Hace 2000 años, los fariseos también deseaban la venida del Mesías, pero se adhirieron al significado literal de las profecías bíblicas y tenían muchas nociones e imaginaciones sobre el Mesías, creían que el Mesías nacería en el palacio, tendría una grande imagen y podría ayudarles a escapar de la persecución del gobierno romano. Sin embargo, el Señor Jesús fue nacido en una familia pobre del carpintero, y tenía un perfil de un hombre corriente, esto subvirtió por completo la imagen de “Dios” en los corazones de los fariseos y rompió sus diversas ilusiones sobre el Mesías. Debido a que las palabras y la obra del Señor Jesús no se ajustaban a sus conceptos, se negaron a aceptar e hicieron todo lo posible para resistirse al Señor y condenarlo, e incluso lo clavaron en la cruz, ofendieron gravemente el carácter de Dios, al final, fueron condenados y maldecidos por Dios.
El fracaso de los fariseos es una advertencia para nosotros, entonces ¿cómo podemos evitar repetir la misma tragedia en el asunto de dar la bienvenida al Señor Jesús? Las palabras de Dios nos dan la senda de la práctica: “El regreso de Jesús es una gran salvación para aquellos que son capaces de aceptar la verdad, pero para los que son incapaces de hacerlo es una señal de condenación. Debéis elegir vuestro propio camino y no blasfemar contra el Espíritu Santo ni rechazar la verdad. No debéis ser personas ignorantes y arrogantes, sino alguien que obedece la dirección del Espíritu Santo, que anhela y busca la verdad; sólo así os beneficiaréis. Os aconsejo que andéis con cuidado por el camino de la creencia en Dios. No saquéis conclusiones apresuradas; más aún, no seáis despreocupados y descuidados en vuestra creencia en Dios. Deberíais saber que, como mínimo, los que creen en Dios deben ser humildes y reverenciales. Los que han oído la verdad pero la miran con desdén son insensatos e ignorantes. Los que han oído la verdad, pero sacan conclusiones precipitadas o la condenan a la ligera, están asediados por la arrogancia. Nadie que crea en Jesús es apto para maldecir o condenar a otros. Deberíais ser todos racionales y aceptar la verdad”.
De las palabras de Dios, podemos ver que al tratar el asunto de recibir al Señor Jesús, tenemos que adoptar una actitud cautelosa y, que poseer un corazón que teme a Dios, debemos buscar e investigar más. El Señor Jesús dijo: “Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mateo 7:8). “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). Cuando nos enteramos de que alguien da testimonio de la noticia sobre el regreso del Señor Jesús, tenemos que ser una persona humilde que busca y acepta la verdad, sólo así podemos acoger al Señor Jesús.
Dios Todopoderoso es mi salvador 