Cómo orar para obtener la obra del Espíritu Santo

La Palabra de Dios dice: “[…] algunas personas adoptan la posición errónea cuando oran, e independientemente de que se conforme o no a la voluntad de Dios, le exigen recibir lo que piden. Como resultado, cuanto más oran más insulsos se vuelven.

Por Cindy, Estados Unidos

La oración es la forma en que nosotros, como cristianos, nos acercamos a Dios, así como una condición necesaria para que seamos conmovidos por el Espíritu Santo, e iluminados y guiados por Dios. Si oramos genuinamente a Dios, y entendemos los principios y prácticas de la oración, cuando encontremos dificultades o dilemas en nuestra vida, podremos enfrentarlos de una manera relajada.

¿Cómo pueden los cristianos obtener la obra del Espíritu Santo y afrontar los desafíos de la vida con facilidad? Por medio de la oración y la búsqueda, la lectura de la palabra de Dios y la consulta de pasajes de las Escrituras relevantes, recientemente he encontrado algunas formas.

1. Las oraciones sinceras pueden provocar un giro

Jehová Dios dijo: “Me invocaréis, y vendréis a rogarme, y yo os escucharé” (Jeremías 29:12). Dios nos ha dicho claramente que mientras le pidamos ayuda genuinamente en oración, nos ayudará en tiempos difíciles. Hay muchas historias registradas en la Biblia de situaciones que se están dando la vuelta y problemas que se resuelven a través de la oración. Por ejemplo, cuando Josué llevó a los israelitas a la guerra con los amorreos, oró a Jehová Dios y Dios escuchó su oración y luchó por los israelitas. Finalmente, los amorreos fueron derrotados (véase Josué 10:1-14). Y estaban los Ninivitas, que se volvieron corruptos y malvados hasta un punto que ofendió el carácter de Dios, pero cuando el profeta Jonás les comunicó la advertencia de Dios, se vistieron cilicio y cenizas, y ayunaron y oraron durante 40 días, así como renunciaron completamente a sus malos caminos dentro de sus corazones. Cuando Dios vio a los Ninivitas arrepentirse de verdad, les mostró compasión y les permitió seguir viviendo (véase Jonás 3). Otra historia tiene lugar después de que la nación de Israel se derrumbó; los judíos en tierras extranjeras eran incriminados por un noble malvado y estaban en peligro de ser asesinados. En esta crisis, Ester guió a sus conciudadanos judíos a ayunar y orar durante tres días y tres noches y arriesgó voluntariamente su vida para ir a ver al rey. Jehová oyó sus oraciones y, en última instancia, el hombre malvado fue ejecutado. El pueblo judío evitó una gran catástrofe. En esa tierra extranjera también escaparon de convertirse en esclavos y ganaron el respeto y la bondad de los demás (véase Ester 3-8). Podemos ver en estos acontecimientos que cuando miramos genuinamente a Dios y le ofrecemos oraciones sinceras, pueden ocurrir cosas inimaginables.

2. Razones por las que no podemos obtener la obra del Espíritu Santo a través de nuestras oraciones

Tal vez algunos hermanos y hermanas digan: “También oramos a Dios cuando nos enfrentamos a dificultades, pero después de orar por un tiempo todavía no hay resolución. Parece que Dios no escucha nuestras oraciones”. Dios es un Dios fiel, y mientras le oremos sinceramente, él escuchará. Si nuestras oraciones no son aceptadas por Dios, es seguro que hay un problema con nuestras oraciones. En momentos como ese, debemos venir inmediatamente ante Dios y reflexionar sobre la razón por la que nuestras oraciones no estaban en consonancia con la voluntad de Dios, y luego buscar el camino adecuado. A continuación, compartimos en forma concisa algunas razones por las que no podemos obtener la guía del Espíritu Santo.

a. Cuando oramos ¿Estamos genuinamente pidiendo a Dios?

La mayor parte del tiempo, debido a que carecemos de conocimiento genuino de la soberanía y la omnipotencia de Dios, cuando encontramos dificultades en la vida en nuestros corazones confiamos en nosotros mismos y en los que nos rodean, a pesar de que aparentamos estamos orando y confiando todo a Dios. Ese tipo de oración es sólo para mantener las apariencias y es por eso por lo que es poco probable que Dios lo escuche. Por ejemplo, hay una hermana en mi iglesia: había un préstamo que su familia había tomado que tenía que ser pagado pronto, y el principal y los intereses sumaban más de 500.000 yuanes. Tenían sólo tres días para pagarlo, de lo contrario los llevarían a la corte. Frente a esta dificultad, a pesar de que oró a Dios, nunca se sintió totalmente segura en su corazón. Ella y su esposo se apresuraron a hacer uso de sus conexiones, pidiendo prestado dinero donde pudieron, pero no pudieron recolectar lo suficiente. En su ansiedad e impotencia, esta hermana vino ante Dios y oró genuinamente y clamó a Dios, además de que buscó la voluntad de Dios dentro de Sus palabras. Al leer las palabras de Dios entendió que todo estaba en Sus manos, Dios tenía Su tiempo para que el préstamo fuera pagado, y que debía dejarlo en las manos de Dios y obedecer Su orden y arreglos. Una vez que cambió su actitud y confió genuinamente en Dios, estando dispuesta a obedecer Su orden y arreglos, un inquilino que se quedaba en su casa tomó la iniciativa de buscarla y pagar un año de alquiler, así como prestarle algo de dinero. Al final, esa crisis familiar se evitó milagrosamente. Ella comprendió la voluntad de Dios a partir de eso y vio que aunque creía en Dios, nunca lo había entendido. Cuando los problemas estaban en el horizonte, a pesar de que ella había orado a Dios, eso estaba pasando por las mociones. La realidad era que todavía estaba tratando de confiar en su propio pensamiento y capacidades para lidiar con ello. Ella no había sido capaz de sentir y experimentar el gobierno de Dios en ese tipo de ambiente, y como resultado se convirtió en alguien que decía creer en Dios, pero no tenía un lugar para Dios en su corazón. Dios había permitido que ese ambiente llegara sobre ella para que aprendiera a confiar verdaderamente en Dios y a experimentar Su obra de una manera muy real. Esto fue para que pudiera obtener una verdadera comprensión de la soberanía y la omnipotencia de Dios, y realmente confiar en Él en los desafíos futuros.

Está claro que lo que nosotros como seres humanos dedicamos y nos esforzamos no determina el resultado de un asunto, pero todo está decidido por el gobierno de Dios. Es como Jehová Dios dijo en la Biblia: “[…] «No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu» […]” (Zacarías 4:6). Dios dice: “Algunas veces, esperar en Dios no significa pedirle que haga algo utilizando palabras específicas o solicitarle una guía o protección específica. Más bien, es cuando las personas se encuentran con algún problema que pueden clamar a Él de una manera sincera. Así pues, ¿qué hace Dios cuando las personas claman a Él? Cuando el corazón de alguien se conmueve y esa persona piensa ‘Oh, Dios. Yo no puedo hacer esto por mí mismo; no sé cómo hacerlo y me siento débil y negativo’, cuando surgen estos pensamientos en ella ¿acaso Dios no lo sabe? Cuando claman a Dios de esta manera, con sinceridad, ¿Dios accede a ayudarles? A pesar del hecho de que tal vez no hayan pronunciado una sola palabra, muestran sinceridad y, así, Dios accede a ayudarles. Cuando alguien se encuentra con una dificultad especialmente espinosa, cuando no tiene a nadie a quien acudir y cuando se siente particularmente indefenso, pone toda su esperanza en Dios. ¿Cómo son sus oraciones? ¿Cuál es su estado mental? ¿Es esa persona sincera? ¿Existe alguna adulteración en ese momento? Es sólo cuando confías en Dios como si Él fuera lo último a lo que puedes aferrarte para salvar tu vida, esperando que Él te ayude, que tu corazón es sincero. Aunque tal vez no hayas dicho mucho, tu corazón ya se ha conmovido. Esto es, que le das tu corazón sincero a Dios y Dios escucha. Cuando Dios escucha, ve tus dificultades, y te esclarecerá, te guiará y te ayudará” (De “Capítulo 63. Los creyentes primero necesitan comprender las tendencias malvadas del mundo” en “Registros de las pláticas de Cristo”).

Al leer cuidadosamente la palabra de Dios podemos ver que un cambio en un evento es una verdadera manifestación de la soberanía y la omnipotencia de Dios. Debido a que Dios es el Creador, y gobierna sobre todas las cosas y tiene todo a Su alcance, todas las cosas son posibles. Al igual que cuando Josué fue a la guerra con los cinco reyes amorreos (el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis, el rey de Eglón), se enfrentaba a un gran ejército enemigo, por lo que realmente oró y clamó a Jehová Dios. Dios oyó su oración y apoyó a los israelitas, haciendo que el ejército amorita colapsara y cayera en el caos frente a los israelitas. En última instancia, Josué llevó a su pueblo a la victoria sobre los amorreos. Podemos ver de esto que cuando encontramos dificultades, debemos orar y clamar a Dios con un corazón genuino y una actitud sincera, diciéndole cuáles son nuestras deficiencias y dificultades y buscando Su voluntad, iluminación y guía. El Espíritu de Dios puede ver todas las cosas; si ve que somos genuinos, nos dará fe y fortaleza, y nos guiará para resolver nuestras dificultades y problemas.

b. ¿Nuestras oraciones son razonables y obedientes?

Todos pensamos que, dado que creemos en Dios, no importa lo que nos falte, lo que necesitemos o las dificultades que encontremos, siempre y cuando oremos y clamemos a Dios, Él aceptará nuestras peticiones. Pensamos en Dios como una cornucopia, como un cofre del tesoro; cualesquiera que sean nuestras peticiones, serán atendidas. Por ejemplo, cuando estamos en la escuela, pedimos que Dios nos conceda inteligencia y sabiduría para que podamos hacerlo bien en nuestras pruebas y obtener buenas calificaciones; cuando buscamos trabajo, le pedimos a Dios que nos arregle para obtener una buena posición y nos permita ganar un buen ingreso sin demasiado esfuerzo; al buscar pareja, le pedimos a Dios que nos ayude a encontrar una buena media naranja para que podamos tener una familia feliz; cuando alguien en nuestra familia se enferma o algo inesperado sucede, le pedimos a Dios aún más por el cuidado y la protección de Dios, para que pueda acabar con esas dificultades lo antes posible. Le pedimos a Dios que proteja a nuestra familia de enfermedades y desastres para que todo en casa sea pacífico y salga bien. Siempre oramos a Dios de esta manera, pero ¿están nuestras oraciones en línea con Su voluntad?

La Palabra de Dios dice: “[…] algunas personas adoptan la posición errónea cuando oran, e independientemente de que se conforme o no a la voluntad de Dios, le exigen recibir lo que piden. Como resultado, cuanto más oran más insulsos se vuelven. Cuando oras, independientemente de lo que pida, desee y exija tu corazón, o cuando deseas ocuparte de algunos asuntos que no entiendes del todo y le pides a Dios sabiduría, fuerza o esclarecimiento, debes ser razonable en tu forma de hablar. Si no lo eres, y te arrodillas y oras: ‘Dios, dame poder y déjame ver mi naturaleza; te pido que lo hagas. O, te pido que me des esto o aquello, Te pido que me dejes ser de esta forma o de aquella’, esta palabra ‘pedir’ conlleva un elemento de fuerza, y es como ejercer presión sobre Dios para que Él lo haga. Lo que es más, estás predeterminando tus propios asuntos. El Espíritu Santo ve tales oraciones así: como ya lo has predeterminado tú mismo y quieres hacerlo así, ¿cuál será el resultado de este tipo de oración? […] Cuando vienes a la presencia de Dios para orar, debes pensar sobre cómo hablar razonablemente y qué decir para poder convertir tu condición interior en piedad. Humíllate, luego eleva una oración y sentirás algo” (De ‘Capítulo 33. El sentido y la práctica de la oración’ en “Registros de las pláticas de Cristo”).

Dios es el Señor de la creación — Él es el Creador y el Gobernante de todas las cosas en todo el universo, mientras que nosotros los seres humanos somos simplemente minúsculos pequeños seres creados. Aunque hemos sido elevados por Dios y hemos venido ante Él, recibiendo Su riego y pastoreo, nuestro estatus sigue siendo el de la humanidad corrupta. Así que cuando oramos, debemos estar en la posición de un ser creado y simplemente compartir nuestras dificultades con Dios, pidiéndole que lo cuide como lo desee. No podemos simplemente exigir ciegamente a Dios, pedirle que actúe de acuerdo con nuestra propia voluntad, para satisfacer nuestros extravagantes deseos carnales. Si no conocemos nuestro lugar, y en cambio siempre le hacemos exigencias irrazonables, constantemente exigiendo gracia y bendiciones de Él, y cuando nos concede lo que pedimos, damos gracias y alabamos a Dios, pero si las condiciones del momento no son como deseamos, culpamos a Dios o incluso tratamos de razonar con Él, entonces ¿no es esto arrogante e irrazonable? Es como un niño que nunca cuida ni es considerado con sus padres, nunca cumple con los deberes y responsabilidades de un niño, pero siempre les exige artículos. En el momento en que sus padres no satisfacen totalmente sus demandas, los culpan y los reprenden. Sus padres ciertamente dirían que ese niño carece de conciencia, y no estarían complacidos con ellos. Del mismo modo, cuando nos presentamos ante el Creador, si nos falta una actitud de piedad, siempre pidiendo a Dios esto, exigiendo, ciertamente no traeremos a Dios gozo, y no aceptará nuestras oraciones.

Es por eso que debemos venir ante Dios en oración y pidiendo con un corazón de reverencia cuando nos enfrentamos a dificultades. No importa cuál sea el resultado final, tenemos que estar en la posición de un ser creado y someternos al gobierno y los arreglos de Dios. No podemos quejarnos ante Dios. Este es el único tipo de oración que es aceptada por Dios.

c. ¿Está el contenido de nuestras oraciones en consonancia con la voluntad de Dios?

A menudo oramos a Dios por cosas carnales, como buena comida, ropa y disfrute material. Por ejemplo, a veces oramos para que Dios nos bendiga para que ganemos más dinero y nos enriquezcamos; a veces oramos para que nuestros hijos entren en una buena universidad para que puedan salir adelante en la vida y llevar honor a la familia; a veces oramos por la seguridad y el éxito en el trabajo para nosotros y nuestras familias. Pero ¿alguna vez hemos pensado en si Dios aprueba este tipo de oraciones? El Señor Jesús una vez nos enseñó: “Por tanto, no os preocupéis, diciendo: «¿Qué comeremos?» o «¿qué beberemos?» o «¿con qué nos vestiremos?». Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas” (Mateo 6:31-32). Podemos entender de la palabra del Señor Jesús que hacer siempre peticiones de Dios por las cosas carnales —lo que comemos y lo que llevamos— no tiene sentido. Eso es porque Dios ya sabe cuáles son nuestras necesidades físicas y ya ha preparado todo para nosotros. Las preocupaciones carnales, como la comida, la ropa y los placeres, son todas temporales. No importa cuánto disfrutemos de estas cosas, no significa que hayamos obtenido la aprobación de Dios, y en particular no significa que hayamos ganado la vida. Por el contrario, si siempre estamos enfocados en el disfrute material, nuestro corazón se moverá más y más lejos de Dios, nos volveremos cada vez más depravados, y si es serio, incitaremos al disgusto de Dios. Es igual que Salomón en la Biblia: en sus años crepusculares se hizo más y más rico y gozó de una prosperidad sin límites, pero cuanto más cómodo estaba, más depravado se volvía. Vivía en libertinaje sin parar, comiendo y bebiendo en exceso, e adquirió más de mil concubinas e incluso se dedicó a la idolatría junto con una mujer gentil. Al final, fue rechazado por Dios.

Entonces, ¿a qué debemos orar para obtener la obra del Espíritu Santo? Esto es lo que el Señor Jesús tuvo que enseñarnos acerca de eso: “Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). “Vosotros, pues, orad de esta manera: «Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy el pan nuestro de cada día. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás. Amén»” (Mateo 6:9-13).

La Palabra de Dios dice: “¿Y qué hay en cuanto al contenido de las oraciones? Debes orar, paso a paso, de acuerdo a tu verdadero estado y a aquello que será hecho por el Espíritu Santo, y debes hablar con Dios de acuerdo con la voluntad de Dios y Sus exigencias para el hombre. […] Debes decir: ‘¡Oh Dios! Quiero cumplir mi deber. Con el fin de que Tú seas glorificado en nosotros, y de que puedas disfrutar del testimonio en nosotros, este grupo de personas, no puedo sino consagrarte todo mi ser. Te suplico que obres dentro de nosotros para que yo pueda amarte y satisfacerte verdaderamente y convertirte en el objeto de mi búsqueda’. Cuando tengas esta carga, con toda seguridad Dios te perfeccionará; no sólo oras por tu bien sino también por el bien de llevar a cabo la voluntad de Dios y por el bien de amarlo a Él. Esa es la clase de oración más verdadera” (De ‘Acerca de la práctica de la oración’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Las palabras de Dios son muy claras. Como cristianos, debemos orar para que el evangelio de Dios se propague a todos los rincones del universo, para que más personas vengan ante Dios muy pronto, para que la voluntad de Dios se lleve a cabo en el mundo. También debemos orar para que busquemos y comprendamos la voluntad de Dios por medio de Sus palabras y obtengamos una verdadera comprensión de Él; debemos orar para que algún día cercano nos despeguemos de los grilletes del pecado y ya no vivamos en el ciclo de pecar y confesarnos. Nuestras oraciones deben ser para acoger el regreso del Señor, ser considerados con la voluntad de Dios, amar y satisfacer verdaderamente a Dios, y pagar Su amor. Todos estos tipos de oraciones obtienen la aprobación de Dios. Por ejemplo, el mayor deseo de toda la vida de David era construir un templo para Dios para que el pueblo común de Israel pudiera venir ante Dios y adorarlo. Oró sinceramente a Dios por esto e hizo todo tipo de preparativos para edificar el templo. Debido a que sus oraciones estaban en línea con la voluntad de Dios, Dios concedió la petición de David, y más tarde el hijo de David, Salomón, hizo que el templo se erigiera con éxito. Claramente, cuando nuestras oraciones se ajustan a la voluntad de Dios, cuando son genuinas, Dios las concederá. Además, esto nos permitirá establecer una relación adecuada con Dios, obtendremos fe y fortaleza de Él, desarrollaremos obediencia genuina y amor por Él, y llegaremos a ser alguien de acuerdo con la voluntad de Dios.

Hermanos y hermanas, confío en que a partir de esta comunión hayan adquirido cierta comprensión de la importancia de la oración, las razones por las que no podemos obtener la obra del Espíritu Santo a través de nuestras oraciones, y cómo orar de acuerdo con la voluntad de Dios. Cuando encontremos dificultades en la vida, siempre y cuando nos presentemos más ante Dios en la búsqueda, estamos seguros de cosechar una cosecha que nunca hemos imaginado. Y en cuanto a nuestra vida espiritual, si oramos conscientemente y hacemos peticiones de acuerdo con la voluntad y los requisitos de Dios, ciertamente nos guiará e iluminará.

Que Dios nos bendiga con la capacidad de entrar en nuestra práctica de la oración de una manera más práctica. ¡Amén!

Aprender más: Cómo hacer un devocional

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

¿Cuál es la importancia de la oración?

Dios dice: “La oración es una de las formas en las que el hombre coopera con Dios, es un modo por medio del cual el hombre invoca a Dios y es el proceso por medio del cual el Espíritu de Dios toca al hombre.

Dios dice: “La oración es una de las formas en las que el hombre coopera con Dios, es un modo por medio del cual el hombre invoca a Dios y es el proceso por medio del cual el Espíritu de Dios toca al hombre. Se puede decir que los que están sin oración son muertos que no tienen espíritu, lo que prueba que les hacen falta las facultades para que Dios los toque. Sin la oración, no pueden alcanzar una vida espiritual normal, mucho menos pueden seguir la obra del Espíritu Santo; sin la oración, rompen su relación con Dios y no pueden recibir la aprobación de Dios. Siendo que eres alguien que cree en Dios, entre más ores, más te toca Dios. Esas personas tienen una mayor determinación y pueden recibir más la iluminación más reciente de Dios; como resultado, el Espíritu Santo puede perfeccionar sólo a personas como estas tan pronto como sea posible”.

De “La Palabra manifestada en carne

Hay muchas maneras de que los cristianos oran a Dios, ¿qué otras confusiones tiene sobre la oración? ¿Cómo aprender a orar para poder conversar con Dios y recibir Su respuesta?  Puede hacer clic en medios de contacto abajo, y nuestros especialistas le responderán en línea.

¿Cuál es el significado de la oración?

Orar de verdad es hablar con el corazón a Dios.
Se basa en la voluntad y la palabra de Dios.

En la vida real, a menudo ignoramos la oración debido a que estemos ocupados, y solo estamos satisfecho con un proceso aunque oramos. Esto es porque no entendemos el significado de la oración, la tratamos como un ritual. Solo cuando entendamos por qué debemos orar a Dios y la importancia de la oración, estaremos dispuestos a prestar atención en ella y hacer oraciones con un corazón sincero. Entonces, ¿cuál es el significado de la oración?

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¿Cómo orar para ser escuchado por Dios?

El Señor Jesús dijo: “Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad” (Juan 4:24).

El Señor Jesús dijo: “Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad” (Juan 4:24).

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Elementos importantes e imprescindibles para tu oración ser escuchada por Dios

La oración es el puente mediante el cual podemos entrar en intimidad con Dios, también es la manera desahogarnos a Dios. Para que nuestra oración sea elogiada por Dios está relacionada con si las palabras que Le decimos a Dios son sinceras o no en vez de son hermosas.

¿Conocéis los 4 elementos clave de la oración cristiana (2)

La oración es el puente mediante el cual podemos entrar en intimidad con Dios, también es la manera desahogarnos a Dios. Para que nuestra oración sea elogiada por Dios está relacionada con si las palabras que Le decimos a Dios son sinceras o no en vez de son hermosas.

Dios dice: “Mientras oras, tu corazón debe estar en paz delante de Dios y debe ser sincero. Estás realmente teniendo comunión y orando con Dios; no debes engañar a Dios usando palabras elegantes. La oración se debe centrar en torno a aquello que Dios quiere completar hoy. Pídele a Dios que te ilumine y te esclarezca más, y lleva tu estado actual y tus problemas delante de Él para que ores y tomes una resolución ante Dios. Orar no es seguir un procedimiento sino buscar a Dios usando tu corazón sincero. Pide que Dios proteja tu corazón, capacitándolo para que con frecuencia esté en paz delante de Dios, capacitándote para que te conozcas y te desprecies y te abandones en el ambiente que Dios ha puesto para ti, permitiéndote así tener una relación normal con Dios y haciendo de ti alguien que verdaderamente ama a Dios”.

“El estándar más bajo que Dios exige de las personas es que le puedan abrir sus corazones. Si el hombre le da a Dios su corazón sincero y le dice lo que realmente hay dentro de su corazón, entonces Dios estará dispuesto a obrar en el hombre; Dios no quiere el corazón torcido del hombre sino su corazón puro y honesto. Si el hombre no le dice a Dios lo que de verdad hay en su corazón, entonces Dios no toca el corazón del hombre ni obra dentro de él. Por lo tanto, lo más crucial acerca de la oración es decirle a Dios las palabras de tu auténtico corazón, hablarle a Dios de tus defectos o de tu carácter rebelde y abrirte completamente a Él. Sólo entonces Dios estará interesado en tus oraciones; si no, Él ocultará Su rostro de ti. El criterio mínimo para la oración es que puedas guardar tu corazón en paz ante Dios y que no se aparte de Él. Tal vez, durante este periodo, no has obtenido una visión más nueva o más alta, pero debes usar la oración para mantener las cosas como están; no puedes retroceder. Esto es lo mínimo que debes alcanzar”.

De “La Palabra manifestada en carne”

Recomendación: Cómo aprender a orar a Dios

 

¿Cómo orar a Dios?

Dios dice: “¿Y qué hay en cuanto al contenido de las oraciones? Debes orar, paso a paso, de acuerdo a tu verdadero estado y a aquello que será hecho por el Espíritu Santo, y debes hablar con Dios de acuerdo con la voluntad de Dios y Sus exigencias para el hombre.

¿Qué es el arrebatamiento

¿Cómo orar a Dios?

Dios dice: “¿Y qué hay en cuanto al contenido de las oraciones? Debes orar, paso a paso, de acuerdo a tu verdadero estado y a aquello que será hecho por el Espíritu Santo, y debes hablar con Dios de acuerdo con la voluntad de Dios y Sus exigencias para el hombre. Cuando comiences a practicar tus oraciones, primero dale tu corazón a Dios. No intentes entender la voluntad de Dios; sólo trata de decirle a Dios las palabras que están dentro de tu corazón. Cuando te presentes delante de Dios, habla así: “¡Oh Dios! Sólo hoy me doy cuenta de que solía desobedecerte. Soy realmente corrupto y despreciable. Antes, estaba perdiendo mi tiempo; a partir de hoy voy a vivir para Ti, voy a vivir una vida que tenga sentido y voy a satisfacer Tu voluntad. Quisiera que Tu Espíritu siempre obrara en mi interior y que siempre me iluminara y me esclareciera, para que pueda dar un testimonio fuerte y rotundo delante de Ti, permitiendo que Satanás vea Tu gloria, Tu testimonio y la prueba de Tu triunfo dentro de nosotros”. Cuando ores de esta manera, tu corazón será completamente liberado, y después de haber orado de esta manera, tu corazón estará más cerca de Dios, y al orar con frecuencia de esta manera, el Espíritu Santo inevitablemente obrará dentro de ti. Si siempre clamas a Dios de esta manera, y tomas tu determinación delante de Dios, llegará el día en que tu determinación pueda ser aceptada delante de Dios, cuando tu corazón y todo tu ser Dios los recibirá y finalmente Dios te hará perfecto”.

De “La Palabra manifestada en carne”

Recomendación: ¿Conocéis los 4 elementos clave de la oración cristiana?

Devocional de hoy | ¿Cómo orar para que Dios nos escuche?

Primero, ¿oramos a Dios con un corazón sincero?

 

¿Cómo orar para que Dios nos escuche

Devocional de hoy | ¿Cómo orar para que Dios nos escuche?

      Cheng Shi

Hermanos y hermanas:

¡Paz a vosotros en el Señor! La oración es una manera importante para que nosotros los cristianos establezcamos una relación normal con Dios. Este es especialmente el caso durante la mañana y la noche. Es por eso que aprender cómo orar es sumamente importante. Sin embargo, muchos hermanos y hermanas se sienten perplejos: todos los días oramos tanto por la mañana como por la noche; también oramos antes de comer y después de que terminemos de comer así como cuando tenemos reuniones; además, cada vez que oramos, decimos mucho al Señor y oramos por mucho tiempo. Sin embargo, siempre sentimos como si Dios no estuviera ahí; se siente como si sólo estuviéramos hablando con nosotros mismos cuando oramos y nuestro espíritu no siente paz ni alegría. ¿Por qué Dios no escucha nuestras oraciones? ¿Cómo debemos orar para que podamos recibir la alabanza de Dios?

De hecho, hay unas cuantas razones por las que Dios no puede escuchar nuestras oraciones. Compartiré mi entendimiento personal de esto con todos.

Primero, ¿oramos a Dios con un corazón sincero?

El Señor Jesús dijo: “Cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren” (Juan 4:23). Las palabras de Dios nos han mostrado cómo debemos orar para adorar a Dios según Sus intenciones. En lo que Dios más se enfoca es si tenemos un corazón sincero cuando estamos ante Él y si le decimos palabras sinceras y verdaderas. Siempre y cuando tengamos un corazón reverente hacia Dios y tengamos un corazón sincero cuando oremos a Dios, Dios encontrará nuestras oraciones aceptables. Sin embargo, cuando oramos a Dios, a menudo somos incapaces de guardar silencio ante Dios y de usar un corazón verdadero para orar a Dios. Nuestros labios se mueven pero nuestro corazón está pensando en la familia o en el trabajo y está lleno de pensamientos ansiosos. A veces nuestros labios se mueven pero nuestros corazones no se mueven. No tenemos una actitud honesta y simplemente estamos haciendo las cosas por inercia y dándole vueltas al pasado, haciéndolo de manera superficial. Incluso frecuentemente decimos algunas palabras solemnes, pretenciosas y vacías, palabras que simplemente suenan bien o algunas palabras diluidas para engañar a Dios. Por ejemplo, amamos a nuestros padres más de lo que amamos al Señor o amamos a nuestra carrera más de lo que amamos al Señor pero cuando oramos decimos: “¡Oh Señor, te amo! ¡Estoy dispuesto a renunciar a todo y gastarme para Ti con todo mi corazón!”. Cuando nuestras familias se encuentran con algunos incidentes tristes, nuestros corazones se vuelven negativos y nos quejamos con el Señor. Sin embargo, cuando oramos, damos gracias al Señor y decimos palabras de alabanza al Señor. […] Básicamente en las oraciones si uno no es sincero y sólo hace las cosas por inercia, usando algunas palabras grandes y vacías, palabras falsas o si uno mismo se disfraza ante Dios y sólo dice algunas palabras que suenan agradables, está engañando a Dios. Dios no escuchará las oraciones que no sean sinceras.

Segundo, ¿rogamos a Dios con racionalidad?

Gran parte del tiempo, cuando oramos a Dios, exigimos a ciegas cosas de Dios o tenemos todo tipo de peticiones extravagantes para Dios. Por ejemplo: si no tenemos trabajo, le pedimos a Dios que nos provea trabajo. Si no tenemos un hijo, le pedimos a Dios que nos conceda un hijo. Si estamos enfermos, le pedimos a Dios que sane nuestra enfermedad. Si nuestras familias están experimentando dificultades, le pedimos a Dios que nos ayude. Las personas de negocios oran a Dios y le piden que las bendiga para que puedan hacer mucho dinero. Los estudiantes le piden a Dios que los bendiga con inteligencia y sabiduría. Los ancianos le piden a Dios que los proteja de enfermedades y calamidades para que puedan pasar sus últimos años en paz. En la vida, independientemente de con qué dificultades y pruebas nos encontremos, nunca somos capaces de someternos a los arreglos de Dios. Siempre esperamos que Dios nos salve de nuestros problemas para que ya no suframos. Siempre le pedimos al Señor que nos proteja para que podamos ser felices y estar tranquilos. Este tipo de oración no es una oración de una de las creaciones de Dios a Dios. Más bien implica pedirle cosas a Dios y pedirle que haga las cosas según nuestros propios pensamientos. Cuando las personas creen en Dios, esperan que Dios satisfaga todas sus peticiones y deseos. Básicamente esto es entrar en un acuerdo comercial con Dios y no tiene una pizca de conciencia ni racionalidad. Este tipo de personas no tienen una fe y un amor genuinos por Dios, ni tampoco obedecen ni reverencian genuinamente a Dios. Más bien están usando a Dios para alcanzar sus metas. Esto es precisamente como Dios dijo: “Este pueblo con los labios me honra, pero su corazon esta muy lejos de mi” (Mateo 15:8). Por lo tanto, Dios no escucha las oraciones que las personas hacen con intenciones inapropiadas.

Tercero, ¿nuestra iglesia tiene la obra del Espíritu Santo?

Recuerde la etapa inicial de la Era de la Ley cuando el templo contenía la obra del Espíritu Santo. Cuando las personas cometieron pecados, recibieron la disciplina del Espíritu Santo. Si los sacerdotes que estaban sirviendo a Dios infringían la ley, descendía fuego directamente del cielo y los quemaba hasta la muerte. Las personas tenían mucho miedo y tenían corazones que reverenciaban a Dios. Sin embargo, durante el último periodo de la Era de la Ley, cuando Jesús apareció y obró, el pueblo judío no podía cumplir la ley, usó el templo como un lugar para intercambiar dinero y vender ganado. Habían convertido el templo en una cueva de ladrones. Ya no contenía la disciplina del Espíritu Santo. Dado que el Espíritu Santo ya había dejado el templo con el fin de defender la obra de Jesús, aquellas personas que se quedaron en el templo y se negaron a aceptar la salvación de Jesús fueron eliminadas por la obra de Dios, cayendo en oscuridad. Aunque oraron en el nombre de Jehová, Dios no escuchó. Más aún, fueron incapaces de obtener la obra del Espíritu Santo.

Echemos un vistazo a nuestra iglesia hoy. Los sermones de los pastores y ancianos son aburridos. No hay nueva luz. Los hermanos y hermanas no reciben alimento de vida y sus espíritus se marchitan y se oscurecen cada vez más y son incapaces de sentir la presencia del Espíritu Santo. Incluso comenzarían a codiciar la carne y los placeres de la vida, así como a buscar estatus y poder. Los conflictos estallarían entre los compañeros de trabajo. Sus transgresiones frecuentemente reclamarían la victoria sobre ellos y no se sentirían en deuda con el Señor. No siguen las palabras del Señor ni guardan Sus mandamientos. Han violado totalmente la voluntad de Dios, convirtiéndose en los que resisten a Dios. […] ¿Cuál es la diferencia entre este tipo de iglesia y el templo que existió en el periodo posterior a la Era de la Ley? Esto cumple completamente la profecía en la Biblia: “Y también les he quitado la lluvia cuando faltaban todavía tres meses para la cosecha; e hice llover sobre una ciudad y no sobre otra, llovió sobre una parte y ese pedazo de tierra donde no llovió se marchitó. Entonces dos o tres ciudades fueron a otra ciudad a beber agua;pero no estuvieron satisfechos, aun así no volvisteis a Mí, dijo Jehová” (Amós 4:7-8).* De hecho, Dios ha dejado la iglesia de la Era de la Gracia. Hay muchos hermanos y hermanas que claramente sienten que la iglesia ya no tiene la obra del Espíritu Santo y que Dios ya ha cubierto Su rostro de nosotros. Así que, ¿cómo es posible que nuestros espíritus no se marchiten? ¿Cómo podría Dios escuchar nuestras oraciones?

Some Scriptures taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation

Parte Dos: ¿Cómo orar para que Dios nos escuche?

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Oración cristiana debe estar de acuerdo con la voluntad de Dios para que ser escuchado por Dios. Si tiene alguna confusión o dificultad en la fe, puede contactarnos en cualquier momento haciendo clic debajo.

 

¿Cómo orar para que Dios nos escuche?

 Primero, debemos orar en espíritu, orar sinceramente y decir cosas verdaderas que provengan de nuestros corazones.

¿Qué es el arrebatamiento

¿Cómo orar para que Dios nos escuche?

Las tres circunstancias mencionadas antes son las razones principales por las que el Señor no escucha nuestras oraciones. Todo lo que podemos hacer es presentarnos ante el Señor, buscar Sus intenciones y reflexionar sobre estas cuestiones. También debemos buscar cómo orar al Señor para que Él escuche. Esta es una verdad a la que tenemos que entrar urgentemente. Ahora bien, compartiré con todos tres métodos de implementación para que sepáis cómo orar según las intenciones de Dios. Siempre y cuando podamos ponerlos en acción y practicar todos los días con nuestro corazón, creo que el Señor escuchará nuestras oraciones.

 Primero, debemos orar en espíritu, orar sinceramente y decir cosas verdaderas que provengan de nuestros corazones.

 Todos sabemos que Dios es fiel. Con Dios no hay traición ni hipocresía ni mentira. Dios es sincero con todos y cada uno de nosotros. Dios también espera que oremos sincera y honestamente a Él. Esto es justo como Jesús dijo: “Antes bien, sea vuestro hablar: ‘Sí, sí’ o ‘No, no’; y lo que es más de esto, procede del mal” (Mateo 5:37). Por lo tanto, cuando oremos, debemos hablarle francamente a Dios. Si somos débiles, debemos decir que somos débiles. Cualquier pensamiento, idea, dolor, dificultad o cosa que hayamos hecho que no sea según las intenciones de Dios, debemos sincerar nuestros corazones completamente y contarle a Dios acerca de ellos. Hay algunas palabras y algunos asuntos que nos sentiríamos avergonzados de admitir a otras personas. Sin embargo, no podemos esconder estas cosas de Dios. Debemos sincerar nuestros corazones con Dios y contarle de ellas a Dios honestamente. Cuando Dios ve que nuestros corazones están completamente expuestos ante Él y que no le estamos ocultando nada y, además, que estamos diciendo cosas que vienen directamente de nuestros corazones y que estamos hablando muy honestamente con Él, Dios nos guiará para que entendamos Sus intenciones y entendamos todos los aspectos de la verdad. Esto nos dará una senda para caminar.

 Además, cuando oremos debemos guardar silencio ante Dios. Debemos orar a Dios con un corazón concentrado. No debemos ser tibios ni tener palabras sin corazón. Cuando hablamos con nuestros padres, somos capaces de respetarlos. Nuestra actitud hacia ellos es sincera. ¿No es porque son nuestros mayores y nos han criado? Dios nos creó, nos concedió la vida, nos proporcionó todo lo que necesitamos para vivir y Él nos ha concedido la verdad. ¿No debería entonces ser aún más importante que oremos a Dios con un corazón reverente? Independientemente de acerca de qué oremos a Dios, debemos tener un corazón devoto y buscar las intenciones de Dios y contarle con honestidad acerca de nuestros propios pensamientos y dificultades y debemos esperar pacientemente el tiempo de Dios. Sólo de esta manera obtendremos el esclarecimiento y la guía de Dios y entenderemos Sus intenciones. Entonces nuestras dificultades se resolverán a tiempo.

 Segundo, debemos estar en el lugar de un ser creado y no tener exigencias para Dios; cebemos orar con un corazón que se someta a Dios.

 Cuando oremos nos debe quedar claro que somos creaciones y que Dios es nuestro Creador. Dios sostiene todas las cosas y eventos en Sus manos. Nuestro todo está controlado por Él. Lo que sea que encontremos todos y cada uno de los días, sin importar si es un asunto importante o un asunto menor, todo se debe a los arreglos de Dios. Cuando oremos a Dios debemos mantenernos firmes en nuestra posición como creaciones y buscar la voluntad de Dios con una actitud devota y sumisa ante Dios. No debemos tener ninguna exigencia para Dios. Por ejemplo, cuando nos encontramos con dificultades y no sabemos qué hacer, podemos orar así: “¡Dios! No entiendo la verdad con respecto a este asunto. No sé cómo debo hacer las cosas según Tus intenciones. Sin embargo, estoy dispuesto a buscar en Tus palabras y hacer las cosas según Tus peticiones y satisfacer Tus intenciones. Por favor esclaréceme y guíame. ¡Amén!”. Cuando nuestros corazones tengan un lugar para Dios y cuando podamos estar en el lugar de una creación y orar, postrarnos y dar adoración a nuestro Creador y cuando podamos obedecer Su obra y poner Sus palabras en acción, sólo entonces construiremos una relación normal con Dios y obtendremos la obra del Espíritu Santo. Todos sabemos que Job fue un hombre que temía a Dios y evitaba el mal. Cuando perdió todo su ganado, hijos e hijas, se cubrió de llagas de pies a cabeza y estuvo soportando mucho dolor, creyó que Dios era el gobernante de todo y que sin el permiso de Dios estas cosas no le hubieran sucedido. Además, también sabía que todo lo que tenía, incluida su vida, le había sido dada por Dios. Independientemente de cuándo Dios quiera cobrar, es natural y correcto. Por lo tanto, no se quejó con Dios ni tuvo ninguna exigencia para Dios. Como resultado, se inclinó y adoró y con un corazón de sumisión oró a Dios. Dijo estas palabras: “Jehová dio y Jehová quitó; bendito sea el nombre de Jehová” (Job 1:21).* “¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal?” (Job 2:10). Job se mantuvo firme y dio testimonio de Dios. Su razonamiento y su sumisión a Dios obtuvieron la alabanza de Dios. Si también somos capaces de dirigirnos a Dios de la manera en que lo hizo Job, si tenemos un lugar para Dios en nuestros corazones y si podemos orar a Dios con un corazón que se somete a Él, independientemente de con qué pruebas nos encontremos, Dios nos guiará y esclarecerá para que entendamos la verdad. Nuestros espíritus se volverán cada vez más agudos y nuestros pensamientos serán cada vez más claros. Cuando revelemos algo de corrupción o tengamos algunas situaciones malas, será aún más fácil que seamos conscientes de ello y lo resolvamos a tiempo. Entonces nuestra relación con Dios se acercará cada vez más y nuestra vida crecerá cada vez más rápido.

Tercero, si nuestra iglesia no tiene la obra del Espíritu Santo debemos tener oraciones de búsqueda.

 Todos sabemos, en el periodo posterior de la Era de la Ley, que el hombre fue corrompido cada vez más profundamente por Satanás. El hombre vivió dentro del pecado y enfrentó el peligro de ser declarado culpable por la ley y de ser muerto. Entonces Dios, bajo el nombre de Jesús, terminó la Era de la Ley, comenzó la Era de la Gracia e hizo la obra de redimir a la raza humana. A partir de ese momento el judaísmo perdió completamente la gloriosa presencia de Dios. Para todos aquellos que no aceptaron el nombre ni la obra del Señor Jesús, independientemente de las circunstancias con las que se encontraron y de cómo oraron y apelaron a Jehová Dios, Dios no los escucharía y ellos no obtendrían la obra del Espíritu Santo. Sin embargo, todos aquellos que aceptaron la nueva obra de Jesús y oraron en el nombre de Jesús disfrutarían del alimento de la fuente de agua viva de Dios. Cuando invocaran al Señor, podrían ver las obras de Dios y tendrían el acompañamiento de la obra del Espíritu Santo.

 Hoy en día, independientemente de cómo oremos en el nombre del Señor, no sentimos la obra del Espíritu Santo y no podemos sentir Su presencia. No podemos obtener alimento para nuestras vidas y cometemos pecados pero no recibimos disciplina. Es muy posible que la obra del Espíritu Santo haya sido desviada una vez más. La Bible dice: “Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:47-48). “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios […]” (1 Pedro 4:17). De estos versículos podemos ver que en los últimos días Dios regresará una vez más para hacer la etapa de la obra de juicio. El Señor es fiel. Lo que Él dice sucederá, sucederá. En cuanto a nosotros, debemos buscar y orar, pidiéndole a Dios que nos guíe a la fuente de vida para que podamos obtener riego y alimento y seguir los pasos de nuestro Señor. Creo que siempre y cuando tengamos un corazón que tenga sed y busque, obtendremos la guía de Dios. Esto es porque Dios nos ha prometido: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7).

 Gracias al Señor por Su guía. Espero que el contenido que se compartió hoy con respecto a cómo orar beneficie a todos. La oración es un paso importante para establecer una relación normal con Dios. También es una senda clave por la cual podemos obtener la obra del Espíritu Santo. Cuando entendamos cómo orar para obtener la respuesta del Señor y tengamos una senda práctica que seguir y cuando la practiquemos a menudo, sólo entonces el Señor escuchará nuestras oraciones. Que nuestras oraciones pronto puedan ser según las intenciones de Dios.

 ¡Que toda la gloria sea para Dios!

Some Scriptures taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation

Parte uno: ¿Cómo orar para que Dios nos escuche?

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Oración cristiana debe estar de acuerdo con la voluntad de Dios para que ser escuchado por Dios. Si tiene alguna confusión o dificultad en la fe, puede contactarnos en cualquier momento haciendo clic debajo