiene oído, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias”.

Dios dice: “‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias’. ¿Habéis oído ahora las palabras del Espíritu Santo? Las palabras de Dios han venido sobre vosotros. ¿Las oís? Dios realiza la obra de las palabras en los últimos días y tales palabras son las del Espíritu Santo, porque Dios es el Espíritu Santo y también puede hacerse carne; por tanto, las palabras del Espíritu Santo, tal como se hablaron en el pasado, son las palabras de Dios encarnado hoy”.

Ahora mucha gente está dando testimonio de que Dios ha regresado, ha expresado palabras y ha llevado a cabo una nueva obra. Si queremos ser uno de los pobres de espíritu, tenemos que imitar a Natanael, abandonar nuestras naciones para investigar la nueva obra de Dios y escuchar Sus palabras con un corazón humilde. Una vez que confirmemos que estas son la voz de Dios, estaremos dispuestos a aceptarlo y obedecerlo de inmediato, solo de esta manera podremos recibir al Señor.

A través de entender el misterio de los nombres de Dios, voy al compás de los pasos del Cordero

las palabras de Dios: “Están aquellos que dicen que Dios es inmutable. Eso es correcto, pero se refiere a la inmutabilidad del carácter y la esencia de Dios. Los cambios en Su nombre y obra no demuestran que Su esencia se haya alterado; en otras palabras, Dios siempre será Dios, y esto nunca cambiará.

Por Mu Zhen, Taiwán

De pequeña, era una niña inteligente y sensata, así que siempre recibí el amoroso cuidado de mis padres, familiares y amigos. Como siempre sacaba buenas calificaciones en la escuela y era amable y de trato fácil, me llevaba bien con mis maestros y compañeros de clase. En aquella época estaba llena de esperanza en el futuro. Sin embargo, para mi sorpresa, cuando llegó el momento de hacer la prueba para entrar en la preparatoria, no pude calificar —por medio punto— para ingresar a la escuela de mujeres más importante; en cambio, me admitieron en una escuela de segunda categoría. Como no podía aceptar lo que había ocurrido me encerré en mi habitación durante dos días y me negué a ingerir ningún tipo de alimento o bebida. Esa fue la primera vez que experimenté el fracaso en mi vida: sentí como si hubiera caído en un abismo y me sentía atormentada y apesadumbrada.

Cuando volvieron a iniciar las clases, fui a orientación sintiéndome profundamente deprimida. Durante la orientación, una compañera de clase mayor que yo me predicó el evangelio del Señor Jesús. A medida que asistí a las reuniones de la iglesia y escuché más acerca de las experiencias de los hermanos y hermanas, sentí que la gracia del Señor era fiel y que podía confiar en ella. Creía que, siempre que orara al Señor Jesucristo y le suplicara, recibiría Su protección y cuidado y disfrutaría de una sensación de paz y seguridad de mi corazón. A partir de ese estado de oscura depresión, recuperé gradualmente el optimismo y la actitud positiva. Posteriormente, en el segundo año de preparatoria, me bauticé como cristiana.

Con el fin de aprender más sobre las verdades de la Biblia, asistí a un colegio religioso para mis estudios universitarios y como estudiante de primer año tomé un curso que impartía el pastor, titulado “Introducción a la religión”. Durante una de las clases, el pastor nos dijo: “El capítulo 13, versículo 8 de Hebreos dice: ‘Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos’. El Señor Jesús es el único Salvador. Él es fiel y confiable y Su nombre jamás cambiará, sin importar la era. Solo si confiamos en el nombre de Jesús podemos ser salvos…”. A partir de sus palabras, aprendí que solo a través de la salvación del Señor Jesús podemos ser liberados del mal y la muerte y solo si confiamos en el nombre del Señor Jesús podemos ser salvos. Se me ocurrió que la razón por la que mi compañera de clase que me había llevado a la Iglesia siempre parecía tan feliz y segura era, probablemente, la fortaleza de vida que obtenía de su confianza en el Señor. Después de esa clase tomé la decisión de seguir al Señor Jesús y poner todo mi esfuerzo en servirle. Con este propósito, ocupé todo mi tiempo después de las clases en participar en comunión, estudios bíblicos, obra misionera evangélica y jamás me perdí un solo sermón o reunión.

Con el tiempo, me di cuenta de que los sermones de los pastores y los ancianos siempre hablaban de las mismas cosas: no había una nueva luz en lo que decían y nosotros, como creyentes, no obteníamos el más mínimo sustento espiritual de sus palabras. Algunos hermanos y hermanas vivían en la debilidad. Jamás asistían a las reuniones y nadie se molestaba en ayudarlos o apoyarlos. Algunos hermanos y hermanas dormitaban durante los sermones y después de las reuniones trataban de vender mercancías y seguros a las personas. Había quienes, incluso, ayudaban en las campañas de los candidatos políticos que buscaban ocupar un cargo. Pensaba para mis adentros: “¿Acaso siguen siendo cristianos si creen en el Señor al tiempo que solo buscan obtener ganancias personales y no buscan avanzar en su vida espiritual? Los pastores y ancianos ni siquiera trataban de impedir que estas cosas pasaran: ¿está esto alineado con la voluntad y los requisitos del Señor?” La situación que prevalecía en la iglesia me hizo enojar y me decepcionó. Como yo no había recibido ningún tipo de provisión espiritual durante mucho tiempo, me sentía espiritualmente pobre y débil. Es más, como tenía mucho trabajo y a menudo laboraba horas extras los fines de semana, terminé por no molestarme siquiera en asistir a las reuniones. Solo cuando me topaba con algún problema leía la Biblia y oraba en el nombre del Señor. Me sentía desesperanzada y sin rumbo, perdida e impotente.

En octubre de 2016, conocí en línea al hermano Wang de la Iglesia de Dios Todopoderoso. El hermano Wang me presentó al hermano Jin y a otros hermanos y hermanas. Las enseñanzas del hermano Jin me ayudaron a comprender muchas verdades que anteriormente no había entendido. Su enseñanza en relación con la verdad de la encarnación de Dios era particularmente práctica y clara y obtuve mucho de ella. Durante muchos años, yo había creído en el Señor, había estudiado la Biblia y había escuchado incontables sermones por parte de personajes espirituales, pastores y ancianos, pero jamás había escuchado a nadie comunicar acerca de este aspecto de la verdad de una forma tan incisiva y clara. Mi espíritu recibió el riego y el deseo de buscar surgió en mi interior. A partir de ese momento, asistí a menudo a sus reuniones por internet.

Durante una de esas reuniones, el hermano Jin compartió una enseñanza y dijo: “Para salvar por completo a la humanidad, Dios lanzó un plan de gestión de 6000 años, lo dividió en tres diferentes eras y en cada una de ellas Él lleva a cabo una nueva etapa de la obra. El nombre de Dios cambia junto con las distintas obras que realiza. Por ejemplo, en la Era de la Ley, Dios llevó a cabo Su obra con el nombre de ‘Jehová’, proclamó las leyes y mandamientos y guio a los primeros israelitas en su vida en la tierra. Sin embargo, una vez que Dios finalizó Su obra en la Era de la Ley y comenzó Su obra de redención en la Era de la Gracia, Su nombre cambió de ‘Jehová’ a ‘Jesús’. Ahora nos encontramos en los últimos días y Dios está realizando la obra del juicio comenzando en la casa de Dios basándose en la obra de redención de Jesús. Ha concluido la Era de la Gracia, ha marcado el inicio de la Era del Reino y, al hacerlo, Su nombre cambió a ‘Dios Todopoderoso’”. Cuando escuché que el hermano Jin dijo que el nombre de Dios había cambiado, pensé: “La Biblia claramente dice: ‘Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos’ (Hebreos 13:8). El Señor Jesús en el que yo creo es el único Dios verdadero y el nombre del Señor Jesús jamás cambiará. Solo a través del nombre del Señor Jesús podemos ser salvos. ¿Cómo puedes decir que el nombre de Dios ha cambiado? Si en nuestras oraciones no invocamos el nombre de Jesús, sino que utilizamos otro nombre, ¿cómo podemos seguir estando en consonancia con la Biblia?” La enseñanza del hermano Jin desafió profundamente mis creencias. Hizo la siguiente analogía: “Hermana Mu Zheng, si una compañía te nombrara responsable de planeación un año y, gerente, al siguiente, entonces ya sea que fueras responsable de planeación o gerente, los requisitos de tu trabajo determinarían el cambio en tu título. Las personas te habrían llamado responsable de planeación Mu, pero ahora te llaman gerente Mu. A pesar del cambio de título y cargo, ¿habrías cambiado tú? ¿No seguirías siendo tú?” Contesté: “Seguiría siendo yo”, y no puse ninguna objeción, pero, en mi corazón, seguía sin poder aceptar lo que él decía. Pensé: “El nombre de Dios no puede cambiar jamás. Solo si confiamos en el nombre del Señor Jesús podemos ser salvos. No me convencerás tan fácilmente. Simplemente te ignoraré de ahora en adelante y ahí habrá quedado el asunto”. Cuando terminó la reunión, bloqueé en la aplicación de chat a todos los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso.

Para mi asombro, el día después de que bloqueé a todos los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso, alrededor de las 8 de la noche, mientras lavaba los platos en la cocina, escuché de repente el timbre de la puerta. La abrí y delante de mí estaban dos chicas que jamás había visto. Una de ellas me entregó una información. Al principio fui muy amable con las muchachas, pero cuando vi que el panfleto que la chica me había dado decía “El regreso de Cristo: el Señor Jesús ha regresado con las nubes”, con letras grandes, de pronto me di cuenta de que venían a predicar el evangelio. Como en aquel momento yo creía que el nombre del Señor Jesús jamás cambiaría, me sentí un tanto molesta con las dos chicas y les regresé el panfleto que me habían entregado. Se veían un tanto desanimadas y, cuando se dieron la vuelta para irse, una de las hermanas me preguntó: “Hermana, ¿no puedes aceptar estas noticias porque no crees en Dios o porque perteneces a otra denominación? ¿Alguna vez has investigado y buscado cuidadosamente la verdad?”. Sin importar lo que dijeran las hermanas, yo en realidad no quería darles más de mi tiempo, así que simplemente regresé a lavar los platos en la cocina. Mientras me encontraba haciéndolo, la pregunta de la hermana siguió dando vueltas en mi mente: “¿Alguna vez has investigado y buscado cuidadosamente la verdad?”. Pensé: “Supongo que, en realidad, jamás he buscado cuidadosamente la verdad”. Recordé cómo el hermano Wang y los demás habían compartido la enseñanza de que el nombre de Dios había cambiado y luego pensé en cómo esto difería de mi propio entendimiento. Sin embargo, aun cuando no había comprendido, no había tenido el deseo de buscar la verdad y había analizado lo que él había dicho utilizando el conocimiento que yo tenía de la Biblia. Había aceptado aquellos aspectos de su enseñanza con los que estaba de acuerdo, pero no había buscado ni prestado atención a aquellos con los que discrepaba. Solo entonces me di cuenta de que mi conocimiento de la Biblia había provocado que perdiera mi pureza y sencillez de corazón. Había adoptado una actitud santurrona hacia la verdad: ¿cómo es posible que alguna vez me hubiera considerado a mí misma alguien que buscaba sinceramente la verdad?

Cuando me tranquilicé un poco, recordé algo que los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso a menudo enseñaban: “Las ovejas de Dios escuchan la voz de Dios: si queremos recibir el regreso del Señor, debemos escuchar la voz de Dios, discernir Su voz y comprender qué es la verdad”. La enseñanza que dieron los hermanos y hermanas estaba en consonancia con la Biblia. Las vírgenes prudentes tuvieron que escuchar la voz de Dios y ¿acaso Pedro, en la Era de la Gracia, no había sido capaz de seguir al Señor Jesús gracias a que había escuchado la voz de Dios en las palabras del Señor? Cuando me di cuenta de esto, me apresuré a sacar mi Biblia y la abrí en el Libro del Apocalipsis, capítulo 3, versículos 20-22, donde dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo. Al vencedor, le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Medité cuidadosamente en este pasaje de las Escrituras y pensé: “Dios nos pide que cada vez que el Espíritu Santo hable, debemos escuchar. En este momento había tenido la gran suerte de escuchar sobre el regreso del Señor y la oportunidad de familiarizarme con la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días; así pues, ¿por qué sigo permitiendo que mis nociones me detengan? ¿Por qué me niego a escuchar cualquier idea que no comprenda o que esté en conflicto con mis nociones? Aun cuando no pueda aceptar de inmediato que el nombre de Dios ha cambiado, ¡al menos debo buscar e investigar sobre este asunto y tomar una decisión una vez que tenga un mayor entendimiento!”. Luego me topé con el siguiente pasaje que se encuentra en Mateo, capítulo 7, versículo 7: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. “Si Dios realmente ha venido a tocar la puerta”, pensé, “y si yo, habiendo sido engañada por mis propias nociones, cierro los oídos y lo dejo fuera debido a mi insensibilidad absoluta y me pierdo la salvación de Dios en los últimos días, ¿no sería eso una pena terrible?”.

Esa noche no pude conciliar el sueño y seguí dándole vueltas en mi cabeza a todo lo que había ocurrido aquella tarde. Pensé: “He vivido aquí 18 años y esta es la primera vez que alguien viene a difundir el Evangelio. Esa hermana incluso me preguntó si alguna vez había buscado e investigado cuidadosamente la verdad: ¿podría ser que el plan de Dios era que estas dos hermanas a quienes jamás había visto vinieran a comunicarme el Evangelio? Luego, cuando me sentí inquieta tras haberlas rechazado y después de hojear la Biblia para obtener respuestas, Dios me dirigió a un pasaje donde habla de que el Señor toca a la puerta: ¿me equivoqué al rechazarlas? ¿Acaso Dios Todopoderoso realmente es el Señor Jesús que ha regresado?”. Con estos pensamientos en mente, de inmediato me levanté de la cama y oré al Señor y le pedí Su guía y esclarecimiento. Al finalizar mi oración, abrí mi computadora y visité el sitio web oficial de la Iglesia de Dios Todopoderoso, que se titula “Evangelio del Descenso del Reino” y busqué pasajes relacionados con el nombre de Dios. Encontré el siguiente pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso: “Algunos dicen que el nombre de Dios no cambia, ¿por qué pasó, entonces, a ser Jesús el nombre de Jehová? Se profetizó la venida del Mesías, ¿por qué vino, entonces, un hombre con el nombre de Jesús? ¿Por qué cambió el nombre de Dios? ¿No se llevó a cabo esa obra hace mucho tiempo? ¿Acaso no puede realizar Dios una nueva obra este día? La obra de ayer puede alterarse y la obra de Jesús puede seguir a la de Jehová. ¿No puede, entonces, la obra de Jesús ser sucedida por otra obra? Si el nombre de Jehová puede cambiar al de Jesús, entonces ¿no puede cambiarse también el nombre de Jesús? Esto no es extraño y las personas piensan así[a] sólo debido a su simpleza. Dios siempre será Dios. Independientemente de los cambios en Su obra y en Su nombre, Su carácter y sabiduría se mantienen siempre inmutables. Si crees que se puede llamar a Dios sólo por el nombre de Jesús, entonces sabes muy poco” (‘¿Cómo puede el hombre que ha definido a Dios en sus conceptos recibir Sus revelaciones?’ en “La Palabra manifestada en carne”). Después de leer este pasaje, comprendí que Dios lleva a cabo una nueva obra en cada era y asume un nuevo nombre según Su nueva obra lo requiera. Pensé en cómo, en la Era de la Ley, el nombre de Dios fue Jehová y bajo este nombre Dios guio a los israelitas. Sin embargo, cuando el Señor Jesús vino a realizar Su obra, ¿acaso el nombre de Dios no había cambiado de Jehová a Jesús? Dios Todopoderoso había explicado este asunto con gran claridad: ¿quién podría haber revelado tales misterios si Dios no hubiera venido a expresar la verdad? Yo me había negado a buscar e investigar la idea de que el nombre de Dios había cambiado porque no se ajustaba a mis propios puntos de vista. Si realmente Dios Todopoderoso era la reaparición del Señor Jesús y yo le cerraba la puerta al Señor incluso cuando Él tocaba a mi puerta una y otra vez, ¡qué terrible pena sería si me perdiera la oportunidad de recibir el regreso del Señor! Así pues, decidí buscar e investigar cuidadosamente la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días.

Posteriormente, desbloqueé a los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso y les conté acerca de la experiencia que había tenido aquella noche. Durante una reunión, los hermanos y hermanas compartieron el siguiente pasaje de las Escrituras conmigo: “¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se ha descarriado, ¿no deja las noventa y nueve en los montes, y va en busca de la descarriada?” (Mateo 18:12). Los hermanos y hermanas dijeron que yo era precisamente como aquella oveja perdida y que Dios había ido a buscarme y me había traído de vuelta ante Él. En verdad fue por la gracia de Dios que, cuando me desvíe del camino, Dios me guio para que desbloqueara a los hermanos y hermanas y siguiera asistiendo a las reuniones. ¡Agradezco a Dios por no abandonarme!

Justo en ese momento, la hermana Xiling me preguntó: “Hermana Mu Zheng, ¿bloqueaste de repente a todos porque no comprendías algún aspecto de la verdad?”. Asentí y dije: “La Biblia claramente dice ‘Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos’ (Hebreos 13:8). Esto prueba que Jesucristo jamás cambia. Aun cuando Dios regrese en los últimos días, Él debe seguir llevando el nombre de Jesús: este nombre jamás cambiará. Sin embargo, el hermano Jin compartió una enseñanza en la que dijo que el nombre de Dios en los últimos días es Dios Todopoderoso y yo simplemente no puedo aceptarlo del todo. Desde que me bauticé, siempre he orado invocando el nombre del Señor Jesús; así pues, ¿cómo podría llamarle por otro nombre?”. Cuando terminé, la hermana Xiling me envió el siguiente pasaje de las palabras de Dios: “Están aquellos que dicen que Dios es inmutable. Eso es correcto, pero se refiere a la inmutabilidad del carácter y la esencia de Dios. Los cambios en Su nombre y obra no demuestran que Su esencia se haya alterado; en otras palabras, Dios siempre será Dios, y esto nunca cambiará. Si dices que la obra de Dios siempre permanece igual, ¿sería entonces capaz de terminar Su plan de gestión de seis mil años? Sólo sabes que Dios es eternamente inmutable, ¿pero sabes que Él es siempre nuevo y nunca viejo? Si la obra de Dios nunca cambió, ¿podría haber traído a la humanidad hasta hoy? Si Dios es inmutable, ¿por qué ha hecho ya la obra de dos eras? […] Las palabras ‘Dios es siempre nuevo y nunca viejo’ hacen referencia a Su obra, y las palabras ‘Dios es inmutable’ tienen relación con lo que Dios tiene y es inherentemente. En cualquier caso, no puedes definir la obra de seis mil años en un punto, o representarla con simples palabras estáticas. Así es la estupidez del hombre. Dios no es tan simple como el hombre imagina, y Su obra no puede detenerse en una era. Jehová, por ejemplo, no puede representar siempre el nombre de Dios; Él también puede hacer Su obra bajo el nombre de Jesús, que es un símbolo de cómo la obra de Dios siempre progresa hacia adelante” (‘La visión de la obra de Dios (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”).

La hermana Xiling dijo después: “Las palabras de Dios Todopoderoso explican esto con gran claridad: cuando decimos que ‘Dios es inmutable’, nos referimos a Su carácter y esencia. Esto no significa que el nombre de Dios nunca cambie. Dios siempre es nuevo y nunca viejo, la obra de Dios siempre va hacia delante y Su nombre debe cambiar para reflejar los cambios de Su obra. Sin embargo, sin importar cómo pueda cambiar el nombre de Dios, Su esencia nunca cambia: Dios sigue siendo Dios. No obstante, no comprendemos a qué se refiere en realidad la palabra ‘inmutable’ y no vemos cómo la obra de Dios siempre es nueva y nunca vieja, así que nos resulta muy fácil limitar Su obra e, incluso, resistirnos a Él con base en nuestras nociones e imaginaciones. Por ejemplo, los fariseos se aferraban a la noción de que ‘Jehová es el único Dios; no hay otro salvador más que Jehová’. Por tanto, cuando Dios vino a realizar Su obra con el nombre ‘Jesús’ y los fariseos vieron que el nombre de Jehová había cambiado pero que no lo llamaban ‘Mesías’ como las profecías habían predicho, negaron que el Señor Jesús fuera Cristo, que Él era Dios mismo y condenaron frenéticamente al Señor Jesús y se resistieron a Él, hasta que, finalmente, se coludieron con las autoridades romanas para crucificar al Señor Jesús. Por este, el más atroz de los pecados, sufrieron el castigo de Dios. De forma similar, si persistimos en aferrarnos ciegamente a la Biblia y nos aferramos a la noción de que el nombre de Dios no cambia y negamos la obra de Dios de los últimos días, entonces ¿acaso seremos diferentes a los fariseos, que afirmaron creer en Dios, pero tomaron la senda de la resistencia hacia Él?”.

A continuación, me pidió que leyera otros dos pasajes de las palabras de Dios: “En cada era, Dios hace nueva obra y se le llama por un nuevo nombre; ¿cómo podría hacer Él la misma obra en diferentes eras? ¿Cómo podría aferrarse a lo antiguo? El nombre de Jesús se adoptó para la obra de redención, ¿se le seguiría llamando por el mismo nombre cuando vuelva en los últimos días? ¿Seguiría haciendo Él la obra de redención? ¿Por qué son Jehová y Jesús uno, pero se les llama por nombres diferentes en eras diferentes? ¿Acaso no es porque las eras de Su obra son distintas? ¿Podría un solo nombre representar a Dios en Su totalidad? Siendo esto así, se debe llamar a Dios por un nombre diferente en una era diferente y Él debe usar el nombre para cambiar la era y representarla. Porque ningún nombre puede representar totalmente a Dios mismo y cada nombre sólo puede representar el aspecto temporal del carácter de Dios en una era dada; todo lo que necesita hacer es representar Su obra. Por tanto, Dios puede escoger cualquier nombre que encaje con Su carácter para representar a toda la era” (‘La visión de la obra de Dios (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”). “¿Podría el nombre de Jesús, ‘Dios con nosotros’ representar el carácter de Dios en su totalidad? ¿Podría articular por completo a Dios? Si el hombre afirma que a Dios sólo se le puede llamar Jesús y no puede tener ningún otro nombre, porque no puede cambiar Su carácter, ¡tales palabras son una blasfemia! ¿Crees que el nombre de Jesús —Dios con nosotros— puede representar a Dios en Su totalidad? A Dios se le puede llamar por muchos nombres, pero entre todos estos no hay uno que pueda englobar todo lo que Él tiene, ninguno puede representarlo plenamente. Por tanto, Dios tiene muchos nombres, pero estos no pueden articular por completo el carácter de Dios, que es demasiado rico y supera el conocimiento del hombre. […] Una palabra o nombre particular no tendría poder para representar a Dios en Su totalidad. ¿Crees que puede Él, pues, adoptar un nombre fijo? Dios es tan grande y tan santo, ¿por qué no le permites cambiar Su nombre cada nueva era? Por ello, en cada era que Dios realiza, personalmente, Su propia obra, usa un nombre que encaje con la era para condensar la obra que hace. Él usa este nombre particular, uno que posee una importancia temporal, para representar Su carácter en dicha era. Este es Dios que usa el lenguaje de la humanidad para expresar Su propio carácter” (‘La visión de la obra de Dios (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”).

La hermana Xiling dio una enseñanza: “Dios solo lleva a cabo una parte de la obra de Su plan en una era y solo expresa un aspecto de Su carácter. El nombre que Él adopta en una era en particular solo representa el carácter que Él manifiesta y la obra que Él realiza en esa era. En la Era de la Ley, por ejemplo, el nombre “Jehová” se utilizó para representar la obra que Dios hizo, así como los aspectos majestuosos, iracundos, misericordiosos y maledicentes de Su carácter. Bajo el nombre “Jehová”, Dios proclamó las leyes y mandamientos y guio a la humanidad en su vida en la tierra. A su vez, el comportamiento de las personas se volvió cada vez más regulado y aprendieron a adorar a Dios. Hacia el final de la Era de la Ley, debido a que las personas habían sido cada vez más corrompidas por Satanás, dejaron de respetar las leyes y mandamientos y corrieron el riesgo de ser condenadas y ejecutadas. Para salvar a las personas del rigor de la ley, Dios llevó a cabo la obra de redención bajo el nombre de Jesús, comenzando, así, la Era de la Gracia y concluyendo la Era de la Ley. Él expresó Su carácter amoroso y misericordioso, predicó el camino del arrepentimiento y, finalmente, redimió a la humanidad por medio de Su crucifixión. Todos aquellos que aceptaron al Señor Jesús como Salvador y oraron en el nombre del Señor para confesarse y arrepentirse fueron perdonados. A partir de esto podemos ver que el nombre que Dios elige en cada era es importante. Cada nombre representa únicamente una porción de la obra de Dios y un aspecto de Su carácter: un solo nombre no puede representar la totalidad de Dios. Si, en la Era de la Gracia, Dios hubiera venido con el nombre ‘Jehová’ y no ‘Jesús’, entonces la obra de Dios habría dejado de progresar más allá de la Era de la Ley y, nosotros, como seres humanos corruptos, jamás habríamos recibido la redención, sino que habríamos sido condenados y ejecutados por violar las leyes y mandamientos. De forma similar, si, cuando Dios regresara en los últimos días, aún se siguiera llamando Jesús, entonces la obra de Dios dejaría de progresar más allá de la Era de la Gracia. Nuestros pecados serían perdonados, pero aún viviríamos en ese círculo vicioso de cometer pecados y confesarlos y no seríamos capaces de liberarnos de los grilletes del pecado y lograr la purificación. Por ello, para liberarnos completamente de los grilletes del pecado y alcanzar la purificación, Dios se ha hecho carne una vez más para expresar Sus palabras y llevar a cabo la obra del juicio y la purificación, para establecer la Era del Reino y dar por terminada la Era de la Gracia. Con el cambio de eras, el nombre de Dios también ha cambiado a ‘Dios Todopoderoso’, lo cual cumple la profecía que se encuentra en el Libro del Apocalipsis, capítulo 1, versículo 8 que dice: ‘Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios— el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso’.”

A través de la enseñanza que dieron los hermanos y hermanas, pude comprender cómo el pasaje de las Escrituras que dice “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos” (Hebreos 13:8) no significa que el nombre de Dios jamás cambiará sino, más bien, que la esencia de Dios es inmutable. También aprendí que Dios dividió Su plan de gestión de 6000 años en tres eras —la Era de la Ley, la Era de la Gracia y la Era del Reino— y que, con cada nueva etapa de la obra, Dios asume un nuevo nombre para representar Su obra y Su carácter durante dicha era. También adopta un nuevo nombre para marcar el inicio de una nueva era. ¡Cuán significativo es el nombre de Dios en cada era! Si, como yo había creído previamente, el nombre de Dios jamás cambiaba y, cuando Él regresara, siguiera llamándose Jesús, ¿acaso Su obra no permanecería detenida?

Después de la reunión, busqué una vez más algunos pasajes del Apocalipsis: “Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios— el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8). “Al vencedor le haré una columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de mi Dios, y mi nombre nuevo” (Apocalipsis 3:12). De repente, todo se aclaró después de leer estos pasajes y pensé “Ya he leído estos dos pasajes antes, entonces ¿cómo es que no me di cuenta de lo que realmente significaban? Estos dos pasajes de las Escrituras claramente predicen cómo, cuando Dios regrese en los últimos días, ya no será llamado Jesús y Su nuevo nombre será ‘el Todopoderoso’. Siempre me había aferrado a aquella cita de la Biblia que declara ‘Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos’ (Hebreos 13:8), pues pensaba que el nombre de Dios jamás cambiaría, pero nunca pensé en examinar otros pasajes de las Escrituras, y simplemente rechacé continuamente la obra de Dios de los últimos días y me resistí a ella. ¡Cuán ignorante era!”. A través de las enseñanzas que los hermanos y hermanas habían dado, así como de las profecías que se encuentran en la Biblia en relación con el nombre de Dios, ya no albergaba ninguna duda acerca del nombre que Dios había elegido en los últimos días.

Tiempo después, durante una reunión, leímos otro pasaje de las palabras de Dios: “Una vez se me conoció como Jehová. También se me llamó el Mesías, y las personas me llamaron una vez Jesús el Salvador porque me amaban y respetaban. Pero hoy no soy el Jehová o el Jesús que las personas conocieron en tiempos pasados; Yo soy el Dios que ha regresado en los últimos días, el que pondrá fin a la era. Soy el Dios mismo que surge de los confines de la tierra, repleto de todo Mi carácter y lleno de autoridad, honor y gloria. Las personas nunca se han relacionado conmigo, nunca me han conocido y siempre han sido ignorantes de Mi carácter. Desde la creación del mundo hasta hoy, ni una sola persona me ha visto. Este es el Dios que aparece al hombre durante los últimos días, pero que está oculto en medio de los hombres. Él mora entre los hombres, verdadero y real, como el sol ardiente y la llama de fuego, lleno de poder y rebosante de autoridad. No hay una sola persona o cosa que no será juzgada por Mis palabras y ni una sola persona o cosa que no será purificada por el fuego ardiente. Finalmente, todas las naciones serán bendecidas debido a Mis palabras y también serán hechas pedazos debido a ellas. De esta forma, todas las personas durante los últimos días verán que Yo soy el Salvador que ha regresado, que Yo soy el Dios Todopoderoso que conquista a toda la humanidad, y que una vez fui la ofrenda por el pecado para el hombre, pero en los últimos días también me convierto en las llamas del sol que queman todas las cosas, así como el Sol de justicia que revela todas las cosas. Tal es Mi obra de los últimos días. Tomé este nombre y soy poseedor de este carácter para que todas las personas puedan ver que Yo soy un Dios justo, Yo soy el sol abrasador y la llama de fuego. Es para que todos puedan adorarme, el único Dios verdadero, y para que puedan ver Mi verdadero rostro: no soy sólo el Dios de los israelitas ni soy sólo el Redentor, soy el Dios de todas las criaturas en todos los cielos, la tierra y los mares” (‘El Salvador ya ha regresado sobre una “nube blanca”’ en “La Palabra manifestada en carne”).

La hermana Xiling dio la siguiente enseñanza: “En los últimos días, Dios ha iniciado la obra del juicio por medio de las palabras en la Era del Reino bajo el nombre de ‘Dios Todopoderoso’ y ha revelado a la humanidad Su carácter justo y majestuoso que no tolera ofensa alguna. Las palabras que Dios Todopoderoso ha expresado exponen la realidad de que Satanás ha corrompido a la humanidad, así como la fuente de nuestra resistencia hacia Dios. Las palabras de Dios arrojan un juicio sobre nuestra rebeldía e injusticia y nos muestran la senda y la dirección que necesitamos seguir para transformar nuestro carácter. Siempre que nos enfoquemos en buscar la verdad en todas las cosas, utilicemos la verdad para sacar de raíz nuestro carácter corrupto y nos comportemos y tratemos a los demás de acuerdo con las exigencias de Dios, podemos deshacernos poco a poco de nuestro carácter corrupto y alcanzar la plena salvación de Dios. Cuando la obra de Dios Todopoderoso en la tierra finalice, todos aquellos que hayan aceptado la obra de Dios en los últimos días y hayan alcanzado la purificación y salvación de Dios serán guiados por Él a Su reino para disfrutar de las bendiciones de Dios y de Su promesa. En cuanto a aquellos que rechazaron la obra de Dios de los últimos días e, incluso, se resistieron a Él, lo condenaron, lo calumniaron y blasfemaron en Su contra, todos serán consumidos por los grandes desastres de los últimos tiempos y serán castigados y destruidos por Dios. Así pues, Dios adopta el nombre de ‘Dios Todopoderoso’ para manifestar a toda la humanidad Su carácter justo y majestuoso que no tolera ofensa alguna, separa a las personas según su tipo, pone fin a esta era de maldad y completa toda la obra del plan de gestión de Dios de 6000 años. Dios quiere que veamos que Él no sólo es el Amo y Creador de todas las cosas, sino que también puede servir como nuestra ofrenda por el pecado e, incluso, puede perfeccionar, transformar y purificar a la humanidad. Dios es el Primero y el Último y Sus maravillosas obras son insondables para el hombre. Por ello, que Dios asuma el nombre de ‘Dios Todopoderoso’ resulta particularmente significativo. Actualmente, el Espíritu Santo solo salvaguarda la obra que se lleva a cabo bajo el nombre de Dios Todopoderoso. Todos aquellos que acepten la obra de Dios de los últimos días y oren en el nombre de Dios Todopoderoso pueden recibir la obra del Espíritu Santo y el suministro del agua viva de la vida. Las iglesias de la Era de la Gracia se han vuelto lúgubres y desoladas: la fe de sus creyentes se vuelve cada vez más fría; sus sermones carecen de esencia; no se conmueven en la oración y un número cada vez mayor es seducido por las tendencias mundanas. La fuente de sus problemas yace en el hecho de que Dios está realizando una nueva obra, y la obra del Espíritu Santo ha cambiado de las iglesias de la Era de la Gracia a las de la Era del Reino. Han fracasado en ir al compás de los pasos del Cordero, no han aceptado la obra de juicio de Dios Todopoderoso y, por tanto, no pueden obtener el suministro del agua viva de vida y deben revolcarse en la oscuridad sin una puerta de salida”.

A través de la lectura de la palabra de Dios y de escuchar la enseñanza de la hermana, obtuve un conocimiento más profundo de lo que significa que Dios asuma diferentes nombres en distintas eras. También obtuve el conocimiento de la obra de juicio de Dios y del carácter que Él manifiesta en los últimos días: ¡esto es crucial para que nos liberemos de las ataduras del pecado y para que Dios nos salve! Resulta que la razón por la que no me sentía suministrada al escuchar los sermones en los últimos años y la razón por la cual la fe de mis hermanos y hermanas se había debilitado y los sermones habían carecido de esencia era porque la obra del Espíritu Santo ya había cambiado: el Espíritu Santo solo salvaguarda ahora la obra que se realiza bajo el nombre de Dios Todopoderoso. Como no habíamos aceptado el nuevo nombre de Dios y no habíamos ido al compás de los pasos del Cordero, habíamos caído en la oscuridad. Fue entonces que supe en mi corazón que Dios Todopoderoso en verdad es el Señor Jesús que ha regresado.

Posteriormente, mis hermanos y hermanas compartieron conmigo la enseñanza relacionada con cómo distinguir a las verdaderas iglesias de las falsas, cómo distinguir la obra del Espíritu Santo de la obra de Satanás y otros aspectos de la verdad. Me beneficié enormemente de estas enseñanzas. Cada vez que me reunía con mis hermanos y hermanas para ver películas y videos del Evangelio, me sentía espiritualmente satisfecha y mi corazón se llenaba con una sensación de paz y seguridad. Las palabras de Dios Todopoderoso no solo resolvieron muchas preguntas que había tenido previamente en mi creencia en el Señor, sino que, también, resolvieron muchos problemas que estaba experimentando en mi vida. También recuperé la sensación de fe que tuve cuando comencé a creer en el Señor. Me regocijé de que Dios me escogiera para aceptar Su obra de los últimos días y empecé a ir al compás de los pasos del Cordero. Ahora, leo las palabras de Dios Todopoderoso todos los días. Cuanto más leo, más siento que la luz llena mi corazón, y desde el fondo de mi alma tengo absoluta certeza de que la palabra de Dios Todopoderoso es la verdad y es la voz de Dios. Estaba completamente segura de que Dios se ha aparecido ahora y está obrando como Dios Todopoderoso y acepté Su nombre y me uní oficialmente a la Iglesia de Dios Todopoderoso. ¡Agradezco a Dios Todopoderoso por salvarme!

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Revelado: El verdadero significado de “¡Consumado es!” dicho por el Señor Jesús en la cruz

Muchos hermanos y hermanas han estado esperando que el Señor regrese y puedan ser llevados al reino de los cielos. La hermana Lisa también, recientemente conoció a una hermana llamada Bella en Facebook. Bella le dio testimonio de que el Señor había regresado y hecho una nueva obra.

el Señor Jesús en la cruz

Revelado: El verdadero significado de «¡Consumado es!» dicho por el Señor Jesús en la cruz

Muchos hermanos y hermanas han estado esperando que el Señor regrese y puedan ser llevados al reino de los cielos. La hermana Lisa también, recientemente conoció a una hermana llamada Bella en Facebook. Bella le dio testimonio de que el Señor había regresado y hecho una nueva obra. Lisa estuvo muy emocionada al escuchar dicha noticia, pero al mismo tiempo muy confundida: la expresión «¡Consumado es!» que dijo el Señor Jesús en la cruz demuestra que la obra de Dios para salvar a la humanidad ha terminado, y objetivo de que Él regrese en los últimos día es llevar a los creyentes al reino de los cielos, ¿por qué aún hace una nueva obra? Entonces, Bella le compartió un artículo a Lisa. Después de leerlo, Lisa resolvió su confusión y comenzó a investigar la obra de Dios de los últimos días… ¿Quiere saber qué contenido vio Lisa? Por favor, Lea el artículo para entender: El verdadero significado de «¡Consumado es!» dicho por el Señor Jesús en la cruz 

Profecias de la biblia se ha cumplido. El Señor ha vuelto y está hablando a las iglesias. Esto cumple la profecía de la Biblia: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias” (Apocalipsis 2:7). Haga clic para contactarnos, vamos a escuchar juntos la voz de Dios para recibir al Señor.

 

Documental de la iglesia cristiana «La aparición y obra de Dios Todopoderoso» Primera parte-2

Este documental retrata principalmente la verdadera historia acerca de cómo Dios Todopoderoso apareció entre las iglesias clandestinas y comenzó a realizar Su obra y pronunciar Sus palabras.

Documental de la iglesia cristiana «La aparición y obra de Dios Todopoderoso» Primera parte

Hace dos mil años, el Señor Jesús dijo: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). y prometió: “He aquí, yo vengo pronto” (Apocalipsis 22:7). A lo largo de dos mil años de esperanza y dos mil años de espera, generaciones de cristianos han esperado con ansias el regreso del Señor Jesús. Toda la humanidad anhelaba que el Salvador llegara y le trajera la salvación plena. Justo en el momento más oscuro del mundo, cuando las fuerzas malignas de Satanás eran más salvajes y feroces en su resistencia contra Dios, el amanecer se asomó en el este, en China. En 1991, ese año extraordinario, el Hijo del hombre encarnado , Dios Todopoderoso, apareció en las iglesias clandestinas para expresar la verdad y obrar. Allí, Él comenzó a realizar la obra de juicio comenzando por la casa de Dios.

Este documental retrata principalmente la verdadera historia acerca de cómo Dios Todopoderoso apareció entre las iglesias clandestinas y comenzó a realizar Su obra y pronunciar Sus palabras. Al compartir estas palabras actuales de Dios Todopoderoso, los escogidos poco a poco han llegado a comprender la verdad, alcanzar una senda de práctica y gozar de la dicha y la libertad ofrecidas por el Espíritu Santo a la humanidad.

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

La-Iglesia-de-Dios-Todopoderoso

¡Buena noticia! El Señor Jesús ha vuelto, ha expresado la verdad y ha hecho la obra de juzgar y purificar a la gente. Esto ha cumplido la profecía bíblica: “Porque es tiempo de que el juicio comience de la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). Solo al aceptar la obra de Dios de los últimos días podemos obtener la purificación y ser salvos por Dios. Si quiere conocer más, haga clic en medios de contacto abajo para hablar y comunicarse con nosotros en línea.

Dios Todopoderoso es el único Dios verdadero que creó todas las cosas

Todo lo que hay en este mundo está cambiando rápidamente con los pensamientos del Todopoderoso, bajo Su mirada. Las cosas de las cuales no ha oído hablar jamás la humanidad pueden llegar abruptamente. Sin embargo, lo que la humanidad siempre ha poseído puede desaparecer sin que ella se dé cuenta. Nadie puede desentrañar el paradero del Todopoderoso y, además, nadie puede sentir la trascendencia y la grandeza del poder vital del Todopoderoso.

1. Dios Todopoderoso es el único Dios verdadero que gobierna sobre todas las cosas

Las palabras relevantes de Dios:

Todo lo que hay en este mundo está cambiando rápidamente con los pensamientos del Todopoderoso, bajo Su mirada. Las cosas de las cuales no ha oído hablar jamás la humanidad pueden llegar abruptamente. Sin embargo, lo que la humanidad siempre ha poseído puede desaparecer sin que ella se dé cuenta. Nadie puede desentrañar el paradero del Todopoderoso y, además, nadie puede sentir la trascendencia y la grandeza del poder vital del Todopoderoso. Su trascendencia radica en la forma como Él puede percibir aquello que los humanos no pueden. Su grandeza radica en la forma como Él salva a la humanidad, a pesar de ser Aquel de quien la humanidad reniega. Él conoce el significado de la vida y la muerte. Es más, Él sabe qué reglas son adecuadas para regir la existencia de la humanidad, a la que ha creado. Él es la base de la existencia humana y el Redentor que resucita a la humanidad de nuevo. Él agobia a los corazones felices con angustia y levanta a los corazones apesadumbrados con felicidad. Todo esto es para Su obra y para Su plan.

Extracto de ‘El suspiro del Todopoderoso’ en “La Palabra manifestada en carne

Cuántas criaturas existen viviendo y reproduciéndose en la vasta extensión del universo, siguiendo la ley de la vida una y otra vez, ciñéndose a una norma continua. Los que mueren se llevan con ellos las historias de los vivos, y estos repiten la misma trágica historia de los que han muerto. Y, así, la humanidad no puede evitar preguntarse: ¿por qué vivimos? ¿Y por qué tenemos que morir? ¿Quién está al mando de este mundo? ¿Y quién creó a esta humanidad? ¿Fue la humanidad realmente creada por la Madre Naturaleza? ¿Controla realmente la humanidad su propio destino? […] La humanidad no sabe quién es el Soberano de todas las cosas en el universo, y, mucho menos, su principio y su futuro. Simplemente vive, forzosamente, en medio de esta ley. Nadie puede escapar a ella y nadie puede cambiarla, porque entre todas las cosas y en los cielos sólo hay Uno desde la eternidad hasta la eternidad que tiene la soberanía sobre todas las cosas. Él es Aquel al que el hombre nunca ha visto, que la humanidad nunca ha conocido, en cuya existencia nunca ha creído, pero es Aquel que insufló el aliento en los ancestros de la humanidad y dio vida a esta. Él es Aquel que provee y alimenta a la humanidad para su existencia, y la guía hasta el día presente. Además, Él y sólo Él es de quien depende la humanidad para su supervivencia. Tiene la soberanía sobre todas las cosas y rige sobre todos los seres vivos en el universo. Domina las cuatro estaciones, y es quien convoca al viento, la escarcha, la nieve y la lluvia. Él da el sol a la humanidad y trae la venida de la noche. Él fue quien ordenó los cielos y la tierra, brindando al hombre montañas, lagos y ríos, así como todas las cosas vivientes en ellos. Sus hechos están en todas partes, Su poder está en todas partes, Su sabiduría está en todas partes y Su autoridad está en todas partes. Cada una de estas leyes y normas es la representación de Sus hechos, y cada una de ellas revela Su sabiduría y autoridad. ¿Quién puede eximirse de Su soberanía? ¿Y quién puede liberarse de Sus designios? Todas las cosas existen bajo Su mirada; es más, todas viven bajo Su soberanía. Sus hechos y Su poder no le dejan a la humanidad otra opción más que la de reconocer que Él existe realmente y tiene soberanía sobre todas las cosas. Ninguna otra cosa aparte de Él puede dominar el universo, y menos aún proveer incesantemente a esta humanidad. Independientemente de que seas capaz de reconocer los hechos de Dios y creer en Su existencia, no hay duda de que tu destino se encuentra en las disposiciones de Dios, y que Él siempre tendrá soberanía sobre todas las cosas. Su existencia y autoridad no se predican en función de que el hombre pueda o no reconocerlas y comprenderlas. Sólo Él conoce el pasado, el presente y el futuro del hombre, y sólo Él puede determinar el destino de la humanidad. Independientemente de que seas capaz o no de aceptar este hecho, no pasará mucho tiempo antes de que la humanidad presencie todo esto con sus propios ojos, y esta es la realidad que Dios pronto empleará. La humanidad vive y muere bajo los ojos de Dios. Vive para la gestión de Dios, y cuando sus ojos se cierran para el tiempo final, también es por esa misma gestión. Una y otra vez, el hombre va y viene, de un lado para el otro. Sin excepción, todo forma parte de la soberanía y los designios de Dios. Su gestión siempre está avanzando y nunca ha cesado. Él hará a la humanidad consciente de Su existencia, que confíe en Su soberanía, vea Sus hechos, y vuelva a Su reino. Este es Su plan, y la obra que Él ha estado llevando a cabo durante miles de años.

Extracto de ‘El hombre sólo puede salvarse en medio de la gestión de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

El camino de la vida no es algo que cualquiera pueda tener ni tampoco todos lo pueden conseguir con facilidad. Esto se debe a que la vida sólo puede proceder de Dios, es decir, sólo Dios mismo posee la esencia de la vida; no hay camino de vida sin Dios mismo y por eso sólo Dios es la fuente de la vida y el manantial del agua viva de la vida que siempre fluye. Desde que Él creó el mundo, Dios ha hecho mucha obra que implica la vitalidad de la vida, ha hecho mucha obra que le da vida al hombre y ha pagado un gran precio para que el hombre pueda alcanzar la vida, porque Dios mismo es la vida eterna y Dios mismo es el camino por el cual el hombre resucita. Dios nunca está ausente del corazón del hombre y vive entre los hombres todo el tiempo. Ha sido la fuerza que impulsa la vida del hombre, el fundamento de la existencia del hombre, y un rico depósito para la existencia del hombre después del nacimiento. Él hace que el hombre vuelva a nacer y le permite vivir con constancia en cada función de su vida. Gracias a Su poder y Su fuerza de vida inextinguible, el hombre ha vivido generación tras generación, a través de las cuales el poder de la vida de Dios ha sido el pilar de la existencia del hombre, y por el cual Dios ha pagado un precio que ningún hombre ordinario ha pagado alguna vez. La fuerza de vida de Dios puede prevalecer sobre cualquier poder; además, excede cualquier poder. Su vida es eterna, Su poder extraordinario, y Su fuerza de vida ningún ser creado o fuerza enemiga la puede aplastar fácilmente. La fuerza de vida de Dios existe e irradia su reluciente resplandor, independientemente del tiempo o el lugar. El cielo y la tierra pueden sufrir grandes cambios, pero la vida de Dios para siempre es la misma. Todas las cosas pasan, pero la vida de Dios todavía permanece porque Dios es la fuente de la existencia de todas las cosas y la raíz de su existencia. La vida del hombre proviene de Dios, la existencia del cielo se debe a Dios, y la existencia de la tierra procede del poder de la vida de Dios. Ningún objeto que tenga vitalidad puede trascender la soberanía de Dios, y ninguna cosa que tenga vigor puede librarse del ámbito de la autoridad de Dios. De esta manera, independientemente de quiénes sean, todos se deben someter bajo el dominio de Dios, todos deben vivir bajo el mandato de Dios y nadie puede escapar de Su control.

Extracto de ‘Sólo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”

Antes de que esta humanidad naciese, el cosmos —todos los planetas, todas las estrellas en los cielos— ya existía. En el macronivel, estos cuerpos celestiales han estado orbitando regularmente, bajo el control de Dios, durante toda su existencia, por muchos años que hayan sido. Qué planeta va a qué lugar, en qué momento particular; qué planeta realiza qué tarea, y cuándo; qué planeta gira por qué órbita, y cuándo desaparece o es reemplazado; todas estas cosas tienen lugar sin el más mínimo error. Las posiciones de los planetas y las distancias entre ellos siguen todas patrones estrictos, que pueden describirse con datos precisos; los caminos por los que viajan, la velocidad y los patrones de sus órbitas, los tiempos que permanecen en las diversas posiciones, pueden cuantificarse con precisión y describirse por medio de leyes específicas. Durante eones, los planetas han seguido estas leyes sin desviarse lo más mínimo. Ningún poder puede cambiar, o interrumpir, sus órbitas o los patrones que siguen. Debido a que las leyes especiales que gobiernan su movimiento y los datos precisos que los describen están predestinados por la autoridad del Creador, estos obedecen estas leyes por sí mismos, bajo Su soberanía y Su control. En el macronivel no le resulta difícil al hombre encontrar algunos patrones, algunos datos y algunas leyes o fenómenos extraños e inexplicables. Aunque la humanidad no admite que Dios exista ni acepta que el Creador hiciera y domine todas las cosas, además de no reconocer la existencia de Su autoridad, los científicos, astrónomos y físicos humanos están viendo cada vez más que la existencia de todas las cosas en el universo, los principios y patrones que dictan sus movimientos, están todos gobernados y controlados por una inmensa e invisible energía oscura. Esto obliga al hombre a afrontar y reconocer que existe un Todopoderoso en medio de estos patrones de movimiento, que lo orquesta todo. Su poder es extraordinario y, aunque nadie puede ver Su verdadero rostro, Él lo gobierna y lo controla todo en todo momento. Ningún hombre o fuerza puede ir más allá de Su soberanía. Frente a esta realidad, el hombre debe reconocer que las leyes que gobiernan la existencia de todas las cosas no pueden ser controladas por los humanos, nadie puede cambiarlas; al mismo tiempo, el hombre debe admitir que los seres humanos no pueden entender del todo estas leyes, que no ocurren de manera natural, sino que son dictadas por un Señor y Amo. Todas estas son expresiones de la autoridad de Dios que la humanidad puede percibir en un macronivel.

En el micronivel, todas las montañas, lagos, mares y masas continentales que el hombre observa sobre la tierra, todas las estaciones que experimenta, todas las cosas que habitan la tierra, incluidas plantas, animales, microorganismos y seres humanos, están sujetos a la soberanía de Dios y son controlados por Él. Bajo la soberanía y el control de Dios, todas las cosas nacen o desaparecen de acuerdo con Sus pensamientos, sus vidas están gobernadas por ciertas leyes, crecen y se multiplican según ellas. Ningún ser humano o cosa está por encima de estas.

Extracto de ‘Dios mismo, el único III’ en “La Palabra manifestada en carne”

Cuando Dios creó todas las cosas, trazó límites para montañas, llanuras, desiertos, colinas, ríos y lagos. En la tierra hay montañas, llanuras, desiertos, colinas y diversas masas de agua. ¿No son diferentes terrenos? Dios trazó límites entre todos estos distintos tipos de terrenos. Cuando hablamos de trazar límites, significa que las montañas tienen sus propios trazados, las llanuras tienen sus propios trazados; los desiertos tienen su extensión y las colinas tienen un área fija. También hay una cantidad fija de masas de agua como ríos y lagos. Esto es, cuando Dios creó todas las cosas lo dividió todo muy claramente. […] Dentro de todos estos terrenos y entornos geográficos diferentes creados por Dios, Él lo está administrando todo de una forma planeada y ordenada. Por eso estos entornos geográficos siguen existiendo varios miles de años, decenas de miles de años después de que Dios los creara. Siguen desempeñando su papel. Aunque durante ciertos períodos los volcanes hacen erupción, se producen terremotos y desplazamientos importantes en la tierra, Dios no permitirá en absoluto que ningún tipo de terreno pierda su función original. Es sólo gracias a esta administración de Dios, a Su gobierno y control de estas leyes, que todo esto —todo lo disfrutado y visto por la humanidad— puede sobrevivir sobre la tierra de una forma ordenada. […]

[…] además de establecer límites para los diversos entornos geográficos, Dios también los trazó para las aves y bestias diversas, peces, insectos y todas las plantas. También estableció leyes. Debido a las diferencias entre los diversos entornos geográficos y a la existencia de distintos entornos geográficos, los distintos tipos de aves y bestias, peces, insectos y plantas tienen diferentes entornos para sobrevivir. Las aves, los bestias y los insectos viven entre las diversas plantas, los peces viven en el agua y las plantas crecen en la tierra. […] todos los seres creados por Dios —independientemente de que estén fijos en un lugar o puedan respirar por sus fosas nasales— tienen sus leyes para la supervivencia. Mucho antes de que creara estos seres vivos Dios les había preparado sus propios territorios y entornos para la supervivencia. Estos seres vivos tenían sus propios entornos fijos para la supervivencia, sus propios alimentos, sus propios territorios fijos, sus propios lugares fijos apropiados para su supervivencia, lugares con temperaturas adecuadas para ella. De esa forma no vagarían por todas partes ni socavarían la supervivencia de la humanidad, ni afectarían a la vida de esta. Así administra Dios a todos los seres con el fin de proveer para la humanidad el mejor entorno para la supervivencia. Entre todos los seres, cada uno de los seres vivos tienen alimentos que sustentan la vida en sus propios entornos para la supervivencia. Con esa comida, están fijos en su entorno natural para sobrevivir. En ese tipo de entorno, siguen sobreviviendo, multiplicándose y saliendo adelante según las leyes que Dios ha establecido para ellos. Gracias a este tipo de leyes, a la predestinación de Dios, todos los seres interactúan en armonía con la humanidad, y la humanidad y todos los seres son interdependientes.

Extracto de ‘Dios mismo, el único IX’ en “La Palabra manifestada en carne”

Desde el momento en que llegas llorando a este mundo, comienzas a cumplir tu deber. Asumes tu papel en el plan de Dios y en la ordenación de Dios. Comienzas el viaje de la vida. Cualquiera que sea tu trasfondo y el viaje que tengas por delante, nadie puede escapar de la orquestación y la disposición que el cielo y nadie tiene el control de su destino, porque sólo Él, quien gobierna sobre todas las cosas, es capaz de hacer tal obra. Desde el día en que el hombre comenzó a existir, Dios ha sido firme en Su obra, gestionando este universo y dirigiendo las leyes del cambio y la trayectoria del movimiento de todas las cosas. Como todas las cosas, el hombre, silenciosamente y sin saberlo, recibe el alimento de la dulzura y la lluvia y el rocío de Dios. Como todas las cosas, sin saberlo, el hombre vive bajo la orquestación de la mano de Dios. El corazón y el espíritu del hombre están en la mano de Dios y toda la vida del hombre es contemplada a los ojos de Dios. Independientemente de si crees esto o no, cualquiera de todas las cosas, vivas o muertas, cambiarán, se moverán, se renovarán y desaparecerán de acuerdo con los pensamientos de Dios. Así es como Dios gobierna sobre todas las cosas.

A medida que la noche entra furtivamente, el hombre se mantiene inconsciente porque el corazón del hombre no puede percibir cómo la oscuridad se acerca o de dónde viene. A medida que la noche se escapa silenciosamente, el hombre le da la bienvenida a la luz del día, pero el corazón del hombre tiene aún menos claro y es menos consciente de dónde ha llegado la luz y cómo ha ahuyentado las tinieblas de la noche. Tales alternaciones recurrentes del día y la noche llevan al hombre de un periodo a otro, moviéndose a través del tiempo, a la vez que asegura que la obra de Dios y Su plan se llevan a cabo durante cada periodo y en todos los tiempos.

Extracto de ‘Dios es la fuente de la vida del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”

Desde la creación del mundo he empezado a predestinar y seleccionar a este grupo de personas, concretamente, vosotros hoy. Tu temperamento, calibre, aspecto, estatura, la familia en la que naciste, tu trabajo y tu matrimonio, la totalidad de ti, incluso el color de tu pelo y tu piel, y el momento de tu nacimiento fueron todos dispuestos por Mis manos. Incluso las cosas que haces y las personas que conoces todos los días están arregladas por Mis manos, por no mencionar el hecho de que traerte a Mi presencia hoy es en realidad Mi arreglo. No te entregues al desorden; debes proceder con calma.

Extracto de ‘Capítulo 74’ de Declaraciones de Cristo en el principio en “La Palabra manifestada en carne”

Los destinos de la humanidad y del universo están íntimamente entretejidos con la soberanía de Dios, inseparablemente vinculados con las orquestaciones del Creador; al final, no pueden desenredarse de Su autoridad. A través de las leyes de todas las cosas el hombre llega a comprender la orquestación del Creador y Su soberanía; a través de las normas de supervivencia percibe Su gobierno; a partir de los destinos de todas las cosas saca conclusiones sobre las formas en las que Él ejerce Su soberanía y Su control sobre ellas; y en los ciclos de vida de los seres humanos y de todas las cosas el hombre experimenta realmente las orquestaciones y disposiciones del Creador para todas las cosas y seres vivos, y presencia realmente cómo las mismas sobrepasan a todas las leyes, reglas, e instituciones terrenales, y a todos los demás poderes y fuerzas. A la luz de esto, la humanidad se ve empujada a reconocer que ningún ser creado puede violar la soberanía del Creador, que ninguna fuerza puede meterse en medio de los acontecimientos y las cosas predestinados por Él ni alterarlos. Bajo estas leyes y normas divinas, los seres humanos y todas las cosas viven y se propagan, generación tras generación. ¿No es esta la verdadera materialización de la autoridad del Creador?

Extracto de ‘Dios mismo, el único III’ en “La Palabra manifestada en carne”

(Pasaje selecto de la Palabra de Dios)

Dios preside el destino de toda la humanidad

Como miembros de la raza humana y cristianos devotos, es responsabilidad y obligación de todos nosotros ofrecer nuestra mente y nuestro cuerpo para el cumplimiento de la comisión de Dios, porque todo nuestro ser vino de Él y existe gracias a Su soberanía. Si nuestras mentes y nuestros cuerpos no son para la comisión de Dios ni para la causa justa de la humanidad, nuestras almas serán indignas de aquellos que fueron martirizados por causa de aquella, mucho menos dignos de Dios, que nos ha provisto todo.

Dios creó este mundo, creó a esta humanidad, y además fue el arquitecto de la antigua cultura griega y la civilización humana. Sólo Dios consuela a esta humanidad, y sólo Él cuida de ella noche y día. El desarrollo y el progreso humanos son inseparables de la soberanía de Dios, y la historia y el futuro de la humanidad son inextricables de los designios de Dios. Si eres un cristiano verdadero, creerás sin duda que el auge y la caída de cualquier país o nación ocurren de acuerdo con los designios de Dios. Sólo Él conoce el destino de un país o nación, y sólo Él controla el curso de esta humanidad. Si esta desea tener un buen destino, si un país desea un buen destino, entonces el hombre debe postrarse a Dios para adorarlo, arrepentirse y confesar delante de Él, si no, la suerte y el destino del hombre acabarán inevitablemente en catástrofe.

Echa un vistazo a la época del arca de Noé: la humanidad era profundamente corrupta, se había desviado de la bendición de Dios, Él ya no cuidaba más de ella, y había perdido Sus promesas. Vivía en las tinieblas, sin la luz de Dios. Así pues, los hombres se volvieron licenciosos por naturaleza, abandonados a sí mismos a una depravación horrible. Tales hombres ya no podían recibir la promesa de Dios; no eran dignos de ver el rostro de Dios, ni de oír Su voz, porque lo habían abandonado, habían dejado de lado todo lo que Él les había concedido, y se habían olvidado de las enseñanzas de Dios. Su corazón se apartaba más y más de Dios, y conforme lo hacía, se volvieron depravados más allá de toda razón y humanidad, y cada vez más malvados. Así pues, cada vez se acercaron más a la muerte, y cayeron bajo la ira y el castigo de Dios. Sólo Noé adoró a Dios y se apartó del mal, y por eso fue capaz de oír Su voz, y Sus instrucciones. Él construyó el arca siguiendo las instrucciones de la palabra de Dios, y reunió a toda forma de criaturas vivientes. Y de esta manera, una vez que todo se había preparado, Dios desató Su destrucción sobre el mundo. Sólo Noé y los siete miembros de su familia sobrevivieron a la destrucción, porque Noé adoró a Jehová y se apartó del mal.

Después, mira la era presente: hombres tan justos como Noé, que podían adorar a Dios y apartarse del mal, han dejado de existir. Aun así Dios sigue siendo misericordioso con esta humanidad, y la absuelve durante esta era final. Dios busca a aquellos que anhelan que Él aparezca. Busca a aquellos que son capaces de oír Sus palabras, los que no han olvidado Su comisión y le ofrecen su corazón y su cuerpo. Él busca a aquellos que son tan obedientes como bebés delante de Él, y no se resisten a Él. Si ninguna fuerza te obstaculiza en tu devoción a Dios, Él te mirará con favor, y te concederá Sus bendiciones. Si tienes una posición alta, una reputación honorable, posees un conocimiento abundante, tienes muchas propiedades, y muchas personas te apoyan, pero estas cosas no evitan que vengas delante de Dios para aceptar Su llamamiento y Su comisión, que hagas lo que Él pide de ti, entonces todo lo que haces será lo más significativo sobre la tierra y lo más justo de la humanidad. Si rechazas la llamada de Dios por causa de tu estatus o tus propios objetivos, todo lo que hagas será maldito e incluso detestado por Dios. Quizás seas un presidente, o un científico, un pastor, o un anciano, no importa cuán elevado sea tu oficio, si te apoyas en tu conocimiento y capacidad en tus empresas, entonces siempre serás un fracaso, y serás un hombre sin las bendiciones de Dios, porque Él no acepta nada de lo que haces, ni admite que tu carrera sea justa, ni acepta que estés trabajando para el beneficio de la humanidad. Él dirá que lo único que haces es usar el conocimiento y la fuerza de la humanidad para despojar al hombre de la protección de Dios, y para negar Sus bendiciones. Él dirá que estás llevando a la humanidad hacia las tinieblas, hacia la muerte y hacia el comienzo de una existencia sin límites en la que el hombre ha perdido a Dios y Su bendición.

Desde que el hombre tuvo ciencias sociales por primera vez, la ciencia y el conocimiento ocuparon su mente. Después, estos pasaron a ser herramientas para gobernar a la humanidad, y ya no hubo espacio suficiente para que el hombre adorara a Dios ni más condiciones favorables para Su adoración. La posición de Dios se hundió aún más abajo en el corazón del hombre. Un mundo dentro del corazón del hombre, sin un lugar para Dios, es oscuro, vacío sin esperanza. Y así surgieron muchos científicos sociales, historiadores y políticos, que expresaron teorías de ciencia social, la de la evolución humana y otras que contravienen la verdad de que Dios creó al hombre, para llenar el corazón y la mente del hombre. Así, cada vez son menos los que creen que Dios lo creó todo, y más quienes creen en la teoría de la evolución. Más y más personas tratan los relatos de la obra de Dios y Sus palabras durante la era de Antiguo Testamento como mitos y leyendas. En sus corazones, las personas se vuelven indiferentes a la dignidad y a la grandeza de Dios, al principio de que Él existe y que domina todas las cosas. La supervivencia de la humanidad y el destino de países y naciones ya no son importantes para ellas. El hombre vive en un mundo vacío, que se preocupa sólo con comer, beber, y buscar el placer… Pocas personas asumen el buscar dónde lleva a cabo Dios Su obra hoy, o cómo preside y organiza el destino del hombre. Y, de esta forma, sin que el hombre lo supiera, la civilización humana es cada vez menos capaz de actuar de acuerdo con los deseos del hombre e, incluso, todavía hay muchos que sienten que, viviendo en un mundo así, son menos felices que los que han muerto. Incluso personas de países que solían ser altamente civilizados ventilan estas quejas. Y es que sin la dirección de Dios, por mucho que los gobernantes y sociólogos se devanen los sesos para preservar la civilización humana, todo es inútil. Nadie puede llenar el vacío en el corazón del hombre, porque nadie puede ser su vida, y ninguna teoría social puede liberarlo del vacío que lo aflige. Ciencia, conocimiento, libertad, democracia, ocio, comodidad, todas estas cosas no son sino un consuelo temporal. Incluso teniendo esto, el hombre pecará inevitablemente y se quejará de las injusticias de la sociedad. Estas cosas no pueden refrenar el anhelo y el deseo del hombre por explorar. Porque la humanidad fue creada por Dios, y sus sacrificios y sus exploraciones sin sentido sólo pueden llevarla a una angustia mayor. El hombre existirá en un estado constante de miedo, no sabrá cómo afrontar el futuro de la humanidad ni cómo hacer frente a la senda que tiene por delante. El hombre incluso llegará a temer a la ciencia y al conocimiento, y más aún al sentimiento de vacío dentro de sí. En este mundo, vivas en un país libre o en uno sin derechos humanos, eres totalmente incapaz de escapar al destino de la humanidad. Seas gobernador o gobernado, eres totalmente incapaz de escapar del deseo de explorar el sino, los misterios, y el destino de la humanidad. Mucho menos eres capaz de escapar al desconcertante sentimiento de vacío. Tales fenómenos, comunes a toda la humanidad, son llamados fenómenos sociales por los sociólogos, pero ningún gran hombre puede salir a resolver estos problemas. Después de todo, el hombre es hombre. Ninguno de ellos puede reemplazar la posición y la vida de Dios. La humanidad no sólo requiere una sociedad justa en la que todos estén bien alimentados, y que sea igualitaria y libre, sino la salvación de Dios y Su provisión de vida para ella. Sólo cuando el hombre recibe la salvación de Dios y Su provisión de vida para él pueden resolverse las necesidades, el anhelo de explorar y el vacío espiritual. Si las personas de un país o nación son incapaces de recibir la salvación y el cuidado de Dios, ese país o nación pisará el camino de la ruina hacia las tinieblas, y Dios lo aniquilará.

Quizás tu país prospere actualmente, pero si dejas que tu pueblo se aparte de Dios, aquel se verá cada vez más lejos de Sus bendiciones. La civilización de tu país se verá cada vez más pisoteada, y no pasará mucho tiempo antes de que las personas se levanten contra Dios y maldigan el cielo. Y, así, sin que el hombre lo sepa, el destino de un país se irá a la ruina. Dios levantará países poderosos para ocuparse de aquellos otros que Él ha maldecido, y puede incluso barrerlos de la faz de la tierra. El surgimiento y la caída de un país o nación se basa en si sus gobernantes adoran a Dios y en si ellos lideran a su pueblo más cerca de Dios para adorarlo. Pero en esta era final, como los que buscan sinceramente a Dios y lo adoran son cada vez más escasos, Él concede un favor especial a los países en los que el cristianismo es la religión del estado. Los reúne para formar el campamento del mundo relativamente justo, mientras que los países ateos o que no adoran al Dios verdadero pasan a ser los oponentes del campamento justo. De esta forma, Él no sólo tiene un lugar entre la humanidad en el que lleva a cabo Su obra, sino que también gana países que pueden ejercer autoridad justa con el fin de imponer sanciones y restricciones a las naciones que resisten a Dios. Pero a pesar de esto, sigue sin haber más personas que se presenten a adorar a Dios, porque el hombre se ha alejado demasiado de Él, y se ha olvidado de Él durante demasiado tiempo. En la tierra sigue habiendo países que sólo ejercen la justicia y resisten la injusticia. Sin embargo, esto está lejos de los deseos de Dios, porque ningún gobernante en ninguno de ellos permitirá que Él presida su pueblo, y ningún partido político reunirá a su gente para adorar a Dios; Él ha perdido Su lugar legítimo en el corazón de cada país, nación, partido gobernante, e incluso de cada persona. Aunque las fuerzas justas existen en este mundo, el gobierno en el que Dios no ocupa un lugar en el corazón del hombre es frágil. Sin Su bendición, el ámbito político caerá en el desorden y se volverá vulnerable al ataque. Para la humanidad, estar sin la bendición de Dios es como no tener el sol. Independientemente de la asiduidad con la que los gobernantes hagan contribuciones a su pueblo, del número de conferencias justas que celebre la humanidad, nada de esto cambiará las cosas ni alterará el destino de la humanidad. El hombre cree que un país en el que las personas están alimentadas y vestidas, en el que viven juntas pacíficamente, es un buen país, y tiene buen liderazgo. Pero Dios no piensa así. Él cree que un país en el que nadie le adora es uno que Él aniquilará. La forma de pensar del hombre está muy en conflicto con la de Dios. Así pues, si el jefe de Estado de un país no adora a Dios, el destino de ese país será trágico y el país no tendrá un lugar al cual llegar.

Dios no participa en las políticas del hombre, pero controla el destino de un país o nación. Él controla este mundo y todo el universo. El destino del hombre y el plan de Dios están íntimamente relacionados, y ningún hombre, país o nación está exento de la soberanía de Dios. Si el hombre desea conocer su destino, debe venir ante Dios. Él hará que los que le siguen y adoran prosperen, y traerá declive y extinción sobre los que le resisten y lo rechazan.

Recuerda la escena bíblica en la que Dios forjó la destrucción sobre Sodoma, y piensa también cómo acabó siendo una estatua de sal la esposa de Lot. Piensa cómo se arrepintió de sus pecados el pueblo de Nínive en cilicio y cenizas, y recuerda lo que siguió después de que los judíos clavasen a Jesús en la cruz hace 2000 años. Los judíos fueron expulsados de Israel y huyeron a países alrededor del mundo. Muchos murieron asesinados, y toda la nación judía se vio sometida a una destrucción sin precedentes. Habían clavado a Dios en la cruz —cometieron un crimen atroz— y provocaron Su carácter. Se les hizo pagar por lo que hicieron, se les hizo cargar con las consecuencias de sus actos. Condenaron a Dios, lo rechazaron y, por tanto, sólo tenían un destino: ser castigados por Él. Esta es la amarga consecuencia y el desastre que sus gobernantes trajeron a su país y nación.

Hoy, Dios ha regresado al mundo para realizar Su obra. Su primera parada es la gran reunión de gobernantes dictatoriales: China, el acérrimo bastión del ateísmo. Dios ha ganado un grupo de personas con Su sabiduría y poder. Durante el período, es perseguido por todos los medios por el partido gobernante en China y sometido a un gran sufrimiento, sin un lugar donde poder recostar Su cabeza, sin un lugar de albergue. A pesar de esto, Dios aún continúa la obra que pretende hacer: publica Su voz y difunde el evangelio. Nadie puede explicar la omnipotencia de Dios. En China, un país que considera a Dios como enemigo, Él no ha cesado nunca Su obra, sino que más personas han aceptado Su obra y Su palabra, porque Dios hace todo lo que puede para salvar a todos y cada uno de los miembros de la humanidad. Confiamos en que ningún país o poder pueda interponerse en el camino de lo que Dios quiere lograr. Aquellos que obstruyen Su obra, se resisten a Su palabra, interrumpen y perjudican Su plan serán castigados por Él en última instancia. Quien resiste la obra de Dios será enviado al infierno; cualquier país que lo haga, será destruido; cualquier nación que se levante para oponerse a la obra de Dios será barrida de esta tierra, y dejará de existir. Insto a las personas de todas las naciones, países, e incluso industrias a escuchar la voz de Dios, contemplar Su obra, prestar atención al destino de la humanidad, haciendo así a Dios, el más santo, el más honorable, el más alto y el único objeto de adoración entre la humanidad, y permitiendo así a toda la humanidad vivir bajo la bendición de Dios, así como los descendientes de Abraham vivieron bajo la promesa de Jehová, y como Adán y Eva, creados originalmente por Dios, vivieron en el jardín del Edén.

La obra de Dios es como las olas que crecen con fuerza. Nadie puede detenerlo, y nadie puede parar Sus pasos. Sólo aquellos que escuchan Sus palabras con atención, y que lo buscan y tienen sed de Él, pueden seguir Sus huellas y recibir Su promesa. Aquellos que no, sufrirán un desastre abrumador y un castigo merecido.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

El amor de Dios se extiende como el agua de una fuente, y se te da a ti y a mí y a él y a todos los que verdaderamente buscan la verdad y esperan la aparición de Dios” Exacto de “La Palabra manifestada en carne”. Las declaraciones de Dios en los últimos días pueden hacer que disfrutes de una provisión sin fin de agua viva y encontrar el camino hacia la vida eterna. Que todos escuchemos las palabras que dice el Espíritu Santo a las iglesias y conozcamos la obra de Cristo en los últimos días y Sus declaraciones. Te invitamos a comunicarte y explorar con nosotros a través de WhatsApp. 

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¿Cuáles son los principios de la Iglesia de Dios Todopoderoso?

Los principios del cristianismo tienen su origen en la Biblia y los principios de la Iglesia de Dios Todopoderoso tienen su origen en todas las verdades que Dios ha expresado desde los tiempos de la creación durante la obra de la Era de la Ley, la Era de la Gracia y la Era del Reino……

¿Cuáles son los principios de la Iglesia de Dios Todopoderoso

Los principios del cristianismo tienen su origen en la Biblia y los principios de la Iglesia de Dios Todopoderoso tienen su origen en todas las verdades que Dios ha expresado desde los tiempos de la creación durante la obra de la Era de la Ley, la Era de la Gracia y la Era del Reino. Es decir, el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y la Biblia de la Era del Reino, “La Palabra manifestada en carne”, expresada por el Señor Jesús retornado de los últimos días, Dios Todopoderoso, son las creencias básicas y los principios de la Iglesia de Dios Todopoderoso. El Antiguo Testamento registra la obra de Jehová Dios de decretar leyes y mandamientos y guiar la vida del hombre durante la Era de la Ley; el Nuevo Testamento registra la obra de redención llevada a cabo por el Señor Jesús durante la Era de la Gracia, y “La Palabra manifestada en carne” recoge todas las verdades para la purificación y salvación de la humanidad expresadas por Dios Todopoderoso durante la Era del Reino, así como un relato de la obra de juicio de Dios durante los últimos días. La verdadera Biblia es la totalidad de las declaraciones de Dios durante las tres etapas de la obra, y las creencias fundamentales de la Iglesia de Dios Todopoderoso son todas las declaraciones de Dios durante las tres etapas de la obra; es decir, todas las verdades expresadas por Dios durante estas tres etapas de la obra. Las tres Sagradas Escrituras son las creencias básicas y los principios de la Iglesia de Dios Todopoderoso.

“El objetivo de las tres etapas de la obra es la salvación de toda la humanidad, que significa la salvación completa del hombre del campo de acción de Satanás. Aunque cada una de las tres etapas de la obra tiene un objetivo y un sentido diferentes, son parte de la obra de salvación de la humanidad, y distintas obras de salvación llevadas a cabo de acuerdo a los requisitos de la humanidad. Una vez que seas consciente del objetivo de estas tres etapas de la obra, sabrás cómo recibir el sentido de cada una de ellas, y reconocerás cómo actuar con el fin de satisfacer el deseo de Dios. Si puedes alcanzar este punto, entonces esta, la mayor de todas las visiones, se convertirá en la base de tu creencia en Dios”.

“Si tienes un conocimiento claro de las tres etapas de la obra —es decir, de todo el plan de gestión de Dios— y si puedes correlacionar totalmente las dos etapas anteriores de la obra de Dios con la etapa presente, y puedes ver que es obra llevada a cabo por un Dios, no tendrás fundamento más firme. Un solo Dios realizó las tres etapas de la obra; esta es la visión más grande, y la única senda para conocer a Dios. Las tres etapas de la obra sólo pudieron haber sido hechas por Dios mismo, y ningún hombre podía hacer semejante obra en Su nombre, es decir que sólo Dios mismo podía haber hecho Su propia obra desde el principio hasta hoy. Aunque las tres etapas de la obra de Dios se han llevado a cabo en diferentes eras y lugares, y aunque la obra de cada una de ellas es diferente, todas ellas son una obra realizada por un Dios. De todas las visiones, esta es la más grande que el hombre debería conocer, y si el hombre puede entenderla por completo, será capaz de mantenerse firme”.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne

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La Iglesia de Dios Todopoderoso nació debido a la aparición y a la obra de Dios Todopoderoso

En la Era de la Gracia, el Señor Jesús prometió: “Voy a preparar un lugar para vosotros. Y si Yo voy a preparar un lugar para vosotros, también vendré después, y os recibiré para que donde Yo esté también estéis vosotros” (Juan 14:3).

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La Iglesia de Dios Todopoderoso nació debido a la aparición y a la obra de Dios Todopoderoso

“Porque el relámpago sale por el este y brilla aún en el oeste, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:27).

En la Era de la Gracia, el Señor Jesús prometió: “Voy a preparar un lugar para vosotros. Y si Yo voy a preparar un lugar para vosotros, también vendré después, y os recibiré para que donde Yo esté también estéis vosotros” (Juan 14:3). Él también profetizó: “Porque el relámpago sale por el este y brilla aún en el oeste, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:27). En los últimos días, como prometió y predijo Él mismo, Dios nuevamente se ha convertido en carne y ha descendido en el Este del mundo, China, para llevar a cabo la obra de juicio, de castigo, de conquista y de salvación mediante Su palabra, dicha obra se basa en la obra de redención del Señor Jesús. Esto cumple plenamente las profecías de la Biblia: “El juicio comience de la casa de Dios” y “El que puede oír, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. La obra de Dios de los últimos días ha dado fin a la Era de la Gracia y ha iniciado la Era del Reino. Con la venida de la Era del Reino, Él ha expresado millones de palabras y ha empezado la obra de juicio del gran trono blanco en los últimos días. Justamente como lo que dice Dios Todopoderoso: “La obra de juicio es la propia obra de Dios, por lo que, naturalmente, debe ser hecha por Dios mismo; no puede ser hecha por el hombre en Su lugar. Puesto que el juicio es la conquista de la raza humana por medio de la verdad, es incuestionable que Dios todavía aparezca como la imagen encarnada para hacer esta obra entre los hombres. Es decir, en los últimos días Cristo usará la verdad para enseñar a los hombres alrededor de la tierra y hacer que todas las verdades sean conocidas por ellos. Esta es la obra de juicio de Dios”. Debido a la aparición y a las declaraciones de Cristo de los últimos días, cada vez más personas sedientas de la verdad y que la buscan, han sido conquistadas y purificadas por la Palabra de Dios Todopoderoso, han visto la aparición de Dios y el regreso del Redentor en el juicio y castigo de Dios,y han regresado ante Su trono en una corriente constante, por lo que la Iglesia de Dios Todopoderoso surgió. Como ha sido comprobado por hechos, la Iglesia de Dios Todopoderoso llegó a existir totalmente como resultado de la obra de Dios de los últimos días y no fue establecida por ningún hombre. La Iglesia de Dios Todopoderoso está compuesta por todos aquellos que verdaderamente aceptan la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso y que son conquistados y salvados por la palabra de Dios. Fue completamente fundada por Dios Todopoderoso personalmente y Él personalmente la orienta y la pastorea. El pueblo escogido en la Iglesia de Dios Todopoderoso ora en nombre de Dios Todopoderoso, obedece Su obra y acepta todas las verdades expresadas por Él. Por lo tanto, es evidente que este pueblo elegido cree en Cristo, quien se encarna en los últimos días, el Dios práctico, quien es la personificación del Espíritu, en vez de creer en un hombre.

¿Por qué el mundo religioso siempre se opone a la nueva obra de Dios y la condena ferozmente?

dijo Dios Todopoderoso: “Si sólo llegas a conocer a Dios a partir de una etapa de Su obra, tu conocimiento es demasiado, demasiado pequeño. No es sino una gota en el océano. Si no, ¿por qué clavarían a Dios vivo en la cruz muchos de la vieja guardia religiosa?

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Las dos veces que Dios se ha encarnado para caminar por la tierra y llevar a cabo la obra de salvar al hombre ha sido objeto de la máxima resistencia, la condena y la feroz persecución de los líderes del mundo religioso, un hecho que ha dejado perpleja y hasta conmocionada a la gente: ¿Por qué cada vez que Dios despliega una etapa de una nueva obra recibe siempre este trato? ¿Por qué los que se oponen a Dios de forma más feroz y agresiva son los líderes religiosos que leen la Biblia una y otra vez y han servido a Dios muchos años? ¿Por qué aquellos líderes religiosos que la gente considera los más devotos, fieles y obedientes a Dios son en realidad incapaces de ser compatibles con Él y, por el contrario, siempre actúan de forma perversa y son Sus enemigos? ¿Quizá Dios cometió algún error en Su obra? ¿Quizá las acciones de Dios no se atienen a razones? ¡Por supuesto que no es así! Hay dos razones fundamentales por las que varias denominaciones y sectas tienen personas que cumplen la función de oponerse a Dios y convertirse en Sus enemigos, y las mismas son: en primer lugar, además de carecer de la verdad y de conocimiento de la obra del Espíritu Santo, estas personas tampoco tienen conocimiento de Dios, siempre se amparan en su conocimiento limitado de la Biblia, en las teorías teológicas y en las nociones y fantasías de la gente para definir la obra de Dios, que siempre es nueva y nunca vieja. En segundo lugar, puesto que la humanidad está profundamente corrompida por Satanás, tiene una naturaleza arrogante y engreída, es incapaz de obedecer la verdad y valora, sobre todo, el estatus. La combinación de estos dos aspectos conduce a la tragedia de la humanidad, que renuncia al camino verdadero y lo condena una y otra vez a lo largo de la historia.

Echemos la vista atrás a hace dos mil años: cuando el Señor Jesús se encontraba en medio del pueblo judío hacía muchos milagros, ayudaba al hombre curando a los enfermos y expulsando a los demonios, predicaba el evangelio del reino de los cielos, enseñaba a la gente el arrepentimiento y la absolvía de sus pecados. Todas estas cosas no se recogieron en el Antiguo Testamento y, asimismo, constituyeron una obra que nadie había llevado a cabo hasta entonces. Por supuesto, también eran cosas que nadie podía llevar a cabo porque, aparte de Dios, no hay ninguna persona con la autoridad y el poder necesarios para hacer cosas así. Lo que hizo el Señor Jesús entonces fue asumir personalmente los pecados del hombre siendo crucificado para que este pudiera salvarse y redimirse del pecado, le otorgó al hombre una gracia rica y abundante, paz y gozo, y lo liberó de las normas de la ley mediante la obra de la nueva era, en la que al hombre ya no se le castiga por no ser capaz de cumplir la ley. La gente sometida a la ley sólo puede alcanzar la salvación de Dios y no ser aniquilada si obedece la obra del Señor Jesús. Pero los sumos sacerdotes, escribas y fariseos del judaísmo no conocen la obra del Espíritu Santo, no entienden qué clase de obra lleva a cabo el Señor Jesús; en su opinión creen que no obedecer la ley y no orar en el nombre de Jehová Dios es lo mismo que traicionar a Dios, lo que es sencillamente indignante. Además, alardean de ser fervientes lectores de la Biblia y siervos de Jehová Dios en el templo desde hace muchos años y creen que aquello a lo que se aferran es la verdad y el camino más puro y, por tanto, para ellos la obra del Señor Jesús va en contra de la Biblia, infringe la ley y es un camino que se aparta de la Biblia; por eso prefieren morir antes que aceptar el camino que difunde el Señor Jesús. Incluso consideran que la obra del Señor Jesús es una “herejía”, una “secta satánica” y que “engaña al hombre”. Pese a que la obra y la palabra del Señor Jesús tienen autoridad, poder y sabiduría, pese a que los milagros que el Señor Jesús manifestó no tienen precedentes en la historia, pese a que cada vez más gente da testimonio de las obras del Señor Jesús y del hecho de que Él es el Mesías que vendrá, ellos siguen sin estar dispuestos a estudiar y buscar el camino más elevado y, por el contrario, persisten en sus puntos de vista y con altivez y rotundidad niegan que el Señor Jesús sea Cristo, que Él sea el Mesías que vendrá. Es tal como Dios Todopoderoso ha revelado: “El hombre sólo es capaz de aceptar un tipo de obra, o una forma de práctica. Resulta difícil para él aceptar la obra, o las formas de práctica, que están en conflicto con él, o que son más elevadas que él; pero el Espíritu Santo siempre está haciendo nueva obra, y así aparecen grupo tras grupo de expertos religiosos que se oponen a la nueva obra de Dios. Estas personas se han vuelto expertos, precisamente porque el hombre no tiene conocimiento de que Dios siempre es nuevo y nunca viejo ni de los principios de Su obra, y, menos aún de las muchas formas en las que Dios salva al hombre. Como tal, el ser humano es totalmente incapaz de distinguir si esta obra procede del Espíritu Santo, y si es de Dios mismo. Muchas personas se aferran a una actitud en la que, si se corresponde con las palabras que vinieron antes, la aceptan, y si hay diferencias con la obra anterior, se oponen a ella y la rechazan” (‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”). Para comportarnos como creyentes en Dios, como mínimo debemos tener un corazón que venere a Dios y hambre y sed de justicia; sólo así podremos recibir la iluminación del Espíritu Santo, comprender la nueva obra de Dios y seguir de cerca Su huella. Pero esos sumos sacerdotes, escribas y fariseos del judaísmo han tenido contacto con el Señor Jesús muchas veces aunque, sencillamente, nunca para buscar la verdad. Siempre están ideando formas y medios de tentar al Señor Jesús para conseguir algo que utilizar contra Él. Son todos iguales porque no tienen conocimiento de Dios y porque sostienen ciertas nociones acerca de Su nueva obra, mientras que Natanael, la samaritana, los discípulos y el pueblo llano que siguen al Señor Jesús son capaces de dejar de lado sus nociones para buscar la verdad. Así pueden conocer la identidad de Cristo, reconocer la voz de Dios, obedecer y aceptar la verdad y volver ante el rostro de Dios. Con esta comparación vemos claramente que las principales personalidades del mundo religioso judío no sólo son obstinadamente conservadoras, sino también arrogantes y engreídas, pues básicamente no aceptan la verdad y, desde luego, no la obedecen. Aquí se encuentra uno de los motivos de su oposición a Dios.

Además, a medida que más judíos de a pie comienzan a seguir al Señor Jesús, a los sumos sacerdotes, escribas y fariseos les preocupa cada vez más perder su lugar en el corazón del pueblo llano. Cuando el pueblo ya no los idolatra ni sigue se ponen cada vez más nerviosos, pues la autoridad y el poder de las palabras y la obra del Señor Jesús están fuera de su alcance, palidecen a su lado y les hacen sentir avergonzados de sí mismos, de modo que cada vez tienen una mayor sensación de crisis: el Señor Jesús no tendría que vivir más que un día para que entonces todavía más gente del pueblo llano los abandonara y siguiera al Señor Jesús, y habría menos gente en el templo, por lo que ellos no podrían seguir disfrutando de una vida en la que se les sustenta y mantiene como a nadie. Esto convierte al Señor Jesús en una aguja clavada en sus ojos o una espina en sus carnes, lo convierte en un enemigo que no puede vivir en el mismo mundo que ellos. A fin de salvaguardar su posición, piensan en todo lo que pueden hacer y usan todo tipo de métodos despreciables para presentar acusaciones falsas contra el Señor Jesús. Blasfeman contra la obra del Señor Jesús y la condenan, lo difaman y calumnian a Él diciendo que expulsa a los demonios junto con Belcebú y levantan falso testimonio al acusarlo de hablar en contra del lugar santo y la ley (ver Hechos 6:10-14). Costara lo que costara, iban a desterrar al Señor Jesús del pueblo judío y al final lo clavaron despiadadamente en la cruz. Cuando el Señor Jesús resucitó, se apareció a Sus discípulos y, cuando difundieron el evangelio, hubo poder y milagros, unos hechos que bastan para verificar que ese camino tiene la obra del Espíritu Santo, que se apoya en el Espíritu Santo ¡y que es el camino verdadero! En esas circunstancias, aquellos sumos sacerdotes, escribas y fariseos seguían sin reflexionar sobre lo siguiente: ¿cómo podía triunfar tanto el evangelio del Señor Jesús? En realidad, aquellas personas que son expertas en la Biblia y se consideran “respetables” simplemente creen que es degradante buscar y estudiar esas cosas con los pescadores aldeanos y los plebeyos ignorantes sin cultura ni estatus, e incluso actúan hipócritamente en nombre “del respeto a la ley y la defensa del camino verdadero”, mientras continúan aprovechando el poder que tienen a su alcance confabulándose con los gobernantes para intensificar la ferocidad de su represión, persecución y masacre de los apóstoles y los judíos plebeyos que siguen al Señor Jesús. Hacen todo lo que está en su mano para impedir que la gente siga al Señor Jesús; incluso prohíben terminantemente propagar el nombre del Señor Jesús… A fin de salvaguardar su posición y sustento, verdaderamente no hay delito que no cometan, lo cual es el otro motivo de su feroz oposición y condena al Señor Jesús. Por supuesto, sus malas acciones despertaron la intensa furia de Dios y ellos han sufrido Sus castigos. Toda la estirpe judía lleva casi dos mil años siendo una nación vencida, lo cual es el doloroso precio que ha pagado por oponerse y condenar a Dios.

Volvamos al presente en el que estamos en los últimos días. Dios ha preparado una salvación más grande para aquellos a quienes ha redimido. Esta salvación consiste en que Dios emplea palabras para juzgar y purificar al hombre. Es una obra nueva y más elevada. Esta etapa de Su obra librará completamente al hombre de su carácter satánico y corrupto. Liberará al hombre de la influencia oscura de Satanás y convertirá a la humanidad en una estirpe conocedora de Dios, compatible con Él y que verdaderamente será de Él, de modo que así alcanzará la salvación y será perfeccionada. Esta es la etapa final de la obra del plan de gestión de Dios de seis mil años de duración. En la obra de Dios en los últimos días, Cristo encarnado expresa todas las verdades que purifican y salvan al hombre, deja al descubierto y juzga la esencia y naturaleza corruptas del hombre y le señala el camino que puede seguir para liberarse de la corrupción. También revela todo tipo de misterios celestiales. Además, Dios utiliza Su sabiduría, poder y autoridad para difundir el evangelio de los últimos días a las familias de todo el mundo y los millones de personas que buscan y tienen sed de la verdad han regresado, una a una, a la presencia de Dios Todopoderoso desde diversas denominaciones y sectas. Se ha visto la escena inédita de todas las naciones en marea hacia esta montaña y el evangelio de los últimos días se está extendiendo actualmente por todas las naciones y todos los lugares del mundo. Sin embargo, ante todas estas verdades, esta gran maravilla y el testimonio de la obra del Espíritu Santo, los líderes del mundo religioso vuelven la cabeza y no se conmueven lo más mínimo, no los estudian con atención ni, desde luego, los aceptan con humildad. Estas personas son como los fariseos: no conocen que la obra del Espíritu Santo avanza continuamente, no conocen que el principio de la obra del Espíritu Santo es que siempre es nueva y nunca vieja, no tienen el menor conocimiento de la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días e incluso creen, sumamente seguras de sí mismas, que como ya disfrutan de un camino más elevado que el de la Era de la Ley, como son expertas en el Antiguo y el Nuevo Testamento en su totalidad y como han trabajado y predicado sermones durante muchos años, ya han recibido la verdad y conocido a Dios. Además, se empeñan en creer en un concepto erróneo que creen que es verdad: que todas las palabras del Señor se recogen en la Biblia, que lo que vaya más allá del alcance de la obra del Señor Jesús, más allá de la Biblia, no es el camino verdadero. Apartarse de las exigencias de Dios al hombre en la Era de la Gracia sería transgredir las enseñanzas de Cristo; sólo las cosas que ellos aceptan, de las que tienen conocimiento y a las que se aferran son el camino verdadero, cualquier cosa más allá de eso es una herejía o una secta satánica. Estas personas han definido categóricamente a Dios en el marco de la Biblia, lo han definido en el marco de las nociones y fantasías del hombre. Por muy elevada que sea la obra que trae Dios Todopoderoso, por mucho que tenga de la obra del Espíritu Santo, por más caminos de práctica que aporte y por más hechos que haya para verificarla, ellos no admiten que es de Dios y, por lo tanto, todos mantienen unas opiniones hostiles y una actitud escéptica respecto al regreso del Señor Jesús; tanto es así que blasfeman contra la encarnación de Dios y denigran y condenan la obra y la palabra de Cristo en los últimos días. ¿No son como los fariseos, que en su día eran tercos, conservadores, arrogantes y engreídos, y que menospreciaban la verdad y blasfemaban contra el Espíritu Santo? Es tal como dijo Dios Todopoderoso: “Si sólo llegas a conocer a Dios a partir de una etapa de Su obra, tu conocimiento es demasiado, demasiado pequeño. No es sino una gota en el océano. Si no, ¿por qué clavarían a Dios vivo en la cruz muchos de la vieja guardia religiosa? ¿No es porque el hombre lo confina dentro de ciertos parámetros? ¿No se oponen muchos a Dios y obstruyen la obra del Espíritu Santo, porque no conocen la obra variada y diversa de Dios, y, además, porque no poseen sino una pizca de conocimiento y doctrina con los que medir la obra del Espíritu Santo? Aunque las experiencias de tales personas son superficiales, son arrogantes y permisivas en su naturaleza, y consideran la obra del Espíritu Santo con desprecio, ignoran las disciplinas de éste y, además, usan sus viejos argumentos triviales para confirmar la obra del Espíritu Santo. También representan una dramaturgia, y están plenamente convencidos de su propio conocimiento y erudición, y de que son capaces de viajar por todo el mundo. ¿No son tales personas las que el Espíritu Santo desprecia y rechaza, y no serán eliminadas por la nueva era? ¿No son los que vienen delante de Dios y se oponen abiertamente a Él pequeñas personas miopes, que simplemente intentan demostrar lo inteligentes que son? Con tan sólo un ínfimo conocimiento de la Biblia, tratan de abarcar la ‘academia’ del mundo, pero con una doctrina superficial que enseñar a las personas, intentan revertir la obra del Espíritu Santo, y tratan de hacerla girar alrededor de su propio proceso de pensamiento; tan cortos de miras como son, intentan observar con una sola mirada 6.000 años de obra de Dios. ¿Tienen estas personas alguna razón de la que hablar? De hecho, cuanto mayor es el conocimiento de Dios por parte de las personas, más tardan en juzgar Su obra. Además, sólo hablan un poco de su conocimiento de la obra de Dios hoy, pero no son imprudentes en sus juicios. Cuanto menos conocen a Dios las personas, más soberbias y arrogantes son, y más gratuitamente proclaman Su ser, pero sólo hablan de teoría y no ofrecen evidencias reales. Tales personas no tienen ningún valor en absoluto. ¡Quienes ven la obra del Espíritu Santo como un juego son frívolos! Los que no son cautos cuando se encuentran con la nueva obra del Espíritu Santo, que dan rienda suelta a sus bocas, son rápidos para juzgar, dan libertad a su instinto natural para negar la corrección de la obra del Espíritu Santo, y también lo insultan y blasfeman; ¿no ignoran estas personas irrespetuosas dicha obra? ¿No son, además, los arrogantes, inherentemente soberbios e ingobernables?” (‘Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).

A medida que vuelve a la casa de Dios gran cantidad de gente que verdaderamente cree en el Señor, la progresiva expansión de la obra de Dios en los últimos días ha alcanzado su culminación; pero aunque prospere tanto la obra del Espíritu Santo, los líderes religiosos, acostumbrados a ser los arrogantes expertos religiosos que dirigen a los demás, no reflexionan sobre sí mismos ni bajan su arrogante cabeza para buscar y estudiar. Por el contrario, estas personas se dan cuenta de que sus posiciones son cada vez más precarias, continuamente inestables, y empiezan a temer que los demás se vuelvan hacia Dios Todopoderoso y las rechacen con frialdad. En consecuencia, a fin de “redimir la situación actual”, pastores, ancianos, líderes y compañeros de trabajo de diversas denominaciones y sectas actúan para “vigilar el rebaño para el Señor y defender el camino verdadero”. Han empezado a adoptar medidas como la producción y distribución de materiales propagandísticos, el uso de Internet para difundir rumores y otros métodos despreciables para blasfemar y atacar indiscriminadamente a Dios Todopoderoso. Difunden rumores denigrantes alegando que las palabras de Dios Todopoderoso no son la palabra de Dios, que las ha escrito el hombre, e incluso dicen tonterías como que “este libro es como una droga que te hechiza, si lo lees, te lavará el cerebro” y otras cosas que distorsionan y tergiversan los hechos y difaman a la Iglesia de Dios Todopoderoso como “facción del Relámpago Oriental”, que es una organización criminal. Al engañar y amenazar así a los creyentes, hacen que la gente necia e ignorante no se atreva a acercarse ni a entrar en contacto con el evangelio de Dios, aislando a varias denominaciones y sectas hasta el punto de que ni siquiera una aguja podría atravesarlas ni el agua podría filtrarse en ellas. Estos líderes religiosos prohíben terminantemente a los creyentes leer los libros y escuchar los sermones del Relámpago Oriental, no permiten que los creyentes reciban a gente que predique la salvación de Dios en los últimos días ni tampoco a ningún forastero y van totalmente en contra de las enseñanzas de Dios en la Era de la Gracia, cuando Él pidió al hombre que recibiera a los forasteros. Lo más impactante para la gente es que, a pesar de ser creyentes en Dios, estas personas se confabulan con el régimen satánico del PCCh, al que incitan a participar en sus turbias y diabólicas actividades de seguimiento, vigilancia y denuncia de hermanos y hermanas que difunden el evangelio de los últimos días e incluso hacen de traidores de incógnito dentro de la iglesia, al objeto de recopilar información para que el PCCh capture clandestinamente a cristianos. Parece que el odio de sus corazones sólo se alivia si se deshacen de un plumazo de aquellos que dan testimonio de Dios y si anulan la nueva obra de Dios. Estas personas son plenamente conscientes de que aquellos que siguen a Dios Todopoderoso son personas de buen carácter que verdaderamente creen en Dios y son aún más conscientes de que no hay ninguna intención maligna en estas personas que predican la salvación de Dios en los últimos días, pero siguen insultándolas de manera grosera y cruel, ahuyentando e incluso agrediendo físicamente a hermanos y hermanas que difunden el evangelio. Está claro que hace mucho tiempo que estos líderes religiosos dejaron de tener la obra del Espíritu Santo y también está claro que no aceptan la verdad, que la detestan y que odian la naturaleza y esencia de la verdad. En apariencia, estas personas van por ahí esforzándose por llevar a cabo su trabajo, pero realmente andan metidas en sus ambiciones desbocadas y su desobediencia. En realidad solamente tratan de conspirar por el estatus, se mueven en beneficio propio y hacen todo lo posible por satisfacer sus deseos egoístas.

Está claro que tanto si se trata del mundo religioso del judaísmo en su día como de las personalidades religiosas de las distintas denominaciones y sectas de hoy, la razón por la que son capaces de oponerse una y otra vez a Dios, a la verdad y al camino verdadero; la razón por la que “prefieren morir a someterse” y “afrontar la muerte con serenidad” es, principalmente, porque no conocen el principio de que la obra de Dios es siempre nueva y nunca vieja ni tienen conocimiento de la nueva obra de Dios ni tampoco buscan la verdad, son tercos y conservadores, altivos y engreídos. Esto también guarda plena relación con el hecho de que les preocupa excesivamente su estatus y de que tienen pocas cualidades. Hoy en día, en este punto crucial en que una nueva era sustituye a una anterior, la batalla del mundo espiritual ha alcanzado su cenit. Si la gente sigue creyendo los rumores y falsos testimonios difundidos por las personalidades religiosas y sufre su manipulación; si no presta atención y hasta desdeña y desprecia la obra llevada a cabo por Dios y las palabras pronunciadas por Él en los últimos días; si no asume la responsabilidad de su propia vida y sólo sigue al rebaño y va con la corriente mientras es hipercrítica con la obra del Espíritu Santo con irreverencia desenfrenada; si no se preocupa de discernir y se limita a adorar, escuchar y obedecer ciegamente los rumores y engaños de pastores y ancianos; si no es capaz de volverse hacia la justicia, de desprenderse del control de las fuerzas de Satanás, de buscar el camino verdadero ni de escuchar la voz de Dios; si no puede hacer estas cosas, nunca podrá recibir el regreso del Señor, nunca podrá presenciar el rostro del Creador, nunca tendrá la oportunidad de conocer a Dios; quedará reducida a una simple marioneta de la historia, un objeto de sacrificio por Satanás, y se hundirá en la oscuridad, donde llorará y rechinará los dientes hasta morir, tal como se ha profetizado en las Escrituras: “El Señor, pues, corta de Israel la cabeza y la cola, la hoja de palmera y el junco en un mismo día. El anciano y venerable es la cabeza, y el profeta que enseña la mentira, es la cola. Porque los que guían a este pueblo lo extravían; y los guiados por ellos son confundidos” (Isaías 9:14-16). Debemos saber que Dios no elegirá a nadie que no tenga sed de la verdad, que no tenga clara su fe en Dios, que no tenga una postura definitiva en cuanto a sus puntos de vista, que adore el poder y la influencia o que se aproveche de las situaciones. Por el contrario, Dios busca, perfecciona y gana a las castas vírgenes que honran la grandeza de Dios, que tienen la conciencia limpia y una obediencia pura, que verdaderamente anhelan y buscan a Dios. ¡Esto es una realidad a muchos niveles! ¿Tal vez la sangre derramada por los israelitas no fue suficiente para que fueras consciente de esta lección?

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

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