La fe de un centurión (Mateo 8:5-13)
Y entrando Jesús en Capernaum, vino á él un centurión, rogándole,
Y diciendo: Señor, mi mozo yace en casa paralítico, gravemente atormentado.
Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; mas solamente di la palabra, y mi mozo sanará.
Porque también yo soy hombre bajo de potestad, y tengo bajo de mí soldados: y digo á éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y á mi siervo: Haz esto, y lo hace.
La fe de un centurión (Mateo 8:5-13)
Y entrando Jesús en Capernaum, vino á él un centurión, rogándole,
Y diciendo: Señor, mi mozo yace en casa paralítico, gravemente atormentado.
Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; mas solamente di la palabra, y mi mozo sanará.
Porque también yo soy hombre bajo de potestad, y tengo bajo de mí soldados: y digo á éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y á mi siervo: Haz esto, y lo hace. Continuar leyendo «La fe de un centurión»