¿Sabes por qué el Señor Jesús le preguntó a Pedro tres veces “¿Me amas?”?

Quizás estés familiarizado con estos versos, pero ¿sabes por qué el Señor Jesús le preguntó a Pedro tres veces: «¿Me amas?», y qué intenciones y requisitos de Dios se esconden en Su pregunta? Lee las siguientes palabras de Dios para encontrar las respuestas.

El Nuevo Testamento de la Biblia registra que el Señor Jesús hizo una misma pregunta a Pedro tres veces, los versículos relacionados son: “Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis corderos. Y volvió a decirle por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: ¿Me quieres? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas” (Juan 21:15-17).

Quizás estés familiarizado con estos versos, pero ¿sabes por qué el Señor Jesús le preguntó a Pedro tres veces: «¿Me amas?», y qué intenciones y requisitos de Dios se esconden en Su pregunta? Lee las siguientes palabras de Dios para encontrar las respuestas.

Dios dice: “En esta conversación, el Señor Jesús le hizo una y otra vez la misma pregunta a Pedro: ‘Simón, hijo de Juan, ¿me amas?’. Este es un nivel superior que Él les exigía a las personas como Pedro después de Su resurrección, personas que creían de verdad en Cristo, pero a las que les cuesta amar al Señor. Esta pregunta era una especie de investigación e interrogación, más aún, era un requisito y lo que se esperaba de las personas como Pedro. El Señor Jesús usó este método de interrogatorio para que las personas pudieran reflexionar sobre sí mismos y pudieran mirar en su interior y preguntarse: ¿Cuáles son los requisitos del Señor Jesús para las personas? ¿Amo al Señor? ¿Soy una persona que ama a Dios? ¿Cómo debería amar a Dios? Aunque el Señor Jesús solo formulara esta pregunta a Pedro, la verdad es que en Su corazón, al hacer estas preguntas a Pedro, quería aprovechar la oportunidad para extender ese tipo de interrogante a más personas que buscan amar a Dios. Pedro fue bendecido para ser ejemplo de ese tipo de persona y recibió las preguntas de la propia boca del Señor Jesús”.

Recomendación: Qué le dijo Jesús a Sus apóstoles

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La Biblia es el testimonio de la obra de Dios.

“Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40).

La Biblia es el testimonio de la obra de Dios. A través de la Biblia, todo aquel que cree en el Señor reconoce que los cielos y la tierra y todas las cosas fueron creados por Dios. Es gracias a la Biblia que pueden contemplar lo maravillosos, grandes y omnipotentes que son los actos de Dios. Aún más, la Biblia contiene muchas palabras de Dios y testimonios de experiencias del hombre que son capaces de sustentar la vida del hombre y edificarlo en abundancia. ¿Podemos obtener la vida eterna al leer la Biblia? ¿O acaso la Biblia no contiene el camino de la vida eterna?

Versículos bíblicos como referencia:

“Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40).

“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6).

Las palabras relevantes de Dios:

Al leer la Biblia, las personas también pueden obtener muchos caminos de vida que no pueden encontrarse en otros libros. Estos caminos son los caminos de vida de la obra del Espíritu Santo, experimentados por profetas y apóstoles en eras pasadas, y muchas de las palabras son valiosas y pueden proveer lo que las personas necesitan. Así pues, a todas las personas les gusta leer la Biblia. Como hay tanto oculto en ella, las opiniones de las personas sobre ella son diferentes de las que tienen sobre los escritos de grandes figuras espirituales. La Biblia es un registro y una recopilación de las experiencias y el conocimiento de personas que sirvieron a Jehová y a Jesús en la antigua era y en la nueva; así, las generaciones posteriores han sido capaces de obtener de ella mucho esclarecimiento, iluminación y sendas de práctica. La razón por la que la Biblia es más elevada que los escritos de cualquier gran figura espiritual es que sus escritos se basan en la Biblia, todas sus experiencias proceden de ella, y todos la explican. Así pues, aunque las personas puedan obtener provisión de los libros de cualquier gran figura espiritual, siguen adorando la Biblia, ¡porque parece muy elevada y profunda para ellos! Aunque la Biblia reúne algunos de los libros de las palabras de vida, como las epístolas de Pablo y de Pedro, y, aunque estos libros pueden proveer a las personas y ayudarles, los mismos siguen siendo obsoletos, siguen perteneciendo a la era antigua, y por muy buenos que sean, sólo son apropiados para un período, y no son eternos. Y es que la obra de Dios siempre está desarrollándose, y no puede simplemente detenerse en la época de Pablo y Pedro, o permanecer siempre en la Era de la Gracia en la que Jesús fue crucificado. Por tanto, estos libros sólo son apropiados para la Era de la Gracia, no para la Era del Reino de los últimos días. Sólo pueden proveer para los creyentes de la Era de la Gracia, no para los santos de la Era del Reino, y, por muy buenos que sean, siguen siendo obsoletos. Ocurre lo mismo con la obra de creación de Jehová o Su obra en Israel: por muy grande que fuera, llegaría a estar obsoleta, y llegaría el tiempo en el que esto pasaría. La obra de Dios también es igual: es grande, pero llegará un momento en el que termine; no siempre puede permanecer en medio de la obra de la creación ni entre la de la crucifixión. No importa cuán convincente fue la obra de la crucifixión ni lo efectiva que fue para derrotar a Satanás; la obra sigue siendo, después de todo, obra, y las eras siguen siendo, después de todo, eras. La obra no siempre puede permanecer sobre la misma base ni los tiempos pueden permanecer inmutables, porque existió la creación y también existirán los últimos días. ¡Es inevitable! Por consiguiente, las palabras de vida del Nuevo Testamento —las epístolas de los apóstoles y los Cuatro Evangelios— han pasado a ser hoy libros históricos, viejos almanaques, y ¿cómo podrían los viejos almanaques llevar a las personas a la nueva era? Independientemente de lo capaces que sean estos almanaques de proveer vida a las personas y de llevarlas a la cruz, ¿acaso no están obsoletos? ¿No están desprovistos de valor? Por tanto, digo que no deberías creer ciegamente en estos almanaques. Son demasiado antiguos, no pueden llevarte a la nueva obra y sólo pueden ser una carga para ti. No sólo no pueden llevarte a la nueva obra y a una nueva entrada, sino que te conducen a viejas iglesias religiosas; si así fuera, ¿no estarías retrocediendo en tu creencia en Dios?

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Muchas personas creen que entender y ser capaz de interpretar la Biblia es lo mismo que encontrar el camino verdadero, pero, de hecho, ¿son las cosas realmente tan simples? Nadie conoce la realidad de la Biblia: que no es nada más que un registro histórico de la obra de Dios, y un testimonio de las dos etapas anteriores de la misma, y que no te ofrece un entendimiento de los objetivos de la obra de Dios. Todo aquel que ha leído la Biblia sabe que documenta las dos etapas de la obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia. El Antiguo Testamento registra la historia de Israel y la obra de Jehová desde la época de la creación hasta el final de la Era de la Ley. El Nuevo Testamento registra la obra de Jesús en la tierra, que se encuentra en los Cuatro Evangelios, así como la obra de Pablo. ¿No son, estos, registros históricos? Mencionar hoy las cosas del pasado las convierte en historia, y no importa cuán verdaderas o reales puedan ser, siguen siendo historia, y la historia no puede ocuparse del presente, ¡porque Dios no mira atrás en la historia! Así pues, si sólo entiendes la Biblia y no entiendes nada de la obra que Dios pretende hacer hoy, y, si crees en Dios, pero no buscas la obra del Espíritu Santo, entonces no entiendes lo que significa buscar a Dios. Si lees la Biblia con el fin de estudiar la historia de Israel, de investigar la historia de la creación de todos los cielos y la tierra por parte de Dios, entonces no crees en Dios. Pero hoy, como crees en Él y buscas la vida, como persigues el conocimiento de Dios y no letras y doctrinas muertas ni un entendimiento de la historia, debes buscar la voluntad de Dios de hoy, así como la dirección de la obra del Espíritu Santo. Si fueras arqueólogo podrías leer la Biblia, pero no lo eres. Eres uno de esos que creen en Dios, y más te vale buscar Su voluntad de hoy.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Tal vez lo que quieras ahora es ganar la vida o tal vez deseas obtener la verdad. Cualquiera que sea el caso, quieres encontrar a Dios, encontrar al Dios en el que puedas confiar y que te pueda dar la vida eterna. Si quieres obtener la vida eterna, primero debes entender la fuente de la vida eterna y saber dónde está Dios. Ya he dicho que solo Dios es la vida inmutable y que sólo Dios posee el camino de la vida. Ya que Su vida es inmutable, por eso es eterna; ya que solo Dios es el camino de la vida, por eso Él mismo es el camino de la vida eterna. Como tal, primero debes entender dónde está Dios y cómo obtener este camino de la vida eterna. Hablemos ahora de estos dos asuntos por separado.

Si tú realmente quieres obtener el camino de la vida eterna, y si eres voraz en tu búsqueda de él, entonces primero contesta esta pregunta: ¿Dónde está Dios hoy? Tal vez contestarías: “Dios vive en el cielo, por supuesto; no viviría en tu casa, ¿o sí?”. Tal vez podrías decir que es obvio que Dios vive entre todas las cosas. O podrías decir que Dios vive en el corazón de cada persona o que Dios está en el mundo espiritual. No niego nada de esto, pero debo aclarar esta cuestión. No es totalmente correcto decir que Dios vive en el corazón del hombre, pero tampoco es completamente incorrecto. Porque, entre los que creen en Dios, están aquellos cuya creencia es cierta y aquellos cuya creencia es falsa; están aquellos a quienes Dios aprueba y aquellos a quienes desaprueba, están aquellos que lo agradan y aquellos a los que aborrece, y están aquellos a quienes perfecciona y aquellos a quienes elimina. Y por eso digo que Dios vive sólo en los corazones de algunas personas y ellas son sin duda las que verdaderamente creen en Dios, a las que Dios aprueba, las que lo agradan y a las que perfecciona. Son a las que Dios guía. Ya que Dios las guía, son las personas que ya han escuchado y visto el camino de la vida eterna de Dios. Aquellos cuya creencia en Dios es falsa, aquellos a los que Dios no aprueba, aquellos a quienes Dios desprecia, aquellos a quienes Dios elimina, están destinados a que Dios los rechace, están destinados a permanecer sin el camino de la vida y están destinados a permanecer ignorantes de en dónde está Dios. En cambio, aquellos que tienen a Dios viviendo en sus corazones saben dónde está Él. Son las personas a las que Dios les otorga el camino de la vida eterna y son las que siguen a Dios. ¿Sabes en este momento dónde está Dios? Dios está tanto en el corazón del hombre como al lado del hombre. No sólo está en el mundo espiritual y por encima de todas las cosas, sino más aún, está en la tierra sobre la cual existe el hombre. Y así la venida de los últimos días ha llevado los pasos de la obra de Dios a un nuevo territorio. Dios tiene la soberanía sobre todas las cosas del universo y es el pilar del hombre en su corazón y, además, existe entre los hombres. Sólo así puede traer el camino de la vida a la humanidad y llevar al hombre hacia ese camino. Dios ha venido a la tierra y vive entre los hombres para que el hombre pueda obtener el camino de la vida y pueda existir. Al mismo tiempo, Dios también ordena todas las cosas del universo para que cooperen con Su gestión entre los hombres. Y así, si tú sólo reconoces la doctrina de que Dios está en el cielo y en el corazón del hombre, pero no reconoces la verdad de la existencia de Dios entre los hombres, entonces nunca obtendrás la vida ni el camino de la verdad.

Dios mismo es la vida y la verdad, Su vida y verdad coexisten. Los que no pueden obtener la verdad nunca obtendrán la vida. Sin la guía, el apoyo y la provisión de la verdad, solo recibirás letras, doctrinas y, por encima de todo, la muerte. La vida de Dios siempre está presente, Su verdad y vida coexisten. Si no puedes encontrar la fuente de la verdad, entonces no obtendrás el alimento de la vida; si no puedes obtener la provisión de vida, entonces, seguramente no tienes la verdad, y así, aparte de las imaginaciones y las nociones, la totalidad de tu cuerpo no será nada más que carne, tu apestosa carne. Debes saber que las palabras de los libros no cuentan como vida, los registros de la historia no se pueden consagrar como la verdad, y las normas del pasado no pueden servir como un registro de palabras que Dios pronuncia en el presente. Sólo lo que Dios expresa cuando viene a la tierra y vive entre los hombres es la verdad, la vida, la voluntad de Dios y Su manera actual de obrar. Si aplicas los registros de las palabras que Dios pronunció desde las eras pasadas hasta la actualidad, eso te convierte en arqueólogo y la mejor manera de describirte es como un experto en patrimonio histórico. Lo eres porque siempre crees en los rastros de la obra que Dios hizo en tiempos pasados, sólo crees en la sombra de Dios que quedó cuando antes obró entre los hombres, y sólo crees en el camino que Dios les dio a Sus seguidores en tiempos pasados. No crees en la dirección de la obra de Dios en la actualidad, no crees en el glorioso semblante de Dios en la actualidad y no crees en el camino de la verdad que Dios expresa en el presente. Y así eres, sin duda, un soñador que está completamente fuera de contacto con la realidad. Si todavía hoy te aferras a las palabras que son incapaces de dar la vida al hombre, ¡entonces eres un inútil pedazo de madera muerta,[a] porque eres demasiado conservador, demasiado intratable y demasiado insensible para razonar!

Extracto de ‘Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”

El Cristo de los últimos días trae la vida y el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará. Si no buscas el camino de la vida que el Cristo de los últimos días provee, entonces nunca obtendrás la aprobación de Jesús y nunca estarás cualificado para entrar por la puerta del reino de los cielos, porque tú eres tanto un títere como un prisionero de la historia. Aquellos que son controlados por los reglamentos, las letras y están encadenados por la historia, nunca podrán obtener la vida ni el camino perpetuo de la vida. Esto es porque todo lo que tienen es agua turbia que ha estado estancada por miles de años, en vez del agua de la vida que fluye desde el trono. Aquellos que no reciben el agua de la vida siempre seguirán siendo cadáveres, juguetes de Satanás e hijos del infierno. ¿Cómo pueden, entonces, contemplar a Dios? Si sólo tratas de aferrarte al pasado, si sólo tratas de mantener las cosas como están quedándote quieto, y no tratas de cambiar el estado actual y descartar la historia, entonces, ¿no estarás siempre en contra de Dios? Los pasos de la obra de Dios son vastos y poderosos, como olas agitadas y fuertes truenos, pero te sientas y pasivamente esperas la destrucción, apegándote a tu locura y sin hacer nada. De esta manera, ¿cómo puedes ser considerado alguien que sigue los pasos del Cordero? ¿Cómo puedes justificar al Dios al que te aferras como un Dios que siempre es nuevo y nunca viejo? ¿Y cómo pueden las palabras de tus libros amarillentos llevarte a una nueva era? ¿Cómo pueden llevarte a buscar los pasos de la obra de Dios? ¿Y cómo pueden llevarte al cielo? Lo que sostienes en tus manos es la letra que solo puede darte consuelo temporal, no las verdades que pueden darte la vida. Las escrituras que lees solo pueden enriquecer tu lengua y no son palabras de sabiduría que te ayudan a conocer la vida humana, y menos aún los senderos que te pueden llevar a la perfección. Esta discrepancia, ¿no te lleva a reflexionar? ¿No te hace entender los misterios que contiene? ¿Eres capaz de entregarte tú mismo al cielo para encontrarte con Dios? Sin la venida de Dios, ¿te puedes llevar tú mismo al cielo para gozar de la felicidad familiar con Dios? ¿Todavía sigues soñando? Sugiero entonces que dejes de soñar y observes quién está obrando ahora, quién está llevando a cabo ahora la obra de salvar al hombre durante los últimos días. Si no lo haces, nunca obtendrás la verdad y nunca obtendrás la vida.

Extracto de ‘Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”

Nota al pie:

a. Un pedazo de madera muerta: un modismo chino que significa “sin remedio”.

Aprender más: Cómo leer la Biblia

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Devocional cristiano de hoy | Estudios profundos de la Biblia – ¿Hay algún error en la Biblia?

El Registro De La Muerte De Judas
Hechos 1:18 registra: “Este, pues, con el precio de su infamia adquirió un terreno, y cayendo de cabeza se reventó por el medio, y todas sus entrañas se derramaron”. Pero Mateo 27:5 ilustra: “Y él, arrojando las piezas de plata en el santuario, se marchó; y fue y se ahorcó”. De los dos versículos, uno dice que Judas se reventó por el medio, mientras que el otro dice que se ahorcó. ¿Cómo él murió exactamente? ¿Cuál de los dos versículos es exacto?

Devocional cristiano de hoy | Estudios profundos de la Biblia – ¿Hay algún error en la Biblia?

Comencé a leer la Biblia cuando comenzó a seguir al Señor. Así que conocía mucho la obra que Dios había hecho anteriormente. Tales como, la creación de Jehová Dios de los cielos y la tierra y todas las cosas, destruyendo el mundo con un diluvio, la quema de Sodoma, Jesucristo curando a los enfermos y expulsando a los demonios, alimentando a los cinco mil con cinco panes y dos peces, etcėtera. Al leer la Biblia, estaba convencida de que Jesucristo es el único Dios verdadero que creó los cielos y la tierra y todas las cosas. Desde entonces, la Biblia se convirtió en la base de mi creencia en Dios. Creía que todas las palabras en la Biblia eran las palabras de Dios, que la Biblia era un libro celestial, un libro sagrado, era sagrado, no contenía inexactitudes ni errores, y que las escrituras de cualquier gran hombre no podían compararse con ella. Entonces, leer la Biblia se convirtió en una parte esencial de mi vida cotidiana, y lo hice día tras día y año tras año. Un día, me encontré con algunos versículos en la Biblia que daban diferentes versiones de la misma cosa. Me quedé sorprendida: ¡No! ¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo podría haber discrepancias en los registros de la Biblia? ¿No es la Biblia dada por inspiración de Dios? ¡Viene completamente de Dios! ¿Cómo podría haber discrepancias? Pensé que lo leí mal, así que los leí de nuevo cuidadosamente. Después de leer, descubrí que los registros son realmente diferentes. Me confundí. Más tarde, encontré los relatos de más asuntos inconsistentes o contradictorios en la Biblia. Los siguientes son algunos ejemplos:

El Registro De La Muerte De Judas
Hechos 1:18 registra: “Este, pues, con el precio de su infamia adquirió un terreno, y cayendo de cabeza se reventó por el medio, y todas sus entrañas se derramaron”. Pero Mateo 27:5 ilustra: “Y él, arrojando las piezas de plata en el santuario, se marchó; y fue y se ahorcó”. De los dos versículos, uno dice que Judas se reventó por el medio, mientras que el otro dice que se ahorcó. ¿Cómo él murió exactamente? ¿Cuál de los dos versículos es exacto?

El registro de Pedro negando al Señor tres veces
Marcos 14:30 ilustra: “Y Jesús le dijo: En verdad te digo que tú, hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces”. Pero Juan 13:38 ilustra: “Jesús le respondió: ¿Tu vida darás por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo sin que antes me hayas negado tres veces”. Estos dos versículos ilustran lo mismo, pero sus descripciones de las tres negaciones del Señor por parte de Pedro son diferentes al mismo tiempo. Si fueron dados por inspiración de Dios, no debe haber ninguna discrepancia entre ellos.

Genealogía de Jesús, Creado por Mateo
Mateo 1:1 y 16-25 ilustran: “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. … Jacob engendró a José, el marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo. De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones; y desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones. Y el nacimiento de Jesucristo fue como sigue. Estando su madre María desposada con José, antes de que se consumara el matrimonio, se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo. Y José su marido, siendo un hombre justo y no queriendo difamarla, quiso abandonarla en secreto. Pero mientras pensaba en esto, he aquí que se le apareció en sueños un ángel del Señor, diciendo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque el Niño que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo. Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta, diciendo: He aqui, la virgen concebira y dara a luz un hijo, y le pondran por nombre Emmanuel, que traducido significa: Dios con nosotros. Y cuando despertó José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer; y la conservó virgen hasta que dio a luz un hijo; y le puso por nombre Jesús”. La Biblia dice claramente que Jesucristo fue concebido por el Espíritu Santo, y que Él y José no fueron emparentados por sangre. La genealogía documentada aquí es la de José. ¿Cómo podría ser Jesucristo? ¿Cuando habla de la genealogía de Jesucristo, no significa que Ėl es un hombre, el hijo de José, pero no el Dios encarnado concebido por el Espíritu Santo? Porque solo el hombre tiene su genealogía.
Dios no es un miembro de la raza humana, entonces ¿cómo podría Ėl tener Su genealogía? Estas preguntas me han dejado cada vez más y más desconcertada. Entonces muchas veces oré a Dios, “¡Oh Señor! ¿Cómo podría haber discrepancias en la Biblia? ¿De qué se trata todo esto? ¿Toda la Biblia no viene de la inspiración de Dios? ¿Podría haber errores en ella? ¡Pero, de hecho hay contradicciones en estos versículos! ¡Oh, Señor! Realmente no puedo entenderlos. Que Tú me ilumines y me guíes para comprender el misterio que hay en ellos”.

Jesucristo es fiel. Como dijo Ėl : “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Él realmente escuchó mi oración. Un día, vi un pasaje de palabras en un libro: “El Evangelio de Mateo, en el Nuevo Testamento, documenta la genealogía de Jesús. Al principio, dice que era descendiente de Abraham, hijo de David, e hijo de José; después dice que fue concebido por el Espíritu Santo, y nacido de una virgen; esto significaba que no era el hijo de José o un descendiente de Abraham, que no era el hijo de David. La genealogía, sin embargo, insiste en asociar a Jesús con José. Seguidamente, la misma comienza a relatar el proceso por medio del cual nació Jesús. Dice que fue concebido por el Espíritu Santo, que nació de una virgen, y no fue el hijo de José. Pero en la genealogía está escrito con claridad que Jesús fue el hijo de José; y como esta se escribe para Jesús, registra cuarenta y dos generaciones. Cuando llega a la generación de José, dice apresuradamente que era el marido de María, palabras con el fin de demostrar que Jesús era descendiente de Abraham. ¿No es una contradicción? La genealogía documenta con nitidez el linaje de José, es obviamente su genealogía, pero Mateo insiste en que es la de Jesús. ¿No niega esto la realidad de la concepción de Jesús por el Espíritu Santo? Por tanto, ¿no es la genealogía escrita por Mateo una idea humana? ¡Es ridículo! De esta forma sabes que este libro no vino totalmente del Espíritu Santo”. A partir de este pasaje, entendí que la genealogía que Mateo creó para Jesús no es la voluntad de Dios, sino que es enteramente su propia idea. ¿Cómo podría Dios tener Su genealogía? Mateo conocía muy bien la concepción de Jesús por el Espíritu Santo, pero creó una genealogía para Jesús, diciendo que Ėl es la simiente de David y el hijo de José. ¿No es esto una contradicción? ¿No es esto negando la concepción de Jesús por el Espíritu Santo? ¿No engaña a las personas a pensar que Jesucristo es el hijo de José, un hombre? ¡Esto es oponerse y blasfemar a Dios! En ese momento, me di cuenta de que hay inexactitud en el versículo, “Toda Escritura es inspirada por Dios …” (2 Timoteo 3:16).

¿De qué se tratan las otras contradicciones en la Biblia? Seguí leyendo el libro:

“Si los Cuatro Evangelios vinieron todos del Espíritu Santo, entonces ¿por qué dicen Mateo, Marcos, Lucas y Juan cosas diferentes sobre la obra de Jesús? Si no creéis esto, mirad entonces los relatos de la Biblia de cómo Pedro negó al Señor tres veces: son todos diferentes y cada uno tiene sus propias características. […] Leed detenidamente los Cuatro Evangelios; leed lo que registraron acerca de las cosas que Jesús hizo y las palabras que habló. Cada relato era, simplemente, diferente y cada uno de ellos tenía su propia perspectiva. Si lo escrito por los autores de estos libros vino todo del Espíritu Santo, entonces tendrían que ser todos iguales y coherentes. Entonces ¿por qué existen discrepancias? […] Después de que Lucas y Mateo hubieran oído las palabras de Jesús y visto Su obra, hablaron desde su propio conocimiento en forma de reminiscencias que detallaban algunos de los hechos llevados a cabo por Jesús. ¿Puedes decir que su conocimiento fue revelado completamente por el Espíritu Santo?”. “Puede decirse que lo que registraron fue acorde con su nivel de educación y calibre humano, que fueron las experiencias de los hombres, que cada uno tuvo sus propios medios de recopilar y conocer, y que cada registro era diferente. Por tanto, ¡si adoras la Biblia como si fuera Dios eres extremadamente ignorante y estúpido!” Mientras leí estas palabras, reflexioné sobre ellas cuidadosamente. Entendí que los Cuatro Evangelios son los registros de la obra de Jesucristo por Sus discípulos. Como dijo Lucas: “Por cuanto muchos han tratado de compilar una historia de las cosas que entre nosotros son muy ciertas, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra, también a mí me ha parecido conveniente, después de haberlo investigado todo con diligencia desde el principio, escribírtelas ordenadamente, excelentísimo Teófilo, para que sepas la verdad precisa acerca de las cosas que te han sido enseñadas” (Lucas 1:1-4).

Los Cuatro Evangelios fueron escritos por Lucas y otros según lo que los predicadores habían dicho y lo que ellos mismos habían escuchado y visto; el libro de Hechos es el relato de los discípulos de Jesús predicando Su camino. Es decir, los Cuatro Evangelios y el libro de Hechos son registros de las cosas que sucedieron. Porque fueron escritos según los recuerdos de los hombres y lo que habían oído de los demás, inevitablemente hay algunos errores en ellos. Los hombres tienen pensamientos y, por lo tanto, tienen sus propias opiniones y conocimientos sobre muchas cosas. Entonces, la obra de los hombres está inevitablemente mezclada con sus puntos de vista subjetivos. Por lo tanto, lo que ellos expresan en su obra no se puede decir que represente completamente la voluntad de Dios. Por ejemplo, Mateo podría escribir la genealogía de Jesucristo, que es suficiente para demostrar que hay impurezas en la obra del hombre. Sin embargo, consideré todas las palabras en la Biblia como las palabras de Dios, pensando que se daban por inspiración de Dios y provenían completamente de Dios. ¡Soy extremadamente estúpida! Leía la Biblia todos los días, pero no encontré muchas palabras en ella que sean registros de las experiencias y el conocimiento de los hombres, y hasta la consideré como un libro celestial, un libro sagrado. ¿Estoy creyendo en Dios? ¿No he considerado la creencia en la Biblia como una creencia en Dios?

A través de la iluminación del Espíritu Santo, llegué a entender que el autor de la Biblia es el hombre, no Dios. Si consideramos que creer en la Biblia es creer en Dios, es una blasfemia contra Dios. En ese caso, no importa cuántos sufrimientos suframos y cuántos precios paguemos, Dios no reconocerá nuestra fe. Por lo tanto, para ser aprobado por el Señor en nuestra fe, la condición más fundamental es tratar la Biblia correctamente, y no considerar la creencia en la Biblia como la creencia en Dios. Lo más importante en la fe en Dios es esforzarse más en leer y practicar Sus palabras. Si creemos en Dios pero no practicamos Sus palabras, incluso si recitamos la Biblia al revés, no seremos reconocidos por Dios, y mucho menos entraremos en el reino de los cielos, porque Jesucristo nos dijo claramente “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).

Agradezco a Dios por Su iluminación y guía, para que yo sepa cómo caminar el camino para seguir a Él en el futuro y cómo buscar ser complacida por Él. Que toda la gloria sea para nuestro Padre que está en los cielos. ¡Amén!

(Traducido del original en inglés al español por Jose M. Flecha)

Recomendación: Estudios bíblicos

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Preguntas Biblicas – Cómo tratar las profecías bíblicas de acuerdo con la voluntad de Dios

Las palabras de Dios dicen: “[…] y todo lo que el hombre acepta es según el significado literal y acorde con su imaginación; no es conforme a los principios de la obra del Espíritu Santo ni se ajusta a las intenciones de Dios.

Preguntas Biblicas – Cómo tratar las profecías bíblicas de acuerdo con la voluntad de Dios

La Biblia dice: “Pero ante todo sabed esto, que ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios” (2 Pedro 1:20-21). “[…] que los ignorantes e inestables tuercen—como también tuercen el resto de las Escrituras—para su propia perdición” (2 Pedro 3:16). “porque la letra mata, pero el Espíritu da vida” (2 Corintios 3:6). Estos versículos nos dicen que no podemos interpretar las profecías literalmente confiando en nuestros conceptos e imaginaciones, porque las profecías son de Dios, y es sólo a través de la iluminación del Espíritu Santo que podemos entenderlas. Sin embargo, antes de que se cumplan las profecías, es fácil para nosotros confiar en nuestras propias nociones e interpretarlas literalmente. Esto hace que sea fácil interpretar mal las profecías. Y nuestras interpretaciones absurdas engañarán a otros. Por ejemplo, cuando se trataba de las profecías sobre la llegada de Mesías, los fariseos dependían de sus propias ideas. Antes de que Jesucristo naciera, basado en el significado literal de las profecías en Isaías 7:14, 9: 6-7 y Miqueas 5: 2, imaginaron la llegada de Mesías: Mesías nacería de una virgen en Belén, y se llamaría Emmanuel; Crecería en un palacio y gobernaría a Israel sentado en un trono. Sin embargo, cuando las profecías se cumplieron, la forma en que habían imaginado a Él terminó por estar en desacuerdo con los hechos. Lo que realmente vieron fue: El Señor nació de María casada y de la familia de un carpintero, y fue llamado Jesús; Vino de Nazaret, y al final fue clavado en la cruz. Esto es muy diferente del significado literal de las profecías. Por lo tanto, aunque vieron que la obra y la predicación de Jesucristo tenían autoridad y poder, los fariseos no reconocían a Jesucristo como Mesías prometido. En cambio, ellos blasfemaron incluso contra Jesucristo, diciendo que Él dependía del príncipe de los demonios para expulsar a los demonios. Así, cometieron el pecado de blasfemar contra el Espíritu Santo, ofendieron la disposición de Dios y nunca obtendrían el perdón del Señor. Y aquellos plebeyos que no tenían discernimiento y creían lo que los fariseos decían, también perdieron la salvación de Dios. De este ejemplo, podemos ver que debido a que los fariseos se aferraron a sus imaginaciones y al significado literal de las profecías, se arruinaron a sí mismos y también a otros

Habiendo pasado dos mil años, ahora es el momento clave para saludar la venida del Señor. En la Biblia, hay muchas profecías diferentes acerca de la venida del Señor y a menudo las explicamos de manera literal, por lo que tenemos muchas nociones sobre ellas. Por ejemplo, cuando vemos los versículos de la Biblia acerca de la llegada del Señor mencionando “a medianoche” y “como ladrón” (Vea Apocalipsis 16:15; Mateo 25:6), Estamos seguros del significado literal de que el Señor vendrá a la medianoche. Como resultado, en la noche algunos cristianos duermen en sus abrigos y pantalones, esperando ser raptados completamente vestidos. Sin embargo, cuando vemos que la Biblia dice: “He aqui, viene con las nubes y todo ojo le verá […]” (Apocalipsis 1:7), entendemos literalmente que el Señor regresará en una nube durante el día para aparecer a la humanidad, y todos lo verán. En consecuencia, algunas personas frecuentemente miran hacia los cielos, anhelando el día en que el Señor descenderá repentinamente entre nosotros en una nube. En resumen, tenemos muchas ideas equivocadas sobre este tema. Las palabras de Dios dicen: “[…] y todo lo que el hombre acepta es según el significado literal y acorde con su imaginación; no es conforme a los principios de la obra del Espíritu Santo ni se ajusta a las intenciones de Dios. […] ¿pero sabes que los misterios de Dios son insondables para el hombre? ¿Sabes que el hombre no puede explicar las palabras de Dios? ¿Estás tan seguro de que fuiste ilustrado e iluminado por el Espíritu Santo? ¿Te lo mostró el Espíritu Santo de un modo tan directo? ¿Son estas las directrices del Espíritu Santo o son tus conceptos?” Las palabras de Dios nos dicen que nadie puede comprender los misterios de Dios; dependiendo de nuestra imaginación para interpretar las profecías literalmente no es conforme a las intenciones de Dios, por lo que debemos dejar de imaginar escenas de la llegada del Señor, porque no sabemos en absoluto cómo se cumplirán las profecías antes de que Dios mismo las cumpla. Todos somos creaciones de Dios y, por lo tanto, no sabemos cómo cumplirá Dios Su obra. Aunque algunos profetas hablaron algunas profecías después de recibir la revelación de Dios, no sabían cuál era su verdadero significado ni cómo se cumplirían.

Por lo tanto, con respecto a las profecías del retorno del Señor, debemos orar más, tener un corazón temeroso de Dios y una actitud de búsqueda humilde. Sólo así podemos recibir la iluminación del Espíritu Santo y dar la bienvenida al Señor. Los discípulos originales de Jesucristo, como Pedro, Juan y Natanael, no se aferraron al significado literal de las profecías ni lo compararon con lo que Dios hizo, ni establecieron reglas sobre cómo debería venir Dios, sino que se centraron en escuchando la verdad que Jesucristo expresó, y vieron que Su obra estaba llena de autoridad y poder y no podía ser realizada por nadie más. Por esta razón, determinaron que Jesucristo era el Mesías venidero, por lo tanto, le dieron la bienvenida a Jesucristo y recibieron la salvación de Dios al final. Este es el camino correcto por el cual dieron la bienvenida al Mesías. Por lo tanto, cuando se trata de cómo tratar el regreso del Señor, debemos ser personas que buscan abiertamente la verdad. Si alguien da testimonio del regreso del Señor, no debemos cometer el mismo error que cometieron los fariseos; rechazarlos ciegamente confiando en nuestras imaginaciones y nociones y en el significado literal de las profecías, sino que nosotros mismos debemos buscar e investigar. Solo con un corazón que venera a Dios podemos tener la oportunidad de recibir al Señor y entenderemos cómo las profecías se hacen realidad casi sin darnos cuenta.

Recomendación: Estudios bíblicos

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Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

(Traducido del original en inglés al español por Jose M. Flecha)

¿por qué decís que no todas las palabras de la Biblia son palabra de Dios?

No todo en la Biblia es un registro de las palabras habladas personalmente por Dios. La Biblia simplemente documenta las dos etapas anteriores de la obra de Dios, de las cuales una parte es un registro de la predicción de los profetas, y otra las experiencias y el conocimiento escritos por personas usadas por Dios a lo largo de los tiempos.

En la Biblia, Pablo afirma: “Toda Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16). Todas las palabras de la Biblia son, por tanto, palabra de Dios. Entonces, ¿por qué decís que no todas las palabras de la Biblia son palabra de Dios?

Las palabras relevantes de Dios:

No todo en la Biblia es un registro de las palabras habladas personalmente por Dios. La Biblia simplemente documenta las dos etapas anteriores de la obra de Dios, de las cuales una parte es un registro de la predicción de los profetas, y otra las experiencias y el conocimiento escritos por personas usadas por Dios a lo largo de los tiempos. Las experiencias humanas están contaminadas con opiniones y conocimiento humanos, y esto es algo inevitable. En muchos de los libros de la Biblia hay nociones humanas, prejuicios humanos y el entendimiento absurdo de los humanos. Por supuesto, la mayoría de las palabras son el resultado de la ilustración y la iluminación del Espíritu Santo, y son las comprensiones correctas, pero sigue sin poderse decir que sean expresiones de la verdad totalmente precisas. Sus opiniones sobre ciertas cosas no son nada más que conocimiento derivado de la experiencia personal, o el esclarecimiento del Espíritu Santo. Dios instruyó personalmente la predicción de los profetas: las profecías de la gente como Isaías, Daniel, Esdras, Jeremías y Ezequiel vinieron de la instrucción directa del Espíritu Santo; estas personas eran profetas, habían recibido el Espíritu de profecía, y eran todos profetas del Antiguo Testamento. Durante la Era de la Ley, estas personas, que habían recibido las inspiraciones de Jehová, hablaron muchas profecías, que fueron instruidas directamente por Jehová.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne

Durante la Era de la Ley del Antiguo Testamento, el gran número de profetas levantados por Jehová profetizó en Su nombre, dio instrucciones a diversas tribus y naciones, y predijo la obra que Jehová haría. Este había dado el Espíritu de profecía a todas estas personas que había levantado: eran capaces de ver Sus visiones, de oír Su voz; por tanto, estaban inspiradas por Él y escribían profecía. La obra que hacían era la expresión de la voz de Jehová, la expresión de Su profecía, y la obra de Jehová en ese momento era simplemente guiar a las personas usando el Espíritu; Él no se hizo carne, y las personas no veían Su rostro. Por tanto, levantó muchos profetas para hacer Su obra, y les dio oráculos que transmitieron a cada tribu y clan de Israel. Su trabajo era hablar profecía, y algunos escribieron las instrucciones de Jehová para mostrarlas a otros. Él levantó a estas personas para hablar profecía, predecir la obra del futuro o la que aún debía hacerse durante ese tiempo, de forma que las personas pudieran ver las maravillas y la sabiduría de Jehová. Estos libros de profecía eran bastante diferentes de los demás libros de la Biblia; eran palabras habladas o escritas por aquellos a los que se había dado el Espíritu de profecía; por aquellos que habían obtenido de Jehová las visiones o la voz. Aparte de los libros de profecía, todo lo demás en el Antiguo Testamento está compuesto por registros hechos por personas después de que Jehová hubiera terminado Su obra. Estos libros no pueden reemplazar a la predicción hablada por los profetas levantados por Jehová, del mismo modo que Génesis y Éxodo no pueden compararse con el libro de Isaías ni el de Daniel. Las profecías se hablaron antes de que la obra se hubiera llevado a cabo; los otros libros, entretanto, se escribieron después de que la obra hubiera terminado, lo cual era lo que las personas eran capaces de hacer. […] De esta forma, lo que se registra en el Antiguo Testamento de la Biblia es puramente la obra de Dios en Israel en ese momento. Las palabras habladas por los profetas, por Isaías, Daniel, Jeremías y Ezequiel… sus palabras predicen Su otra obra sobre la tierra, la obra de Jehová Dios mismo. Todo esto venía de Dios, era la obra del Espíritu Santo, y aparte de estos libros de los profetas, todo lo demás es un relato de las experiencias de la obra de Jehová por parte de las personas en ese momento.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Hoy, las personas creen que la Biblia es Dios, y que Él es la Biblia. Así, también creen que todas las palabras de la Biblia fueron las únicas palabras habladas por Dios, y que Él las pronunció todas. Los que creen en Dios piensan incluso que, aunque los sesenta y seis libros del Antiguo y del Nuevo Testamento fueron escritos por personas, fueron todos inspirados por Dios, y un registro de las declaraciones del Espíritu Santo. Esta es la comprensión errónea del hombre, y no es completamente acorde con los hechos. En realidad, aparte de los libros de profecía, la mayor parte del Antiguo Testamento es un relato histórico. Algunas de las epístolas del Nuevo Testamento provienen de las experiencias de las personas, y otras del esclarecimiento del Espíritu Santo; las epístolas paulinas, por ejemplo, surgieron de la obra de un hombre, fueron el resultado del esclarecimiento del Espíritu Santo, y se escribieron para las iglesias, y fueron palabras de exhortación y aliento para los hermanos y hermanas de las mismas. No fueron palabras habladas por el Espíritu Santo; Pablo no podía hablar en nombre del Espíritu Santo, ni era profeta, y mucho menos veía las visiones como Juan. Sus epístolas se escribieron para las iglesias de Éfeso, Filadelfia, Galacia, y otras. Por tanto, las epístolas paulinas del Nuevo Testamento son epístolas que Pablo escribió para las iglesias, y no son inspiraciones del Espíritu Santo ni Sus declaraciones directas. Son simplemente palabras de exhortación, alivio y aliento que escribió para las iglesias durante el transcurso de su obra. Así, también, son un registro de gran parte de la obra de Pablo en esa época. Se escribieron para todos los hermanos y hermanas en el Señor, para que los hermanos y hermanas de las iglesias de esa época siguieran su consejo y vivieran de acuerdo con el camino de arrepentimiento del Señor Jesús. De ninguna manera dijo Pablo que, en las iglesias de esa época o las del futuro, todos deben comer y beber las cosas que él escribió, ni que sus palabras venían todas de Dios. De acuerdo con las circunstancias de la iglesia en esa época, él simplemente tenía comunión con los hermanos y las hermanas, los exhortaba, e inspiraba fe en ellos, y simplemente predicaba, o recordaba a las personas y las exhortaba. Sus palabras estaban basadas en su propia carga, y apoyaba a las personas por medio de ellas. Él hizo la obra de un apóstol de las iglesias de esa época, era un obrero usado por el Señor Jesús, y por tanto se habría responsabilizado de las iglesias, y tuvo que llevar a cabo la obra de las mismas, tuvo que aprender acerca de las condiciones de los hermanos y las hermanas; por ello, escribió epístolas para todos ellos en el Señor. Todo lo edificante y positivo para las personas que habló fue correcto, pero no representaba las declaraciones del Espíritu Santo ni podía representar a Dios. ¡Es un entendimiento atroz y una blasfemia tremenda que las personas traten los relatos de las experiencias de un hombre y las epístolas de un hombre como las palabras habladas por el Espíritu Santo a las iglesias! Eso es particularmente cierto cuando se trata de las epístolas que Pablo escribió para las iglesias, porque estas se escribieron para los hermanos y hermanas, según las circunstancias y la situación de cada iglesia en esa época. Su fin era exhortar a los hermanos y hermanas en el Señor, de forma que pudieran recibir la gracia del Señor Jesús. Sus epístolas tenían el fin de animar a los hermanos y hermanas de esa época a actuar. Puede decirse que esta era su propia carga, y también la que el Espíritu Santo le dio; después de todo, fue un apóstol que dirigió a las iglesias de esa época, que escribió epístolas para las iglesias y las exhortó; esta era su responsabilidad. Su identidad fue simplemente la de un apóstol obrero, y fue simplemente un apóstol enviado por Dios; no fue un profeta ni un adivino. Para él, su propia obra y las vidas de los hermanos y hermanas eran de la mayor importancia. Por tanto, no podía hablar en nombre del Espíritu Santo. Sus palabras no eran las palabras del Espíritu Santo, y mucho menos podría decirse que fueran las de Dios, porque Pablo no era nada más que una criatura de Dios y, sin duda, no era Su encarnación. Su identidad no era la misma que la de Jesús. Las palabras de Jesús fueron las del Espíritu Santo, las de Dios, porque Su identidad era la de Cristo, el Hijo de Dios. ¿Cómo podía ser Pablo Su igual? Si las personas consideran las epístolas o las palabras similares a las de Pablo como declaraciones del Espíritu Santo, y las adoran como a Dios, sólo puede decirse que no discriminan correctamente. Dicho de forma más seria, ¿no es esto simplemente blasfemia? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios? ¿Y cómo podrían las personas postrarse ante los relatos de sus epístolas y las palabras que habló como si fueran un libro santo o un libro celestial? ¿Podría el hombre pronunciar informalmente las palabras de Dios? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios? Por tanto, ¿qué dices? ¿Podrían las epístolas escritas para las iglesias no estar contaminadas con sus propias ideas? ¿Cómo no iban a estar contaminadas con ideas humanas? Él escribió epístolas para las iglesias, basándose en sus experiencias personales y su propio conocimiento. Por ejemplo, Pablo escribió una epístola a las iglesias gálatas, que contenía una determinada opinión, y Pedro escribió otra con otro punto de vista. ¿Cuál de ellas vino del Espíritu Santo? Nadie lo puede decir con seguridad. Así pues, sólo puede decirse que ambos llevaban una carga para las iglesias, pero sus cartas representan su estatura, su provisión y apoyo para los hermanos y las hermanas, su carga hacia las iglesias, y sólo representan obra humana, no eran totalmente del Espíritu Santo. Si dices que sus epístolas son las palabras del Espíritu Santo, entonces eres absurdo, ¡y estás cometiendo blasfemia! Las epístolas paulinas y las otras epístolas del Nuevo Testamento equivalen a las biografías de figuras espirituales más recientes: Están a la par de los libros de Watchman Nee o las experiencias de Lawrence, y así por el estilo. Es simplemente que los libros de figuras espirituales recientes no están recopilados en el Nuevo Testamento, pero la esencia de estas personas era la misma: fueron personas usadas por el Espíritu Santo durante cierto período, y no podían representar directamente a Dios.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”

La Biblia registra muchas de las palabras y la obra de Dios. Entonces, ¿cómo leer la Biblia para conocer mejor a Dios? Haga clic en WhatsApp para comunicarse con nosotros.

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Relativo a la Biblia (3)

¿Quién escribió la genealogía de Jesús? ¿Lo hizo Él mismo? ¿Les dijo Jesús personalmente: “Escribid Mi genealogía”? Mateo la escribió después de que Jesús fuera clavado en la cruz. En aquella época, Él había hecho mucha obra incomprensible para Sus discípulos, sin proveer explicación alguna.

No todo en la Biblia es un registro de las palabras habladas personalmente por Dios. La Biblia simplemente documenta las dos etapas anteriores de la obra de Dios, de las cuales una parte es un registro de la predicción de los profetas, y otra las experiencias y el conocimiento escritos por personas usadas por Dios a lo largo de los tiempos. Las experiencias humanas están contaminadas con opiniones y conocimiento humanos, y esto es algo inevitable. En muchos de los libros de la Biblia hay nociones humanas, prejuicios humanos y el entendimiento absurdo de los humanos. Por supuesto, la mayoría de las palabras son el resultado de la ilustración y la iluminación del Espíritu Santo, y son las comprensiones correctas, pero sigue sin poderse decir que sean expresiones de la verdad totalmente precisas. Sus opiniones sobre ciertas cosas no son nada más que conocimiento derivado de la experiencia personal, o el esclarecimiento del Espíritu Santo. Dios instruyó personalmente la predicción de los profetas: las profecías de la gente como Isaías, Daniel, Esdras, Jeremías y Ezequiel vinieron de la instrucción directa del Espíritu Santo; estas personas eran profetas, habían recibido el Espíritu de profecía, y eran todos profetas del Antiguo Testamento. Durante la Era de la Ley, estas personas, que habían recibido las inspiraciones de Jehová, hablaron muchas profecías, que fueron instruidas directamente por Jehová. ¿Y por qué obró Jehová en ellas? Porque el pueblo de Israel era el pueblo escogido de Dios y la obra de los profetas tenía que llevarse a cabo entre ellos; es por eso que los profetas pudieron recibir tales revelaciones. De hecho, ellos mismos no entendieron las revelaciones de Dios a ellos. El Espíritu Santo habló esas palabras a través de sus bocas de forma que las personas del futuro pudieran comprender esas cosas, y ver que eran realmente la obra del Espíritu de Dios, del Espíritu Santo, y que no venían del hombre, y para darles confirmación de la obra del Espíritu Santo. Durante la Era de la Gracia, Jesús mismo hizo toda esta obra en su lugar, así que las personas no hablaron más profecía. Entonces, ¿Jesús fue un profeta? Por supuesto, Jesús era un profeta, pero también fue capaz de hacer la obra de los apóstoles, podía hablar profecía y predicar y enseñar a las personas por todo el territorio. Pero la obra que hizo y la identidad que representó no eran las mismas cosas. Él vino a redimir a toda la humanidad, a redimir al hombre del pecado; Él era un profeta, y un apóstol, pero más que eso, era Cristo. Un profeta puede hablar profecía, pero no puede decirse que sea Cristo. En esa época, Jesús habló mucha profecía, y por tanto puede decirse que fue un profeta, pero no que fuera un profeta y por eso no Cristo. Eso se debe a que representó a Dios mismo al llevar a cabo una etapa de la obra, y Su identidad era diferente de la de Isaías: Él vino a completar la obra de la redención, y también proveyó la vida del hombre, y el Espíritu de Dios vino sobre Él directamente. En la obra que hizo, no hubo inspiraciones del Espíritu de Dios ni instrucciones de Jehová, sino que el Espíritu vino a obrar directamente; esto es suficiente para demostrar que Jesús no fue lo mismo que un profeta. La obra realizada fue la redención, y después vino el hablar profecía. Él fue un profeta, un apóstol pero, más que eso, fue el Redentor. Los que predecían, entretanto, sólo podían hablar profecía, y eran incapaces de representar al Espíritu de Dios en cualquier otra obra. Como Jesús hizo mucha obra que el hombre nunca antes había hecho, y llevó a cabo la obra de redimir a la humanidad, fue pues diferente a los semejantes a Isaías. Que algunas personas no acepten la corriente de hoy se debe a que esto ha creado un obstáculo para ellos. Ellos dicen: “En el Antiguo Testamento, muchos profetas también hablaron muchas palabras; ¿por qué no fueron entonces Dios encarnado? El Dios de hoy habla palabras; ¿es eso suficiente para demostrar que Él es Dios encarnado? No exaltáis la Biblia en ni la estudias; ¿qué base tienes para decir que Él es la encarnación de Dios? Dices que el Espíritu Santo las instruye, y crees que esta etapa de la obra es obra personalmente realizada por Dios; pero ¿cuál es tu base para esto? Centras tu atención en las palabras de Dios hoy; y parece como si hubieras negado la Biblia y la hubieras puesto a un lado”. Por tanto, dicen que crees en herejías y en la heterodoxia.

Si deseas dar testimonio de la obra de Dios durante los últimos días, debes entender entonces la historia interior, la estructura y la esencia de la Biblia. Hoy, las personas creen que la Biblia es Dios, y que Él es la Biblia. Así, también creen que todas las palabras de la Biblia fueron las únicas palabras habladas por Dios, y que Él las pronunció todas. Los que creen en Dios piensan incluso que, aunque los sesenta y seis libros del Antiguo y del Nuevo Testamento fueron escritos por personas, fueron todos inspirados por Dios, y un registro de las declaraciones del Espíritu Santo. Esta es la comprensión errónea del hombre, y no es completamente acorde con los hechos. En realidad, aparte de los libros de profecía, la mayor parte del Antiguo Testamento es un relato histórico. Algunas de las epístolas del Nuevo Testamento provienen de las experiencias de las personas, y otras del esclarecimiento del Espíritu Santo; las epístolas paulinas, por ejemplo, surgieron de la obra de un hombre, fueron el resultado del esclarecimiento del Espíritu Santo, y se escribieron para las iglesias, y fueron palabras de exhortación y aliento para los hermanos y hermanas de las mismas. No fueron palabras habladas por el Espíritu Santo; Pablo no podía hablar en nombre del Espíritu Santo, ni era profeta, y mucho menos veía las visiones como Juan. Sus epístolas se escribieron para las iglesias de Éfeso, Filadelfia, Galacia, y otras. Por tanto, las epístolas paulinas del Nuevo Testamento son epístolas que Pablo escribió para las iglesias, y no son inspiraciones del Espíritu Santo ni Sus declaraciones directas. Son simplemente palabras de exhortación, alivio y aliento que escribió para las iglesias durante el transcurso de su obra. Así, también, son un registro de gran parte de la obra de Pablo en esa época. Se escribieron para todos los hermanos y hermanas en el Señor, para que los hermanos y hermanas de las iglesias de esa época siguieran su consejo y vivieran de acuerdo con el camino de arrepentimiento del Señor Jesús. De ninguna manera dijo Pablo que, en las iglesias de esa época o las del futuro, todos deben comer y beber las cosas que él escribió, ni que sus palabras venían todas de Dios. De acuerdo con las circunstancias de la iglesia en esa época, él simplemente tenía comunión con los hermanos y las hermanas, los exhortaba, e inspiraba fe en ellos, y simplemente predicaba, o recordaba a las personas y las exhortaba. Sus palabras estaban basadas en su propia carga, y apoyaba a las personas por medio de ellas. Él hizo la obra de un apóstol de las iglesias de esa época, era un obrero usado por el Señor Jesús, y por tanto se habría responsabilizado de las iglesias, y tuvo que llevar a cabo la obra de las mismas, tuvo que aprender acerca de las condiciones de los hermanos y las hermanas; por ello, escribió epístolas para todos ellos en el Señor. Todo lo edificante y positivo para las personas que habló fue correcto, pero no representaba las declaraciones del Espíritu Santo ni podía representar a Dios. ¡Es un entendimiento atroz y una blasfemia tremenda que las personas traten los relatos de las experiencias de un hombre y las epístolas de un hombre como las palabras habladas por el Espíritu Santo a las iglesias! Eso es particularmente cierto cuando se trata de las epístolas que Pablo escribió para las iglesias, porque estas se escribieron para los hermanos y hermanas, según las circunstancias y la situación de cada iglesia en esa época. Su fin era exhortar a los hermanos y hermanas en el Señor, de forma que pudieran recibir la gracia del Señor Jesús. Sus epístolas tenían el fin de animar a los hermanos y hermanas de esa época a actuar. Puede decirse que esta era su propia carga, y también la que el Espíritu Santo le dio; después de todo, fue un apóstol que dirigió a las iglesias de esa época, que escribió epístolas para las iglesias y las exhortó; esta era su responsabilidad. Su identidad fue simplemente la de un apóstol obrero, y fue simplemente un apóstol enviado por Dios; no fue un profeta ni un adivino. Para él, su propia obra y las vidas de los hermanos y hermanas eran de la mayor importancia. Por tanto, no podía hablar en nombre del Espíritu Santo. Sus palabras no eran las palabras del Espíritu Santo, y mucho menos podría decirse que fueran las de Dios, porque Pablo no era nada más que una criatura de Dios y, sin duda, no era Su encarnación. Su identidad no era la misma que la de Jesús. Las palabras de Jesús fueron las del Espíritu Santo, las de Dios, porque Su identidad era la de Cristo, el Hijo de Dios. ¿Cómo podía ser Pablo Su igual? Si las personas consideran las epístolas o las palabras similares a las de Pablo como declaraciones del Espíritu Santo, y las adoran como a Dios, sólo puede decirse que no discriminan correctamente. Dicho de forma más seria, ¿no es esto simplemente blasfemia? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios? ¿Y cómo podrían las personas postrarse ante los relatos de sus epístolas y las palabras que habló como si fueran un libro santo o un libro celestial? ¿Podría el hombre pronunciar informalmente las palabras de Dios? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios? Por tanto, ¿qué dices? ¿Podrían las epístolas escritas para las iglesias no estar contaminadas con sus propias ideas? ¿Cómo no iban a estar contaminadas con ideas humanas? Él escribió epístolas para las iglesias, basándose en sus experiencias personales y su propio conocimiento. Por ejemplo, Pablo escribió una epístola a las iglesias gálatas, que contenía una determinada opinión, y Pedro escribió otra con otro punto de vista. ¿Cuál de ellas vino del Espíritu Santo? Nadie lo puede decir con seguridad. Así pues, sólo puede decirse que ambos llevaban una carga para las iglesias, pero sus cartas representan su estatura, su provisión y apoyo para los hermanos y las hermanas, su carga hacia las iglesias, y sólo representan obra humana, no eran totalmente del Espíritu Santo. Si dices que sus epístolas son las palabras del Espíritu Santo, entonces eres absurdo, ¡y estás cometiendo blasfemia! Las epístolas paulinas y las otras epístolas del Nuevo Testamento equivalen a las biografías de figuras espirituales más recientes: Están a la par de los libros de Watchman Nee o las experiencias de Lawrence, y así por el estilo. Es simplemente que los libros de figuras espirituales recientes no están recopilados en el Nuevo Testamento, pero la esencia de estas personas era la misma: fueron personas usadas por el Espíritu Santo durante cierto período, y no podían representar directamente a Dios.

El Evangelio de Mateo, en el Nuevo Testamento, documenta la genealogía de Jesús. Al principio, dice que Jesús era descendiente de Abraham y de David, e hijo de José; después dice que fue concebido por el Espíritu Santo, y nacido de una virgen; esto significaba que no era el hijo de José o un descendiente de Abraham ni de David. La genealogía, sin embargo, insiste en asociar a Jesús con José. Seguidamente, la misma comienza a relatar el proceso por medio del cual nació Jesús. Dice que fue concebido por el Espíritu Santo, que nació de una virgen, y no fue el hijo de José. Pero en la genealogía está escrito con claridad que Jesús fue el hijo de José; y como esta se escribe para Jesús, registra cuarenta y dos generaciones. Cuando llega a la generación de José, dice apresuradamente que era el marido de María, palabras que se dieron con el fin de demostrar que Jesús era descendiente de Abraham. ¿No es una contradicción? La genealogía documenta con nitidez el linaje de José, es obviamente su genealogía, pero Mateo insiste en que es la de Jesús. ¿No niega esto la realidad de la concepción de Jesús por el Espíritu Santo? Por tanto, ¿no es la genealogía escrita por Mateo una idea humana? ¡Es ridículo! Así es como puedes saber que este libro no vino totalmente del Espíritu Santo. Existen, quizás, algunas personas que piensen que Dios debe tener una genealogía en la tierra y, como consecuencia, clasifican a Jesús como la cuadragésimo segunda generación de Abraham. ¡Esto es realmente ridículo! Después de llegar a la tierra, ¿cómo podía Dios tener una genealogía? Si dices que Dios tiene una genealogía, ¿no lo estarías clasificando entre las criaturas de Dios? Y es que Dios no es de la tierra; Él es el Señor de la creación y, aunque es de carne, no es de la misma esencia que el hombre. ¿Cómo podrías clasificar a Dios como un ser del mismo tipo que una criatura suya? Abraham no puede representar a Dios; él fue el objeto de Su obra en ese momento, fue simplemente un fiel siervo que contó con la aprobación de Jehová, y era uno del pueblo de Israel. ¿Cómo podía ser un antepasado de Jesús?

¿Quién escribió la genealogía de Jesús? ¿Lo hizo Él mismo? ¿Les dijo Jesús personalmente: “Escribid Mi genealogía”? Mateo la escribió después de que Jesús fuera clavado en la cruz. En aquella época, Él había hecho mucha obra incomprensible para Sus discípulos, sin proveer explicación alguna. Después de que se marchó Él, los discípulos comenzaron a predicar y obrar en todas partes; a causa de esa etapa de la obra, comenzaron a escribir las epístolas y los libros del evangelio. Los correspondientes al Nuevo Testamento se escribieron entre veinte y treinta años después de la crucifixión de Jesús. Antes, el pueblo de Israel sólo leía el Antiguo Testamento. Es decir, al principio de la Era de la Gracia, las personas leían el Antiguo Testamento. El Nuevo sólo apareció durante la Era de la Gracia. No existía cuando Jesús obraba; las personas registraron Su obra después de que resucitara y ascendiera. Sólo entonces se materializaron los cuatro Evangelios y, además de estos, las epístolas de Pablo y Pedro, así como el libro de Apocalipsis. Más de trescientos años después de que Jesús ascendió al cielo, generaciones posteriores recopilaron estos documentos de manera selectiva, y solo entonces se produjo el Nuevo Testamento de la Biblia. Solo después de que esta obra se completó hubo un Nuevo Testamento; no existía previamente. Dios había hecho toda esa obra, y Pablo y los demás apóstoles habían escrito muchas epístolas a las iglesias en distintos lugares. Quienes vinieron después de ellos combinaron sus epístolas y anexaron la mayor visión registrada por Juan en la isla de Patmos, en la cual se profetizó la obra de Dios de los últimos días. Las personas hicieron esta secuencia, que es distinta a las declaraciones de hoy. Lo que se registra en la actualidad es acorde a los pasos de la obra de Dios; las personas se comprometen hoy con Su obra personal y con las palabras que Él mismo pronunció. Vosotros, la humanidad, no debéis interferir; las palabras, que vienen directamente del Espíritu, se han arreglado paso a paso, y son diferentes del arreglo de los registros del hombre. Puede decirse que lo que registraron fue acorde con su nivel de educación y calibre humano, que fueron las experiencias de los hombres, que cada uno tuvo sus propios medios de recopilar y conocer, y que cada registro era diferente. Por tanto, ¡si adoras la Biblia como si fuera Dios eres extremadamente ignorante y estúpido! ¿Por qué no buscas la obra del Dios de hoy? Sólo ella puede salvar al hombre. La Biblia no puede salvar al hombre; las personas podrían leerla por miles de años y aun así no experimentar ni el más mínimo cambio, y si la adoras, nunca obtendrás la obra del Espíritu Santo. Las dos etapas de la obra de Dios en Israel se recogen en ella y, por tanto, entre estos relatos todos los nombres pertenecen a Israel, y todos los sucesos son de allí, incluso el nombre “Jesús” es israelita. Si sigues leyendo la Biblia hoy, ¿no te estás ciñendo a las convenciones? Lo que se recoge en el Nuevo Testamento de la Biblia son los asuntos de Judea. El texto original estaba escrito en griego y en hebreo, y el nombre por el que se le llamaba y las palabras de Jesús en ese momento pertenecen todos al lenguaje del hombre. Cuando Jesús fue clavado en la cruz, clamó: “Elí, Elí, ¿lema sabactani?”. ¿No es esto hebreo? Esto se debe simplemente a que Jesús se encarnó en Judea, pero no demuestra que Dios sea judío. Hoy, Dios se ha hecho carne en China y, por tanto, todo lo que Él dice está indudablemente en chino. Sin embargo, no puede compararse con el chino traducido de la Biblia, porque la fuente de estas palabras es diferente: una viene del hebreo recogido por los hombres, y, la otra, de las declaraciones directas del Espíritu. ¿Cómo podría no haber ninguna diferencia?

Aprender más: Toda Escritura es inspirada por Dios

la venida del Hijo del hombre

Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre.(Mateo 24:27)

la venida del Hijo del hombre

Predicciones de la Biblia : Versículos sobre la venida del Hijo del hombre

Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre.(Mateo 24:27)

De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, á las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan. El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. Empero del día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo. Mas como los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre.(Mateo 24:32-37)

Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre ha de venir á la hora que no pensáis.(Mateo 24:44)

Vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera, y á la hora que no sabe,(Mateo 24:50)

Y á la media noche fué oído un clamor: He aquí, el esposo viene; salid á recibirle.(Mateo 25:6)

Porque como el relámpago, relampagueando desde una parte de debajo del cielo, resplandece hasta la otra debajo del cielo, así también será el Hijo del hombre en su día. Mas primero es necesario que padezca mucho, y sea reprobado de esta generación.(Lucas 17:24-25)

A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz: y á sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y como ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.(Juan 10:3-4)

Y sin cotradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios ha sido manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los ángeles; ha sido predicado á los Gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido recibido en gloria.(1 Timoteo 3:16)

La resurrección del Señor Jesús fortaleció nuestra fe en seguir al Señor. Ahora, han llegado los últimos días, las profecías en la Biblia se cumplen una por una. El Señor dijo una vez: «Vosotros pues también, estad apercibidos; porque á la hora que no pensáis, el Hijo del hombre vendrá» (Lucas 12:40). » Porque como el relámpago, relampagueando desde una parte de debajo del cielo, resplandece hasta la otra debajo del cielo, así también será el Hijo del hombre en su día. Mas primero es necesario que padezca mucho, y sea reprobado de esta generación» (Lucas 17: 24-25). Estas profecías mencionan que «el Hijo del hombre vendrá» o » la venida del Hijo del Hombre»; Entonces, ¿qué es exactamente «la venida del Hijo del Hombre»?¿Cómo regresará el Señor Jesús? Por favor vea la Películas cristianas en español «El misterio de la piedad» Escena 1 – El misterio de la venida del Hijo del Hombre, que nos descubrirá la respuesta.

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Explicación del Mateo 24:36: El verdadero significado de «Pero de aquel día y hora nadie sabe

El Señor Jesús profetizó: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).

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Han aparecido las cuatro lunas de sangre y cada vez son más habituales los desastres como terremotos, hambre y epidemias. Las profecías del regreso del Señor se han cumplido fundamentalmente y, en la red, algunos han dado testimonio público de que el Señor ya ha llegado. Algunos hermanos y hermanas están perplejos, ya que lo siguiente está escrito en la Biblia: “Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre” (Mateo 24:36). ¿Cómo pueden saber que el Señor ha regresado? ¿Ha vuelto realmente? ¿Qué deberíamos hacer para recibirlo? Vamos a hablar de esta misma cuestión.

“Pero de aquel día y hora nadie sabe”. ¿Qué significa esto?

Algunos hermanos y hermanas creen que cuando el Señor regrese, nadie lo sabrá y para ello se basan en el siguiente versículo de la Biblia: “Pero de aquel día y hora nadie sabe”. Por esta razón ninguno de ellos da crédito o consideración a las afirmaciones de la gente que difunde la noticia del regreso del Señor. ¿Es esta opinión correcta o no? ¿Concuerda con la voluntad del Señor? El Señor Jesús profetizó: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Estas líneas de la escritura nos demuestran que, cuando el Señor haya regresado en los últimos días, llamará a nuestra puerta con Sus palabras e incluso nos hará salir a recibirle con un grito humano que diga: “Aquí está el novio”. Hay personas que nos están contando la noticia del regreso del Señor y esto demuestra que cuando haya venido, sin duda Él se lo comunicará a la gente. Obviamente, es completamente erróneo interpretar “Pero de aquel día y hora nadie sabe” como que nadie se enterará de la venida del Señor cuando haya tenido lugar.
¿Cómo deberíamos interpretar entonces este pasaje de la escritura? Podemos conectar estos versículos: “Y de la higuera aprended la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que Él está cerca, a las puertas. En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre” (Mateo 24:32-36). “Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre” (Mateo 24:44). Y Apocalipsis 3:3 dice: “Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.” Estos pasajes utilizan profecías del regreso del Señor para darnos la respuesta. Mencionan que “el Hijo del hombre viene” y “como un ladrón”. El “Hijo del hombre”, en efecto, se refiere a Dios encarnado; el cuerpo espiritual no puede denominarse Hijo del hombre. Solo alguien como el Señor Jesús puede ser llamado el Hijo del hombre, ya que es el Espíritu de Dios vestido en la carne que ha venido entre los humanos para hacer una obra muy práctica y posee humanidad normal. “Como un ladrón” se refiere a llegar sigilosamente y en secreto. Esto pone de manifiesto que el regreso del Señor supone el descenso secreto en la carne como el Hijo del hombre. Él desciende en secreto y por eso no podremos percibirlo fácilmente, porque nadie conoce el día y la hora en que Dios aparece encarnado. Es decir, “Pero de aquel día y hora nadie sabe”, significa que nadie sabe el momento exacto del regreso del Señor. Sin embargo, cuando haya venido a hablar y obrar, sin duda, habrá personas que se hayan enterado y es entonces cuando debemos despertarnos. Cuando escuchamos a los que predican el evangelio del regreso del Señor, debemos buscar e investigar. Solo entonces podemos recibir al Señor y cenar con Él. Sin embargo, ahora mismo, no solo no estamos despiertos, sino que tampoco buscamos ni investigamos cuando escuchamos a otros predicar la noticia del regreso del Señor. ¿No significa esto que hemos malinterpretado la voluntad del Señor? Vamos a leer un par de pasajes más de las palabras de Dios para llegar a comprender estos pasajes de la escritura.

Dios Todopoderoso ha dicho: “Al amanecer, sin que nadie lo supiera, Dios vino a la tierra e inició Su vida en la carne. Las personas fueron totalmente inconscientes de ese momento. Quizás estaban todos dormidos; tal vez muchos de los que estaban despiertos y vigilantes esperaban, y es posible que muchos estuvieran orando en silencio a Dios en el cielo. Sin embargo, entre toda esta cantidad de personas, nadie supo que Dios ya había llegado a la tierra” (‘Obra y entrada (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”). “Al principio, cuando Jesús aún tenía que desarrollar oficialmente Su ministerio, como los discípulos que lo siguieron, en ocasiones asistió a reuniones, cantó himnos, alabó y leyó el Antiguo Testamento en el templo. Después de ser bautizado y levantarse, el Espíritu descendió oficialmente sobre Él y comenzó a obrar, revelando Su identidad y el ministerio que iba a emprender. Antes de esto, nadie conocía Su identidad, excepto María. Ni siquiera Juan la conocía. Jesús tenía 29 años cuando fue bautizado. Después de Su bautismo, los cielos se abrieron y una voz dijo: ‘Este es mi Hijo amado en quien me he complacido’. Una vez que Jesús había sido bautizado, el Espíritu Santo comenzó a dar testimonio de Él de esta forma. Antes de ser bautizado a la edad de 29, Él había vivido la vida de una persona ordinaria, comiendo cuando tenía que comer, durmiendo y vistiéndose normalmente, y nada de Él era diferente de los demás. Por supuesto esto sólo era así para los ojos carnales del hombre. […] La Biblia no registra lo que Él hizo antes de ser bautizado porque Él no hizo Su obra antes de ser bautizado. Él era simplemente un hombre ordinario y era lo que representaba; antes de que Jesús comenzase a desarrollar Su ministerio, no era diferente de las personas ordinarias, y los demás no podían ver diferencia en Él. Fue sólo después de alcanzar los 29 años de edad cuando Jesús supo que había venido a completar una etapa de la obra de Dios; antes, Él mismo no lo sabía, porque la obra realizada por Dios no fue sobrenatural” (‘Acerca de los apelativos y la identidad’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Las palabras de Dios Todopoderoso nos muestran que nadie sabe cuándo Dios desciende en la tierra encarnado, ni siquiera el Hijo del hombre, sino que solo el Espíritu en el cielo lo sabe. No obstante, cuando Dios empieza a hacer Su obra, el Espíritu Santo da testimonio de la obra de Dios encarnado y entonces utiliza a los seguidores de Dios para difundir el Evangelio; entonces la gente va conociéndolo poco a poco. Es igual que cuando Jehová Dios utilizó al principio a un profeta para predecir la venida del Mesías, pero solo Jehová Dios sabía cuándo o dónde llegaría. Cuando el Señor Jesús regresó en la carne para hacer Su obra, al principio ni siquiera Él mismo sabía que era el Mesías, que había venido a hacer la obra de redención. Vivió una vida normal como un ser humano corriente. Los demás tampoco sabían que el Señor Jesús era Cristo, el mismo Dios encarnado. Cuando el Señor Jesús fue bautizado, el Espíritu Santo empezó a dar testimonio de Él y el Señor Jesús comenzó a expresar el camino para el arrepentimiento de los seres humanos mediante señales y prodigios, la sanación de los enfermos y la expulsión de demonios. Algunas personas empezaron a reconocer poco a poco que el Señor Jesús era el Mesías. Los que aceptaron la obra de redención del Señor Jesús primero, como Pedro y Juan, empezaron a viajar por todas partes para difundir el evangelio del Señor. Así es cómo cada vez más personas conocieron la salvación del Señor y esta ha sido transmitida a lo largo de la historia hasta el presente. Ahora hay creyentes en todas las partes del mundo.

El Señor Jesús también predijo lo siguiente para los últimos días: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). La Biblia también dice: “Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17). “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). Cuando el señor regresa, expresa verdades que son más numerosas y elevadas que las de la Era de la Gracia, de acuerdo con nuestra estatura. Él nos juzga y purifica con Sus palabras para que nos libremos de las ataduras del pecado y así seamos purificados y transformados. De esta manera, cuando el Señor regresa en los últimos días para aparecer y hacer la obra, algunos escucharán definitivamente la voz de Dios y aceptarán Su obra para después viajar por todos los rincones de la tierra donde difundirán la buena noticia del regreso del Señor. Esto es lo mismo que cuando tuvimos fe en el Señor por primera vez; solo la aceptamos cuando escuchamos a otros predicar el evangelio de la crucifixión. Como está escrito en la Biblia: “Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo” (Romanos 10:17).

mira el vídeo,El salvador ya ha regresado en una «nube blanca»

Por tanto, cuando escuchamos la noticia del regreso del Señor, no debemos rechazarla por completo a ciegas; debemos buscarla con una mente abierta, preguntarles a los que están difundiendo el evangelio cuál es la obra que el Señor ha hecho desde Su regreso y qué palabras ha expresado. Si su testimonio concuerda con las profecías del Señor esta será la prueba de que sí que ha regresado para aparecer y obrar, y cuando lo aceptemos y nos sometamos, estaremos recibiendo al Señor. Dios Todopoderoso dice: “Ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Mientras buscabais las huellas de Dios, ignorasteis las palabras que dicen que ‘Dios es la verdad, el camino y la vida’. Y es que, cuando muchas personas reciben la verdad, no creen que han encontrado las huellas de Dios y mucho menos reconocen la aparición de Dios. ¡Qué error tan grave es ese!” (‘La aparición de Dios ha traído una nueva época’ en “La Palabra manifestada en carne”).

La Iglesia de Dios Todopoderoso es la única en todo el mundo que está dando testimonio abiertamente de que el Señor ha regresado, es decir, que Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso, ha expresado muchas verdades y ha hecho la obra de juzgar y purificar a las personas. La inmensa mayoría de las declaraciones de Dios Todopoderoso están recogidas en el libro La Palabra manifestada en carne. Las palabras de Dios han dilucidado todo aspecto de la verdad. Hablan llanamente de los misterios de las encarnaciones de Dios, las verdades escondidas dentro de la Biblia, el objetivo del plan de gestión de seis mil años de Dios para la humanidad, las diferencias entre su obra y la obra del hombre, y cómo Dios juzga y purifica a las personas, cómo deben conocerlo a Él, cómo Dios determina el resultado y el destino de todo ser humano, etc. Estas verdades están todas relacionadas con la propia obra de Dios; son todas misterios que señalan de manera clara la senda de la salvación para nosotros. Debemos dedicarnos a tratar de esclarecer si esto es el Espíritu Santo que está hablando a las iglesias, y si es el Dios de los últimos días que está haciendo Su obra de juicio empezando con Su casa. Esta es la manera de verificar si Dios Todopoderoso es el Señor Jesús regresado. Yo tengo la certeza de que, siempre que tengamos la intención de buscar, ¡Dios nos guiará a recibir el regreso del Señor! Esto se debe a que, como dijo el Señor Jesús, “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3).

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