Las 5 profecías de la Biblia concernientes al regreso del Señor Jesús se han cumplido

Ahora nos encontramos al final de los últimos días y muchos hermanos y hermanas que creen sinceramente en el Señor y esperan Su regreso seguramente deben estar pensando en esta cuestión. En el capítulo 22, versículo 12 del Apocalipsis, el Señor Jesús profetizó: “He aquí, yo vengo pronto”.

Por Zheng Xun

Índice
1. La aparición de la guerra, el hambre y los terremotos
2. La restauración de Israel
3. Será predicado este evangelio en todo el mundo
4. La maldad abundará y el amor de los creyentes se enfriará
5. La aparición de falsos Cristos y falsos profetas

Ahora nos encontramos al final de los últimos días y muchos hermanos y hermanas que creen sinceramente en el Señor y esperan Su regreso seguramente deben estar pensando en esta cuestión. En el capítulo 22, versículo 12 del Apocalipsis, el Señor Jesús profetizó: “He aquí, yo vengo pronto”. El Señor nos prometió que vendría de nuevo en los últimos días; así pues ¿ya ha vuelto? Esta pregunta es muy importante para nosotros los cristianos, así que, ¿cómo sabemos exactamente si el Señor ha regresado o no? En realidad, el Señor Jesús ya nos lo ha dicho a través de las profecías bíblicas y, si reunimos todos los datos y los ponderamos seriamente, entonces encontraremos la respuesta.

1. La aparición de la guerra, el hambre y los terremotos

En Mateo, capítulo 24, versículos del 6 al 8, dice: “Y habréis de oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es sólo el comienzo de dolores”. Los desastres que se han producido en todo el mundo en los últimos años son cada vez más graves y, para horror del hombre, los terremotos, las inundaciones, las sequías, los incendios forestales, las hambrunas y los brotes de enfermedades son frecuentes y están muy extendidos. El mundo se encuentra en un estado cambiante y turbulento, y la guerra, los actos violentos, los conflictos regionales y los atentados terroristas se producen con frecuencia y siguen agravándose. Por ejemplo, en abril de 2015, dieciséis estados de Estados Unidos descubrieron que tenían el virus de la gripe aviar y los expertos dictaminaron que aquel era el peor brote de gripe aviar en Estados Unidos en 30 años. El 25 de abril de 2015, un terremoto de 8,1 grados en la escala de Richter tuvo lugar en el centro de Nepal, causando alrededor de 9.000 muertos y 22.000 heridos. Fue el mayor desastre natural que ha golpeado a Nepal en más de 80 años. Entre noviembre de 2015 y julio de 2016, París, Bruselas y Niza sufrieron varios atentados terroristas que causaron la muerte de al menos 200 personas y más de 700 heridos. En abril de 2016, la India experimentó su peor sequía en 40 años, lo que provocó que más de 300 millones de personas tuvieran problemas para encontrar agua suficiente para beber. Del 4 al 6 de febrero de 2017, debido a las fuertes nevadas, se produjeron una serie de avalanchas a lo largo de la frontera entre Afganistán y Pakistán que causaron la muerte de más de 100 personas y afectaron a 2.617 familias, lo cual dio un total de 15.702 personas. Al amanecer del 1 de abril de 2017, las inundaciones y los deslizamientos de tierra causados por las fuertes lluvias afectaron a Mocoa, Colombia, causando al menos 316 muertos, 332 heridos y 103 desaparecidos. Fue el tercer desastre relacionado con el clima en la historia de Colombia y es considerado el peor que haya afectado a Mocoa. Es precisamente la frecuencia de estos desastres lo que sirve como un recordatorio a la humanidad por parte de Dios y a partir de ellos vemos que esta profecía bíblica se cumplió ya hace mucho y que el Señor ha regresado.

2. La restauración de Israel

En Mateo, capítulo 24, versículos del 32 al 33, dice: “Y de la higuera aprended la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que El está cerca, a las puertas”. Como todos sabemos, se habla de la higuera que extiende sus hojas en referencia a la restauración de Israel. Israel fue restaurado el 14 de mayo de 1948. Estas escrituras nos dicen que cuando veamos a Israel restaurado, el Hijo del Hombre está a la puerta. Ya han pasado 70 años desde que Israel fue restaurado; hace 70 años, el Señor estaba a la puerta, entonces ¿no ha regresado ya hace mucho? Está muy claro que esta profecía del regreso del Señor Jesús también se ha cumplido.

3. Será predicado este evangelio en todo el mundo

En Mateo, capítulo 24, versículos 14, dice: “Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin” “Este evangelio […] se predicará en todo el mundo” significa que cuando en todo el mundo se haya escuchado el evangelio del Señor Jesús, Cristo vendrá. (No significa que todas las personas del mundo hayan escuchado el evangelio o crean en Cristo). Cuando el Señor Jesús fue clavado en la cruz y completó Su obra de redención, el Espíritu Santo comenzó a guiar a los discípulos y apóstoles para que dieran testimonio del Señor Jesús. Desde entonces, el evangelio del Señor se ha difundido gradualmente a través de todo tipo de canales, como la radio, Internet, los libros, los folletos del evangelio o la evangelización de los creyentes. El cristianismo se ha establecido en todo el mundo y muchos países incluso tienen al cristianismo como su religión nacional. Los cristianos también se han extendido por todo el mundo desde hace mucho tiempo, e incluso hay muchos que aceptan el Evangelio del Señor Jesús en China, que está gobernada por un partido político ateo. El Evangelio de la redención del Señor Jesús se ha extendido desde hace mucho tiempo hasta los confines del mundo. Queridos hermanos y hermanas, pensadlo un momento: ¿Qué nación o región del mundo nunca ha escuchado el evangelio del Señor Jesús?

Las 5 profecías de la Biblia concernientes al regreso del Señor Jesús se han cumplido

4. La maldad abundará y el amor de los creyentes se enfriará

En Mateo, capítulo 24, versículos 12, dice: “Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará”. La maldad está aumentando ahora en el mundo de la religión, que ya no tiene la obra del Espíritu Santo ni la presencia de Dios. Aunque algunos parezcan tener una creencia ferviente, todavía caminan por la senda de lo mundano. La codicia de la riqueza es la tónica general entre los creyentes; algunos venden todo tipo de bienes en sus iglesias, otros se dedican a los negocios y otros dirigen fábricas y se dedican a hacer dinero. No se preocupan por trabajar para el Señor y viven inmersos en los enredos mundanos. Cuando los pastores y ancianos predican, se enfocan solamente en explicar el conocimiento bíblico y las teorías teológicas en vez de predicar las palabras del Señor; no dan testimonio del Señor ni lo exaltan, no conducen a los creyentes a buscar entender la voluntad del Señor. Y, así, terminan llevando a sus oyentes al conocimiento bíblico y su rebaño se aleja cada vez más de Dios. Algunos pastores y ancianos compiten entre sí y se involucran en disputas por celos, hasta tal punto que incluso forman camarillas, se dividen en diferentes facciones y pandillas, roban ofrendas, se involucran en conductas sexuales inapropiadas y no tienen en absoluto un corazón temeroso de Dios. Esos actos malvados están ocurriendo con cada vez mayor frecuencia en el mundo religioso y las iglesias están cada vez más desoladas. Estas cosas inevitablemente nos recuerdan al fin de la Era de la Ley, cuando el templo que antes había estado lleno de la gloria de Jehová parecía desolado, los sacerdotes hacían pobres sacrificios y el templo se convirtió en un mercado. ¿Hay alguna diferencia entre las iglesias de hoy y el templo del final de la Era de la Ley? Esto nos hace darnos cuenta de que esta profecía bíblica se ha cumplido totalmente y el Señor ha regresado.

Las 5 profecías de la Biblia concernientes al regreso del Señor Jesús se han cumplido

5. La aparición de falsos Cristos y falsos profetas

Dice en Marcos capítulo 13, versículo 6, que cuando los discípulos preguntaron al Señor Jesús qué presagios habría para Su segunda venida en los últimos días, el Señor Jesús dijo: “Muchos vendrán en mi nombre diciendo: ‘Yo soy el Cristo’, y engañarán a muchos”. Y está registrado en Mateo capítulo 24, versículo 24, “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos”.

El Señor Jesús profetizó que cuando regresara en los últimos días, aparecerían falsos Cristos y falsos profetas. En los últimos años, falsos Cristos y falsos profetas han aparecido uno tras otro en países como China, Corea del Sur y Japón. Se llaman Cristo a sí mismos y no sólo usurpan el nombre de Jesús, sino que también tratan de imitar las señales y maravillas del Señor Jesús, sanando a los enfermos, expulsando demonios, etc. Con la aparición de tantos falsos Cristos, podemos ver que esta profecía concerniente al regreso del Señor Jesús se ha cumplido, pues si aparecen falsos Cristos es que el verdadero Cristo ya ha venido. En este momento, con mayor razón debemos tomar la iniciativa y buscar la apariencia y la obra de Dios. Tal vez algunos hermanos y hermanas puedan decir: “Ahora han aparecido muchos falsos Cristos y falsos profetas. Si tomamos la iniciativa de buscarlos e investigarlos, ¿qué haremos si nos engañan?”. Pero si no buscamos e investigamos la aparición y la obra de Dios porque tenemos miedo de ser engañados, no sabremos si el Señor ha regresado y ¿acaso no nos haría eso aún más propensos a ser abandonados? ¿No estaríamos dejando de comer por miedo a atragantarnos y perdiendo mucho por querer salvar un poco? Con esto nos damos cuenta de que adoptar una actitud de no escuchar nada, no ver nada y no tocar nada hacia todos los que predican la venida del Señor por temor a ser engañados es una tontería. Si queremos darle la bienvenida al regreso del Señor Jesús, entonces es crucial poder diferenciar entre los falsos Cristos y el verdadero Cristo. Sólo así podemos darle la bienvenida al Señor y no dejarnos engañar. Entonces, ¿cuáles son las características de un falso Cristo? El Señor Jesús dijo, “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios”. A partir de las palabras del Señor, podemos reconocer los rasgos principales de los falsos Cristos: sólo pueden realizar algunas señales y maravillas sencillas y predican falacias que parecen verdaderas pero que en realidad son falsas para engañar a la gente; son completamente incapaces de expresar cualquier verdad que resuelva el problema de la humanidad respecto al pecado y la confesión, y tampoco pueden salvar a la humanidad de su propia corrupción. Esto se debe a que la esencia de los falsos Cristos es la misma de los espíritus malignos extremadamente malvados y están completamente desprovistos de verdad. Sólo Cristo es la verdad, el camino y la vida; sólo Cristo puede expresar la verdad, mostrarnos el camino y darnos la vida. Todos aquellos que no pueden expresar la verdad para proveernos de ella y sólo pueden mostrar algunas señales y maravillas simples son falsos Cristos; ese es el principio fundamental de cómo diferenciar a los falsos Cristos del verdadero Cristo. Teniendo como base las palabras del Señor no debemos preocuparnos de ser engañados. Para saber diferenciar más concretamente entre los falsos Cristos y el verdadero Cristo, podéis ver este maravilloso video, Cómo diferenciar entre el Cristo verdadero y los falsos Cristos.

A partir de los hechos arriba mencionados, nos damos cuenta de que todas las profecías concernientes al regreso del Señor Jesús se han cumplido: el Señor ha regresado. Sin embargo, mucha gente seguramente se preguntará: “Si el Señor ha regresado, ¿por qué no le hemos dado todavía la bienvenida?”. ¿Alguna vez has pensado que podría haber algo equivocado en la manera en que practicamos la bienvenida al regreso del Señor Jesús? Cuando se trata del regreso del Señor Jesús, muchas personas hacen de la protección contra los falsos Cristos su prioridad número uno. Se aferran a sus conceptos e imaginaciones y creen que todos los que dan testimonio del regreso del Señor son falsos, y no se preocupan de cómo ser una virgen prudente y escuchar la voz de Dios. Algunas personas se centran en observar y esperar, en aferrarse al nombre del Señor Jesús y mantener Su senda. Pero eso no es más que una espera pasiva y nunca toman la iniciativa ni salen a buscar e investigar, no se preocupan de escuchar la voz del Señor. ¿Cómo podemos darle la bienvenida al Señor practicando de esa manera? El Señor Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27). “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Lucas 11:9). “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. […] Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios” (Mateo 5:3, 8). El Señor es fiel, y mientras alberguemos un corazón que busque, investiguemos activamente la aparición y obra del Señor en los últimos días, escuchemos con atención la voz del Señor y veamos si ese camino tiene alguna expresión de la verdad y si puede o no proporcionarnos vida, ¡entonces el Señor seguramente nos guiará para reconocer Su segunda venida!

Nota del editor: Tras leer este artículo entendemos que se han cumplido todas las profecías concernientes al regreso del Señor Jesús. Entonces, ¿cómo debemos dar la bienvenida al regreso del Señor Jesús? Recomendamos la página del evangelio El Señor ha regresado, para así poder continuar buscando e investigando este aspecto de la verdad. Si tienes alguna otra luz, esclarecimiento o dificultad respecto a este artículo, deja un comentario o comunícate online con nosotros a través del chat en vivo de nuestra página web.

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

La clave para recibir el regreso del Señor Jesús: cómo distinguir el verdadero Cristo y los falsos

Ahora estamos en los últimos días, todos estamos esperando que el día de la aparición del Señor Jesús pueda llegar antes. Pero en la Biblia se dice: “Entonces si alguno os dice: Mirad, aquí está el Cristo, o Allí está, no le creáis. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:23-24).

La clave para recibir el regreso del Señor Jesús: cómo distinguir el verdadero Cristo y los falsos

Ahora estamos en los últimos días, todos estamos esperando que el día de la aparición del Señor Jesús pueda llegar antes. Pero en la Biblia se dice: “Entonces si alguno os dice: Mirad, aquí está el Cristo, o Allí está, no le creáis. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:23-24). Algunos creyentes tienen miedo de ser engañados por falsos cristos después de leer este versículo, por lo que prefieren no investigar y aceptar al tratar de todas las noticias acerca del regreso del Señor Jesús pensando que todo el que predique el regreso del Señor Jesús es falso. ¿Es apropiado que tomamos tal actitud en el asunto de la venida del regreso del Señor Jesús? Si sólo nos precavemos ciegamente contra falsos cristos, ¿acaso no vamos a echar fuera al verdadero Cristo? ¿Acaso nuestra fe de tantos años no será en vano? Por lo tanto, ahora lo más importante para nosotros es aprender a distinguir entre el verdadero Cristos y los falsos, para que no seamos confundidos por los falsos cristos y podamos recibir al Señor Jesús. Entonces, ¿cómo distinguir entre el verdadero y los falsos?

Dios dice: “Aquel que es la encarnación de Dios tendrá Su esencia, y Aquel que es la encarnación de Dios tendrá Su expresión. Haciéndose carne, Dios traerá la obra que debe hacer, y haciéndose carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida, y de mostrarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios seguramente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. Para investigar si es la carne encarnada de Dios, el hombre debe determinarlo a partir del carácter que Él expresa y de las palabras que Él habla. Es decir, si es o no la carne encarnada de Dios, y si es o no el camino verdadero, debe discernirse a partir de Su esencia”.
De “La Palabra manifestada en carne”

De la Palabra de Dios, podemos ver que Cristo es la denominación de Dios encarnado, es decir que el Espíritu de Dios se materializa en la carne y se convierte en una persona común, aparece y obra entre los hombres. Cristo posee la esencia de la divinidad, Él es la personificación de la verdad. Por eso, Cristo puede expresar las verdades, el carácter justo de Dios, y lo que Él tiene y es, y también es capaz de abrir una nueva era y terminar una de antigua, revelando todos los misterios acerca del plan de gestión de Dios, diciendo Su voluntad y Su requisito hacia la humanidad. Todas Sus palabras pueden convertirse en la vida del hombre, cambiando el carácter del hombre. La obra de Dios encarnado puede conquistar y purificar al hombre, salvarlo de la influencia de Satanás, llevarlo a un destino maravilloso. Esto es algo que nadie posee y no puede lograr.

En la Era de la Gracia, el Señor Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; […]” (Juan 14:6). El Señor Jesús publicó muchas verdades durante la Era de la Gracia, expresó Su carácter de compasión y amor, y completó la obra de la redención de Dios hacia la humanidad, Sus palabras y Su obra y Su carácter que Él reveló, confirmaban plenamente que Él era Cristo, el mismo Dios encarnado.

Vamos a leer otro versículo: “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales[o] y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos” (Mateo 24:24). El Señor Jesús nos dice con claridad que el medio en que los falsos cristos para engañar al hombre principalmente es imitar la obra de Dios y exhibir milagros. Porque ellos no pueden expresar las verdades ni empezar una nueva era terminando otra. Por ende, lo más clave para conocer al Dios encarnado es buscar e investigar las palabras y la obra de Cristo. Mientras Él pueda expresar las verdades y el carácter de Dios, y llevar a cabo la obra de Dios, entonces, Él es Dios encarnado y Cristo.

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Leer más: Profecias de la segunda venida de Cristo

Conocer la obra de Dios hoy

Conocer la obra de Dios en estos tiempos es, en su mayor parte, conocer qué es el ministerio principal de Dios encarnado en los últimos días y qué ha venido a hacer en la tierra. He mencionado anteriormente en Mis palabras que Dios ha venido a la tierra (durante los últimos días) para establecer un ejemplo antes de partir. ¿Cómo establece Él este ejemplo? Hablando palabras, obrando y hablando a lo largo de la tierra.

Conocer la obra de Dios hoy

Conocer la obra de Dios en estos tiempos es, en su mayor parte, conocer qué es el ministerio principal de Dios encarnado en los últimos días y qué ha venido a hacer en la tierra. He mencionado anteriormente en Mis palabras que Dios ha venido a la tierra (durante los últimos días) para establecer un ejemplo antes de partir. ¿Cómo establece Él este ejemplo? Hablando palabras, obrando y hablando a lo largo de la tierra. Esta es la obra de Dios durante los últimos días; Él sólo habla, de forma que la tierra pasa a ser un mundo de palabras, Sus palabras proveen para cada persona y la esclarecen, y el espíritu del hombre es despertado y tiene claras las visiones. Durante los últimos días, Dios encarnado ha venido a la tierra principalmente con el fin de hablar palabras. Cuando Jesús vino, difundió el evangelio del reino de los cielos y cumplió la obra de redención de la crucifixión. Puso fin a la Era de la Ley, y abolió todas las cosas viejas. La llegada de Jesús terminó la Era de la Ley y dio entrada a la Era de la Gracia. La llegada del Dios encarnado de los últimos días ha puesto fin a la Era de la Gracia. Él ha venido principalmente a hablar Sus palabras, a usar palabras para perfeccionar al hombre, para iluminarlo y esclarecerlo, y eliminar el lugar del Dios vago en su corazón. Esta no es la etapa de la obra que Jesús realizó cuando vino. Cuando Él vino, hizo muchos milagros, sanó a los enfermos y echó fuera demonios, y realizó la obra de redención de la crucifixión. Como consecuencia, en sus conceptos, el hombre cree que así es como Dios debería ser. Porque cuando Jesús vino, no llevó a cabo la obra de eliminar la imagen del Dios vago del corazón del hombre; cuando vino, fue crucificado, sanó a los enfermos y echó fuera demonios, y difundió el evangelio del reino de los cielos. En un aspecto, la encarnación de Dios durante los últimos días elimina el lugar ocupado por el Dios vago en los conceptos del hombre, de tal forma que la imagen del mismo ya no está más en su corazón. Por medio de Sus palabras y Su obra reales, de Su movimiento por todas las tierras, y de la obra excepcionalmente real y normal que realiza entre los hombres, Él hace que estos lleguen a conocer la realidad de Dios y elimina el lugar del Dios vago en el corazón de los hombres. En otro aspecto, Dios usa las palabras habladas por Su carne para hacer completo al hombre, y cumplir todas las cosas. Esta es la obra que Dios cumplirá durante los últimos días.

Lo que debéis saber:

1. La obra de Dios no es sobrenatural, y no debéis albergar conceptos sobre eso.

2. Debéis entender la obra principal que Dios encarnado ha venido a llevar a cabo esta vez.

Él no ha venido a sanar a los enfermos, o a echar fuera demonios, o a realizar milagros, y no ha venido a difundir el evangelio del arrepentimiento, o a conceder la redención al hombre. Eso se debe a que Jesús ya ha realizado esta obra, y Dios no repite la misma obra. Hoy, Dios ha venido a poner fin a la Era de la Gracia y echar fuera todas las prácticas de la misma. El Dios práctico ha venido principalmente a mostrar que es real. Cuando Jesús vino, habló pocas palabras; principalmente, exhibió milagros, llevó a cabo señales y maravillas, sanó a los enfermos y echó fuera demonios, o bien habló profecías con el fin de convencer al hombre, y hacerle ver que Él era realmente Dios, y un Dios imparcial. En última instancia, completó la obra de la crucifixión. El Dios de hoy no exhibe señales y maravillas, ni sana a los enfermos y echa fuera demonios. Cuando Jesús vino, la obra que realizó representaba una parte de Dios, pero esta vez, Dios ha venido a realizar la etapa de la obra que queda pendiente, porque Él no repite la misma obra; Él es el Dios siempre nuevo y nunca viejo, y por tanto todo lo que ves hoy son las palabras y la obra del Dios práctico.

El Dios encarnado de los últimos días ha venido principalmente con el fin de hablar Sus palabras, a explicar todo lo necesario para la vida del hombre, a señalar aquello en lo que este debería entrar, a mostrar al hombre los hechos de Dios, así como Su sabiduría, Su omnipotencia y lo maravilloso que es. A través de las muchas formas en las que Dios habla, el hombre ve Su supremacía, Su magnitud y, además, la humildad y lo escondido de Dios. El hombre ve que Él es supremo, pero humilde y que está escondido, y puede convertirse en el menor de todos. Algunas de Sus palabras se pronuncian directamente desde la perspectiva del Espíritu, otras desde la del hombre, y otras desde la de la tercera persona. En esto puede verse que la forma de la obra de Dios varía grandemente y es por medio de las palabras que Él permite que el hombre lo vea. La obra de Dios durante los últimos días es tanto normal como práctica y, por consiguiente, el grupo de personas de esos días están sometidas a la mayor de todas las pruebas. Debido a la normalidad y la realidad de Dios, todas las personas han entrado en esas pruebas; que el hombre haya descendido a las pruebas de Dios se debe a la normalidad y la realidad de este. Durante la era de Jesús, no hubo conceptos o pruebas. Como la mayor parte de la obra realizada por Jesús estaba de acuerdo con los conceptos del hombre, las personas le seguían, y no tenía ningún concepto sobre Él. Las pruebas de hoy son las mayores afrontadas nunca por el hombre, y cuando se dice que estas personas han salido de la gran tribulación, esta es la tribulación a la que se hace referencia. Hoy, Dios habla para crear fe, amor, tolerancia y obediencia en estas personas. Las palabras habladas por el Dios encarnado de los últimos días son acordes con la esencia de la naturaleza del hombre, con el comportamiento de este, y con aquello en lo que el hombre debería entrar hoy. Su palabra es tanto real como normal: Él no habla del mañana ni mira atrás al ayer; sólo habla de aquello en lo que se debería entrar, ponerse en práctica y entenderse hoy. Si durante la época actual emerge una persona capaz de exhibir señales y maravillas, echar fuera demonios, sanar a los enfermos y llevar a cabo muchos milagros, y si esta persona declara ser Jesús que ha venido, sería la falsificación por parte de espíritus malos y su imitación de Jesús. ¡Recuerda esto! Dios no repite la misma obra. La etapa de la obra de Jesús ya ha sido completada, y Dios nunca más la acometerá. La obra de Dios es irreconciliable con los conceptos del hombre; por ejemplo, el Antiguo Testamento predijo la venida de un Mesías, pero resultó que vino Jesús, por lo que sería erróneo que viniera otro Mesías de nuevo. Jesús ya ha venido una vez, y sería incorrecto que Jesús viniera de nuevo en esta ocasión. Hay un nombre para cada era, y cada nombre se caracteriza por una era. En los conceptos del hombre, Dios siempre debe hacer señales y maravillas, siempre debe sanar a los enfermos y echar fuera demonios, y siempre debe ser como Jesús, pero esta vez Dios no es así en absoluto. Si durante los últimos días, Dios siguiera exhibiendo señales y maravillas, echara fuera demonios y sanara a los enfermos —si hiciera exactamente lo mismo que Jesús—, Dios estaría repitiendo la misma obra, y la de Jesús no tendría significado ni valor. Así pues, Dios lleva a cabo una etapa de la obra en cada era. Una vez completada cada etapa de la obra, los espíritus malignos la imitan pronto, y después de que Satanás empiece a pisarle los talones a Dios, este cambia a un método diferente. Una vez que Dios ha completado una etapa de Su obra, los espíritus malignos la imitan. Debes tener claro esto. ¿Por qué es diferente hoy la obra de Dios de la de Jesús? ¿Por qué no exhibe Dios hoy señales y maravillas, no echa fuera demonios, y no sana a los enfermos? Si la obra de Jesús fuera la misma que la realizada durante la Era de la Ley, ¿podría Él haber representado al Dios de la Era de la Gracia? ¿Podría Él haber completado la obra de la crucifixión? Si como en la Era de la Ley, Jesús hubiera entrado en el templo y observado el día de reposo, nadie lo habría perseguido y todos lo habrían aceptado. Si esto fuera así, ¿podría haber sido crucificado? ¿Podría haber completado la obra de redención? ¿Cuál sería el sentido de que el Dios encarnado de los últimos días exhibiese señales y maravillas, como Jesús? Sólo si Dios realiza otra parte de Su obra durante los últimos días, una que represente parte de Su plan de gestión, puede el hombre obtener un conocimiento más profundo de Dios, y sólo entonces puede completarse dicho plan de gestión.

Durante los últimos días Dios ha venido principalmente con el fin de hablar Sus palabras. Él habla desde la perspectiva del Espíritu, del hombre, y de la tercera persona; habla de diferentes formas, usando una forma para un período de tiempo, y usa las formas de hablar para cambiar los conceptos del hombre y eliminar la imagen del Dios vago del corazón del hombre. Esta es la principal obra realizada por Dios. Como el hombre cree que Dios ha venido a sanar a los enfermos, a echar fuera demonios, a llevar a cabo milagros, y a concederle bendiciones materiales, Él lleva a cabo esta etapa de la obra —la obra de castigo y juicio— con el fin de eliminar esas cosas de los conceptos del hombre, de forma que este pueda conocer la realidad y la normalidad de Dios, y que la imagen de Jesús pueda eliminarse de su corazón y sustituirse por una nueva imagen de Dios. Tan pronto como la imagen de Dios en el hombre se haga vieja, pasa a ser un ídolo. Cuando Jesús vino y llevó a cabo esa etapa de la obra, no representó la totalidad de Dios. Llevó a cabo algunas señales y maravillas, habló algunas palabras, fue finalmente crucificado, y representó una parte de Dios. No podía representar todo lo que es de Dios, sino que lo representó realizando una parte de Su obra. Eso se debe a que Dios es muy grande, maravilloso e insondable, y sólo realiza una parte de Su obra en cada era. La obra llevada a cabo por Dios durante esta era es principalmente la provisión de las palabras para la vida del hombre, la revelación de la esencia de la naturaleza del hombre y el carácter corrupto de este, la eliminación de los conceptos religiosos, del pensamiento feudal, del pensamiento obsoleto, así como del conocimiento y la cultura del hombre. Todo esto debe ponerse en evidencia y purificarse por medio de las palabras de Dios. En los últimos días, Él usa palabras, y no señales y maravillas, para perfeccionar al hombre. Usa Sus palabras para descubrir, juzgar, castigar y perfeccionar al hombre, de forma que en las mismas este llegue a ver la sabiduría y la belleza de Dios, y a entender Su carácter, y así, a través de las palabras de Dios, el hombre vea Sus hechos. Durante la Era de la Ley, Jehová guió a Moisés fuera de Egipto con Sus palabras, y habló algunas otras a los israelitas; en ese momento, parte de los hechos de Dios quedaron claros, pero debido a que el calibre del hombre era limitado y nada podía completar su conocimiento, Él siguió hablando y obrando. En la Era de la Gracia, el hombre vio una vez más parte de los hechos de Dios. Jesús fue capaz de mostrar señales y maravillas, de sanar a los enfermos y echar fuera demonios, y ser crucificado, tres días después de lo cual resucitó y se apareció en la carne ante el hombre. Este sólo conocía esto de Dios. Conoce tanto como Él le muestra, y si Él no le mostrara nada más, esa sería la medida de la delimitación de Dios por parte del hombre. Así pues, Dios continúa obrando, de manera que el conocimiento que el hombre tiene de Él pueda volverse más profundo, y que pueda llegar a conocer gradualmente la esencia de Dios. En los últimos días, Dios usa Sus palabras para hacer perfecto al hombre. Las palabras de Dios revelan tu carácter corrupto y Su realidad sustituye tus conceptos religiosos. El Dios encarnado de los últimos días ha venido principalmente a cumplir las palabras: “La Palabra se hace carne, la Palabra viene en la carne, y la Palabra aparece en la carne”, y si no tienes un conocimiento exhaustivo de esto, seguirás siendo incapaz de mantenerte firme. Durante los últimos días, Dios pretende principalmente cumplir una etapa de la obra en la que la Palabra aparece en la carne, y esta es una parte del plan de gestión de Dios. Por tanto, vuestro conocimiento debe ser claro; independientemente de cómo obre Dios, Él no permite que el hombre lo delimite. Si Dios no hiciera esta obra durante los últimos días, el conocimiento que el hombre tiene de Él no podría ir más lejos. Sólo sabrías que Dios puede ser crucificado, que puede destruir Sodoma, que Jesús puede resucitar de los muertos y aparecerse a Pedro… Pero nunca dirías que las palabras de Dios pueden cumplirlo todo, y conquistar al hombre. Sólo a través de la experiencia de las palabras de Dios puedes hablar de tal conocimiento, y cuanto más experimentas de Su obra, más exhaustivo será tu conocimiento de Él. Sólo entonces cesarás de delimitar a Dios en tus propios conceptos. El hombre llega a conocer a Dios experimentando Su obra, y no hay otra forma correcta de conocerlo. Hoy, existen muchas personas que no hacen nada sino que esperan a fin de ver señales, maravillas y el tiempo de la catástrofe. ¿Crees en Dios, o en la catástrofe? Si esperas hasta esta última será demasiado tarde, y si Dios no la envía, ¿ya no será Dios? ¿Crees en señales y maravillas, o en Dios mismo? Jesús no exhibió señales y maravillas cuando otros se burlaron de Él; ¿no era Dios? ¿Crees en señales y prodigios, o en la esencia de Dios? ¡Las opiniones del hombre sobre la creencia en Dios son erróneas! Jehová habló muchas palabras durante la Era de la Ley, pero hasta hoy algunas de ellas no se han cumplido. ¿Puedes decir que Jehová no era Dios?

Hoy, debería quedar claro para todos vosotros que, en los últimos días, Dios cumple principalmente la realidad de “la Palabra se hace carne”. A través de Su obra práctica en la tierra, hace que el hombre lo conozca, y esté en contacto con Él, y vea Sus hechos prácticos. Hace que el hombre vea claramente que Él es capaz de exhibir señales y maravillas, y también hay momentos en los que es incapaz de hacerlo, y esto depende de la era. A partir de esto puedes ver que Dios no es incapaz de mostrar señales y prodigios, sino que cambia Su operativa de acuerdo a Su obra y a la era. En la etapa actual de la obra, Él no muestra señales y maravillas; que lo hiciera en la era de Jesús se debió a que Su obra en esa era fue diferente. Dios no hace esa obra hoy, y algunas personas creen que es incapaz de exhibir señales y maravillas, o piensan que si no lo hace, no es Dios. ¿No es esto una falacia? Dios es capaz de mostrar señales y maravillas, pero está obrando en una era diferente, y por eso no hace esa obra. Como es una era diferente, y una etapa distinta de la obra de Dios, los hechos que Dios deja claros también lo son. La creencia del hombre en Dios no es la creencia en señales y maravillas ni en milagros, sino en Su obra real durante la nueva era. El hombre llega a conocer a Dios a través de la manera en que Él obra, y este conocimiento produce en él la creencia en Dios, es decir, la creencia en la obra y los hechos de Dios. En esta etapa de la obra, Él principalmente habla. No esperes a ver señales y maravillas; ¡no las verás! Porque no naciste durante la Era de la Gracia. De haberlo hecho, podrías haberlas visto, pero naciste durante los últimos días, y por eso sólo puedes ver la realidad y la normalidad de Dios. No esperes ver al Jesús sobrenatural durante los últimos días. Sólo eres capaz de ver al Dios encarnado práctico, que no es diferente de cualquier otro hombre normal. En cada era, Dios deja claros diferentes hechos. En cada era, Él deja claros parte de Sus hechos, y la obra de cada era representa una parte del carácter de Dios, y representa una parte de los hechos de Dios. Los hechos que Él deja claros varían con la era en la que obra, pero todos dan al hombre un conocimiento de Él que es más profundo, una creencia en Dios más centrada, y más sincera. El hombre cree en Dios por todos Sus hechos, y porque Él es maravilloso, muy grande, porque es todopoderoso, e insondable. Si crees en Dios porque es capaz de llevar a cabo señales y maravillas y puede sanar a los enfermos y echar fuera demonios, tu opinión es errónea, y algunas personas te dirán: “¿No pueden también los espíritus malignos hacer estas cosas?”. ¿No es esto confundir la imagen de Dios con la de Satanás? Hoy, la creencia del hombre en Dios se debe a Sus muchos hechos y a las muchas formas en las que Él obra y habla. Dios usa Sus declaraciones para conquistar al hombre y perfeccionarlo. El hombre cree en Dios por Sus muchos hechos, no porque pueda mostrar señales y maravillas, y sólo lo entiende porque ve Sus hechos. Sólo conociendo los actos reales de Dios, cómo obra, los sabios métodos que utiliza, cómo habla y cómo perfecciona al hombre, sólo conociendo estos aspectos, puedes comprender la realidad de Dios y entender Su carácter; sabiendo lo que le gusta, lo que aborrece, cómo obra en el hombre. Sabiendo lo que le gusta y lo que no, puedes diferenciar entre lo positivo y lo negativo, y a través de tu conocimiento de Dios hay progreso en tu vida. En resumen, debes obtener un conocimiento de la obra de Dios, y debes rectificar tus opiniones acerca de la creencia en Dios.

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

Palabra de Dios | Cómo servir en armonía con la voluntad de Dios

Hoy principalmente estaré enseñando acerca de cómo deben servir las personas a Dios en su creencia en Él, qué condiciones deben cumplirse y qué verdades deben entender los que sirven a Dios, y en dónde podéis estaros desviando en vuestro servicio. Deberíais entender todo esto.

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Palabra de Dios | Cómo servir en armonía con la voluntad de Dios

Hoy principalmente estaré enseñando acerca de cómo deben servir las personas a Dios en su creencia en Él, qué condiciones deben cumplirse y qué verdades deben entender los que sirven a Dios, y en dónde podéis estaros desviando en vuestro servicio. Deberíais entender todo esto. Estos asuntos afectan vuestra forma de creer en Dios, cómo camináis por la senda de la dirección del Espíritu Santo y cómo os sometéis a las disposiciones de Dios en todas las cosas, y os permitirán conocer cada paso de Su obra en vosotros. Cuando alcancéis ese punto, apreciaréis qué es la fe en Dios, cómo creer apropiadamente en Él y qué debéis hacer para actuar en armonía con la voluntad de Dios. Esto os hará completa y totalmente obedientes a la obra de Dios y no tendréis quejas ni juzgaréis o analizaréis y, mucho menos, investigaréis. Además, seréis todos capaces de obedecer a Dios hasta la muerte, permitiéndole dirigiros y sacrificaros como a una oveja, de forma que todos podáis ser los Pedros de los años noventa y podáis amar a Dios al máximo, incluso en la cruz, sin la más mínima queja. Sólo entonces podréis vivir como Pedros de los años noventa.

Todo aquel que así lo haya decidido puede servir a Dios; sin embargo, debe ocurrir que sólo aquellos que le presten toda la atención a la voluntad de Dios y la entiendan están calificados y facultados para servirle. He descubierto esto entre vosotros: muchas personas creen que siempre que difundan con fervor el evangelio para Dios, recorran los caminos, se entreguen y se sacrifiquen por Dios, y así sucesivamente, eso es servir a Dios; incluso las personas más religiosas creen que servir a Dios significa correr de un lado para otro con una Biblia en las manos, difundir el evangelio del reino celestial y salvar a las personas haciendo que se arrepientan y se confiesen; existen muchos oficiales religiosos que piensan que servir a Dios es predicar en capillas después de estudiar en el seminario, enseñar a las personas leyendo capítulos de la Biblia; también hay personas en regiones pobres que creen que servir a Dios significa sanar a los enfermos y echar fuera demonios u orar por los hermanos y hermanas o servirlos; entre vosotros hay muchos que creen que servir a Dios significa comer y beber Sus palabras, orar a Dios cada día, así como visitar iglesias y realizar obra en las iglesias en todas partes; hay otros hermanos y hermanas que creen que servir a Dios significa no casarse nunca o no tener una familia y dedicar todo su ser a Dios. No obstante, pocas personas saben lo que significa realmente servir a Dios. Aunque hay tantas personas que sirven a Dios como estrellas en el cielo, el número de los que pueden servir directamente y que pueden servir de acuerdo con la voluntad de Dios es insignificante, extremadamente pequeño. ¿Por qué digo esto? Lo digo porque no entendéis la esencia de la expresión “servicio a Dios” y comprendéis muy poco de cómo servir de acuerdo con la voluntad de Dios. Hoy estoy hablando principalmente de cómo servir según la voluntad de Dios y de cómo hacerlo para cumplir Su voluntad.

Si deseáis servir de acuerdo con la voluntad de Dios, debéis entender primero qué tipo de personas son agradables para Dios, a qué tipo de personas aborrece Dios, a qué tipo de personas perfecciona Dios y qué tipo de personas están capacitadas para servir a Dios. Esto es lo mínimo con lo que deberíais estar equipados. Además, deberíais conocer los objetivos de la obra de Dios y la obra que Dios hará aquí y ahora. Después de entender esto, y a través de la dirección de Sus palabras, primero entraréis y recibiréis la comisión de Dios. Cuando experimentéis realmente con base en Sus palabras, y cuando conozcáis verdaderamente Su obra, estaréis capacitados para servir a Dios. Y es cuando le servís que Dios esclarece vuestros ojos espirituales, os permite tener un mayor entendimiento de Su obra y ver con más claridad. Cuando entres en esta realidad, tus experiencias serán más profundas y reales, y todos aquellos de vosotros que hayáis tenido esas experiencias seréis capaces de caminar por las iglesias y proveer a los hermanos y hermanas, de modo que cada uno pueda aprovechar las fortalezas del otro para compensar vuestras propias deficiencias y obtener un conocimiento más rico en vuestro espíritu. Sólo después de lograr este efecto seréis capaces de servir de acuerdo con la voluntad de Dios y ser perfeccionados por Él en el transcurso de vuestro servicio.

Los que sirven a Dios deben ser íntimos con Él; deben ser agradables para Dios y ser capaces de mostrar lealtad absoluta hacia Dios. Independientemente de si actúas a espaldas de las personas o delante de ellas, eres capaz de obtener el gozo de Dios delante de Él, de mantenerte firme delante de Él, e independientemente de cómo te traten otras personas, siempre caminarás por tu propia senda, y consideras la responsabilidad de Dios. Sólo así se es un íntimo de Dios. Que los íntimos de Dios sean capaces de servirle directamente se debe a que se les ha dado la gran comisión de Dios y la carga de Dios, a que son capaces de tomar el corazón de Dios como suyo y la carga de Dios como suya, y no analizan si ganan o pierden perspectiva: aun cuando no tengan expectativas ni obtengan nada, siempre creerán en Dios con un corazón amoroso. Por tanto, este tipo de persona es un íntimo de Dios. Los íntimos de Dios son también Sus confidentes; sólo estos podrían compartir Su inquietud, y Sus necesidades, y aunque su carne es dolorosa y débil, son capaces de soportar el dolor y abandonar lo que aman para satisfacer a Dios. Dios da más cargas a esas personas y lo que Él hará se expresa por medio de ellas. Así, estas personas son agradables para Dios, son siervos de Dios según Su corazón y sólo ellos pueden gobernar junto a Él. Cuando hayas llegado a ser de verdad un íntimo de Dios será precisamente entonces cuando gobernarás junto a Él.

Jesús fue capaz de completar la comisión de Dios —la obra de la redención de toda la humanidad—, porque Él se preocupaba mucho por la voluntad de Dios, sin Sus propios planes ni consideraciones personales. Él también era el íntimo de Dios, Dios mismo, algo que todos entendéis muy bien. (De hecho, era el Dios mismo, del que Dios dio testimonio; menciono esto aquí para ilustrar la cuestión mediante la realidad de Jesús). Él fue capaz de poner el plan de gestión de Dios como el centro mismo, y siempre oró al Padre celestial y buscó Su voluntad. Él oró, diciendo: “¡Dios Padre! Cumple lo que sea Tu voluntad, y no actúes según Mis propósitos; hazlo según Tu plan. El hombre puede ser débil, ¿pero por qué deberías preocuparte por él? ¿Cómo podría el hombre ser digno de Tu preocupación, el ser humano que es como una hormiga en Tu mano? En Mi corazón sólo deseo cumplir Tu voluntad, y quisiera que pudieras hacer lo que desearas en Mí, según Tus propios propósitos”. En el camino hacia Jerusalén, Jesús se sintió angustiado, como si le estuvieran retorciendo un cuchillo en el corazón, pero no tenía la más mínima intención de volverse atrás en Su palabra; siempre había una poderosa fuerza que lo empujaba hacia adelante hacia el lugar de Su crucifixión. Finalmente, fue clavado en la cruz y se convirtió en la semejanza de la carne pecaminosa, completando esa obra de redención de la humanidad, y levantándose por encima de los grilletes de la muerte y el Hades. Delante de Él, la mortalidad, el infierno y el Hades perdieron su poder, y Él los venció. Vivió treinta y tres años en los que siempre hizo todo lo que pudo para cumplir la voluntad de Dios, según la obra de Dios en ese momento, no considerando nunca Su propia ganancia o pérdida personal y pensando siempre en la voluntad de Dios Padre. Por ello, después de ser bautizado, Dios dijo de Él: “Este es Mi Hijo amado, en quien me regocijo grandemente”. Por Su servicio delante de Dios, que estaba en armonía con la voluntad de Dios, Dios colocó sobre Sus hombros la pesada carga de redimir a toda la humanidad y le hizo ir a cumplirla, y Él estaba calificado y autorizado para llevar a cabo esta importante tarea. A lo largo de Su vida, soportó un sufrimiento inconmensurable por Dios, y Satanás lo tentó innumerables veces; pero nunca se descorazonó. Dios le encomendó esa tarea porque confiaba en Él, y lo amaba, y por eso dijo personalmente: “Este es Mi Hijo amado, en quien me regocijo grandemente”. En ese momento, sólo Jesús podía cumplir esta comisión, y esta era una parte de la terminación de Dios de Su obra de redención de toda la humanidad en la Era de la Gracia.

Si, como Jesús, podéis preocuparos por las cargas de Dios y dais la espalda a vuestra carne, Él os confiará Sus importantes tareas, de forma que cumpláis las condiciones de servir a Dios. Sólo bajo tales circunstancias os atreveréis a decir que estáis haciendo la voluntad de Dios y completando Su comisión; sólo entonces os atreveréis a decir que estáis sirviendo verdaderamente a Dios. En comparación con el ejemplo de Jesús, ¿te atreves a decir que eres un íntimo de Dios? ¿Te atreves a decir que estás haciendo la voluntad de Dios? ¿Te atreves a decir que estás sirviendo realmente a Dios? Hoy, no entiendes cómo servir a Dios, ¿te atreverías a decir que eres íntimo de Dios? Si dices que sirves a Dios, ¿no blasfemas contra Él? Piensa en ello: ¿estás sirviendo a Dios o a ti mismo? Sirves a Satanás, pero dices obstinadamente que estás sirviendo a Dios. ¿No estás blasfemando contra Dios en esto? Muchas personas detrás de Mí codician la bendición del estatus, se dan atracones de comida, aman dormir y prestan toda la atención a la carne, siempre temerosos de que no haya salida de ella. No desarrollan su función correcta en la iglesia, sino que gorronean de la iglesia, o bien amonestan a los hermanos y hermanas con Mis palabras, tratan despóticamente a los demás desde posiciones de autoridad. Estas personas siguen diciendo que están haciendo la voluntad de Dios, siempre dicen que son los íntimos de Dios, ¿no es esto absurdo? Si tienes las motivaciones correctas, pero eres incapaz de servir de acuerdo con la voluntad de Dios, estás siendo insensato; pero si tus motivaciones no son correctas, y sigues diciendo que sirves a Dios, eres alguien que se opone a Dios, ¡y deberías ser castigado por Él! ¡No tengo simpatía por tales personas! En la casa de Dios gorronean, codiciando siempre las comodidades de la carne, y no consideran los intereses de Dios; siempre buscan lo que es bueno para ellos, no prestan atención a la voluntad de Dios, el Espíritu de Dios no escudriña todo lo que hacen, siempre están maquinando y engañando contra los hermanos y hermanas, y tienen dos caras, como un zorro en una viña, siempre robando uvas y pisoteando la misma. ¿Pueden ser tales personas los íntimos de Dios? ¿Eres apto para recibir las bendiciones de Dios? No asumes responsabilidades para tu vida y la iglesia, ¿eres apto para recibir la comisión de Dios? ¿Quién se atrevería a confiar en alguien como tú? Cuando sirves así, ¿podría atreverse Dios a confiarte una tarea mayor? ¿No estás retrasando las cosas?

Os digo esto para que podáis saber qué condiciones deben cumplirse a fin de servir en armonía con la voluntad de Dios. Si no dais vuestro corazón a Dios, si no os preocupáis por la voluntad de Dios como lo hizo Jesús, entonces Dios no puede confiar en vosotros y acabará juzgándoos. Quizás hoy, en tu servicio a Dios, siempre albergas el propósito de engañarlo, pero Él seguirá tomando nota de ti. En resumen, independientemente de todo lo demás, si engañas a Dios caerá sobre ti un juicio despiadado. Deberíais aprovecharos de haber entrado en el camino correcto del servicio a Dios para darle en primer lugar vuestro corazón, sin lealtades divididas. Independientemente de si estas delante de Dios o delante de otras personas, tu corazón siempre debería mirar a Dios, y tendrías que estar decidido a amarlo tal como lo hizo Jesús. De esta forma, Dios te hará perfecto, de forma que te conviertas en un siervo suyo que sea conforme a Su corazón. Si deseas sinceramente que Dios te perfeccione, y que tu servicio esté en armonía con Su voluntad, deberías cambiar tus opiniones anteriores acerca de la fe en Él, y la forma en que le servías, de manera que Él pueda perfeccionar más de ti; así, Dios no te abandonará y, como Pedro, estarás a la vanguardia de aquellos que le aman. Si sigues sin arrepentirte, tendrás el mismo final que Judas. Todos los que creen en Dios deberían entender esto.

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

La experiencia de crecimiento de un cristiano nacido en los años noventa

Estoy muy agradecido a nuestro Señor por tener piedad de mí y escuchar mis súplicas. Después de unos dos meses, uno de los hermanos vino a mi casa. En ese momento, yo estaba solo allí, así que me senté un rato con él por educación y charlamos sobre esto y aquello. Sin embargo, durante nuestra charla el hermano me dio testimonio de la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días.

Wei Chen, provincia de Fujian

Soy un cristiano que nació en los años noventa. Fui alumno de una de esas famosas escuelas en la que los padres quieren que sus hijos estudien y donde harán todo lo posible para que entren en ella. En China, son conocidas como escuelas fundamentales y yo estudié en una durante diez años. En China, los padres tienen expectativas muy altas de dichas escuelas y se estrujan el cerebro para lograr que sus hijos vayan a esos lugares de aprendizaje de alta calidad. Piensan que sus hijos obtendrán así una educación de primera clase, la cual les dará una clara ventaja sobre el resto y que traerá buen nombre a su familia y antepasados. Con el fin de que yo entrara en una escuela fundamental, mi madre se valió de todos los medios posibles para desarrollar relaciones con las personas correctas y gastó también una suma considerable de dinero. Sin embargo, las escuelas administradas por el PCCh ya han perdido toda pureza de ideales y se han convertido en guaridas de mentiras y falsedades. Los maestros y el personal —que deberían ser modelos eminentes de imparcialidad, humanidad y moralidad— se han vuelto hipócritas traicioneros, astutos e inmorales que forman grupo tras grupo estudiantes igualmente hipócritas, los así llamados “pilares de la nación”.

Cuando se habla de los maestros en China, es común usar el verso de un antiguo poema para describir su laboriosidad: “El gusano de seda no deja de producir seda hasta que muere; la vela no deja de gotear cera hasta que se convierte en ceniza”. Sin embargo, después de diez años en esa escuela siendo testigo de las acciones y comportamientos de mis maestros, siento que tengo que repudiar eso. Recuerdo el segundo semestre de mi primer año. La maestra de música anunció que nuestra clase había sido elegida para una inspección de la clase de música por parte de algunos funcionarios de alto rango y que teníamos que ensayar continuamente el contenido que ella había preparado para la inspección, exactamente como ella quería. Durante uno de los ensayos, uno de los compañeros de clase no se estaba esforzando mucho y una y otra vez no hacía lo que la maestra pedía. De repente, la clase se quedó totalmente en silencio y, cuando miré, vi a la maestra de música mirando fijamente y llena de furia a ese compañero. Se levantó dando un golpe, arrojó el libro de texto contra el piano con todas sus fuerzas y se lanzó airadamente hacia el compañero. Lo agarró y arrastró hasta el fondo de la clase para que se quedara de pie contra la pared como castigo. Cuando vimos eso, los treinta o así que estábamos allí nos quedamos de piedra y empezamos a hacer con cuidado exactamente lo que la maestra quería para que no nos fuera a pasar lo mismo. Más adelante, nuestro jefe de estudios y la maestra de música también tuvieron reuniones individuales con cada uno de los alumnos menos aplicados para advertirles que tenían que corregirse. Así que, cuando los altos funcionarios vinieron, vieron una clase bien ordenada con una maestra amable y cordial, con una voz tan suave que hasta se te ponía la piel de gallina. Parecía que los estudiantes y los maestros habíamos llegado a un acuerdo tácito para cooperar con el fin de lograr el objetivo común de ver sonrisas de satisfacción en el rostro de los altos funcionarios. Cuando terminó la inspección, me reuní con algunos compañeros de clase. La pregunta que todos nos hacíamos era: “¿Por qué nos ha enseñado nuestra maestra cómo engañar a las personas?”. En el tercer año se nos dijo que iban a venir algunas personas como oyentes a nuestra clase de matemáticas. La maestra nos dijo: “Mañana daremos en clase la misma materia que dimos hace unos días. Así que espero que todos os vayáis a casa y la reviséis bien”. Después de clase, la maestra pidió al monitor y a los delegados de la clase que se reunieran con ella en su oficina. Al día siguiente, toda la fila de sillas de atrás de la clase fue ocupada por maestros y funcionarios que habían venido a observarnos. La clase comenzó, la maestra planteó las preguntas acordadas y permitió que el monitor y los delegados de la clase contestaran. Sus respuestas perfectas dieron lugar a una sonrisa de satisfacción en el rostro de la maestra. La clase abierta terminó de forma exitosa después de engañar a los funcionarios del gobierno todo el tiempo y fue definitivamente un ejemplo de que “para cada política que los altos funcionarios crean, los niveles inferiores crean otra para evadirla”. Las inspecciones y evaluaciones del Departamento de Educación siempre ponían a los maestros a la defensiva: nos hacían memorizar todas las posibles preguntas y respuestas, y nos advertían repetida y duramente. Decían cosas como: “Los inspectores del Departamento de Educación vienen hoy, así que todos tenéis que quedaros en esta clase. Quedaos aquí y sed buenos. ¡Si os portáis mal me aseguraré de que todos sufrís las consecuencias!”. ¡Incluso nos amenazaban con quitarnos puntos de las notas de examen del fin de semestre! También tuvimos una asamblea de toda la escuela para que los líderes pudieran fijar las normas y meternos en la cabeza todo lo que necesitábamos recordar. Estábamos tan bien entrenados que un inspector podría haber tomado al chico más indisciplinado de una clase, hacerle cualquier pregunta relevante y obtener una respuesta concisa y fluida que garantizara una sonrisa en su rostro. Era aún más irónico que los baños, habitualmente sucios, ahora estuvieran limpios y sin los habituales montones de basura. Después llegaba el momento en que sonaba la campana para empezar la clase y mis compañeros seguían haciendo un terrible escándalo por más fuerte que el maestro golpeara la mesa. Así que el maestro nos gritaba enojado: “Todos fuisteis muy buenos durante las inspecciones, pero ahora que ya han terminado habéis vuelto a ser como érais originalmente”. Cuando oía eso, me reía para mis adentros, pensando que se trataba sin duda de un ejemplo de “¡Un profesor estricto produce excelentes alumnos!”. Seis años de escuela primaria habían ayudado a que nuestras habilidades artísticas progresaran en gran manera: cada vez que oíamos que iba a haber una clase abierta o que algunos funcionarios iban a venir a observarnos, todos sabíamos simplemente cómo trabajar en estrecha colaboración con el maestro para brindar un magnífico espectáculo que los engañara.

Cuando entré en la escuela secundaria fundamental, tanto en el tercer año como en el cuarto, descubrí que las simulaciones eran incluso más frecuentes y sofisticadas. Nuestras clases de física eran casi todas teóricas, con muy pocos experimentos prácticos. Cuando los inspectores escolares estaban a punto de hacer una visita, nuestro maestro nos decía que hiciéramos todos los experimentos en las pocas clases anteriores a la misma. Sin embargo, todos sabíamos que teníamos que estar preparados para la inspección, así que no lo hacíamos realmente, sino que simplemente íbamos al laboratorio y esperábamos a que el maestro leyera en voz alta los resultados correctos, los cuales copiábamos. El personal directivo de la escuela también estaba siempre buscando formas de llevar a nuestra escuela al nivel de Grado 1, porque eso significaba un mayor reconocimiento, equipamiento e instalaciones mejores —tanto en hardware como software—, y más fondos del gobierno. Sin embargo, era una tarea muy difícil, la cual exigía que maestros y estudiantes trabajaran juntos estrechamente para realizarla. Con el fin de superar la inspección y la evaluación, empezamos de nuevo con la simulación. Algunos de los estudiantes más fuertes de la clase fueron enviados a la oficina para traer todas las cajas de informes, del material de experimentos, de tablas y gráficos, todas las cosas de las que habitualmente nunca oíamos y que nunca veíamos. A continuación, el maestro escribía todas las respuestas y resultados estándar en la pizarra y nosotros copiábamos la información en las tablas, gráficos, etc. Después se lo entregábamos todo a los maestros (y lo escondían hasta el momento de la inspección). Terminado eso, fui con algunos compañeros de clase a la cantina de la escuela a comprar algo para desayunar. Uno de los compañeros quería un muslo de pollo, pero el personal de la cantina le dijo: “Hoy es día de inspección y no podemos vender comida cocinada”. Nos miramos unos a otros confundidos, porque nunca habríamos pensado que la cantina —que ganaba montones de dinero con la venta de comida cocinada todos los días— también tendría un día de descanso. ¡Ja, ja! ¡Estaban haciendo realmente una buena actuación siguiendo las mismas pautas que la dirección! Finalmente, el engaño combinado de todo el personal y los estudiantes hizo que la escuela ascendiera del Grado 2 provincial al Grado 1 provincial. Naturalmente, el personal directivo estaba encantado y sonreía de oreja a oreja todo el día. Cuando la noticia se anunció con entusiasmo en una asamblea especial de la escuela, los alumnos también nos alegramos mucho, porque sabíamos que, si no hubiéramos superado la inspección, tendríamos que habernos estrujado el cerebro pensando en formas de engañar a los inspectores otra vez.

Como consecuencia de la educación diligente desde temprana edad por parte de nuestros maestros —esos “ingenieros del alma humana”—, maduramos para ser estudiantes bien preparados para aprobar exámenes. Nuestra capacidad para falsear las cosas y engañar a las personas también mejoró notablemente. En nuestra escuela, las normas no permitían que los alumnos tuvieran novia o novio ni que fumaran. Así que sorteábamos esto siguiendo la tradición de nuestros maestros de “para cada política que el personal directivo crea, los niveles inferiores crean otra para evadirla”: no nos tomábamos de la mano, no nos abrazábamos ni fumábamos en zonas públicas de la escuela, sino que íbamos a escondidas a rincones oscuros o esperábamos a estar fuera de las puertas de la escuela para hacer lo que queríamos. De cualquier modo, mientras no nos sorprendieran en el acto, no habría ninguna prueba. Asimismo, acosar o robar dinero a otros estudiantes eran hechos comunes. Y así me hundía cada vez más en este gran pozo de pecado, aprendiendo todo el tiempo a tener dos caras y ser doble. A los ojos de mis familiares y compañeros de clase yo era un buen chico: no tenía novia, tampoco bebía ni fumaba. Cuando venían invitados a mi casa, aunque sólo quería jugar con la computadora, dejaba en la pantalla la página web de aprendizaje —una web que visitaba con tan poca frecuencia, que casi había olvidado los datos de mi cuenta— para ganarme su aprobación. Cuando estaba totalmente seguro de que los invitados no iban a entrar más en mi habitación, empezaba a navegar de nuevo por la red y a jugar. Cada vez que me sentía nervioso o inquieto, llamaba a algunos de mis amigos íntimos e íbamos a un bar cercano a mi casa para emborracharnos completamente. Una vez que habíamos ahogado nuestras penas y quizás actuado de forma algo alocada, calculábamos a qué hora se irían a la cama nuestros respectivos padres para entrar en casa a hurtadillas sin que percibieran nuestro aliento alcohólico. Entonces nos tambaleábamos y zigzagueábamos de vuelta a casa para dormir el resto de la noche roncando con fuerza. Recuerdo una vez que me terminé la mitad de una botella de licor de sorgo de 56 grados en tres tragos. De camino a casa apenas podía controlar los brazos y las piernas, pero cuando llegué a la puerta de mi casa, me di unos buenos golpes en la cara, me sujeté lo mejor que pude, me quité los zapatos lo más rápido posible, me tapé la boca con la mano y entré directamente a mi habitación, cerrando la puerta con llave. En mi habitación yo era el rey de mi territorio y, por muy fuerte que mi madre llamó a la puerta yo no abrí. Al día siguiente, antes de abrir la puerta de mi dormitorio, abrí la ventana para que entrara algo de aire fresco. Cuando comprobé que no había olor a alcohol en el aire, saqué mi ropa —que aún olía a licor— al balcón para empaparla en agua. Así fue como me libré de toda evidencia. ¡Ja, ja!

A veces, yo pensaba en que el Señor Jesús había dicho que todos debemos ser honestos y decir las cosas tal como son. Me sentía muy incómodo con muchos de mis comportamientos y sentía que era totalmente hipócrita y falso. Incluso sentía que no era un verdadero cristiano, ya que ni siquiera tenía el valor para admitir mi propia fe en caso de que se burlaran de mí por afirmar ser cristiano cuando mi moral era tan mala. En ocasiones, oraba y confesaba mis pecados, pero mi estilo de vida no cambiaba y seguía sintiéndome perdido, confuso y desamparado. Sabía que no era un buen cristiano, pero sentía que todos los pastores y diáconos de la iglesia conocían muy bien la Biblia y podían exponer doctrinas y enseñanzas con detalle, así que al menos ellos eran todos buenos cristianos, la niña de los ojos del Señor. Sin embargo, la realidad golpeó de nuevo mi forma de ver las cosas: fue durante una elección de diáconos de la iglesia y como observador imparcial pude ser testigo claramente de cuán absurdo fue todo el proceso. Para empezar, había trece diáconos y, cuando la pastora anunció los resultados de la elección, resultó que los mismos trece habían sido reelegidos. ¡Ni siquiera se habían presentado otros candidatos! No pude evitar gritar: “¡Tramposos!” y a continuación salí de la iglesia hecho una furia. Medité sobre lo que pasó; pero, de cualquier forma que pensara en él, siempre llegaba a la conclusión de que las elecciones religiosas eran simplemente tan falsas como la práctica que había presenciado en la escuela o las elecciones que el gobierno local celebraba para elegir a los delegados del pueblo. En otra ocasión, estaba haciendo de niñero para la pastora y comencé a hablar con su hija de siete años: “Apuesto a que tu madre te lee muchas historias de la Biblia todos los días”. Ella contestó: “¡No, mi mamá dice que no tiene sentido leer esas cosas!”. Yo me quedé asombrado y le pregunté de nuevo para asegurarme. Sin embargo, la pequeña respondió sin titubear: “Mamá no me deja leer la Biblia y me dijo que no creyera nada de ella. Me dijo que sólo el conocimiento científico tiene alguna utilidad”. La verdad me dejó perplejo: ¡esta pastora era una completa hipócrita que estaba enseñando a su hija a ignorar las enseñanzas cristianas! Nunca habría imaginado que todos los cargos de alto rango de mi iglesia eran ateos hipócritas que sólo estaban actuando en beneficio de sus propios intereses. Estaba terriblemente decepcionado de ellos y prometí que nunca más iría a ninguna reunión de la iglesia. Sentía que escucharlos predicar no era diferente de escuchar a ese personal de la dirección de la escuela falsamente ecuánime y justo, que se subía al estrado e intentaba engañarnos con sus simulaciones. Más adelante, mi madre pasó a ser una de las diaconisas de la iglesia, lo cual me dio una visión más interna de cómo este así llamado “templo” santo y adorador de Dios se había desarrollado de la misma manera que la sociedad moderna. La pastora y los diáconos habían formado facciones y por supuesto había muchas opiniones diferentes, así que la docena o así de ellos que había discutían con frecuencia hasta el punto de que se les ponía la cara roja. También tenían la costumbre de encontrar razones falsas para gastarse los donativos de la congregación en viajes y cenas. Una vez anunciaron, con toda seriedad, que iban a donar 500 yuanes a familias pobres para subvencionar las colegiaturas de sus hijos. En realidad, todos los padres que solicitaron las subvenciones era gente que estaba cerca de la pastora y los diáconos a diario. Uno de esos “padres pobres” era realmente el propietario de una casa de tres pisos y tenía unos ingresos mensuales de más de 1,000 yuanes. En cuanto a los padres que todos sabían realmente que vivían con dificultades, ninguno de ellos consiguió el subsidio. Al presenciar todo esto personalmente, me quedé muy decepcionado y no sabía qué hacer. Sentía que sólo el retorno del Señor Jesús podía poner fin a estos asuntos inmundos y despreciables. No pude evitar clamar: “¡Señor, por favor, por favor, ven pronto!”.

Estoy muy agradecido a nuestro Señor por tener piedad de mí y escuchar mis súplicas. Después de unos dos meses, uno de los hermanos vino a mi casa. En ese momento, yo estaba solo allí, así que me senté un rato con él por educación y charlamos sobre esto y aquello. Sin embargo, durante nuestra charla el hermano me dio testimonio de la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Dijo que el Señor Jesús ya había vuelto, que es llamado Dios Todopodeoso y que ya está expresando verdades para llevar a cabo Su obra de juicio, empezando por la casa de Dios en los últimos días. El hermano también dijo que Dios Todopoderoso va a salvar de sus pecados a la humanidad, que ha sido profundamente corrompida y dañada por Satanás. Él va a liberar a la humanidad de la influencia de Satanás y a llevarnos a Su reino, poniendo fin así a esta era malvada. Cuanto más escuchaba, más extraordinario y extraño me parecía. Yo había creído en el Señor Jesús durante todos estos años, pero nunca había oído nada de esto. En particular, los momentos en que el hermano analizó los diversos fenómenos malignos predominantes ahora en la sociedad, las escuelas y los círculos religiosos, y en los que reveló su esencia y su verdadera situación, eran asuntos que me habían desconcertado durante mucho tiempo. Acabé hablando con él acerca de todas las cosas que había visto y oído a lo largo de muchos años. Expresé mi confusión sobre por qué las escuelas —las cuales se suponía que eran lugares de aprendizaje inocente— se habían convertido en guaridas de mentiras y sobre por qué las iglesias —las cuales se suponía que eran lugares santos— se habían convertido en guaridas de farsa y luchas internas. Además, yo quería ser una persona honesta, como el Señor Jesús pedía; pero eso era sólo una quimera, ya que vivía mi vida cotidiana tras una máscara. Con respecto a mi desconcierto, el hermano me leyó algunos pasajes de las palabras de Dios: “Satanás corrompe a las personas mediante la educación y la influencia de los gobiernos nacionales, los famosos y los grandes. Sus mentiras y sinsentidos han pasado a ser la vida y la naturaleza del hombre. ‘El Cielo destruye a los que no buscan sus propios intereses’ es un conocido dicho satánico que ha sido infundido en todos y que ha pasado a ser la vida humana. Algunas otras palabras de la filosofía vital también son así” (‘Cómo conocer la naturaleza del hombre’ en “Registros de las pláticas de Cristo”). “¡Humanidad cruel y brutal! La confabulación y la intriga, los empujones entre ellos, la lucha por la reputación y la fortuna, la masacre mutua, ¿cuándo se van a terminar? Dios ha hablado cientos de miles de palabras pero nadie ha entrado en razón. Actúan por el bien de sus familias, hijos e hijas, por sus carreras, porvenires, estatus, vanidad y dinero, por la ropa, la comida y la carne, ¿las acciones de quién son verdaderamente por el bien de Dios? Incluso entre aquellos cuyas acciones son por el bien de Dios, sólo hay unos cuantos que conocen a Dios. ¿Cuántos no actúan por el bien de sus propios intereses? ¿Cuántos no oprimen y discriminan a los demás con el propósito de mantener su propio estatus? Así, de manera contundente, Dios ha sido condenado a muerte en innumerables ocasiones; innumerables jueces bárbaros han condenado a Dios y una vez más lo han clavado en la cruz. ¿Cuántos se pueden llamar justos porque en verdad actúan para la gloria de Dios?” (‘Los malvados deben ser castigados’ en “La Palabra manifestada en carne”). “¿Por qué se involucran las personas en tan malas artes? Para conseguir sus propias metas y lograr los objetivos que desean. De modo que adoptan ciertos métodos, que muestran que no son rectas y honradas, y que no son honestas. En esas ocasiones se revelan la insidia y la astucia, o su malicia y su abyección. Con estas cosas, uno siente que resulta especialmente difícil ser honesto; sin ellas, te parecería que ser honesto es fácil. Los mayores obstáculos para la honestidad son la insidia de las personas, su astucia, su malicia y sus motivaciones innobles” (‘Para ser honesto, uno debe exponerse a los demás’ en “Registros de las pláticas de Cristo”). Después de leer estas palabras de Dios, el hermano siguió hablando conmigo y fue ahí cuando tuve un destello repentino de entendimiento: ¡la raíz de todos nuestros problemas es que Satanás tiene poder sobre la humanidad y nos está corrompiendo! Satanás el Diablo nos ha llenado de ideas venenosas como “El Cielo destruye a los que no buscan sus propios intereses,” “El dinero es lo primero” y “El poder está por encima de todo lo demás”. Estos venenos han echado raíces en los recovecos más profundos de nuestro corazón y se han convertido en nuestra vida; estos conceptos controlan todas nuestras palabras y acciones. Así que, independientemente de si las personas están en una escuela o en una comunidad religiosa, serán incapaces de no buscar sus propios intereses y competirán y lucharán contra otros para lograrlo. Cuando los pastores colocan un letrero que dice: “Trabajar para el Señor y servir a Su rebaño”, aún pretenden llenarse los bolsillos y, cuando la escuela cuelga una bandera con el lema “Impartir conocimiento y educar a los estudiantes para beneficiar a la nación y a las personas”, todo eso es simplemente una farsa. De hecho, los maestros usan el lema “Ser diligente y laborioso para servir como ejemplo para los demás” como pretexto para conseguir para sí mismos tanto como puedan. He oído de maestros que han perdido toda su humanidad y han humillado o golpeado cruelmente a estudiantes con el fin de buscar sus propios intereses. Esto es ahora tan común, que ya no es noticia. Satanás el Diablo usa el poder y el dinero para controlar nuestro corazón y nuestro espíritu, lo cual hace que nos volvamos cada vez más malvados y siniestros. No nos detendremos ante nada con el fin de conseguir lo que queremos y, conforme nuestros métodos traicioneros y astutos van perfeccionándose, el beneficio que traen se vuelve cada vez mayor. Como consecuencia, simplemente nos volvemos más malvados y corruptos y somos capaces de cometer los pecados más atroces. Es como el dicho chino “Si las vigas superiores no están derechas, las inferiores también estarán torcidas”: bajo el gobierno malvado del PCCh, todos los oficiales del Gobierno están malversando grandes cantidades de dinero y, por tanto, el personal directivo y los maestros de las escuelas de China los copian lo mejor que pueden. Conceptos como la moralidad y la justicia se dejan a un lado y la palabra “beneficio” ocupa el escenario central y así es como las escuelas se convierten en un microcosmos de la sociedad malvada en la que existen. Y, una vez que los ojos y oídos de los estudiantes han sido expuestos a esta contaminación malvada, se volverán naturalmente cada vez más malvados ellos mismos, justo como el papel secante absorbe la tinta negra. Algunos ejemplos de esto son estudiantes coqueteando con otros en los rincones oscuros de la escuela y fumando y emborrachándose totalmente en bares. También vi a jóvenes amantes abrazándose y agarrados de la mano en lugares públicos y en estos días es incluso común que alumnos de primaria tengan novio o novia. Algunos alumnos engañarán a sus padres o les harán la vida difícil para conseguir más dinero para sus gastos e incluso se han producido casos de hijos que han atacado a sus padres con un cuchillo cuando estos se han negado a darles más dinero. El cielo sabe cuántos padres han gastado todo su dinero y empleado todos los medios para enviar a sus inocentes y pequeños amores a una escuela de alta calidad, únicamente para ver que no sólo no han aprendido mucho ni desarrollado un buen carácter, sino que se han vuelto realmente más inmorales y malos, y se han convertido finalmente en tramposos consumados o incluso asesinos. Las personas siempre se están quejando de que los estudiantes están empeorando cada año, pero este es el fruto podrido de la actuación del PCCh. El hermano también me dijo que la Era de la Gracia fue cuando el Señor Jesús estuvo llevando a cabo la obra de redención —perdonar los pecados de la humanidad—, la cual no es la misma que la obra de los últimos días de juzgar, purificar y transformar el carácter corrupto de la humanidad. En otras palabras, aunque los creyentes en el Señor pueden obtener la redención de sus pecados, su naturaleza pecadora aún está firmemente arraigada en ellos y no pueden evitar ser corrompidos por Satanás para hacer el mal y resistirse a Dios. Tales personas viven en un círculo vicioso de cometer pecados durante el día y admitirlos por la noche: ni siquiera los pastores son capaces de librarse de sus caminos pecaminosos. Para los últimos días, Dios expresa verdades y lleva a cabo la obra de juzgar y purificar a la humanidad a través de Su encarnación con el fin de purificar y transformar totalmente el carácter satánico de la humanidad y resolver el problema de la fuente de su tendencia al pecado, para que pueda ser completamente salvada del dominio de Satanás y sea capaz de vivir en la luz. Conforme escuchaba hablar al hermano, era como si las negras nubes se estuvieran dispersando para revelar un despejado cielo azul: todas las dudas y la confusión de muchos años desaparecieron y acepté allí mismo el evangelio de Dios Todopoderoso de los últimos días.

El hermano leyó entonces otro pasaje de las palabras de Dios: “El mundo vasto y brumoso ha hecho que muchos de vosotros seáis inquebrantables y valientes en el cumplimiento de los diferentes roles en este mundo. Ha forjado muchos ‘guerreros’ que no temen a la muerte en absoluto. Aún más, ha creado lotes de seres humanos insensibilizados y paralizados que no comprenden el propósito de su creación” “La humanidad que abandonó el suministro de vida del Todopoderoso, no sabe por qué existe, y sin embargo teme a la muerte. Sin apoyo ni ayuda, pero la humanidad continúa siendo renuente a cerrar sus ojos, desafiando todo, arrastrando una existencia innoble en este mundo, en cuerpos que no tienen conciencia de las almas. Tú vives así, sin esperanza; él existe de esta manera, sin ningún objetivo. Sólo existe el Santo de la leyenda que vendrá a salvar a los que gimen en el sufrimiento y que anhelan desesperadamente Su llegada. Esta creencia no puede ser concientizada hasta ahora en la gente que permanece inconsciente. Sin embargo, la gente todavía anhela que así sea. El Todopoderoso tiene piedad de esta gente que sufre profundamente. Al mismo tiempo, Él está harto de esa gente que no tiene conciencia, porque Él tiene que esperar demasiado tiempo la respuesta de los humanos. Él desea buscar, encontrar tu corazón y tu espíritu. Él quiere darte alimento y agua y despertarte, para que ya no tengas sed, ya no tengas hambre. Cuando estés cansado y comiences a sentir la desolación de este mundo, no te sientas perplejo, no llores. Dios Todopoderoso, el Velador, acogerá tu llegada en cualquier momento” (‘El suspiro del Todopoderoso’ en “La Palabra manifestada en carne”). Estas palabras me conmovieron mucho. En el pasado, en mi confusión y dolor, había derramado muchas lágrimas; pero nadie había sido nunca capaz de penetrar tan claramente en los secretos de mi corazón con sus palabras o de describir el verdadero estado de mi corazón y mente. Y sin duda no había habido nadie que me dijera cómo caminar por la senda de mi vida en el futuro. Sin embargo, unas pocas frases breves de las palabras de Dios Todopoderoso fueron capaces de expresar lo que estaba profundamente oculto en mi corazón y, lo que es más importante, de mostrarme un camino hacia delante. Ahora no sólo sé que la fuente de la degeneración y la corrupción de la humanidad es que esta se ha apartado del sustento de vida de Dios y ha caído bajo el dominio de Satanás, sino que también sé que Dios siempre espera que nosotros —las personas que hemos sido engañadas y dañadas por Satanás— podamos volver a Él lo más pronto posible y recibir Su salvación. Las palabras de Dios me trajeron luz y esperanza, y pusieron fin a muchos años de vida en la oscuridad. A partir de ahí, empecé a devorar las palabras de Dios y a participar con entusiasmo en la vida de iglesia. Empecé a odiar esos bares de luz tenue en los que solía caerme borracho y dejé de beber para siempre. Siempre que mis amigos de borracheras intentaban que yo saliera con ellos encontraba una buena excusa para no ir. Si no se me ocurría ninguna, iba con ellos, pero ni una sola gota de licor volvió a tocar mis labios. Los veía beber botella tras botella y, cuando estaban totalmente ebrios, empezaban a actuar tan locamente como de costumbre. De pronto, sentí una tristeza inexplicable. Sentí que eran dignos de lástima y recordé que yo también me había comportado así algunas veces, emborrachándome una y otra vez con el fin de anestesiarme y olvidar temporalmente mis preocupaciones y el vacío que había en mi interior. Sin embargo, beber sólo hacía que el sufrimiento y el vacío duraran aún más. ¡Ahora que tengo algo en lo que puedo confiar realmente, mi corazón se siente lleno y gozoso, y estoy realmente agradecido por la inmensa salvación de Dios Todopoderoso!

Lo que hace que yo esté aún más agradecido es que Dios Todopoderoso no sólo me alivió mi vacío espiritual, sino que también me sacó de toda la inmundicia y contaminación. Cada vez que me reunía con los hermanos y hermanas me sentía totalmente liberado, porque entre ellos no había falsedad ni bravuconería, ni palabras vacías, ni tampoco engaño o represión algunos. Los hermanos y hermanas buscan ser personas honestas, siempre dispuestos a decir lo que piensan porque saben que cuanto más honestos sean, más los aprobará Dios y les concederá Sus bendiciones y más agradarán a los demás. Después de ver que cada uno de los hermanos y hermanas estaba viviendo de una forma simple, abierta y liberada, decidí rebelarme contra mi propio ego y vanidad, y contar a una de las hermanas cómo había estado yo bajo la influencia de tendencias y modas malvadas y cuán degenerado e inútil me había vuelto. La hermana no sólo no me miró con recelo, sino que me habló de todas sus transgresiones, así como del proceso de cómo la salvó Dios. ¡Y era alguien que conocía desde hacía menos de diez días! Con mis buenos amigos que había conocido durante años, raramente había oído algo que viniera realmente del corazón; pero aquí en la Iglesia de Dios Todopoderoso todo el mundo es así, todo el mundo está haciendo de la honestidad una práctica. ¡La casa de Dios es un lugar de pureza y piedad completamente diferente del mundo exterior! En la iglesia no hay diferencia entre superiores e inferiores, ricos y pobres, o una precedencia automática de los más cualificados sobre los menos cualificados. El discurso y las acciones de todos los miembros de la iglesia están de acuerdo con las palabras de Dios y estas palabras son las reglas y las normas según las cuales se comportan. En la casa de Dios vi el verdadero futuro y el verdadero destino, y empecé a odiar mi vida escolar estéril y monótona, en la que no estaba aprendiendo nada de valor y sólo me estaba volviendo más y más traicionero y astuto. En una sociedad en la que las buenas certificaciones educativas significan un futuro brillante, decidí con firmeza y determinación abandonar la escuela y planear cómo iba a rehacerme. Muchas personas no entendieron mi decisión y algunas incluso dijeron que era un insensato que estaba destruyendo su propio futuro. Mis familiares y compañeros de clase tampoco lo entendieron y, cuando la pastora —la que estaba llena de falsa amabilidad y justicia— oyó las noticias de que mi madre y yo habíamos aceptado al Relámpago Oriental, nos espetó: “¡Ambos estáis equivocados! ¡Ambos estáis poniendo vuestra fe en una persona! ¡El Relámpago Oriental ya ha sido calificado por el Gobierno como una secta malvada! Si seguís creyendo en él, seréis abandonados por el Señor. Serías sabio si estudias duro mientras aún eres joven…”. Sin embargo, yo sabía que estaba absolutamente en la senda correcta y nunca me arrepentí de mi decisión, porque sabía que no tenía un futuro digno de mención en una escuela llena de mentiras y falsedad. En realidad, quedarme en un lugar así sólo producirá la completa aniquilación de mi conciencia y la pérdida de mi humanidad. Además, ¿cómo podían entender claramente mi decisión espiritual esos pastores y ancianos de la comunidad religiosa, que no tenían ni una pizca de la realidad de la verdad y estaban manchados con la inmundicia y corrupción del mundo?

En la Iglesia de Dios Todopoderoso he experimentado personalmente cómo la verdad y Cristo gobiernan en la casa de Dios. Quienquiera que practique verdades obtiene respeto y apoyo, mientras que quienes promueven prácticas deshonestas o hacen el mal son bloqueados y, si no se arrepienten tras ser advertidos algunas veces, son expulsados. Como yo había sido profundamente corrompido por Satanás y amaba demasiado el estatus y el prestigio, durante el período en que fui líder de iglesia, usaba mi poder para proteger y fortalecer mi posición atacando y vengándome de una hermana que no estaba de acuerdo conmigo. Llegué al punto de exigir que fuera expulsada y, que si no la expulsaban, me marcharía. Todo el que intentaba hablar conmigo se convertía en mi enemigo. Incluso después de múltiples intentos de apoyarme y ayudarme por parte de los hermanos y hermanas, insistía obstinadamente en que yo tenía razón. Al final, la hermana no fue expulsada y se me despojó de mi puesto de liderazgo por no aceptar las verdades y no tratar justamente a las personas. Esta era la justicia de Dios en acción y también un ejemplo del amor y la salvación de Dios. Aún más, eso me mostró que la casa de Dios y el mundo exterior son muy diferentes: en la casa de Dios gobiernan la verdad y la justicia, y todos son tratados con igualdad y justicia. Tras ser destituido de la posición de liderazgo, mi corrupción me llevó a entender mal a Dios y a quejarme de Él, e incluso consideré traicionar a Dios y volver a mi vieja vida de beber incontroladamente y de libertinaje con mis amigos de la escuela. Sin embargo, Dios no renunció a mi salvación, y el esclarecimiento de las palabras de Dios y la comunicación de los hermanos y hermanas pudieron apartarme del umbral del peligro una vez más. Aunque ahora soy sólo un creyente común en la Iglesia de Dios Todopoderoso, aquí sé lo que significa ser un humano real y entiendo que si las personas dejan a Dios serán inevitablemente pisoteadas y dañadas por Satanás. Dios Todopoderoso me permitió encontrar la verdadera dirección en la vida y Dios fue quien me salvó de las tendencias oscuras y malvadas de este mundo material. ¡No tengo manera de expresar la profundidad del amor y de la compasión de Dios, sino que sólo puedo consagrar el resto de mi vida a Él buscando verdades y cumpliendo mis deberes para devolver Su amor!

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Dios no quiso dejarme caer en el inframundo

Después de experimentar el amor y la salvación de Dios, a la par que disfrutaba de una paz y un alivio espirituales recién encontrados, descubrí que cada vez más luz estaba llegando a los recovecos más profundos de mi corazón. Era como si hubiera redescubierto la fe y la confianza en Dios que había tenido de niño.

Cómo una comisaría local del Departamento de Seguridad Pública fue conquistada por las palabras de Dios

Zhang Jun, provincia de Sichuan

Dios Todopoderoso dice: “Echa un vistazo a la época del arca de Noé: la humanidad era profundamente corrupta, se había desviado de la bendición de Dios, Él ya no cuidaba más de ella, y había perdido Sus promesas. Vivía en las tinieblas, sin la luz de Dios. Así pues, los hombres se volvieron licenciosos por naturaleza, abandonados a sí mismos a una depravación horrible. Tales hombres ya no podían recibir la promesa de Dios; no eran dignos de ver el rostro de Dios, ni de oír Su voz, porque lo habían abandonado, habían dejado de lado todo lo que Él les había concedido, y se habían olvidado de las enseñanzas de Dios. Su corazón se apartaba más y más de Dios, y conforme lo hacía, se volvieron depravados más allá de toda razón y humanidad, y cada vez más malvados. Así pues, cada vez se acercaron más a la muerte, y cayeron bajo la ira y el castigo de Dios. Sólo Noé adoró a Dios y se apartó del mal, y por eso fue capaz de oír Su voz, y Sus instrucciones. Él construyó el arca siguiendo las instrucciones de la palabra de Dios, y reunió a toda forma de criaturas vivientes. Y de esta manera, una vez que todo se había preparado, Dios desató Su destrucción sobre el mundo. Sólo Noé y los siete miembros de su familia sobrevivieron a la destrucción, porque Noé adoró a Jehová y se apartó del mal” (‘Dios preside el destino de toda la humanidad’ en “La Palabra manifestada en carne”). Después de leer este pasaje de las palabras de Dios, caí en un estado de profunda contemplación…

Mis padres son ambos cristianos y yo fui bautizado y hecho seguidor del Señor Jesús a una edad muy temprana. En ese momento, mi espíritu siempre se volvía hacia la alegría y la bondad. Cuando la Revolución Cultural golpeó a China, mi padre fue enviado a un lugar remoto en las montañas para “reformarse por medio del trabajo” y después de eso nunca más tuvimos noticias de él. Mi madre fue catalogada como uno de los “cuatro elementos malos” y, como también era cristiana, fue catalogada como “contrarrevolucionaria”. Yo tampoco pude escapar del daño causado a mi familia: cuando llegué a la edad escolar, no hubo ninguna escuela dispuesta a aceptar al hijo de una “contrarrevolucionaria” y, cuando tuve edad de trabajar, ninguna unidad de trabajo quería contratarme. No pude conseguir un trabajo hasta que tuve 20 años. Había sufrido opresión durante mucho tiempo y estaba harto del dolor y el sufrimiento, así que cuando empecé a trabajar, me decidí a hacerlo tan duro como pudiera y a confiar sólo en mí mismo. Hubo algunos momentos en los que tuve que esforzarme muchísimo, pero finalmente ascendí de oficial de policía común a jefe de la comisaría local del Departamento de Seguridad Pública (DSP).

En ese tiempo, me congratulaba en secreto de haber ascendido en el escalafón y nunca me imaginé, ni por un sólo momento, que detrás de esta buena fortuna, se escondía una terrible oscuridad que iba a engullirme. Era como si un par de manos oscuras y sin forma me arrastraran a las profundidades del pecado. Para ser honestos, poco después de convertirme en oficial de policía, comencé a sentir que los policías no éramos muy distintos de los bandidos o ladrones. Nuestro trabajo no era capturar criminales o mantener la ley y el orden: era ganar dinero bajo cuerda. Incluso ordenábamos a prostitutas que fueran y sedujeran a hombres, de forma que pudiéramos arrestarlos en el acto e imponerles una multa. Siempre que arrestábamos a alguien, intentábamos extorsionarlo a través de la mentira, las lisonjas o la estafa. Hay innumerables ejemplos de este tipo de conducta, una conducta extendida por todas las fuerzas policiales. Clubes nocturnos, salones de baile, etc., todos tenían que darnos discretamente algunos miles de yuanes o más cada mes en “honorarios por protección”, o de lo contrario les haríamos la vida difícil. Estábamos listos para tomar medidas severas contra ellos en cualquier momento. Las prostitutas que trabajaban en las casas de citas nos tenían mucho miedo y no sólo se lanzaban a nuestros brazos, sino que incluso nos daban dinero. Había un chico en nuestra comisaría que, con el pretexto de ser su novio, se las arregló para obtener fraudulentamente dinero y sexo de más de cien mujeres. Yo no conocía a un solo oficial de policía que no estuviera involucrado con prostitutas y yo también quedé tan profundamente atrapado en ese mundo que no podía liberarme, aunque quería hacerlo.

Como oficiales de policía, teníamos muchas oportunidades de ganar dinero y lo único que necesitábamos para conseguirlo era un poco de picardía. Por ejemplo, si una compañía o agencia de construcción quería construir algunas casas, dejábamos que los mafiosos locales pusieran barricadas junto a los lugares de construcción. Naturalmente, los constructores nos llamaban y nos presentábamos para resolver engañosamente el asunto echando a los “gamberros”. Las compañías o agencias de construcción —sin ser conscientes del engaño— estaban por supuesto muy agradecidas a nosotros y felizmente dispuestas a darnos algo de dinero cada mes. Pero este dinero era sólo una pequeña parte. Lo que queríamos conseguir realmente al causar problemas a los hombres de negocios era obtener lotes de participaciones gratuitas en sus compañías. Con este fin, llevábamos a cabo comprobaciones de los antecedentes del jefe de la compañía seleccionada y si él no satisfacía nuestras exigencias, hacíamos nuestro movimiento. En el caso de los jefes mujeriegos, enviábamos prostitutas para que los sedujeran. Después, los seguíamos hasta el motel o a donde fueran para sorprenderlos en el acto y coaccionarlos. En el caso de los jefes a quienes les gustaba el juego, hacíamos que pagaran grandes multas. Si alguno de ellos no cooperaba, enviábamos a los mafiosos para que los obligaran a dejar el negocio y marcharse de nuestro territorio. Los ciudadanos de a pie decían a menudo cosas como: “los policías y los ladrones son simplemente una gran familia” o “los policías y los mafiosos son tan íntimos como los peces y el agua”, y lo que dicen es cierto. Cuando empecé a hacer estos actos malvados, siempre me sentía incómodo con el pensamiento de estar ganando dinero sucio a través de medios injustos. Pero, cada vez que mis colegas me enganchaban en ello, me sentía incapaz de negarme, y después de algunos años ya no sentía el menor remordimiento. Estaba atascado en un agujero oscuro y no podía salir de él; pero no me importaba, mientras hubiera dinero por ganar. Me duele mucho recordar las veces en que eché por la fuerza de sus casas a ciudadanos de a pie para que las mismas pudieran ser derribadas en favor de proyectos de reurbanización. Eran situaciones llenas de corrupción, engaño, fraude y toda clase de malicia. Los oficiales del Departamento de Tierra y Recursos, y las unidades locales de demolición unían sus fuerzas para engañar y acosar a los residentes locales con el único fin de ganar dinero. Por ejemplo, los constructores contaban las casas que había en la zona que querían reurbanizar y le daban al gobierno local una estimación de la compensación que podían dar a los residentes por demoler sus casas y reubicarlos. Si la compensación era de un millón de yuanes por casa, los oficiales del gobierno local trabajaban con los del DSP para coaccionar a los residentes con el fin de que aceptaran una compensación menor y quedarse ellos con la diferencia. En general, el gobierno local quería proteger su imagen en tales casos, por lo que no trataba directamente con los residentes, sino que se lo encomendaba al DSP. En cuanto a esos residentes que se negaban a aceptar la compensación que se les ofrecía, la policía tenía numerosas formas diferentes de tratar con ellos: algunos eran detenidos por la fuerza; a otros se les notificaba simplemente que debían marcharse, se les demolía la casa y no recibían ninguna compensación; algunas casas se calificaban como construcciones ilegales no elegibles para la compensación; otras simplemente se demolían inmediatamente con retroexcavadoras; a algunos residentes se les daba un poco de dinero; a otros simplemente se les hacía una promesa de pago que nunca se cumplía. En resumen, usábamos cada sucia artimaña del repertorio para sacar dinero a las personas. Recuerdo una ocasión en la que estábamos bebiendo con un oficial del DSP de otro municipio. Él alardeaba de que una vez había demolido una casa de tres pisos, pero sólo había compensado al dueño por dos, aduciendo que el tercer piso era ilegal. El día de la demolición, el dueño se negó a salir y armó un gran escándalo, así que la policía llamó a sus amigos mafiosos, que —ante una multitud de personas— sacaron sus navajas y le cortaron los tendones de Aquiles. Fue algo terrible de ver y muchas personas de la multitud tomaron fotografías con sus teléfonos móviles, los cuales fueron inmediatamente confiscados por los oficiales de policía presentes. Alguien de la multitud también comenzó a gritar sobre la injusticia que se estaba cometiendo con el dueño de la casa. Lo invitaron amablemente a declarar en la comisaría. Una vez ahí, fue apresado. Incluso hubo un incidente en una zona rural cuando el dueño de una casa se negó a cooperar durante una demolición. El jefe de la compañía constructora consultó el asunto con la policía y después indicó al conductor de la excavadora que lo atropellara. Todos los demás granjeros se enfurecieron cuando vieron a uno de sus vecinos morir aplastado, agarraron al conductor de la excavadora y comenzaron a golpearlo. Entonces la policía rodeó a los 20 o 30 granjeros y se los llevó a la comisaría del DSP. Una vez allí, los golpearon y encerraron y, a los más reacios les inyectaron una droga que estimula el sistema nervioso central. Los que recibieron la droga manifestaron los mismos síntomas que alguien con una conmoción cerebral. Parecían aturdidos y aterrorizados, y no se atrevían a hablar. Ante fuerzas de seguridad como estas, las personas comunes no podían recurrir a la justicia independientemente de a quién apelasen. Para los ciudadanos que desgraciadamente tenían que enfrentarse al Gobierno o al DSP era como lanzar huevos contra una roca. De hecho, muchos de los formalismos usados en la expropiación de tierra y la demolición eran ilegales. Todos se apoyaban en una ocupación forzosa de la tierra, demoliciones y mudanzas forzosas, y en muchos lugares se usaban políticas obsoletas del gobierno como pretexto para engañar y confundir a los residentes locales con el fin de sacarles la mayor cantidad de dinero posible. Otro método era expropiar más tierra de la aprobada oficialmente. Por ejemplo, el nivel superior del Gobierno podía autorizar la expropiación de 8 hectáreas para la construcción de un puente y después el gobierno local usaría medios ilegales para apropiarse de otras 16. Las 16 hectáreas después se dividían entre los oficiales del gobierno local, oficiales de policía y mafiosos para venderlo a desarrolladores urbanos obteniendo inmensos beneficios. ¡Incluso escuché una vez que el jefe de una comisaría ganó más de 10 millones de yuanes al vender una parcela de tierra obtenida ilegalmente!

Al haber cometido estos actos malvados, totalmente desprovistos de humanidad (aunque en algunos de ellos no fui más que un participante pasivo), sentía que me había vuelto tóxico, cruel y despiadado. La oscuridad estaba extendiéndose por mi corazón y me estaba apartando de todo lo que era luminoso y bueno. Mi vida familiar iba de mal en peor: mi esposa pasaba sus días jugando al mahjong —ganaba o perdía miles de yuanes diariamente y llegaba tarde a casa—, nadie cuidaba de los niños y las tareas de la casa no se hacían. Mi casa era un caos y mi relación con mi mujer también. Empezamos a odiarnos el uno al otro, discutíamos airadamente con frecuencia y nos amenazamos con el divorcio en muchas ocasiones. Al final, simplemente dejamos que el otro tuviera lo que quería: mi mujer tenía su mahjong y yo mis devaneos amorosos con otras mujeres. Empecé a gastar dinero como si fuera agua, bebía y cantaba en los bares todas las noches, siempre acompañado por mujeres. Mi esposa se convirtió en una extraña para mí y nuestra familia era una sombra de lo que había sido. Fue ahí donde empecé a sentir que, aunque estaba ganando mucho dinero, mi vida era miserable. Yo era como un zombi, incapaz de tener un pensamiento racional y carecía de alma. Estaba permitiendo que Satanás corrompiera mi carne y viviendo una vida maldita.

Sin embargo, había una cosa que nunca olvidé: soy cristiano y no debo ofender a Dios. Hace unos diez años, el PCCh había emitido un importante edicto cuya principal declaración era que todos los creyentes en Dios debían ser arrestados y detenidos durante 15 días bajo la acusación de “alterar el orden público”. En realidad, la razón para arrestar a los creyentes era conseguir dinero multándolos y, por tanto, se nos ordenó arrestar únicamente a los que tuvieran dinero, porque nadie pagaría por la manutención de los creyentes pobres mientras estuvieran detenidos. No obstante, cada vez que un cristiano era detenido, yo me quedaba en un segundo plano porque sabía que eso era una ofensa a Dios y que cualquiera que ofendiera a Dios sufriría un castigo. Personalmente, vi a muchos de mis colegas que detuvieron y golpearon cruelmente a cristianos, llegar a sufrir el castigo de Dios. Algunos de ellos tuvieron una muerte dolorosa o trágica.

Sin embargo, frente a esas fuerzas oscuras, yo era incapaz de resistirme o de marcar alguna diferencia significativa como individuo. Lo único que podía hacer era seguir la corriente. Con el fin de aliviar un poco del sufrimiento de mi espíritu, empecé a asistir regularmente a la iglesia; pero descubrí que los pastores de mi iglesia ya no eran creyentes verdaderamente piadosos. En realidad, todos se habían convertido simplemente en oficiales más corruptos: el presidente del Comité del Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías vendió todas las casas pertenecientes a la iglesia y se quedó con la mayor parte del dinero; el director de la Administración para Asuntos Religiosos, Li X, se confabuló con el presidente del Comité del Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías (Wang XX) para usar los donativos de los creyentes como capital para su negocio de venta de automóviles y ambos fueron despedidos del oficio tras ser descubiertos; el siguiente presidente del mismo comité, Hao XX, malversó dinero de la iglesia que debía usarse para comprar muebles y también fue despedido. Después estaba el pastor Zhang, que usó una casa perteneciente a la iglesia como aval para pedir prestada una gran cantidad de dinero con la cual compró un automóvil para él y otro para el director de la Administración para Asuntos Religiosos. También mantenía relaciones sexuales con una monja y fue finalmente condenado a tres años de cárcel. No obstante, el director de la Administración para Asuntos Religiosos intentó exonerarlo de su responsabilidad diciendo a los feligreses: “El pastor Zhang se ha marchado a los Estados Unidos a estudiar durante tres años”. Yo veía que la comunidad religiosa estaba tan corrompida como mi mundo y supe que cada uno de esos falsos pastores fue finalmente castigado por Dios. Me ponía enfermo saber lo que estaba ocurriendo detrás de la oscura cortina en esos casos y me impactó descubrir que la corrupción y la oscuridad estaban desenfrenadas en todos los niveles de la sociedad de China. No podía encontrar ni un rayo de luz, por lo que perdí toda esperanza y me deprimí tanto que dejé la iglesia.

En 2001, unos amigos de mi ciudad natal me hablaron de la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días; pero en ese momento yo era extremadamente arrogante y no les mostré el respeto ni les presté la atención que merecían. Durante ese período me trasladaban a menudo a otros lugares como parte de mi trabajo, pero en cada lugar al que iba siempre había alguien preparado para compartir conmigo la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Sin embargo, siempre me negaba a profundizar en ello (ahora sé que todo eso formaba parte de los arreglos de Dios) porque simplemente no creía que Dios hubiera vuelto. No supe sino hasta 2005 que muchos de los amigos de la iglesia de mi madre habían aceptado la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Entonces empecé a tener mi primera percepción de la verdad cuando comencé a pensar: “¿Ha vuelto Dios realmente?”. No mucho después, mi esposa también aceptó la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días y, cuando ella compartió el evangelio conmigo, decidí leer algunos de los libros de las palabras de Dios para tratar de comprender todo a fondo. Sin embargo, en las reuniones de los meses siguientes, mi corazón seguía estando lleno de dudas sobre Dios. También solía estar muy cansado al tener que trabajar horas extra, por lo que dormitaba a menudo durante las reuniones. Como consecuencia, incluso después de algunos meses de reuniones, seguía sin entender nada, por lo que decidí buscar una excusa para escaparme de la iglesia y seguir ganando dinero.

Yo estaba planeando aceptar un puesto en Chongqing y, al oírlo, uno de los hermanos me pidió: “Hagas lo que hagas, no dejes a Dios. ¡Y no andes persiguiendo riquezas ilícitas o de lo contrario, por muchas riquezas que consigas, a partir de ahora las perderás todas!”. No creí una sola palabra de lo que él dijo y a los pocos días de llegar a Chongqing ya había ganado 30.000 yuanes. Al mismo tiempo, un colega me habló sobre un coche robado que estaba a la venta por sólo 28.000 yuanes. Decidimos capturar al ladrón; pero, si el coche estaba en buenas condiciones, lo compraríamos y revenderíamos para ganar más dinero. El automóvil estaba casi nuevo y tenía un valor nominal de más de 300.000 yuanes, por lo que decidí comprarlo allí mismo. Transferí 28.000 yuanes a la cuenta bancaria que el ladrón de coches indicó; pero tan pronto como el dinero llegó a su cuenta negó que me lo había vendido. Me acusó de habérselo robado e incluso me denunció a la policía. Así que acabamos todos en la comisaría de policía, donde el ladrón de coches recibió una fuerte paliza. Sin embargo, seguía sin admitir su crimen y dijo que quería hablar primero con su jefe. Hizo una llamada y poco después ocho tipos fornidos y con la cabeza rapada llegaron a la comisaría con todos los documentos para demostrar que el coche era un taxi. No tuvimos otra opción que dejar ir al delincuente. Más adelante llegué a sentir que Dios me había quitado realmente mis ganancias ilícitas. Estaba un poco aturdido y pensé: “¡Este es realmente el Dios verdadero!”. Después de ese incidente, siempre que no estaba trabajando, iba a las reuniones de la iglesia. Sin embargo, no tenía realmente mucha entrada en la vida, ya que seguía prefiriendo mantenerme a la deriva en el mundo de la maldad. Aún no había lugar para Dios en mi corazón, pero afortunadamente Dios no había renunciado a mi salvación.

En otoño, un colega y yo teníamos que ir a otro lugar a localizar un dinero que era parte del caso en que estábamos trabajando. Aunque seguía sin haber empezado a buscar la verdad desde que creía en Dios Todopoderoso, me mantenía lejos de las tentaciones porque sabía que la promiscuidad era uno de los vicios que Dios más odiaba. No obstante, mi colega insistía en que fuéramos a que nos dieran un masaje y fui incapaz de resistir la tentación. Después de recibir nuestros masajes, aún eran sólo las 2:00 de la tarde y, por tanto, decidimos ir a un motel. Mi colega llamó a dos señoritas de compañía, estudiantes, para que se unieran a nosotros; pero antes de que empezáramos a hacer algo, sonó el teléfono. Era mi mujer: “Acaban de darte un masaje y ahora te vas a un motel. ¡Estás cometiendo un error y Dios va a castigarte!”. Yo estaba estupefacto, ¿cómo lo supo? Toda una serie de dudas y sospechas surgió en mi mente e hizo que me sintiera incómodo. Le dije a mi colega que yo creía en Dios y que Él podía verlo todo, por lo que no me atrevía a hacer nada con las chicas. Él no me creía y me quitó el teléfono móvil. Mi mujer habló con él y también lo reprendió con dureza. Entonces mi colega me dijo repetidamente: “Tu Dios debe de ser realmente Dios para ser tan asombroso. El equipo de seguimiento que nosotros los policías usamos, sólo funciona cuando hay un dispositivo de localización en la ropa del sospechoso; sin embargo, aquí estamos sentados desnudos en este motel. Por lo visto, la tecnología de vuestro Dios es mucho más avanzada que la nuestra”. Más tarde, cuando fui a hacer una llamada telefónica, descubrí que sin darme cuenta el teléfono le había marcado a mi mujer tres horas antes de que ella me llamara. En otras palabras, todo el tiempo que estuvimos en el salón de masaje y después en el motel, ella pudo escuchar nuestras conversaciones. Sin embargo, lo que me desconcertaba totalmente era que mi teléfono estaba configurado para bloquearse automáticamente cuando no lo estaba usando. ¿Pudo haber sido Dios el causante de que mi teléfono hiciera esa llamada? Empecé a sentirme muy incómodo y mi colega y yo decidimos despedir mejor a las dos señoritas de compañía. No obstante, las dos chicas se negaron a marcharse y no nos dejarían solos. De repente, el lado derecho del pecho empezó a dolerme y mi colega tuvo un dolor terrible en la parte superior de la frente. Ambos sentíamos que esto no era una buena señal, pero seguíamos siendo incapaces de resistirnos a la seducción de las dos chicas. Después de que se fueron, mi colega dijo: “Nos quedan algunos días más con el caso por aquí. ¿Por qué no buscamos un par de chicas para que nos acompañen? No creo que eso nos pueda hacer daño”. Yo tenía un lío en la cabeza, así que simplemente me fui con él y encontró rápidamente otras dos chicas. Alrededor de las 6:00 de la tarde, los cuatro íbamos en la carretera y, mientras mi colega conducía, me quedé dormido. Dos veces soñé que el coche se quedaba sin dirección y frenos. Como consecuencia, mi colega casi se había estrellado una vez empezado el viaje y después estuvimos a punto de caer por un barranco. Yo estaba muy nervioso, así que decidí ponerme al volante. Cuando estábamos atravesando una zona montañosa de Guizhou y llegamos a una curva cerrada (con un gran barranco por delante) sentí de repente que era justo como la escena de mi pesadilla y que el coche no tenía dirección ni frenos. De repente, un rayo de luz brilló sobre mí y vi que íbamos directos al barranco. Giré el volante bruscamente y chocamos contra una gran piedra. El impacto fue violento y quedé inconsciente. Cuando recuperé gradualmente la conciencia, vi que un policía de tráfico estaba cortando el volante, que me presionaba con fuerza el lado derecho del pecho y me tenía sujeto al asiento. Desperté totalmente y fui consciente del intenso dolor en el lado derecho de mi pecho, tan atroz que pensaba que me iba a morir cada vez que respiraba. Levanté la cabeza y vi que mi colega había salido despedido del coche y que yacía varios metros delante de mí, sobre una gran piedra. Estaba de cara a mí y pude ver una gran herida que se extendía por toda la parte superior de su frente y su rostro estaba cubierto de sangre. Pensé que estaba muerto y toda la escena hizo que me estremeciera. Entonces giré la cabeza y vi a las dos chicas bañadas en sangre en el asiento trasero. Tampoco se movían y el hecho de que el policía estuviera tratando de salvarme a mí, me hizo pensar que probablemente también estaban muertas. Cuando me levantaron sobre la camilla, caí nuevamente inconsciente y recuperé la conciencia a la hora del almuerzo del día siguiente. Mi esposa estaba sentada a mi lado y le pregunté inmediatamente por los otros tres. Me dijo que todos seguían vivos. Me emocioné mucho y empecé a llorar. Cuando lloraba, oré a Dios: “¡Oh, gracias, gracias Dios! ¡Tú me salvaste! ¡De no ser por ti habría muerto hace mucho tiempo! Esta es Tu forma de castigarme y también es Tu amor. A partir de ahora, no haré nunca más estas cosas malvadas. ¡Sé que me he equivocado!”. En una fecha posterior, leí estas palabras de Dios: “Como no sabéis cómo llevar una vida o cómo vivir, vivís en este lugar libertino y pecador, y sois diablos libertinos e inmundos, Él no soporta dejar que os volváis aún más depravados; tampoco soporta veros vivir en un lugar inmundo como este, pisoteados por Satanás a su antojo, o para dejaros caer en el Hades. Él sólo quiere ganar a este grupo de vosotros y salvaros totalmente. Este es el propósito principal de hacer la obra de conquista en vosotros, es sólo para salvación” (‘La verdad interna de la obra de conquista (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”). Las palabras de Dios me ayudaron a entender Sus propósitos: aunque el accidente de tráfico pareció ser algo malo a simple vista, estaba claro que oculto en él se encontraba el esfuerzo de Dios por salvarme. Él había empleado un método muy poco habitual para salvarme del borde de la destrucción y apartarme del rastreo de Satanás, de forma que pudiera obtener Su cuidado y protección. Yo podía sentir realmente el amor de Dios y este fue el acontecimiento que me hizo estar seguro de Dios.

Conforme pasaba el tiempo, empecé a aprender más sobre el carácter justo de Dios. En el pasado gané mucho dinero de forma ilícita, lo cual me había proporcionado un estilo de vida lujoso y muchos placeres materiales. Sin embargo, yo había cometido tantísimos pecados y crímenes que estaba viviendo en un estado de ansiedad permanente y me encontraba con un infortunio tras otro, o problemas en el hogar o una variedad de accidentes y contratiempos. Vivía todos los días con un gran nerviosismo y sabía que la mayoría de mis colegas también sufrían con frecuencia diversos infortunios. En ese momento leí estas palabras de Dios: “Los malvados deben ser castigados” y ahí fue donde entendí que ningún hombre o mujer puede ofender el carácter de Dios. ¡Si hacemos algo malo, sufriremos retribución por ello! A partir de ahí, decidí que no haría nada que fuera en contra de mi conciencia y que sólo recibiría mi salario y me contentaría con él. Aunque mis ingresos decrecieron mucho, sentía mucha más paz y alivio. En ese momento, me preocupaba no ganar suficiente dinero y caer finalmente en la pobreza. Sin embargo, las experiencias me mostraban una y otra vez que Dios lo gobierna todo y que lo único que tenemos que hacer es someternos a Él de forma sincera y seremos bien recompensados con Sus bendiciones. Para ser honesto, cuando dejé de hacer cosas malas, la economía de la familia se vio gravemente afectada. En una ocasión, mis hijos necesitaban 12.000 yuanes para pagar las tasas escolares. Iba a intentar pedir prestado el dinero a alguien, pero simplemente no era capaz de preguntar, lo cual me dejó preocupado durante un tiempo. Quién hubiera pensado que, por la mañana temprano del día siguiente, una de mis vecinas llamaría a mi puerta para decirme que su marido me conocía y que ella tenía una casa que había estado tratando de vender sin éxito durante un tiempo. Resultó que la noche anterior ella había tenido un sueño y la persona que aparecía en el mismo le dijo que yo podía ayudarla a vender la casa y que yo era la única persona que podía hacerlo. En consecuencia, me dijo que tenía que ayudarla, ¡sí o sí! No podía negarme, así que salí de mi bloque de apartamentos, busqué a un agente inmobiliario cercano y le di todos los detalles necesarios. Por alguna extraña coincidencia, justo en ese momento había un comprador potencial en la oficina del agente y en dos días la casa estaba vendida. El agente me dio 10.000 yuanes de comisión y la vecina otros 2.000, lo cual solucionaba el problema de la matrícula de mis hijos. Al ayudarme a resolver este problema urgente, Dios me mostró cómo obra Él. En otra ocasión, otra persona me pidió ayuda para vender una casa y como la misma se vendió por un buen precio, pude ganar decenas de miles de yuanes en un mes o así. Después de experimentar hechos maravillosos de Dios, llegué a entender que mientras cumpliera las exigencias de Dios, Él siempre abriría un camino delante de mí. Saber que las manos de Dios lo arreglan todo me permitió dejar de buscar dinero turbio, el cual era fuente de una gran ansiedad para mí. También pude ver claramente todas las bendiciones que Dios había concedido a mi familia: después de creer en Dios, mi esposa pudo vencer su adicción de diez años de jugar al mahjong y su enfermedad estomacal, así como su reumatismo graves desaparecieron como por arte de magia, dejándola con un aspecto y sintiéndose muchos años más joven; y yo me sentía libre y con más energía después abandonar los actos malvados. Nuestra relación se volvió amable y armoniosa. Por primera vez, sentí verdadera alegría.

Después de experimentar el amor y la salvación de Dios, a la par que disfrutaba de una paz y un alivio espirituales recién encontrados, descubrí que cada vez más luz estaba llegando a los recovecos más profundos de mi corazón. Era como si hubiera redescubierto la fe y la confianza en Dios que había tenido de niño. Ya no estaba dispuesto a cometer ningún pecado y, por tanto, después de mucho pensarlo, decidí renunciar a mi trabajo y no volver nunca al trabajo policial. Sin embargo, tan pronto como me decidí a dejar atrás el pecado, Satanás empezó a ponerme a prueba de nuevo: mi jefe me dijo que quería ascenderme y no sólo me prometió un aumento de sueldo, sino que también me iba a asignar un Audi para mis desplazamientos. El pensamiento de conseguir esos beneficios me entusiasmó de nuevo y no dormí nada esa noche. Así que oré a Dios: “Oh Dios, realmente no sé si renunciar o no a este trabajo. Me encantan los Audis. He querido uno desde que era niño”. Justo cuando estaba vacilando así, recibí una llamada inesperada de mi mujer: “¿Cómo es que no estás aún en casa?”. Le dije la razón y ella contestó: “¿No quieres renunciar a ese trabajo? ¡Entonces morirás en un Audi!”. Ahí fue cuando me di cuenta de que la llamada repentina de mi mujer formaba parte de los arreglos de Dios y por tanto decidí en ese mismo momento dejar mi trabajo. Un mes después, el 12 de mayo de 2008, tuvo lugar el primer y devastador terremoto de Sichuan. El día después del temblor, recibí una llamada de la mujer de un antiguo subordinado: “Tienes que venir a Wenchuan tan pronto como puedas. ¡Mi marido ha muerto!” (él iba conduciendo por Wenchuan, el epicentro del seísmo, camino de una reunión). Cuando llegué, vi que el Audi en el que se encontraba mi antiguo colega había sido aplastado por una roca gigante y tanto él como los otros pasajeros habían muerto. Sólo su mujer había sobrevivido porque había salido anteriormente del coche para ir al baño. Cuando vi la forma tan horrible en que mi antiguo colega había muerto dentro de ese Audi, lloré intensamente; pero también hice una oración de agradecimiento a Dios: “Gracias, Dios. Gracias por salvarme de nuevo. ¡Yo debía ser uno de los que murieron en ese Audi!”. Más tarde, su esposa me preguntó: “¿Por qué renunciaste? Mi marido quiso tu trabajo durante mucho tiempo. Tú lo tratabas bien, ¡pero él sólo quería hacerte caer tan pronto como pudiera!”. Le dije: “Renuncié porque ahora creo en Dios Todopoderoso”. Y también le conté todas las cosas que habían ocurrido desde que empecé a creer en Dios. Y así, ella también llegó a aceptar a Dios Todopoderoso más adelante.

Las palabras de Dios dicen: “Echa un vistazo a la época del arca de Noé: la humanidad era profundamente corrupta, se había desviado de la bendición de Dios, Él ya no cuidaba más de ella, y había perdido Sus promesas. Vivía en las tinieblas, sin la luz de Dios. Así pues, los hombres se volvieron licenciosos por naturaleza, abandonados a sí mismos a una depravación horrible. Tales hombres ya no podían recibir la promesa de Dios; no eran dignos de ver el rostro de Dios, ni de oír Su voz, porque lo habían abandonado, habían dejado de lado todo lo que Él les había concedido, y se habían olvidado de las enseñanzas de Dios. Su corazón se apartaba más y más de Dios, y conforme lo hacía, se volvieron depravados más allá de toda razón y humanidad, y cada vez más malvados. Así pues, cada vez se acercaron más a la muerte, y cayeron bajo la ira y el castigo de Dios” (‘Dios preside el destino de toda la humanidad’ en “La Palabra manifestada en carne”). Las palabras de Dios me conmovieron mucho. Recordé que convertirme en oficial de la administración del PCCh fue como caer en un gran contenedor de pecado y hundirme cada vez a más profundidad con cada paso que daba. Recordé todas las trampas que utilizaba para ganar dinero, cómo usé mi posición para enriquecerme, la buena vida y las comidas exquisitas, así como cuán degradado y degenerado llegué a ser. Estaba viviendo una existencia infrahumana y todo eso sucedió porque me aparté de Dios y me relacioné con demonios malvados. Mi aprieto había sido totalmente una consecuencia de mi relación con Satanás y los demonios, y si Dios no me hubiera salvado, mi destino habría sido el mismo que el de esas personas que traicionaron a Dios en la época de Noé: ¡la ira y el castigo de Dios me habrían sobrevenido y yo habría muerto como mi colega! Hoy en día, Dios se ha encarnado en forma humana para expresar verdades con el fin de purificar y salvar a las personas. Ha venido para despertar nuestros corazones y espíritus, para ayudarnos a dejar atrás el pecado y obtener Su cuidado y protección. La obra de Dios es extremadamente práctica y Su amor extremadamente real. Cuando me volví a Dios y empecé a vivir mi vida conforme a Sus palabras, Él no sólo me salvó del pecado y me bendijo, ¡también me salvó la vida! Eso me hizo entender a qué se refería Dios cuando dijo: “Sólo Noé adoró a Dios y se apartó del mal, y por eso fue capaz de oír Su voz, y Sus instrucciones. Él construyó el arca siguiendo las instrucciones de la palabra de Dios, y reunió a toda forma de criaturas vivientes. Y de esta manera, una vez que todo se había preparado, Dios desató Su destrucción sobre el mundo. Sólo Noé y los siete miembros de su familia sobrevivieron a la destrucción, porque Noé adoró a Jehová y se apartó del mal”. Dios nos está diciendo que Noé obtuvo las bendiciones de Dios y sobrevivió porque escuchó a Dios, lo hizo todo conforme a las palabras de Dios, adoró a Dios y se mantuvo apartado del pecado. En estos tiempos modernos, nosotros también debemos llevar nuestra vida conforme a las palabras de Dios. Por muy malos o corruptos que hayamos sido, mientras podamos aceptar verdades, arrepentirnos verdaderamente y poner en práctica las palabras de Dios, también obtendremos la salvación y la gracia de Dios. ¡Estoy seguro de que cualquiera que oiga cómo obró Dios en mí, podrá entender que Él emplea todos los medios cuando se trata de salvar a las personas y que no dejará que una sola alma inocente caiga en el inframundo!

A todos mis hermanos de armas en las fuerzas policiales del DSP que llegan a todos, les digo que todas las palabras anteriores proceden directamente de mi corazón. Sé que todos han tenido muchas experiencias amargas de las que les resulta difícil hablar y que deben hacer muchas cosas que no quieren hacer; pero hagan lo que hagan no se dejen engañar por el PCCh ni luchen más contra Dios Todopoderoso. Los invito a todos a que se concedan a sí mismos algún espacio para retroceder o de lo contrario se verán en el camino a la condenación. ¡Tan pronto como alguien hace algo que ofende a Dios, está fuera de la redención porque blasfemar o resistirse a Dios es un pecado que no puede perdonarse en esta vida ni en el más allá! Justo como Ren Changxia, una jefa de policía de la provincia de Henan que usó su posición para tomar medidas drásticas contra la Iglesia de Dios Todopoderoso y arrestar a sus miembros: sufrió una muerte terrible en un accidente de tráfico. Eso confirma completamente lo que Dios Todopoderoso ha dicho: “Los malvados deben ser castigados”. “Quien resiste la obra de Dios será enviado al infierno”. ¿Cómo pueden luchar contra Dios los mortales comunes? Asimismo, mi propia experiencia debe de ser suficiente para mostrales cómo Dios no lleva la cuenta de nuestras transgresiones, así que, mientras renuncien a sus caminos malvados y empiecen a hacer el bien, se arrepientan ante Dios y vuelvan a Él, ¡ustedes también podrán disfrutar de la paz y la felicidad!

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

Algunas personas preguntan: “El Señor Jesús ya nos perdonó los pecados y no nos considera pecadores. No es necesario que aceptemos la obra de juicio y purificación de Dios en los últimos días. Cuando el Señor venga podremos ser arrebatados directamente al reino de los cielos y asistir al banquete con Él, ¿no es cierto?”.

Versículos bíblicos como referencia:

Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir ” (Juan 16:12-13).

Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad ” (Juan 17:17).

Seréis, pues, santos porque yo soy santo ” (Levítico 11:45).

“Que sois protegidos por el poder de  Dios  mediante la fe, para la  salvación  que está preparada para ser revelada en el último tiempo” (1 Pedro 1:5).

Palabras clásicas de Dios:

Aunque  Jesús  hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó  la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad , el camino y la vida.

de “Sólo el que experimenta la obra de Dios verdaderamente cree en Dios”

Un pecador como alguno de vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado o perfeccionado por Dios, ¿ puedes ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿ Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡ tendrías que tener tanta suerte! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad.

de “Acerca de los apelativos y la identidad”

Deberíais ver que la voluntad y la obra de Dios no son tan simples como la creación de los cielos y de la tierra y de todas las cosas. Porque la obra del presente es transformar a los que han sido corrompidos, a los que han llegado a ser extremadamente insensibles, y purificar a los que fueron creados y luego procesados por Satanás; no es crear a Adán ya Eva, y mucho menos tiene que ver con crear la luz o crear todo tipo de plantas y animales. Su obra en el presente es purificar todo lo que ha sido corrompido por Satanás a fin de poderlo rescatar y convertirlo en Su posesión y Su gloria. Dicha obra no es tan sencilla como el hombre imagina la creación de los cielos y la tierra y de todas las cosas, y no es equivalente a la obra de maldecir a Satanás y enviarlo al abismo, como el hombre imagina. Más bien, tiene que ver con transformar al hombre, con volver lo que es negativo en positivo,y obtener posesión sobre aquello que no le pertenece. Esta es la verdad interna de esta etapa de la obra de Dios. Debéis daros cuenta de ello, y no debéis simplificar las cosas. La obra de Dios no es como ninguna obra ordinaria. Su maravilla no puede ser concebida por la mente del hombre, y su sabiduría no puede ser alcanzada por el hombre.

de “¿Es la obra de Dios tan sencilla como el hombre imagina?”

En la obra de  los últimos días, la palabra es más poderosa que la manifestación de señales y maravillas, y la autoridad de la palabra sobrepasa la de señales y maravillas. La palabra revela todos los caracteres corruptos en el corazón del hombre. Eres incapaz de reconocerlos por ti mismo. Cuando te son revelados por medio de la palabra, llegarás a una comprensión de forma natural; no serás capaz de negarlos, y estarás totalmente convencido. ¿ No es esta la autoridad de la palabra? Este es el resultado conseguido por la obra presente de la palabra. Por tanto, el hombre no puede salvarse totalmente de sus pecados por la curación de la enfermedad y la expulsión de demonios, y no puede ser hecho totalmente completo por la manifestación de señales y maravillas. La autoridad para sanar a los enfermos y expulsar demonios sólo le da al hombre gracia,

de “El misterio de la  encarnación  (4)”

Aquellos que puedan permanecer firmes durante la obra del juicio y el castigo de Dios durante los últimos días, es decir, durante la obra final de purificación, serán los que entrarán en el reposo final con Dios; por lo tanto, todos los que entran en el reposo se habrán librado de la influencia de Satanás y Dios los habrá adquirido sólo después de que hayan pasado Su obra final de purificación. Estas personas a las que Dios finalmente haya adquirido entrarán en el reposo final. La esencia de la obra del castigo y el juicio de Dios es purificar a la humanidad y es para el día del reposo final. De lo contrario, toda la humanidad no podrá seguir a los de su propia especie o entrar en el reposo. Esta obra es el único camino de la humanidad para entrar en el reposo.Sólo la obra de purificación de Dios purificará a la humanidad de su injusticia y sólo Su obra de castigo y juicio traerá a la luz aquellas cosas rebeldes entre la humanidad, separando de ese modo a los que pueden ser salvos de los que no pueden, y aquellos que permanecerán de los que no. […] Su obra última de castigar el mal y recompensar el bien se hace por completo con el fin de purificar totalmente a toda la humanidad para que Él pueda llevar a una humanidad completamente santa al reposo eterno. Esta etapa de Su obra es Su obra más crucial. Es la etapa final de toda Su obra de gestión. Si Dios no destruyera al malvado, sino que lo dejara permanecer, entonces toda la humanidad todavía no podría entrar en el reposo y Dios no podría llevar a toda la humanidad a un reino mejor. Esta clase de obra no estaría completamente terminada.Cuando Él termine Su obra, toda la humanidad será completamente santa. Sólo de esta manera Dios puede vivir con tranquilidad en el reposo.

de “Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo”

» Pregunta 2: ¿Cómo realiza Dios Todopoderoso Su obra de juicio en los últimos días? ¿Cómo expresa Él Sus palabras para juzgar, purificar y perfeccionar al hombre? Esta es la verdad que necesitamos conocer desesperadamente ya. Si nos percatamos de la obra de Dios Todopoderoso, podemos oír verdaderamente la voz de Dios y ser elevados ante Su trono. ¡Explicádnoslo de manera más detallada, por favor!»

Respuesta: Puedes buscar cómo Dios Todopoderoso hace la obra del juicio en los últimos días. Esto es muy importante para el hombre alcanzar la verdad y obtener la salvaciónDios Todopoderoso expresa la verdad de hacer el trabajo de juzgar y purificar al hombre completamente para llevar a los santos al reino de los cielos. Pero mucha gente religiosa quien cree en el Señor no entiende la voluntad de Dios. Ellos creen que el Señor llevará directamente a los santos al reino de los cielos cuando Él regrese, y que Él posiblemente no hará la obra del juicio y el escarmiento. Ellos creen que el juicio y el escarmiento de Dios significa la condena y castigo del hombre por parte de Dios. Entonces, ellos rehúsan aceptar la obra de juicio de Dios en los últimos días. Ellos sólo esperan a que el Señor regrese con nubes y arrebatarlos al reino de los cielos. Ellos sólo esperan a que el Señor regrese en las nubes y arrebatarlos al reino de los cielos. De hecho, totalmente malinterpretan la voluntad de Dios. La obra redentora que hizo el Señor Jesús fue para pavimentar el camino para la obra del juicio de los últimos días. Su objetivo final es purificar al hombre y salvar al hombre, y permitir al hombre entrar en el reino de los cielos para que disfrute el reposo. Sin embargo, Dios obra la redención y salvación con planes y pasos en vez de cumplirla en una noche. Al final de Su obra de redención, el Señor Jesús prometió que Él vendría de nuevo a llevarse a los santos. Pero cómo arrebatará a los santos cuando Él regrese, ninguno lo puede entender. De hecho, cuando Dios venga en los últimos días a llevarse a los santos, Él primero trae a la gente ante Su trono, para que acepten Su obra de juicio y purificación y entonces los convierte en vencedores. Estos son los santos siendo arrebatados al reino de los cielos. Pero, hay una cosa que es difícil de aceptar para el hombre: aquellos quienes sean arrebatados ante el trono de Dios deben experimentar el juicio y el escarmiento y obtener la santidad. Así que ellos producen conceptos acerca de la obra de juicio de Dios en los últimos días. Ahora piensa en ello. ¿Son el juicio y el escarmiento bendiciones de Dios? ¿O la condenación y el castigo de Dios? Mucha gente no puede entender esto. Entonces, leamos algunas palabras de Dios Todopoderoso primero.

Dios Todopoderoso dice: “Lo que Dios maldice es la desobediencia del hombre y lo que Él juzga son los pecados del hombre. Aunque Él habla severamente y sin la menor sensibilidad, Él revela todo lo que hay dentro del hombre y a través de estas palabras severas revela lo que es esencial dentro del hombre pero a través de ese juicio le da al hombre un conocimiento profundo de la esencia de la carne y, por lo tanto, el hombre se somete a la obediencia frente a Dios. La carne del hombre es de pecado y de Satanás, es desobediente y el objeto del castigo de Dios, en consecuencia, para permitirle al hombre que se conozca, las palabras del juicio de Dios le deben suceder y todo tipo de refinamiento se debe emplear; sólo entonces puede ser efectiva la obra de Dios”. de ‘Sólo al experimentar pruebas dolorosas puedes conocer el encanto de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

Hoy Dios os juzga y os castiga y os condena, pero sabe que tu condenación es para que te puedas conocer a ti mismo. Condenación, maldición, juicio, castigo, todos estos son para que te puedas conocer a ti mismo para que tu carácter pueda cambiar y, sobre todo, para que puedas conocer tu valía y ver que todas las acciones de Dios son justas y de acuerdo con Su carácter y las necesidades de Su obra que Él obra de acuerdo con Su plan para la salvación del hombre y que Él es el Dios justo que ama al hombre y salva al hombre y quien juzga y castiga al hombre. […] Dios no ha venido a matar ni a destruir sino a juzgar, maldecir, castigar y salvar”. de ‘Deberías desechar las bendiciones del estatus y entender la voluntad de Dios para la salvación del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”

Todos vosotros vivís en un lugar de pecado y libertinaje; todos sois personas libertinas y pecadoras. Hoy no sólo podéis ver a Dios, sino lo que es más importante, habéis recibido castigo y juicio, una salvación tan profunda, esto es, el amor más grande de Dios. Todo lo que Él hace es amor verdadero por vosotros; no tiene malas intenciones. Él os juzga por vuestros pecados, para que os examinéis y recibáis esta tremenda salvación. Todo esto se hace para trabajar al hombre. De principio a fin, Dios ha hecho todo lo posible para salvar al hombre, y sin duda no está dispuesto a destruir completamente al hombre que creó con Sus propias manos. Ahora, Él ha venido entre vosotros para obrar; ¿no es esto aún más salvación? Si Él os odiara, ¿seguiría haciendo una obra de tal magnitud para guiaros personalmente? ¿Por qué iba a sufrir así? Dios no os odia ni tiene ninguna mala intención hacia vosotros. Deberíais saber que el amor de Dios es el más verdadero de todos. Es sólo por culpa de la desobediencia de las personas que Él tiene que salvarlas por medio del juicio; de lo contrario, no se salvarían. Como no sabéis cómo llevar una vida o cómo vivir, vivís en este lugar libertino y pecador, y sois diablos libertinos e inmundos, Él no soporta dejar que os volváis aún más depravados; tampoco soporta veros vivir en un lugar inmundo como este, pisoteados por Satanás a su antojo, o para dejaros caer en el Hades. Él sólo quiere ganar a este grupo de vosotros y salvaros totalmente. Este es el propósito principal de hacer la obra de conquista en vosotros, es sólo para salvación”. de ‘La verdad interna de la obra de conquista (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Desde la palabra de Dios Todopoderoso, vemos claramente que cuando Dios obra el juicio en estos últimos días, Él no pretende condenarnos aún más derribarnos Dios tiene el propósito de que nosotros sepamos la verdad de que hemos sido profundamente pervertidos por Satanás, conoce nuestra naturaleza y esencia de resistir y traicionar a Dios, y conocer el carácter santo, justo y no ofensivo de Dios. Dios pretende despertar nuestros corazones y espíritus, líbranos de nuestro carácter pervertido y haznos hacer realidad de la semejanza de un hombre real y obtener la salvación. Si el hombre no experimenta el juicio de Dios y su escarmiento, él es incapaz de conocer su naturaleza satánica, incapaz de ver las raíces de su corrupción que el hombre peca y se resiste a Dios o conociendo el carácter justo de Dios. Entonces, el carácter pervertido del hombre no se puede cambiar y el hombre no puede obedecer verdaderamente y respetar a Dios. Como tal, ¿cómo está El capacitado para ser llevado al reino de Dios? Puede ser visto que Dios juzga al hombre y Su objetivo final es purificar al hombre y salvarlo. Si el hombre es juzgado y obtiene la purificación, esta es la mayor bendición de Dios, y es la mayor salvación y amor de Dios para la pervertida humanidad. ¡Amén! Entonces, ¿cómo Dios hace la obra del juicio?

Cuando Dios se hace carne esta vez, Su obra es expresar Su carácter, principalmente por medio del castigo y el juicio. Usando esto como el fundamento, trae más verdad al hombre, muestra más formas de práctica, y por tanto logra Su objetivo de conquistar al hombre y salvarlo de su carácter corrupto. Esto es lo que hay detrás de la obra de Dios en la Era del Reino”. de ‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”

En los últimos días, Cristo usa una diversidad de verdades para enseñarle al hombre, para revelar la esencia del hombre y analizar sus palabras y hechos. Estas palabras comprenden varias verdades, tales como, el deber del hombre, cómo debe el hombre obedecer a Dios, cómo debe el hombre ser leal a Dios, cómo debe el hombre vivir la humanidad normal, la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras se enfocan en la esencia del hombre y en su carácter corrupto. En particular, esas palabras que revelan cómo el hombre desdeña a Dios se dicen con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Cuando Dios hace la obra del juicio, no simplemente aclara la naturaleza del hombre con unas cuantas palabras, sino que lleva a cabo la revelación, el tratamiento y la poda en el largo plazo. Esas formas de revelación, tratamiento y poda no se pueden sustituir con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo esa manera de obrar se considera juicio; sólo por medio de ese juicio se puede persuadir al hombre, se le puede convencer por completo de la sumisión a Dios, y puede obtener el verdadero conocimiento de Dios. El resultado de la obra de juicio es que el hombre comprenda el verdadero rostro de Dios y la verdad de su rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre entender mucho de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que el hombre no puede entender. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir la fealdad del hombre. Todos estos efectos los produce la obra del juicio, porque la esencia de esa obra es, de hecho, la obra de inaugurar la verdad, el camino y la vida de Dios para todos los que tienen fe en Él. Esta obra es la obra de juicio que Dios hace”.de ‘Cristo realiza la obra de juicio con la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”

Dios tiene muchos medios para perfeccionar al hombre. Emplea toda clase de ambientes para tratar con el carácter corrupto del hombre y usa varias cosas para poner al hombre al descubierto; en un sentido trata con el hombre, en otro pone al hombre al descubierto y en otro revela al hombre, escarbando y revelando los ‘misterios’ en las profundidades del corazón del hombre, y mostrándole al hombre su naturaleza revelando muchos de sus estados. Dios perfecciona al hombre a través de muchos métodos —por medio de la revelación, el trato, el refinamiento y el castigo— para que el hombre pueda saber que Dios es práctico”. de ‘Sólo los que se enfocan en la práctica pueden ser perfeccionados’ en “La Palabra manifestada en carne”

Dios realiza la obra de juicio y castigo para que el hombre pueda conocerle, y por amor a Su testimonio. Sin Su juicio sobre el carácter corrupto del ser humano, el hombre no conocería Su carácter justo que no permite ofensa alguna, y no podría apartarse de su viejo conocimiento de Dios para adoptar el nuevo. Por amor a Su testimonio y a Su gestión, Él hace pública Su totalidad, capacitando así al hombre para lograr el conocimiento de Dios, cambiar su carácter y dar un resonante testimonio de Él por medio de Su aparición pública. El cambio se logra en el carácter del hombre a través de distintos tipos de la obra de Dios; sin estos cambios en el carácter del hombre, este sería incapaz de dar testimonio de Dios y no podría ser conforme a Su corazón. Los cambios en el carácter del hombre significan que se ha liberado de la atadura de Satanás, de la influencia de la oscuridad, y que se ha convertido de verdad en un modelo y una muestra de la obra de Dios, que de verdad ha llegado a ser un testigo suyo y alguien que es conforme a Su corazón”. de ‘Sólo aquellos que conocen a Dios pueden dar testimonio de Él’ en “La Palabra manifestada en carne”

Las palabras de Dios Todopoderoso son tan prácticas. ¡Dios expresa la palabra para hacer su obra de juicio en los últimos días sólo por salvar al hombre y perfeccionar al hombre! Bajo el juicio de la palabra de Dios Todopoderoso aprendemos que en las tinieblas y la maldad del mundo, toda la humanidad vive bajo el dominio de Satanás. La perversión de Satanás les dejó sin ninguna apariencia humana: ellos son soberbios y arrogantes, torcidos y astutos, egoístas y básicos, libertinos y corruptos Todos ellos aborrecen la verdad y adoran la maldad, compitiendo por conseguir fama y posición como sea, justo como bestias, luchando en contra e intrigándolos unos de los otros, engañándonos los unos a los otros. Ellos han perdido por completo su sentido humano. Aún cuando el hombre cree en Dios, en sus corazones, ellos adoran el dinero, la fama y la posición. Ellos siguen malvadas tendencias mundanas y a menudo pecan y se resisten y desobedecen a Dios. Aún si ellos se sacrifican por Dios y sufren y pagan el precio, ellos hacen esto por el bien de satisfacer su deseo de bendición y recompensas y entrar en el reino de los cielos, pero no por alcázar la verdad, conociendo y obedeciendo a Dios. A pesar que ellos creen en Dios, ellos están llenos de conceptos imaginados acerca de Dios, ninguno de ellos tiene el verdadero conocimiento del carácter de Dios y de lo que Dios tiene y es. A qué tipo de persona Dios desea y qué tipo de persona Dios odia, A qué tipo de cosa que hace el hombre es resistirse a Dios, ofendiendo el carácter de Dios y siendo maldecido por Dios, cuantas cosas en el pensamiento del hombre y en sus conceptos son contrarias a la verdad, cuáles conciencias debe tener el hombre ante Dios y cuáles prácticas de la verdad debería poseer el hombre y así sucesivamente esto todo concierne a las verdades clave de conocer a Dios, obedeciendo y adorando a Dios. Pero la humanidad pervertida no sabe nada al respecto. Porque tal humanidad pervertida profundamente por Satanás, ¿cómo se podría abstener de resistirse y traicionar a Dios sin ser juzgado y purificado por Dios? Basados en las necesidades de la humanidad pervertida, el Dios encarnado expresa toda la verdad para que el hombre sea salvo revela a la humanidad la justicia de Dios y carácter majestuoso no tolerando ofensa alguna, y expone completamente la esencia de la naturaleza del hombre acerca de la perversión, la cual hace a todos estar completamente convencidos. Hemos experimentado el juicio y el escarmiento de la palabra de Dios, y visto que somos soberbios y arrogantes, egoístas y fundamentales y vivimos según la filosofía y las reglas de Satanás. Lo que sea que hagamos, lo hacemos por fama y fortuna e incluso cuando trabajamos y predicamos, lo hacemos sólo por reputación y posición, exaltando y presumiendo de nosotros mismos para hacer que otros piensen altamente de nosotros, sino simplemente no lo hacemos para exaltar a Dios y testificar a Dios. Cuando la obra de Dios no está de acuerdo con nuestros conceptos, nosotros definimos a Dios y juzgamos a Dios, manteniéndonos tercos en oposición a Dios, sin obedecer a Dios en lo absoluto. Cuando desarrollamos nuestro deber, seguimos la comodidad de la carne engañando y desdeñado a menudo a Dios, sin lealtad alguna a Dios. Bajo el juicio y la revelación de la palabra de Dios, vemos que hemos sido profundamente pervertidos por Satanás, sin conciencia y razón, o carácter y dignidad, no mereciendo ser llamado humano, y simplemente la cría de Satanás que están en enemistad con Dios. Sentimos que estamos demasiado apenados para contemplar la faz de Dios. Debemos caer ante Dios, arrepentirnos amargamente, odiarnos y maldecirnos a nosotros mismos. Hemos experimentado verdaderamente el carácter de justicia de Dios que es intolerante de la ofensa del hombre. Así que he empezado a temer le a Dios y he entendido las intenciones bondadosas de Dios de salvar al hombre. Dios juzga al hombre y escarmienta al hombre porque Dios odia el pecado del hombre y su desobediencia, Porque Él desea salvarnos de nuestro carácter satánico y ganarnos. Cuando nos mantenemos en terca oposición a Dios y resistimos a Dios, Dios nos corrige y nos disciplina. Vemos la santidad y la grandeza de Dios, Él no nos castiga de acuerdo a lo que hemos hecho, sino que nos ilumina y guía para entendemos Su voluntad. Bajo tal juicio y escarmiento de Dios, producimos algún conocimiento verdadero del carácter de Dios, comprende que el carácter de Dios contiene la misericordia y la amorosa bondad de Dios. Vemos la santidad y la grandeza de Dios, produce reverencia y admiración por Dios. vemos más claramente nuestra naturaleza satánica y conocemos algo de verdad, tener un creciente discernimiento entre lo que es positivo y negativo. Sí. ¡Gracias al Señor! Tenemos algunos cambios en nuestros puntos de vista sobre cosas y gradualmente producimos un corazón que está sediento por la verdad. Ya no estamos dispuestos a vivir según la filosofía y las reglas de Satanás, ya no le hacemos exigencias irracionales a Dios. Nuestra conciencia y sentido han sido restaurados. Empezamos a buscar la verdad y a practicar la verdad en todo, desempeñando el deber como un ser creado en una manera realista y obedeciendo la soberanía y gestión de Dios. Estamos transformándonos cada vez más en nuestro carácter de vida y nos parecemos algo a un hombre real. ¡Amén! ¡Gracias a Dios Todopoderoso Tales cambios nos son traídos por la obra del juicio de Dios. ¡Amén! ¡Gracias a Dios! Hoy, todos quienes aceptan la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días completamente entienden que sólo aceptando y obedeciendo la obra del juicio de Dios en los últimos días puede uno ser salvo y perfeccionado.

del guion de la película de El despertar del sueño