El Señor está llamando a la puerta de tu corazón, no dudes en abrirla para recibirlo

voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).

Amigos, ¿sabes que? Cuando están esperando ansiosamente a que el Señor venga sobre nubes, muchos ya han escuchado al Señor venir a llamar a la puerta y han salido a recibirlo. ¿Se quedan atónitos con esta noticia y se preguntan cómo ha venido el Señor a llamar a la puerta y cómo debemos recibirlo? Sigan leyendo para saberlo…

El Apocalipsis profetiza: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Las expresiones “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo” y “si alguno oye mi voz” se refieren a que el Señor volverá para pronunciar palabras en los últimos días, es decir, Él llamará a la puerta de nuestro corazón con Sus palabras. Entonces, ¿cómo lo hará el Señor? Puede que Él use a algunas personas para decirnos la noticia de Su vuelta o nos haga oír esta noticia a través de Internet, radio y Facebook, etc., y cuando escuchemos la voz de Dios mediante búsqueda e investigación, podremos acoger al Señor. Así pues, ¿qué debemos hacer al oír la noticia de que alguien da testimonio del regreso del Señor? No duden en abrir la puerta de su corazón para escuchar las palabras del regreso del Señor, y una vez que reconozcan a Dios a partir de ellas, si obedecen, aceptan y siguen inmediatamente a Él, podrán recibir al Señor.

Recomendación: Comunión con Dios.

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Principios de la práctica de las devociones diarias

Cuando se revela el propio carácter corrupto, hay que hacer devociones. Es preciso hacer introspección para conocerse a uno mismo según las palabras de Dios, y afrontar la manifestación del propio carácter corrupto.

(1) Cuando se revela el propio carácter corrupto, hay que hacer devociones. Es preciso hacer introspección para conocerse a uno mismo según las palabras de Dios, y afrontar la manifestación del propio carácter corrupto.

(2) La introspección devocional exige aceptar el escrutinio de Dios. Solo así es posible abrir el corazón de par en par a Dios y, de ese modo, recibir el esclarecimiento del Espíritu Santo y aprender de los propios errores.

(3) Es preciso reflexionar, a la luz de las palabras de Dios, sobre si la senda que se sigue es la correcta, sobre si se está cumpliendo satisfactoriamente con el deber y sobre cuántas motivaciones e intenciones propias alteran su desempeño.

(4) Se deben examinar y analizar los propios errores y transgresiones en el cumplimiento del deber, así como los progresos y logros. Esa es la única práctica que genera progresos en la vida.

Las palabras relevantes de Dios:

La fe en Dios requiere de una vida espiritual normal, que es la base para experimentar las palabras de Dios y entrar en la realidad. ¿Equivale a una “vida espiritual normal” toda vuestra práctica actual de oraciones, acercarse a Dios, cantar himnos, alabanzas, meditación, y de reflexionar sobre las palabras de Dios? Ninguno de vosotros parece saberlo. Una vida espiritual normal no se limita a prácticas como orar, cantar himnos, participar en la vida de la iglesia y comer y beber de las palabras de Dios. Más bien, implica vivir una nueva y dinámica vida espiritual. Lo que importa no es cómo se practica, sino qué fruto da la práctica. La mayoría de la gente cree que una vida espiritual normal implica necesariamente orar, cantar himnos, comer y beber de las palabras de Dios o reflexionar sobre ellas, sin que importe que tales prácticas tengan algún efecto o conduzcan a un verdadero entendimiento. Estas personas se centran en seguir procedimientos superficiales sin preocuparse por los resultados; viven en los rituales religiosos, no dentro de la iglesia, y ni mucho menos son personas del reino. Al orar, cantar himnos, y comer y beber de las palabras de Dios solo siguen reglas, lo hacen por obligación y para estar al día con las tendencias, no por voluntad propia ni de corazón. Por mucho que estas personas oren o canten, sus esfuerzos no darán ningún fruto, ya que solo practican las reglas y los rituales de la religión, no las palabras de Dios. Se centran solo en darle importancia a cómo practican, y tratan las palabras de Dios como reglas a seguir. Estas personas no están poniendo en práctica las palabras de Dios, solo están satisfaciendo la carne y actuando para que otras personas las vean. Todas estas reglas y rituales religiosos tienen un origen humano; no provienen de Dios. Dios no sigue reglas ni está sujeto a ninguna ley. En su lugar, Él hace cosas nuevas cada día, y así logra una obra práctica. Lo mismo sucede con la gente de la Iglesia de las Tres Autonomías, que se limitan a prácticas como asistir a diario a los servicios matutinos, ofrecer oraciones por la tarde y oraciones de gratitud antes de las comidas, y a dar gracias por todo; hagan lo que hagan y por mucho tiempo que lo hagan, no tendrán la obra del Espíritu Santo. Cuando las personas viven entre reglas y anclan sus corazones a métodos de práctica, el Espíritu Santo no puede obrar, ya que sus corazones están ocupados por reglas y nociones humanas. Por lo tanto, Dios es incapaz de intervenir y obrar en ellas, y solo pueden seguir viviendo bajo el control de las leyes. Tales personas nunca podrán recibir el elogio de Dios.

Extracto de ‘Acerca de una vida espiritual normal’ en “La Palabra manifestada en carne”

Una vida espiritual normal es una vida vivida ante Dios. Al orar, uno puede aquietar su corazón ante Dios y, a través de la oración, puede buscar el esclarecimiento del Espíritu Santo, conocer las palabras de Dios, y entender Su voluntad. Al comer y beber de Sus palabras, la gente puede obtener una comprensión más clara y completa de la obra actual de Dios. También pueden obtener una nueva senda de práctica, y no se aferrarán a lo viejo; lo que practican tendrá como objetivo lograr el crecimiento en la vida. En cuanto a la oración, no se trata de decir unas pocas palabras bonitas o echarse a llorar ante Dios para mostrar la deuda que tienes con Él. Más bien, su propósito es entrenarse en el uso del espíritu, permitiéndole a uno aquietar su corazón ante Dios, entrenarse para buscar la guía de las palabras de Dios en todos los asuntos, para que el corazón pueda ser atraído cada día a una nueva luz y para que uno no sea pasivo o perezoso y pueda tomar el camino correcto de poner en práctica las palabras de Dios. Hoy en día la mayoría de la gente se centra en los métodos de práctica, pero no lo hacen para buscar la verdad y lograr el crecimiento vital. Aquí es donde se han desviado. También hay algunos que son capaces de recibir nueva luz, pero sus métodos de práctica no cambian. Traen sus viejas nociones religiosas con ellos mientras buscan recibir las palabras actuales de Dios, así que lo que reciben sigue siendo doctrina pintada con nociones religiosas; no están recibiendo la luz actual simplemente. Como resultado, sus prácticas están contaminadas, son las mismas viejas prácticas en un nuevo envase. Por muy bien que practiquen, son hipócritas. Cada día, Dios guía a la gente a hacer cosas nuevas, les exige que obtengan una nueva comprensión y entendimiento, que no sean anticuados y repetitivos. Si has creído en Dios durante muchos años, pero tus métodos de práctica no han cambiado en absoluto, y si todavía sientes fervor y te entretienes con asuntos externos pero no tienes un corazón tranquilo que puedas llevar ante Dios para disfrutar de Sus palabras, entonces no obtendrás nada. Cuando se trata de aceptar la nueva obra de Dios, si no haces planes diferentes, no prácticas de una manera nueva y no buscas nuevos entendimientos, sino que te aferras a lo antiguo y solo recibes cierta luz limitada, al no cambiar la manera en la que practicas, entonces las personas como tú estáis en esta corriente solo de manera nominal. En realidad, son fariseos religiosos ajenos a la corriente del Espíritu Santo.

Para vivir una vida espiritual normal, uno debe ser capaz de recibir nueva luz diariamente y buscar una comprensión real de las palabras de Dios. Uno debe ver la verdad con claridad, encontrar un camino de práctica en todos los asuntos, descubrir nuevas cuestiones mediante la lectura diaria de las palabras de Dios y darse cuenta de las propias limitaciones para poder tener un corazón que anhele y busque y mueva todo su ser, para estar tranquilo ante Dios en todo momento, con un profundo temor de quedarse atrás. Una persona con tal corazón de anhelo y búsqueda, dispuesta a alcanzar continuamente la entrada, está en el camino correcto de la vida espiritual. Aquellos que son conmovidos por el Espíritu Santo, que desean hacerlo mejor, que están dispuestos a buscar ser perfeccionados por Dios, que anhelan una comprensión más profunda de Sus palabras, que no buscan lo sobrenatural sino que pagan un precio real, a las que les importa realmente la voluntad de Dios, que logran la entrada en la realidad de manera que sus experiencias son más genuinas y auténticas, que no buscan palabras y doctrinas vacías o sentir lo sobrenatural, que no adoran a ninguna gran personalidad; estos son los que han entrado en una vida espiritual normal. Todo lo que hacen tiene como objetivo lograr un mayor crecimiento vital y tener un espíritu fresco y vivaz, y siempre son capaces de lograr la entrada de forma activa. Sin darse cuenta, llegan a comprender la verdad y entran en la realidad.

Extracto de ‘Acerca de una vida espiritual normal’ en “La Palabra manifestada en carne”

Acallar el corazón en presencia de Dios es el paso más crucial para entrar en Sus palabras. Es una lección en la que todas las personas tienen la necesidad urgente de entrar en este momento. Las sendas de entrada para acallar el corazón delante de Dios son las siguientes:

1. Retira tu corazón de los asuntos externos. Aquiétate delante de Dios y concentra toda tu atención en orar a Él.

2. Con tu corazón en paz delante de Dios, come, bebe y disfruta de Sus palabras.

3. Medita sobre el amor de Dios y contémplalo, y reflexiona en tu corazón sobre la obra de Dios.

Primero, empieza con el aspecto de la oración. Ora con toda tu atención y en un horario fijo. Independientemente de lo presionado que estés por el tiempo, de cuánto trabajo tengas o de lo que te ocurra, ora cada día de forma habitual y come y bebe las palabras de Dios como de costumbre. Mientras comas y bebas las palabras de Dios, no importa cuál sea tu entorno, sentirás gran placer en tu espíritu y no te molestarán las personas, los acontecimientos o las cosas que te rodean. Cuando contemplas de forma habitual a Dios en tu corazón, lo que ocurre fuera no te puede molestar. Esto es lo que significa poseer estatura. Empieza con la oración: orar en silencio delante de Dios es lo más productivo. Después de ello, come y bebe las palabras de Dios, busca la luz en ellas mediante la reflexión, encuentra la senda de práctica, conoce el propósito que Dios tiene al pronunciar Sus palabras y compréndelas sin desviación. Generalmente, debería ser normal que fueras capaz de acercarte a Dios en tu corazón, que contemplaras Su amor y que reflexionaras sobre Sus palabras, sin ser perturbado por las cosas externas. Cuando tu corazón haya alcanzado cierto grado de paz serás capaz de meditar en silencio, contemplar dentro de ti mismo el amor de Dios y acercarte de verdad a Él, independientemente del entorno en el que estés, hasta que hayas alcanzado, finalmente, el punto en el que la alabanza brote de tu corazón y sea incluso mejor que la oración. Entonces poseerás cierta estatura. Si puedes alcanzar los estados antes descritos, será prueba de que tu corazón está verdaderamente en paz delante de Dios. Esta es la primera lección básica. Solo después de que las personas son capaces de estar en paz delante de Dios, el Espíritu Santo puede tocarlas y las puede esclarecer e iluminar, y solo entonces pueden tener comunión verdadera con Dios y pueden entender Su voluntad y la guía del Espíritu Santo. Entonces, habrán entrado en el camino correcto en su vida espiritual. Cuando su entrenamiento para vivir delante de Dios haya alcanzado cierta profundidad y sean capaces de abandonarse a sí mismos, de despreciarse a sí mismos y de vivir en las palabras de Dios, entonces su corazón estará verdaderamente en paz delante de Dios. Ser capaz de despreciarse a uno mismo, maldecirse y abandonarse es el efecto que consigue la obra de Dios, y las personas no pueden hacerlo por su propia cuenta. Por consiguiente, la práctica de acallar el corazón delante de Dios es una lección en la que las personas deberían entrar de inmediato.

Extracto de ‘Acerca de acallar el corazón delante de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

Si queréis tener vuestro corazón realmente en paz ante Él, entonces debéis hacer la obra de cooperación consciente. Es decir, cada uno de vosotros debe dedicar un tiempo para vuestras devociones, un momento en el que apartáis a todas las personas, asuntos u objetos, calmáis vuestro corazón y guardáis silencio ante Dios. Todo el mundo debería tomar notas devocionales, registrar su conocimiento de la palabra de Dios y cómo se les conmueve el espíritu, independientemente de que sea profundo o superficial, todos deben acallar sus corazones ante Dios de manera consciente. Si puedes dedicar una o dos horas cada día a una vida espiritual verdadera, tu vida durante ese día se sentirá enriquecida y tu corazón será brillante y claro. Si vives esta clase de vida espiritual a diario, entonces tu corazón podrá volver a estar más en posesión de Dios, tu espíritu se volverá cada vez más fuerte, tu condición mejorará constantemente, podrás recorrer mejor la senda por la que guía el Espíritu Santo, y Dios te concederá más bendiciones. El propósito de vuestra vida espiritual es obtener conscientemente la presencia del Espíritu Santo. No consiste en observar reglas o celebrar rituales religiosos, sino en actuar verdaderamente en sintonía con Dios y disciplinar realmente vuestro cuerpo. Esto es lo que el hombre debe hacer; así que debéis hacerlo esforzándoos al máximo. Cuanto mejor sea tu cooperación y cuanto más esfuerzo pongas en ello, más podrá tu corazón volver a Dios y mejor podrás aquietarlo ante Él. Llegado cierto punto, Dios ganará por completo tu corazón. Nadie podrá influir en tu corazón ni capturarlo, y pertenecerás completamente a Dios. Si sigues esta senda, entonces la palabra de Dios se te revelará en todo momento y te esclarecerá en todo lo que no entiendas; todo esto puede lograrse mediante tu cooperación. Por esta razón, Dios siempre dice: “A todos los que actúan en sintonía conmigo, Yo los recompensaré el doble”. Debéis ver esta senda con claridad. Si deseáis seguir la senda correcta, debéis hacer todo lo que podáis para satisfacer a Dios. Debéis hacer todo lo posible por alcanzar una vida espiritual. Al principio, es posible que no logres grandes resultados en tu búsqueda, pero no debes permitirte dar marcha atrás ni regodearte en la negatividad: ¡debes seguir trabajando duro! Cuanto más vivas una vida espiritual, más ocupado estará tu corazón por las palabras de Dios, siempre preocupado por estos asuntos, siempre llevando esta carga. Después de eso, revela tu verdad más íntima a Dios a través de tu vida espiritual; dile lo que estás dispuesto a hacer, lo que estás pensando, tu entendimiento y tu opinión acerca de Su palabra. ¡No escondas nada; ni lo más mínimo! Practica comunicarle las palabras de tu corazón a Dios y revelarle tus verdaderos sentimientos. Si está en tu corazón, entonces dilo a toda costa. Cuanto más hables de esa manera, más sentirás la hermosura de Dios, y tu corazón se aferrará más a Él. Cuando esto ocurra, sentirás que Dios es más querido para ti que cualquier otra persona. Pase lo que pase, nunca te apartarás de Su lado. Si practicas esta clase de devoción espiritual a diario y no lo sacas de tu mente, sino que lo consideras algo de gran importancia en tu vida, la palabra de Dios ocupará tu corazón. Esto es lo que significa ser tocado por el Espíritu Santo. Será como si Dios hubiera poseído siempre tu corazón, como si aquello que amas estuviera siempre en tu corazón. Nadie puede quitarte esto. Cuando esto ocurra, Dios vivirá realmente en tu interior y tendrá un lugar en tu corazón.

Extracto de ‘Una vida espiritual normal guía a las personas por el camino correcto’ en “La Palabra manifestada en carne”

Cuando comas y bebas de las palabras de Dios, deberás comparar con ellas la realidad de tu estado. Es decir, cuando descubras tus defectos en el transcurso de tu experiencia real, deberás saber encontrar una senda de práctica y dar la espalda a tus motivaciones y nociones incorrectas. Si siempre te esfuerzas por estas cosas y pones todo tu corazón en lograrlas, tendrás una senda que seguir, no te sentirás vacío y, por tanto, podrás mantener un estado normal. Solo entonces serás una persona que soporta una carga en la vida, que tiene fe. ¿Por qué algunas personas, tras leer las palabras de Dios, no saben ponerlas en práctica? ¿No es porque no comprenden las cosas más cruciales? ¿No es porque no se toman la vida en serio? No comprenden las cosas cruciales ni tienen una senda de práctica porque, cuando leen las palabras de Dios, no saben relacionar su propio estado con ellas ni dominarlo. Algunos dicen: “Leo las palabras de Dios, relaciono mi estado con ellas y sé que soy corrupto y poco apto, pero soy incapaz de satisfacer la voluntad de Dios”. Tan solo has visto la superficie; hay muchas cosas reales que no conoces: cómo dejar de lado el goce carnal y la mojigatería, cómo cambiar, cómo entrar en estos asuntos, cómo mejorar tu aptitud y por qué aspecto comenzar. No entiendes más que algunas cosas superficiales y lo único que sabes es que sí eres muy corrupto. Cuando te reúnes con tus hermanos y hermanas, hablas de lo corrupto que eres y parece que te conoces y soportas una enorme carga en la vida. De hecho, tu carácter corrupto no se ha transformado, lo que demuestra que no has encontrado la senda de práctica.

Extracto de ‘Práctica (7)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Debes comprender en tu vida diaria qué palabras dices y qué cosas que haces podrían provocar que tu relación con Dios sea anormal y luego corregirte para entrar de la manera correcta. En todo momento, examina tus palabras, tus acciones, todos y cada uno de tus movimientos y todos tus pensamientos e ideas. Obtén un entendimiento apropiado de tu verdadero estado y entra en la manera de la obra del Espíritu Santo. Esta es la única forma de tener una relación normal con Dios. Al evaluar si tu relación con Dios es normal, podrás corregir tus intenciones, comprender la esencia-naturaleza del hombre y entenderte a ti mismo verdaderamente y, al hacerlo, podrás entrar en experiencias reales, renunciar a ti mismo de una manera real y someterte de manera intencional. A medida que experimentas estas cuestiones de si tu relación con Dios es normal o no, encontrarás oportunidades para ser perfeccionado por Dios y poder comprender muchos estados de la obra del Espíritu Santo. También podrás darte cuenta de muchas de las artimañas de Satanás y penetrar en sus conspiraciones. Solo esta senda lleva a ser perfeccionado por Dios. Corriges tu relación con Dios para poder someterte a todas Sus disposiciones y para poder entrar más profundamente en una experiencia real y recibir todavía más de la obra del Espíritu Santo.

Extracto de ‘¿Cómo es tu relación con Dios?’ en “La Palabra manifestada en carne”

Cuando las personas delatan un carácter corrupto; cuando se entregan a los placeres de la carne y se alejan de Dios; o cuando Dios obra de una manera que está en desacuerdo con sus propias ideas y en su interior surgen quejas, deben ser conscientes de inmediato de que esto es un problema y un carácter corrupto. Se trata de una rebelión contra Dios, de una oposición a Él; no está de acuerdo con la verdad y es un anatema para Dios. Cuando las personas se den cuenta de estas cosas, no deben quejarse ni volverse negativas y ociosas, y menos aún molestarse. En cambio, han de ser capaces de una autorreflexión y un autoconocimiento más profundos. Además, deben poder presentarse ante Dios de forma proactiva y no ser pasivos. Deben asumir la responsabilidad de presentarse ante Dios para buscar y aceptar el reproche y la disciplina de Dios, y deben cambiar inmediatamente su estado, de manera que sean capaces de practicar de acuerdo con la verdad y las palabras de Dios, así como actuar de acuerdo con los principios. De esta manera, tu relación con Dios y tu estado interior se volverán cada vez más normales. Podrás identificar con mayor claridad el carácter corrupto, la esencia de la corrupción y los diversos feos estados de Satanás. Ya no pronunciarás palabras tan tontas e infantiles como “fue Satanás quien interfirió en mí” o “fue una idea que me dio Satanás”. En su lugar, tendrás un conocimiento exacto del carácter corrupto, de la esencia de la oposición de las personas a Dios y de la esencia de Satanás. Tendrás una forma más precisa de tratar estas cosas, y por tanto no te limitarán. Cuando hayas revelado un poco de carácter corrupto, transgredido o desempeñado tu deber de manera superficial, o cuando te encuentres a menudo en un estado pasivo y negativo, no te volverás débil ni perderás la fe en Dios y en Su salvación. No vivirás en medio de tales circunstancias, sino que te enfrentarás correctamente a tu propio carácter corrupto, y serás capaz de una vida espiritual normal y, cuando tu carácter corrupto se revele, podrás inmediatamente invertir su curso, vivir de una vez ante Dios y buscar Su disciplina y Su reproche. Tu carácter corrupto, la esencia de Satanás y tus diversos estados negativos y pasivos no te controlarán, sino que tendrás una fe creciente en la búsqueda de la verdad, en la salvación y en la aceptación del juicio, el castigo, la disciplina y el reproche de Dios. De esta manera, ¿acaso no vivirán las personas con libertad? Este es el camino para practicar y ganar la verdad, y también es el camino de la salvación. El carácter corrupto se ha arraigado profundamente en la gente; la esencia y la naturaleza de Satanás controlan sus pensamientos, comportamiento y mentalidad; sin embargo, en presencia de la verdad, la obra de Dios y Su salvación, nada de esto es preocupante y no presenta dificultades.

Extracto de ‘Cómo resolver el problema de ser descuidado y superficial a la hora de realizar tu deber’ en “Registros de las pláticas de Cristo”

Algunas personas ponen mucho entusiasmo en su búsqueda, pero no entran en el camino correcto porque son demasiado descuidadas y no prestan atención a las cosas espirituales. No tienen ni idea de cómo experimentar las palabras de Dios y no saben qué son la obra y la presencia del Espíritu Santo. Esas personas son entusiastas pero necias; no buscan la vida. Esto ocurre porque careces del más mínimo conocimiento del Espíritu, no sabes nada del desarrollo de la obra actual del Espíritu Santo e ignoras el estado interno de tu espíritu. ¿Acaso no es una necedad la fe de esas personas? La búsqueda de esas personas acaba en nada. La clave para avanzar en la vida de la fe en Dios radica en saber qué obra lleva a cabo Dios en tu experiencia, en contemplar la hermosura de Dios y en entender Su voluntad, de modo que acates todo lo que Dios dispone y tengas Sus palabras forjadas en tu interior para que se conviertan en tu vida y, por tanto, satisfagas a Dios. Si la tuya es una fe necia, si no prestas atención a las cuestiones espirituales ni a transformar tu carácter de vida, si no te esfuerzas en llegar a la verdad, ¿sabrás captar la voluntad de Dios? Si no entiendes lo que pide Dios, serás incapaz de experimentar y, por consiguiente, no tendrás una senda de práctica. A lo que debes prestar atención al experimentar las palabras de Dios es al efecto que producen en ti, de manera que puedas llegar a conocer a Dios a partir de Sus palabras. Si solamente sabes leer las palabras de Dios, pero no experimentarlas, ¿no demuestras tu ignorancia de las cuestiones espirituales? Actualmente, la mayoría de la gente no sabe experimentar las palabras de Dios, por lo que no conoce Su obra. ¿No es ese un fracaso de su práctica? Si continúan así, ¿en qué momento serán capaces de experimentar las cosas en su rica plenitud y madurar en la vida? ¿Esto no es una simple charla vacía? Muchos de vosotros os centráis en la teoría y no sabéis nada de las cuestiones espirituales, pese a lo cual deseáis que Dios os ponga a realizar grandes servicios y os bendiga. ¡Esto es totalmente disparatado! Así pues, debéis poner fin a este fracaso para que todos podáis entrar en el camino correcto en vuestra vida espiritual, tengáis experiencias reales y entréis de veras en la realidad de las palabras de Dios.

Extracto de ‘Cómo entrar en un estado normal’ en “La Palabra manifestada en carne”

Recomendación: ¿Qué es un devocional? ¿Cómo hacer correctamente un devocional?

Aceptando el Cristo de los últimos días podremos obtener la vida eterna

Dios Todopoderoso dice: «El Cristo de los últimos días trae la vida y el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará».

Dios Todopoderoso dice: «El Cristo de los últimos días trae la vida y el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará. Si no buscas el camino de la vida que el Cristo de los últimos días provee, entonces nunca obtendrás la aprobación de Jesús y nunca estarás cualificado para entrar por la puerta del reino de los cielos, porque tú eres tanto un títere como un prisionero de la historia. Aquellos que son controlados por los reglamentos, las letras y están encadenados por la historia, nunca podrán obtener la vida ni el camino perpetuo de la vida. Esto es porque todo lo que tienen es agua turbia que ha estado estancada por miles de años, en vez del agua de la vida que fluye desde el trono. Aquellos que no reciben el agua de la vida siempre seguirán siendo cadáveres, juguetes de Satanás e hijos del infierno. ¿Cómo pueden, entonces, contemplar a Dios? Si sólo tratas de aferrarte al pasado, si sólo tratas de mantener las cosas como están quedándote quieto, y no tratas de cambiar el estado actual y descartar la historia, entonces, ¿no estarás siempre en contra de Dios? Los pasos de la obra de Dios son vastos y poderosos, como olas agitadas y fuertes truenos, pero te sientas y pasivamente esperas la destrucción, apegándote a tu locura y sin hacer nada. De esta manera, ¿cómo puedes ser considerado alguien que sigue los pasos del Cordero? ¿Cómo puedes justificar al Dios al que te aferras como un Dios que siempre es nuevo y nunca viejo? ¿Y cómo pueden las palabras de tus libros amarillentos llevarte a una nueva era? ¿Cómo pueden llevarte a buscar los pasos de la obra de Dios? ¿Y cómo pueden llevarte al cielo? Lo que sostienes en tus manos es la letra que solo puede darte consuelo temporal, no las verdades que pueden darte la vida. Las escrituras que lees solo pueden enriquecer tu lengua y no son palabras de sabiduría que te ayudan a conocer la vida humana, y menos aún los senderos que te pueden llevar a la perfección. Esta discrepancia, ¿no te lleva a reflexionar? ¿No te hace entender los misterios que contiene? ¿Eres capaz de entregarte tú mismo al cielo para encontrarte con Dios? Sin la venida de Dios, ¿te puedes llevar tú mismo al cielo para gozar de la felicidad familiar con Dios? ¿Todavía sigues soñando? Sugiero entonces que dejes de soñar y observes quién está obrando ahora, quién está llevando a cabo ahora la obra de salvar al hombre durante los últimos días. Si no lo haces, nunca obtendrás la verdad y nunca obtendrás la vida».

Recomendación:  Sólo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna

Para conocer más: Que es la vida eterna

Apéndice: Contemplando la aparición de Dios en Su juicio y Su castigo

Durante miles de años, los vivos han muerto, llevándose con ellos sus anhelos y sus sueños, pero en cuanto a si se han ido al reino de los cielos, eso nadie lo sabe. Los muertos vuelven, habiendo olvidado todas las historias que una vez ocurrieron y siguen las enseñanzas y las sendas de los antepasados.

Como los otros cientos de millones que siguen al Señor Jesucristo, nosotros acatamos las leyes y los mandamientos de la Biblia, gozamos la abundante gracia del Señor Jesucristo y nos reunimos, oramos, alabamos y servimos en el nombre del Señor Jesucristo, y todo esto lo hacemos bajo el cuidado y la protección del Señor. Muchas veces somos débiles y otras tantas también somos fuertes. Creemos que todas nuestras acciones están en conformidad con las enseñanzas del Señor. Se sobreentiende, entonces, que también creemos que nos encontramos en la senda de hacer la voluntad del Padre que está en el cielo. Anhelamos el regreso del Señor Jesús, Su glorioso descenso, el fin de nuestra vida en la tierra, la aparición del reino, y todo lo que se predijo en el Libro del Apocalipsis: el Señor llega, Él trae el desastre, recompensa a los buenos y castiga a los malvados, y se lleva en los aires a los que lo siguen y acogen Su regreso para que se encuentren con Él. Cuando pensamos en esto, no podemos evitar que nos embargue la emoción y nos llenemos de gratitud por haber nacido en los últimos días y tener la buena fortuna de ser testigos de la venida del Señor. Aunque hayamos sufrido persecución, hemos recibido a cambio “un peso de gloria que supera a todo y es eterno”. ¡Qué bendición! Todo este anhelo y la gracia que otorga el Señor constantemente nos hace más serios en la oración y nos vuelve más diligentes para reunirnos. Tal vez el año que entra, tal vez mañana y tal vez incluso en un lapso más corto del que puede concebir el hombre, el Señor descenderá de repente y aparecerá entre un grupo de personas que han estado esperándolo con ansiosa inquietud. Nos apresuramos para adelantarnos a los demás, nadie está dispuesto a quedarse atrás, todo con el fin de poder ser del primer grupo en contemplar la aparición del Señor, de estar entre aquellos que sean arrebatados. Lo hemos dado todo, sin importar el costo, para la venida de este día. Algunos han abandonado sus trabajos; otros han abandonado sus familias; algunos han renunciado al matrimonio; y otros hasta han donado todos sus ahorros. ¡Qué actos de devoción tan desinteresados! ¡Semejante sinceridad y lealtad incluso superan la de los santos de eras pasadas! Así como el Señor concede gracia sobre quien Él desea, y muestra misericordia a quien Él le place, nuestros actos de devoción y nuestro esfuerzo, creemos, Sus ojos ya los han contemplado hace mucho. Así, también, nuestras sentidas oraciones han alcanzado Sus oídos, y confiamos en que el Señor nos recompensará por nuestra dedicación. Además, Dios ha sido misericordioso para con nosotros antes de crear el mundo, y nadie nos quitará Sus bendiciones y Sus promesas. Todos estamos planeando para el futuro y damos por sentado que nuestra dedicación y esfuerzo son moneda de cambio o capital que intercambiar para ser arrebatado para encontrarnos con el Señor en el aire. Es más, sin el menor titubeo, nos ubicamos en el trono del futuro, para presidir sobre todas las naciones y pueblos o reinar como reyes. Todo esto lo damos por hecho, como algo que se espera.

Despreciamos a todos los que están en contra del Señor Jesús; el final de todos ellos será ser aniquilados. ¿Quién les dijo que no creyeran que el Señor Jesús es el Salvador? Por supuesto, hay veces en que imitamos al Señor Jesús al ser compasivos con las personas del mundo, porque no entienden y es correcto que seamos tolerantes e indulgentes con ellos. Todo lo que hacemos está de acuerdo con las palabras de la Biblia, porque todo lo que no es conforme a la Biblia es heterodoxia y herejía. Este tipo de creencia está profundamente arraigada en la mente de cada uno de nosotros. Nuestro Señor está en la Biblia, y si no nos apartamos de ella no nos apartaremos del Señor; si acatamos este principio, obtendremos la salvación. Nos animamos entre nosotros, nos apoyamos mutuamente, y cada vez que nos reunimos esperamos que todo lo que digamos y hagamos esté de acuerdo con la voluntad del Señor y sea aceptado por el Señor. A pesar de la terrible hostilidad de nuestro ambiente, nuestros corazones están llenos de deleite. Cuando pensamos en las bendiciones que están tan cómodamente a nuestro alcance, ¿hay algo que no podamos dejar de lado? ¿Algo de lo que seamos reacios a separarnos? Todo esto no hace falta ni decirlo, yace ante los ojos vigilantes de Dios. Nosotros, este puñado de necesitados que hemos sido levantados del muladar, somos como todos los seguidores ordinarios del Señor Jesús, soñamos con el arrebatamiento, con ser bendecidos y gobernar a todas las naciones. Nuestra corrupción se ha puesto al descubierto ante los ojos de Dios, y nuestros deseos y nuestra avaricia han sido condenados a ojos de Dios. Sin embargo, todo esto sucede con tal normalidad y lógica, que ninguno de nosotros nos preguntamos si nuestros deseos son correctos y, menos aún, dudamos de la exactitud de todo a lo que nos aferramos. ¿Quién puede conocer la voluntad de Dios? Qué clase de senda recorre el hombre exactamente, no sabemos buscar o explorar, e investigar nos interesa menos aún. Porque solo nos interesa si podremos ser arrebatados, si podemos ser bendecidos, si hay un lugar para nosotros en el reino de los cielos y si vamos a tener una parte del agua del río de la vida y del fruto del árbol de la vida. ¿No creemos acaso en el Señor y nos convertimos en Sus seguidores en aras de ganar estas cosas? Nuestros pecados han sido perdonados, nos hemos arrepentido, hemos bebido de la amarga copa de vino y hemos puesto la cruz en nuestra espalda. ¿Quién puede decir que el Señor no aceptará el precio que hemos pagado? ¿Quién puede decir que no hemos preparado suficiente aceite? No deseamos ser esas vírgenes insensatas o uno de los que son abandonados. Más aún, oramos constantemente, le pedimos al Señor que nos guarde de que los falsos cristos nos engañen, porque está escrito en la Biblia que, “Entonces, si algún hombre os dice: Ved, acá está Cristo, o ahí; no lo creáis. Porque aparecerán falsos cristos y profetas, y estos os mostrarán grandes signos y maravillas; de tal manera que, si fuera posible, engañarán incluso a los elegidos” (Mateo 24:23-24). Todos nos hemos aprendido estos versículos de la Biblia, nos los sabemos de memoria, y los vemos como un tesoro precioso, como vida, y como una carta de credenciales que decide si podemos ser salvados o arrebatados…

Durante miles de años, los vivos han muerto, llevándose con ellos sus anhelos y sus sueños, pero en cuanto a si se han ido al reino de los cielos, eso nadie lo sabe. Los muertos vuelven, habiendo olvidado todas las historias que una vez ocurrieron y siguen las enseñanzas y las sendas de los antepasados. Y de esta manera, a medida que pasan los años y transcurren los días, nadie sabe si nuestro Señor Jesús, nuestro Dios, realmente acepta todo lo que hacemos. Lo único que podemos hacer es esperar ansiosos un desenlace y especular acerca de todo lo que sucederá. Sin embargo, Dios ha guardado Su silencio todo el tiempo, nunca se nos ha aparecido ni nos ha hablado. Y de esta manera, siguiendo la Biblia y según las señales, juzgamos deliberadamente la voluntad de Dios y Su carácter. Nos hemos acostumbrado al silencio de Dios; nos hemos acostumbrado a medir los aciertos y las equivocaciones de nuestra conducta usando nuestra propia manera de pensar; nos hemos acostumbrado a confiar en nuestro conocimiento, nociones y ética moral en lugar de las demandas que nos hace Dios; nos hemos acostumbrado a gozar de la gracia de Dios; nos hemos acostumbrado a que nos ayude siempre que lo necesitemos; nos hemos acostumbrado a extenderle la mano a Dios para todas las cosas y a darle órdenes; también nos hemos acostumbrado a conformarnos a las regulaciones, sin poner atención a cómo nos guía el Espíritu Santo; e incluso nos hemos acostumbrado a los días en que somos nuestro propio señor. Creemos en un Dios como este, a quien nunca hemos conocido cara a cara. Preguntas sobre cómo es Su carácter, que tiene y es, sobre cómo es Su imagen, si lo conoceremos o no cuando Él venga, etc., ninguna de ellas es importante. Lo importante es que Él está en nuestros corazones y que todos lo esperamos, y es suficiente con que podamos imaginar que Él es esto o aquello. Valoramos nuestra fe y atesoramos nuestra espiritualidad. Vemos todo como estiércol y pisamos todas las cosas bajo nuestros pies. Como somos creyentes del glorioso Señor, no importa qué tan largo y penoso sea el viaje, no importa qué dificultades y peligros nos acontezcan, nada puede detener nuestros pasos mientras seguimos al Señor. “Un río puro de agua de vida, clara como el cristal, brotó del trono de Dios y del Cordero. A cada lado del río estaba el árbol de la vida que tenía 12 clases de frutos y que daba frutos cada mes, y las hojas del árbol eran para la sanación de las naciones. Y no habrá más maldiciones, pero el trono de Dios y del Cordero estará ahí y Sus siervos lo servirán; y ellos verán Su rostro; y Su nombre estará grabado en sus frentes. Y no habrá noche ahí; y no necesitarán velas, ni tampoco la luz del sol; porque el Señor Dios les da luz y ellos reinarán por siempre y para siempre” (Apocalipsis 22:1-5). Cada vez que cantamos estas palabras, nuestros corazones rebosan de un gozo y satisfacción sin límites, y las lágrimas corren por nuestros ojos. Demos gracias al Señor por escogernos, demos gracias al Señor por Su gracia. Él nos ha dado cien veces en esta vida y la vida eterna en el mundo venidero. Si Él nos pidiera morir hoy, lo haríamos sin la menor queja. ¡Oh, Señor! ¡Por favor, ven pronto! Considerando la desesperación con que te anhelamos y que hemos renunciado a todo por Ti, no tardes ni un minuto ni un segundo más.

Dios guarda silencio y nunca se nos ha aparecido, sin embargo, Su obra nunca se ha detenido. Él inspecciona toda la tierra y manda sobre todas las cosas y contempla todas las palabras y acciones del hombre. Su gestión es conducida con pasos mesurados, y de acuerdo con Su plan, silenciosamente y sin un efecto dramático, pero Sus pasos avanzan cada vez más cerca de la humanidad, y Su tribunal se despliega en el universo a la velocidad de la luz, tras lo cual su trono desciende inmediatamente en mitad de nosotros. ¡Qué escena tan majestuosa es esta; qué cuadro tan imponente y solemne! Como una paloma, como un león rugiente, el Espíritu viene entre nosotros. Es sabiduría, es justicia y majestad, y Él llega entre nosotros subrepticiamente, ejerciendo autoridad y lleno de amor y misericordia. Nadie es consciente de Su llegada ni la acoge y, es más, nadie sabe todo lo que Él está a punto de hacer. La vida del hombre sigue sin cambios; su corazón no es diferente y los días transcurren como siempre. Dios vive entre nosotros, un hombre como cualquier otro, como uno de los seguidores más insignificantes y un creyente corriente. Él tiene Sus propias búsquedas, Sus propias metas y, es más, tiene una divinidad que ningún hombre ordinario posee. Nadie se ha dado cuenta de la existencia de Su divinidad, ni nadie ha percibido la diferencia entre Su esencia y la del hombre. Vivimos junto con Él, sin restricciones y sin temor, porque a nuestros ojos no es más que un creyente insignificante. Él observa todos nuestros movimientos, y todos nuestros pensamientos e ideas están expuestos ante Él. A nadie le interesa Su existencia; nadie se imagina nada sobre Su función y, es más, nadie tiene la menor sospecha sobre Su identidad. Lo único que hacemos es continuar con nuestras búsquedas como si Él no tuviera nada que ver con nosotros…

Por casualidad, el Espíritu Santo expresa un pasaje de palabras “por medio” de Él, y aunque parezca muy inesperado, sin embargo, lo reconocemos como una declaración de Dios y sin problemas lo aceptamos como de Dios. Esto es porque, independientemente de quién exprese estas palabras, siempre que vengan del Espíritu Santo las debemos aceptar y no las podemos negar. La siguiente declaración podría venir a través de mí, o a través de ti o de alguien más. Quienquiera que sea, todo es la gracia de Dios. Sin embargo, no importa quién sea, no podemos adorar a esta persona porque en cualquier caso, esta persona no puede ser Dios y por ningún motivo podemos escoger a una persona ordinaria como esa para que sea nuestro Dios. Nuestro Dios es demasiado grande y honorable; ¿cómo alguien tan insignificante podría representarlo? Es más, todos estamos esperando a que venga Dios y nos lleve de regreso al reino de los cielos, entonces, ¿cómo podría alguien tan insignificante ser apto para una tarea tan importante y ardua? Si el Señor viene otra vez, debe ser en una nube blanca, para que lo vean todas las multitudes. ¡Qué glorioso será eso! ¿Cómo es posible que Él pueda esconderse subrepticiamente entre un grupo de personas corrientes?

Y sin embargo es esta persona ordinaria, escondida entre la gente, la que está haciendo la nueva obra de salvarnos. Él no nos ofrece explicaciones, ni nos dice por qué ha venido, sino que simplemente hace con pasos mesurados la obra que tiene la intención de hacer, y de acuerdo con Su plan. Sus palabras y declaraciones cada vez se hacen más frecuentes. De consolar, exhortar, recordar y advertir a reprochar y disciplinar; en un tono gentil y amable, a palabras que son temibles y majestuosas. Todo le confiere compasión al hombre y le infunde estremecimiento. Todo lo que dice tiene un fuerte efecto en los secretos que están profundamente escondidos dentro de nosotros; Sus palabras lastiman nuestros corazones, nuestros espíritus, y nos dejan llenos de una vergüenza insoportable, apenas sabiendo dónde escondernos. Comenzamos a preguntarnos si el Dios que está en el corazón de esta persona realmente nos ama, y qué es exactamente lo que pretende. ¿Será que tal vez solo podremos ser arrebatados después de soportar tales sufrimientos? En nuestra mente estamos calculando… acerca del destino que está por venir y acerca de nuestra suerte futura. Aun así, tal como antes, ninguno de nosotros cree que Dios se ha hecho carne y ya ha obrado entre nosotros. Aunque nos ha acompañado mucho tiempo, aunque ya ha hablado muchas palabras cara a cara con nosotros, todavía no estamos dispuestos a aceptar a un hombre tan común como el Dios de nuestro futuro, y mucho menos estamos dispuestos a confiarle el control de nuestro futuro y destino a esta persona insignificante. De Él disfrutamos una provisión sin fin de agua viva, y a través de Él vivimos cara a cara con Dios. Pero solo somos agradecidos por la gracia del Señor Jesús que está en el cielo y nunca hemos puesto atención a los sentimientos de esta persona ordinaria que posee la divinidad. Sin embargo, como antes, Él hace Su obra escondido humildemente en la carne, expresando la voz de Su corazón interior, como si fuera insensible al rechazo de la humanidad, como si perdonara eternamente el infantilismo del hombre y su ignorancia, y fuera siempre tolerante con la irreverente actitud del hombre hacia Él.

Sin que nosotros lo sepamos, este hombre insignificante nos ha introducido un paso tras otro en la obra de Dios. Sufrimos un sinnúmero de pruebas, soportamos innumerables castigos y somos probados por la muerte. Aprendemos del carácter justo y majestuoso de Dios; disfrutamos, también, Su amor y compasión, y llegamos a valorar el gran poder y sabiduría de Dios; somos testigos de la hermosura de Dios y contemplamos el deseo ansioso de Dios de salvar al hombre. En las palabras de esta persona ordinaria, llegamos a conocer el carácter y la esencia de Dios, a entender la voluntad de Dios, a conocer la esencia-naturaleza del hombre, y a ver el camino de salvación y perfección. Sus palabras nos hacen “morir” y nos hacen “volver a nacer”; Sus palabras nos dan consuelo, pero también nos atormentan con la culpa y un sentimiento de deuda; Sus palabras nos dan alegría y paz, pero también nos causan infinito dolor. A veces somos como ovejas al matadero en Sus manos; a veces somos como la niña de Sus ojos y gozamos Su tierno amor; a veces somos como Sus enemigos, y ante Su mirada nos convertimos en ceniza por Su ira. Somos la raza humana a la que Él salvó; somos gusanos a Sus ojos, y somos los corderos perdidos que noche y día se empeña en encontrar. Él es misericordioso con nosotros, nos desprecia, nos levanta, nos consuela y nos exhorta, nos guía, nos esclarece, nos castiga y nos disciplina, y hasta nos maldice. Nunca deja de preocuparse por nosotros, noche y día, nos protege y cuida y nunca se aparta de nuestro lado, sino que derrama toda la sangre de Su corazón y paga cualquier precio por nosotros. Entre las declaraciones de este pequeño y común cuerpo de carne, hemos gozado la totalidad de Dios y contemplado el destino que Dios nos ha concedido. No obstante, la vanidad todavía crea problemas en nuestro corazón, y todavía seguimos sin estar dispuestos a aceptar activamente a una persona así como nuestro Dios. Aunque nos ha dado tanto maná, tanto para disfrutar, nada de esto puede ocupar el lugar del Señor en nuestro corazón. Honramos la identidad y el estatus especiales de esta persona solo con gran renuencia. Mientras Él no abra Su boca para pedirnos que reconozcamos que Él es Dios, nunca nos encargaríamos de reconocerlo como el Dios que pronto llegará y que sin embargo ha estado obrando entre nosotros hace tiempo.

Dios continúa con Sus declaraciones, y Él emplea varios métodos y perspectivas para advertirnos sobre qué debemos hacer mientras, al mismo tiempo, da voz a Su corazón. Sus palabras llevan la energía de la vida, nos muestran el camino que debemos recorrer y nos permiten entender cuál es la verdad. Nos empiezan a atraer Sus palabras, comenzamos a enfocarnos en el tono y la manera en la que habla, y subconscientemente comenzamos a interesarnos en los sentimientos internos de esta persona que no tiene nada de especial. Vierte la sangre de su corazón al obrar para nosotras, pierde el sueño y el apetito por nosotros, llora por nosotros, suspira por nosotros, se queja en la enfermedad por nosotros, sufre humillación por el bien de nuestro destino y salvación, y nuestra insensibilidad y rebeldía le arrancan lágrimas y sangre del corazón. Esta forma de ser y de tener no pertenece a ninguna persona corriente y ninguno de los seres humanos corruptos las puede poseer o conseguir. Muestra una tolerancia y paciencia que no tiene ninguna persona ordinaria, y Su amor no lo posee ningún ser creado. Nadie excepto Él puede saber todos nuestros pensamientos, o tener un conocimiento tan claro y completo de nuestra naturaleza y esencia, o juzgar la rebeldía y corrupción de la humanidad, o hablarnos y obrar entre nosotros así en nombre del Dios del cielo. Nadie aparte de Él está dotado de la autoridad, la sabiduría y la dignidad de Dios; el carácter de Dios, y lo que Él tiene y es, emana en su totalidad de Él. Nadie salvo Él nos puede mostrar el camino y traernos la luz. Nadie salvo Él puede revelar los misterios que Dios no ha revelado desde la creación hasta el día de hoy. Nadie salvo Él nos puede salvar de la esclavitud de Satanás y de nuestro carácter corrupto. Él representa a Dios, expresa el corazón interior de Dios, las exhortaciones de Dios y Sus palabras de juicio hacia toda la humanidad. Él ha comenzado una nueva época, una nueva era, y ha iniciado un nuevo cielo y una nueva tierra, una nueva obra, y nos ha traído esperanza, poniendo fin a la vida que llevábamos en la indefinición, y permitiendo a nuestro ser por entero, con total claridad, contemplar el camino de salvación. Él ha conquistado todo nuestro ser y ha ganado nuestro corazón. Desde ese momento en adelante, nuestra mente se hace consciente y nuestro espíritu parece haber sido revivido: esta persona ordinaria e insignificante, que vive entre nosotros y a la que hemos rechazado desde hace ya mucho tiempo, ¿no es este el Señor Jesús, que siempre está en nuestros pensamientos, despiertos o soñando, y a quien anhelamos noche y día? ¡Es Él! ¡Realmente es Él! ¡Él es nuestro Dios! ¡Él es la verdad, el camino y la vida! Él nos ha permitido vivir otra vez y ver la luz, y ha evitado que nuestro corazón se desvíe. Hemos regresado a la casa de Dios, hemos regresado ante Su trono, estamos cara a cara con Él, hemos sido testigos de Su rostro, y hemos visto el camino que está por delante. Ahora, Él ha conquistado nuestros corazones por completo; ya no dudamos quién es Él, ni nos oponemos a Su obra y Su palabra y nos postramos completamente ante Él. No queremos otra cosa que seguir las huellas de Dios por el resto de nuestras vidas, y ser hechos perfectos por Él, y recompensarle por Su gracia, y recompensar Su amor por nosotros, y obedecer Sus arreglos y disposiciones, y cooperar con Su obra, y hacer todo lo que podamos para completar lo que Él nos confíe.

Ser conquistado por Dios es como una lucha de artes marciales.

Cada una de las palabras de Dios golpea uno de nuestros puntos mortales y nos deja doloridos y llenos de temor. Él expresa nuestras nociones, nuestras imaginaciones, y nuestro carácter corrupto. Desde lo que decimos y hacemos, hasta cada uno de nuestros pensamientos e ideas, nuestra esencia-naturaleza se revelan en Sus palabras, lo que nos coloca en un estado de miedo y temblando sin tener donde esconder nuestra vergüenza. Uno a uno, nos dice sobre todas nuestras acciones, nuestras metas e intenciones, hasta el carácter corrupto que nunca hemos descubierto, haciéndonos sentir expuestos en toda nuestra miserable imperfección e incluso completamente convencidos. Nos juzga por oponernos a Él, nos castiga porque blasfemamos y lo condenamos, y nos hace sentir que a Sus ojos no tenemos ni un rasgo redentor, y que somos el Satanás viviente. Nuestras esperanzas se truncan; ya no nos atrevemos a hacerle ninguna demanda irrazonable ni a crearnos esperanzas sobre Él, y hasta nuestros sueños se desvanecen de la noche a la mañana. Este es un hecho que ninguno de nosotros se puede imaginar y que ninguno de nosotros puede aceptar. Por espacio de un momento, perdemos nuestro equilibrio interno y no sabemos cómo continuar en el camino que está por delante, ni cómo continuar en nuestras creencias. Parece como si nuestra fe volviera a empezar desde cero, y como si nunca hubiéramos conocido al Señor Jesús ni nos hubiéramos familiarizado con Él. Todo lo que está delante de nuestros ojos nos llena de perplejidad y nos hace vacilar indecisos. Estamos consternados, estamos desilusionados, y en lo profundo de nuestro corazón hay una ira y una vergüenza irreprimibles. Tratamos de desahogarnos, de encontrar una salida y, es más, tratamos de seguir esperando a nuestro Salvador Jesús, para poder derramar nuestro corazón en Él. Aunque hay veces en las que desde fuera parece que estamos en una situación ecuánime, ni altivos ni humildes, en nuestro corazón nos aflige un sentimiento de pérdida que nunca hemos sentido antes. Aunque a veces podamos parecer inusualmente calmados por fuera, nuestras almas rugen como torturadas por un mar tormentoso. Su juicio y Su castigo nos han despojado de todas nuestras esperanzas y sueños, poniendo fin a nuestros deseos extravagantes, y dejándonos reacios a creer que Él es nuestro Salvador y es capaz de salvarnos. Su juicio y Su castigo han abierto un abismo entre nosotros y Él, tan profundo que nadie siquiera está dispuesto a cruzarlo. Con Su juicio y Su castigo es la primera vez que hemos sufrido un gran revés y una gran humillación en nuestras vidas. Su juicio y Su castigo han provocado que apreciemos realmente el honor de Dios y la intolerancia de la ofensa del hombre, comparado con lo cual somos demasiado bajos e impuros. Su juicio y Su castigo nos han hecho darnos cuenta por primera vez lo arrogantes y pretenciosos que somos, y cómo el hombre nunca será igual a Dios ni estará a la par de Dios. Su juicio y Su castigo nos han hecho anhelar dejar de vivir en semejante carácter corrupto, deshacernos de esta esencia-naturaleza tan pronto como sea posible, y dejar de ser viles y detestables para Él. Su juicio y Su castigo nos han hecho sentir felices de obedecer Sus palabras, dejar de rebelarnos contra Sus arreglos y disposiciones. Su juicio y Su castigo nos han dado una vez más el deseo de sobrevivir, y nos hicieron sentir felices de aceptarlo como nuestro Salvador… Nos hemos salido de la obra de conquista, del infierno, del valle de sombra de muerte… ¡Dios Todopoderoso nos ha ganado, a este grupo de personas! ¡Ha triunfado sobre Satanás y ha derrotado a multitudes de Sus enemigos!

Somos solo un grupo demasiado ordinario de personas poseídas por un carácter satánico corrupto; somos los predestinados por Dios antes de las eras y los necesitados a quienes Dios ha sacado del muladar. Una vez rechazamos y condenamos a Dios, pero ahora Él nos ha conquistado. Hemos recibido de Dios la vida, el camino de la vida eterna. Dondequiera que estemos en la tierra, sean cuales sean las persecuciones y tribulaciones que soportemos, no podemos alejarnos de la salvación de Dios Todopoderoso. ¡Porque Él es nuestro Creador y nuestra única redención!

El amor de Dios se extiende como el agua de una fuente, y se te da a ti y a mí y a otros, y a todos los que verdaderamente buscan la verdad y esperan la aparición de Dios.

Así como la luna sigue al sol en una interminable alternancia, la obra de Dios nunca cesa, y se lleva a cabo en ti, en mí, en otros y en todos los que siguen las huellas de Dios y aceptan Su juicio y castigo.

Expresado el 23 de marzo de 2010

Prólogo de Dios a “El origen y el desarrollo de la Iglesia de Dios Todopoderoso”.

Testimonio cristiano | La prueba de los contrastes

Todos los verdaderos creyentes en Dios anhelan ser salvados y entrar en el reino de los cielos, y el personaje principal de este vídeo no es una excepción.

Testimonios de la vida de la iglesia te trae experiencias reales de cristianos juzgados por medio de las palabras de Dios Todopoderoso y sus testimonios al comprender la verdad, conocer a Dios y transformar su carácter corrupto. Aprende qué es el verdadero arrepentimiento y descubre la senda de purificación y entrada en el reino de los cielos.

Testimonio cristiano | La prueba de los contrastes

Todos los verdaderos creyentes en Dios anhelan ser salvados y entrar en el reino de los cielos, y el personaje principal de este vídeo no es una excepción. Después de ganar su fe, se entrega con entusiasmo, sufre y paga un precio, todo para entrar en el reino de los cielos. Piensa que, al realizar tal búsqueda, ganará la aprobación de Dios, entrará en Su reino y se convertirá en uno del pueblo del reino de Dios. Pero cuando ve las palabras de Dios que exponen a la gente de China como nada más que contrastes para la obra de Dios, y que, sin ganar vida en su fe, serán finalmente eliminados, pierde toda esperanza de ganar bendiciones y cae en la miseria del refinamiento… ¿Cómo entiende finalmente el verdadero significado de ser un contraste a través de la guía de las palabras de Dios, y sobrellevar esta prueba? Mira La prueba de los contrastes para averiguarlo.

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¿Es lo mismo la fe en la Biblia que la fe en Dios?

‘Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida’ (Juan 5:39-40).

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Reflexión cristiana | ¿Es lo mismo la fe en la Biblia que la fe en Dios?

Dios Todopoderoso dice: “Durante muchos años, la forma de creencia tradicional de las personas (la del cristianismo, una de las tres religiones principales del mundo) ha sido leer la Biblia; apartarse de la Biblia no es una creencia en el Señor, es una heterodoxia y herejía, e incluso cuando las personas leen otros libros, el fundamento de estos debe ser la explicación de la Biblia. Es decir, si crees en el Señor, debes leer la Biblia, y fuera de ella no debes adorar a ningún libro que no la implique. Si lo haces, estás traicionando a Dios. Desde el momento en que la Biblia estuvo, la creencia de las personas en el Señor ha sido la creencia en la Biblia. En lugar de decir a las personas que creen en el Señor, es mejor decir que lo hacen en la Biblia; en lugar de decir que han comenzado a leer la Biblia, es mejor decir que han empezado a creer en ella; y en lugar de decir que han vuelto a la presencia del Señor, es mejor decir que han regresado ante la Biblia. De esta forma, las personas adoran la Biblia como si fuera Dios, como si fuera su vida y perderla sería lo mismo que perder su vida. Las personas consideran la Biblia como algo tan elevado como Dios, y están incluso aquellos que la ven como algo más alto que Dios. Si las personas no tienen la obra del Espíritu Santo, si no pueden sentir a Dios, pueden seguir viviendo; pero tan pronto como pierden la Biblia, sus capítulos o sus dichos célebres, es como si hubieran perdido su vida. […] La Biblia se ha vuelto un ídolo en las mentes de las personas, un enigma en sus cerebros, y son simplemente incapaces de creer que Dios puede obrar excluyéndola, de creer que las personas pueden encontrar a Dios fuera de la Biblia, y mucho menos son capaces de creer que Dios podría apartarse de ella durante la obra final y comenzar de nuevo. Esto es impensable para las personas; no pueden creerlo ni imaginarlo. La Biblia se ha convertido en un gran obstáculo para que los hombres acepten la nueva obra de Dios, y en una dificultad para la expansión de Dios de esta nueva obra” (“La Palabra manifestada en carne”). Las palabras de Dios Todopoderoso revelan el estado previo de nuestra fe en el Señor. Cuando practicaba la religión antes, pensaba que la fe en la Biblia era lo mismo que la fe en Dios. Hasta sentía que la Biblia era más importante que Dios. Algunos versículos clásicos de la Biblia eran más importantes que cualquier otra cosa y me aferraba a ella sin prestarle atención a la voz de Dios, principalmente con respecto a recibir al Señor. Oí a alguien dar testimonio de que el Señor Jesús había vuelto como Dios Todopoderoso mientras expresaba verdades para hacer la obra de juicio de los últimos días, pero yo no lo busqué. Casi pierdo la oportunidad de recibir al Señor. La maravillosa guía de Dios me permitió recibir al Señor y aceptar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días.

En 2001 fui bautizada y acepté oficialmente al Señor Jesús y me puse al servicio de la iglesia. Sin embargo, con el tiempo descubrí que el pastor repetía siempre las mismas cosas y no había nueva luz. También malversó fondos de la iglesia. Algunos compañeros conspiraban entre ellos y competían por fama y fortuna. Eso me decepcionó mucho, por lo que dejé de servir en la iglesia. Durante los años siguientes, seguí leyendo la Biblia y orando, pero sentía un gran vacío espiritual. Así comencé a buscar un camino mejor con la esperanza de encontrar una iglesia o persona con la obra del Espíritu Santo y que fuera capaz de llenar mi vacío espiritual.

Conocí a la hermana Li en Internet, en 2018. Dijo que estaba estudiando sobre la Iglesia de Dios Todopoderoso, que el Señor Jesús había vuelto como Dios Todopoderoso y que yo también debía estudiarlo. Quedé desconcertada y pensé: “El pastor y los ancianos siempre dicen que la Biblia es el canon cristiano y que su autoridad es absoluta. Que la fe en Dios se basa en la Biblia y que cualquier otra cosa es herejía. La Iglesia de Dios Todopoderoso va mucho más allá de la Biblia, así que, sin importar lo bien que suene, no podemos escucharlos, leerlos ni ponernos en contacto con ellos”. No acepté la invitación de la hermana Li. Sin embargo, me sentía intranquila y pensé: “El regreso del Señor es importante. ¿Será la voluntad del Señor que yo me rehúse ciegamente a estudiarlo? El Señor Jesús dijo: ‘Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos’ (Mateo 5:3)”. “Debo buscar con la mente abierta cuando me entere de que el Señor ha regresado”. Pero, cuando recordé las palabras del pastor y de los ancianos, no me atreví. Esa noche di vueltas en la cama sin poder dormir. Tenía un dilema profundo y no sabía qué hacer. Perdida, me postré ante el Señor en oración y le pedí que me guiara hacia la decisión correcta. Durante los días siguientes, encontré información sobre la Iglesia de Dios Todopoderoso en Internet. Dudé al leer algunos artículos negativos. Me pregunté: “¿Debería estudiarlo?”. Sin embargo, recordé lo importante que es el regreso del Señor. No podía hacer caso ciegamente a los demás ni seguir a las masas. Tenía que estudiarlo en serio. Entré al sitio web de la iglesia. Allí encontré un video musical de un himno llamado: “El reino de Cristo es un hogar acogedor”. Fue tan conmovedor que me atrajo de inmediato. Seguí leyendo el sitio y descubrí toda clase de videos y películas de la Iglesia de Dios Todopoderoso que incluían cantos corales, videos musicales, himnos, lecturas de las palabras de Dios y películas evangélicas, además de videos testimoniales. Todo era nuevo y práctico. Quedé realmente conmovida. Comencé a verlos uno por uno.

Vi más de una docena esa semana. Sus enseñanzas me parecieron prácticas y esclarecedoras. Quedó muy claro por qué el mundo religioso está desolado y desprovisto de la obra del Espíritu Santo, y exactamente cómo deberíamos recibir al Señor. También había información sobre a quiénes bendice Dios y a quiénes castiga. Aclararon muchos de los problemas y confusiones que tuve en mi fe durante años. Me pareció que las películas de la iglesia eran muy beneficiosas y edificantes. Sin duda, me hicieron pensar. ¡La Iglesia de Dios Todopoderoso no parecía herejía Si no era buena, ¿cómo podía realizar películas con tanto contenido para la vida? Todas las denominaciones afirman ser las verdaderas, provenir del Señor Jesucristo, pero jamás han hecho tantas películas maravillosas que den testimonio real de Dios. También recordé a los ancianos y al pastor que decían que muchos creyentes de todas las denominaciones habían aceptado a Dios Todopoderoso y que la Iglesia de Dios Todopoderoso se encontraba ya en muchos países. Me recordó las palabras de Gamaliel: “Si este plan o acción es de los hombres, perecerá; pero si es de Dios, no podréis destruirlos; no sea que os halléis luchando contra Dios” (Hechos 5:38-39). Lo que proviene de Dios debe prosperar y parecía muy probable que la Iglesia de Dios Todopoderoso proviniera de Dios. Sin embargo, aún tenía muchas preguntas: “Este libro, La Palabra manifestada en carne, se menciona a menudo en las películas. ¿Por qué no leen la Biblia los miembros de la iglesia? ¿No significa eso alejarse de la Biblia? El pastor y los ancianos siempre decían que la Biblia es el canon del cristianismo y que su autoridad es absoluta, y que lo más importante para los creyentes es seguirla, que todo lo demás es herejía”. Lo pensé mucho, pero no logré entenderlo. En ese momento, recordé las palabras del Señor Jesús: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Pensé: “Como la gente dice que el Señor Jesús regresó, sin importar cuántas dudas tenga, ante la mínima posibilidad de que sea cierto, tengo la responsabilidad de seguir ese hilo de esperanza. No puedo dejar pasar la oportunidad de recibir al Señor”.

Una vez, mientras ojeaba el sitio web de la Iglesia de Dios Todopoderoso, vi un clip de la película Salir de la Biblia. El tema “¿Obra Dios de acuerdo a la Biblia?” se me ocurrió de repente. No pude esperar. Me puse a ver la película y vi cómo la hermana Wang, una evangelista, le preguntaba a un pastor: “Acaba de decir que Dios no puede apartarse de la Biblia para hacer Su obra de salvación, que todo lo que se aleje de la Biblia es herejía. ¿Qué vino primero: la Biblia o la obra de Dios?”. Cuando oí la pregunta, una vocecita en mi corazón me dijo: “¡Obviamente la obra de Dios vino antes que la Biblia!”. La hermana Wang dijo: “En el principio, Dios creó el cielo, la tierra y todas las cosas. Él destruyó el mundo con un diluvio, quemó a Sodoma y Gomorra y mucho más. ¿Existía ya el Antiguo Testamento cuando hizo esas cosas?”. La respuesta en mi corazón fue: “No. Dios es el principio. ¡Él creó todas las cosas antes de que existiera la escritura y, mucho menos, la Biblia! La hermana Wang continuó: “No existían las Escrituras cuando Dios hizo esa obra. Eso es porque la obra de Dios vino primero, y después se registró en las Escrituras. Y cuando el Señor Jesús realizó Su obra en la Era de la Gracia, no existía el Nuevo Testamento. Más de trescientos años después, líderes religiosos provenientes de todas partes del mundo se reunieron. Ellos eligieron los Cuatro Evangelios para ser el registro de la obra del Señor Jesús, a los que les agregaron algunas cartas de los apóstoles a las iglesias y el Apocalipsis de Juan. Compilaron todo esto en el Nuevo Testamento. Al conocer la forma en la que la Biblia se creó, vemos que la obra de Dios vino primero y luego se registró en la Biblia. Sin la obra de Dios, no habría nada en la Biblia. Es evidente que Dios no obra de acuerdo con la Biblia ni está limitado por ella. Él obra de acuerdo con Su plan y con las necesidades de la humanidad”. “No podemos restringir la obra de Dios a lo que aparece en la Biblia ni usarla para limitar Su obra. No podemos asegurar que lo que se aleje de la Biblia sea herejía”.

En la película, la hermana Yang compartió más enseñanzas: “El Señor Jesús no obró de acuerdo con el Antiguo Testamento. Él predicó el camino del arrepentimiento, sanó a los enfermos y expulsó demonios, no guardó el día de reposo y perdonó a los demás setenta veces siete. Las Escrituras no decían nada de eso en aquel momento. Hasta parecía contradecir al Antiguo Testamento. Los sumos sacerdotes, escribas y fariseos condenaron y se resistieron al Señor Jesús porque Su obra y Sus palabras iban en contra de las Escrituras. Si consideramos todo lo externo a la Biblia como herejía, ¿no sería eso condenar la obra de Dios a lo largo de todas las eras?”.

Sorprendida, me di cuenta de que eso era verdad. El Señor Jesús predicó y obró durante el día de reposo, sanó a los enfermos y expulsó a los demonios. Nada de eso aparecía en el Antiguo Testamento. Como Su obra fue más allá de las Escrituras, los sumos sacerdotes, los escribas y los fariseos condenaron la obra del Señor Jesús por herejía y al final ordenaron Su crucifixión. Dios los castigó. Si Dios Todopoderoso es realmente el Señor Jesús que ha regresado, pero insistimos en que lo que se aleje de la Biblia es herejía, ¿no sería eso condenar la obra de Dios? ¡Sería ofender a Dios! Esa idea me asustó un poco. Sabía que no podría seguir aferrada a mis viejas ideas. Seguí mirando.

La hermana del video continuó leyendo las palabras de Dios Todopoderoso. “La hermana del video continuó leyendo las palabras de Dios Todopoderoso. “Nadie conoce la realidad de la Biblia: que no es nada más que un registro histórico de la obra de Dios, y un testimonio de las dos etapas anteriores de la misma, y que no te ofrece un entendimiento de los objetivos de la obra de Dios. Todo aquel que ha leído la Biblia sabe que documenta las dos etapas de la obra de Dios durante la Era de la Ley y la de la Gracia. El Antiguo Testamento registra la historia de Israel y la obra de Jehová desde la época de la creación hasta el final de la Era de la Ley. El Nuevo Testamento registra la obra de Jesús sobre la tierra, que se encuentra en los Cuatro Evangelios, así como el trabajo de Pablo; ¿no son estos registros históricos?”. “La Biblia es un libro histórico, y si hubieras comido y bebido el Antiguo Testamento durante la Era de la Gracia, si hubieras puesto en práctica lo exigido en la época del Antiguo Testamento en la Era de la Gracia, Jesús te habría rechazado y condenado; si hubieras aplicado el Antiguo Testamento a la obra de Jesús, habrías sido un fariseo. Si hoy pones juntos el Antiguo y el Nuevo Testamento para comerlos y beberlos, y practicarlos, el Dios de hoy te condenará; ¡habrás quedado atrás en la obra actual del Espíritu Santo! Si comes y bebes el Antiguo y el Nuevo Testamento, ¡estás fuera de la corriente del Espíritu Santo! Durante Su época, Jesús guio a los judíos y a aquellos que le seguían según la obra del Espíritu Santo en Él en ese momento. Él no tomó la Biblia como la base de lo que hacía, sino que hablaba de acuerdo con Su obra; no prestó atención a lo que la Biblia decía ni buscó en ella una senda para guiar a Sus seguidores. Desde el mismo momento en que empezó a obrar, difundió el camino del arrepentimiento, una palabra que no se menciona en absoluto en las profecías del Antiguo Testamento. No sólo no actuó según la Biblia, sino que también guio por una nueva senda, y realizó una obra nueva. Nunca se refería a la Biblia cuando predicaba. Durante la Era de la Ley, nadie fue nunca capaz de llevar a cabo Sus milagros de sanar a los enfermos y echar fuera demonios. Su obra, Sus enseñanzas, la autoridad y el poder de Sus palabras, nadie había hecho esto en la Era de la Ley. Jesús simplemente hizo Su obra más nueva, y aunque muchas personas lo condenaron usando la Biblia, e incluso usaron el Antiguo Testamento para crucificarlo, Su obra sobrepasó al Antiguo Testamento; si esto no fue así, ¿por qué lo clavaron en la cruz? ¿No fue porque el Antiguo Testamento no decía nada de Su enseñanza, y Su capacidad para curar a los enfermos y echar fuera demonios? Su obra se hizo para guiar por un nuevo camino, no buscar un enfrentamiento con la Biblia o prescindir del Antiguo Testamento deliberadamente. Él vino simplemente a desarrollar Su ministerio, a traer la nueva obra a aquellos que lo anhelaban y buscaban. No vino a explicar el Antiguo Testamento ni a sostener su obra. Su obra no tenía el fin de permitir que la Era de la Ley continuara desarrollándose, porque no consideraba si tenía o no la Biblia como su base; Jesús simplemente vino a hacer la obra que debía hacer. Por tanto, no explicó las profecías del Antiguo Testamento, ni obró según las palabras de la Era de la Ley del Antiguo Testamento. Ignoró lo que decía el Antiguo Testamento, no le importó si concordaba o no con Su obra, ni lo que los demás conocieran de esta, o que la condenaran. Simplemente siguió haciendo la obra que debía hacer, aunque muchas personas usaron la predicción del Antiguo Testamento para condenarlo. Para las personas, parecía que Su obra no tenía base, y gran parte de esta entraba en conflicto con los relatos del Antiguo Testamento. ¿No fue esto un error del hombre? ¿Debe aplicarse la doctrina a la obra de Dios? ¿Y debe obrar Dios según las predicciones de los profetas? Después de todo, ¿quién es más grande: Dios o la Biblia? ¿Por qué debe obrar Dios de acuerdo con la Biblia? ¿Podría ser que Dios mismo no tuviera derecho de sobrepasar la Biblia? ¿No puede salirse Dios de la Biblia y hacer otra obra? ¿Por qué no guardaban el día de reposo Jesús y Sus discípulos? Si debía guardar el día de reposo y practicar según los mandamientos del Antiguo Testamento, ¿por qué no lo hizo Jesús después de venir, sino que en su lugar lavó pies, cubrió cabezas, partió pan y bebió vino? ¿No está todo esto ausente de los mandamientos del Antiguo Testamento? Si Jesús honraba el Antiguo Testamento, ¿por qué terminó con estas doctrinas? Deberías saber qué vino primero, ¡Dios o la Biblia!” (“La Palabra manifestada en carne”).

La hermana Wang compartió esta enseñanza: “Hemos puesto a la Biblia a la par de Dios durante muchos años. Creemos que Su obra no puede apartarse de la Biblia y que la fe puesta en algo que no sea la Biblia no se llama fe, sino herejía. De hecho, la Biblia es nada más que un registro de las primeras dos etapas de la obra de Dios. Es testimonio de dos etapas de la obra de Dios para guiar y salvar a la humanidad después de que Él creara el cielo, la tierra, la humanidad y todas las cosas. No representa toda Su obra en pos de la salvación del hombre”. “El registro de la palabra de Dios en la Biblia es muy limitado. Solo hay pequeñas pistas del carácter vital de Dios, no lo explica en su totalidad”. “Dios no obra de acuerdo con la Biblia ni hace referencia a ella en Su obra. No la utiliza para encontrar el camino que guiará a Sus seguidores. Su obra siempre avanza. Dios ha comenzado una nueva era y está realizando Su nueva obra. Le muestra a la gente un camino nuevo y verdades más grandes para que consigamos una salvación más plena”. “Así, Dios no guía a la humanidad basándose en Su antigua obra. Significa que Dios no obra de acuerdo con la Biblia. No solo es el Señor del sabbat, sino también de la Biblia”. “Tiene todo el derecho de obrar fuera de la Biblia y de realizar nueva obra de acuerdo con Su plan y con lo que la humanidad necesite en ese momento. Sin duda, la obra de Dios no puede imitar aquella de otra era. Afirmar que lo que se aleje de la Biblia es herejía no tiene sentido”.

Al ver eso, me sentí avergonzada. Sus enseñanzas concordaban con los hechos. La obra del Señor Jesús durante la Era de la Gracia fue más allá del Antiguo Testamento. ¿No nos demuestra eso que, como el Señor de la creación, Dios es plenamente capaz de obrar fuera de la Biblia? ¿Por qué nunca pensé en cosas simples como esa antes? Decir que “cualquier cosa que se aleje de la Biblia es herejía” no tiene fundamentos. ¡Qué tonta e ignorante fui!

A medida que la miraba, las enseñanzas de la hermana me atraparon. Ella dijo: “La Biblia es solo el testimonio, un registro de la obra de Dios. No contiene la vida eterna. Aunque no coincida con nuestros conceptos, es indiscutible, así como el Señor Jesús reprendió a los fariseos hace mucho, al decir: ‘Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida’ (Juan 5:39-40). El Señor Jesús nos dijo claramente que no hay vida eterna en las Escrituras y que tratar de encontrarla en ellas es un error. La Biblia por sí misma no es suficiente para alcanzar la verdad y la vida. Solo podemos conseguirlas del Cristo mismo”. Oír eso me abrió los ojos. Supe que el Señor Jesús nos dijo hace tiempo que no hay vida eterna en la Biblia. Solo Dios es la verdad, el camino y la vida y solo Dios puede otorgarnos la vida eterna. ¿Por qué no lo entendí cuando lo leí antes?

La hermana leyó otro pasaje de la palabra de Dios. “Si hay un camino más elevado, ¿por qué estudiar ese más bajo y obsoleto? Si hay declaraciones y una obra más nuevas, ¿por qué vivir entre viejos relatos históricos? Las nuevas declaraciones pueden proveer para ti, lo que demuestra que esta es la nueva obra; los viejos relatos no pueden saciarte ni satisfacer tus necesidades actuales, y esto significa que son historia, y no la obra del aquí y ahora. El camino más elevado es la obra más nueva, y con ella, por muy alto que fuera el camino del pasado, sigue siendo la historia de las reflexiones de las personas; independientemente de su valor como referencia, sigue siendo el camino antiguo. Aunque se registra en el ‘libro sagrado’, el camino antiguo es historia; aunque no hay constancia del mismo en el ‘libro sagrado’, el nuevo camino es del aquí y el ahora. Este puede salvarte y cambiarte, porque es la obra del Espíritu Santo” (“La Palabra manifestada en carne”). Después, compartió esta enseñanza: “La Biblia solo contiene profecías de la obra de Dios de los últimos días, no un registro de ella, y la realidad es que es una obra más profunda y elevada basada en las necesidades humanas. Al final de la Era de la Ley, todos eran muy corruptos y corrían peligro de morir a manos de la ley. Dios mismo se hizo carne, vino a la tierra y fue crucificado como ofrenda por el pecado del hombre. Dios realizó Su obra de redención sobre la base de la obra de la ley. Aunque no se registró en el Antiguo Testamento, obró de acuerdo con las necesidades humanas y con Su propio plan. No desestimó la ley, sino que la cumplió”. “Ahora, en los últimos días, Dios también obra de acuerdo con Su plan y las necesidades humanas sobre la base de la obra redentora del Señor Jesús. Realiza Su obra de juicio, comenzando por la casa de Dios para deshacerse de nuestra naturaleza pecaminosa, salvarnos por completo del pecado y guiarnos a un destino eternamente hermoso”. “Dios Todopoderoso expresa todas las verdades para purificar y salvar a la humanidad y revela todos los misterios de Su plan de gestión. Él nunca dijo estas palabras durante la Era de la Ley ni la Era de la Gracia. Este es el pergamino, los siete sellos abiertos en los últimos días”. “Eso cumple la profecía del Apocalipsis: ‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias’ (Apocalipsis 2:7)”. “Y también esta: ‘Mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos’ (Apocalipsis 5:5)”. “Las palabras de Dios Todopoderoso se registran en la Biblia de la Era del Reino: La Palabra manifestada en carne. Esas valiosas palabras para la vida son el camino de la vida eterna que Dios le concede al hombre y el único camino a la salvación plena. Si nos rehusamos a aceptar esto, jamás conseguiremos el sustento del agua viva de Dios ni Su vida y Su verdad”.

Luego, oí más de las palabras de Dios Todopoderoso en otra película “El Cristo de los últimos días trae la vida y trae el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará. Si no buscas el camino de la vida que el Cristo de los últimos días provee, entonces nunca obtendrás la aprobación de Jesús y nunca estarás cualificado para entrar por la puerta del reino de los cielos, porque tú eres tanto un títere como un prisionero de la historia. Aquellos que son controlados por los reglamentos, las letras y están encadenados por la historia, nunca podrán obtener la vida ni el camino perpetuo de la vida. Esto es porque todo lo que tienen es agua turbia que ha estado estancada por miles de años en vez del agua de vida que fluye desde el trono” (“La Palabra manifestada en carne”). El hermano en esa película compartió los siguiente: “Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días, expresa todas las verdades para purificar y salvar al hombre. Son abundantes, exhaustivas y el sustento completo proveniente de Dios. Son reveladoras y esclarecedoras”. “Ellas nos demuestran que Cristo es el camino, la verdad y la vida y la vía hacia la vida eterna”. “La palabra de Dios durante la Era del Reino va más allá de Su palabra durante las eras de la Ley y la Gracia juntas. En particular: ‘Las declaraciones de Dios al universo entero’ de La Palabra manifestada en carne es la declaración inicial de Dios a la humanidad y es la primera vez que oímos las palabras del Señor de la creación hacia la humanidad. Sacudieron al universo y nos abrieron los ojos”. “La Era del Reino comprende la obra del juicio de Dios y Su revelación sobre su carácter justo ante la humanidad. Es por eso que pronuncia Su palabra para juzgar, purificar y perfeccionar al hombre en esta era. Derrama desastres, recompensa a los buenos y castiga a los malvados, y revela Su justicia, Su majestad y Su ira. Las verdades que expresa Dios Todopoderoso para purificar, salvar y perfeccionar al hombre son el camino de la vida eterna que Él le concede al hombre en los últimos días. Es el agua de la vida que fluye desde Su trono”.

En ese momento me di cuenta de que La Palabra manifestada en carne de Dios Todopoderoso es el camino hacia la vida eterna que Dios le concede al hombre en los últimos días. Supe que debía estar al día con la nueva obra de Dios y leer Sus nuevas palabras para conseguir el sustento de Su agua viva y Su salvación plena. Poco después, contacté a la Iglesia de Dios Todopoderoso y leí mucho más de la palabra de Dios Todopoderoso. Entendí que Dios Todopoderoso revela todos los misterios. Los misterios del plan de gestión de 6000 años de Dios, de Su encarnación, la verdad interna sobre la Biblia y todos los aspectos de la verdad son revelados. ¡Aprendí mucho más que en una década de fe en Dios! Acepté formalmente la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días.

Recordé cómo el pastor y los ancianos me habían engañado. Había confinado la obra y la palabra de Dios a la Biblia creyendo que todo lo demás era herejía. Oí a la gente de la Iglesia de Dios Todopoderoso dar testimonio del regreso del Señor Jesús pero no lo busqué. Seguí al clero sin pensar y rechacé la obra de Dios a causa de mis nociones. Era creyente, pero me resistía a Dios. ¡Qué ciega y tonta que era! La guía de Dios me permitió oír Su voz gracias a las películas de la Iglesia de Dios Todopoderoso, y así comprender la verdad y abandonar mis antiguas nociones. Ya no adoraba ciegamente la Biblia. Aprendí que eso no es fe verdadera y que la Biblia no contiene la vida eterna. Solo Cristo es la verdad, el camino y la vida. Solo Cristo de los últimos días puede mostrarnos el camino de la vida eterna y solo podemos alcanzar la verdad y la vida creyendo en Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días. Es la única fe que aprueba Dios. Pude recibir al Señor por la gracia y bendición de Dios. ¡Estoy agradecida por la misericordia y salvación de Dios!

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Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

¿Sabes que? La Biblia profetiza que el Señor aparecerá en China en los últimos días

Todos sabemos que China está ubicada en el Oriente del mundo, donde se resiste frenéticamente a Dios, pero el Señor Jesús retornado, Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso, ha llegado a ahí.

Reflexion del evangelio de hoy | ¿Sabes que? La Biblia profetiza que el Señor aparecerá en China en los últimos días

Todos sabemos que China está ubicada en el Oriente del mundo, donde se resiste frenéticamente a Dios, pero el Señor Jesús retornado, Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso, ha llegado a ahí. Muchas personas no creen este hecho, pensando que es imposible que Dios aparezca y haga obra en China, y preguntando si hay alguna base bíblica para esto. De realidad, el hecho de que Dios aparece en China para hacer la obra cumple las profecías bíblicas. Referencia de versículos: “Porque desde la salida del sol hasta su puesta, mi nombre será grande entre las naciones […]” (Malaquías 1:11). “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre. Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres” (Mateo 24:27-28).

Dios Todopoderoso dice: “Sólo cuando entro en el nuevo cielo y la nueva tierra tomo la otra parte de Mi gloria y la revelo primero en la tierra de Canaán, haciendo que resplandezca un destello de luz en toda la tierra, que se encuentra sumida en la alquitranada oscuridad de la noche, para permitir que toda la tierra venga a la luz; quelos hombres de toda la tierra vengan a fortalecerse con el poder de la luz, permitiendo que Mi gloria aumente y aparezca de nuevo en cada nación; y que toda la humanidad se dé cuenta de que hace mucho tiempo Yo vine al mundo humano y que hace mucho tiempo llevé Mi gloria desde Israel al oriente; porque Mi gloria brilla desde el oriente y fue traída de allí desde la Era de la Gracia hasta nuestros días. Pero fue desde Israel que Yo partí y desde allí que llegué al oriente. Sólo cuando la luz del oriente se vuelva gradualmente blanca, la oscuridad a través de la tierra comenzará a convertirse en luz, y sólo entonces el hombre descubrirá que hace mucho tiempo salí de Israel y que estoy volviendo a levantarme en el oriente. Habiendo descendido una vez a Israel y partido luego de allí, no puedo volver a nacer en Israel, porque Mi obra guía todo el universo y, lo que es más, el relámpago brilla directamente del oriente al occidente. Por esta razón, he descendido en el oriente y llevado Canaán a la gente del oriente. Llevaré a los pueblos de toda la tierra a la nación de Canaán, y por eso sigo emitiendo declaraciones en la tierra de Canaán para controlar todo el universo. En este momento, no hay luz en toda la tierra a excepción de Canaán y todos los hombres están en peligro por el hambre y el frío. Le di Mi gloria a Israel y luego la retiré, y así llevé a los israelitas al oriente, así como a toda la humanidad. Los he traído a todos a la luz para que puedan reunirse y asociarse con ella, y que ya no tengan que buscarla. Dejaré que todos los que están buscando vuelvan a ver la luz y vean la gloria que tuve en Israel; les haré ver que hace mucho tiempo descendí sobre una nube blanca en medio de la humanidad, que vean las innumerables nubes blancas y frutos en sus racimos abundantes y, más aún, que vean a Jehová Dios de Israel. Dejaré que vean al Maestro de los judíos, al Mesías anhelado y a la aparición completa de Mí, quien ha sido perseguido por los reyes a lo largo de las eras. Obraré en todo el universo y realizaré una obra maravillosa, revelando toda Mi gloria y todas Mis acciones al hombre en los últimos días. Mostraré Mi semblante glorioso en toda su plenitud a quienes han esperado muchos años por Mí, a quienes han anhelado que Yo llegue sobre una nube blanca, a Israel, que ha anhelado que Yo aparezca de nuevo, y a toda la humanidad que me persigue, para que todos sepan que hace mucho tiempo retiré Mi gloria y la llevé al oriente, y ya no está en Judea. ¡Porque ya han llegado los últimos días!”.

A partir de los versos, vemos que en los últimos días, el Hijo del hombre vendrá en el Oriente del mundo, y que el nombre de Dios será exaltado entre las naciones gentiles. China está en el Oriente del mundo, y es un país donde el Partido ateo está en el poder, por lo que la aparición y la obra de Dios en los últimos días en China cumplen plenamente estas profecías. Hoy en día, el evangelio del reino de Dios Todopoderoso no sólo se ha extendido por la China continental, sino que también se ha expandido a muchos países. El libro “La Palabra manifestada en carne” escrito por Dios Todopoderoso se ha traducido a más de 30 idiomas y se ha publicado en Internet para que todo el mundo pueda buscar y estudiar. ¿No cumple esto precisamente la profecía “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente”?.

Para conocer más: Profecias biblicas de los ultimos tiempos

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

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Palabras diarias de Dios | Fragmento 3 | «Conocer a Dios es el camino hacia el temer a Dios y apartarse del mal»

Muchas personas se aferran a leer las palabras de Dios día tras día, incluso hasta el punto de comprometerse meticulosamente a memorizar todos los pasajes clásicos en ellas como su posesión más valiosa; y, además, predican las palabras de Dios en todas partes, proveyendo y ayudando a los demás por medio de ellas.

Palabras diarias de Dios | Conocer a Dios es el camino hacia el temer a Dios y apartarse del mal (Fragmento 3)

Muchas personas se aferran a leer las palabras de Dios día tras día, incluso hasta el punto de comprometerse meticulosamente a memorizar todos los pasajes clásicos en ellas como su posesión más valiosa; y, además, predican las palabras de Dios en todas partes, proveyendo y ayudando a los demás por medio de ellas. Piensan que hacer esto es dar testimonio de Dios, dar testimonio de Sus palabras; que hacer esto es seguir el camino de Dios, vivir por Sus palabras, traerlas a sus vidas actuales, y que les permitirá recibir el elogio de Dios, y ser salvos y perfeccionados. Pero, aunque prediquen las palabras de Dios, nunca las cumplen en la práctica ni tratan de alinearse con lo revelado en ellas. En su lugar, utilizan las palabras de Dios para ganarse la adoración y la confianza de los demás con engaños, y entrar en gestión por su cuenta, y malversar y robar la gloria de Dios. Esperan, en vano, usar la oportunidad que difundir las palabras de Dios les proporciona para que se les adjudiquen la obra de Dios y Sus elogios. Cuántos años han pasado, y estas personas no sólo han sido incapaces de obtener el elogio de Dios en el proceso de predicar Sus palabras; también han sido incapaces de descubrir el camino que debían seguir en el proceso de dar testimonio de las palabras de Dios. No sólo no se han ayudado ni han provisto para sí mismos en el proceso de proveer y ayudar a otros por medio de las palabras de Dios ni han sido capaces de conocer a Dios, o de despertar en ellos una reverencia genuina a Él, en el proceso de hacer todas estas cosas, sino que, por el contrario, sus malinterpretaciones sobre Dios son cada vez más profundas, su falta de confianza en Él cada vez más grave, y sus imaginaciones sobre Él cada vez más exageradas. Provistos y guiados por sus teorías acerca de las palabras de Dios, parece como si estuviesen completamente en su elemento, como si ejerciesen sus habilidades con una facilidad natural, como si hubiesen encontrado su propósito en la vida, su misión. Como si hubiesen obtenido nueva vida y hubiesen sido salvos; como si, con las palabras de Dios saliendo nítidamente de la lengua en recital, hubiesen conseguido el acceso a la verdad, comprendido las intenciones de Dios, y descubierto el camino para conocerlo. Como si, en el proceso de predicar las palabras de Dios, se encontrasen frecuentemente cara a cara con Él. También, se ven frecuentemente “movidos” a ataques de llanto y, a menudo dirigidos por el “Dios” en las palabras de Dios, parecen aferrarse incesantemente a Su sincera solicitud y Su amable propósito; al mismo tiempo parecen haber comprendido la salvación del hombre por parte de Dios y Su gestión, haber llegado a conocer Su esencia, y haber entendido Su justo carácter. Basados en este fundamento, parecen creer aún más firmemente en la existencia de Dios, ser más conscientes de Su estado elevado, y sentir aún más profundamente Su grandeza y trascendencia. Inmersos en el conocimiento superficial de las palabras de Dios, parecería que su fe ha crecido, su determinación a resistir el sufrimiento se ha fortalecido, y su conocimiento de Dios se ha profundizado. Poco se imaginan que, hasta que experimenten realmente las palabras de Dios, todo su conocimiento de Él y sus ideas sobre Él surgen de su propia imaginación y sus conjeturas ilusorias. Su fe no se sostendría bajo ninguna clase de prueba divina, sus así llamados espiritualidad y estatura simplemente no soportarían la prueba o la inspección de Dios; su determinación no es sino un castillo edificado sobre la arena, y su supuesto conocimiento de Dios no es más que un producto de su imaginación. En realidad, estas personas que han puesto, por así decirlo, mucho esfuerzo en las palabras de Dios, nunca han sido conscientes de lo que es la fe real, lo que es la sumisión real, lo que es la preocupación real, o lo que es el conocimiento real de Dios. Toman la teoría, la imaginación, el conocimiento, el don, la tradición, la superstición, e incluso los valores morales de la humanidad y hacen de ellos una “inversión de capital” y “armas militares” para creer en Dios y buscarlo, haciendo de ellos incluso el fundamento de su creencia en Dios y de su búsqueda de Él. Al mismo tiempo, toman este capital y este armamento y los convierten en un talismán mágico para conocer a Dios, encontrar y lidiar con la inspección, la prueba, el castigo, y el juicio de Dios. Al final, lo que obtienen sigue consistiendo tan sólo en conclusiones acerca de Dios inmersas en connotaciones religiosas, superstición feudal y en todo lo que es legendario, grotesco y enigmático. Su forma de conocer y definir a Dios se ha formado en el mismo molde que la de las personas que sólo creen en el Cielo Allá Arriba, o en el Viejo Hombre en el Cielo, mientras que la realidad de Dios, Su esencia, Su carácter, Sus posesiones y Su ser, y demás, todo lo que tiene que ver con el verdadero Dios mismo, son cosas que su conocimiento ha fallado en captar, le son completamente irrelevantes y hasta se aleja de ellos al otro extremo. De esta forma, aunque viven bajo la provisión y la nutrición de las palabras de Dios, son sin embargo incapaces de recorrer verdaderamente el camino del temor a Dios y apartarse del mal. La verdadera razón para esto es que nunca se han familiarizado con Dios ni han tenido nunca un contacto o una comunión genuinos con Él; por tanto, es imposible para ellos llegar a un entendimiento mutuo con Dios, o despertar en ellos una creencia, una búsqueda, o una adoración genuinas de Él. Que consideren de esa forma las palabras de Dios y a Dios son la perspectiva y la actitud que los ha condenado a volver con las manos vacías de sus esfuerzos, a no ser nunca capaces en toda la eternidad de recorrer el camino del temor a Dios y de apartarse del mal. El objetivo al que aspiran, y la dirección en la que están yendo, indican que son enemigos de Dios a lo largo de la eternidad, y que a lo largo de ella nunca serán capaces de recibir la salvación.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”