El reino de los cielos está, en realidad, sobre la tierra

‘He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos’ (Apocalipsis 21:3)


Por Chen Bo, China

El más grande anhelo que tenemos los creyentes es poder entrar en el reino de los cielos y disfrutar la dicha eterna que el Señor le otorga al hombre. Cada vez que oía a un pastor decir en un sermón que el lugar que el Señor preparará para nosotros en el futuro se encuentra arriba, en los cielos, que habrá campos de oro y paredes de jade, que por todas partes brillarán las piedras preciosas, que podremos comer del fruto del árbol de la vida y beber el agua del río de la vida, que no habrá más dolor, lágrimas o sufrimiento y que todos serán libres y liberados, sentía una increíble oleada de emoción y alegría. Es un lugar que he anhelado durante mucho tiempo y mi vida en la tierra de trabajo duro y sufrimiento me dejó el corazón verdaderamente agotado. Así pues, fui predicando el evangelio y esforzándome con gran entusiasmo por el Señor; difundía el evangelio y fundaba iglesias y nunca me detenía para tomar aire sin importar lo dolorosas o difíciles que fueran las cosas. Especialmente desde que me enteré de que estamos en los últimos días y que el Señor regresaría pronto para llevarnos a todos a nuestro hogar celestial, trabajé y me esforcé de una manera mucho más proactiva.

Un día, fui a la casa de mi hermana a visitar a nuestra madre y, justo cuando estaba a punto de marcharme, mi hermana me dio un libro y me instó a que lo leyera cuidadosamente. Pensé: “Este libro que me dio mi hermana debe ser algo espiritual y resulta que mi espíritu se siente en este momento muy reseco. No siento la presencia del Señor. Cuando leo la Biblia, no obtengo ningún tipo de iluminación. Cuando regrese tengo que darle una buena leída a este libro. Quizás obtenga algún sustento de él”. Después de regresar a casa, abrí el libro y comencé a leer; antes de que pudiera darme cuenta, la lectura ya me había atrapado. Cuanto más lo leía, más quería leer y más sentía que había luz en esas palabras, que contenían el esclarecimiento del Espíritu Santo y que no había forma de que pudiera pronunciarlas una persona común y corriente. Después de leer ese libro llegué a comprender verdades que no había entendido antes a partir de la lectura de la Biblia y tuve una sensación de claridad y gozo internos. Eso me hizo desear orar y acercarme más al Señor; mi fe creció y mi estado espiritual mejoró cada vez más. Pensé: “Solo la obra del Espíritu Santo puede brindarle al hombre fe y fortaleza y darle alimento y sustento para su espíritu. Las palabras contenidas en este libro ciertamente vienen del Espíritu Santo”. Como resultado, lo primero que hice cada mañana después de despertar fue leer este libro.

Un día, lo abrí y leí el siguiente pasaje: “Que Dios entre en el reposo quiere decir que ya no llevará a cabo Su obra de salvación de la humanidad. Que la humanidad entre en el reposo quiere decir que toda la humanidad va a vivir dentro de la luz de Dios y bajo Sus bendiciones; no habrá nada de la corrupción de Satanás ni tampoco ocurrirán cosas injustas. La humanidad vivirá normalmente sobre la tierra y vivirá bajo el cuidado de Dios” (‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”). Sentí un vuelco en el corazón cuando leí esto y pensé: “¿Acaso en el futuro el hombre vivirá sobre la tierra? ¿No prometió el Señor Jesús que en el futuro viviríamos en el cielo? ¿Por qué dice aquí que estaremos en la tierra? ¿Cómo podría ser esto posible? ¿Acaso estoy malinterpretando esto?”. Así pues, volví a leer cuidadosamente el pasaje. En verdad decía que en el futuro el hombre viviría sobre la tierra. Me pregunté qué significaba eso realmente. Esto no sería suficiente: yo sabía que tenía que comprender lo que esto significaba realmente. Seguí leyendo: “Dios tiene el destino de Dios y el hombre tiene el destino del hombre. Mientras reposa, Dios seguirá guiando a toda la humanidad en sus vidas sobre la tierra. Mientras está en la luz de Dios, el hombre adorará al único Dios verdadero que está en el cielo. […] Cuando la humanidad entre en el reposo, esto querrá decir que el hombre se ha convertido en una verdadera creación; la humanidad adorará a Dios desde la tierra y tendrá vidas humanas normales. La gente ya no será desobediente a Dios o resistirá a Dios; regresará a la vida original de Adán y Eva” (‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”). Cuanto más leía, más confundida me sentía: ¿Acaso el hombre adorará a Dios desde la tierra? ¿Cómo ocurrirá esto? ¿Acaso la Biblia no menciona estar en el cielo? ¿Cómo podría ser estar en la tierra? Me apresuré a consultar mi Biblia y la abrí en Juan 14:2-3 y leí estas palabras del Señor Jesús: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros”. El Señor Jesús claramente dice que Su resurrección y ascensión al cielo tuvo como objetivo preparar un lugar para nosotros, así que nuestro destino debía estar arriba en el cielo. ¡Esta es la promesa del Señor! Pensé: “Lo que este libro dice es diferente a lo que el Señor dice, así que no puedo seguir leyéndolo”. Tras cerrar el libro me encontré en un estado de gran confusión mental y no supe qué era lo correcto hacer, así que oré al Señor una y otra vez: “¡Oh, Señor! Por favor, guíame y dirígeme. ¿Debo leer este libro o no? ¡Oh, Señor! Por favor, esclaréceme y guíame”. […] Después de orar, pensé cómo, tras leer este libro, sentí que mi relación con el Señor era más cercana, me sentí más entusiasmada en lo relacionado con mi fe y que mi espíritu había obtenido sustento. Sentí que, si lo hacía a un lado y dejaba de leerlo, regresaría a sentirme espiritualmente reseca. Ya que ese libro había sido increíblemente edificante para mí y como yo podía confirmar que había venido del Espíritu Santo y que nada proveniente de Él podía estar equivocado, sabía que no debía rechazarlo ni rehusarme a leerlo, aunque parte de su contenido no estuviera alineado con mis nociones. Después de reflexionar sobre todo esto, decidí que debía seguir leyendo antes de tomar una decisión.

Así pues, tomé nuevamente el libro y seguí leyendo: “El lugar de reposo del hombre está en la tierra y el lugar de reposo de Dios está en el cielo. Mientras el hombre adora a Dios en reposo vivirá sobre la tierra, y mientras Dios guía a la porción restante de la humanidad que está en reposo, los guiará desde el cielo, no desde la tierra” (‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”). Le di vueltas a esto en mi cabeza una y otra vez y pensé: “Este pasaje dice que el lugar de descanso de Dios está en el cielo y que, cuando el hombre descanse, adorará a Dios sobre la tierra. ¿Podría ser que el lugar de descanso del hombre realmente esté en la tierra, tal y como dice aquí? ¡Eso es imposible! El Señor Jesús ya dijo que debemos estar dondequiera que el Señor esté, y ya que el Señor Jesús resucitó y ascendió al cielo, ¡del mismo modo, seguramente nosotros también ascenderemos al cielo!”. Recordé cómo en los últimos años había estado recorriendo las calles para el Señor, cómo había soportado tanto sufrimiento. ¿Acaso todo ese sufrimiento no había sido para que yo pudiera subir al cielo y ya no experimentar el dolor del mundo? Si es como este libro dice, que en el futuro el hombre seguirá viviendo en la tierra, entonces ¿acaso no se vendrían abajo mis esperanzas? Me senté sobre la cama, incapaz de moverme, sintiéndome débil de pies a cabeza. Cuanto más pensaba en ello, más inquieta me sentía. Quise obtener algo de claridad sobre esto, así que corrí a casa de mi hermana.

Cuando llegué, vi a una mujer de mediana edad a quien mi hermana me presentó como la hermana Li. Poco después, les revelé lo que pensé tras haber leído este libro. Luego de escucharme, la hermana Li compartió esta enseñanza conmigo: “Hermana, todos los que creemos en el Señor, creemos que el Señor Jesús ha prometido prepararnos un lugar; que dondequiera que Él esté, nosotros estaremos también. Pensamos que, ya que el Señor regresó a los cielos, cuando Él regrese en el futuro, ciertamente nos recibirá en el cielo, donde viviremos junto a Él. Sin embargo, ¿alguna vez hemos pensado si este tipo de imaginación, este tipo de extrapolación es sostenible? Si fuera como lo imaginamos —que el Señor vendrá y nos llevará a vivir al cielo— entonces ¿no serían en vano las palabras del padrenuestro ‘Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo’ (Mateo 6:10) y la profecía que se encuentra en el Libro del Apocalipsis ‘He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos’ (Apocalipsis 21:3)? ¿Cómo podrían cumplirse? Si el destino final que Dios nos dará es el cielo, entonces, cuando Dios creó originalmente al hombre ¿qué significó que Él nos hiciera vivir en la tierra?” Yo no estaba ni remotamente convencida, y respondí: “Aunque esto es lo que se dijo en las Escrituras, el Señor mismo dijo: ‘Porque voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros’ (Juan 14:2-3). Después de que el Señor Jesús resucitó, ascendió al cielo, y aquí el Señor dice que irá a preparar un lugar para nosotros. Dice que donde Él esté, también nosotros podemos estar. Así pues, esto prueba que Dios nos prometió que ascenderemos al cielo para obtener la vida eterna y no que obtendremos la vida eterna sobre la tierra. ¡Esto es algo que nadie puede negar!” La hermana Li continuó pacientemente: “Hermana, es cierto que el Señor está preparando un lugar para aquellos que creen en Él, pero ¿este lugar está realmente en la tierra o arriba en el cielo? Eso no se menciona en estas palabras del Señor, así pues ¿en qué nos basamos cuando decimos que el lugar que Él está preparando para nosotros está en el cielo? ¿Es esta realmente la promesa del Señor o son nuestras nociones e imaginaciones? Para aquellos que creemos en el Señor, todas las cosas deben basarse en Su palabra; no debemos adulterar las palabras del Señor con nuestras propias nociones e imaginaciones y luego afirmar que eso es lo que Él quería decir. ¿No es esto explicar la palabra del Señor a través de nuestras ideas y motivos personales? ¿No es esto distorsionar la palabra del Señor? No podemos basarnos en lo que imaginamos en nuestra mente o en nuestros pensamientos y preferencias para explicar la palabra del Señor. Esto es un error. En Génesis 2:7-8, dice: “Y Jehová Dios formó al hombre a partir del polvo de la tierra e insufló en sus fosas nasales el aliento de vida, y el hombre se convirtió en un alma viva. Y Jehová Dios plantó un jardín en el Edén, al oriente, y puso ahí al hombre, a quien había formado”.* Queda claro que, en el principio, Dios creó al hombre en la tierra y, antes de que Dios creara al hombre, Él primero creó todas las cosas para preparar un ambiente apropiado para nuestra supervivencia. Podemos ver que la voluntad de Dios es que vivamos sobre la tierra. Además, en el padrenuestro, el Señor nos dice que oremos a Dios para que Su reino venga a la tierra. Está profetizado en el Libro del Apocalipsis: ‘El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo’ (Apocalipsis 11:15) y ‘El tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos’ (Apocalipsis 21:3). Podemos ver a partir de estos versículos y profecías que el lugar que Dios está preparando para nosotros está en la tierra y que nuestro destino futuro está en la tierra y no arriba en el cielo”. La enseñanza de la hermana Li era totalmente contraria a mis nociones. Simplemente no escuché lo que dijo. Me puse de pie y le expresé, muy enojada: “¡Ya he escuchado suficiente! ¡Durante todos estos años he estado recorriendo las calles, me he esforzado y he sufrido por el Señor para poder subir al cielo! Siempre he anhelado que el Señor me lleve a casa, en el cielo, para ya no sufrir en la tierra, pero tú estás diciendo que nuestro destino final está en la tierra. Esto es simplemente inaceptable para mí”. Después de decir esto, me di la vuelta para marcharme. Mi hermana menor corrió para tratar de hacerme entrar en razón: “Oye, ¿cómo puedes ser tan testaruda? ¿Está bien esta noción a la que te estás aferrando? No conoces el verdadero significado de que el Señor dijera ‘voy y preparo un lugar para vosotros’, sino que simplemente estás siguiendo tu propio parecer. ¿No es eso ser estúpido? ¡Esta no es la clase de actitud que los buscadores de la verdad deben tener! El Señor Jesús, a quien hemos estado anhelando, ya ha regresado: ¡Dios Todopoderoso es el Señor Jesús que ha regresado! ¡Ese libro que te di a leer contiene las declaraciones y palabras personales de Dios! El Señor, cuyo regreso hemos esperado todos los días para que pueda venir a recibirnos, ya ha regresado. Debemos escuchar atentamente. ¡Definitivamente, no podemos perdernos esta oportunidad única en la vida!”

Quedé impactada al oír a mi hermana decir todo esto. Simplemente no me atrevía a creer lo que oía: ¿el Señor ha regresado? ¿Es esto cierto? Luego, mi hermana dijo: “¿Acaso no dijiste antes que las palabras contenidas en este libro vienen del Espíritu Santo? Dijiste que leerlo te había traído un gran sustento, que obtuviste la obra del Espíritu Santo y que tu relación con el Señor fue más cercana. Ahora, piensa en esto: además de las propias palabras del Señor, ¿quién más puede hablar de una forma que logre este tipo de efecto? El Señor ha regresado ahora a llevar a cabo Su obra y a expresar nuevas palabras y podemos saborear la dulzura de las palabras de Dios. Si no buscamos y examinamos esto, si simplemente nos aferramos ciegamente a nuestras propias nociones e imaginaciones y al significado literal de la Biblia, con el tiempo eso nos arruinará. En su época, los fariseos, que eran bien versados en la Biblia, se aferraron ciegamente a la letra de esta, pero no trataron en absoluto de cuestionar si su propio entendimiento de la Biblia era correcto o si se ajustaba a la voluntad de Dios. En cambio, simplemente creyeron que cualquiera que no fuera llamado el Mesías no era el Salvador que habría de venir. Ellos simplemente no examinaron si el camino del Señor Jesús brindaba sustento a la vida del hombre o si podía proporcionar una senda de práctica. Simplemente se apegaron neciamente a sus nociones e imaginaciones y rechazaron ciegamente la salvación del Señor Jesús, y, finalmente, cometieron el atroz pecado de crucificar al Señor. ¡No podemos seguir los pasos de los fariseos y descender por su camino de resistencia a Dios!” Después de escuchar las palabras de mi hermana pensé que lo que ella decía era razonable. Solo las palabras del Señor son la solución a un espíritu reseco. Recordé cómo, desde que comencé a leer este libro, mi estado espiritual verdaderamente había mejorado cada vez más. Me dio fe en Dios y pude sentir la presencia del Señor. Incluso llegué a comprender algunas verdades. ¿Podría ser que las palabras de este libro verdaderamente fueran las declaraciones del Señor que ha regresado? El regreso del Señor es algo extraordinario. Yo sabía que no podía rechazar y juzgar esto ciegamente, sino que tenía que hacer un esfuerzo por estudiarlo y buscarlo. ¡No podía ser como aquellos fariseos que no buscaban la verdad sino que solo se aferraban a sus nociones y se resistían a Dios! En aquel momento me sentí tanto gratamente sorprendida como atemorizada. Gratamente sorprendida, porque creía en el Señor y anhelaba que regresara y me aceptara en el reino de los cielos donde pudiera vivir una vida libre de preocupaciones, donde ya no tuviera que vivir una vida de dificultades en la tierra, y ese día escuché la noticia del regreso del Señor. Fue algo verdaderamente gozoso y monumental. Tenía miedo porque si Dios Todopoderoso es el Señor que ha regresado, entonces mi sueño de esperar que el Señor me llevara al reino de los cielos se haría pedazos. […] Mi corazón estaba totalmente confundido: estaba plagado de distintas emociones. En esta impotencia, todo lo que pude hacer fue recurrir al Señor en oración: “¡Oh, Señor! Cada día he esperado que vengas para llevarme a Tu hogar celestial, pero ellos dicen que el lugar que Tú has preparado como mi destino final está aquí en la tierra. Yo verdaderamente soy incapaz de enfrentar este hecho. Realmente no quiero seguir viviendo una vida tan dura en la tierra. ¡Oh, Señor! En este momento mi corazón está sufriendo mucho; por favor, ayúdame y guíame de aquí en adelante”. Después de orar, vinieron a mi mente estas palabras del Señor Jesús: “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). ¡Es cierto! Al Señor le agradan aquellos que son pobres de espíritu, que buscan la verdad y solo ellos pueden entrar en el reino de los cielos. Yo debo ser pobre de espíritu: solo escuchar cuidadosamente su enseñanza está alineado con la voluntad del Señor.

Justo en ese momento, la hermana Li expresó: “El Señor dijo: ‘Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios’ (Mateo 5:8). Debemos escuchar la palabra del Señor; debemos ser puros de corazón para acoger el regreso del Señor. Aunque la obra que Dios lleva a cabo hoy no se ajuste a nuestras nociones o imaginaciones, todo lo que Dios hace es bueno; todo es por el bien de la humanidad y todo contiene la voluntad de Dios; en ella hay verdad que debemos buscar. Si no tenemos un entendimiento profundo, primero debemos hacernos a un lado y esforzarnos por buscar la verdad de modo que podamos recibir el esclarecimiento de Dios y comprender Su voluntad. Hermana, por favor, abre tu corazón y comparte cualquier cosa que todavía no tengas clara y podemos buscarlo juntas en comunión”. Sentí que lo que la hermana Li dijo tenía sentido y que debía calmarme y buscar, así que dije: “Hermana, hay una cosa que no comprendo. ¿Por qué nuestro destino final no estaría en el cielo sino, más bien, aquí en la tierra?” La hermana Li encontró Juan 3:13 “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, es decir, el Hijo del Hombre que está en el cielo” y Isaías 66:1 “El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies”, y me dio estos dos versículos para que los leyera. Luego dio enseñanza sobre el significado de estos dos pasajes. Su enseñanza trajo repentinamente luz a mi corazón: yo ya estaba familiarizada con estos versículos de la Biblia; así pues ¿realmente no había yo reflexionado antes en ellos? El Señor dice muy claramente que excepto por el Hijo del hombre que descendió del cielo, ningún hombre puede ascender a él, pues el cielo es el trono de Dios y la tierra es Su escabel; así pues, ¿cómo podría el hombre ser digno de subir al cielo? Dios creó al hombre en la tierra y hace que vivamos en ella. Desde el día mismo en el que Dios creó al hombre, este ha vivido y se ha multiplicado en la tierra, generación tras generación. Toda la obra de Dios de salvar a la humanidad también se ha llevado a cabo en la tierra. Esto fue predestinado por Dios hace mucho tiempo y es algo que nadie puede cambiar. Continuó y entrelazó la Biblia en su enseñanza y habló acerca de cómo el Señor dijo que Él prepararía un lugar para nosotros. Explicó que esto se refería a la aparición de Dios encarnado y a Su obra en la tierra en los últimos días y que Él había predestinado que naciéramos en los últimos días, que escucháramos Su voz, que fuéramos capturados delante del trono de Dios, que aceptáramos Su juicio y purificación de los últimos días y, finalmente, que fuéramos guiados hacia el reino de Dios. Este es el verdadero significado de las palabras “donde yo estoy, allí estéis también vosotros” (Juan 14:3). ¡Vi que el reino de Dios está, en realidad, sobre la tierra y que el destino final de la humanidad está en ella y no en el cielo! Todo ese tiempo había estado viviendo dentro de mis propias nociones e imaginaciones; había limitado el regreso de Dios a simplemente llevarme al cielo a vivir, ¡pero eso no estaba, en absoluto, alineado con la voluntad del Señor ni con los hechos! Sin embargo, como yo todavía no estaba dispuesta a vivir este tipo de vida en la tierra, siendo afligida por Satanás. Luego le expliqué a la hermana Li lo que pensaba.

Después de escucharme, la hermana Li abrió La Palabra manifestada en carne y me leyó un pasaje de la palabra de Dios Todopoderoso: “Una vida en el reposo es una vida sin guerra, sin inmundicia, sin una persistente injusticia. Es decir, sin el acoso de Satanás (aquí ‘Satanás’ se refiere a las fuerzas hostiles), ni la corrupción de Satanás, así como la invasión de cualquier fuerza que se oponga a Dios. Todos siguen a los de su propia especie y adoran al Señor de la creación. El cielo y la tierra están completamente tranquilos. Esta es la vida apacible de la humanidad. […] Después de que Dios y el hombre entren en el reposo, Satanás ya no existirá y, como Satanás, esa gente malvada tampoco existirá. Antes de que Dios y el hombre entren en el reposo, esos malvados individuos que una vez persiguieron a Dios sobre la tierra y los enemigos que fueron desobedientes a Él sobre la tierra ya habrán sido destruidos; los grandes desastres de los últimos días los habrán destruido. Después de que esos malvados individuos hayan sido destruidos por completo, la tierra nunca más volverá a conocer la persecución de Satanás. La humanidad obtendrá la salvación completa y sólo entonces será que la obra de Dios termine por completo. Estos son los prerrequisitos para que Dios y el hombre entren en el reposo” (‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”).

A través de la lectura de las palabras de Dios Todopoderoso llegué a comprender que, aunque seguiremos viviendo en la tierra, una vez que Dios dé por concluida Su etapa final de la obra de salvar a la humanidad, Satanás será destruido, y, en nuestra vida terrenal, jamás volveremos a ser molestados por él, jamás volveremos a afanarnos ni estaremos angustiados y no habrá lágrimas ni suspiros. Será como cuando Adán y Eva vivían en el Jardín del Edén. Seremos libres de adorar a Dios y viviremos una vida hermosa y bendecida donde Dios está con el hombre. Este es el destino final de la humanidad y esto es lo que Dios finalmente llevará a cabo en Su obra de los últimos días. ¡Es fantástico, en verdad! En ese momento, exclamé: “¿Quién podría explicar tan claramente el destino final de la humanidad? ¿Quién podría planear el resultado de la humanidad? ¡Solo Dios podría hacer esto!” Reconocí la voz de Dios dentro de las palabras de Dios Todopoderoso ¡y vi que la obra de Dios Todopoderoso es la aparición y la obra de Dios! Las nociones que había dentro de mí finalmente se habían disipado y acepté alegremente la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, regresando ante el trono de Dios.

Aprender más: ¿Qué es el arrebatamiento?

¿Qué tipo de personas pueden ser arrebatados y entrar en el reino de los cielos?

Muchos hermanos y hermanas piensan que gastar y sacrificarse fervientemente por el Señor Jesús, trabajar duro, sufrir mucho y tener buenos hechos son comportamientos de seguir la voluntad del Padre celestial, y con que hagan de esta manera, serán arrebatados al reino de los cielos. Entonces, ¿dicha opinión se ajusta con la voluntad del Señor Jesús?

Muchos hermanos y hermanas piensan que gastar y sacrificarse fervientemente por el Señor Jesús, trabajar duro, sufrir mucho y tener buenos hechos son comportamientos de seguir la voluntad del Padre celestial, y con que hagan de esta manera, serán arrebatados al reino de los cielos. Entonces, ¿dicha opinión se ajusta con la voluntad del Señor Jesús?

El Señor Jesús dijo: «No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?. Y entonces les declararé: Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad» (Mateo 7:21-23). Sí realmente puedan entrar en el reino de los cielos en la forma que creen, ¿por qué el Señor Jesús dijo que aquellos que predicaban y obraban en Su nombre eran los hacedores de maldades? Entonces, ¿trabajar duro y sufrir mucho significan seguir la voluntad del Padre celestial? ¿Cómo buscamos para podemos convertirnos en un hombre que hace la voluntad del Padre celestial, y ser traídos al reino de los cielos por Dios? El vídeo destacado de la Películas cristianas en español «Recuerdos que escuecen»: ¿Cuáles son los criterios para entrar en el reino de los cielos?, te revelará la respuesta.

La palabra de Dios Todopoderoso dice: «Ahora es el momento en el que determino el final para cada hombre, no la etapa en la que comencé a obrar en el hombre. Escribo en Mi libro las palabras y acciones de cada hombre, así como su trayectoria como Mi seguidor, sus características inherentes, y su desempeño final. De esta manera, ninguna actitud del hombre escapará de Mi mano y todos estarán con su propia especie según Yo lo designe. Yo decido el destino de cada hombre no en base a su edad, antigüedad, cantidad de sufrimiento ni, mucho menos, según el grado de compasión que provoca, sino en base a si posee la verdad. No hay otra decisión que esta. Vosotros debéis daros cuenta de que todos aquellos quienes no siguen la voluntad de Dios serán castigados. Este es un hecho inmutable. Por lo tanto, todos aquellos quienes son castigados, reciben castigo por la justicia de Dios y como retribución por sus acciones malvadas.«

De «La Palabra manifestada en carne» 

Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation. 

Con que dominen tres estándares para entrar en el reino de los cielos, podrán encontrar el camino hacia él.

El Señor Jesús dijo una vez: “No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).

 

para entrar en el reino de los cielos,

Hoy analizamos cuáles son los tres estándares para entrar en el reino de los cielos. Dios dice: “Si una persona puede o no ser salvada no depende de cuánta obra realice ni de cuánto se entregue, más bien está determinado por su conocimiento o desconocimiento de la obra del Espíritu Santo, por si pone o no en práctica la verdad y por si sus opiniones respecto a la búsqueda están en conformidad con la verdad”.

Este pasaje de la Palabra de Dios nos cuenta el fundamento de ser salvo y ser salvo es la clave de entrar en el reino de los cielos. Es decir, si podemos entrar en el reino de los cielos o no depende de si somos capaces de alcanzar los tres estándares mencionados aquí. Vamos a comunicar en detalle.

Primero: Conocer la obra del Espíritu Santo

¿Qué representa tener conocimiento de la obra del Espíritu Santo? Esto representa tener el conocimiento de Dios. No conocer la obra del Espíritu Santo significa no conocer a Dios. Porque el Espíritu Santo es Dios y Dios es el Espíritu Santo. Si podemos entrar en el reino de los cielos o no tiene mucho que ver con si somos capaces de conocer la obra del Espíritu Santo, lo cual es algo muy importantes. Al igual que cuando el Señor Jesús estaba obrando, Pedro no tenía un entendimiento genuino de Él al principio, pero luego vio la autoridad y el poder del Señor por Su obra y palabras, al final reconoció que Él era Dios. Pedro fue alabado por Dios recibiendo la llave del reino de los cielos también fue por esta causa. Así que esto es el primer estándar de entrar en el reino de los cielos.

Segundo: Poner en práctica las enseñanzas de Dios

El Señor Jesús dijo una vez: “No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Aquí lo que dijo el Señor “el que hace la voluntad de mi Padre” se refiere a aquel que obedece y práctica la Palabra de Dios incondicionalmente en todas las cosas. Solo él puede ser salvado por Dios y entrar en el reino de los cielos. Recordando la Era del Antiguo Testamento, cuando Abraham escuchó que Dios le pidió que devolviera a su único hijo a Dios, aunque Abraham le dolía el corazón al hacerlo, podía soportar el dolor y abandonar lo que amaba actuando lo que Dios requirió. Así que, finalmente recibió la bendición de Dios. De aquí, se puede ver que Poner en práctica las enseñanzas de Dios también es uno de los estándares que determina si somos cualificados o no para entrar en el reino de los cielos.

Tercero: Tener opiniones sobre la búsqueda que conformen con la verdad

Las palabras de Dios dicen: “Si lo que buscas es la verdad, lo que pones en práctica es la verdad y lo que obtienes es un cambio en tu carácter, entonces, la senda que transitas es la correcta. Si lo que buscas son las bendiciones de la carne, si lo que pones en práctica es la verdad de tus propias nociones y no hay un cambio en tu carácter ni eres en absoluto obediente a Dios en la carne, sino que sigues viviendo en la ambigüedad, entonces lo que buscas te llevará sin duda al infierno, porque la senda por la que caminas es la del fracaso. Que seas perfeccionado o eliminado depende de tu propia búsqueda, lo que equivale a decir que el éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine”.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

De la Palabra de Dios, se ve que diferentes opiniones sobre la búsqueda pueden causan diferentes finales. Como Job y Pedro, buscaron conocer y amar a Dios en vez de obtener recompensas y corona. Y además, pudieron alabar el nombre de Dios en las pruebas, emprender el camino de temer a Dios y rechazar el mal, y finalmente dieron un fuerte testimonio de Dios. Sin embargo, aquellos que trabajan duro para el Señor en apariencia, en las profundidades de su corazón, lo hacían con el fin de obtener bendiciones, fueron rechazados por Dios. Por eso, “Tener opiniones sobre la búsqueda que conformen con la verdad” también es uno de los estándares de entrar en el reino de los cielos.

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Las señales de la venida del Señor se han cumplido, ¿cómo podemos buscar las huellas de Dios para recibir al Señor? La predica cristiana escrita 2020 le traerá el camino de recibir el regreso del Señor. Haga clic en el enlace para discutir y comunicarse con nosotros. 

Reflexion cristiana | ¿Aquellos que viven en el ciclo de pecar y confesarse pueden entrar en el reino de los cielos?

Reflexion cristiana | ¿ Aquellos que viven en el ciclo de pecar y confesarse pueden entrar en el reino de los cielos?

¿  Aquellos-que-viven-en-el-ciclo-de-pecar-y-confesarse-pueden-entrar-en-el-reino-de-los-cielos-768x432

Reflexion cristiana | ¿ Aquellos que viven en el ciclo de pecar y confesarse pueden entrar en el reino de los cielos?

Últimamente, la hermana Ella quien lleva más de 20 años creyendo en el Señor, nos envió mensajes por Messenger: “No puedo controlar mi mal humor y siempre me enojo con mi esposo y mi hijo cada vez cuando lo que dicen y hacen de no está en línea con mi voluntad. Aunque a menudo me arrepiento y me encuentro llena de remordimientos, siempre oro a Dios para confesar mi pecado, pero cuando me encuentro con cosas similares no puedo controlarme de nuevo. Me siento muy triste por vivir en el pecado y ser incapaz de practicar las enseñaza del Señor, especialmente al ver lo que se dice en la Biblia: ‘[…] seréis, pues, santos porque yo soy santo’ (Levítico 11:45)”. Dios es santo, no se puede ver a Dios mientras se vive en el pecado, así que, me preocupo cada vez más, no estoy segura de que si pueda entrar en el reino de los cielos. Por eso,les pregunté a los pastores ya los hermanos y hermanas de la iglesia, sin embargo, me dijeron que esto ocurría en toda familia, y solo teníamos que entregarlo en las manos del Señor y confesar nuestros pecados a Él, nos llevará al reino celestial cuando venga ”. Tras de escuchar de eso, no siento que hay cierta confirmación sobre lo que dijeron, este punto de vista no se ajusta con las palabras de Dios . ¿ Cuáles son sus opiniones acerca de esta cuestión?”.

Bienvenido a mi plataforma! Aunque hemos sido perdonado porque creemos en el Señor, aún vivimos en el pecado siendo incapaces de liberarnos de él. La Escritura dice, “Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. Entonces, ¿ pueden los que a menudo pecan entrar en el reino de Dios? ¿ Cómo deshacerse de la esclavitud del pecado y ser limpiado para entrar en el reino de los cielos? Haga clic en el enlace para unirse al chat en cualquier momento, responderemos sus preguntas a través de Messenger.

Scripture quotations taken from  LBLA . Copyright by The Lockman Foundation.

 

Película evangélica «El momento de la transformación» Escena 2 – El único camino para ser ascendido al reino de los cielos

Algunas personas creen que, puesto que Dios fue capaz de crear los cielos, la tierra y todas las cosas con una palabra, y fue capaz de resucitar a los muertos con una palabra, Él también será capaz de transformar nuestra imagen inmediatamente, convertirnos en santos y elevarnos a las alturas para encontrarnos con el Señor cuando regrese en los últimos días.

El Señor Jesús dijo: «Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí». De las palabras del Señor Jesús, sabemos que Cristo es el único camino para que entremos en el reino de los cielos. Pero, cuando el Señor Jesús regrese, ¿qué tipo de obra hará? ¿Cómo podemos lograr el sueño que entrar en el reino de los cielos? El video corto «El único camino para ser ascendido al reino de los cielos», que nos dice la verdad a este respecto.

Escenas de película evangélica: El único camino para ser ascendido al reino de los cielos

Algunas personas creen que, puesto que Dios fue capaz de crear los cielos, la tierra y todas las cosas con una palabra, y fue capaz de resucitar a los muertos con una palabra, Él también será capaz de transformar nuestra imagen inmediatamente, convertirnos en santos y elevarnos a las alturas para encontrarnos con el Señor cuando regrese en los últimos días. ¿Es realmente así como seremos ascendidos al reino de los cielos? ¿Es la obra del regreso de Dios en los últimos días tan sencilla como la imaginamos? Dios dice: «Debéis daros cuenta de ello, y no debéis simplificar las cosas. La obra de Dios no es como ninguna obra ordinaria. Su maravilla no puede ser concebida por la mente del hombre, y su sabiduría no puede ser alcanzada por el hombre. Dios no está creando todas las cosas, y tampoco las está destruyendo. Más bien, Él está cambiando toda Su creación y purificando todas las cosas que han sido contaminadas por Satanás. Por lo tanto, Dios iniciará una obra de gran magnitud, y este es el significado total de la obra de Dios. De estas palabras, ¿crees que la obra de Dios es tan sencilla?» (La Palabra manifestada en carne). Nadie puede comprender la obra ni la sabiduría de Dios. Sólo Dios mismo puede revelar el misterio de cómo serán arrebatados los creyentes en los últimos días, de cómo Él realizará la obra de juicio para purificar a la gente… ¡Este breve vídeo te introducirá al conocimiento del único camino para ser ascendido al reino de los cielos tras el regreso del Señor!

¡Bienvenido a mi plataforma! Aunque hemos sido perdonado porque creemos en el Señor, aún vivimos en el pecado siendo incapaces de liberarnos de él. La Escritura dice, “Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. Entonces, ¿pueden los que a menudo pecan entrar en el reino de Dios? ¿Cómo deshacerse de la esclavitud del pecado y ser limpiado para entrar en el reino de los cielos? Haga clic en el enlace para unirse al chat en cualquier momento, responderemos sus preguntas a través de Messenger.

 

La relación entre el juicio en los últimos días y la entrada en el reino de los cielos

En el mundo religioso hay muchos que creen que siempre que guarden el nombre del Señor, crean firmemente en su promesa y trabajen laboriosamente por el Señor, podrán ser arrebatados y entrar en el reino de los cielos cuando Él regrese. ¿Realmente se puede entrar en el reino de los cielos creyendo así en el Señor?

Película evangélica «Recuerdos que escuecen» Escena 5 – La relación entre el juicio en los últimos días y la entrada en el reino de los cielos

En el mundo religioso hay muchos que creen que siempre que guarden el nombre del Señor, crean firmemente en su promesa y trabajen laboriosamente por el Señor, podrán ser arrebatados y entrar en el reino de los cielos cuando Él regrese. ¿Realmente se puede entrar en el reino de los cielos creyendo así en el Señor? ¿Qué nos ocurrirá exactamente si no aceptamos la obra de juicio de Dios Todopoderoso en los últimos días? Dios Todopoderoso dice: «El Cristo de los últimos días trae la vida y trae el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará. Si no buscas el camino de la vida que el Cristo de los últimos días provee, entonces nunca obtendrás la aprobación de Jesús y nunca estarás calificado para entrar por la puerta del reino de los cielos […] Cristo es la puerta para que el hombre entre al reino durante los últimos días, que nadie puede evitar. Nadie puede ser perfeccionado por Dios excepto por medio de Cristo» (La Palabra manifestada en carne). Para obtener una comprensión más detallada, tendrás que ver este vídeo corto.

¿Cómo poder obtener el camino de la vida eterna concedido por el Señor?

Al hablar del mayor deseo de los creyentes del Señor, muchos hermanos y hermanas responderían que es entrar en el reino celestial y obtener la vida eterna. Porque el Señor Jesús dijo: “pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna” (Juan 4:14).

Cómo poder obtener el camino de la vida eterna concedido por el Señor

¿Cómo poder obtener el camino de la vida eterna concedido por el Señor?

Al hablar del mayor deseo de los creyentes del Señor, muchos hermanos y hermanas responderían que es entrar en el reino celestial y obtener la vida eterna. Porque el Señor Jesús dijo: “pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna” (Juan 4:14). Tras leer estas palabras del Señor Jesús, muchas personas piensan que Él es la fuente del agua de vida y tiene el camino de vida eterna, pues, ya lo han conseguido por la fe en Él, y mientras confiesan y se arrepienten de sus pecados según Sus enseñanzas, trabajan duro y pagan el precio por la predicación de Su evangelio, podrán ser arrebatados al reino de los cielos y lograr la vida eterna. Sin embargo, hay algunos hermanos y hermanas plantean su duda: “Aunque tenemos unas buenas acciones superficiales al creer en el Señor, innegablemente, todavía somos atados por el pecado frecuentemente, vivimos en un círculo de pecar durante el día y confesar por la noche, y como el Señor dijo claramente: ‘En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre’ (Juan 8:34-35). A menudo pecamos, entonces somos esclavos del pecado, no somos cualificados para entrar en el reino de los cielos ni para obtener la vida eterna, así que ¿cómo se puede decir que hemos conseguido el camino de la vida eterna?”. En cuanto a esto, hay gente no puede evitar pensar en por qué no es capaz de ganar la vida eterna ya que ha obtenido el camino del arrepentimiento concedido por el Señor. ¿Cuál es la diferencia entre el camino del arrepentimiento y el de la vida eterna? ¿Cómo podemos conseguir el camino de la vida eterna dado por el Señor? ¡El programa de hoy les va a revelar respuestas! ¡Por favor, presten atención!

1 Vídeo de himnos de la palabra de Dios: ¿Conoces la fuente de la vida eterna?
2 Escena de película evangélica: ¿Quién verdaderamente concedió el camino de la vida eterna a la humanidad?
3 Vídeo de himnos de la palabra de Dios: Cristo de los últimos días trae el camino de la vida eterna
4 Escena de película evangélica: Diferencias entre el camino del arrepentimiento y el camino de la vida eterna
5 Escena de película evangélica: ¿Cómo obtener “el camino de la vida eterna”?
6 Vídeo de himnos de la palabra de Dios: Abandona tus nociones religiosas para que Dios te perfeccione
7 Escena de película evangélica: Dios Todopoderoso otorga al hombre el camino de vida eterna
8 Vídeo de las palabras de Dios Todopoderoso: Sólo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna
9 Vídeo de himnos de la palabra de Dios: Cristo de los últimos días ha traído la Era del Reino

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

La palabra de la mala hierba entre el trigo

Referencias Bíblicas: Mateo 13:24-43

24 Otra parábola les propuso, diciendo: El reino de los cielos es semejante al hombre que siembra buena simiente en su campo:

25 Mas durmiendo los hombres, vino su enemigo, y sembró cizaña entre el trigo, y se fué.

Referencias Bíblicas: Mateo 13:24-43

24 Otra parábola les propuso, diciendo: El reino de los cielos es semejante al hombre que siembra buena simiente en su campo:

25 Mas durmiendo los hombres, vino su enemigo, y sembró cizaña entre el trigo, y se fué.

26 Y como la hierba salió é hizo fruto, entonces apareció también la cizaña. Continuar leyendo «La palabra de la mala hierba entre el trigo»