Pregunta 34:

Tal como declara Dios Todopoderoso: “Mira a los líderes de cada denominación y grupo. Son todos arrogantes y farisaicos, e interpretan la Biblia fuera de contexto y según su propia imaginación.

Pregunta 34: Los pastores y ancianos religiosos tienen un firme conocimiento de la Biblia, a menudo interpretan la escritura por otros y hacen que se adhieran a la Biblia. Así que ¿es exponer y elevar la Biblia realmente dar testimonio del Señor y exaltarlo? ¿Por qué se dice que los pastores y ancianos religiosos son fariseos hipócritas? Todavía no tenemos claro esto, ¿nos podéis contestar esto?

Respuesta:

A la gente no debería parecerle mal que le expliquen la Biblia, pero a la vez que la explican, lo que en realidad hacen son obras que se oponen a Dios. ¿Qué clase de personas son? ¿No son unos fariseos hipócritas? ¿No son unos anticristos opuestos a Dios? ¿Por qué la explicación de los pastores y ancianos explicar la Biblia se opone a Dios? ¿Por qué supone condenar a Dios? Sigue habiendo quienes no lo entienden y aún piensan que explicar la Biblia es enaltecer a Dios y dar testimonio de Él. En aquel tiempo, la totalidad de los sumos sacerdotes, escribas y fariseos eran unos estudiosos de la Escritura, expertos en ella, que solían explicársela a la gente. Si explicar la Biblia es enaltecer al Dios y dar testimonio de Él, ¿por qué, cuando el Señor Jesús vino a predicar y obrar, ellos se opusieron a Él, lo condenaron violentamente y acabaron confabulándose con el Gobierno para crucificarlo? En la actualidad, todos los pastores y ancianos religiosos son personas que conocen la Biblia y llevan muchos años explicándola. Si explicar la Biblia es enaltecer a Dios y dar testimonio de Él, ¿por qué, cuando Dios Todopoderoso ha venido a expresar verdades y realizar Su obra de juicio, ellos no sólo no buscaron ni investigaron, sino que, por el contrario, se opusieron a Él y lo condenaron? ¿Qué problema hay aquí? ¿No es este un grave problema sobre el que debemos reflexionar todos los creyentes? Es más, si el que los líderes religiosos expliquen la Biblia es lo mismo que enaltecer a Dios y dar testimonio de Él, ¿por qué, en la Era de la Gracia, el Señor Jesús no obró en el templo cuando vino? ¿Por qué Dios Todopoderoso de los últimos días no obra en la iglesia religiosa ahora que ha venido? Pues porque los líderes religiosos no enaltecen a Dios ni dan testimonio de Él en absoluto y son todos unos fariseos hipócritas y arrogantes. Son todos unos anticristos que controlan la religión ¡y se oponen a Dios! ¡¿Cómo podrían permitir que existiera Dios o que en el mundo religioso hubiera voces que dieran testimonio de Dios?! Si Cristo encarnado viniera al mundo religioso y obrara y predicara en la iglesia religiosa, seguro que lo detendrían, se lo entregarían al partido gobernante y lo crucificarían. Si la gente fuera a las iglesias a dar testimonio de Dios, seguro que la detendrían y perseguirían. Como declaró el Señor Jesús: “Mirad, Yo os envío como ovejas en medio de lobos” (Mateo 10:16). ¿Todavía no lo vemos claro? A partir de la oposición y condena de los fariseos religiosos hacia Dios, deberíamos ser capaces de ver con nitidez si enaltecer la Biblia significa dar testimonio de Dios. ¿Es posible que se oponga a Dios la gente que verdaderamente lo enaltece y da testimonio de Él? ¿Es posible que lo considere su enemigo? Por otra parte, todos debemos saber que la Biblia no contiene únicamente palabras de Dios, sino también muchas palabras del hombre. En consecuencia, enaltecer la Biblia y enaltecer a Dios no son lo mismo. Respetar la Biblia y respetar los mandamientos de Dios no son lo mismo. Cuando los fariseos religiosos explican la Biblia, solamente se centran en explicar las palabras del hombre contenidas en ella, en explicar conocimientos bíblicos y teorías teológicas y en predicar y dar testimonio de las palabras del hombre, pero no se centran en difundir y dar testimonio de las palabras de Dios ni de la verdad expresada por Dios en la Biblia. ¿Podemos seguir afirmando que eso es enaltecer a Dios y dar testimonio de Él? ¿No es oponerse a Él y traicionarlo? Por tanto, todos aquellos que piensan que explicar la Biblia es enaltecer a Dios y dar testimonio de Él no comprenden las cuestiones espirituales ni la esencia del problema. Son personas confundidas, personas que idolatran a los líderes religiosos, creen ciegamente en ellos y los obedecen. ¿No es así?

En aquel tiempo, lo único que les interesaba a los fariseos judíos era explicar conocimientos y doctrinas de la Biblia, así como participar en rituales religiosos y observar las normas religiosas y las tradiciones humanas; por el contrario, abandonaron los mandamientos de Dios y se desviaron del camino de Dios, de modo que, cuando vino el Señor Jesús, se opusieron a Él, lo condenaron y lo crucificaron con furia. A consecuencia de ello, Dios los maldijo y castigó. Aunque los pastores y ancianos religiosos de hoy en día explican la Biblia y dan testimonio de ella habitualmente, no se ocupan de difundir la palabra de Dios, de dar testimonio de ella ni de predicar la voluntad del Señor Jesús y Sus exigencias al hombre; además, rara vez dan testimonio de la esencia divina y la belleza del Señor Jesús. No guían a la gente a que practique y experimente la palabra del Señor ni tampoco prestan atención a cómo hay que respetar los mandamientos del Señor y obedecer la voluntad de Dios. Sólo se centran en explicar y enaltecer las palabras del hombre en la Biblia y les dicen a los demás que las consideren palabras de Dios, así como la verdad que han de practicar y defender. A la hora de resolver problemas, también lo hacen basándose más que nada en las palabras del hombre, no en las de Dios, contenidas en la Biblia. Utilizan las palabras del hombre en la Biblia para rechazar y oponerse a las palabras de Dios. Por ejemplo, en relación con la entrada en el reino de los cielos, el Señor Jesús dijo claramente a la gente: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). En cambio, los pastores y ancianos han dejado de lado las palabras del Señor Jesús, consideran las palabras del hombre en la Biblia como la verdad y el criterio de entrada del hombre en el reino de los cielos y enseñan a la gente que tan sólo ha de afanarse en trabajar para el Señor para entrar en el mismo. Utilizan las palabras del hombre para sustituir y rechazar las de Dios y, en consecuencia, descarrían a la gente. ¡Este es el aspecto más ruin y maligno de la oposición de los pastores y ancianos religiosos hacia Dios! Interpretan la Biblia fuera de contexto utilizando las palabras del hombre contenidas en ella para oponerse y condenar a Dios Todopoderoso y sin reparar en nada con tal de engañar, aprisionar y controlar a los creyentes, a quienes impiden estudiar y aceptar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, de modo que todos ellos queden firmemente bajo su control. Tal como declara Dios Todopoderoso: “Mira a los líderes de cada denominación y grupo. Son todos arrogantes y farisaicos, e interpretan la Biblia fuera de contexto y según su propia imaginación. Todos confían en los dones y la erudición para hacer su obra. Si fueran incapaces de predicar nada, ¿les seguirían esas personas? Después de todo, poseen algún conocimiento, y pueden hablar un poco de doctrina, o saber cómo convencer a los demás y usar algunos artificios por medio de los cuales han llevado a las personas ante ellos y las han engañado. Esas personas creen en Dios sólo de nombre, pero en realidad siguen a sus líderes. Si se encontraran con los que predican el camino verdadero, algunos de ellos dirían: ‘Tenemos que consultarle respecto a nuestra creencia en Dios’. Requieren el consentimiento de alguien para creer en Dios; ¿no es esto un problema? ¿En qué se han convertido, pues, esos líderes entonces? ¿No se han vuelto fariseos, falsos pastores, anticristos y obstáculos en la aceptación del camino verdadero por parte de las personas?” (‘Sólo la búsqueda de la verdad es la verdadera creencia en Dios’ en “Registros de las Pláticas de Cristo”). Basándonos en esto, ¿cómo podemos decir que las explicaciones de los pastores y ancianos religiosos sobre la Biblia suponen enaltecer a Dios y dar testimonio de Él? ¿Acaso no aprovechan la ocasión de explicar la Biblia para malinterpretarla y sacar cosas de contexto a fin de oponerse a Dios? Hace tiempo que son un obstáculo y un escollo para que la gente acepte el camino verdadero y regrese a Dios, y son precisamente los anticristos a los que deja en evidencia la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días. ¿Aún no lo vemos claro?

Según los conceptos de la gente, explicar la Biblia es lo mismo que enaltecer a Dios y dar testimonio de Él, pero, con las explicaciones de la Biblia por parte de los fariseos y los líderes religiosos, vemos que esto no es así realmente. Los fariseos religiosos enaltecen y dan testimonio de la Biblia, no de Dios. Su predicación consiste principalmente en explicar las palabras del hombre, no las de Dios, contenidas en la Biblia. Utilizan las palabras del hombre en la Biblia para sustituir las palabras de Dios y oponerse a ellas, y sacan aquellas de contexto al objeto de oponerse a Dios y extraer conclusiones sobre Él. Lo que pretenden con sus explicaciones de la Biblia no es enaltecer a Dios ni dar testimonio de Él, sino engañar y controlar a la gente para lograr sus viles propósitos. ¡Tales explicaciones de la Biblia suponen oponerse a Dios y hacer el mal! Por eso, cuando Dios viene a realizar Su obra, ellos utilizan la Biblia para mantener un férreo control sobre la gente, a la cual obligan a creer en la Biblia y a aferrarse a ella ciegamente y a la que llevan por el camino de la oposición a Dios. Esto demuestra que las explicaciones de la Biblia por parte de los fariseos y los líderes religiosos son un medio de oposición a Dios. Sacan las palabras de Dios en la Biblia totalmente fuera de contexto para resistirse a Dios, oponerse a Él y crear su propio reino independiente. Entonces, ¿cómo debe explicarse la Biblia para enaltecer a Dios y dar testimonio de Él? La Biblia recoge la obra y los testimonios de Dios. Explicar la Biblia supone enaltecer a Dios y dar testimonio de Él de conformidad con las palabras de Dios y las verdades contenidas en la Biblia. Supone difundir las palabras de Dios en la Biblia y dar testimonio de ellas. Supone comunicar los designios de Dios conforme a Sus exigencias y palabras, así como la verdad de estas últimas. Supone llevar a la gente el testimonio de la obra, el carácter, la esencia y la belleza de Dios. Supone guiarla a que practique y experimente las palabras de Dios, permitiendo de ese modo que entre en la realidad de las mismas. Supone enaltecer al Señor Jesús y dar testimonio de Él en todo. Explicar la Biblia así es la única forma de enaltecer a Dios, dar testimonio de Él, ser conforme a Su corazón y servirle sinceramente. Las palabras del hombre en la Biblia pueden emplearse exclusivamente como referencia y complemento, sin compararlas jamás con las palabras de Dios. Sin embargo, los pastores y ancianos religiosos solamente se preocupan de explicar las palabras del hombre en la Biblia. Consideran que estas son palabras de Dios, la verdad, y las utilizan como guía de conducta y comportamiento, como fundamento de su manera de tratar los problemas; pero rara vez citan las palabras de Dios, las cuales sustituyen y abandonan por las palabras del hombre. ¿Explicar de esta forma la Biblia significa dar testimonio de Dios? ¿No es simplemente enaltecer al hombre y dar testimonio de Él? Además, al explicar la Biblia solamente se centran en explicar teorías teológicas para exhibirse, con personajes, lugares y antecedentes históricos de la Biblia. ¿No es esto engañar y atrapar a la gente? ¿No es hacer que la gente los idolatre y obedezca a ellos? En aquel tiempo, los fariseos hipócritas aprovechaban la ocasión de explicar las escrituras para malinterpretarla, a fin de engañar y controlar a la gente, acabaron llevando a los creyentes por el camino de obediencia al hombre y oposición a Dios y convirtieron el judaísmo en un reino independiente opuesto a Dios. En los últimos días, también los pastores y ancianos religiosos aprovechan sus explicaciones de la Biblia para hacer que la gente crea en ella y la idolatre ciegamente y la utilizan para que reemplace a Dios en los corazones de las personas, de modo que las llevan sin que se den cuenta por el camino de la traición a la palabra del Señor y de la oposición a Dios; asimismo, están convirtiendo el mundo religioso en un reino independiente opuesto a Dios, en un firme bastión de oposición a Su obra. ¿No se oponen a Dios y blasfeman contra Él con su manera de explicar la Biblia? ¿No es este, en concreto, el engaño de los fariseos anticristos para oponerse a Dios y crear su propio reino independiente? ¿Cómo se podría afirmar que eso es enaltecer a Dios y dar testimonio de Él? La astucia de los fariseos religiosos al oponerse a Dios radica en utilizar su oportunidad de explicar la Biblia para malinterpretarla al objeto de engañar y controlar a la gente. La Biblia era en principio un testimonio de Dios. En nuestros conceptos, siempre que se explica la Biblia se da testimonio de Dios, pero los fariseos hipócritas aprovechan este concepto nuestro y hacen todo lo posible por enaltecer la Biblia y dar testimonio de ella. Emplean la Biblia para reemplazar a Dios, oponerse a Él y engañarnos. Esto hace que todos nosotros creamos ciegamente en la Biblia, la idolatremos, idolatremos y obedezcamos a estudiosos de la Biblia como ellos y, de ese modo, traicionemos a Dios. Este es el engaño más alevoso y astuto de Satanás para oponerse a Dios y engañar a la gente, el aspecto que más nos cuesta descubrir y con el que más fácilmente se nos engaña.

Los que leen la Biblia en grandes iglesias la recitan cada día, pero ninguno entiende el propósito de la obra de Dios. Ninguno es capaz de conocer a Dios; además, ninguno es conforme al corazón de Dios. Son todos hombres inútiles, viles, que se ponen en alto para enseñar a Dios. Aunque alardean del nombre de Dios, se oponen voluntariamente a Él. Aunque se etiquetan como creyentes en Dios, son los que comen la carne y beben la sangre del hombre. Todos esos hombres son diablos que devoran el alma del hombre, demonios que molestan deliberadamente a aquellos que tratan de entrar en el camino correcto, y piedras de tropiezo que obstaculizan la senda de los que buscan a Dios. Aunque son de ‘cuerpos robustos’, ¿cómo van a saber sus seguidores que son anticristos que llevan al hombre a oponerse a Dios? ¿Cómo van a saber que son diablos vivientes que buscan especialmente almas que devorar?” (‘Todos los que no conocen a Dios son los que se oponen a Él’ en “La Palabra manifestada en carne”).

La persona más desobediente es una que de manera intencional desafía a Dios y lo resiste. Él es el enemigo de Dios y es un anticristo. Tal persona siempre guarda hostilidad en contra de la nueva obra de Dios, no muestra intención de someterse y nunca ha obedecido o se ha humillado voluntariamente. Él mismo se exalta ante los demás y nunca se somete a otro. Ante Dios, se considera el más competente en predicar la palabra y el más hábil para obrar en los demás. Nunca descarta los tesoros que ya están en su posesión, sino que los trata como reliquias de familia que se deben adorar, que se deben predicar a otros y que se deben usar para sermonear a los insensatos quienes le adoran. De hecho, existen algunas de estas personas en la iglesia. Se puede decir que son ‘héroes indomables’, que generación tras generación moran en la casa de Dios. Creen que predicar la palabra (doctrina) es su deber más alto. Año tras año y una generación tras otra, se dedican a cumplir vigorosamente su deber ‘sagrado e inviolable’. Nadie se atreve a tocarlos y nadie se atreve a reprocharlos abiertamente. Se volvieron ‘reyes’ en la casa de Dios, actuando de un modo tiránico a través de las épocas. Estos demonios buscan unir las manos y juntos destruir Mi obra; ¿cómo puedo permitir que estos diablos vivientes existan ante Mí?” (‘Los que obedecen a Dios con un corazón verdadero, con seguridad serán ganados por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”). Es evidente que, aunque los pastores y ancianos religiosos expliquen habitualmente la Biblia, no son personas que comprendan la verdad ni conozcan a Dios. Justamente son los fariseos hipócritas, unos falsos pastores y trabajadores que engañan, controlan, aprisionan y perjudican a la gente. Arrastran a las personas a renegar de Cristo y condenarlo hasta el punto de llegar a resistirse y oponerse a Dios, lo que las convierte a todas ellas en cómplices y marionetas de Satanás. Quien tenga ojos en la cara ve que esto es así.

de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino”

Tanto los fariseos como los pastores y ancianos interpretan y exaltan la Biblia. Pero ¿cómo pueden seguir oponiéndose y condenando a Dios encarnado? Todavía debemos entender otra verdad: la Biblia sólo es el testimonio de Dios; en ella se recoge Su obra durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia. Dios expresa algo de verdades en cada etapa de Su obra. La gente encuentra en Sus palabras Su carácter y todo lo que Él tiene y es. Por tanto, cada vez que la gente experimenta una etapa de la obra de Dios, comprende algo de las verdades y sabe más de Él. A lo largo de las tres etapas de la obra de Su plan de gestión, Dios revela poco a poco Su carácter inherente, todo lo que Él tiene y todo lo que Él es; en la Era del Reino, Dios revela completamente Su carácter justo, Su omnipotencia, Su sabiduría, Su autoridad y Su gloria inherentes. Si sólo conocemos a Dios por Su obra de la Era de la Ley y de la Era de la Gracia, tenemos un conocimiento muy limitado de Él. Así ocurrió durante la Era de la Ley, cuando los creyentes reconocieron la existencia real y las obras sabias de Dios a través de la obra de Jehová Dios. Aprendieron que las leyes de Jehová Dios no se podían infringir. En la Era de la Gracia, cuando los creyentes vieron la obra del Señor Jesús, supieron que era el Redentor de la humanidad, el Dios compasivo y misericordioso. Sin embargo, no conocieron la esencia de Dios ni Su carácter justo inherente. No llegaron a conocer realmente a Dios. Realmente no conocemos a Dios. Así pues, podemos ver que si sólo conocemos a Dios por Su obra y Sus palabras de la Era de la Ley y de la Era de la Gracia, nuestro conocimiento de Él será muy parcial. Sólo conoceremos una parte de Su carácter y de lo que Él es. No podemos lograr un verdadero conocimiento de Dios. Cuando las personas que no conocen a Dios interpretan la Biblia, son muy propensas a definirlo y a oponerse a Él.

En aquel entonces, el Señor Jesús dejó al descubierto y maldijo gravemente a los fariseos hipócritas. En los últimos días, Dios Todopoderoso ha dejado al descubierto, juzgado y condenado a los pastores y ancianos que tienen la esencia del anticristo de engañar a los demás con sus interpretaciones de la Biblia y oponerse a Dios. Leamos algunos pasajes de la palabra de Dios Todopoderoso, “Los que leen la Biblia en grandes iglesias la recitan cada día, pero ninguno entiende el propósito de la obra de Dios. Ninguno es capaz de conocer a Dios; además, ninguno es conforme al corazón de Dios. Son todos hombres inútiles, viles, que se ponen en alto para enseñar a Dios. Aunque alardean del nombre de Dios, se oponen voluntariamente a Él. Aunque se etiquetan como creyentes en Dios, son los que comen la carne y beben la sangre del hombre. Todos esos hombres son diablos que devoran el alma del hombre, demonios que molestan deliberadamente a aquellos que tratan de entrar en el camino correcto, y piedras de tropiezo que obstaculizan la senda de los que buscan a Dios. Aunque son de ‘cuerpos robustos’, ¿cómo van a saber sus seguidores que son anticristos que llevan al hombre a oponerse a Dios? ¿Cómo van a saber que son diablos vivientes que buscan especialmente almas que devorar?” (‘Todos los que no conocen a Dios son los que se oponen a Él’ en “La palabra manifestada en carne”).

Tal persona siempre guarda hostilidad en contra de la nueva obra de Dios, no muestra intención de someterse y nunca ha obedecido o se ha humillado voluntariamente. Él mismo se exalta ante los demás y nunca se somete a otro. Ante Dios, se considera el más competente en predicar la palabra y el más hábil para obrar en los demás. Nunca descarta los tesoros que ya están en su posesión, sino que los trata como reliquias de familia que se deben adorar, que se deben predicar a otros y que se deben usar para sermonear a los insensatos quienes le adoran. […] Creen que predicar la palabra (doctrina) es su deber más alto. Año tras año y una generación tras otra, se dedican a cumplir vigorosamente su deber ‘sagrado e inviolable’. Nadie se atreve a tocarlos y nadie se atreve a reprocharlos abiertamente. Se volvieron ‘reyes’ en la casa de Dios, actuando de un modo tiránico a través de las épocas. Estos demonios buscan unir las manos y juntos destruir Mi obra; ¿cómo puedo permitir que estos diablos vivientes existan ante Mí?” (‘Los que obedecen a Dios con un corazón verdadero, con seguridad serán ganados por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Mira a los líderes de cada denominación y grupo. Son todos arrogantes y farisaicos, e interpretan la Biblia fuera de contexto y según su propia imaginación. Todos confían en los dones y la erudición para hacer su obra. Si fueran incapaces de predicar nada, ¿les seguirían esas personas? Después de todo, poseen algún conocimiento, y pueden hablar un poco de doctrina, o saber cómo convencer a los demás y usar algunos artificios por medio de los cuales han llevado a las personas ante ellos y las han engañado. Esas personas creen en Dios sólo de nombre, pero en realidad siguen a sus líderes. Si se encontraran con los que predican el camino verdadero, algunos de ellos dirían: “Tenemos que consultarle respecto a nuestra creencia en Dios”. Requieren el consentimiento de alguien para creer en Dios; ¿no es esto un problema? ¿En qué se han convertido, pues, esos líderes entonces? ¿No se han vuelto fariseos, falsos pastores, anticristos y obstáculos en la aceptación del camino verdadero por parte de las personas?” (‘Sólo la búsqueda de la verdad es la verdadera creencia en Dios’ en “Registros de las Pláticas de Cristo”).

Dar testimonio del Señor y exaltarle de verdad no tiene que ver con la manera en que los hombres interpretan la Biblia. La clave está en si pueden practicar las palabras de Dios y experimentar Su obra. Si los hombres aman la verdad, recibirán la iluminación del Espíritu Santo, así como una experiencia y un conocimiento verdaderos de las palabras de Dios. Este conocimiento nace de practicar y experimentar Sus palabras. En eso consiste conocer realmente a Dios. ¡Comunicar estas experiencias y testimonios reales es el verdadero significado de exaltar a Dios y dar testimonio de Él! El verdadero conocimiento de Dios del que hablan quienes le exaltan y dan testimonio de Él no proviene de sus nociones, de su imaginación ni de su lógica; indudablemente, no proviene de su interpretación literal de las palabras de Dios. Quienes exaltan a Dios y dan testimonio de Él se centran en comunicar Sus palabras de la Biblia, Su voluntad, Sus exigencias a la gente, Su carácter y todo lo que Él tiene y es, para que las personas comprendan Su voluntad y Su carácter y para que lo conozcan de verdad. Es así como las personas pueden temer y obedecer realmente a Dios. Estas interpretaciones bíblicas y estos mensajes sobre las palabras de Dios son el modo de exaltar y dar testimonio verdadero de Él. Sin embargo, cuando los pastores y ancianos interpretan la Biblia, ¿realmente pueden explicar la esencia de la verdad de las palabras de Dios? ¿Pueden explicar Su voluntad o dar testimonio de Su carácter? ¿Consiguen que otros conozcan, obedezcan o temer a Dios? Los hechos nos han demostrado que la mayoría de los pastores y ancianos del mundo religioso detestan la verdad y se oponen a Dios; esa es su verdadera naturaleza. Ellos no practican las palabras de Dios ni experimentan Su obra; no comprenden Su voluntad ni Sus exigencias en absoluto, y, con total certeza, no comprenden Su carácter ni todo lo que Él tiene y es. De ahí su incapacidad para transmitir el verdadero conocimiento de Dios y para dar testimonio de la esencia divina o de las cualidades admirables del Señor Jesús. Ellos solamente interpretan conocimientos bíblicos y teoría teológica, o las historias de ciertos personajes de la Biblia, además del contexto histórico, para que la gente los admire y respete.

No sólo eso, la mayor parte del tiempo, los pastores y ancianos interpretan las palabras del hombre, como las de Pablo en la Biblia. Según Pablo: “Toda Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16), consideran las palabras de la Biblia como palabras de Dios. Esto ha hecho que todo el mundo religioso haya tomado las palabras de los apóstoles como palabras de Dios y que haya dicho a los creyentes que las practiquen y observen. Ellos citan las palabras de los apóstoles cada vez más a menudo en sus sermones, mensajes y testimonios. Sin embargo, cada vez citan menos a Dios y al Señor Jesús. El resultado final es que todas las palabras de Dios y del Señor Jesús en la Biblia han sido sustituidas y anuladas. El lugar del Señor Jesús en el corazón de las personas disminuye continuamente, mientras que el de Pablo y de otros sigue creciendo. Esto ha hecho que las palabras de Pablo y de otros hombres de la Biblia ocupen el corazón de los hombres. La gente cree en el nombre del Señor Jesús, pero en realidad actúa según las palabras bíblicas de hombres como Pablo. Ellos siguen su propio camino de fe en Dios. ¿Cómo pueden los que creen en Dios de este modo evitar salirse del camino del Señor? ¿Cómo puede este tipo de servicio estar de acuerdo con la voluntad de Dios? Por ejemplo, respecto a la entrada en el reino de los cielos, el Señor Jesús dijo lo siguiente: “sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). A pesar de ello, los pastores y ancianos hablan de la salvación y la entrada en el reino de los cielos según las palabras de Pablo. Esta es una traición absoluta a las palabras del Señor Jesús. El resultado es que la mayoría de los creyentes no saben seguir la voluntad de Dios. Tienen incluso menos claro qué tipo de gente puede entrar en el reino de los cielos. La gente usa las palabras de Pablo como lema: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia […]” (2 Timoteo 4:7-8). Los pastores y ancianos enseñan a los demás que, si trabajan para el Señor como hizo Pablo y soportan el sufrimiento, entrarán en el reino de los cielos. Ellos sustituyen las palabras de Dios por las de los hombres y excluyen las palabras de Dios. El resultado es que desorientan a la gente. Cuando interpretan así la Biblia, ¿exaltan a Dios o dan testimonio de Él? ¡Creo que se oponen directamente a Él! ¡Este es un problema muy grave! Los ancianos y pastores religiosos suelen sustituir las palabras de Dios por las palabras del hombre en la Biblia. Ahora tenemos claro cuáles son las consecuencias de esto, ¿verdad? ¿Cómo es posible que mucha gente crea durante años en el Señor y que aún no lo conozca? ¿Por qué nunca experimenta Sus palabras de verdad? ¿Cómo puede recibir la verdad o la vida la gente que cree en Él de este modo? ¿No será porque los pastores y ancianos interpretan y dan testimonio continuamente de las palabras del hombre en la Biblia e instan a sus seguidores a aferrarse a ellas?

La obra de Dios Todopoderoso de los últimos días ha dejado al descubierto a estos pastores y ancianos, anticristos demoníacos del mundo religioso. De no ser así, nadie vería que su exaltación y su interpretación de la Biblia son en realidad formas maliciosas de engañar y de controlar a la gente, tampoco verían la verdad: que están fundando su propio reino independiente como enemigos de Dios. En aquel entonces, los fariseos exaltaban y daban testimonio de la Biblia; limitaban a Dios a su ámbito. No buscaban la verdad ni querían seguir la huella de Dios. El resultado fue que crucificaron al Señor Jesús, justificándose en que Él se había negado a seguir el Antiguo Testamento. ¡Cometieron un pecado gravísimo! Las pastores y ancianos en los últimos días son como los fariseos. Exaltan y dan testimonio de la Biblia y definen a Dios en ella. También difunden falacias diciendo “No existen palabras ni obras de Dios fuera de la Biblia”; “Creer en la Biblia es creer en Dios. La Biblia representa a Dios; si te apartas de ella, ya no crees en Dios”. Con estas frases engañan a la gente para que crea en la Biblia y la idolatre. Tratan la Biblia como si fuera Dios. Le sustituyen a Él por la Biblia. Eso es exactamente lo que está pasando. Los pastores y ancianos utilizan estos métodos secretos y turbios para apartar a la gente de Dios y atraerla a la Biblia. Así, la gente pierde su relación con Dios inconscientemente. Aquellos que antes creían en Él ahora sólo creen en la Biblia. La Biblia se convierte en el Señor, el Dios de su corazón. Por tanto, su fe ciega en la Biblia y su veneración por ella los conducen a adorar y seguir a los eruditos bíblicos: los pastores y ancianos. En cuanto a los pastores y ancianos, utilizan la Biblia como herramienta de control del mundo religioso y para satisfacer sus propias ambiciones. Exaltan e interpretan la Biblia fuera de contexto para engañar, atrapar y controlar a la gente. Inconscientemente llevan a la gente por el camino de idolatrar y seguir a los hombres, y de oponerse a Dios y ser Sus enemigos. Engañan a la gente para que piense que idolatrar la Biblia y aferrarse a ella es creer en Dios y tener Su presencia. En consecuencia, esta gente no busca ni investiga la obra de Dios en los últimos días y pierde su última oportunidad de salvación. Así pues, podemos ver que ¡los pastores y ancianos del mundo religioso son un grupo de auténticos fariseos y estafadores! ¡Amén! ¡Son unos falsos pastores y anticristos que engañan y controlan a los elegidos de Dios! El mundo religioso está controlado por un conjunto de fariseos y anticristos demoníacos que se oponen a Dios. Hace tiempo que dejó de ser un lugar donde Dios podía realizar Su obra. Se ha convertido en un campamento satánico que considera a Dios su enemigo. ¡Hace mucho que se convirtió en la gran ciudad de Babilonia! ¡¿Cómo no va a caer la Babilonia religiosa bajo la ira de Dios?!

de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino”

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

¿es el Cristo encarnado realmente el Hijo de Dios o Dios mismo?

Dios Todopoderoso dice: “Cuando Jesús llamaba a Dios en el cielo por el nombre de Padre al orar, sólo lo hacía desde la perspectiva de un hombre creado, sólo porque el Espíritu de Dios se había vestido como un hombre ordinario y normal y tenía el envoltorio exterior de un ser creado……

Está claramente escrito en la Biblia que el Señor Jesús es Cristo, el Hijo de Dios, y todos aquellos que creen en el Señor también creen que el Señor Jesús es Cristo, el Hijo de Dios. Y sin embargo, vosotros dais testimonio de que el Cristo encarnado es la manifestación de Dios, que Él es Dios mismo. Entonces, ¿es el Cristo encarnado realmente el Hijo de Dios o Dios mismo?

Respuesta:

¿Cristo encarnado es Dios mismo o el Hijo de Dios? Es precisamente la que más le cuesta comprender a la mayoría de los creyentes. Cuando el Señor Jesús encarnado vino a realizar la obra de redención de la humanidad, Dios se convirtió en el Hijo del hombre y se apareció y realizó Su obra entre los hombres. Él no sólo inició la Era de la Gracia, también inició una nueva era en la que Dios vino personalmente al mundo para convivir con los hombres. Con gran adoración, la gente dio al Señor Jesús el nombre de Cristo, Hijo de Dios. En aquel tiempo, el Espíritu Santo también dio testimonio de que el Señor Jesús era el Hijo amado de Dios y el Señor Jesús llamaba Padre al Dios celestial. Por esa razón, el mundo religioso creía que el Señor Jesús era el Hijo de Dios. Así se formó el concepto de esta relación Padre-Hijo. Ahora pensemos un momento: ¿Acaso dice Dios en alguna parte del Génesis que Él tiene un hijo? No. Y en la Era de la Ley, ¿alguna vez Dios Jehová dijo que tuviera un hijo? ¡No! Esto demuestra que hay un solo Dios y que no existe una relación Padre-Hijo. Alguien podría preguntar: ¿por qué, en la Era de la Gracia, el Señor Jesús dijo que Él era el Hijo de Dios? ¿Era Nuestro Señor Jesucristo el Hijo de Dios o Dios mismo? Se podría decir que esta es una cuestión que nosotros, los creyentes, hemos debatido durante siglos. La gente se da cuenta de la contradicción inherente a este asunto, pero no sabe explicarlo. El Señor Jesús es Dios y también el Hijo de Dios; por tanto, ¿existe también un Dios Padre? A la gente incluso le cuesta más explicar esto. En los dos últimos milenios, muy pocos han reconocido que el Señor Jesucristo es Dios mismo, la aparición de Dios. De hecho, la Biblia recoge claramente este hecho. En Juan 14:8, Felipe le pidió al Señor Jesús: “Señor, muéstranos al Padre, y nos basta”. Y en ese momento, ¿qué le respondió el Señor Jesús a Felipe? El Señor Jesús dijo a Felipe: “¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí es el que hace las obras. Creedme que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí; y si no, creed por las obras mismas” (Juan 14:9-11). Aquí el Señor Jesús lo dice muy claro: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”. Como veis, el Señor Jesús es la aparición de Dios mismo. El Señor Jesús no dijo aquí que tuviese una relación Padre-Hijo con Dios. Él sólo dijo: “Yo estoy en el Padre, y el Padre en mí”. Él sólo dijo: “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30). Entonces, según las palabras del Señor Jesús, ¿podemos confirmar que Él es Dios, que hay un solo Dios y que no hay ninguna relación “Padre-Hijo”?.
Alguien podría preguntar,Si el Señor Jesús es Dios mismo, ¿por qué cuando el Señor Jesús ora sigue haciéndolo a Dios Padre? Es un verdadero misterio que, en Sus oraciones, el Señor Jesús llame Padre al Dios celestial. Cuando Dios se encarna, Su Espíritu se oculta en la carne, que no es consciente de la presencia del Espíritu, al igual que nosotros no podemos sentir el espíritu que llevamos dentro. Además, el Espíritu de Dios no hace nada sobrenatural en Su carne. Por tanto, aunque el Señor Jesús fuera Dios encarnado, si el Espíritu de Dios no hubiera hablado para dar testimonio de Dios mismo, el Señor Jesús no habría sabido que Él era la encarnación de Dios. Y por eso en la Biblia se afirma: “Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe […] ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Marcos 13:32). Antes de que el Señor Jesús ejerciera Su ministerio, vivió en una humanidad normal. Realmente, Él no sabía que era la encarnación de Dios, pues el Espíritu de Dios encarnado no obraba de forma sobrenatural, sino con las limitaciones normales de cualquier ser humano. Así pues, naturalmente, el Señor Jesús oraba al Padre celestial; es decir, desde Su humanidad normal, el Señor Jesús oraba al Espíritu de Dios. Esto tiene pleno sentido. Cuando el Señor Jesús ejerció formalmente Su ministerio, el Espíritu Santo comenzó a hablar, proclamar y dar testimonio de que Él era Dios encarnado. Sólo entonces el Señor Jesús se dio cuenta de Su verdadera identidad, de que Él había venido a realizar la obra de redención, pero, cuando iban a crucificarlo, Él seguía orándole a Dios Padre. Esto demuestra que la esencia de Cristo es totalmente obediente a Dios.
Leamos otros dos pasajes de la palabra de Dios Todopoderoso para comprender mejor este asunto. Dios Todopoderoso dice: “Cuando Jesús llamaba a Dios en el cielo por el nombre de Padre al orar, sólo lo hacía desde la perspectiva de un hombre creado, sólo porque el Espíritu de Dios se había vestido como un hombre ordinario y normal y tenía el envoltorio exterior de un ser creado. Incluso si dentro de Él estaba el Espíritu de Dios, Su apariencia externa seguía siendo la de un hombre ordinario; en otras palabras, había pasado a ser el ‘Hijo del hombre’ del que todos los hombres, incluido el propio Jesús, hablaban. Dado que es llamado el Hijo del hombre, Él es una persona (sea hombre o mujer, en cualquier caso una con el caparazón exterior de un ser humano) nacida en una familia normal de personas ordinarias. Por tanto, que Jesús llamara a Dios en el cielo por el nombre de Padre era lo mismo que cuando vosotros lo llamasteis Padre al principio; Él lo hizo desde la perspectiva de un hombre de la creación. ¿Recordáis todavía la oración del Señor que Jesús os enseñó para memorizar? ‘Padre nuestro que estás en los cielos […]’. Él pidió a todos los hombres que llamaran a Dios en el cielo por el nombre de Padre. Y como Él también lo llamaba Padre, lo hacía desde la perspectiva de uno que está en igualdad de condiciones con todos vosotros. Como llamasteis a Dios en el cielo por el nombre de Padre, esto muestra que Jesús se consideraba estar en igualdad de condiciones con todos vosotros, como un hombre escogido por Dios (es decir, el Hijo de Dios) sobre la tierra. Si llamáis a Dios ‘Padre’, ¿no es porque sois un ser creado? Por muy grande que fuera la autoridad de Jesús en la tierra, antes de la crucifixión, Él era simplemente un Hijo del hombre, dominado por el Espíritu Santo (es decir, Dios), y uno de los seres creados de la tierra, porque aún tenía que completar Su obra. Así pues, que llamara Padre a Dios en el cielo, era únicamente por Su humildad y obediencia. Que se dirigiera a Dios (es decir, al Espíritu en el cielo) de esa manera no demuestra, sin embargo, que Él sea el Hijo del Espíritu de Dios en el cielo. Más bien, Su perspectiva es sencillamente diferente y no es que Él sea una persona distinta. ¡La existencia de personas diferentes es una falacia! Antes de Su crucifixión, Jesús era un Hijo del hombre sujeto a las limitaciones de la carne, y Él no poseía la plena autoridad del Espíritu. Por esta razón, Él sólo podía buscar la voluntad de Dios Padre desde la perspectiva de un ser creado. Es como cuando oró tres veces en Getsemaní: ‘No sea Mi voluntad, sino la tuya’. Antes de que lo pusieran en la cruz, Él no era más que el Rey de los judíos; Él era Cristo, el Hijo del hombre, y no un cuerpo de gloria. Esa es la razón por la que, desde el punto de vista de un ser creado, llamaba Padre a Dios” (‘¿Existe la Trinidad?’ en “La Palabra manifestada en carne”).
Todavía están los que dicen: ‘¿No declaró Dios expresamente que Jesús era Su Hijo amado?’. Jesús es el Hijo amado de Dios, en quién Él se regocija grandemente; esto ciertamente fue dicho por Dios mismo. Eso fue Dios dando testimonio de sí mismo, pero simplemente desde una perspectiva diferente, la del Espíritu en el cielo dando testimonio de Su propia encarnación. Jesús es Su encarnación, no Su Hijo en el cielo. ¿Entiendes? ¿No indican las palabras de Jesús, “Yo estoy en el Padre, y el Padre está en Mí” que Ellos son un Espíritu? ¿Y acaso no se debe a la encarnación que Ellos fueran separados entre el cielo y la tierra? En realidad, siguen siendo uno; sin importar lo que digan, es simplemente Dios dando testimonio de sí mismo. Debido al cambio en las eras, a los requisitos de la obra y a las diferentes etapas de Su plan de gestión, el nombre por el que el hombre llama a Dios también difiere. Cuando Él vino a llevar a cabo la primera etapa de la obra, sólo se le podía llamar Jehová, pastor de los israelitas. En la segunda etapa, el Dios encarnado sólo podía ser llamado Señor y Cristo. Pero en esos tiempos, el Espíritu en el cielo sólo declaró que Él era el Hijo amado de Dios, y no mencionó que fuese el único Hijo de Dios. Esto simplemente no ocurrió. ¿Cómo podría Dios tener un único hijo? Entonces ¿no se habría hecho hombre Dios? Como Él era la encarnación, se le llamó el Hijo amado de Dios y, a partir de esto, llegó la relación entre Padre e Hijo. Se debió sencillamente a la separación entre el cielo y la tierra. Jesús oró desde la perspectiva de la carne. Como se había revestido de una carne de humanidad normal, fue desde la perspectiva de la carne desde donde Él dijo: ‘Mi caparazón exterior es el de un ser creado. Como me revestí de carne para venir a la tierra, ahora estoy lejos, muy lejos del cielo’. Por esta razón, Él sólo podía orar a Dios Padre desde la perspectiva de la carne. Este era Su deber y aquello con lo que el Espíritu encarnado de Dios debía estar equipado. No puede decirse que Él no es Dios simplemente porque oraba al Padre desde la perspectiva de la carne. Aunque se le llama el Hijo amado de Dios, sigue siendo Dios mismo, porque Él no es sino la encarnación del Espíritu y Su esencia sigue siendo el Espíritu” (‘¿Existe la Trinidad?’ en “La Palabra manifestada en carne”).
Dios Todopoderoso ha expresado las cosas de forma muy clara.Cuando el Señor Jesús obraba entre la gente, en realidad era el Espíritu de Dios revestido de carne, como hombre, el que obraba y se aparecía a la gente. Aunque el Señor Jesús expresara Su palabra u orara a Dios Padre, Su esencia era divina, no humana. Dios es Espíritu, invisible al hombre. Cuando Dios se encarna sólo vemos la carne, no el Espíritu de Dios. Si el Espíritu Santo hubiera dado testimonio directamente de que el Señor Jesús encarnado era Dios, el hombre no lo habría aceptado, pues, en aquel tiempo, ni siquiera se sabía lo que significaba que Dios se encarnara. La gente simplemente entraba en contacto con la encarnación de Dios y la comprendía muy poco. Ellos nunca imaginaron que este Hijo del hombre normal sería la encarnación del Espíritu de Dios, es decir, la aparición de Dios en la carne. Aunque el Señor Jesús expresó gran parte de Su palabra en el transcurso de Su obra, enseñó al hombre el camino: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”, y obró muchos milagros que revelaban plenamente la autoridad y el poder de Dios, la gente no supo reconocer en la palabra y la obra del Señor Jesús que Él era Dios mismo; es decir, que era la aparición de Dios. Así pues, ¿qué comprensión tenía la gente de aquel tiempo del Señor Jesús? Algunos decían que Él era Juan el Bautista, otros decían que era Elías, y otros incluso lo llamaban Maestro. Y, por lo tanto, Dios obró conforme a la estatura de la gente de aquella época, no se lo puso difícil. El Espíritu Santo sólo podía dar testimonio para la comprensión de aquella gente, así que llamó al Señor Jesús el Hijo amado de Dios, permitiendo que, durante un tiempo, la gente pensara que el Señor Jesús era Hijo de Dios. Esto encajaba mejor con las nociones de la gente y era más fácil de aceptar, pues en aquel tiempo, el Señor Jesús sólo estaba realizando la obra de redención. Con independencia de cómo llamara la gente al Señor Jesús, lo importante era que el hombre aceptaba que Él era el Salvador, que les perdonaba los pecados y que, de ese modo, era apto para disfrutar de la gracia de Dios. Así pues, el Espíritu de Dios dio este testimonio del Señor Jesús porque se adaptaba mejor a la estatura de la gente de aquel tiempo. Esto cumple plenamente la palabra del Señor Jesús: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13).
A pesar de que no podemos ver el Espíritu de Dios, cuando este se reviste de carne, el carácter de Dios, todo lo que tiene y es, Su omnipotencia y Su sabiduría se expresan a través de la carne. Por la palabra y la obra del Señor Jesucristo y el carácter que Él expresa, podemos estar completamente seguros de que el Señor Jesús es Dios mismo. La palabra y la obra del Señor Jesús están llenas de autoridad y poder. Lo que dice se convierte en realidad, lo que exige se cumple. En cuanto habla, Sus palabras se hacen realidad. Una sola palabra del Señor Jesús bastaba para perdonar los pecados y resucitar a los muertos. Una palabra apaciguó los vientos y los mares, etc. Por la palabra y la obra del Señor Jesús, ¿no vemos la autoridad y el poder de Dios, que gobierna sobre todas las cosas? ¿No hemos visto la omnipotencia, la sabiduría y las maravillosas obras de Dios? El Señor Jesús manifestó el camino en Sus palabras: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Inició la Era de la Gracia y concluyó la Era de la Ley, expresó el carácter misericordioso y amable de Dios y terminó la obra de redención de la humanidad. El Señor Jesús realizó la obra del propio Dios. La palabra y la obra del Señor Jesús son la expresión directa del Espíritu de Dios. ¿No demuestra eso que el Espíritu de Dios se encarnó para hablar y obrar para los hombres, para aparecerse ante ellos? ¿Podría ser que, por más que el Espíritu de Dios hable y obre en la carne, nosotros seamos incapaces de reconocerlo? ¿Realmente puede esta apariencia externa de la carne impedirnos reconocer la esencia divina de Cristo? ¿Podría ser que, cuando el Espíritu de Dios se revista de carne para hablar y obrar, por más que experimentemos, todavía fuésemos incapaces de reconocer la aparición y la obra de Dios? En tal caso, somos demasiado testarudos en nuestra fe. ¿Cómo podemos recibir el elogio de Dios?
de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino Selecciones”
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

 

 

Pregunta 4: Con vuestras enseñanzas vemos que, en realidad, nuestras ideas sobre el regreso del Señor y el arrebatamiento tan sólo provenían de nuestros propios conceptos. Ya nos hemos opuesto gravemente a las palabras del Señor. Dicho esto, ¿cómo debemos esperar ahora el regreso del Señor y el arrebatamiento? ¿Nos lo podéis explicar un poco más?

Señor Jesús, “Voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros” (Juan14:2-3).

Respuesta: Los santos esperan principalmente de acuerdo con las palabras del Señor Jesús, “Voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros” (Juan14:2-3). El hombre usa sus fantasías y conceptos para entender la palabra del Señor. Ellos piensan que ya que el Señor Jesús ascendió al cielo sobre una nube blanca, el lugar que Él prepara para el hombre debe estar en el cielo. Por lo tanto, ellos esperan por el regreso del Señor Jesús y que los lleve al cielo. Además, el hombre particularmente adora las palabras de Pablo, “Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre” (1 Tesalonicenses 4:17). Por esta razón, el deseo de ser arrebatados al cielo tiene raíces en el corazón del hombre. Correcto. Hablando de arrebato, el entendimiento varia de una persona a otra. La mayoría cree que cuando el Señor regrese, Él se llevará a los santos al aire para encontrarse con Él. Entonces, durante muchos años ellos albergan tal anhelo y esperan ser arrebatados. Pero, ¿qué es exactamente ser arrebatados? La mayoría de la gente no está clara acerca de esto. No hasta que Dios Todopoderoso venga, el misterio de los santos siendo arrebatados sea revelado a nosotros. Veamos qué nos dice Dios Todopoderoso. Por favor pasad a la página 197. “‘Ser arrebatado’ no es ser tomado de un lugar bajo para ser colocado en un lugar alto, como las personas imaginan. Esto es un tremendo error. ‘Ser arrebatado’ se refiere a Mi predeterminación y Mi selección. Va dirigido a todos los que Yo he predestinado y escogido. […] Esto es sumamente incompatible con las nociones de las personas. Todas las que tengan participación en Mi casa en el futuro son personas que han sido arrebatadas delante de Mí. Esto es absolutamente cierto, nunca cambia y nadie lo puede refutar. Este es el contraataque contra Satanás. Todo aquel a quien Yo predestiné será arrebatado delante de Mí”. de ‘La centésima cuarta declaración’ en “La Palabra manifestada en carne” La palabra de Dios Todopoderoso lo ha hecho muy claro. «Arrebato» no significa que seremos arrebatados en el aire desde la tierra como imaginamos, o que seremos arrebatados para encontrarnos con Dios en las nubes, mucho menos que seremos arrebatados hacia cielo. De hecho, significa que cuando Dios venga a la tierra nuevamente a hablar y trabajar, el hombre es capaz de pararse y seguir a Dios después de escuchar Su voz, y puede someterse a la obra de Dios en los últimos días. Este es el verdadero significado de ser arrebatado ante el trono de Dios. Sólo aquellos que pueden reconocer la voz del Señor, descubren la verdad en la palabra de Dios Todopoderoso, aceptan la verdad y regresan a Él, son vírgenes prudentes. Ellas son los «tesoros» que el Señor se ha «robado» de vuelta a Su hogar, quienes son de buen calibre, capaces de entender y aceptar la verdad, capaces de reconocer la voz de Dios y son verdaderamente los arrebatados. Ellos son el mismo grupo de vencedores que Dios desea perfeccionar cuando El secretamente descienda y obre en los últimos días. Ya que Dios Todopoderoso lleva a cabo Su obra en los últimos días, más y más gente que anhela la aparición de Dios ha reconocido la voz de Dios en la palabra de Dios Todopoderoso, y aceptado Su obra de juicio en los últimos días uno tras otro. Ellos están arrebatados ante el trono de Dios para estar cara a cara con Dios, son alimentados y abrevados por Su palabra, para que así ellos ganen algo de verdadero conocimiento acerca de Dios, tengan su carácter pervertido purificado, hagan realidad la palabra de Dios y ganen la gran salvación de Dios. Ellos han sido convertidos en vencedores por Dios antes del desastre, se han convertido en los primeros frutos y han sido ganados por Dios. Sin embargo, aquellos quienes se aferran a sus propias fantasías y conceptos, obsesivamente esperan por el Señor para que los arrebate al cielo, y reúsan la obra de juicio de Dios en los últimos días. son todas las vírgenes insensatas a ser abandonados por Dios. Ellos definitivamente caen en el desastre, llorando y rechinando sus dientes. Esto es muy cierto.

del guion de la película de El despertar del sueño

Pregunta 4: La gente es pecadora, pero la ofrenda por el pecado del Señor Jesús es efectiva eternamente. El Señor nos perdonará siempre y cuando le confesemos nuestros pecados. A ojos del Señor estamos libres de pecado, por lo que ¡podemos entrar en el reino de los cielos!

El Señor Jesús perdona los pecados del hombre. ¿A qué se refiere realmente el “pecado” en este contexto? Se refiere al adulterio, el robo, etc., cualquier cosa que infrinja las leyes, los mandamientos o las palabras de Dios es pecado. Cualquier acción que se resista, condene o juzgue a Dios también es pecado.

Respuesta: El Señor Jesús ha perdonado los pecados de la humanidad, pero eso no significa que el hombre no tenga pecado. Eso no significa que el hombre haya sido liberado del control de sus pecados o que haya alcanzado la santidad. El Señor Jesús perdona los pecados del hombre. ¿A qué se refiere realmente el “pecado” en este contexto? Se refiere al adulterio, el robo, etc., cualquier cosa que infrinja las leyes, los mandamientos o las palabras de Dios es pecado. Cualquier acción que se resista, condene o juzgue a Dios también es pecado. Cualquier blasfemia contra Dios es pecado, un pecado que no puede ser perdonado. En la Era de la Gracia, el Señor Jesús se sacrificó por los pecados de la humanidad. Sólo aquellos que oraran al Señor y se arrepintieran no serían condenados o muertos. Es decir, Dios ya no los vería como pecadores. El hombre que era perdonado de sus pecados podía orar directamente al Señor y participar en Su gracia. Ese es el verdadero significado de “los pecados son perdonados”. Aunque los pecados del hombre han sido perdonados debido al sacrificio de pecado del Señor Jesús, eso no significa que hayan dejado de pecar y de resistirse a Dios. La naturaleza pecadora del hombre todavía permanece, así que aún puede resistirse y traicionar a Dios y tenerlo por su enemigo. ¿Cómo van a ser aptas para entrar en el reino de los cielos personas semejantes? Como dice Dios Todopoderoso, “Un pecador como alguno de vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado o perfeccionado por Dios, ¿puedes ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡tendrías que tener tanta suerte! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Y así, tú, un pecador que acaba de ser redimido, no puedes heredar directamente la herencia de Dios”. de ‘Acerca de los apelativos y la identidad’ en “La Palabra manifestada en carne” Hermanos y hermanas, la obra de redención del Señor Jesús sólo perdonó los pecados del hombre; no resolvió su carácter corrupto. La arrogancia interior del hombre, el egoísmo, la codicia, el engaño y otros aspectos de su carácter satánico aún permanecen. Este carácter corrupto es más profundo que el pecado; es mucho más tenaz que el pecado. Es la fuente de nuestros pecados y de nuestra resistencia a Dios. Si estos caracteres satánicos corruptos no se resuelven, el hombre continuará pecando, se resistirá a Dios, y lo juzgará y condenará de acuerdo a sus propias imaginaciones y concepciones. Cuando sufren y son perseguidos, pueden negar a Dios e incluso traicionarlo como hizo Judas. Cuando tienen posiciones de poder, pueden establecer reinos independientes en resistencia a Dios. Algunas personas incluso roban las ofrendas de Dios y ofenden su carácter; estas serán condenadas y extinguidas por Dios. Ahora la mayoría de los pastores y líderes de la comunidad religiosa no se atienen a las palabras del Señor Jesús. Interpretan la Biblia basándose en sus propias concepciones. Tratan las palabras de los hombres en la Biblia como palabras de Dios. Exaltan las palabras de los hombres en vez de dar testimonio sobre las palabras del Señor Jesús. Esto hace que los fieles reverencien y sigan a los hombres, que no tengan lugar en sus corazones para el Señor Jesús. Estos creyentes quedan atrapados y controlados bajo el dominio de los líderes religiosos. Esto es especialmente cierto cuando el Señor Jesús regresa para hacer Su obra de juicio. Esos pastores y líderes no buscan ni estudian la obra de Dios. En vez de eso, condenan Su obra, lo juzgan y blasfeman contra Él. Inventan mentiras para engañar a los creyentes y aislar a la iglesia. Toman públicamente a Dios como su enemigo y ofenden el carácter de Dios. Esta es la más seria resistencia a Dios que existe. Este es un pecado que no se puede perdonar. Su mal comportamiento es aún más atroz que el de los fariseos que se resisten al Señor Jesús. ¡Cierto! Por lo tanto, si la naturaleza de las personas que se resisten a Dios no se resuelve, si su carácter satánico corrupto no es limpiado, serán capaces de cualquier comportamiento malvado para resistirse a Dios. ¿Cómo puede este tipo de personas entrar en el reino de Dios? Entonces, de acuerdo con Su plan de gestión para salvar a la humanidad y las necesidades reales de la humanidad corrupta, Dios expresa muchos aspectos diferentes de la verdad en los últimos días y lleva a cabo Su obra, que cumple la profecía de la Biblia: «El juicio debe comenzar en la casa de Dios», y resuelve el problema clave de que la humanidad corrupta está controlada por su naturaleza satánica. Esa es la manera en la que el hombre se liberará gradualmente de su carácter satánico corrupto, dejará de rebelarse y de resistirse a Dios, llegará a ser capaz de obedecer y reverenciar verdaderamente a Dios. Sólo entonces será purificado y entrará en el reino de los cielos.

del guion de la película de Recuerdos que escuecen

» Pregunta 2: ¿Cómo realiza Dios Todopoderoso Su obra de juicio en los últimos días? ¿Cómo expresa Él Sus palabras para juzgar, purificar y perfeccionar al hombre? Esta es la verdad que necesitamos conocer desesperadamente ya. Si nos percatamos de la obra de Dios Todopoderoso, podemos oír verdaderamente la voz de Dios y ser elevados ante Su trono. ¡Explicádnoslo de manera más detallada, por favor!»

Respuesta: Puedes buscar cómo Dios Todopoderoso hace la obra del juicio en los últimos días. Esto es muy importante para el hombre alcanzar la verdad y obtener la salvaciónDios Todopoderoso expresa la verdad de hacer el trabajo de juzgar y purificar al hombre completamente para llevar a los santos al reino de los cielos. Pero mucha gente religiosa quien cree en el Señor no entiende la voluntad de Dios. Ellos creen que el Señor llevará directamente a los santos al reino de los cielos cuando Él regrese, y que Él posiblemente no hará la obra del juicio y el escarmiento. Ellos creen que el juicio y el escarmiento de Dios significa la condena y castigo del hombre por parte de Dios. Entonces, ellos rehúsan aceptar la obra de juicio de Dios en los últimos días. Ellos sólo esperan a que el Señor regrese con nubes y arrebatarlos al reino de los cielos. Ellos sólo esperan a que el Señor regrese en las nubes y arrebatarlos al reino de los cielos. De hecho, totalmente malinterpretan la voluntad de Dios. La obra redentora que hizo el Señor Jesús fue para pavimentar el camino para la obra del juicio de los últimos días. Su objetivo final es purificar al hombre y salvar al hombre, y permitir al hombre entrar en el reino de los cielos para que disfrute el reposo. Sin embargo, Dios obra la redención y salvación con planes y pasos en vez de cumplirla en una noche. Al final de Su obra de redención, el Señor Jesús prometió que Él vendría de nuevo a llevarse a los santos. Pero cómo arrebatará a los santos cuando Él regrese, ninguno lo puede entender. De hecho, cuando Dios venga en los últimos días a llevarse a los santos, Él primero trae a la gente ante Su trono, para que acepten Su obra de juicio y purificación y entonces los convierte en vencedores. Estos son los santos siendo arrebatados al reino de los cielos. Pero, hay una cosa que es difícil de aceptar para el hombre: aquellos quienes sean arrebatados ante el trono de Dios deben experimentar el juicio y el escarmiento y obtener la santidad. Así que ellos producen conceptos acerca de la obra de juicio de Dios en los últimos días. Ahora piensa en ello. ¿Son el juicio y el escarmiento bendiciones de Dios? ¿O la condenación y el castigo de Dios? Mucha gente no puede entender esto. Entonces, leamos algunas palabras de Dios Todopoderoso primero.

Dios Todopoderoso dice: “Lo que Dios maldice es la desobediencia del hombre y lo que Él juzga son los pecados del hombre. Aunque Él habla severamente y sin la menor sensibilidad, Él revela todo lo que hay dentro del hombre y a través de estas palabras severas revela lo que es esencial dentro del hombre pero a través de ese juicio le da al hombre un conocimiento profundo de la esencia de la carne y, por lo tanto, el hombre se somete a la obediencia frente a Dios. La carne del hombre es de pecado y de Satanás, es desobediente y el objeto del castigo de Dios, en consecuencia, para permitirle al hombre que se conozca, las palabras del juicio de Dios le deben suceder y todo tipo de refinamiento se debe emplear; sólo entonces puede ser efectiva la obra de Dios”. de ‘Sólo al experimentar pruebas dolorosas puedes conocer el encanto de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

Hoy Dios os juzga y os castiga y os condena, pero sabe que tu condenación es para que te puedas conocer a ti mismo. Condenación, maldición, juicio, castigo, todos estos son para que te puedas conocer a ti mismo para que tu carácter pueda cambiar y, sobre todo, para que puedas conocer tu valía y ver que todas las acciones de Dios son justas y de acuerdo con Su carácter y las necesidades de Su obra que Él obra de acuerdo con Su plan para la salvación del hombre y que Él es el Dios justo que ama al hombre y salva al hombre y quien juzga y castiga al hombre. […] Dios no ha venido a matar ni a destruir sino a juzgar, maldecir, castigar y salvar”. de ‘Deberías desechar las bendiciones del estatus y entender la voluntad de Dios para la salvación del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”

Todos vosotros vivís en un lugar de pecado y libertinaje; todos sois personas libertinas y pecadoras. Hoy no sólo podéis ver a Dios, sino lo que es más importante, habéis recibido castigo y juicio, una salvación tan profunda, esto es, el amor más grande de Dios. Todo lo que Él hace es amor verdadero por vosotros; no tiene malas intenciones. Él os juzga por vuestros pecados, para que os examinéis y recibáis esta tremenda salvación. Todo esto se hace para trabajar al hombre. De principio a fin, Dios ha hecho todo lo posible para salvar al hombre, y sin duda no está dispuesto a destruir completamente al hombre que creó con Sus propias manos. Ahora, Él ha venido entre vosotros para obrar; ¿no es esto aún más salvación? Si Él os odiara, ¿seguiría haciendo una obra de tal magnitud para guiaros personalmente? ¿Por qué iba a sufrir así? Dios no os odia ni tiene ninguna mala intención hacia vosotros. Deberíais saber que el amor de Dios es el más verdadero de todos. Es sólo por culpa de la desobediencia de las personas que Él tiene que salvarlas por medio del juicio; de lo contrario, no se salvarían. Como no sabéis cómo llevar una vida o cómo vivir, vivís en este lugar libertino y pecador, y sois diablos libertinos e inmundos, Él no soporta dejar que os volváis aún más depravados; tampoco soporta veros vivir en un lugar inmundo como este, pisoteados por Satanás a su antojo, o para dejaros caer en el Hades. Él sólo quiere ganar a este grupo de vosotros y salvaros totalmente. Este es el propósito principal de hacer la obra de conquista en vosotros, es sólo para salvación”. de ‘La verdad interna de la obra de conquista (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Desde la palabra de Dios Todopoderoso, vemos claramente que cuando Dios obra el juicio en estos últimos días, Él no pretende condenarnos aún más derribarnos Dios tiene el propósito de que nosotros sepamos la verdad de que hemos sido profundamente pervertidos por Satanás, conoce nuestra naturaleza y esencia de resistir y traicionar a Dios, y conocer el carácter santo, justo y no ofensivo de Dios. Dios pretende despertar nuestros corazones y espíritus, líbranos de nuestro carácter pervertido y haznos hacer realidad de la semejanza de un hombre real y obtener la salvación. Si el hombre no experimenta el juicio de Dios y su escarmiento, él es incapaz de conocer su naturaleza satánica, incapaz de ver las raíces de su corrupción que el hombre peca y se resiste a Dios o conociendo el carácter justo de Dios. Entonces, el carácter pervertido del hombre no se puede cambiar y el hombre no puede obedecer verdaderamente y respetar a Dios. Como tal, ¿cómo está El capacitado para ser llevado al reino de Dios? Puede ser visto que Dios juzga al hombre y Su objetivo final es purificar al hombre y salvarlo. Si el hombre es juzgado y obtiene la purificación, esta es la mayor bendición de Dios, y es la mayor salvación y amor de Dios para la pervertida humanidad. ¡Amén! Entonces, ¿cómo Dios hace la obra del juicio?

Cuando Dios se hace carne esta vez, Su obra es expresar Su carácter, principalmente por medio del castigo y el juicio. Usando esto como el fundamento, trae más verdad al hombre, muestra más formas de práctica, y por tanto logra Su objetivo de conquistar al hombre y salvarlo de su carácter corrupto. Esto es lo que hay detrás de la obra de Dios en la Era del Reino”. de ‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”

En los últimos días, Cristo usa una diversidad de verdades para enseñarle al hombre, para revelar la esencia del hombre y analizar sus palabras y hechos. Estas palabras comprenden varias verdades, tales como, el deber del hombre, cómo debe el hombre obedecer a Dios, cómo debe el hombre ser leal a Dios, cómo debe el hombre vivir la humanidad normal, la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras se enfocan en la esencia del hombre y en su carácter corrupto. En particular, esas palabras que revelan cómo el hombre desdeña a Dios se dicen con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Cuando Dios hace la obra del juicio, no simplemente aclara la naturaleza del hombre con unas cuantas palabras, sino que lleva a cabo la revelación, el tratamiento y la poda en el largo plazo. Esas formas de revelación, tratamiento y poda no se pueden sustituir con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo esa manera de obrar se considera juicio; sólo por medio de ese juicio se puede persuadir al hombre, se le puede convencer por completo de la sumisión a Dios, y puede obtener el verdadero conocimiento de Dios. El resultado de la obra de juicio es que el hombre comprenda el verdadero rostro de Dios y la verdad de su rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre entender mucho de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que el hombre no puede entender. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir la fealdad del hombre. Todos estos efectos los produce la obra del juicio, porque la esencia de esa obra es, de hecho, la obra de inaugurar la verdad, el camino y la vida de Dios para todos los que tienen fe en Él. Esta obra es la obra de juicio que Dios hace”.de ‘Cristo realiza la obra de juicio con la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”

Dios tiene muchos medios para perfeccionar al hombre. Emplea toda clase de ambientes para tratar con el carácter corrupto del hombre y usa varias cosas para poner al hombre al descubierto; en un sentido trata con el hombre, en otro pone al hombre al descubierto y en otro revela al hombre, escarbando y revelando los ‘misterios’ en las profundidades del corazón del hombre, y mostrándole al hombre su naturaleza revelando muchos de sus estados. Dios perfecciona al hombre a través de muchos métodos —por medio de la revelación, el trato, el refinamiento y el castigo— para que el hombre pueda saber que Dios es práctico”. de ‘Sólo los que se enfocan en la práctica pueden ser perfeccionados’ en “La Palabra manifestada en carne”

Dios realiza la obra de juicio y castigo para que el hombre pueda conocerle, y por amor a Su testimonio. Sin Su juicio sobre el carácter corrupto del ser humano, el hombre no conocería Su carácter justo que no permite ofensa alguna, y no podría apartarse de su viejo conocimiento de Dios para adoptar el nuevo. Por amor a Su testimonio y a Su gestión, Él hace pública Su totalidad, capacitando así al hombre para lograr el conocimiento de Dios, cambiar su carácter y dar un resonante testimonio de Él por medio de Su aparición pública. El cambio se logra en el carácter del hombre a través de distintos tipos de la obra de Dios; sin estos cambios en el carácter del hombre, este sería incapaz de dar testimonio de Dios y no podría ser conforme a Su corazón. Los cambios en el carácter del hombre significan que se ha liberado de la atadura de Satanás, de la influencia de la oscuridad, y que se ha convertido de verdad en un modelo y una muestra de la obra de Dios, que de verdad ha llegado a ser un testigo suyo y alguien que es conforme a Su corazón”. de ‘Sólo aquellos que conocen a Dios pueden dar testimonio de Él’ en “La Palabra manifestada en carne”

Las palabras de Dios Todopoderoso son tan prácticas. ¡Dios expresa la palabra para hacer su obra de juicio en los últimos días sólo por salvar al hombre y perfeccionar al hombre! Bajo el juicio de la palabra de Dios Todopoderoso aprendemos que en las tinieblas y la maldad del mundo, toda la humanidad vive bajo el dominio de Satanás. La perversión de Satanás les dejó sin ninguna apariencia humana: ellos son soberbios y arrogantes, torcidos y astutos, egoístas y básicos, libertinos y corruptos Todos ellos aborrecen la verdad y adoran la maldad, compitiendo por conseguir fama y posición como sea, justo como bestias, luchando en contra e intrigándolos unos de los otros, engañándonos los unos a los otros. Ellos han perdido por completo su sentido humano. Aún cuando el hombre cree en Dios, en sus corazones, ellos adoran el dinero, la fama y la posición. Ellos siguen malvadas tendencias mundanas y a menudo pecan y se resisten y desobedecen a Dios. Aún si ellos se sacrifican por Dios y sufren y pagan el precio, ellos hacen esto por el bien de satisfacer su deseo de bendición y recompensas y entrar en el reino de los cielos, pero no por alcázar la verdad, conociendo y obedeciendo a Dios. A pesar que ellos creen en Dios, ellos están llenos de conceptos imaginados acerca de Dios, ninguno de ellos tiene el verdadero conocimiento del carácter de Dios y de lo que Dios tiene y es. A qué tipo de persona Dios desea y qué tipo de persona Dios odia, A qué tipo de cosa que hace el hombre es resistirse a Dios, ofendiendo el carácter de Dios y siendo maldecido por Dios, cuantas cosas en el pensamiento del hombre y en sus conceptos son contrarias a la verdad, cuáles conciencias debe tener el hombre ante Dios y cuáles prácticas de la verdad debería poseer el hombre y así sucesivamente esto todo concierne a las verdades clave de conocer a Dios, obedeciendo y adorando a Dios. Pero la humanidad pervertida no sabe nada al respecto. Porque tal humanidad pervertida profundamente por Satanás, ¿cómo se podría abstener de resistirse y traicionar a Dios sin ser juzgado y purificado por Dios? Basados en las necesidades de la humanidad pervertida, el Dios encarnado expresa toda la verdad para que el hombre sea salvo revela a la humanidad la justicia de Dios y carácter majestuoso no tolerando ofensa alguna, y expone completamente la esencia de la naturaleza del hombre acerca de la perversión, la cual hace a todos estar completamente convencidos. Hemos experimentado el juicio y el escarmiento de la palabra de Dios, y visto que somos soberbios y arrogantes, egoístas y fundamentales y vivimos según la filosofía y las reglas de Satanás. Lo que sea que hagamos, lo hacemos por fama y fortuna e incluso cuando trabajamos y predicamos, lo hacemos sólo por reputación y posición, exaltando y presumiendo de nosotros mismos para hacer que otros piensen altamente de nosotros, sino simplemente no lo hacemos para exaltar a Dios y testificar a Dios. Cuando la obra de Dios no está de acuerdo con nuestros conceptos, nosotros definimos a Dios y juzgamos a Dios, manteniéndonos tercos en oposición a Dios, sin obedecer a Dios en lo absoluto. Cuando desarrollamos nuestro deber, seguimos la comodidad de la carne engañando y desdeñado a menudo a Dios, sin lealtad alguna a Dios. Bajo el juicio y la revelación de la palabra de Dios, vemos que hemos sido profundamente pervertidos por Satanás, sin conciencia y razón, o carácter y dignidad, no mereciendo ser llamado humano, y simplemente la cría de Satanás que están en enemistad con Dios. Sentimos que estamos demasiado apenados para contemplar la faz de Dios. Debemos caer ante Dios, arrepentirnos amargamente, odiarnos y maldecirnos a nosotros mismos. Hemos experimentado verdaderamente el carácter de justicia de Dios que es intolerante de la ofensa del hombre. Así que he empezado a temer le a Dios y he entendido las intenciones bondadosas de Dios de salvar al hombre. Dios juzga al hombre y escarmienta al hombre porque Dios odia el pecado del hombre y su desobediencia, Porque Él desea salvarnos de nuestro carácter satánico y ganarnos. Cuando nos mantenemos en terca oposición a Dios y resistimos a Dios, Dios nos corrige y nos disciplina. Vemos la santidad y la grandeza de Dios, Él no nos castiga de acuerdo a lo que hemos hecho, sino que nos ilumina y guía para entendemos Su voluntad. Bajo tal juicio y escarmiento de Dios, producimos algún conocimiento verdadero del carácter de Dios, comprende que el carácter de Dios contiene la misericordia y la amorosa bondad de Dios. Vemos la santidad y la grandeza de Dios, produce reverencia y admiración por Dios. vemos más claramente nuestra naturaleza satánica y conocemos algo de verdad, tener un creciente discernimiento entre lo que es positivo y negativo. Sí. ¡Gracias al Señor! Tenemos algunos cambios en nuestros puntos de vista sobre cosas y gradualmente producimos un corazón que está sediento por la verdad. Ya no estamos dispuestos a vivir según la filosofía y las reglas de Satanás, ya no le hacemos exigencias irracionales a Dios. Nuestra conciencia y sentido han sido restaurados. Empezamos a buscar la verdad y a practicar la verdad en todo, desempeñando el deber como un ser creado en una manera realista y obedeciendo la soberanía y gestión de Dios. Estamos transformándonos cada vez más en nuestro carácter de vida y nos parecemos algo a un hombre real. ¡Amén! ¡Gracias a Dios Todopoderoso Tales cambios nos son traídos por la obra del juicio de Dios. ¡Amén! ¡Gracias a Dios! Hoy, todos quienes aceptan la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días completamente entienden que sólo aceptando y obedeciendo la obra del juicio de Dios en los últimos días puede uno ser salvo y perfeccionado.

del guion de la película de El despertar del sueño