Película evangélica «Quién es el que ha regresado» Escena 1

Ahora nos encontramos en el último período de los últimos días y las profecías en la Biblia sobre el regreso del Señor ya se han cumplido. Las profecías bíblicas dicen que en los últimos días habrá falsos Cristos, por lo tanto, muchas personas cierran sus puertas y se guardan para sí mismas.

Ahora nos encontramos en el último período de los últimos días y las profecías en la Biblia sobre el regreso del Señor ya se han cumplido. Las profecías bíblicas dicen que en los últimos días habrá falsos Cristos, por lo tanto, muchas personas cierran sus puertas y se guardan para sí mismas. Incluso cuando oyen a alguien dando testimonio de que el Señor ha regresado, no salen a buscar o investigar y además creen que cualquier camino que diga que el Señor ha regresado en la carne es falso, un engaño. ¿Cómo deberíamos ser como las vírgenes prudentes, que escuchan la voz de Dios y acogen con alegría el regreso del Señor? Este vídeo te permitirá entender el aspecto de la verdad que concierne a la diferenciación entre el verdadero Cristo y los falsos Cristos, para que así puedas dar la bienvenida al regreso del Señor Jesús.

Fuente: Relámpago Oriental

Recomendación:Reflexiones cristianas

 

¿Por qué Jesús hablaba en parábolas cuando obraba?

Cuando Jesucristo obraba, le dirigió muchas palabras a aquella gente. Algunas eran muy fáciles de entender. Así por ejemplo, Jesucristo decía a menudo: “En verdad, en verdad os digo […]”(Juan 5:19). A veces hablaba con indirectas, como cuando Jesucristo le dijo a Felipe: “¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? […]” (Juan 14:10).

Cuando Jesucristo obraba, le dirigió muchas palabras a aquella gente. Algunas eran muy fáciles de entender. Así por ejemplo, Jesucristo decía a menudo: “En verdad, en verdad os digo […]”(Juan 5:19). A veces hablaba con indirectas, como cuando Jesucristo le dijo a Felipe: “¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? […]” (Juan 14:10). Pero lo que realmente me impresionó fueron las parábolas de boca de Jesucristo, como por ejemplo, la parábola de la red, la parábola del pastor en búsqueda de la oveja descarriada, la parábola del mal criado que le exigió a un deudor el pago, la parábola de la vuelta del hijo pródigo, la parábola de las bodas, la parábola de la higuera, y todas las demás. Con esas parábolas en mente, no puedo evitar pensar: ¿Por qué usaba Jesucristo parábolas cuando obraba? ¿Qué intención Suya se escondía detrás?ezgif.com-gif-maker

Con estas preguntas rondándome la cabeza, seguí orándole al Señor para buscar Su iluminación. Un día, mientras estaba estudiando la Biblia, leí los siguientes versículos: “Y acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas? Y respondiendo El, les dijo: Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. Y en ellos se cumple la profecía de Isaías que dice: ‘Al oir oireis, y no entendereis; y viendo vereis, y no percibireis; porque el corazon de este pueblo se ha vuelto insensible y con dificultad oyen con sus oidos; y sus ojos han cerrado, no sea que vean con los ojos, y oigan con los oidos, y entiendan con el corazon, y se conviertan, y yo los sane.’ Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen” (Mateo 13:10-16). Pensando con detención en estos versículos y orando y buscando las palabras de Jesucristo, empecé a entender un poco Sus palabras. Resulta que cuando Jesucristo obraba y daba Sus sermones, había mucha gente que venía a escuchar Sus sermones, pero no toda esa gente seguía de verdad al Señor ni iba por Su senda, como por ejemplo los fariseos. Su propósito al escuchar los sermones del Señor no era buscar la verdad, sino encontrar formas de acusar a Jesucristo y tentarle y tenderle una trampa. Algunas personas seguían a Jesucristo porque veían que hacía milagros, que podía concederles gracia y bendiciones a los hombres, y curar a los enfermos y expulsar el demonio. El propósito de esa gente era obtener más gracia y bendiciones no, obedecer al Señor ni preocuparse por Su voluntad. Tan sólo algunos seguidores estaban dispuestos a seguir al Señor porque amaban la verdad y veían la autoridad y la fuerza en Su obra y Sus sermones, como Pedro, Juan, Jacobo y los demás. Así que, para alcanzar a aquellos que realmente creían en Dios y amaban la verdad, Jesucristo hablaba en parábolas para dirigirse a todos, expresando la verdad para dar testimonio de la obra de Dios, del carácter de Dios, y para revelar los misterios del reino de los cielos. Todos aquellos que amaban la verdad y buscaban activamente a Jesucristo, lograban así la iluminación y la guía del Espíritu Santo y entendían el significado de las parábolas. Sin embargo, aquellos que no amaban la verdad sino que tan sólo pedían gracia y bendiciones, no buscaban desde el principio el significado de Su obra, de modo que nunca entendieron la verdad. De esta forma, aquellos que tenían una fe verdadera en Dios y que amaban la verdad, y aquellos falsos creyentes e incrédulos, que tan sólo buscaban gracia y bendiciones fueron separados y escogidos según su propia naturaleza. Esto va en concordancia con lo que dijo Jesucristo: “… Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará” (Mateo 13:11-12). Este es el primer aspecto del significado de por qué Jesucristo hablaba en parábolas cuando obraba.
Luego, en una página web vi las siguientes palabras: “La primera es la parábola del sembrador. Es realmente interesante; sembrar semillas es un acontecimiento común en las vidas de las personas. La segunda es la del trigo y la cizaña. En lo que respecta a esta, cualquiera que haya plantado cultivos y adultos lo sabrá. La tercera es la parábola del grano de mostaza. Todos vosotros sabéis lo que es la mostaza, ¿verdad? Si no lo sabéis, podéis echar un vistazo a la Biblia. Para la cuarta, la de la levadura, la mayoría de las personas sabe que esta se usa para la fermentación; es algo que las personas utilizan en su vida cotidiana. Todas las parábolas siguientes, incluyendo la sexta, la del tesoro escondido, la séptima, la de la perla, y la octava, la de la red, se sacan de las vidas de las personas; todas vienen de las vidas actuales de ellas. ¿Qué tipo de cuadro pintan estas parábolas? Es una imagen de Dios convirtiéndose en una persona normal y viviendo junto a la humanidad, usando el lenguaje de una vida normal, el lenguaje humano para comunicar con los hombres y proveerles lo que necesitan. Cuando Dios se hizo carne y vivió en medio de la humanidad durante mucho tiempo, después de haber experimentado y presenciado los diversos estilos de vida de las personas, estas experiencias pasaron a ser Su manual para transformar Su lenguaje divino en humano. Por supuesto, estas cosas que Él vio y oyó en la vida también enriquecieron la experiencia humana del Hijo del Hombre. Cuando Él quería que las personas llegaran a entender algunas verdades, algo de la voluntad de Dios, podía usar parábolas parecidas a las anteriores para hablar a las personas acerca de la voluntad de Dios y Sus exigencias para la humanidad. Estas parábolas tenían, todas, relación con la vida de las personas; no había una sola que no estuviese en sintonía con las vidas humanas. Cuando el Señor Jesús vivió con la humanidad, vio a campesinos cuidando sus campos, sabía lo que eran la cizaña y la levadura; entendió que los humanos aman los tesoros, por lo que usó las metáforas del tesoro escondido y la perla;” “Esta era la ventaja de Dios al encarnarse: podía aprovecharse del conocimiento de la humanidad y usar el lenguaje humano para hablar a las personas, para expresar Su voluntad. Él explicó o ‘tradujo’ al hombre Su lenguaje divino profundo, que resultaba difícil de entender para las personas en el lenguaje humano, de una forma humana. Esto ayudó a las personas a entender Su voluntad y a saber qué quería hacer Él”.
Con estas palabras entendí la razón de por qué Jesucristo usaba tantas parábolas cuando obraba: era para permitirles a Sus seguidores entender mejor la intención de Dios y Sus distintos requisitos para con la gente, de modo que lo adorasen de corazón y con honestidad. En la Era de la Ley, Jehová Dios usó profetas para transmitirle Sus palabras al hombre, pero aquellas palabras eran todas ellas profecías y los seguidores por aquel entonces no eran capaces de entender directamente Su significado. Incluso hoy en día seguimos siendo incapaces de dilucidar muchas profecías de los profetas. Esto es la verdad. Cuando Jesucristo se encarnó como el Hijo del Hombre para obrar sobre la tierra y usó el lenguaje humano para contarle a la gente las intenciones y los requisitos de Dios, estábamos más capacitados para entender y agarrarnos a la verdad de Sus palabras, y eso nos ayudó a conocer Su obra y carácter y a entender las intenciones buenas de Su salvación de la humanidad. Al igual que Jesucristo usó la parábola de la oveja descarriada para expresar Su amor por la humanidad – Dios quiere que todo el mundo se salve y no quiere que nadie perezca. Mientras que se crea de verdad, aun cuando uno toma el camino equivocado durante algún tiempo, Dios luchará por rescatarle. Ese propósito de Jesucristo hablando en el lenguaje humano para permitirnos entender mejor Sus requisitos, concuerda con las palabras de la Biblia: “para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta, cuando dijo: Abrire mi boca en parabolas; hablare de cosas ocultas desde la fundacion del mundo” (Mateo 13:35). Este es el segundo aspecto del significado de por qué Jesucristo usaba parábolas cuando obraba.
Seguí leyendo: “También pudo tener conversaciones con personas desde la perspectiva humana, usar el lenguaje humano y comunicar con ellas de una forma que entenderían. Hasta podía hablar y obrar usando el lenguaje y el conocimiento humanos, de forma que las personas pudieran sentir la bondad y la cercanía de Dios, y ver Su corazón”. Con estas palabras entendí que cuando Jesucristo estaba obrando y decía Sus sermones, hablaba en parábolas usando el lenguaje humano, porque son fáciles de entender, y nos permitían, incluso más, sentir la bondad de Dios y Su amor y nos acercaban más a Él. Volvamos a la Era de la Ley: Mientras que Dios no se hizo carne para llevar a cabo Su tarea, le habló a Moisés como arbusto ardiente; les habló a los israelitas en el Monte Sinaí; le habló a Job como viento. Por aquel entonces cuando la gente oía a Dios hablar, sentían miedo y no se atrevían a enfrentarse a Él o a acercarse a Él; menos aún podían acallar sus corazones para buscar el significado de Sus palabras. Sin embargo, en la Era de Gracia, Dios se encarnó y usó el lenguaje humano para realizar Sus obras y sermones, enseñándole con parábolas a la gente a entender Su camino, lo que nos permitió sentir que Dios ya no nos es inalcanzable ni es quien nos mantiene en el asombro, y sentir la consideración de Dios y Su amabilidad para con nosotros, de modo que podemos buscar – cara a cara – Sus intenciones, aceptar Su obra y guía y obtener Su redención. Este es el tercer aspecto del significado de por qué Jesucristo hablaba en parábolas cuando obraba.

A partir de la obra de Dios, podemos ver que Dios se hizo carne para expresar la verdad y usó el lenguaje humano para hablarnos a nosotros los hombres de modo que podamos conocer con mayor facilidad Sus intenciones y requisitos y entender y practicar la verdad, y así podremos desprendernos de nuestro carácter corrupto, ser purificados y cambiados, y convertirnos en aquellos que conocen a Dios, obedecen a Dios y adoran a Dios. ¡Gracias, Dios! ¡Que toda la gloria esté con Dios!

(Traducido del original en inglés al español por Eva Trillo)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

«¿Sabes lo que significa el nombre “Jesús”?»

En la última comunicación, compartimos el origen y significado del nombre de Dios: “Jehová”. Luego, recibimos cartas de algunos hermanos y hermanas en el Señor, y ellos preguntaron: “Ya que el nombre del Dios Jehová perdurará para siempre, debería ser perpetuado de aquí en adelante.

En la última comunicación, compartimos el origen y significado del nombre de Dios: “Jehová”. Luego, recibimos cartas de algunos hermanos y hermanas en el Señor, y ellos preguntaron: “Ya que el nombre del Dios Jehová perdurará para siempre, debería ser perpetuado de aquí en adelante. Pero, ¿por qué el nombre de Dios cambió a “Jesús” en la Era de Gracia? ¿Se esconde algún significado más profundo detrás?” Probablemente, la mayoría de hermanos y hermanas quieran conocer la verdadera respuesta a esta pregunta. De modo que, dejad que hoy debatamos en la reunión sobre la razón de por qué Dios adoptó el nombre de Jesús, en vez de quedarse con el de Jehová en la Era de Gracia, y analicemos también el significado del nombre de Jesús. Continuar leyendo ««¿Sabes lo que significa el nombre “Jesús”?»»

La bendición de Dios, ¿cómo deberían actuar los cristianos para recibirlo?

Como creyentes de Dios, todos queremos ser bendecidos por Él. Pero entonces, ¿cómo debemos actuar para recibir Sus bendiciones? Recuerdo que la Biblia dice: “Y sucedió que mientras decía estas cosas, una de las mujeres en la multitud alzó su voz y le dijo: ¡Dichosa la matriz que te concibió y los senos que te criaron! Pero El dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan” (Lucas 11:27-28).

Como creyentes de Dios, todos queremos ser bendecidos por Él. Pero entonces, ¿cómo debemos actuar para recibir Sus bendiciones? Recuerdo que la Biblia dice: “Y sucedió que mientras decía estas cosas, una de las mujeres en la multitud alzó su voz y le dijo: ¡Dichosa la matriz que te concibió y los senos que te criaron! Pero El dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan” (Lucas 11:27-28). Vemos en las palabras del Señor que aquellos capaces de escuchar la palabra de Dios y de luego cumplirla, son las personas más bienaventuradas. Es realmente verdad. Los antiguos santos – Noé, Abraham y Pedro – todos ellos recibieron la bendición de Dios porque supieron obedecer y seguir la palabra de Dios tras haberla escuchado. De modo que, reunamos los hechos de Noé y Abraham para discutir cómo lograron la bendición de Dios.

Dios valora la obediencia pura de Noé

Tras haber sido corrompido por Satán, la humanidad fue degenerando cada vez más, hasta llegar al punto de que Dios ya no pudo seguir mirando. El resultado fue que Dios decidió que destruiría la tierra con un diluvio. Le ordenó a Noé que construyese un arca y que proclamase a los hombres Su voluntad. Aquello sin duda fue una prueba para Noé: Por un lado, ni siquiera sabía lo que era un barco. Así que podemos imaginarnos que casi le resultaría imposible construir un arca así de tremenda. Por el otro lado, por aquel entonces, toda la superficie de la tierra estaba humedecida por las nieblas y nunca llovía. Si Noé les decía a los demás que Dios usaría un diluvio para destruir la tierra, ¿quién iba a creerle? Pero Noé no tuvo en cuenta nada de esto, ni siquiera le preguntó a Dios cómo iba a destruir la tierra con un diluvio ni cuándo sucedería. Simple y llanamente obedeció las instrucciones de Dios y actuó en consecuencia.
El largo proceso de construir el arca y difundir la voluntad de Dios también fueron una prueba dura para Noé. Mientras estaba construyendo el arca, tuvo que enfrentarse a todo tipo de problemas: la falta de dinero, la escasez de mano de obra, la enormidad del proyecto y que la construcción le llevase más de cien años. Todas ellas, dificultades y problemas prácticos. Es más: cuando les dijo a los demás que Dios mandaría un diluvio a anegar la tierra, todos se burlaron de él y lo calumniaron, diciendo que estaba loco y que era un estúpido. Durante este largo periodo de prueba, Noé no violó la orden de Dios en ningún momento, sino que animó incansablemente a su familia a construir el arca y siguió difundiendo la voluntad de Dios. Hizo todo lo que pudo y fue concienzudo a la hora de cumplir el encargo de Dios. Al final, Dios les hizo una promesa a Noé y a su familia: “Y bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra. Y el temor y el terror de vosotros estarán sobre todos los animales de la tierra, y sobre todas las aves del cielo, y en todo lo que se arrastra sobre el suelo, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados. Todo lo que se mueve y tiene vida os será para alimento: todo os lo doy como os di la hierba verde. […] En cuanto a vosotros, sed fecundos y multiplicaos; poblad en abundancia la tierra y multiplicaos en ella” (Génesis 9:1-3, 7).
Se ve que recibió Noé la bendición y la promesa de Dios, fue principalmente porque durante aquella larga y dura prueba, le mostró a Dios su verdadera disposición para obedecerle, satisfaciéndolo y siguiendo Su palabra.

Abraham estaba dispuesto a soportar el dolor y a sacrificar su hijo para así satisfacer a Dios

La esposa de Abraham no había nunca dado a luz. Cuando Abraham tenía cien años, Dios le concedió un hijo al que llamó Isaac. Abraham crió a Isaac rodeado de un amor inmenso. Sin embargo, pasados más de diez años, Dios le dijo que tenía que ofrecer a su hijo quemándolo como sacrificio. Para Abraham eso tuvo que ser sin duda incluso más duro aún que si le hubieran pedido que sacrificara su propia vida. Pero cuando se enfrentó a la orden de Dios, no se echó atrás ni se negó, ni siquiera se quejó ni puso en duda a Dios. En vez de ello, decidió obedecer el mandamiento de Dios y ofrecer a su único y amado hijo, sin tan siquiera preguntar por qué. Ese resonante testimonio le mostró a Dios su corazón y su obediencia absoluta. De modo que Dios no sólo le impidió que sacrificase a Isaac sino que le bendijo diciendo: “de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos. Y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque tú has obedecido mi voz” (Génesis 22:17-18).

Noé y Abraham pudieron recibir la bendición y la promesa de Dios no sólo porque fueron capaces de seguir Su palabra externamente, sino, y mucho más importante, porque con las pruebas que Dios les puso, pudieron entregar sus corazones a Dios, obedecerle de corazón, seguir Sus mandamientos y satisfacer a Dios sin tener en cuenta ni su propio beneficio ni su propia pérdida. Eran personas cuyo principio en la vida era seguir el camino del Señor, gente que vivía según Su palabra y lo más importante, eran personas que vivían bajo la bendición de Dios. Tal como dice Dios: “Sólo puedes cumplir las exigencias de Dios si vives dentro de Sus palabras y le entregas tu corazón; debes hacer lo que Dios dice, convertir Sus palabras en el fundamento de tu existencia y en la realidad de tu vida; sólo entonces le pertenecerás a Dios. Si practicas con sinceridad, conforme a la voluntad de Dios, Él llevará a cabo Su obra en ti y después vivirás bajo Sus bendiciones, vivirás a la luz de Su rostro, serás capaz de comprender la obra que el Espíritu Santo lleva a cabo y también sentirás el gozo de la presencia de Dios”.
Es decir, si queremos que Dios nos bendiga, tenemos que entregarle nuestro corazón más verdadero, al igual que hicieron Noé y Abraham. No importa lo que Dios nos ordene, ni lo poco que Sus palabras encajen con lo que nos hemos imaginado, o cómo nos ponga a prueba Dios; debemos obedecerle ciegamente y actuar según Su palabra, y darle la satisfacción de ser una persona que realmente cumple Su voluntad. Así seremos más conscientes de Su liderazgo y de cómo nos guía en nuestra vida diaria y viviremos bajo Su bendición.

(Traducido del original en inglés al español por Eva Trillo )

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

 

¿Por qué Jesus se aparece a sus discipulos después de Su resurrección?

La Biblia dice: “Mientras ellos relataban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Pero ellos, aterrorizados y asustados, pensaron que veían un espíritu. Y El les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies, que soy yo mismo; palpadme y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.

La Biblia dice: “Mientras ellos relataban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Pero ellos, aterrorizados y asustados, pensaron que veían un espíritu. Y El les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies, que soy yo mismo; palpadme y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo. Y cuando dijo esto, les mostró las manos y los pies. Como ellos todavía no lo creían a causa de la alegría y que estaban asombrados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces ellos le presentaron parte de un pescado asado. Y El lo tomó y comió delante de ellos” (Lucas 24:36-43). Luego de leer estas palabras, algunos hermanos y hermanas estaban desconcertados: Jesucristo era Dios, ¿por qué se les apareció a las personas después que fuese resucitado?
Anteriormente había creído que Jesucristo cuidaba bastante de Sus discípulos, porque Él había vivido con ellos día y noche por más de tres años, y los discípulos personalmente lo vieron siendo crucificado. Por tanto, luego de Su resurrección, Él se les apareció a Sus discípulos para que no perdieran la fe ni se desmotivaran. No fue hasta que leí un libro espiritual que supe el gran significado de la aparición del Señor a Sus discípulos. Continuar leyendo «¿Por qué Jesus se aparece a sus discipulos después de Su resurrección?»

Preguntas sobre el Cristianismo | ¿Por qué Dios debe hacerse carne para obrar y salvar al hombre?

Muchos hermanos y hermanas en el Señor se sienten todos confusos: En la Era de la Ley, Jehová Dios realizó Su obra y guió a los israelitas en espíritu, ¿entonces por qué Dios tuvo que convertirse en carne para obrar y salvar al hombre en la Era de la Gracia? ¿No podía llevar a cabo esa obra en un cuerpo espiritual?

Muchos hermanos y hermanas en el Señor se sienten todos confusos: En la Era de la Ley, Jehová Dios realizó Su obra y guió a los israelitas en espíritu, ¿entonces por qué Dios tuvo que convertirse en carne para obrar y salvar al hombre en la Era de la Gracia? ¿No podía llevar a cabo esa obra en un cuerpo espiritual?
Respecto a esta pregunta, compartiré un poco de mi entendimiento. En realidad, cada etapa de la obra que Dios hace basada en las necesidades de la humanidad corrupta y también de acuerdo con las medidas del plan de Dios para gestionar con la humanidad. En la Era de la Ley, debido a que la humanidad estaba ligeramente corrupta, lo que necesitaban no era la obra de la redención de Dios. Ellos solo necesitaban a Dios para proclamar leyes y mandamientos y así poder estar conscientes de sus pecados y aprender cómo alabar a Dios y cómo vivir en la tierra. En ese entonces, siempre y cuando la humanidad obedeciera las leyes y mandamientos, podían recibir el cuidado, protección, bendiciones y gracia de Dios. Por lo tanto, en la Era de la Ley, Dios no necesitaba encarnar Él mismo para hacer Su obra. Continuar leyendo «Preguntas sobre el Cristianismo | ¿Por qué Dios debe hacerse carne para obrar y salvar al hombre?»

Las 4 claves para leer la Biblia efectiva y agradable

Como cristiano, leer la Biblia es uno de los contenidos necesarios de las devociones espirituales. Entonces, ¿Qué debemos hacer para sacar más provecho de la lectura de la Biblia? Tomar los cuatro elementos clave le permitirá obtener una cosecha inesperada.

Como cristiano, leer la Biblia es uno de los contenidos necesarios de las devociones espirituales. Entonces, ¿Qué debemos hacer para sacar más provecho de la lectura de la Biblia? Tomar los cuatro elementos clave le permitirá obtener una cosecha inesperada.

1. Leer la palabra presente de Dios

La palabra presente de Dios representa Su última obra y Él nos proveyó con estas palabras de acuerdo con nuestras necesidades actuales. Si seguimos Sus palabras, podremos recibir Su alabanza. Al igual que durante la era del Antiguo Testamento Jehová Dios estableció las leyes: “ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe” (Éxodo 21:24-25). Pero cuando Jesucristo vino a realizar su obra, de acuerdo con las necesidades de esas personas en ese momento, Él les otorgó los principios prácticos más apropiados, “Amaras a tu projimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen” (Mateo 5:43-44). Si la gente, en ese momento continuaba practicando la palabra de Dios en la época de la Ley, podrían no obtener la aprobación de Dios. Porque Dios había expresado nuevas palabras y realizado Su nueva obra. La profecía en el Apocalipsis ha aparecido muchas veces, “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. En los últimos días, cuando el Señor regrese, Él también dirá nuevas palabras. Si Podemos leer las palabras recientes de Dios, entonces seremos seguidores cercanos de las huellas del Cordero. Solo de esta forma podremos tener la aprobación de Dios.

2. Dirigirse al problema práctico para leer la Biblia

Todos los días nos encontramos en todo tipo de situaciones. Si leemos la Biblia siguiendo el orden prescrito, entonces cumpliremos de alguna manera las reglas, pero no lograremos fácilmente bueno resultados. En cambio, si leemos la Biblia dirigida hacia nuestros problemas, entonces podemos ser enriquecidos y guiados con las palabras de Dios y hace que nuestras dificultades sean solucionadas, porque la palabra de Dios provee la lámpara a mis pies y la luz en mi camino. Por ejemplo, en la vida real, la dificultad con la que nos encontramos es que cuando nos relacionamos con los demás, no tenemos indulgencia ni paciencia, entonces debemos leer las palabras del Señor en ese aspecto, tal como Él dijo, “¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?” (Mateo 7:3). “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete” (Mateo 18:22). Si por casualidad encontramos un versículo para leer, esto no va a resolver nuestro problema. Por lo tanto, también es especialmente importante leer la Biblia enfocándonos directamente a los problemas prácticos que enfrentamos.

3. Debemos tranquilizarnos ante Dios y usar nuestros corazones para orar y meditar la palabra de Dios

Cuando leemos la Biblia y no oramos a Dios ni tratamos de entender Sus palabras a través de nuestros corazones, entonces sólo recordaremos algunos capítulos y versículos y solo conoceremos el significado superficial de las escrituras, pero no entenderemos el significado implícito, mucho menos conoceremos la voluntad de Dios en Sus palabras. Así que no sabremos cómo practicar Sus palabras. Por lo tanto, para sacar mayor provecho de la lectura de la Biblia, tenemos que practicar ponernos en silencio ante Dios, usando nuestros corazones para orar y reflexionar sobre Sus palabras. Por ejemplo, Jesucristo dijo: “En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). Si no ponderamos el significado espiritual de la palabra, sino que solo apreciamos la comprensión superficial pensaremos que Dios quiere que seamos como niños pequeños. Pero no sabremos cómo ser así, de manera que todavía no tenemos forma para practicar. Por el contrario, si meditamos la palabra del Señor a través de las oraciones, nos damos cuenta de que el convertirse en niños pequeños debe referirse a ser honesto, inocente, abierto, liberado y sin ninguna restricción, es decir parecerse a una persona honesta. Solo los hombres con honestidad pueden ser salvados por Dios. Cuando ponemos la palabra de Dios en nosotros mismos, podemos encontrar que a menudo mentimos y no nos abrimos a los demás. Y esto nos impulsará a practicar la palabra del Señor y a convertirnos en personas honestas gradualmente. Así que, al leer la Biblia, debemos tratar cuidadosamente de entender la palabra de Dios. Solo haciendo esto, podemos lograr los resultados, de lo contrario, lo que tendremos son solo palabras y doctrinas para siempre y no puede convertirse en nuestra vida.

4. Conocer la disposición de Dios en Su palabra

Leyendo la Biblia, no solo necesitamos ponderar el significado espiritual de la palabra de Dios cuidadosamente, si no que necesitamos conocer y entender la disposición de Dios en Su palabra. Vamos a tomar la palabra de Jesucristo como un ejemplo otra vez, “En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). Después de tratar de entender cuidadosamente esta palabra de Jesucristo, sabremos que a Dios le agradan los hombres honestos, aquellos que muestran que la sustancia de Dios es digna de confianza y solo siendo hombres honestos podemos entrar en el reino de los cielos. De esto, podemos ver que la disposición de Dios es justa y santa. Una vez que lo conozcamos, tendremos un corazón reverente para Dios y practicaremos de acuerdo con Su palabra. Y ya no vamos a aferrarnos a nuestra imaginación ni creemos que al apegarnos al nombre del Señor o a través del trabajo, podemos entrar en el reino de los cielos. ¡Por lo tanto, es muy importante para nosotros conocer la disposición de Dios en Su palabra!

Todo lo anterior corresponde a los cuatro elementos clave para la lectura de la Biblia. Y espero que te pueda dar algo de ayuda en tu lectura de la Biblia y de las devociones espirituales. ¡Que Dios nos guíe para esforzarnos más en Su palabra, de manera que nuestra vida pueda progresar más rápidamente!

(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

La razón por la que Jesucristo oraba a Dios en el Cielo

Todos sabemos que Jesucristo se encarnó y llevó a cabo la obra redentora, y todo el que cree en el Señor afirma que Jesucristo es el Salvador. Sin embargo, la Biblia registra que después que Jesucristo fue bautizado, el cielo se abrió y el Espíritu Santo descendió sobre Jesucristo como una paloma, y una voz dijo: “[…] Este es mi Hijo amado en quien me he complacido” (Mateo 3:17).

Todos sabemos que Jesucristo se encarnó y llevó a cabo la obra redentora, y todo el que cree en el Señor afirma que Jesucristo es el Salvador. Sin embargo, la Biblia registra que después que Jesucristo fue bautizado, el cielo se abrió y el Espíritu Santo descendió sobre Jesucristo como una paloma, y una voz dijo: “[…] Este es mi Hijo amado en quien me he complacido” (Mateo 3:17). Este es el Espíritu Santo testificando que Jesucristo es el Hijo amado de Dios. Además, Jesucristo oró antes de la crucifixión, diciendo: “[…] Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras” (Mateo 26:39). Todo esto prueba que Jesucristo claramente es el Hijo de Dios. Así que, acá está la pregunta: ¿Realmente Jesucristo es Dios o el Hijo de Dios? Si Él es Dios, ¿entonces por qué Él ora a Dios en el cielo? Continuar leyendo «La razón por la que Jesucristo oraba a Dios en el Cielo»