Película cristiana en español | La Biblia y Dios

Película cristiana en español | La Biblia y Dios

Liu Zhizhong es anciano de una iglesia clandestina local de China. Lleva creyendo más de 30 años y siempre ha mantenido que «La Biblia viene de la inspiración de Dios», «La Biblia representa a Dios, creer en Dios es creer en la Biblia, creer en la Biblia es creer en Dios». La Biblia es suprema en su corazón. Por su idolatría y fe ciega en la Biblia, nunca ha estudiado ni buscado la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Hasta que un día en que impidió que los creyentes leyeran las palabras de Dios Todopoderoso en internet se encontró inesperadamente con los predicadores de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Tras unos intensos debates sobre la verdad, ¿llegó a ver clara la relación entre la Biblia y Dios? ¿Se pudo apartar de la Biblia, comprender que Cristo es la verdad, el camino y la vida, y ser arrebatado ante Dios?

Recomendación: Estudios bíblicos cristianos

Película cristiana en español | «¿Quién es mi Señor?» ¿Sabes la relación entre la Biblia y Dios?

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Liu Zhizhong es anciano de una iglesia clandestina local de China. Lleva creyendo más de 30 años y siempre ha mantenido que «La Biblia viene de la inspiración de Dios», «La Biblia representa a Dios, creer en Dios es creer en la Biblia, creer en la Biblia es creer en Dios». La Biblia es suprema en su corazón. Por su idolatría y fe ciega en la Biblia, nunca ha estudiado ni buscado la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Hasta que un día en que impidió que los creyentes leyeran las palabras de Dios Todopoderoso en internet se encontró inesperadamente con los predicadores de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Tras unos intensos debates sobre la verdad, ¿llegó a ver clara la relación entre la Biblia y Dios? ¿Se pudo apartar de la Biblia, comprender que Cristo es la verdad, el camino y la vida, y ser arrebatado ante Dios?

¿Cómo leer la Biblia para poder conocer la obra y la voluntad de Dios? Discuta y comuníquese con nosotros a través del medios de contacto abajo.

Palabras sobre la Biblia

Algunos incluso comparan la obra del presente con la de Jesús en la Biblia y usan cualquier inconsistencia para negar esta etapa de la obra. ¿No es esto lo que hacen los ciegos? Lo que consta en la Biblia es limitado e incapaz de representar la totalidad de la obra de Dios.

166. Durante muchos años, la forma de creencia tradicional de las personas (la del cristianismo, una de las tres religiones principales del mundo) ha sido leer la Biblia; apartarse de la Biblia no es una creencia en el Señor, es heterodoxia y herejía, e incluso cuando las personas leen otros libros, el fundamento de estos debe ser la explicación de la Biblia. Es decir, si crees en el Señor, debes leer la Biblia, y fuera de ella no debes adorar a ningún libro que no la involucre. Si lo haces, estás traicionando a Dios. Desde el momento en el que la Biblia existió, la creencia de las personas en el Señor ha sido la creencia en la Biblia. En lugar de decir que las personas creen en el Señor, es mejor decir que creen en la Biblia; en lugar de decir que han comenzado a leer la Biblia, es mejor decir que han empezado a creer en ella, y, en lugar de decir que han vuelto a la presencia del Señor, es mejor decir que han regresado delante de la Biblia. De esta forma, las personas adoran la Biblia como si fuera Dios, como si fuera su vida, y perderla sería lo mismo que perder su vida. Las personas consideran que la Biblia es algo tan elevado como Dios, y están incluso aquellas que la ven como algo superior a Dios. Si las personas no tienen la obra del Espíritu Santo, si no pueden sentir a Dios, pueden seguir viviendo, pero tan pronto como pierden la Biblia o sus capítulos famosos y sus dichos célebres, es como si hubieran perdido su vida. Así pues, tan pronto como las personas creen en el Señor, comienzan a leer la Biblia, a memorizarla, y cuanto más sean capaces de memorizar de ella, más demuestra esto que aman al Señor y tienen una gran fe. Los que han leído la Biblia y pueden hablarles de ella a los demás son, todos, buenos hermanos y hermanas. A lo largo de todos estos años, la fe y la lealtad de las personas hacia el Señor se han medido de acuerdo con su grado de entendimiento de la Biblia. La mayoría de las personas simplemente no entienden por qué deberían creer en Dios ni cómo hacerlo, y no hacen otra cosa que buscar ciegamente pistas para descifrar los capítulos de la Biblia. Las personas nunca han buscado la guía de la obra del Espíritu Santo; no han hecho más que dedicarse todo el tiempo a estudiar e investigar desesperadamente la Biblia, y nunca nadie ha encontrado obra nueva del Espíritu Santo fuera de ella. Nadie se ha apartado nunca de ella ni se ha atrevido a hacerlo. Han estudiado la Biblia durante todos estos años, se les han ocurrido muchas explicaciones y se han esforzado grandemente; también tienen muchas opiniones diferentes acerca de ella, que debaten interminablemente, a tal grado que se han formado más de dos mil denominaciones hasta hoy. Todos quieren encontrar algunas explicaciones especiales o misterios más profundos en la Biblia; quieren explorarla y encontrar en ella el trasfondo de la obra de Jehová en Israel o el trasfondo de la obra de Jesús en Judea o más misterios que nadie más conoce. Las personas abordan la Biblia con obsesión y fe, y nadie puede aclarar del todo la historia interna o la esencia de la misma. Así pues, las personas siguen teniendo hoy una sensación indescriptible de asombro cuando se trata de la Biblia, y están aún más obsesionadas con ella y tienen aún más fe en ella. Hoy en día, todos quieren encontrar las profecías de la obra de los últimos días en la Biblia, quieren descubrir qué obra lleva a cabo Dios durante los últimos días y qué señales hay para los últimos días. De esta forma, su adoración a la Biblia se vuelve más ferviente, y cuanto más se acercan los últimos días, más credibilidad ciega dan a las profecías de la Biblia, particularmente a las relacionadas con los últimos días. Con esa fe ciega en la Biblia, con esa confianza en ella, no tienen deseo de buscar la obra del Espíritu Santo. En las nociones de las personas, piensan que solo la Biblia puede traer la obra del Espíritu Santo; solo en ella pueden encontrar las huellas de Dios; solo en ella están escondidos los misterios de Su obra; solo la Biblia — ningún otro libro o persona — puede clarificar todo lo relacionado con Dios y la totalidad de Su obra; la Biblia puede traer la obra del cielo a la tierra, y puede tanto comenzar como concluir las eras. Con estas nociones, las personas no tienen inclinación a buscar la obra del Espíritu Santo. Así pues, independientemente de cuánta ayuda fuera la Biblia para las personas en el pasado, se ha convertido en un obstáculo para la obra más reciente de Dios. Sin la Biblia, las personas podrían buscar las huellas de Dios en cualquier otro lugar, pero hoy, la Biblia ha contenido Sus huellas, y extender Su obra reciente ha pasado a ser doblemente difícil, y una ardua lucha. Todo esto se debe a los capítulos y dichos famosos de la Biblia, así como a sus diversas profecías. La Biblia se ha vuelto un ídolo en la mente de las personas, un enigma en su cerebro, y son simplemente incapaces de creer que Dios puede obrar fuera de ella, de creer que las personas pueden encontrar a Dios fuera de la Biblia, y, mucho menos, son capaces de creer que Dios podría apartarse de ella durante la obra final y comenzar de nuevo. Esto es impensable para las personas; no pueden creerlo ni imaginarlo. La Biblia se ha convertido en un gran obstáculo para que los hombres acepten la nueva obra de Dios, y en una dificultad para que Dios expanda esta nueva obra.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

167. ¿Qué tipo de libro es la Biblia? El Antiguo Testamento es la obra de Dios durante la Era de la Ley. El Antiguo Testamento de la Biblia registra toda la obra de Jehová durante la Era de la Ley y Su obra de creación. En su totalidad, registra la obra realizada por Jehová, y, en última instancia, finaliza los relatos de la obra de Jehová con el libro de Malaquías. El Antiguo Testamento registra dos partes de la obra realizada por Dios: una es la obra de la creación y la otra es el decreto de la ley. Ambas fueron realizadas por Jehová. La Era de la Ley representa la obra bajo el nombre de Jehová Dios; es la totalidad de la obra realizada principalmente bajo el nombre de Jehová. Así pues, el Antiguo Testamento registra la obra de Jehová y el Nuevo Testamento registra la obra de Jesús, una obra que se llevó a cabo principalmente bajo el nombre de Jesús. La importancia del nombre de Jesús y de la obra que Él realizó se registra, principalmente, en el Nuevo Testamento. Durante la Era de la Ley del Antiguo Testamento, Jehová edificó el templo y el altar en Israel y guio la vida de los israelitas sobre la tierra, demostrando que eran Su pueblo escogido, el primer grupo de personas que seleccionó en la tierra y que eran conforme a Su propio corazón; el primer grupo de personas al que Él guio personalmente. Las doce tribus de Israel fueron los primeros escogidos de Jehová, y por tanto Dios siempre obró en ellos, justo hasta el momento en que concluyó la obra de Jehová de la Era de la Ley. La segunda etapa de la obra fue la obra de la Era de la Gracia del Nuevo Testamento, y se llevó a cabo en medio del pueblo judío, entre una de las doce tribus de Israel. El alcance de esta obra fue menor porque Jesús era Dios hecho carne. Jesús solo obró a lo largo y ancho de la tierra de Judea, y solo hizo tres años y medio de obra; por tanto, lo que se registra en el Nuevo Testamento está lejos de poder superar la cantidad de obra registrada en el Antiguo Testamento.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

168. La Biblia es un libro de historia. Por supuesto, también contiene algunas de las predicciones de los profetas, que no son historia, en absoluto. La Biblia incluye varias partes; no solo hay profecía o solo la obra de Jehová o las epístolas paulinas. Debes saber cuántas partes incluye; el Antiguo Testamento consta del Génesis, Éxodo, etcétera, y también los libros de profecía que escribieron los profetas. Finalmente, el Antiguo Testamento termina con el libro de Malaquías. Registra la obra de la Era de la Ley, que fue dirigida por Jehová. Desde Génesis hasta el libro de Malaquías, es un relato exhaustivo de toda la obra de la Era de la Ley. Es decir, el Antiguo Testamento registra todo lo experimentado por las personas que fueron guiadas por Jehová en la Era de la Ley. Durante la Era de la Ley del Antiguo Testamento, el gran número de profetas elevados por Jehová profetizó en Su nombre, dio instrucciones a diversas tribus y naciones, y predijo la obra que Jehová llevaría a cabo. Jehová había dado el Espíritu de profecía a todas estas personas a las que había elevado: eran capaces de ver Sus visiones, de oír Su voz; por tanto, eran inspiradas por Él y escribían profecías. La obra que llevaban a cabo era la expresión de la voz de Jehová, la expresión de Su profecía, y la obra de Jehová en ese momento era simplemente guiar a las personas usando al Espíritu; Él no se hizo carne, y las personas no veían Su rostro. Así pues, elevó a muchos profetas para que llevaran a cabo Su obra, y les dio oráculos que transmitieron a cada tribu y clan de Israel. Su trabajo era hablar profecías, y algunos escribieron las instrucciones que Jehová les dio para mostrárselas a otros. Él elevó a estas personas para que hablaran profecías, predijeran la obra del futuro o la que aún debía realizarse durante ese tiempo, de forma que las personas pudieran contemplar las maravillas y la sabiduría de Jehová. Estos libros de profecía eran muy diferentes a los demás libros de la Biblia; eran palabras habladas o escritas por aquellos a los que se les había dado el Espíritu de profecía; por aquellos que habían recibido las visiones o la voz de Jehová. Aparte de los libros de profecía, todo lo demás en el Antiguo Testamento está compuesto por registros hechos por personas después de que Jehová hubo terminado Su obra. Estos libros no pueden reemplazar la predicción pronunciada por los profetas elevados por Jehová, del mismo modo que el Génesis y el Éxodo no pueden compararse con el libro de Isaías o con el libro de Daniel. Las profecías se pronunciaron antes de que la obra se hubiera llevado a cabo; los otros libros, entretanto, se escribieron después de que la obra hubiera terminado; eso era lo que las personas eran capaces de hacer. Los profetas de esa época fueron inspirados por Jehová y pronunciaron algo de profecía, hablaron muchas palabras y profetizaron las cosas de la Era de la Gracia, así como la destrucción del mundo en los últimos días: la obra que Jehová planeó llevar a cabo. Todos los libros restantes registran la obra realizada por Jehová en Israel. Por tanto, cuando leéis la Biblia, estáis leyendo principalmente acerca de lo que Jehová llevó a cabo en Israel; el Antiguo Testamento de la Biblia registra principalmente la obra de Jehová de guiar a Israel, Su utilización de Moisés para sacar a los israelitas de Egipto, quien los liberó de los grilletes del Faraón y los llevó al desierto, tras lo cual entraron en Canaán y todo lo que siguió fue su vida en ese lugar. Todo lo demás está compuesto por registros de la obra de Jehová a lo largo y ancho de Israel. Todo lo registrado en el Antiguo Testamento es la obra de Jehová en Israel, la obra que Él llevó a cabo en la tierra en la que creó a Adán y Eva. Desde el momento en el que Dios comenzó oficialmente a guiar a las personas sobre la tierra después de Noé, todo lo registrado en el Antiguo Testamento es la obra de Israel. Y ¿por qué no se registra ninguna obra más allá de Israel? Porque la tierra de Israel es la cuna de la humanidad. En el principio, no había otros países además de Israel, y Jehová no obró en ningún otro lugar. De esta forma, lo que se registra en el Antiguo Testamento de la Biblia es puramente la obra de Dios en Israel en ese momento. Las palabras pronunciadas por los profetas — Isaías, Daniel, Jeremías y Ezequiel — predicen la otra obra de Dios sobre la tierra, la obra de Jehová Dios mismo. Todo esto venía de Dios; era la obra del Espíritu Santo, y aparte de estos libros de los profetas, todo lo demás es un registro de las experiencias de la obra de Jehová por parte de las personas en ese momento.

La obra de la creación tuvo lugar antes de que existiera la humanidad, pero el libro del Génesis solo se produjo después de que la humanidad existiera; fue un libro escrito por Moisés durante la Era de la Ley. Es como las cosas que ocurren entre vosotros hoy: después de que ocurren, las escribís para mostrarlas a las personas en el futuro, y para las personas del futuro, lo que has registrado son cosas acontecidas en el pasado; no son otra cosa que historia. Las cosas registradas en el Antiguo Testamento son la obra de Jehová en Israel, y lo registrado en el Nuevo Testamento es la obra de Jesús durante la Era de la Gracia; documentan la obra realizada por Dios en dos eras distintas. El Antiguo Testamento documenta la obra de Dios durante la Era de la Ley, y, por tanto, el Antiguo Testamento es un libro histórico, mientras que el Nuevo Testamento es el producto de la obra de la Era de la Gracia. Cuando comenzó la nueva obra, el Nuevo Testamento también quedó obsoleto; por tanto, el Nuevo Testamento también es un libro histórico. Por supuesto, no es tan sistemático como el Antiguo Testamento ni registra tantas cosas. Las muchas palabras pronunciadas por Jehová están registradas en el Antiguo Testamento de la Biblia, mientras que solo algunas de las palabras de Jesús se registran en los Cuatro Evangelios. Por supuesto, Jesús también llevó a cabo mucha obra, pero no se registró con detalle. Hay menos registrado en el Nuevo Testamento debido a la cantidad de obra que Jesús llevó a cabo; la cantidad de obra que realizó durante tres años y medio sobre la tierra y la obra de los apóstoles fue mucho menor que la de Jehová. Por tanto, hay menos libros en el Nuevo Testamento que en el Antiguo Testamento.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

169. La Biblia es un registro histórico de la obra de Dios en Israel, y documenta muchas de las predicciones de los antiguos profetas, así como algunas de las declaraciones de Jehová en Su obra en aquel momento. Por tanto, todas las personas consideran este libro como santo (porque Dios es santo y grande). Por supuesto, todo esto es resultado de su reverencia por Jehová y su adoración a Dios. Las personas se refieren así a este libro, sólo porque las creaciones de Dios muestran una gran veneración y adoración a su Creador, y están incluso aquellos que catalogan a este libro como un libro celestial. En realidad, es simplemente un registro humano. Jehová no lo tituló ni guio su creación personalmente. Es decir, el autor de este libro no es Dios, sino los hombres. La Santa Biblia sólo es el título respetuoso que el hombre le dio. No fue decidido por Jehová y Jesús tras un debate entre Ellos; no es nada más que una idea humana. Porque Jehová no escribió este libro, y, mucho menos, Jesús, sino que son los relatos transmitidos por muchos antiguos profetas, apóstoles y videntes, recopilados por generaciones posteriores en un libro de escritos antiguos que, para las personas, parece especialmente santo; un libro que, en su opinión, contiene muchos misterios insondables y profundos que están esperando ser descubiertos por generaciones futuras. Así pues, las personas están aún más dispuestas a creer que este libro es un libro celestial. Con la incorporación de los Cuatro Evangelios y el Libro del Apocalipsis, la actitud de las personas hacia él es particularmente diferente de la que tienen hacia cualquier otro libro y, por tanto, nadie se atreve a diseccionar este “libro celestial”, porque es demasiado “sagrado”.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

170. Los evangelios del Nuevo Testamento se escribieron entre veinte y treinta años después de la crucifixión de Jesús. Antes, el pueblo de Israel sólo leía el Antiguo Testamento. Es decir, al principio de la Era de la Gracia las personas leían el Antiguo Testamento. El Nuevo Testamento solo apareció durante la Era de la Gracia. No existía cuando Jesús obró; las personas registraron Su obra después de que Él resucitara y ascendiera al cielo. Solo entonces se escribieron los cuatro Evangelios y, además de estos, las epístolas de Pablo y Pedro, así como el libro del Apocalipsis. Más de trescientos años después de que Jesús ascendió al cielo, generaciones posteriores recopilaron estos documentos de manera selectiva, y solo entonces se produjo el Nuevo Testamento de la Biblia. Fue después de que esta obra se completó que hubo un Nuevo Testamento; no existía previamente. Dios había llevado a cabo toda esa obra, y Pablo y los demás apóstoles habían escrito muchas epístolas a las iglesias en distintos lugares. Quienes vinieron después de ellos combinaron sus epístolas y anexaron la mayor visión registrada por Juan en la isla de Patmos, en la cual se profetizó la obra de Dios de los últimos días. Las personas hicieron esta secuencia, que es distinta a las declaraciones de hoy. Lo que se registra en la actualidad es acorde a los pasos de la obra de Dios; con lo que las personas se comprometen hoy es con la obra que Dios personalmente llevó a cabo y con las palabras que Él personalmente pronunció. Vosotros, la humanidad, no debéis interferir; las palabras, que vienen directamente del Espíritu, se han organizado paso a paso, y son diferentes a la organización de los registros del hombre. Puede decirse que lo que registraron fue acorde con su nivel de educación y calibre humano, que fueron las experiencias de los hombres, que cada uno tuvo sus propios medios para recopilar y conocer, y que cada registro era diferente. Por tanto, ¡si adoras la Biblia como si fuera Dios eres extremadamente ignorante y estúpido! ¿Por qué no buscas la obra del Dios de la actualidad? Solo la obra de Dios puede salvar al hombre. La Biblia no puede salvar al hombre; las personas podrían leerla por varios miles de años y, aun así, no experimentarían el más mínimo cambio, y, si la adoras, nunca obtendrás la obra del Espíritu Santo.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”

171. Muchas personas creen que entender y ser capaz de interpretar la Biblia es lo mismo que encontrar el camino verdadero, pero, de hecho, ¿son las cosas realmente tan simples? Nadie conoce la realidad de la Biblia: que no es nada más que un registro histórico de la obra de Dios, y un testimonio de las dos etapas anteriores de la misma, y que no te ofrece un entendimiento de los objetivos de la obra de Dios. Todo aquel que ha leído la Biblia sabe que documenta las dos etapas de la obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia. El Antiguo Testamento registra la historia de Israel y la obra de Jehová desde la época de la creación hasta el final de la Era de la Ley. El Nuevo Testamento registra la obra de Jesús en la tierra, que se encuentra en los Cuatro Evangelios, así como la obra de Pablo. ¿No son, estos, registros históricos? Mencionar hoy las cosas del pasado las convierte en historia, y no importa cuán verdaderas o reales puedan ser, siguen siendo historia, y la historia no puede ocuparse del presente, ¡porque Dios no mira atrás en la historia! Así pues, si sólo entiendes la Biblia y no entiendes nada de la obra que Dios pretende hacer hoy, y, si crees en Dios, pero no buscas la obra del Espíritu Santo, entonces no entiendes lo que significa buscar a Dios. Si lees la Biblia con el fin de estudiar la historia de Israel, de investigar la historia de la creación de todos los cielos y la tierra por parte de Dios, entonces no crees en Dios. Pero hoy, como crees en Él y buscas la vida, como persigues el conocimiento de Dios y no letras y doctrinas muertas ni un entendimiento de la historia, debes buscar la voluntad de Dios de hoy, así como la dirección de la obra del Espíritu Santo. Si fueras arqueólogo podrías leer la Biblia, pero no lo eres. Eres uno de esos que creen en Dios, y más te vale buscar Su voluntad de hoy.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

172. Si deseas ver la obra de la Era de la Ley y cómo siguieron los israelitas el camino de Jehová, debes leer el Antiguo Testamento; si deseas entender la obra de la Era de la Gracia, debes leer el Nuevo Testamento. Sin embargo, ¿cómo ves la obra de los últimos días? Debes aceptar el liderazgo del Dios de hoy y entrar en la obra de hoy, porque esta es la nueva obra y nadie la ha registrado anteriormente en la Biblia. Hoy, Dios se ha hecho carne y ha seleccionado a otros escogidos en China. Él obra en estas personas, continúa Su obra en la tierra y continúa la obra de la Era de la Gracia. La obra de hoy es una senda por la que el hombre nunca ha caminado, y es un camino que nadie ha visto jamás. Es una obra que nunca se ha llevado a cabo antes; es la obra más reciente de Dios en la tierra. Así pues, la obra que nunca se ha realizado antes no es historia, porque el ahora es el ahora, y aún no se ha convertido en pasado. Las personas no saben que Dios ha llevado a cabo una obra mayor y más nueva en la tierra y fuera de Israel, que ya ha ido más allá del ámbito de Israel, así como de la predicción de los profetas; que es una obra nueva y maravillosa fuera de las profecías, y una obra más nueva más allá de Israel; una obra que las personas no pueden percibir ni imaginar. ¿Cómo podría contener la Biblia registros explícitos de tal obra? ¿Quién podría haber registrado cada fragmento de la obra de hoy, sin omisión y de antemano? ¿Quién podría haber registrado en aquel viejo libro enmohecido esta obra más poderosa y sabia que desafía las convenciones? La obra de hoy no es historia, y, por tanto, si deseas caminar por la nueva senda de hoy, debes apartarte de la Biblia, ir más allá de los libros de profecía o historia que están en ella. Solo entonces serás capaz de caminar por la nueva senda apropiadamente, y solo entonces serás capaz de entrar en el nuevo ámbito y en la nueva obra. Debes entender por qué hoy se te pide que no leas la Biblia, por qué hay otra obra independiente de ella, por qué Dios no busca una práctica más nueva y detallada en ella, y por qué hay, en su lugar, una obra más poderosa fuera de ella. Esto es todo lo que deberíais entender. Debes conocer la diferencia entre la obra antigua y la nueva, y, aunque no leas la Biblia, tienes que ser capaz de diseccionarla; si no, seguirás adorándola, y te será difícil entrar en la nueva obra y pasar por nuevos cambios. Ya que hay un camino más elevado, ¿por qué estudiar ese, que es más bajo y obsoleto? Ya que hay declaraciones más nuevas y una obra más nueva, ¿por qué vivir entre viejos registros históricos? Las nuevas declaraciones pueden proveer para ti, lo que demuestra que esta es la nueva obra; los viejos registros no pueden saciarte ni satisfacer tus necesidades actuales, y esto prueba que son historia, y no la obra de aquí y ahora. El camino más elevado es la obra más nueva, y con ella, por muy alto que fuera el camino del pasado, sigue siendo la historia de las reflexiones de las personas; independientemente de su valor como referencia, sigue siendo el camino antiguo. Aunque se registra en el “libro sagrado”, el camino antiguo es historia; aunque no hay constancia del mismo en el “libro sagrado”, el nuevo camino es del aquí y el ahora. Este camino puede salvarte y cambiarte, porque es la obra del Espíritu Santo.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

173. Debéis entender la Biblia: ¡esta obra es totalmente necesaria! Hoy, no necesitas leerla, porque no hay nada nuevo en ella; todo es antiguo. La Biblia es un libro histórico, y si hubieras comido y bebido el Antiguo Testamento durante la Era de la Gracia, si hubieras puesto en práctica lo exigido en la época del Antiguo Testamento en la Era de la Gracia, Jesús te habría rechazado y condenado; si hubieras aplicado el Antiguo Testamento a la obra de Jesús, habrías sido un fariseo. Si hoy pones juntos el Antiguo y el Nuevo Testamento para comerlos y beberlos y practicarlos, el Dios de hoy te condenará; ¡habrás quedado atrás en la obra actual del Espíritu Santo! Si comes y bebes el Antiguo y el Nuevo Testamento, ¡estás fuera de la corriente del Espíritu Santo! Durante Su época, Jesús guio a los judíos y a aquellos que le seguían según la obra del Espíritu Santo en Él en ese momento. Él no tomó la Biblia como base para lo que llevaba a cabo, sino que hablaba de acuerdo con Su obra; no prestó atención a lo que la Biblia decía ni buscó en ella una senda para guiar a Sus seguidores. Desde el mismo momento en el que empezó a obrar, difundió el camino del arrepentimiento, una palabra sobre la cual las profecías del Antiguo Testamento no mencionan una sola palabra. No solo no actuó según la Biblia, sino que también guio por una nueva senda, y realizó una obra nueva. Nunca se refería a la Biblia cuando predicaba. Durante la Era de la Ley, nadie fue nunca capaz de llevar a cabo Sus milagros de sanar a los enfermos y echar fuera a los demonios. Su obra, Sus enseñanzas, la autoridad y el poder de Sus palabras, también estaban por encima de cualquier hombre en la Era de la Ley. Jesús simplemente llevó a cabo Su obra más nueva, y aunque muchas personas lo condenaron usando la Biblia, e incluso usaron el Antiguo Testamento para crucificarlo, Su obra sobrepasó al Antiguo Testamento; si esto no fue así, ¿por qué lo clavaron en la cruz? ¿No fue porque el Antiguo Testamento no decía nada de Su enseñanza ni de Su capacidad para sanar a los enfermos y echar fuera a los demonios? Su obra se llevó a cabo para guiar por un nuevo camino, no para buscar deliberadamente un enfrentamiento con la Biblia o para prescindir deliberadamente del Antiguo Testamento. Él vino simplemente a desarrollar Su ministerio, a traer la nueva obra a aquellos que lo anhelaban y lo buscaban. No vino a explicar el Antiguo Testamento ni a sostener su obra. La obra de Jesús no tenía como fin permitir que la Era de la Ley continuara desarrollándose, porque Su obra no tomó en consideración si tenía o no la Biblia como su base; Jesús simplemente vino a llevar a cabo la obra que debía realizar. Por tanto, no explicó las profecías del Antiguo Testamento ni obró según las palabras de la Era de la Ley del Antiguo Testamento. Ignoró lo que decía el Antiguo Testamento, no le importó si concordaba o no con Su obra, ni lo que los demás conocieran de esta o que la condenaran. Simplemente siguió realizando la obra que debía llevar a cabo, aunque muchas personas usaron las predicciones de los profetas del Antiguo Testamento para condenarlo. Para las personas, parecía como si Su obra no tuviera base, y gran parte de esta entraba en conflicto con los registros del Antiguo Testamento. ¿No fue esto un error del hombre? ¿Debe aplicarse la doctrina a la obra de Dios? ¿Y debe obrar Dios según las predicciones de los profetas? Después de todo, ¿quién es más grande: Dios o la Biblia? ¿Por qué debe obrar Dios de acuerdo con la Biblia? ¿Podría ser que Dios no tuviera derecho a actuar más allá de la Biblia? ¿No puede apartarse Dios de la Biblia y realizar otra obra? ¿Por qué no guardaban el día de reposo Jesús y Sus discípulos? Si debía guardar el día de reposo y practicar según los mandamientos del Antiguo Testamento, ¿por qué no lo hizo Jesús después de venir, sino que, en su lugar, lavó pies, cubrió cabezas, partió pan y bebió vino? ¿No está todo esto ausente de los mandamientos del Antiguo Testamento? Si Jesús honraba el Antiguo Testamento, ¿por qué rompió con estas doctrinas? Deberías saber qué fue primero, ¡Dios o la Biblia! Si era el Señor del día de reposo, ¿no podía ser también el Señor de la Biblia?

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

174. Las declaraciones y la obra de Jesús en esa época no estaban sujetas a la doctrina, y Él no llevó a cabo Su obra de acuerdo a la obra de la ley del Antiguo Testamento. La realizó según la obra que debía realizarse en la Era de la Gracia. Trabajó de acuerdo a la obra que Él mismo había establecido, según Su propio plan y según Su ministerio; Él no obró de acuerdo a la ley del Antiguo Testamento. Nada de lo que hizo fue según la ley del Antiguo Testamento, y Él no vino a obrar para cumplir las palabras de los profetas. Cada etapa de la obra de Dios no se llevó a cabo expresamente con el fin de cumplir las predicciones de los antiguos profetas y Él no vino para atenerse a la doctrina o para hacer realidad las predicciones de los antiguos profetas deliberadamente. Sin embargo, Sus acciones no alteraron dichas predicciones ni perturbaron la obra que Él había realizado anteriormente. El punto destacado de Su obra no era ceñirse a ninguna doctrina, sino llevar a cabo la obra que Él mismo debía realizar. No era un profeta ni un vidente, sino un hacedor que vino realmente a llevar a cabo la obra que tenía que realizar, y vino a inaugurar Su nueva era y a llevar a cabo Su nueva obra. Por supuesto, cuando Jesús vino a realizar Su obra, también cumplió muchas de las palabras dichas por los antiguos profetas en el Antiguo Testamento. De la misma forma, la obra de hoy también cumplió las predicciones de los antiguos profetas del Antiguo Testamento. Simplemente no me ciño a ese “viejo almanaque amarillento”, eso es todo. Porque hay más obra que debo llevar a cabo, más palabras que debo hablaros, y esta obra y estas palabras tienen una importancia mucho mayor que explicar pasajes de la Biblia, porque una obra como esa no tiene gran importancia ni valor para vosotros, y no puede ayudaros ni cambiaros. Yo pretendo hacer una nueva obra, no para cumplir ningún pasaje de la Biblia. Si Dios sólo vino a la tierra para cumplir las palabras de los antiguos profetas de la Biblia, ¿quién es mayor entonces, Dios encarnado o esos antiguos profetas? Después de todo, ¿están los profetas a cargo de Dios, o está Dios a cargo de los profetas? ¿Cómo explicas estas palabras?

Extracto de ‘Acerca de los apelativos y la identidad’ en “La Palabra manifestada en carne”

175. Todos los judíos leyeron el Antiguo Testamento y conocían la profecía de Isaías de que un niño varón nacería en un pesebre. Entonces, ¿por qué siguieron persiguiendo a Jesús a pesar de estar completamente al tanto de este conocimiento? ¿No fue por su naturaleza rebelde y su ignorancia de la obra del Espíritu Santo? En esa época, los fariseos creían que la obra de Jesús era diferente de lo que sabían sobre el niño varón profetizado, y las personas de hoy rechazan a Dios porque la obra del Dios encarnado no se ajusta a la Biblia. ¿Acaso no es la esencia de su rebeldía hacia Dios la misma? ¿Puedes aceptar sin ninguna duda toda la obra del Espíritu Santo? Si es la obra del Espíritu Santo, entonces es la corriente correcta y debes aceptarla sin recelo; no deberías seleccionar y escoger qué aceptar. Si adquieres más perspectiva de Dios y ejerces más precaución hacia Él, entonces ¿no es esto innecesario? No necesitas buscar más justificación de la Biblia, si es la obra del Espíritu Santo, entonces debes aceptarla, pues crees en Dios para seguirlo y no deberías investigarlo. No debes buscar más pruebas para que Yo muestre que soy tu Dios, pero deberías ser capaz de discernir si Yo soy beneficioso para ti; esto es lo más crucial. Aunque encuentres muchas pruebas irrefutables en la Biblia, eso no puede llevarte totalmente delante de Mí. Simplemente vives dentro de los confines de la Biblia y no delante de Mí; la Biblia no puede ayudarte a conocerme ni puede profundizar tu amor por Mí. Aunque la Biblia profetizó que nacería un niño varón, nadie pudo descifrar a quién le ocurriría esa profecía, porque el hombre no conocía la obra de Dios y esto fue lo que provocó que los fariseos se levantaran contra Jesús. Algunos saben que Mi obra es por el bien de los intereses del hombre, pero siguen creyendo que Jesús y Yo somos dos seres totalmente independientes que son mutuamente incompatibles. En su momento, Jesús solo les dio a Sus discípulos una serie de sermones en la Era de la Gracia relativos a cómo practicar, cómo reunirse, cómo suplicar en oración, cómo tratar a los demás, etc. La obra que Él llevó a cabo fue la de la Era de la Gracia y solo explicó cómo debían practicar los discípulos y los que lo seguían. Él realizó únicamente la obra de la Era de la Gracia y nada de la obra de los últimos días. Cuando Jehová estableció la ley del Antiguo Testamento en la Era de la Ley, ¿por qué no realizó, entonces, la obra de la Era de la Gracia? ¿Por qué no dejó clara, de antemano, la obra de la Era de la Gracia? ¿Acaso no habría ayudado al hombre a aceptarlo? Él sólo profetizó que un niño varón nacería y llegaría al poder, pero Él no llevó a cabo de antemano la obra de la Era de la Gracia. La obra de Dios en cada era tiene límites claros; Él sólo realiza la obra de la era presente, no la de la siguiente era de antemano. Solo así puede ponerse de manifiesto Su obra representativa de cada era. Jesús solo habló de las señales de los últimos días, de cómo ser paciente y cómo ser salvado, de cómo arrepentirse y confesar, y de cómo cargar la cruz y soportar el sufrimiento; Él nunca habló de cómo debe el hombre lograr la entrada en los últimos días ni de cómo debe buscar satisfacer la voluntad de Dios. Por tanto, ¿acaso no es ridículo buscar la obra de Dios de los últimos días en la Biblia? ¿Qué puedes ver simplemente aferrándote a la Biblia? Ya sea un comentador de la Biblia o un predicador, ¿quién podría haber visto de antemano la obra de hoy?

Extracto de ‘¿Cómo puede el hombre que ha delimitado a Dios con sus nociones recibir Sus revelaciones?’ en “La Palabra manifestada en carne”

176. Algunos incluso comparan la obra del presente con la de Jesús en la Biblia y usan cualquier inconsistencia para negar esta etapa de la obra. ¿No es esto lo que hacen los ciegos? Lo que consta en la Biblia es limitado e incapaz de representar la totalidad de la obra de Dios. Los Cuatro Evangelios tienen, en conjunto, menos de cien capítulos, en los cuales está escrito un número limitado de sucesos, como cuando Jesús maldijo a la higuera, las tres veces que Pedro negó al Señor, la aparición de Jesús a los discípulos después de Su crucifixión y resurrección, la enseñanza sobre el ayuno, la enseñanza sobre la oración, la enseñanza sobre el divorcio, el nacimiento y la genealogía de Jesús, la elección de los discípulos por parte de Jesús, etc. Sin embargo, el hombre los valora como tesoros, comparando, incluso, la obra actual con ellos. Incluso creen que toda la obra que Jesús llevó a cabo en Su vida no fue tanta, como si Dios solo fuera capaz de hacer algunas cosas y nada más. ¿No es esto absurdo?

Extracto de ‘El misterio de la encarnación (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

177. Hoy, las personas creen que la Biblia es Dios, y que Él es la Biblia. Así, también creen que todas las palabras de la Biblia fueron las únicas palabras que Dios habló y que Él las pronunció todas. Los que creen en Dios piensan incluso que, aunque los sesenta y seis libros del Antiguo y el Nuevo Testamento fueron escritos por personas, fueron, todos, inspirados por Dios y son un registro de las declaraciones del Espíritu Santo. Esta es la comprensión errónea que tiene el hombre, y no es completamente acorde con los hechos. En realidad, aparte de los libros de profecía, la mayor parte del Antiguo Testamento es un registro histórico. Algunas de las epístolas del Nuevo Testamento provienen de las experiencias de las personas, y, otras, del esclarecimiento del Espíritu Santo. Las epístolas paulinas, por ejemplo, surgieron de la obra de un hombre; todas fueron resultado del esclarecimiento del Espíritu Santo y se escribieron para las iglesias, y fueron palabras de exhortación y aliento para los hermanos y hermanas de las mismas. No fueron palabras habladas por el Espíritu Santo; Pablo no podía hablar en nombre del Espíritu Santo ni era profeta, y, mucho menos, tuvo las visiones que tuvo Juan. Sus epístolas se escribieron para las iglesias de Éfeso, Filadelfia, Galacia, y otras. Por tanto, las epístolas paulinas del Nuevo Testamento son epístolas que Pablo escribió para las iglesias y no son inspiraciones del Espíritu Santo ni Sus declaraciones directas. Son simplemente palabras de exhortación, consuelo y aliento que escribió para las iglesias durante el transcurso de su obra. Así, también, son un registro de gran parte de la obra de Pablo en esa época. Se escribieron para todos los hermanos y hermanas en el Señor, para que los hermanos y hermanas de las iglesias de esa época siguieran su consejo y vivieran de acuerdo con el camino de arrepentimiento del Señor Jesús. De ninguna manera dijo Pablo que, en las iglesias de esa época o del futuro, todos deben comer y beber las cosas que él escribió ni que todas sus palabras venían de Dios. De acuerdo con las circunstancias de la iglesia en esa época, él simplemente tenía comunión con los hermanos y las hermanas, los exhortaba e inspiraba fe en ellos, y simplemente predicaba o recordaba a las personas y las exhortaba. Sus palabras estaban basadas en su propia carga, y apoyaba a las personas por medio de ellas. Él llevó a cabo la obra de un apóstol de las iglesias de esa época; era un obrero usado por el Señor Jesús, y, por tanto, tuvo que responsabilizarse de las iglesias y llevar a cabo la obra de las mismas. Tuvo que aprender acerca de las condiciones de los hermanos y las hermanas; por ello, escribió epístolas para todos los hermanos y hermanas en el Señor. Todo lo que dijo que era edificante y positivo para las personas fue correcto, pero no representaba las declaraciones del Espíritu Santo ni podía representar a Dios. ¡Es un entendimiento atroz y una blasfemia enorme que las personas traten los registros de las experiencias de un hombre y las epístolas de un hombre como las palabras habladas por el Espíritu Santo a las iglesias! Eso es particularmente cierto cuando se trata de las epístolas que Pablo escribió para las iglesias, porque estas se escribieron para los hermanos y hermanas según las circunstancias y la situación de cada iglesia en esa época. Su fin era exhortar a los hermanos y hermanas en el Señor de forma que pudieran recibir la gracia del Señor Jesús. Sus epístolas tenían como objetivo animar a los hermanos y hermanas de esa época. Puede decirse que esta era su propia carga, y también la que el Espíritu Santo le dio; después de todo, fue un apóstol que dirigió a las iglesias de esa época, que escribió epístolas para las iglesias y las exhortó; esa era su responsabilidad. Su identidad fue simplemente la de un apóstol obrero, y fue simplemente un apóstol enviado por Dios; no fue un profeta ni un adivino. Para él, su propia obra y la vida de los hermanos y hermanas eran de la mayor importancia. Por tanto, no podía hablar en nombre del Espíritu Santo. Sus palabras no eran las palabras del Espíritu Santo, y mucho menos podría decirse que fueran las de Dios, porque Pablo no era nada más que una criatura de Dios y, ciertamente, no era Su encarnación. Su identidad no era la misma que la de Jesús. Las palabras de Jesús fueron las palabras del Espíritu Santo; fueron las palabras de Dios, porque Su identidad era la de Cristo, el Hijo de Dios. ¿Cómo podía ser Pablo Su igual? Si las personas consideran las epístolas o las palabras como las de Pablo como declaraciones del Espíritu Santo, y las adoran como a Dios, sólo puede decirse que no discriminan correctamente. Dicho con mayor severidad, ¿no es esto simplemente blasfemia? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios? ¿Y cómo podrían las personas postrarse ante los registros de sus epístolas y ante las palabras que habló como si fueran un libro sagrado o un libro celestial? ¿Podría el hombre pronunciar a la ligera las palabras de Dios? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios? Así pues, ¿qué dices? ¿Podrían las epístolas que él escribió para las iglesias no estar contaminadas con sus propias ideas? ¿Cómo no iban a estar contaminadas con ideas humanas? Él escribió epístolas para las iglesias basándose en sus experiencias personales y en su propio conocimiento. Por ejemplo, Pablo escribió una epístola a las iglesias gálatas, que contenía una determinada opinión, y Pedro escribió otra con otro punto de vista. ¿Cuál de ellas vino del Espíritu Santo? Nadie puede decirlo con seguridad. Así pues, solo puede decirse que ambos llevaban una carga para las iglesias, pero sus cartas representan su estatura, su provisión y su apoyo para los hermanos y las hermanas, su carga hacia las iglesias, y solo representan obra humana; no eran totalmente del Espíritu Santo. Si dices que sus epístolas son las palabras del Espíritu Santo, entonces eres absurdo ¡y estás cometiendo blasfemia! Las epístolas paulinas y las otras epístolas del Nuevo Testamento equivalen a las memorias de figuras espirituales más recientes: están a la par de los libros de Watchman Nee o de las experiencias de Lawrence, y así por el estilo. Es simplemente que los libros de figuras espirituales recientes no están recopilados en el Nuevo Testamento, pero la esencia de estas personas era la misma: fueron personas usadas por el Espíritu Santo durante cierto período, y no podían representar directamente a Dios.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”

178. Hoy, ¿quién entre vosotros se atreve a decir que todas las palabras habladas por aquellos que el Espíritu Santo usó vinieron del Espíritu Santo? ¿Se atreve alguien a decir tales cosas? Si dices tales cosas, ¿por qué se descartó entonces el libro de profecías de Esdras y por qué se hizo lo mismo con los libros de esos antiguos santos y profetas? Si todos vinieron del Espíritu Santo, ¿por qué os atrevéis entonces a hacer esas elecciones caprichosas? ¿Estás calificado para escoger la obra del Espíritu Santo? Muchas historias de Israel también se descartaron. Y si crees que estos escritos del pasado vinieron todos del Espíritu Santo, ¿por qué se descartaron entonces algunos de los libros? Si todos vinieron del Espíritu Santo, deberían haberse mantenido, y enviado a los hermanos y hermanas de las iglesias para que los lean. No deberían haber sido escogidos o descartados por voluntad humana; es erróneo hacerlo. Decir que las experiencias de Pablo y Juan se mezclaron con sus opiniones personales no significa que sus experiencias y su conocimiento viniesen de Satanás, sino solo que tenían cosas procedentes de sus experiencias y opiniones personales. Su conocimiento estaba acorde con el trasfondo de sus experiencias reales en esa época, y ¿quién puede decir con toda confianza que todo ello venía del Espíritu Santo? Si los Cuatro Evangelios vinieron todos del Espíritu Santo, entonces ¿por qué dicen Mateo, Marcos, Lucas y Juan cosas diferentes sobre la obra de Jesús? Si no creéis esto, mirad entonces los relatos de la Biblia de cómo Pedro negó al Señor tres veces: son todos diferentes y cada uno tiene sus propias características. Muchos ignorantes dicen: “Dios encarnado también es un hombre, así que ¿pueden venir entonces del Espíritu Santo todas las palabras que Él habla? Si las palabras de Pablo y Juan estaban mezcladas con la voluntad humana, ¿no están entonces las palabras que Él habla realmente mezcladas con la voluntad humana?”. ¡Las personas que dicen esas cosas están ciegas y son ignorantes! Leed detenidamente los Cuatro Evangelios; leed lo que registraron acerca de las cosas que Jesús hizo y las palabras que habló. Cada relato es simplemente diferente y cada uno de ellos tiene su propia perspectiva. Si lo escrito por los autores de estos libros vino todo del Espíritu Santo, entonces tendrían que ser todos iguales y coherentes. Entonces ¿por qué existen discrepancias? ¿No es el hombre extremadamente insensato, al ser incapaz de ver esto?

Extracto de ‘Acerca de los apelativos y la identidad’ en “La Palabra manifestada en carne”

179. El Evangelio de Mateo, en el Nuevo Testamento, documenta la genealogía de Jesús. Al principio, dice que Jesús era descendiente de Abraham y de David e hijo de José; después dice que fue concebido por el Espíritu Santo y nacido de una virgen; esto significaba que no era el hijo de José o un descendiente de Abraham ni de David. La genealogía, sin embargo, insiste en asociar a Jesús con José. Seguidamente, la misma comienza a relatar el proceso por medio del cual nació Jesús. Dice que fue concebido por el Espíritu Santo, que nació de una virgen, y no fue el hijo de José. Pero en la genealogía está escrito con claridad que Jesús fue el hijo de José, y como la genealogía está escrita para Jesús, registra cuarenta y dos generaciones. Cuando llega a la generación de José, dice apresuradamente que era el esposo de María, palabras que se dan con el fin de demostrar que Jesús era descendiente de Abraham. ¿No es esto una contradicción? La genealogía documenta claramente el linaje de José; es, obviamente, su genealogía, pero Mateo insiste en que es la de Jesús. ¿No niega esto la realidad de la concepción de Jesús por el Espíritu Santo? Por tanto, ¿no es la genealogía escrita por Mateo una idea humana? ¡Es ridículo! Así es como puedes saber que este libro no vino totalmente del Espíritu Santo. Existen, quizás, algunas personas que piensan que Dios debe tener una genealogía en la tierra y, como consecuencia, clasifican a Jesús como la cuadragésimo segunda generación de Abraham. ¡Esto es realmente ridículo! ¿Cómo podría Dios tener una genealogía después de llegar a la tierra? Si dices que Dios tiene una genealogía, ¿no lo estás clasificando entre las criaturas de Dios? Y es que Dios no es de la tierra; Él es el Señor de la creación y, aunque es de carne, no es de la misma sustancia que el hombre. ¿Cómo podrías clasificar a Dios como un ser del mismo tipo que una criatura suya? Abraham no puede representar a Dios; él fue el objeto de la obra de Jehová en ese momento; fue simplemente un fiel servidor que contó con la aprobación de Jehová y pertenecía al pueblo de Israel. ¿Cómo podría ser un antepasado de Jesús?

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”

180. Hoy, estoy diseccionando la Biblia de esta forma y eso no significa que la aborrezca, o que niegue su valor como referencia. Te estoy explicando y aclarando el valor inherente y los orígenes de la Biblia para que no sigas atrapado en las tinieblas. Porque las personas tienen muchas opiniones sobre ella, y la mayoría de ellas son equivocadas; leer la Biblia de esta forma no sólo evita que obtengan lo que deberían, sino, más importante, obstaculiza la obra que pretendo hacer. Interfiere tremendamente con la obra del futuro, y sólo ofrece inconvenientes, no ventajas. Por tanto, lo que te estoy enseñando es simplemente la esencia y la historia interna de la Biblia. No te estoy pidiendo que no la leas o que vayas por ahí proclamando que está desprovista de valor, sino sólo que tengas el conocimiento y la opinión correctos de ella. ¡No seas demasiado parcial! Aunque la Biblia es un libro de historia escrito por los hombres, también documenta muchos de los principios por los cuales los antiguos santos y profetas servían a Dios, así como las experiencias de los apóstoles recientes en su servicio a Él, todo lo cual vieron y conocieron verdaderamente estas personas, y puede servir de referencia para las personas de esta era en su búsqueda del camino verdadero. Por tanto, al leer la Biblia, las personas también pueden obtener muchos caminos de vida que no pueden encontrarse en otros libros. Estos caminos son los caminos de vida de la obra del Espíritu Santo, experimentados por profetas y apóstoles en eras pasadas, y muchas de las palabras son valiosas y pueden proveer lo que las personas necesitan. Así pues, a todas las personas les gusta leer la Biblia. Como hay tanto oculto en ella, las opiniones de las personas sobre ella son diferentes de las que tienen sobre los escritos de grandes figuras espirituales. La Biblia es un registro y una recopilación de las experiencias y el conocimiento de personas que sirvieron a Jehová y a Jesús en la antigua era y en la nueva; así, las generaciones posteriores han sido capaces de obtener de ella mucho esclarecimiento, iluminación y sendas de práctica. La razón por la que la Biblia es más elevada que los escritos de cualquier gran figura espiritual es que sus escritos se basan en la Biblia, todas sus experiencias proceden de ella, y todos la explican. Así pues, aunque las personas puedan obtener provisión de los libros de cualquier gran figura espiritual, siguen adorando la Biblia, ¡porque parece muy elevada y profunda para ellos! Aunque la Biblia reúne algunos de los libros de las palabras de vida, como las epístolas de Pablo y de Pedro, y, aunque estos libros pueden proveer a las personas y ayudarles, los mismos siguen siendo obsoletos, siguen perteneciendo a la era antigua, y por muy buenos que sean, sólo son apropiados para un período, y no son eternos. Y es que la obra de Dios siempre está desarrollándose, y no puede simplemente detenerse en la época de Pablo y Pedro, o permanecer siempre en la Era de la Gracia en la que Jesús fue crucificado. Por tanto, estos libros sólo son apropiados para la Era de la Gracia, no para la Era del Reino de los últimos días. Sólo pueden proveer para los creyentes de la Era de la Gracia, no para los santos de la Era del Reino, y, por muy buenos que sean, siguen siendo obsoletos. Ocurre lo mismo con la obra de creación de Jehová o Su obra en Israel: por muy grande que fuera, llegaría a estar obsoleta, y llegaría el tiempo en el que esto pasaría. La obra de Dios también es igual: es grande, pero llegará un momento en el que termine; no siempre puede permanecer en medio de la obra de la creación ni entre la de la crucifixión. No importa cuán convincente fue la obra de la crucifixión ni lo efectiva que fue para derrotar a Satanás; la obra sigue siendo, después de todo, obra, y las eras siguen siendo, después de todo, eras. La obra no siempre puede permanecer sobre la misma base ni los tiempos pueden permanecer inmutables, porque existió la creación y también existirán los últimos días. ¡Es inevitable! Por consiguiente, las palabras de vida del Nuevo Testamento — las epístolas de los apóstoles y los Cuatro Evangelios — han pasado a ser hoy libros históricos, viejos almanaques, y ¿cómo podrían los viejos almanaques llevar a las personas a la nueva era? Independientemente de lo capaces que sean estos almanaques de proveer vida a las personas y de llevarlas a la cruz, ¿acaso no están obsoletos? ¿No están desprovistos de valor? Por tanto, digo que no deberías creer ciegamente en estos almanaques. Son demasiado antiguos, no pueden llevarte a la nueva obra y sólo pueden ser una carga para ti. No sólo no pueden llevarte a la nueva obra y a una nueva entrada, sino que te conducen a viejas iglesias religiosas; si así fuera, ¿no estarías retrocediendo en tu creencia en Dios?

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

181. La Biblia ha formado parte de la historia humana durante varios milenios. La gente, además, le da la misma consideración que a Dios, hasta el punto de desplazarlo en los últimos días, para Su disgusto. Entonces, cuando la ocasión lo permitió, Dios se sintió obligado a aclarar la verdadera historia y los orígenes de la Biblia; de no haberlo hecho, la Biblia aún ocuparía el lugar de Dios en el corazón de la gente y esta emplearía las palabras de la Biblia para calibrar y condenar los actos de Dios. Al explicar la esencia, la estructura y los defectos de la Biblia, de ningún modo estaba negando Dios su existencia ni la estaba condenando; por el contrario, estaba aportando una descripción adecuada y oportuna que restablecía la imagen original de la Biblia, abordaba los malentendidos respecto a ella y le daba a la gente la perspectiva correcta de la Biblia para que dejara de idolatrarla y de estar perdida; es decir, para que, temerosa hasta de enfrentarse al trasfondo y los fallos reales de la Biblia, no confundiera más su fe ciega en ella con la fe y adoración hacia Dios. Una vez que la gente tiene una comprensión pura de la Biblia, puede dejarla de lado sin reparos y aceptar valientemente las nuevas palabras de Dios. Este es el objetivo de Dios en estos capítulos. La verdad que Dios quiere contar en ellos es que ninguna teoría ni realidad puede reemplazar Su obra y Sus palabras de hoy en día y que nada puede sustituirlo a Él. Si la gente no puede escapar de la trampa de la Biblia, nunca podrá presentarse ante Dios. Si desea presentarse ante Dios, primero debe purificar su corazón de cualquier cosa que pueda reemplazar a Dios; entonces lo satisfará. Aunque aquí Dios solamente explica la Biblia, no olvides que hay muchas otras cosas equivocadas que la gente idolatra sinceramente aparte de la Biblia; las únicas cosas que no idolatra son las que realmente vienen de Dios. Dios emplea la Biblia como mero ejemplo para recordarle a la gente que, no tome la senda equivocada, mientras crea en Dios y acepte Sus palabras, no vuelva a excederse y caer en la confusión.

Extracto de ‘Introducción’ de Las palabras de Cristo cuando Él entró en las iglesias en “La Palabra manifestada en carne”

182. He obrado mucho entre los hombres y durante este tiempo también he expresado muchas palabras. Estas palabras son todas por el bien de la salvación del hombre y se expresaron para que el hombre pudiera ser compatible conmigo. Sin embargo, sólo he ganado a unas cuantas personas en la tierra que son compatibles conmigo y por eso digo que el hombre no atesora Mis palabras, porque no es compatible conmigo. De esta manera, la obra que Yo hago no es solo para que el hombre pueda adorarme; más importante aún, es para que pueda ser compatible conmigo. El hombre ha sido corrompido y vive en la trampa de Satanás. Toda la gente vive en la carne, en los deseos egoístas y ni una sola entre ellas es compatible conmigo. Están las que dicen que son compatibles conmigo, pero adoran ídolos vagos. Aunque reconocen que Mi nombre es santo, se embarcan en un camino que va en sentido contrario a Mí y sus palabras están llenas de arrogancia y autoconfianza. Esto se debe a que, en la raíz, todos están en contra de Mí y son incompatibles conmigo. Todos los días buscan rastros de Mí en la Biblia y encuentran al azar pasajes “adecuados” que leen sin cesar y que recitan como las escrituras. No saben cómo ser compatibles conmigo, ni qué significa estar contra Mí. Solo leen las escrituras a ciegas. Confinan dentro de la Biblia a un Dios vago al que nunca han visto y al que son incapaces de ver y lo sacan para mirarlo cuando les place. Creen en Mi existencia solo dentro del alcance de la Biblia y me equiparan con ella; sin la Biblia Yo no existo y sin Mí no existe la Biblia. No prestan atención a Mi existencia o acciones, sino que dedican una atención extrema y especial a todas y a cada una de las palabras de las Escrituras. Muchas más incluso creen que Yo no debería hacer nada que quisiera a menos que las Escrituras lo predijeran. Le atribuyen demasiada importancia a las Escrituras. Se puede decir que ven las palabras y expresiones como demasiado importantes, hasta el punto de que usan versículos de la Biblia para medir cada palabra que digo y para condenarme. Lo que buscan no es el camino de la compatibilidad conmigo, o el camino de la compatibilidad con la verdad, sino el camino de la compatibilidad con las palabras de la Biblia, y creen que cualquier cosa que no se ciña a la Biblia, sin excepción, no es Mi obra. ¿No son esas personas los descendientes sumisos de los fariseos? Los fariseos judíos usaron la ley de Moisés para condenar a Jesús. No buscaron la compatibilidad con el Jesús de esa época, sino que diligentemente siguieron la ley al pie de la letra, hasta el grado de que, después de haberlo acusado de no seguir la ley del Antiguo Testamento y de no ser el Mesías, al final crucificaron al inocente Jesús. ¿Cuál era su sustancia? ¿No era que no buscaban el camino de la compatibilidad con la verdad? Se obsesionaron con todas y cada una de las palabras de las Escrituras mientras que no prestaron atención a Mi voluntad ni a los pasos ni métodos de Mi obra. No eran personas que buscaran la verdad, sino que se aferraban a las palabras; no eran personas que creyeran en Dios, sino que creían en la Biblia. En esencia, eran los guardianes de la Biblia. Con el fin de salvaguardar los intereses de la Biblia, de sostener la dignidad de la Biblia y de proteger la reputación de la Biblia, llegaron tan lejos que crucificaron al misericordioso Jesús. Lo hicieron solamente en aras de defender la Biblia y por el bien de mantener el estatus de todas y cada una de las palabras de la Biblia en los corazones de las personas. Así que prefirieron abandonar su futuro y la ofrenda por el pecado para condenar a muerte a Jesús, que no se conformaba a la doctrina de las Escrituras. ¿No fueron todos lacayos de todas y cada una de las palabras de las Escrituras?

¿Y qué pasa hoy con las personas? Cristo ha llegado para liberar la verdad, pero preferirían expulsarlo de este mundo para poder entrar al cielo y recibir la gracia. Preferirían negar por completo la venida de la verdad con el fin de salvaguardar los intereses de la Biblia, y preferirían volver a crucificar al Cristo encarnado de nuevo con el fin de asegurar la existencia eterna de la Biblia. ¿Cómo puede el hombre recibir Mi salvación cuando su corazón es tan malvado y su naturaleza tan opuesta a Mí? Vivo entre los hombres, pero el hombre no sabe de Mi existencia. Cuando hago brillar Mi luz sobre el hombre, todavía sigue ignorando Mi existencia. Cuando desato Mi ira sobre el hombre, niega Mi existencia aun con mayor fuerza. El hombre busca la compatibilidad con las palabras y con la Biblia, pero ni una sola persona viene ante Mí para buscar el camino de la compatibilidad con la verdad. El hombre dirige su mirada hacia Mí en el cielo y dedica un interés especial a Mi existencia en el cielo, pero nadie se preocupa por Mí en la carne, porque Yo, que vivo entre los hombres, soy demasiado insignificante. Los que sólo buscan la compatibilidad con las palabras de la Biblia, y que sólo buscan la compatibilidad con un Dios impreciso, son un espectáculo deplorable para Mí. Esto se debe a que lo que ellos adoran son palabras muertas y un Dios que es capaz de darles tesoros incalculables. Lo que ellos adoran es un Dios que se pondría a merced del hombre, un Dios que no existe. ¿Entonces qué pueden obtener tales personas de Mí? La bajeza del hombre es sencillamente indescriptible. Los que están en Mi contra, que me hacen incesantes demandas, que no tienen amor por la verdad, que se rebelan contra Mí, ¿cómo podrían ser compatibles conmigo?

Extracto de ‘Deberías buscar el camino de la compatibilidad con Cristo’ en “La Palabra manifestada en carne”

183. Dios mismo es la vida y la verdad, Su vida y verdad coexisten. Los que no pueden obtener la verdad nunca obtendrán la vida. Sin la guía, el apoyo y la provisión de la verdad, solo recibirás letras, doctrinas y, por encima de todo, la muerte. La vida de Dios siempre está presente, Su verdad y vida coexisten. Si no puedes encontrar la fuente de la verdad, entonces no obtendrás el alimento de la vida; si no puedes obtener la provisión de vida, entonces, seguramente no tienes la verdad, y así, aparte de las imaginaciones y las nociones, la totalidad de tu cuerpo no será nada más que carne, tu apestosa carne. Debes saber que las palabras de los libros no cuentan como vida, los registros de la historia no se pueden consagrar como la verdad, y las normas del pasado no pueden servir como un registro de palabras que Dios pronuncia en el presente. Sólo lo que Dios expresa cuando viene a la tierra y vive entre los hombres es la verdad, la vida, la voluntad de Dios y Su manera actual de obrar. Si aplicas los registros de las palabras que Dios pronunció desde las eras pasadas hasta la actualidad, eso te convierte en arqueólogo y la mejor manera de describirte es como un experto en patrimonio histórico. Lo eres porque siempre crees en los rastros de la obra que Dios hizo en tiempos pasados, sólo crees en la sombra de Dios que quedó cuando antes obró entre los hombres, y sólo crees en el camino que Dios les dio a Sus seguidores en tiempos pasados. No crees en la dirección de la obra de Dios en la actualidad, no crees en el glorioso semblante de Dios en la actualidad y no crees en el camino de la verdad que Dios expresa en el presente. Y así eres, sin duda, un soñador que está completamente fuera de contacto con la realidad. Si todavía hoy te aferras a las palabras que son incapaces de dar la vida al hombre, ¡entonces eres un inútil pedazo de madera muerta,[a] porque eres demasiado conservador, demasiado intratable y demasiado insensible para razonar!

Extracto de ‘Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”

184. El Cristo de los últimos días trae la vida y el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará. Si no buscas el camino de la vida que el Cristo de los últimos días provee, entonces nunca obtendrás la aprobación de Jesús y nunca estarás cualificado para entrar por la puerta del reino de los cielos, porque tú eres tanto un títere como un prisionero de la historia. Aquellos que son controlados por los reglamentos, las letras y están encadenados por la historia, nunca podrán obtener la vida ni el camino perpetuo de la vida. Esto es porque todo lo que tienen es agua turbia que ha estado estancada por miles de años, en vez del agua de la vida que fluye desde el trono. Aquellos que no reciben el agua de la vida siempre seguirán siendo cadáveres, juguetes de Satanás e hijos del infierno. ¿Cómo pueden, entonces, contemplar a Dios? Si sólo tratas de aferrarte al pasado, si sólo tratas de mantener las cosas como están quedándote quieto, y no tratas de cambiar el estado actual y descartar la historia, entonces, ¿no estarás siempre en contra de Dios? Los pasos de la obra de Dios son vastos y poderosos, como olas agitadas y fuertes truenos, pero te sientas y pasivamente esperas la destrucción, apegándote a tu locura y sin hacer nada. De esta manera, ¿cómo puedes ser considerado alguien que sigue los pasos del Cordero? ¿Cómo puedes justificar al Dios al que te aferras como un Dios que siempre es nuevo y nunca viejo? ¿Y cómo pueden las palabras de tus libros amarillentos llevarte a una nueva era? ¿Cómo pueden llevarte a buscar los pasos de la obra de Dios? ¿Y cómo pueden llevarte al cielo? Lo que sostienes en tus manos es la letra que solo puede darte consuelo temporal, no las verdades que pueden darte la vida. Las escrituras que lees solo pueden enriquecer tu lengua y no son palabras de sabiduría que te ayudan a conocer la vida humana, y menos aún los senderos que te pueden llevar a la perfección. Esta discrepancia, ¿no te lleva a reflexionar? ¿No te hace entender los misterios que contiene? ¿Eres capaz de entregarte tú mismo al cielo para encontrarte con Dios? Sin la venida de Dios, ¿te puedes llevar tú mismo al cielo para gozar de la felicidad familiar con Dios? ¿Todavía sigues soñando? Sugiero entonces que dejes de soñar y observes quién está obrando ahora, quién está llevando a cabo ahora la obra de salvar al hombre durante los últimos días. Si no lo haces, nunca obtendrás la verdad y nunca obtendrás la vida.

Extracto de ‘Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”

Nota al pie:

a. Un pedazo de madera muerta: un modismo chino que significa “sin remedio”.

Recomendación: Cómo entender la Biblia

Pregunta 34:

Tal como declara Dios Todopoderoso: “Mira a los líderes de cada denominación y grupo. Son todos arrogantes y farisaicos, e interpretan la Biblia fuera de contexto y según su propia imaginación.

Pregunta 34: Los pastores y ancianos religiosos tienen un firme conocimiento de la Biblia, a menudo interpretan la escritura por otros y hacen que se adhieran a la Biblia. Así que ¿es exponer y elevar la Biblia realmente dar testimonio del Señor y exaltarlo? ¿Por qué se dice que los pastores y ancianos religiosos son fariseos hipócritas? Todavía no tenemos claro esto, ¿nos podéis contestar esto?

Respuesta:

A la gente no debería parecerle mal que le expliquen la Biblia, pero a la vez que la explican, lo que en realidad hacen son obras que se oponen a Dios. ¿Qué clase de personas son? ¿No son unos fariseos hipócritas? ¿No son unos anticristos opuestos a Dios? ¿Por qué la explicación de los pastores y ancianos explicar la Biblia se opone a Dios? ¿Por qué supone condenar a Dios? Sigue habiendo quienes no lo entienden y aún piensan que explicar la Biblia es enaltecer a Dios y dar testimonio de Él. En aquel tiempo, la totalidad de los sumos sacerdotes, escribas y fariseos eran unos estudiosos de la Escritura, expertos en ella, que solían explicársela a la gente. Si explicar la Biblia es enaltecer al Dios y dar testimonio de Él, ¿por qué, cuando el Señor Jesús vino a predicar y obrar, ellos se opusieron a Él, lo condenaron violentamente y acabaron confabulándose con el Gobierno para crucificarlo? En la actualidad, todos los pastores y ancianos religiosos son personas que conocen la Biblia y llevan muchos años explicándola. Si explicar la Biblia es enaltecer a Dios y dar testimonio de Él, ¿por qué, cuando Dios Todopoderoso ha venido a expresar verdades y realizar Su obra de juicio, ellos no sólo no buscaron ni investigaron, sino que, por el contrario, se opusieron a Él y lo condenaron? ¿Qué problema hay aquí? ¿No es este un grave problema sobre el que debemos reflexionar todos los creyentes? Es más, si el que los líderes religiosos expliquen la Biblia es lo mismo que enaltecer a Dios y dar testimonio de Él, ¿por qué, en la Era de la Gracia, el Señor Jesús no obró en el templo cuando vino? ¿Por qué Dios Todopoderoso de los últimos días no obra en la iglesia religiosa ahora que ha venido? Pues porque los líderes religiosos no enaltecen a Dios ni dan testimonio de Él en absoluto y son todos unos fariseos hipócritas y arrogantes. Son todos unos anticristos que controlan la religión ¡y se oponen a Dios! ¡¿Cómo podrían permitir que existiera Dios o que en el mundo religioso hubiera voces que dieran testimonio de Dios?! Si Cristo encarnado viniera al mundo religioso y obrara y predicara en la iglesia religiosa, seguro que lo detendrían, se lo entregarían al partido gobernante y lo crucificarían. Si la gente fuera a las iglesias a dar testimonio de Dios, seguro que la detendrían y perseguirían. Como declaró el Señor Jesús: “Mirad, Yo os envío como ovejas en medio de lobos” (Mateo 10:16). ¿Todavía no lo vemos claro? A partir de la oposición y condena de los fariseos religiosos hacia Dios, deberíamos ser capaces de ver con nitidez si enaltecer la Biblia significa dar testimonio de Dios. ¿Es posible que se oponga a Dios la gente que verdaderamente lo enaltece y da testimonio de Él? ¿Es posible que lo considere su enemigo? Por otra parte, todos debemos saber que la Biblia no contiene únicamente palabras de Dios, sino también muchas palabras del hombre. En consecuencia, enaltecer la Biblia y enaltecer a Dios no son lo mismo. Respetar la Biblia y respetar los mandamientos de Dios no son lo mismo. Cuando los fariseos religiosos explican la Biblia, solamente se centran en explicar las palabras del hombre contenidas en ella, en explicar conocimientos bíblicos y teorías teológicas y en predicar y dar testimonio de las palabras del hombre, pero no se centran en difundir y dar testimonio de las palabras de Dios ni de la verdad expresada por Dios en la Biblia. ¿Podemos seguir afirmando que eso es enaltecer a Dios y dar testimonio de Él? ¿No es oponerse a Él y traicionarlo? Por tanto, todos aquellos que piensan que explicar la Biblia es enaltecer a Dios y dar testimonio de Él no comprenden las cuestiones espirituales ni la esencia del problema. Son personas confundidas, personas que idolatran a los líderes religiosos, creen ciegamente en ellos y los obedecen. ¿No es así?

En aquel tiempo, lo único que les interesaba a los fariseos judíos era explicar conocimientos y doctrinas de la Biblia, así como participar en rituales religiosos y observar las normas religiosas y las tradiciones humanas; por el contrario, abandonaron los mandamientos de Dios y se desviaron del camino de Dios, de modo que, cuando vino el Señor Jesús, se opusieron a Él, lo condenaron y lo crucificaron con furia. A consecuencia de ello, Dios los maldijo y castigó. Aunque los pastores y ancianos religiosos de hoy en día explican la Biblia y dan testimonio de ella habitualmente, no se ocupan de difundir la palabra de Dios, de dar testimonio de ella ni de predicar la voluntad del Señor Jesús y Sus exigencias al hombre; además, rara vez dan testimonio de la esencia divina y la belleza del Señor Jesús. No guían a la gente a que practique y experimente la palabra del Señor ni tampoco prestan atención a cómo hay que respetar los mandamientos del Señor y obedecer la voluntad de Dios. Sólo se centran en explicar y enaltecer las palabras del hombre en la Biblia y les dicen a los demás que las consideren palabras de Dios, así como la verdad que han de practicar y defender. A la hora de resolver problemas, también lo hacen basándose más que nada en las palabras del hombre, no en las de Dios, contenidas en la Biblia. Utilizan las palabras del hombre en la Biblia para rechazar y oponerse a las palabras de Dios. Por ejemplo, en relación con la entrada en el reino de los cielos, el Señor Jesús dijo claramente a la gente: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). En cambio, los pastores y ancianos han dejado de lado las palabras del Señor Jesús, consideran las palabras del hombre en la Biblia como la verdad y el criterio de entrada del hombre en el reino de los cielos y enseñan a la gente que tan sólo ha de afanarse en trabajar para el Señor para entrar en el mismo. Utilizan las palabras del hombre para sustituir y rechazar las de Dios y, en consecuencia, descarrían a la gente. ¡Este es el aspecto más ruin y maligno de la oposición de los pastores y ancianos religiosos hacia Dios! Interpretan la Biblia fuera de contexto utilizando las palabras del hombre contenidas en ella para oponerse y condenar a Dios Todopoderoso y sin reparar en nada con tal de engañar, aprisionar y controlar a los creyentes, a quienes impiden estudiar y aceptar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, de modo que todos ellos queden firmemente bajo su control. Tal como declara Dios Todopoderoso: “Mira a los líderes de cada denominación y grupo. Son todos arrogantes y farisaicos, e interpretan la Biblia fuera de contexto y según su propia imaginación. Todos confían en los dones y la erudición para hacer su obra. Si fueran incapaces de predicar nada, ¿les seguirían esas personas? Después de todo, poseen algún conocimiento, y pueden hablar un poco de doctrina, o saber cómo convencer a los demás y usar algunos artificios por medio de los cuales han llevado a las personas ante ellos y las han engañado. Esas personas creen en Dios sólo de nombre, pero en realidad siguen a sus líderes. Si se encontraran con los que predican el camino verdadero, algunos de ellos dirían: ‘Tenemos que consultarle respecto a nuestra creencia en Dios’. Requieren el consentimiento de alguien para creer en Dios; ¿no es esto un problema? ¿En qué se han convertido, pues, esos líderes entonces? ¿No se han vuelto fariseos, falsos pastores, anticristos y obstáculos en la aceptación del camino verdadero por parte de las personas?” (‘Sólo la búsqueda de la verdad es la verdadera creencia en Dios’ en “Registros de las Pláticas de Cristo”). Basándonos en esto, ¿cómo podemos decir que las explicaciones de los pastores y ancianos religiosos sobre la Biblia suponen enaltecer a Dios y dar testimonio de Él? ¿Acaso no aprovechan la ocasión de explicar la Biblia para malinterpretarla y sacar cosas de contexto a fin de oponerse a Dios? Hace tiempo que son un obstáculo y un escollo para que la gente acepte el camino verdadero y regrese a Dios, y son precisamente los anticristos a los que deja en evidencia la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días. ¿Aún no lo vemos claro?

Según los conceptos de la gente, explicar la Biblia es lo mismo que enaltecer a Dios y dar testimonio de Él, pero, con las explicaciones de la Biblia por parte de los fariseos y los líderes religiosos, vemos que esto no es así realmente. Los fariseos religiosos enaltecen y dan testimonio de la Biblia, no de Dios. Su predicación consiste principalmente en explicar las palabras del hombre, no las de Dios, contenidas en la Biblia. Utilizan las palabras del hombre en la Biblia para sustituir las palabras de Dios y oponerse a ellas, y sacan aquellas de contexto al objeto de oponerse a Dios y extraer conclusiones sobre Él. Lo que pretenden con sus explicaciones de la Biblia no es enaltecer a Dios ni dar testimonio de Él, sino engañar y controlar a la gente para lograr sus viles propósitos. ¡Tales explicaciones de la Biblia suponen oponerse a Dios y hacer el mal! Por eso, cuando Dios viene a realizar Su obra, ellos utilizan la Biblia para mantener un férreo control sobre la gente, a la cual obligan a creer en la Biblia y a aferrarse a ella ciegamente y a la que llevan por el camino de la oposición a Dios. Esto demuestra que las explicaciones de la Biblia por parte de los fariseos y los líderes religiosos son un medio de oposición a Dios. Sacan las palabras de Dios en la Biblia totalmente fuera de contexto para resistirse a Dios, oponerse a Él y crear su propio reino independiente. Entonces, ¿cómo debe explicarse la Biblia para enaltecer a Dios y dar testimonio de Él? La Biblia recoge la obra y los testimonios de Dios. Explicar la Biblia supone enaltecer a Dios y dar testimonio de Él de conformidad con las palabras de Dios y las verdades contenidas en la Biblia. Supone difundir las palabras de Dios en la Biblia y dar testimonio de ellas. Supone comunicar los designios de Dios conforme a Sus exigencias y palabras, así como la verdad de estas últimas. Supone llevar a la gente el testimonio de la obra, el carácter, la esencia y la belleza de Dios. Supone guiarla a que practique y experimente las palabras de Dios, permitiendo de ese modo que entre en la realidad de las mismas. Supone enaltecer al Señor Jesús y dar testimonio de Él en todo. Explicar la Biblia así es la única forma de enaltecer a Dios, dar testimonio de Él, ser conforme a Su corazón y servirle sinceramente. Las palabras del hombre en la Biblia pueden emplearse exclusivamente como referencia y complemento, sin compararlas jamás con las palabras de Dios. Sin embargo, los pastores y ancianos religiosos solamente se preocupan de explicar las palabras del hombre en la Biblia. Consideran que estas son palabras de Dios, la verdad, y las utilizan como guía de conducta y comportamiento, como fundamento de su manera de tratar los problemas; pero rara vez citan las palabras de Dios, las cuales sustituyen y abandonan por las palabras del hombre. ¿Explicar de esta forma la Biblia significa dar testimonio de Dios? ¿No es simplemente enaltecer al hombre y dar testimonio de Él? Además, al explicar la Biblia solamente se centran en explicar teorías teológicas para exhibirse, con personajes, lugares y antecedentes históricos de la Biblia. ¿No es esto engañar y atrapar a la gente? ¿No es hacer que la gente los idolatre y obedezca a ellos? En aquel tiempo, los fariseos hipócritas aprovechaban la ocasión de explicar las escrituras para malinterpretarla, a fin de engañar y controlar a la gente, acabaron llevando a los creyentes por el camino de obediencia al hombre y oposición a Dios y convirtieron el judaísmo en un reino independiente opuesto a Dios. En los últimos días, también los pastores y ancianos religiosos aprovechan sus explicaciones de la Biblia para hacer que la gente crea en ella y la idolatre ciegamente y la utilizan para que reemplace a Dios en los corazones de las personas, de modo que las llevan sin que se den cuenta por el camino de la traición a la palabra del Señor y de la oposición a Dios; asimismo, están convirtiendo el mundo religioso en un reino independiente opuesto a Dios, en un firme bastión de oposición a Su obra. ¿No se oponen a Dios y blasfeman contra Él con su manera de explicar la Biblia? ¿No es este, en concreto, el engaño de los fariseos anticristos para oponerse a Dios y crear su propio reino independiente? ¿Cómo se podría afirmar que eso es enaltecer a Dios y dar testimonio de Él? La astucia de los fariseos religiosos al oponerse a Dios radica en utilizar su oportunidad de explicar la Biblia para malinterpretarla al objeto de engañar y controlar a la gente. La Biblia era en principio un testimonio de Dios. En nuestros conceptos, siempre que se explica la Biblia se da testimonio de Dios, pero los fariseos hipócritas aprovechan este concepto nuestro y hacen todo lo posible por enaltecer la Biblia y dar testimonio de ella. Emplean la Biblia para reemplazar a Dios, oponerse a Él y engañarnos. Esto hace que todos nosotros creamos ciegamente en la Biblia, la idolatremos, idolatremos y obedezcamos a estudiosos de la Biblia como ellos y, de ese modo, traicionemos a Dios. Este es el engaño más alevoso y astuto de Satanás para oponerse a Dios y engañar a la gente, el aspecto que más nos cuesta descubrir y con el que más fácilmente se nos engaña.

Los que leen la Biblia en grandes iglesias la recitan cada día, pero ninguno entiende el propósito de la obra de Dios. Ninguno es capaz de conocer a Dios; además, ninguno es conforme al corazón de Dios. Son todos hombres inútiles, viles, que se ponen en alto para enseñar a Dios. Aunque alardean del nombre de Dios, se oponen voluntariamente a Él. Aunque se etiquetan como creyentes en Dios, son los que comen la carne y beben la sangre del hombre. Todos esos hombres son diablos que devoran el alma del hombre, demonios que molestan deliberadamente a aquellos que tratan de entrar en el camino correcto, y piedras de tropiezo que obstaculizan la senda de los que buscan a Dios. Aunque son de ‘cuerpos robustos’, ¿cómo van a saber sus seguidores que son anticristos que llevan al hombre a oponerse a Dios? ¿Cómo van a saber que son diablos vivientes que buscan especialmente almas que devorar?” (‘Todos los que no conocen a Dios son los que se oponen a Él’ en “La Palabra manifestada en carne”).

La persona más desobediente es una que de manera intencional desafía a Dios y lo resiste. Él es el enemigo de Dios y es un anticristo. Tal persona siempre guarda hostilidad en contra de la nueva obra de Dios, no muestra intención de someterse y nunca ha obedecido o se ha humillado voluntariamente. Él mismo se exalta ante los demás y nunca se somete a otro. Ante Dios, se considera el más competente en predicar la palabra y el más hábil para obrar en los demás. Nunca descarta los tesoros que ya están en su posesión, sino que los trata como reliquias de familia que se deben adorar, que se deben predicar a otros y que se deben usar para sermonear a los insensatos quienes le adoran. De hecho, existen algunas de estas personas en la iglesia. Se puede decir que son ‘héroes indomables’, que generación tras generación moran en la casa de Dios. Creen que predicar la palabra (doctrina) es su deber más alto. Año tras año y una generación tras otra, se dedican a cumplir vigorosamente su deber ‘sagrado e inviolable’. Nadie se atreve a tocarlos y nadie se atreve a reprocharlos abiertamente. Se volvieron ‘reyes’ en la casa de Dios, actuando de un modo tiránico a través de las épocas. Estos demonios buscan unir las manos y juntos destruir Mi obra; ¿cómo puedo permitir que estos diablos vivientes existan ante Mí?” (‘Los que obedecen a Dios con un corazón verdadero, con seguridad serán ganados por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”). Es evidente que, aunque los pastores y ancianos religiosos expliquen habitualmente la Biblia, no son personas que comprendan la verdad ni conozcan a Dios. Justamente son los fariseos hipócritas, unos falsos pastores y trabajadores que engañan, controlan, aprisionan y perjudican a la gente. Arrastran a las personas a renegar de Cristo y condenarlo hasta el punto de llegar a resistirse y oponerse a Dios, lo que las convierte a todas ellas en cómplices y marionetas de Satanás. Quien tenga ojos en la cara ve que esto es así.

de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino”

Tanto los fariseos como los pastores y ancianos interpretan y exaltan la Biblia. Pero ¿cómo pueden seguir oponiéndose y condenando a Dios encarnado? Todavía debemos entender otra verdad: la Biblia sólo es el testimonio de Dios; en ella se recoge Su obra durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia. Dios expresa algo de verdades en cada etapa de Su obra. La gente encuentra en Sus palabras Su carácter y todo lo que Él tiene y es. Por tanto, cada vez que la gente experimenta una etapa de la obra de Dios, comprende algo de las verdades y sabe más de Él. A lo largo de las tres etapas de la obra de Su plan de gestión, Dios revela poco a poco Su carácter inherente, todo lo que Él tiene y todo lo que Él es; en la Era del Reino, Dios revela completamente Su carácter justo, Su omnipotencia, Su sabiduría, Su autoridad y Su gloria inherentes. Si sólo conocemos a Dios por Su obra de la Era de la Ley y de la Era de la Gracia, tenemos un conocimiento muy limitado de Él. Así ocurrió durante la Era de la Ley, cuando los creyentes reconocieron la existencia real y las obras sabias de Dios a través de la obra de Jehová Dios. Aprendieron que las leyes de Jehová Dios no se podían infringir. En la Era de la Gracia, cuando los creyentes vieron la obra del Señor Jesús, supieron que era el Redentor de la humanidad, el Dios compasivo y misericordioso. Sin embargo, no conocieron la esencia de Dios ni Su carácter justo inherente. No llegaron a conocer realmente a Dios. Realmente no conocemos a Dios. Así pues, podemos ver que si sólo conocemos a Dios por Su obra y Sus palabras de la Era de la Ley y de la Era de la Gracia, nuestro conocimiento de Él será muy parcial. Sólo conoceremos una parte de Su carácter y de lo que Él es. No podemos lograr un verdadero conocimiento de Dios. Cuando las personas que no conocen a Dios interpretan la Biblia, son muy propensas a definirlo y a oponerse a Él.

En aquel entonces, el Señor Jesús dejó al descubierto y maldijo gravemente a los fariseos hipócritas. En los últimos días, Dios Todopoderoso ha dejado al descubierto, juzgado y condenado a los pastores y ancianos que tienen la esencia del anticristo de engañar a los demás con sus interpretaciones de la Biblia y oponerse a Dios. Leamos algunos pasajes de la palabra de Dios Todopoderoso, “Los que leen la Biblia en grandes iglesias la recitan cada día, pero ninguno entiende el propósito de la obra de Dios. Ninguno es capaz de conocer a Dios; además, ninguno es conforme al corazón de Dios. Son todos hombres inútiles, viles, que se ponen en alto para enseñar a Dios. Aunque alardean del nombre de Dios, se oponen voluntariamente a Él. Aunque se etiquetan como creyentes en Dios, son los que comen la carne y beben la sangre del hombre. Todos esos hombres son diablos que devoran el alma del hombre, demonios que molestan deliberadamente a aquellos que tratan de entrar en el camino correcto, y piedras de tropiezo que obstaculizan la senda de los que buscan a Dios. Aunque son de ‘cuerpos robustos’, ¿cómo van a saber sus seguidores que son anticristos que llevan al hombre a oponerse a Dios? ¿Cómo van a saber que son diablos vivientes que buscan especialmente almas que devorar?” (‘Todos los que no conocen a Dios son los que se oponen a Él’ en “La palabra manifestada en carne”).

Tal persona siempre guarda hostilidad en contra de la nueva obra de Dios, no muestra intención de someterse y nunca ha obedecido o se ha humillado voluntariamente. Él mismo se exalta ante los demás y nunca se somete a otro. Ante Dios, se considera el más competente en predicar la palabra y el más hábil para obrar en los demás. Nunca descarta los tesoros que ya están en su posesión, sino que los trata como reliquias de familia que se deben adorar, que se deben predicar a otros y que se deben usar para sermonear a los insensatos quienes le adoran. […] Creen que predicar la palabra (doctrina) es su deber más alto. Año tras año y una generación tras otra, se dedican a cumplir vigorosamente su deber ‘sagrado e inviolable’. Nadie se atreve a tocarlos y nadie se atreve a reprocharlos abiertamente. Se volvieron ‘reyes’ en la casa de Dios, actuando de un modo tiránico a través de las épocas. Estos demonios buscan unir las manos y juntos destruir Mi obra; ¿cómo puedo permitir que estos diablos vivientes existan ante Mí?” (‘Los que obedecen a Dios con un corazón verdadero, con seguridad serán ganados por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Mira a los líderes de cada denominación y grupo. Son todos arrogantes y farisaicos, e interpretan la Biblia fuera de contexto y según su propia imaginación. Todos confían en los dones y la erudición para hacer su obra. Si fueran incapaces de predicar nada, ¿les seguirían esas personas? Después de todo, poseen algún conocimiento, y pueden hablar un poco de doctrina, o saber cómo convencer a los demás y usar algunos artificios por medio de los cuales han llevado a las personas ante ellos y las han engañado. Esas personas creen en Dios sólo de nombre, pero en realidad siguen a sus líderes. Si se encontraran con los que predican el camino verdadero, algunos de ellos dirían: “Tenemos que consultarle respecto a nuestra creencia en Dios”. Requieren el consentimiento de alguien para creer en Dios; ¿no es esto un problema? ¿En qué se han convertido, pues, esos líderes entonces? ¿No se han vuelto fariseos, falsos pastores, anticristos y obstáculos en la aceptación del camino verdadero por parte de las personas?” (‘Sólo la búsqueda de la verdad es la verdadera creencia en Dios’ en “Registros de las Pláticas de Cristo”).

Dar testimonio del Señor y exaltarle de verdad no tiene que ver con la manera en que los hombres interpretan la Biblia. La clave está en si pueden practicar las palabras de Dios y experimentar Su obra. Si los hombres aman la verdad, recibirán la iluminación del Espíritu Santo, así como una experiencia y un conocimiento verdaderos de las palabras de Dios. Este conocimiento nace de practicar y experimentar Sus palabras. En eso consiste conocer realmente a Dios. ¡Comunicar estas experiencias y testimonios reales es el verdadero significado de exaltar a Dios y dar testimonio de Él! El verdadero conocimiento de Dios del que hablan quienes le exaltan y dan testimonio de Él no proviene de sus nociones, de su imaginación ni de su lógica; indudablemente, no proviene de su interpretación literal de las palabras de Dios. Quienes exaltan a Dios y dan testimonio de Él se centran en comunicar Sus palabras de la Biblia, Su voluntad, Sus exigencias a la gente, Su carácter y todo lo que Él tiene y es, para que las personas comprendan Su voluntad y Su carácter y para que lo conozcan de verdad. Es así como las personas pueden temer y obedecer realmente a Dios. Estas interpretaciones bíblicas y estos mensajes sobre las palabras de Dios son el modo de exaltar y dar testimonio verdadero de Él. Sin embargo, cuando los pastores y ancianos interpretan la Biblia, ¿realmente pueden explicar la esencia de la verdad de las palabras de Dios? ¿Pueden explicar Su voluntad o dar testimonio de Su carácter? ¿Consiguen que otros conozcan, obedezcan o temer a Dios? Los hechos nos han demostrado que la mayoría de los pastores y ancianos del mundo religioso detestan la verdad y se oponen a Dios; esa es su verdadera naturaleza. Ellos no practican las palabras de Dios ni experimentan Su obra; no comprenden Su voluntad ni Sus exigencias en absoluto, y, con total certeza, no comprenden Su carácter ni todo lo que Él tiene y es. De ahí su incapacidad para transmitir el verdadero conocimiento de Dios y para dar testimonio de la esencia divina o de las cualidades admirables del Señor Jesús. Ellos solamente interpretan conocimientos bíblicos y teoría teológica, o las historias de ciertos personajes de la Biblia, además del contexto histórico, para que la gente los admire y respete.

No sólo eso, la mayor parte del tiempo, los pastores y ancianos interpretan las palabras del hombre, como las de Pablo en la Biblia. Según Pablo: “Toda Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16), consideran las palabras de la Biblia como palabras de Dios. Esto ha hecho que todo el mundo religioso haya tomado las palabras de los apóstoles como palabras de Dios y que haya dicho a los creyentes que las practiquen y observen. Ellos citan las palabras de los apóstoles cada vez más a menudo en sus sermones, mensajes y testimonios. Sin embargo, cada vez citan menos a Dios y al Señor Jesús. El resultado final es que todas las palabras de Dios y del Señor Jesús en la Biblia han sido sustituidas y anuladas. El lugar del Señor Jesús en el corazón de las personas disminuye continuamente, mientras que el de Pablo y de otros sigue creciendo. Esto ha hecho que las palabras de Pablo y de otros hombres de la Biblia ocupen el corazón de los hombres. La gente cree en el nombre del Señor Jesús, pero en realidad actúa según las palabras bíblicas de hombres como Pablo. Ellos siguen su propio camino de fe en Dios. ¿Cómo pueden los que creen en Dios de este modo evitar salirse del camino del Señor? ¿Cómo puede este tipo de servicio estar de acuerdo con la voluntad de Dios? Por ejemplo, respecto a la entrada en el reino de los cielos, el Señor Jesús dijo lo siguiente: “sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). A pesar de ello, los pastores y ancianos hablan de la salvación y la entrada en el reino de los cielos según las palabras de Pablo. Esta es una traición absoluta a las palabras del Señor Jesús. El resultado es que la mayoría de los creyentes no saben seguir la voluntad de Dios. Tienen incluso menos claro qué tipo de gente puede entrar en el reino de los cielos. La gente usa las palabras de Pablo como lema: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia […]” (2 Timoteo 4:7-8). Los pastores y ancianos enseñan a los demás que, si trabajan para el Señor como hizo Pablo y soportan el sufrimiento, entrarán en el reino de los cielos. Ellos sustituyen las palabras de Dios por las de los hombres y excluyen las palabras de Dios. El resultado es que desorientan a la gente. Cuando interpretan así la Biblia, ¿exaltan a Dios o dan testimonio de Él? ¡Creo que se oponen directamente a Él! ¡Este es un problema muy grave! Los ancianos y pastores religiosos suelen sustituir las palabras de Dios por las palabras del hombre en la Biblia. Ahora tenemos claro cuáles son las consecuencias de esto, ¿verdad? ¿Cómo es posible que mucha gente crea durante años en el Señor y que aún no lo conozca? ¿Por qué nunca experimenta Sus palabras de verdad? ¿Cómo puede recibir la verdad o la vida la gente que cree en Él de este modo? ¿No será porque los pastores y ancianos interpretan y dan testimonio continuamente de las palabras del hombre en la Biblia e instan a sus seguidores a aferrarse a ellas?

La obra de Dios Todopoderoso de los últimos días ha dejado al descubierto a estos pastores y ancianos, anticristos demoníacos del mundo religioso. De no ser así, nadie vería que su exaltación y su interpretación de la Biblia son en realidad formas maliciosas de engañar y de controlar a la gente, tampoco verían la verdad: que están fundando su propio reino independiente como enemigos de Dios. En aquel entonces, los fariseos exaltaban y daban testimonio de la Biblia; limitaban a Dios a su ámbito. No buscaban la verdad ni querían seguir la huella de Dios. El resultado fue que crucificaron al Señor Jesús, justificándose en que Él se había negado a seguir el Antiguo Testamento. ¡Cometieron un pecado gravísimo! Las pastores y ancianos en los últimos días son como los fariseos. Exaltan y dan testimonio de la Biblia y definen a Dios en ella. También difunden falacias diciendo “No existen palabras ni obras de Dios fuera de la Biblia”; “Creer en la Biblia es creer en Dios. La Biblia representa a Dios; si te apartas de ella, ya no crees en Dios”. Con estas frases engañan a la gente para que crea en la Biblia y la idolatre. Tratan la Biblia como si fuera Dios. Le sustituyen a Él por la Biblia. Eso es exactamente lo que está pasando. Los pastores y ancianos utilizan estos métodos secretos y turbios para apartar a la gente de Dios y atraerla a la Biblia. Así, la gente pierde su relación con Dios inconscientemente. Aquellos que antes creían en Él ahora sólo creen en la Biblia. La Biblia se convierte en el Señor, el Dios de su corazón. Por tanto, su fe ciega en la Biblia y su veneración por ella los conducen a adorar y seguir a los eruditos bíblicos: los pastores y ancianos. En cuanto a los pastores y ancianos, utilizan la Biblia como herramienta de control del mundo religioso y para satisfacer sus propias ambiciones. Exaltan e interpretan la Biblia fuera de contexto para engañar, atrapar y controlar a la gente. Inconscientemente llevan a la gente por el camino de idolatrar y seguir a los hombres, y de oponerse a Dios y ser Sus enemigos. Engañan a la gente para que piense que idolatrar la Biblia y aferrarse a ella es creer en Dios y tener Su presencia. En consecuencia, esta gente no busca ni investiga la obra de Dios en los últimos días y pierde su última oportunidad de salvación. Así pues, podemos ver que ¡los pastores y ancianos del mundo religioso son un grupo de auténticos fariseos y estafadores! ¡Amén! ¡Son unos falsos pastores y anticristos que engañan y controlan a los elegidos de Dios! El mundo religioso está controlado por un conjunto de fariseos y anticristos demoníacos que se oponen a Dios. Hace tiempo que dejó de ser un lugar donde Dios podía realizar Su obra. Se ha convertido en un campamento satánico que considera a Dios su enemigo. ¡Hace mucho que se convirtió en la gran ciudad de Babilonia! ¡¿Cómo no va a caer la Babilonia religiosa bajo la ira de Dios?!

de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino”

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Rompe el hechizo (IV) – ¿Es igual la fe en el Señor que la fe en la Biblia?

La mayoría de pastores y ancianos del mundo religioso creen que la Biblia representa al Señor, que creer en el Señor es creer en la Biblia y que creer en la Biblia es creer en el Señor. Creen que quien se aparta de la Biblia no puede ser considerado creyente y que podemos salvarnos y entrar en el reino de los cielos si nos aferramos a la Biblia.

Vídeo cristiano «Rompe el hechizo» Escena 4 – ¿Es igual la fe en la Biblia que la fe en el Señor?

La mayoría de pastores y ancianos del mundo religioso creen que la Biblia representa al Señor, que creer en el Señor es creer en la Biblia y que creer en la Biblia es creer en el Señor. Creen que quien se aparta de la Biblia no puede ser considerado creyente y que podemos salvarnos y entrar en el reino de los cielos si nos aferramos a la Biblia. ¿De verdad puede la Biblia representar al Señor? ¿Qué relación hay exactamente entre la Biblia y Él? El Señor Jesús dijo, «Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida» (Juan 5:39-40).

Dios Todopoderoso dice: «Después de todo, ¿quién es más grande: Dios o la Biblia? ¿Por qué debe ser la obra de Dios acorde con la Biblia? ¿Podría ser que Dios mismo no tuviera derecho a sobrepasar la Biblia? ¿No puede salirse Dios de la Biblia y hacer otra obra? ¿Por qué no guardaban el día de reposo Jesús y sus discípulos? […] Deberías saber qué vino primero, ¡Dios o la Biblia! Si era el Señor del día de reposo, ¿no podía ser también el de la Biblia?» (De La Palabra manifestada en carne).

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Pelicula religiosa | Rompe el hechizo (III) – ¿Existe la palabra de Dios más allá de la Biblia?

Algunas personas religiosas creen que todas las palabras y obras de Dios están en la Biblia y que no hay más palabras ni obras de Dios aparte de ellas. ¿Concuerda esta punto de vista con la verdad? La Biblia dice: «Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían» (Juan 21:25).

Pelicula religiosa | Rompe el hechizo (III) – ¿Existe la palabra de Dios más allá de la Biblia?

Algunas personas religiosas creen que todas las palabras y obras de Dios están en la Biblia y que no hay más palabras ni obras de Dios aparte de ellas. ¿Concuerda esta punto de vista con la verdad? La Biblia dice: «Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían» (Juan 21:25). Dios Todopoderoso dice: «lo que Dios es y tiene es inagotable e ilimitado por siempre. […] no delimitéis otra vez a Dios en libros, palabras o en Sus declaraciones pasadas. Hay una sola palabra para la característica de la obra de Dios: nueva. A Él no le gusta tomar caminos antiguos o repetir Su obra, y mucho menos quiere que la gente lo adore mientras que lo delimita a un cierto ámbito. Este es el carácter de Dios» (De La Palabra manifestada en carne).

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«Rompe las cadenas y corre» (II) – ¿Es todo lo que hay en la Biblia la palabra de Dios?

Como muchas personas religiosas con fe en el Señor, el Anciano Li ha creído siempre que «todo lo que hay en la Biblia fue inspirado por Dios», que «la Biblia es la palabra de Dios» y que «la Biblia representa a Dios». Durante mucho tiempo, estas nociones constituyeron las bases de su fe; se le habían arraigado en el corazón y se habían convertido tanto en un obstáculo para su estudio del camino verdadero como en ataduras que le impedían aceptar el camino verdadero.

Película evangélica «Rompe las cadenas y corre» Escena 2 – ¿Es todo lo que hay en la Biblia la palabra de Dios?

Como muchas personas religiosas con fe en el Señor, el Anciano Li ha creído siempre que «todo lo que hay en la Biblia fue inspirado por Dios«, que «la Biblia es la palabra de Dios» y que «la Biblia representa a Dios«. Durante mucho tiempo, estas nociones constituyeron las bases de su fe; se le habían arraigado en el corazón y se habían convertido tanto en un obstáculo para su estudio del camino verdadero como en ataduras que le impedían aceptar el camino verdadero. Como los predicadores de la Iglesia de Dios Todopoderoso leyeron pacientemente al Anciano Li sobre la palabra de Dios y le comunicaron la verdad, al final él entendió que no toda la Biblia fue inspirada por Dios, sino que contiene las palabras de Dios y las palabras del hombre. El Anciano Li se liberó entonces de las ataduras y las cadenas de estas nociones religiosas.

Reflexión cristiana | 90% personas han ignorado otra manera en que regresa el Señor…

Al ver el título, tal vez los hermanos y hermanas dirían: “‘Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo’ (Hechos 1:11 LBLA®). ‘He aquí, viene con las nubes […]’ (Apocalipsis 1:7 LBLA®).

Reflexión cristiana | 90% personas han ignorado otra manera en que regresa el Señor…

Al ver el título, tal vez los hermanos y hermanas dirían: “‘Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo’ (Hechos 1:11 LBLA®). ‘He aquí, viene con las nubes […]’ (Apocalipsis 1:7 LBLA®). Todo el mundo sabe que el Señor Jesús fue cabalgando sobre nubes, y también en la Biblia se registra que Él descenderá nuevamente sobre nubes. Pero ¿decís que hay otra forma para el regreso del Señor Jesús? ¿Tenéis evidencias?”
Vemos que además de las profecías sobre el regreso público del Señor Jesús, también hay las del secreto a través de la investigación de la Biblia. El Señor Jesús dijo: “He aquí, vengo como ladrón” (Apocalipsis 16:15 LBLA®). “Pero a medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo” (Mateo 25:6 LBLA®). “Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apocalipsis 3:3 LBLA®). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20 LBLA®). Estas profecías dicen muy claro que hay otra manera para el regreso del Señor Jesús, es decir que viene en silencio como un ladrón. A lo mejor algunos hermanos y hermanas se sientan confundidos pensando que las dos formas en que regrese el Señor son contradictorias. Pero, todos tenemos la certeza de que el Señor Jesús es fiel, puesto que Él dijo que vendría en dos formas, con seguridad se lo harán en realidad como nos prometió. Entonces, ¿cómo se cumplirán estas dos maneras? Espero que puedan obtener respuestas después de contemplar un Vídeo cristiano de 18 minutos:
Scripture quotations taken from LBLA . Copyright by The Lockman Foundation.

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