Película cristiana completa | «Crecimiento» La historia real de una

Película cristiana completa | «Crecimiento» La historia real de una cristiana

Liang Xinjing es una cristiana que vive feliz con su marido y su hija. Sin embargo, a raíz del desquiciado esfuerzo del Partido Comunista chino por perseguir y detener a creyentes, su esposo comienza a intentar obstaculizar su fe por miedo a que la encarcelen y a que, entonces, sus posibilidades de ascenso se vean afectadas. Liang Xinjing se mantiene firme en su decisión de seguir a Dios incluso cuando su marido recurre a la violencia contra ella y, a la larga, se empeña en divorciarse. Poco después del divorcio, el Partido Comunista pone en marcha otra operación a gran escala de detención de cristianos, lo que obliga a Liang Xinjing a huir de la región. La policía y sus agentes del «brazalete rojo» interrogan y amenazan continuamente a su hija, a quien preguntan por su paradero. Al vivir en un constante estado de terror y ansiedad, su hija desarrolla un linfoma. Cuando Liang Xinjing se entera, se sume en la desesperación más absoluta. ¿Cómo ora y se ampara en Dios para superar esta dificultad, esta prueba? ¿Qué aprende de ella? Mira Crecimiento para descubrirlo.

Para conocer más: ¿Qué es la fe?

Qué es exactamente la fe en Dios

el Señor Jesús dijo hace tiempo: «Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir» (Juan 16:12-13).

¿Sólo creer en el Señor Jesús y no en el Cristo de los últimos días, se puede obtener la vida eterna?

La Biblia dice:  «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, […]» (Juan 3:36). Creer en el Hijo es creer en el Cristo encarnado. Muchas personas preguntan: El Señor Jesús es el Hijo del Hombre, Cristo. Entonces creemos en el Señor Jesús podríamos obtener la vida eterna. ¿Por qué todavía tenemos que aceptar la obra y la palabra de Cristo de los últimos días para obtener la vida eterna?

Porque lo que Jesús hizo en la Era de Gracia es la obra de redención. Él solo expresó verdades sobre la redención del hombre, que ayudan a la gente a arrepentirse de sus pecados y volver a Dios. Sin embargo, debido a la naturaleza pecadora y al carácter perverso del hombre, aunque nuestros pecados hayan sido perdonados, seguimos pecando, rebelándonos y resistiéndonos a Dios. Esta es la realidad. Esto nos demuestra que lo que el Señor Jesús hizo fue la obra de redención. Solo el juicio hecho por Jesús retornado en los últimos días puede salvar completamente a la humanidad, permitiendo al hombre librarse del pecado y de la influencia de Satanás, cambiando su carácter para ser acogidos por Dios. Así pues la obra del juicio hecha por el Señor retornado en los últimos días es fundamental para la salvación de la humanidad. La gente que solo acepta la obra de redención del Señor Jesús, y espera entrar en el reino de los cielos sin aceptar el juicio del Señor retornado en los últimos días no sabe bien lo que hace. Así, el Señor Jesús dijo hace tiempo: «Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir» (Juan 16:12-13). En ese momento, nadie entendió la palabra del Señor Jesús, porque la humanidad acababa de llegar ante Dios y su talla espiritual era menor. Si Jesús hubiese dicho las palabras del juicio en los últimos días, el hombre no la hubiera soportado. Solo cuando Dios Todopoderoso venga en los últimos días y exprese toda la verdad que purifica, salva y perfecciona al hombre y la gente lea su palabra, es cuando se dará cuenta y entenderá finalmente su voluntad. Dios no hizo directamente la obra del juicio en los últimos días durante la Era de Gracia. ¿Sí? ¿Y por qué? No lo había pensado. Fue así porque hay tres fases de la obra en los planes de Dios para salvar al hombre. Dios hace la obra del juicio en los últimos días, como dice Dios Todopoderoso: «Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida» (La Palabra manifestada en carne). La redención del Señor Jesús pavimentó el camino para el juicio y purificación del hombre en los últimos días. La verdad que salva, cambia, y perfecciona al hombre será expresada por el Señor Jesús retornado. La verdad es el camino de vida eterna entregada al hombre por Dios Todopoderoso. Así que, si la gente quiere recibir el camino de la vida eterna, la clave está en aceptar el retorno del Señor Jesús. El Señor Jesús dijo:»durante la Era He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo» (Apocalipsis 3:20). «Porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado»(Apocalipsis 19:7). «Bienaventurados los que están invitados a la cena de las bodas del Cordero» (Apocalipsis 19:9). Los que aceptan la segunda llegada de Cristo son vírgenes prudentes. Después de escuchar la voz de Dios fueron con el Cordero al festín. Gente así es bienaventurada, y ha seguido los pasos del Cordero. Son los primeros frutos purificados por el juicio de Dios en los últimos días, y los vencedores creados por Dios. Así que, solo los que acepten la segunda llegada de Cristo obtendrán el camino a la vida eterna.

Para conocer más: Cómo tener fe en Dios

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Devocional cristiano de hoy | El tercer estándar para entrar en el reino de los cielos: Si nuestras opiniones sobre la fe conforman con la verdad

El Señor Jesús dijo: “Amarás pues al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente, y de todas tus fuerzas; este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante á él: Amarás á tu prójimo como á ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos” (Marcos 12:30-31).

Devocional cristiano de hoy | El tercer estándar para entrar en el reino de los cielos: Si nuestras opiniones sobre la fe conforman con la verdad

Todo el mundo que cree en Dios quiere obtener Su gracia y bendición. Algunas personas creen en Él solo con el fin de que haya armonía en la familia, que sus hijos los honren, su trabajo sea favorable y nunca experimenten desastres ni calamidades. Algunas solo para rellenar su vacío del alma y para que tengan un sustento espiritual. Y también hay otras meramente para poder entrar en el reino de los cielos consiguiendo recompensas, etc. Pero, ¿estos puntos de vista de la fe se ajustan a la verdad y a la voluntad de Dios? El Señor Jesús dijo: “Amarás pues al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente, y de todas tus fuerzas; este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante á él: Amarás á tu prójimo como á ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos” (Marcos 12:30-31).

Dios dice: “Creer en Dios es para que puedas obedecerle, amarle y llevar a cabo el deber que debería realizar una criatura de Dios. Este es el objetivo de creer en Dios. Se tiene que lograr el conocimiento de la hermosura de Dios, de lo digno que Él es de reverencia, de cómo Él hace la obra de salvación y de perfeccionamiento en Sus criaturas; esto es lo mínimo que debe poseer en su creencia de Dios”.

“Al creer en Dios, el principal objetivo del hombre consiste en buscar la vida. Si crees en Dios mas no buscas la vida o no vas tras la verdad o el conocimiento de Dios, ¡entonces esto no es creer en Dios! ¿Es realista que todavía busques entrar en el reino para ser rey? Lograr el verdadero amor por Dios a través de la búsqueda de la vida, sólo esto es la realidad; la búsqueda y la práctica de la verdad son todas realidad. Experimenta las palabras de Dios mientras las lees; de esta manera, captarás el conocimiento de Dios por medio de la experiencia real. Esta es una forma genuina de búsqueda”.

“¿Por qué crees en Dios? La mayoría de las personas se confunden con esta pregunta. Siempre tienen dos puntos de vista completamente diferentes acerca del Dios práctico y del Dios que está en el cielo, lo que demuestra que creen en Dios, no con el fin de obedecerlo, sino para recibir ciertos beneficios o para escapar de sufrir el desastre. Sólo entonces son algo obedientes, pero su obediencia es condicional, es por el bien de sus propias perspectivas personales, y se les impone. Así que, ¿por qué crees en Dios? Si sólo es por el bien de tus perspectivas y de tu destino, entonces sería mejor que no creyeras. Una creencia como esta es autoengaño, autoconsuelo y autoapreciación”.

De “La Palabra manifestada en carne

A partir de las palabras de Dios vemos que el que cree en Él debe obedecerlo, amarlo y, buscar y practicar la verdad, cumplir su propio deber para devolver el amor de Dios. Solo tales búsquedas se encajan con la verdad y la voluntad de Dios y pueden ser aprobadas por Él. Tal como Job que alababa a Dios sin condición, ni tratos ni requisitos. Aunque cuando estaba en las pruebas, no se quejó de Dios, sino que siguió aferrándose a Su camino y yendo por la senda del temor a Dios y apartarse del mal, finalmente, su fe sincera recibió la aprobación de Dios. También como Pedro, seguía al Señor Jesús, tenía sed del camino de Dios, buscaba amar a Dios con corazón sincero, guiando y pastoreando las iglesias con sus verídicas experiencias, siendo así, acabó dando un testimonio del amor supremo a Dios y de la obediencia hasta la muerte. En resumen, sus opiniones respecto de la búsqueda eran correctas y conformes a la voluntad de Dios, eran las personas que entraron en el reino celestial.

Si creemos en Dios solo para ganar bendiciones y satisfacer nuestros intereses, aunque abandonemos a la familia y nuestra profesión e incluso trabajemos duro por Dios, no seremos aprobados por Él. Porque nuestra fe está llena de intenciones, propósitos, impurezas y deseos, queriendo pagar un menor precio a cambio de mayores bendiciones de Dios, en esencia, no lo estamos adorando. Por esto, en apariencia, hay mucha gente está trabajando por el Señor, no obstante, el Señor Jesús dijo: “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad” (Mateo 7:22-23). De aquí, podemos sacar una conclusión inevitable, las diferentes perspectivas sobre la fe pueden traernos distintos destinos, ya que también son un estándar para saber si podemos ser salvados y entrar en el reino de los cielos. Si quiere conocer más detalles, no dude en ver el vídeo destacado de la película evangélica “La fe en Dios” – ¿Qué significa la verdadera fe en Dios?

¿Sabes qué tipo de la fe en Dios es elogiada por Él? Contáctanos a través de WhatsApp para discutir y buscar con nosotros

¿Qué es la fe verdadera? Y ¿cómo tener la fe en Dios?

Lo que Dios nos exige a cada uno de nosotros como cristianos es que tengamos auténtica fe. La Biblia relata muchos ejemplos de personas que vieron los maravillosos actos de Dios y fueron bendecidas por Él a consecuencia de su fe.

¿Qué es la fe verdadera Y ¿cómo tener la fe en Dios

¿Qué es la fe verdadera? Y ¿cómo tener la fe en Dios?

Lo que Dios nos exige a cada uno de nosotros como cristianos es que tengamos auténtica fe. La Biblia relata muchos ejemplos de personas que vieron los maravillosos actos de Dios y fueron bendecidas por Él a consecuencia de su fe. Moisés tenía fe en Dios y, guiado por Él, pudo superar el sinfín de obstáculos y limitaciones de Faraón y comandar con éxito el éxodo de los israelitas desde Egipto. Abraham tenía fe en Dios, estaba dispuesto a ofrecerle en sacrificio a su único hijo, Isaac, y finalmente Dios lo bendijo permitiendo que su descendencia se multiplicara y formara grandes naciones. Job tenía fe en Dios y supo mantenerse firme dando testimonio de Él en el transcurso de dos pruebas; Dios lo bendijo más aún, se le apareció y le habló desde una tempestad. En Mateo, la mujer cananita tenía fe en el Señor Jesús y creía que Él podía expulsar el espíritu maligno de su hija; se lo pidió y Él sanó la enfermedad de su hija. Como cristianos, es imprescindible que entendamos la verdad de lo que significa la auténtica fe para que, sean cuales sean las penurias que experimentemos en la vida —fracasos en los negocios, reveses, desgracias familiares—, podamos ampararnos en la fe y seguir a Dios sin vacilar, dando así rotundo testimonio de Él y recibiendo finalmente Su aprobación.

¿Tenemos auténtica fe en el Señor?

Tal vez algunos hermanos y hermanas, al oír hablar de la fe, declaren con confianza que ellos sí la tienen. “Tengo fe en Dios al 100 %. Reconozco a Dios en todo momento, lo que demuestra que soy una persona de fe”. “Creo que el Señor Jesús es nuestro Salvador y que fue crucificado para redimirnos de nuestros pecados. Siempre que oremos y nos confesemos ante el Señor, Él nos perdonará los pecados. ¿Eso no es tener fe en el Señor?”. “Hace años que creo; he dejado mi profesión, mi familia y mi empleo para entregarme al Señor y trabajar para Él. He fundado iglesias por todas partes y sufrido mucho sin quejarme jamás. Todas estas son manifestaciones de que tengo fe en Dios”. Es innegable que creemos en la existencia de Dios, que trabajamos y nos entregamos al Señor con entusiasmo y que sufrimos y pagamos las consecuencias por Él. No obstante, ¿significan estas cosas que tenemos auténtica fe en Dios? Merece la pena que todos nosotros, hermanos y hermanas que sinceramente creemos en el Señor y tenemos sed de la verdad, analicemos y hablemos de este asunto.

Veamos mi ejemplo. Desde que me hice cristiana, siempre he participado activamente en reuniones, he compartido el evangelio con otras personas y he ofrecido apoyo a hermanos y hermanas que estaban pasando por debilidades. Jamás una dificultad me ha impedido hacer estas cosas. Estoy más que dispuesta a dejar de lado mis comodidades humanas para servir al Señor con entusiasmo, por lo que me considero una persona amante y devota del Señor y que tiene fe en Él. Sin embargo, cuando mis familia y yo enfermamos y nuestro estado no mejoraba ni siquiera tras haber orado durante un tiempo, me desanimé, me sentí decepcionada por Dios y llegué a quejarme de que no nos protegía ni a mí familia ni a mí. La cruda realidad me reveló que yo carecía por completo de auténtica fe y que únicamente la basaba en la armonía familiar y en que estuviéramos libres de enfermedades físicas o catástrofes. No obstante, mi verdadera estatura se reveló en el momento en que sucedió algo indeseado. Fue entonces cuando comprendí que mi fe en Dios era tan pobre que daba pena, que no era nada de lo que realmente pudiera alardear. Al observar a los hermanos y hermanas de mi entorno, la mayoría estaban igual. Algunos, por lo general, dejan de asistir a los servicios religiosos cuando sus horarios les coinciden con asuntos domésticos o profesionales, con el fin de que no se vean afectados sus propios intereses. Puede que otros oren al Señor para pedirle una salida la primera vez que se bloquean buscando empleo o en otros aspectos, pero si el problema sigue sin resolverse, le guardan rencor al Señor y hasta se desaniman y desmotivan. Pasan a confiar en los amigos de su entorno que parecen tener poder y autoridad o es posible que actúen en función de sus propios esquemas. También hay hermanos y hermanas que participan con entusiasmo en todos los aspectos del trabajo de la iglesia cuando reciben bendiciones del Señor, pero cuando sucede algo terrible en casa o afrontan un fracaso en los negocios, viven en la incomprensión y las quejas hacia el Señor o incluso se alejan de Él.

Por lo que expresamos y vivimos diariamente, vemos que nuestra fe, sencillamente, no resiste las pruebas de la realidad. Simplemente reconocemos que el Señor Jesús es el Dios verdadero y creemos que es nuestro Salvador, lo que no implica que tengamos auténtica fe en Él. Sobre todo, no implica que nunca vayamos a negar ni a abandonar a Dios sea cual sea el entorno en que nos hallemos. Eso se debe a que nuestra fe no se fundamenta en una verdadera comprensión de Dios, sino en si podemos o no recibir Sus bendiciones y promesas y sacar algún provecho. Por eso nuestra fe en Dios no tiene nada de auténtica. Entonces, ¿qué es la auténtica fe y cómo se expresa?

Qué es realmente la auténtica fe

Dicen las palabras de Dios: “Independientemente de cómo obre Dios o de la clase de entorno en el que estés, serás capaz de buscar vida, el desarrollo de la obra de Dios en ti y buscar la verdad. Tendrás un entendimiento de las acciones de Dios y serás capaz de actuar según la verdad. Esta es tu fe genuina y esto muestra que no has perdido la esperanza en Dios. Seguirás buscando la verdad en el refinamiento, serás capaz de amar verdaderamente a Dios y no desarrollarás dudas sobre Él. Independientemente de lo que Él haga, seguirás practicando la verdad para satisfacerlo, y serás capaz de buscar profundamente Su voluntad y tenerla en cuenta. Sólo esto es fe verdadera en Dios” (‘Los que serán hechos perfectos deben someterse al refinamiento’ en “La palabra manifestada en carne”). Con las palabras de Dios entendemos que la auténtica fe es la capacidad de conservar un corazón que venere a Dios y se someta a Él en cualquier entorno al que hagamos frente, aunque nos topemos con dificultades y refinaciones, reveses y fracasos, y con independencia de cuánto sea nuestro sufrimiento carnal o espiritual. Debemos ser capaces de buscar la verdad, comprender la voluntad de Dios y seguir dedicándonos a Él en el entorno que Él haya dispuesto. Sólo una persona así puede considerarse una persona de auténtica fe. Veamos ahora las experiencias de Abraham y Job para entender mejor qué es la auténtica fe.

1. La fe de Abraham

Cuando Abraham tenía cien años, Dios le prometió que le concedería un hijo, Isaac. Sin embargo, cuando Isaac creció, Dios le dijo a Abraham que tenía que ofrecerlo en sacrificio. Es probable que a muchas personas les parezca que esta forma de obrar de Dios se aleja demasiado de las nociones humanas o incluso que, si nos sobreviniera esa clase de prueba, sin duda trataríamos de rebatir a Dios. Sin embargo, ante esto, la reacción de Abraham fue justo la contraria a la que esperaríamos. No sólo no rebatió a Dios, sino que fue capaz de someterse verdaderamente a Él y de devolverle a Isaac sincera y fielmente. Tal como relata la Biblia: “Abraham se levantó muy de mañana, aparejó su asno y tomó con él a dos de sus mozos y a su hijo Isaac; y partió leña para el holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho. […] Llegaron al lugar que Dios le había dicho y Abraham edificó allí el altar, arregló la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar sobre la leña. Entonces Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo” (Génesis 22:3, 9-10). Todos los seres humanos son de la carne: somos sensibles y, ante algo así, seguro que sufrimos y nos duele. En cambio, Abraham se abstuvo de intentar negociar con Dios y fue capaz de obedecer Su mandato porque sabía que Dios primero le había concedido a Isaac y que después se lo iba a quitar. Obedeció correctamente: así era la fe de Abraham en Dios. Creía verdaderamente en Dios y se sometió totalmente a Él; incluso si aquello le suponía separarse de su mayor tesoro, se ofreció a devolverle a Isaac a Dios. Al final, la fe y obediencia auténticas de Abraham a Dios le granjearon Su aprobación y Sus bendiciones. Dios permitió que fuera precursor de muchas naciones; su descendencia ha prosperado, se ha multiplicado y ha formado grandes naciones.

2. La fe de Job

La Biblia nos cuenta que Job tenía una familia muy próspera, así como diez hijos y muchos sirvientes; sus semejantes le tenían gran respeto y consideración. Sin embargo, tentado y atacado por Satanás, Job perdió todas sus posesiones y a sus hijos en un solo día, tras lo cual todo su cuerpo quedó llagado. Con aquella prueba, Job pasó de ser el más grande hombre a la persona más desvalida de Oriente, y además fue juzgado y atacado por su familia y sus amigos. Ni siquiera ante semejante prueba profirió Job una sola palabra de queja a Dios y hasta se postró a adorarlo, diciendo: “Salí desnudo del vientre de mi madre y desnudo regresaré a él; Jehová dio y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová”* (Job 1:21); y “¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal?” (Job 2:10). Gracias a esta prueba, Job pudo abstenerse de pecar de palabra y presentarse ante Dios en oración. Esto demostró que llevaba a Dios en su corazón, que tenía auténtica fe en Él, que creía que todas las circunstancias y cosas estaban en las manos de Dios y que todas aquellas situaciones que afrontaba tenían la aprobación de Dios y no eran obra del hombre. Asimismo, a lo largo de sus décadas de vida, Job había experimentado profundamente que todo cuanto tenía provenía de la soberanía y las disposiciones de Dios; Él le había otorgado todas sus riquezas, que no eran fruto de su labor. Así pues, si Dios quería quitarle lo que previamente le había dado, era natural y correcto y él, como ser creado, debía someterse a que Dios le quitara esas cosas. No debía rebatir a Dios y, sobre todo, no debía quejarse de Él; aunque le arrebatara la propia vida, sabía que no debía proferir ni una sola queja. El testimonio de Job humilló del todo a Satanás y después Dios se apareció a Job en medio de una tempestad para otorgarle más bendiciones todavía.

Con las experiencias de Abraham y Job vemos que, para lograr una auténtica fe en Dios, primero hemos de comprender de verdad la soberanía de Dios y creer que todas las cosas y circunstancias se encuentran plenamente a Su alcance. También debemos conocer realmente nuestro lugar como seres creados y estar en posesión del razonamiento propio de las criaturas humanas. Por grandes que sean nuestras pruebas y dificultades, no podemos culpar ni abandonar a Dios, sino que debemos seguir siendo capaces de buscar Su voluntad, permanecer de Su lado y seguirlo sin vacilar. Por grande que sea el sufrimiento que soportemos, tenemos que ser capaces de mantenernos firmes en el testimonio de Dios. Sólo aquellos que pueden hacerlo están en posesión de una auténtica fe en Dios. Simplemente piensa en esos hermanos y hermanas detenidos y perseguidos por el Partido Comunista de China, ateo, que incluso han sufrido brutales torturas y han sido condenados a varios años de cárcel, pero que jamás han negado ni abandonado a Dios: esa es una auténtica fe en Dios. Hay hermanos y hermanas rechazados por sus familias y amigos tras hacerse creyentes o a cuyas familias se les presenta una desgracia, pero que nunca se quejan a Dios y son capaces de continuar siguiéndolo y entregándose a Él: también esta es una manifestación de auténtica fe en Dios. Comparándonos con estos testimonios, ¿podemos afirmar realmente que en verdad tenemos auténtica fe en Dios? La mayoría de nosotros basa su fe en reconocer inequívocamente que hay un Dios y en la posibilidad de sufrir un poco y apenas pagar las consecuencias de trabajar para el Señor difundiendo el evangelio. Ahora bien, eso no se considera auténtica fe.

Cómo forjar una auténtica fe en Dios

Si deseamos tener auténtica fe, debemos aspirar a reconocer la soberanía de Dios en todas las personas, circunstancias y cosas que nos encontremos a diario y, tanto si los entornos dispuestos por Dios están en consonancia con nuestras nociones como si no, sean o no superficialmente beneficiosos para nosotros, tenemos que conocer nuestro lugar como seres creados y buscar la voluntad de Dios venerándolo de corazón. Hemos de entender las meticulosas y sinceras intenciones de Dios en los ambientes que dispone para nosotros, de modo que aprendamos algo de todo cuanto vivimos y veamos los actos de Dios en todo cuanto Él orquesta. Entonces, poco a poco, nuestra fe en Dios será cada vez más auténtica, como la de Job: no era innata a él, sino que fue creciendo mientras experimentaba la soberanía de Dios en todo lo que le sucedía en la vida y a medida que buscaba el conocimiento de Dios. Solamente si somos capaces de seguir el ejemplo de Job, centrándonos en experimentar y entender realmente la soberanía de Dios en nuestra vida para así alcanzar un verdadero conocimiento de Dios, podemos cultivar una auténtica fe en Él. Posteriormente, sean cuales sean las penurias o pruebas que nos sobrevengan y por grande que sea nuestro sufrimiento carnal o espiritual, podremos afrontarlos equilibradamente con nuestra fe, buscar activamente la voluntad y las exigencias de Dios para con nosotros, someternos a Su soberanía y Sus disposiciones y mantenernos firmes dando testimonio de Él.

Gracias a Dios por Su esclarecimiento y guía. ¡Amén!

Some Scriptures taken from.LBLA.Copyright by The Lockman Foundation

Película cristiana «La fe en Dios II: Tras la caída de la iglesia» Escena 1 (Español Latino)

Desde que llegó al poder, el Partido Comunista de China ha reprimido y perseguido continuamente el cristianismo y el catolicismo, con el fin de erradicar por completo todas las creencias religiosas e implantar el ateísmo en territorio chino.

Película cristiana «La fe en Dios II: Tras la caída de la iglesia» Escena 1 – ¿Qué quiso decir el Señor con su mandato «Orad por los que os persiguen»? (Español Latino)

Desde que llegó al poder, el Partido Comunista de China ha reprimido y perseguido continuamente el cristianismo y el catolicismo, con el fin de erradicar por completo todas las creencias religiosas e implantar el ateísmo en territorio chino. Especialmente desde que Xi Jinping se convirtiera en presidente, los ataques del PCCh a la fe han alcanzado cotas máximas y hasta la Iglesia de las Tres Autonomías, autorizada oficialmente, está siendo erradicada y se están derribando cruces. La iglesia de las Tres Autonomías a la que iba Cheng Song’en también sufrió la persecución del PCCh que, al demolerla, estuvo a punto de enterrar viva a una cristiana. Sin embargo, tras escuchar las enseñanzas de sus pastores y ancianos, oran por el régimen del PCCh, creyendo que así guardan estas palabras del Señor Jesús: «Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen […]» (Mateo 5:44). Muchos creyentes están confundidos, ya que, pese a haber pedido en oración bendiciones para el PCCh durante muchos años, el PCCh no sólo no se ha arrepentido, sino que incluso ha derribado su iglesia. Se preguntan si realmente orar por el PCCh está en consonancia con la voluntad de Dios. ¿Qué quiso decir realmente el Señor Jesús con su mandato «Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen»?

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

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Rompe el hechizo (IV) – ¿Es igual la fe en el Señor que la fe en la Biblia?

La mayoría de pastores y ancianos del mundo religioso creen que la Biblia representa al Señor, que creer en el Señor es creer en la Biblia y que creer en la Biblia es creer en el Señor. Creen que quien se aparta de la Biblia no puede ser considerado creyente y que podemos salvarnos y entrar en el reino de los cielos si nos aferramos a la Biblia.

Vídeo cristiano «Rompe el hechizo» Escena 4 – ¿Es igual la fe en la Biblia que la fe en el Señor?

La mayoría de pastores y ancianos del mundo religioso creen que la Biblia representa al Señor, que creer en el Señor es creer en la Biblia y que creer en la Biblia es creer en el Señor. Creen que quien se aparta de la Biblia no puede ser considerado creyente y que podemos salvarnos y entrar en el reino de los cielos si nos aferramos a la Biblia. ¿De verdad puede la Biblia representar al Señor? ¿Qué relación hay exactamente entre la Biblia y Él? El Señor Jesús dijo, «Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida» (Juan 5:39-40).

Dios Todopoderoso dice: «Después de todo, ¿quién es más grande: Dios o la Biblia? ¿Por qué debe ser la obra de Dios acorde con la Biblia? ¿Podría ser que Dios mismo no tuviera derecho a sobrepasar la Biblia? ¿No puede salirse Dios de la Biblia y hacer otra obra? ¿Por qué no guardaban el día de reposo Jesús y sus discípulos? […] Deberías saber qué vino primero, ¡Dios o la Biblia! Si era el Señor del día de reposo, ¿no podía ser también el de la Biblia?» (De La Palabra manifestada en carne).

Scripture quotations taken from http://www.LBLA.com

La senda… (1)

Durante su vida, ninguna persona sabe con qué tipo de contratiempos se van a encontrar ni a qué tipo de refinamiento estará sujeta. Para algunos, será en su trabajo, para otros, en sus proyectos futuros, en su familia de origen, o en su matrimonio. Sin embargo, la diferencia con ellos hoy en esto es que nosotros, este grupo de personas, estamos sufriendo por la palabra de Dios. Es decir, como quien sirve a Dios, ellos han sufrido contratiempos por el camino de creer en Él, y esta es la senda que todos los creyentes toman, y el camino que está bajo nuestros pies. En este punto es donde comenzamos oficialmente el curso de nuestra creencia en Dios, se levanta el telón de nuestra vida como seres humanos, y entramos a la senda correcta de vida. Es decir, cuando emprendemos el camino correcto de la vida de Dios con el hombre, que las personas normales toman. Como quien está ante Dios y le sirve, quien está ataviado de las vestiduras del sacerdote en el templo, y tiene dignidad divina, la autoridad y la majestad de Dios, Yo hago la siguiente declaración a todas las personas. Esto debe quedar claro: El glorioso rostro de Dios es Mi gloria, Su plan de gestión es Mi núcleo central. No busco ganar cien veces en el mundo venidero, sino tan sólo llevar a cabo la voluntad de Dios en este mundo, para que Él pueda disfrutar uno de cada diez mil de Su gloria en la tierra, por los escasos esfuerzos que realizo en la carne. Este es Mi único deseo. En Mi opinión, este es Mi único sustento espiritual; creo que estas deberían ser las palabras finales de quien vive en la carne y está lleno de emoción. Esta es la senda que tengo bajo Mis pies hoy. Creo que esta actitud mía constituye Mis palabras finales en la carne, y espero que las personas no tengan otras nociones ni pensamientos sobre Mí. Aunque lo he dado todo, sigo siendo incapaz de satisfacer la voluntad de Dios en el cielo. Estoy inmensurablemente triste; ¿por qué es esta la esencia de la carne? De modo que, por las cosas que he hecho en el pasado, así como la obra de conquista que Dios ha llevado a cabo en Mí, sólo ahora he conseguido un entendimiento más profundo de la esencia de la humanidad. Sólo desde entonces he establecido el estándar más básico para Mí mismo: buscar solamente cumplir la voluntad de Dios, darle a ella Mi todo, y no tener nada que pese en Mi conciencia. Hago caso omiso a los requisitos que otros que sirven a Dios tienen para sí. En resumen, me he propuesto en Mi corazón llevar a cabo Su voluntad. Esta es Mi confesión como uno de Su creación, que sirve ante Él; alguien que ha sido salvado y amado por Dios, y que ha sufrido Sus golpes. Esta es la confesión de alguien por quien se ha velado, a quien se ha protegido, amado y usado grandemente por Dios. Desde ahora en adelante, seguiré transitando este camino hasta haber acabado la importante tarea que Dios me ha confiado. Pero, en Mi opinión, “el final del camino” es inminente, porque Su obra ha sido completada y, desde hoy, las personas han hecho todo lo que son capaces de hacer.

Desde que la China continental entró en esta corriente de recuperación, sus iglesias locales se desarrollaron poco a poco, centradas en torno a la obra del Espíritu Santo. Dios ha obrado sin cesar en estas iglesias locales, porque se han convertido en el núcleo central de Dios en la familia imperial caída. Al haber establecido iglesias locales en semejante familia, indudablemente Dios se siente abrumado de felicidad; es un gozo imposible de describir. Después de establecer iglesias locales en la China continental, y esparcir las buenas nuevas a los hermanos y hermanas en otras iglesias locales por todo el mundo, Dios estaba muy entusiasmado; este fue el primer paso de la obra que Él quiso hacer en la China continental. Se podría afirmar que este fue el primer acto, que Dios ha sido capaz de iniciar la primera etapa de Su obra en un lugar que es como una ciudad de demonios, inexpugnable para cualquier cosa, para cualquier hombre; ¿no es este el gran poder de Dios? Queda claro que, para la recuperación de esta obra, innumerables hermanos y hermanas han sufrido el martirio, han muerto bajo el cuchillo de carnicero del diablo. Mencionar esto ahora produce gran dolor, pero los días del sufrimiento han pasado en su mayor parte. Ahora puedo trabajar para Dios, y he sido capaz de hacerlo hasta donde estoy hoy, totalmente por Su poder. Siento gran admiración por aquellos a los que Dios escogió para el martirio; fueron capaces de llevar a cabo la voluntad de Dios y de sacrificarse por Él. Sinceramente, de no ser por la gracia y la misericordia de Dios, Yo me habría derrumbado en el lodo hace mucho tiempo. ¡Gracias sean dadas a Dios! Estoy dispuesto a darle toda la gloria a Él, a permitir que descanse. Algunas personas me preguntan: “Por Tu posición, no deberías morir, ¿cómo es que te sientes feliz cuando Dios menciona la muerte?”. Yo no doy una respuesta directa; tan solo sonrío levemente y contesto: “Esta es la senda que debo seguir, que debo recorrer absolutamente”. Las personas no comprenden Mi respuesta, tan solo me miran sorprendidas. Se sienten un poco desconcertadas conmigo. Sin embargo, creo que al ser esta la senda que he escogido y la determinación que he puesto delante de Dios, independientemente de lo grandes que sean las dificultades, sólo me esfuerzo por seguir transitando por ella. Pienso: Esta es una promesa que alguien que sirve a Dios debería mantener. No pueden faltar a su palabra en lo más mínimo. Esta es también una regla, una norma que se estableció hace mucho tiempo, en la Era de la Ley, y que alguien que cree en Dios debería entender. En Mi experiencia, Mi conocimiento de Dios no es grande, y Mi experiencia práctica es insignificante, ni siquiera digna de mención, así que no puedo hablar de opiniones elevadas. Sin embargo, las palabras de Dios deben ser respetadas y uno no puede rebelarse contra ellas. A decir verdad, Mi propia experiencia práctica no es extraordinaria, pero al dar Dios testimonio de Mí, y al haber tenido las personas siempre una fe ciega en Mí, ¿qué puedo hacer? Sólo puedo considerarme desafortunado. No obstante, sigo esperando que las personas rectifiquen sus puntos de vista respecto a amar a Dios. Personalmente no soy nada, porque también estoy siguiendo el camino de la fe en Dios, y la senda por la que transito no es más que el camino de creer en Dios. Alguien bueno no debería ser objeto de adoración; solo puede actuar como ejemplo a seguir. No me importa lo que hagan los demás, pero declaro a las personas que también le doy la gloria a Dios; no le doy la gloria del Espíritu a la carne. Espero que todos puedan entender Mi sentimiento al respecto. Con esto no esquivo Mi responsabilidad, sencillamente las cosas se dicen como son. Esto es algo que debería quedar totalmente claro y, en el futuro, no será necesario mencionarlo de nuevo.

Hoy recibí esclarecimiento de Dios. Su obra en la tierra es la obra de la salvación; no está relacionada con nada más. Algunas personas pueden pensar de otro modo, pero Yo siempre siento que el Espíritu Santo sólo está realizando una etapa de la obra de la salvación, y ninguna otra obra. Esto debería quedar claro. No ha sido hasta ahora cuando la obra que el Espíritu Santo ha estado realizando en la China continental se ha puesto de manifiesto; ¿por qué querría Dios abrir todas las sendas y obrar en este lugar donde proliferan los demonios por todas partes? Esto demuestra que la obra que Dios está realizando es, principalmente, la obra de salvación. Para ser más preciso, sobre todo es la obra de conquista. Desde el principio el nombre de Jesús fue anunciado. (Tal vez algunos no lo hayan experimentado, pero Yo digo que este fue un paso de la obra del Espíritu Santo). Fue para que se partiera del Jesús de la Era de la Gracia que una porción de las personas fueron seleccionadas por adelantado y, más tarde, esta selección se redujo. Después de esto, el nombre de Witness Lee fue anunciado en la China continental; esta fue la segunda parte de la obra de recuperación del Espíritu Santo en la China continental. Fue el primer paso de la obra en la que el Espíritu Santo empezó a escoger a personas, que consistió en reunir primero a personas, esperar que el pastor se ocupara de ellas y se usó el nombre de “Witness Lee” para llevar a cabo este servicio. Dios hizo Su obra personalmente, basándose en el testimonio del nombre “el Poderoso”, y antes de eso, fue en una etapa preparatoria. Por tanto, no importa si esto fue correcto o no ni tampoco es la cuestión principal dentro del plan de Dios. Tras el testimonio del nombre “el Poderoso”, Dios comenzó oficialmente a hacer Su propia obra de forma personal y, después de esto, empezaron Sus hechos como Dios en la carne, de manera oficial. A través del nombre “el Señor Poderoso” tomó control de todos aquellos que eran rebeldes y desobedientes, y ellos empezaron a adoptar la semejanza de seres humanos, exactamente como cuando alguien cumple los veintitrés o veinticuatro años, y empieza a parecer un adulto de verdad. Es decir, las personas acababan de empezar a tener la vida de un ser humano normal y, a través de la etapa de hacedores de servicio, la obra de Dios efectuó la transición de forma natural a la fase de realización de la obra divina. Se podría afirmar que sólo esta etapa de la obra es el núcleo central de tan gran parte de Su obra, y que es el paso principal de la misma. Las personas se conocen y se odian a sí mismas. Han alcanzado un punto en el que son capaces de maldecirse, son felices de dar sus propias vidas, y tienen un tenue sentido del encanto de Dios. Sobre esta base pueden reconocer el verdadero significado de la vida. Esto es cumplir la voluntad de Dios. La obra de Dios en la China continental está llegando a su fin. Dios ha estado llevando a cabo Sus preparativos en esta tierra de suciedad durante varios años, pero las personas no habían alcanzado nunca el punto al que han llegado ahora. Esto significa que sólo ahora ha empezado formalmente Dios Su propia obra. No hay necesidad de entrar en detalles sobre esto; no es preciso que los seres humanos lo expliquen. Esta etapa de la obra se realiza, sin lugar a duda, directamente a través de la divinidad de Dios, pero se lleva a cabo por medio del hombre. Nadie puede negar esto. Ciertamente se debe al gran poder de Dios en la tierra que Su obra pudiera alcanzar la amplitud que tiene, en la actualidad, en las personas de esta tierra de libertinaje. El fruto de esta obra puede tomarse en cualquier lugar para convencer a las personas. Nadie osaría emitir juicio a la ligera sobre esto ni negarlo.

De «La Palabra manifestada en carne«

Música cristiana | Obedece la obra del Espíritu para seguir hasta el final

La mejor música cristiana | Obedece la obra del Espíritu para seguir hasta el final
I
La obra del Espíritu Santo cambia cada día,

se eleva paso a paso con más revelaciones.

Así obra Dios para perfeccionar al hombre,

que si no logra seguirlo, se queda atrás.

Música cristiana | Obedece la obra del Espíritu para seguir hasta el final

I

La obra del Espíritu Santo cambia cada día,

se eleva paso a paso con más revelaciones.

Así obra Dios para perfeccionar al hombre,

que si no logra seguirlo, se queda atrás.

Sin un corazón dispuesto a obedecer,

no puede seguir hasta el final.

Los que desobedecen por naturaleza, se oponen por voluntad,

se quedarán atrás, mientras la obra de Dios avanza.

Sólo los que obedecen, son humildes con gusto,

pueden progresar hasta el final, hasta el final del camino. Continuar leyendo «Música cristiana | Obedece la obra del Espíritu para seguir hasta el final»