Reflexion sobre la fe | Comprometo mi vida a la devoción

palabra de Dios: “Dios pretende usar una parte de la obra de los espíritus malignos para perfeccionar una parte del hombre, de forma que estas personas puedan ver completamente a través de los hechos de los demonios y permitir que todos entiendan verdaderamente a sus antepasados.

Reflexion sobre la fe | Comprometo mi vida a la devoción

Zhou Xuan Provincia de Shandong

El 3 de abril de 2003, fui con una hermana a visitar a un nuevo creyente. Este nuevo creyente había estado indeciso sobre la obra de Dios en los últimos días y terminó denunciándonos. Como resultado, vinieron cuatro policías malvados vestidos de civiles y, de manera agresiva, nos introdujeron en su vehículo por la fuerza y nos llevaron a la comisaría. Durante el camino, estaba sumamente nerviosa, porque llevaba un buscapersonas, una lista parcial de nombres de los miembros de nuestra iglesia y una libreta. Temía que los policías malvados los descubrieran y tenía aún más temor de que mis hermanos y hermanas llamaran a mi buscapersonas, por lo que de manera continua y urgente oré a Dios en mi corazón: “Dios, ¿qué se supone que haga? Te pido que me brindes una salida y que estos elementos no caigan en manos de los policías malvados”. Luego, tomé las cosas que estaban en mi cartera y silenciosamente las coloqué en mi cintura. Dije que me dolía el estómago y que necesitaba un baño. El policía malvado me insultó diciendo: “¡Estás llena de mierda!” Al cabo de mis repetidas peticiones, asignaron a una oficial de policía para que me vigilara mientras iba al baño. Al quitarme el cinturón, el buscapersonas se cayó y rápidamente lo levanté y lo arrojé en el desagüe. Ya que temía que la oficial descubriera la bolsa que llevaba en la cintura, no la arrojé al desagüe, sino que la coloqué en el bote de basura. Pensé que iría nuevamente al baño por la noche y entonces la arrojaría en el inodoro. Resultó que nunca volví a ese baño y que los policías malvados encontraron la bolsa que había botado en el cesto de basura.

Los policías malvados nos encerraron a la hermana y a mí en una habitación e hicieron que nos quitarámos toda la ropa para poder registrarnos. Incluso pasaron sus manos por nuestro cabello para ver si ocultábamos algo allí. Una vez que terminaron de inspeccionarnos, nos esposaron y nos encerraron en la habitación. Cuando se hizo de noche, los policías malvados nos separaron para hacernos un intenso interrogatorio. Me preguntaron: “¿De dónde eres? ¿Cómo te llamas? ¿Cuándo llegaste aquí? ¿Qué haces aquí? ¿Dónde vives? ¿Cuál es tu creencia? ¿Cómo se llama la persona que está contigo?”. Como no estaba satisfecho con mis respuestas, el policía malvado dijo, furioso: “Somos permisivos con quienes confiesan y severos con quienes se resisten. Si no dices la verdad, ¡será tu culpa! ¡Habla! ¿Quién está a cargo de ti? ¿Qué haces? Habla y te trataremos con indulgencia”. Al ver la apariencia tan demoniacamente feroz que tenían, en silencio tomé una decisión: de ninguna manera voy a ser como Judas; no voy a vender a mis hermanos y hermanas ni los intereses de la familia de Dios. Cuando vieron que no podían sacarme ninguna información, se sintieron nerviosos y comenzaron a pegarme y a patearme salvajemente mientras exclamaban: “¡Ya que no dices nada, te daremos una lección poniendo tus brazos y piernas en cruz!”. Luego se repitieron los golpes violentos y las patadas. Posteriormente, uno de ellos me ordenó que me sentara en el piso, me esposó las manos y las dobló contra mi espalda tan fuerte como pudo. Luego, colocó una silla detrás de mí y usó una soga para atarme las manos al respaldo de la silla. Hizo fuerza con sus manos hacia abajo, ejerciendo gran presión sobre mis brazos. De inmediato, sentí que mis brazos estaban a punto de quebrarse. Me dolió tanto que emití un grito agudo. Hicieron ese movimiento hacia atrás y hacia delante sobre mis brazos sin cesar, torturándome durante un par de horas. Más tarde, no pude soportarlo y me retorcí de pies a cabeza. Cuando vieron esto, dijeron: “No simules estar loca, hemos visto esto muchas veces. ¿A quién crees que asustas? ¿Acaso crees que porque lo haces nos vamos a detener?” Vieron que me seguía retorciendo y un policía malvado dijo: “Vayan al baño y pónganle heces en la boca y vean si las come o no”. Juntaron heces con un palo, me lo refregaron en la boca y me las hicieron comer. Seguí echando espuma por la boca y vieron que me seguía retorciendo; entonces, me bajaron de la silla. Me dolía todo el cuerpo de una manera insoportable, como si hubiera tenido calambres de la cabeza a los pies y grité de dolor mientras estaba paralizada en el suelo. Luego de un largo período, mis manos y mis brazos recuperaron el movimiento. Los policías malvados temieron que me golpeara la cabeza contra la pared y me matara, así que me dieron un casco. Más tarde, me arrastraron de nuevo al pequeño cuarto de hierro. Lloré y le rogué a Dios: “Oh, Dios, mi carne es demasiado débil. Deseo que Tú me protejas. Sin importar cuánto me persiga Satanás, prefiero morir a traicionarte como lo hizo Judas. No venderé a mis hermanos y hermanas o el interés de la familia de Dios. Estoy dispuesta a dar testimonio de Ti para avergonzar a ese viejo Satanás”.

Al tercer día, los policías malvados tomaron la libreta y la lista de los nombres de los miembros de la iglesia que había arrojado al bote de la basura y me interrogaron. Cuando vi esto, me sentí especialmente incómoda y llena de culpa y arrepentimiento. Detesté el hecho de haber sido tan cobarde y asustadiza y de no haber sido lo suficientemente valiente en ese momento para arrojar la bolsa al desagüe, lo cual tuvo serias consecuencias. Aborrecí el hecho de no haber escuchado las instrucciones de la familia de Dios y por haber llevado conmigo esas cosas al cumplir con mi deber, lo cual causó a la iglesia este gran problema. Entonces, sólo quería confiar en Dios para enfrentarme a todo lo que me esperaba. Más que eso, deseaba confiar en Dios para conquistar a Satanás. En ese momento pensé en un himno: “Marchar por la senda del amor a Dios”: “No me importa cuán difícil sea la senda de la fe en Dios, yo sólo cumplo la voluntad de Dios porque es mi vocación; mucho menos me importa si recibo bendiciones o sufro desgracias en el futuro. Ahora que estoy decidido a amar a Dios, seré fiel hasta el final. Sin importar qué peligros o dificultades acechen detrás de mí, sin importar cuál sea mi final, para recibir el día de gloria de Dios, sigo de cerca los pasos de Dios y me esfuerzo para continuar” (“Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”). Canturreé en silencio esta canción y nuevamente mi corazón recobró fe y poder. El policía malvado me preguntó: “¿Estas cosas son tuyas? Dinos la verdad, no te vamos a tratar injustamente. Tú eres solamente una víctima y te han mentido. El Dios en el que crees es tan vago y distante que es una ilusión. El partido comunista es bueno, y debes confiar en él y en el gobierno. Si tienes algún problema, puedes acudir a nosotros y te ayudaremos a resolverlo. Si tienes dificultades para conseguir trabajo, también podemos ayudarte. Sólo confiesa todo acerca de tu iglesia; dinos qué están haciendo las personas que están en tu lista. ¿Dónde viven? ¿Quién es tu superior?” Pude ver a través de sus artimañas mentirosas y dije: “Esas cosas no son mías, no lo sé”. Cuando se dieron cuenta de que no iba a decir nada, revelaron su verdadero rostro y me pegaron salvajemente hasta que me arrojaron al suelo y continuaron pegándome violentamente y ejercieron toda su fuerza para arrastrarme de las esposas. Cuanto más me arrastraban, más me apretaban las esposas y más lastimaban mi carne. Era tal el dolor que lloré a los gritos y los policías malvados dijeron ferozmente: “¡Haremos que hables, te apretaremos un poco más cada vez como a un tubo de dentífrico hasta que hables!”. Finalmente, tomaron mis dos manos y las ataron al respaldo de la silla con las palmas hacia fuera y me hicieron sentar en el suelo. Me golpearon y empujaron mis brazos con toda su fuerza hacia abajo. Sentí un dolor agudo e insoportable, como si mis brazos estuvieran a punto de quebrarse. Los policías malvados me torturaron y gruñeron: “¡Habla!”. Sin dudarlo, dije: “¡No lo sé!”. “Si no hablas, te mataremos. Si no hablas, no tendrás esperanzas de vivir. Te pondremos en prisión durante diez años, veinte años, durante toda tu vida. ¡No creas que vas a salir libre algún día!”. Al oír esto, se me ocurrió una idea: debo decidir que estoy dispuesta a ser condenada a cadena perpetua. Luego pensé en un himno: “Deseo ver el día en que Dios gane la gloria”: “Entregaré mi amor y lealtad a Dios y cumpliré con mi misión para glorificarlo. Estoy decidido a mantenerme firme en el testimonio de Dios y a no rendirme jamás a Satanás. ¡Oh! Tal vez me parta la cabeza y corra la sangre, pero el pueblo de Dios no puede perder el temple. La exhortación de Dios descansa en el corazón y yo decido humillar al diablo, Satanás” (“Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”). Dios me esclareció, me hizo decidida y valiente y me dio la fe y la decisión para aguantarlo todo y dar testimonio de Él. Como resultado, no prevaleció el plan de los policías malvados. Me torturaron hasta el cansancio y luego me enviaron nuevamente a la habitación de hierro.

Unos días después, los policías malvados me torturaron hasta que se me terminaron las fuerzas. Estaba en un trance, completamente ausente, y mis manos y brazos estaban entumecidos. Al enfrentar esta tortura cruel e inhumana, tuve mucho miedo de que los policías malvados regresaran y me interrogaran. Tan pronto como pensé en esto, no pude evitar que mi corazón temblara de miedo. En realidad, no sabía qué otros elementos utilizarían para torturarme, ni cuándo terminaría este interrogatorio. Sólo podía continuar orando a Dios en mi corazón y pidiéndole que lo protegiera y que me otorgara la voluntad y el poder para soportar el sufrimiento de manera que pudiera dar testimonio de Dios y hacer que Satanás fracasara en total humillación.

Cuando los policías malvados vieron que no iba a confesar, se reunieron con la Brigada de Seguridad Nacional y la Dirección de Seguridad Pública para interrogarme. Había más de veinte personas que se turnaban para interrogarme día y noche tratando de obligarme a confesar. Ese día, dos policías malvados de la Brigada de Seguridad Nacional que ya me habían interrogado una vez vinieron a verme y al principio me hablaron de buena manera diciendo: “Si confiesas la verdad, entonces te liberaremos y garantizaremos tu seguridad… Solamente puede salvarte el partido comunista, Dios no…”. Cuando uno de ellos vio que yo no podía pronunciar palabra, se puso nervioso y comenzó a gritarme y a insultarme, y me hizo sentar en el piso. Me pateó con toda su fuerza en las piernas con sus zapatos de cuero, ocasionándome un dolor insoportable. Otro policía malvado le preguntó: “¿Cómo va todo? ¿Está hablando?”. Él dijo: “Es bastante testaruda; no importa cuánto le pegues, no hablará”. La otra persona dijo, ferozmente: “Si no habla, ¡pégale hasta que se muera!”. El policía malvado me amenazó, diciendo: “¿No vas a hablar? ¡Entonces te mataremos!”. Yo dije: “He dicho todo lo que necesito decir. ¡No sé!” Se enojó tanto que parecía haberse vuelto loco; luego gritó como una bestia salvaje y comenzó a pegarme y a patearme. Finalmente, se cansó de golpearme y encontró una soga del grosor de un dedo y le dio varias vueltas alrededor de su mano. La usó como látigo para pegarme ferozmente en el rostro una y otra vez, diciendo: “¿Acaso no crees en Dios? Estás sufriendo, entonces, ¿porqué no viene tu Dios a salvarte? ¿Por qué no viene y abre tus esposas? ¿Dónde está tu Dios?” Apreté los dientes y soporté el dolor. Oré en silencio en mi corazón a Dios. “Oh, Dios, si me pegan hasta morir el día de hoy, nunca seré como Judas. Quiero que Tú estés conmigo y protejas mi corazón. Estoy dispuesta a entregar mi vida para dar testimonio de Ti y humillar a Satanás”. Pensé en un himno “Sólo pido que Dios esté satisfecho”: “Estoy completamente consagrado a Dios, consagrado a Dios sin miedo a la muerte. Su voluntad es lo primero. No importa mi futuro, lo que gane o pierda. Sólo deseo que Dios esté satisfecho. Doy sonoro testimonio y avergüenzo a Satanás para la gloria de Dios. Me comprometo a retribuir Su amor. Lo alabo sin pausa con el corazón. He visto el Sol de la justicia, la verdad controla todo en la tierra. El carácter de Dios es justo. ¡Amaré a Dios Todopoderoso, Amaré a Dios Todopoderoso!” (‘Devuelve el amor a Dios’ en “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”). Cerré los ojos y soporté la enloquecida tortura y los golpes de Satanás. En ese momento, fue como si me hubiera olvidado de mi dolor. No sabía en qué momento terminaría la tortura. No me atrevía a pensar en ello, y ni siquiera pude hacerlo. Lo único que pude hacer fue orar y clamar a Dios incesantemente. Las Palabras de Dios también me brindaron una fe continua: “No temas, el Todopoderoso Dios de los ejércitos seguramente estará contigo; Él guarda vuestras espaldas y es vuestro escudo” (‘Capítulo 26’ de Declaraciones de Cristo en el principio en “La Palabra manifestada en carne”). “Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28). Pensé en como el gran dragón rojo no era más que un tigre de papel destinado a ser derrotado por las manos de Dios. Si Dios no lo permite, la muerte no me llegará; sin el permiso de Dios, no se perderá ni una hebra de mi cabello. También pensé en estas palabras de Dios: “¿Alguna vez habéis aceptado las bendiciones que os han sido dadas? ¿Alguna vez habéis buscado las promesas que se hicieron por vosotros? Con toda seguridad, bajo la guía de Mi luz, atravesaréis por los dominios de las fuerzas de la oscuridad. Con seguridad, en medio de la oscuridad, no perderéis la luz que os guía. Con seguridad seréis el maestro de toda la creación. Con seguridad seréis un vencedor ante Satanás. Con seguridad, a la caída del reino del gran dragón rojo, os erguiréis en medio de la infinidad de multitudes para ser testigo de Mi victoria. Con seguridad estaréis resueltos y firmes en la tierra de Sinim. A través de los sufrimientos que soportéis, heredaréis la bendición que proviene de Mí, y con seguridad irradiaréis Mi gloria por todos los rincones del universo” (‘Capítulo 19’ de Las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”). El poder de la palabra de Dios es ilimitado e hizo que mi fe se multiplicara; tuve la determinación de luchar contra Satanás hasta el final. Cuando el policía malvado se cansó de pegarme, me volvió a preguntar: “¿Vas a hablar?” Dije con firmeza: “Aunque me pegues hasta que muera, ¡aún no sabré nada!”. Cuando oyó mis palabras, no pudo hacer nada. Arrojó la soga y dijo: “Eres una maldita testaruda, como una mula. Eres muy buena. No dirás nada aunque mueras. ¿De dónde obtuviste tanta fortaleza y tanta fe? ¡Eres más Liu Hulan que la misma Liu Hulan!” Cuando lo oí decir esto, fue como si viera a Dios sentado en Su trono, triunfante, observando a Satanás siendo humillado. Lloré a la vez que alabé a Dios: ¡Oh, Dios, al confiar en Tu poder, puedo prevalecer sobre Satanás, ¡el demonio! A la luz de los hechos, veo que Tú eres omnipotente y que Satanás no tiene ningún poder; Satanás siempre será derrotado bajo Tu control. Si Tú no lo permites, Satanás no podrá torturarme hasta la muerte. En ese momento, nuevamente me esclarecieron las palabras de Dios: “El carácter de Dios es uno que pertenece al Soberano de los seres vivos entre todas las cosas […] Su carácter es símbolo de autoridad […] es un símbolo de Aquel que no puede ser[a] vencido o invadido por la oscuridad ni por ninguna fuerza enemiga […]” (‘Es muy importante comprender el carácter de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”). Habiendo experimentado la cruel persecución del gran dragón rojo, vi verdaderamente el amor y la salvación de Dios hacia mí y experimenté el poder y la autoridad de la Palabra de Dios. Si Su Palabra no me hubiera guiado en cada paso del camino y hubiera confiado sólo en mi propia fortaleza, me habría sido imposible superar la tortura y los golpes del gran dragón rojo. Del mismo modo, me hizo ver la imagen vulnerable y maltrecha del gran dragón rojo. Vi la esencia demoníaca de su falta de humanidad y de consideración por la vida y la detesté y la maldije en mi corazón. Deseé romper por completo toda conexión con él y seguir a Cristo y servirlo por toda la eternidad.

Al día siguiente, vinieron los policías malvados y me volvieron a interrogar. Estaban verdaderamente sorprendidos y dijeron: “¿Qué le pasa a tu rostro?” Cuando me miré al espejo, no me pude reconocer. Los policías malvados me habían dado latigazos con la soga el día anterior y mi rostro se había inflamado mucho y estaba de color negro y azul, como un oso panda. Al ver que mi cara había cambiado a tal grado que era irreconocible, sentí un odio intenso por el gran dragón rojo y decidí dar testimonio. ¡No iba a permitir de ninguna manera que su plan prevaleciera! Me habían golpeado las piernas tanto que no podía caminar y cuando fui al baño, pude ver que ya no parecían normales; estaban totalmente negras y azules. Uno de los policías malvados dijo: “No es necesario que pases por este sufrimiento. Si hablaras, no tendrías que sufrir. ¡Estás haciéndote esto a ti misma! ¡Piénsalo, confiesa y te enviaremos a casa con tu esposo y tu hija!” Después de oírlo, lo detesté profundamente. Luego, cambiaron de método y comenzaron a turnarse para no dejarme dormir ni de día ni de noche. Cuando comenzaba a quedarme dormida, gritaban y hacían ruidos fuertes para despertarme. Intentaban quebrantar mi voluntad no dejándome dormir para que hablara en un estado mental semi-ausente y confuso. Le agradecí a Dios por protegerme. Aunque los policías malvados me mantuvieron despierta durante cuatro días y cuatro noches, no me importó cómo me interrogaban, yo seguía confiando en Dios para mantener mi energía y fe, y no sólo no estaba mentalmente ausente, sino que estaba muy alerta. A medida que los policías malvados me interrogaban, su ánimo fue decayendo cada vez más y se desalentaron. Comenzaron a realizar interrogatorios sin demasiado entusiasmo; maldecían y se quejaban; se lamentaban de que les hubiera hecho perder el apetito, el buen descanso y sentirse atormentados por mí. Creían que eran muy desafortunados. Finalmente, todo lo que hacían era formular preguntas generales y ya no tenían la fuerza de voluntad para interrogarme. En este asalto de la pelea, Satanás volvió a perder.

Los policías malvados no dejaron así las cosas. Intentaron seducirme. Un policía malvado vino a verme y puso sus dedos debajo de mi barbilla, tomó mi mano y dijo mi nombre. Con una voz “cálida”, dijo: “Eres tan bonita; no vale la pena que sufras tanto. Cualquier dificultad que tengas, yo puedo ayudarte a resolverla. Tu fe en Dios no te ha llevado a ninguna parte. Yo tengo dos casas; un día te llevaré allí para que nos divirtamos. Podemos mantener una amistad. Si confiesas, serás libre. Cualquier cosa que quieras, yo puedo ayudarte. No te trataré injustamente…”. Cuando oí sus mentiras sucias y desagradables, sentí náuseas y lo rechacé rotundamente. No tuvo otra opción que retirarse con el rabo entre las piernas. Esto me hizo comprender cabalmente a estos llamados “policías del pueblo” deplorables y desvergonzados. Para lograr sus propósitos, utilizan métodos deplorables y vulgares sin sentir ninguna vergüenza. No tienen dignidad ni integridad. ¡Son verdaderos espíritus malignos inmundos!

Los policías malvados tenían un astuto plan tras otro y se valieron de los miembros de mi familia para coaccionarme, diciendo: “Tú sólo crees en Dios, no estás pensando ni en tu esposo, ni en tu hija, ni en tus padres ni en otros miembros de tu familia. Tu hija irá algún día a la universidad y buscará trabajo. Si insistes en tu fe, eso afectará directamente a sus perspectivas futuras. ¿Dejarás que esto suceda? No estás pensando en ella. ¿Tienes el coraje para involucrarla en esto?” Luego, trajeron a mi esposo, a mi hija y a mi tía para que intentaran persuadirme. Cuando vi a mi hija, a la que hacía varios años que no veía, las lágrimas brotaron de mis ojos de manera incontrolable. En ese momento, oré con todas mis fuerzas a Dios: “Oh, Dios, Te pido que protejas mi corazón, porque mi carne es demasiado débil. En este momento, no puedo caer presa de las estratagemas de Satanás y no puedo ser tentada por él para caer en mis emociones. No puedo traicionar a Dios ni vender a mis hermanos y hermanas. Sólo le pido a Dios que esté conmigo y me otorgue fe y poder”. Mi tía me dijo: “Apúrate y habla, ¿por qué eres tan tonta? ¿Vale la pena sufrir esto por tu creencia en Dios? ¿Quién se hará cargo de ti si algo sucede? Tu mamá y tu papá están preocupados por ti; todos los días se preocupan por ti. Ni comen ni duermen. Debes pensar en nosotros y volver a vivir con nosotros. No creas en Dios. Mira todas las dificultades por las que has pasado por creer en Él. ¿Por qué te tomas la molestia?” Aunque era débil, estuve protegida por Dios y reconocí que esta era una lucha espiritual y pude ver las estratagemas de Satanás. Las palabras de Dios me recordaron en mi corazón que: “[…] debes satisfacer a Dios, a pesar de cualquier reticencia a deshacerte de algo que amas o del llanto amargo […]” (‘Los que serán hechos perfectos deben someterse al refinamiento’ en “La Palabra manifestada en carne”). En ese momento, le dije: “Tía querida, no intentes persuadirme; he dicho todo lo que debo decirles. No sé qué más debo decirles. Me pueden tratar de la manera que quieran; es asunto suyo. Ustedes no deben preocuparse por mí. ¡Deben regresar!” Cuando los policías malvados vieron mi actitud firme, no tuvieron otra opción que permitir que mi familia regresara. Las argucias y conspiraciones de los policías malvados habían fracasado y estaban tan enojados que apretaron los dientes y dijeron: “¡Realmente eres cruel! Eres muy egoísta. En verdad, no tienes una naturaleza humana. ¿Dónde está tu Dios? Si Él es tan todopoderoso, entonces ¿por qué te deja sufrir aquí? ¿Por qué no viene tu Dios a salvarte? Si en realidad es un Dios, ¿entonces por qué no viene y abre tus esposas y te salva? ¿Dónde está Dios? No te dejes engañar por estas mentiras; no seas tonta. No es demasiado tarde para que despiertes y veas la verdad. ¡Si no confiesas, te enviaremos por muchos años a prisión!” Las mentiras de los policías malvados me hicieron pensar en la imagen del Señor Jesús siendo crucificado en la cruz. Dios vino personalmente y se revistió de carne para redimir a toda la humanidad. Todo lo que hizo fue para beneficio del hombre. No obstante, los fariseos y quienes estaban en el poder se burlaron de Él, lo calumniaron, acusaron, profanaron, insultaron y asesinaron. Dios sufrió una humillación extrema para salvar a la humanidad, y finalmente fue crucificado en la cruz por la humanidad. Todo el dolor que padeció Dios fue por la humanidad y hoy todo el dolor que estoy sufriendo yo es lo que se supone que debo sufrir. Debido a que tengo el veneno del gran dragón rojo, Dios está usando este entorno, por un lado, para probarme y, por el otro, para permitirme entender verdaderamente la naturaleza maligna del gran dragón rojo y para despreciarlo y traicionarlo, y para seguir a Dios incondicionalmente. Tal como lo dice la palabra de Dios: “Dios pretende usar una parte de la obra de los espíritus malignos para perfeccionar una parte del hombre, de forma que estas personas puedan ver completamente a través de los hechos de los demonios y permitir que todos entiendan verdaderamente a sus antepasados. Sólo entonces pueden liberarse totalmente los humanos, no sólo al abandonar la posteridad de los demonios, sino aún más, a sus ancestros. Este es el propósito original de Dios al derrotar totalmente al gran dragón rojo, con el fin de que todo hombre conozca la verdadera forma del gran dragón rojo, le quite por completo la careta y vea su verdadera forma. Esto es lo que Dios quiere lograr y es Su meta final en la tierra por la cual ha realizado tanta obra; Él aspira a lograr esto en todos los hombres. Esto se conoce como la maniobra de todas las cosas para el propósito de Dios” (‘Capítulo 41’ de Interpretaciones de los misterios de las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”).

Finalmente, los policías malvados me enviaron al centro de detención y me encarcelaron como delincuente por espacio de un mes. Durante ese mes, me volvieron a interrogar. Por un lapso de dos días y dos noches, no me permitieron dormir ni me dieron suficiente comida. A veces ni siquiera me daban de comer, pero de todas maneras era en vano. ¡El gran dragón rojo tortura y aflige sin fin a las personas de este modo! Cuando se cumplió el ciclo de mi detención, me sentenciaron a dos años de reforma por medio de trabajo forzado por “creer en una Xie Jiao y perturbar el orden de la sociedad” sin evidencia alguna. Antes de ir al campo de trabajos forzados, mi familia me envió 2.000 yuanes para mis gastos, pero ellos se los quedaron. Estos demonios eran realmente Satanás y espíritus malignos que tenían sed de sangre y de vida humana. ¡Eran pura maldad! En el país del gran dragón rojo, no existe la ley. Todo lo que se opone a él puede ser masacrado y explotado a voluntad. Puede hacer cargos criminales a gusto para controlar y perseguir a la gente. El gran dragón rojo incrimina y engatusa a la gente, mata a personas inocentes, crea situaciones de la nada y etiqueta injustamente a las personas. Conforman un auténtico y verdadero culto. Son un grupo de criminales y gánsteres organizados que traen calamidades y desastres a la humanidad. Durante dos años en el campo de trabajos forzados, vi a la policía malvada del gobierno chino abusar de los trabajadores y darles órdenes como si fueran esclavos. Les hacían comer pan y sopa de verduras todos los días; día y noche nos hacían trabajar horas extra. Yo estaba terriblemente agotada todos los días y no recibía ninguna compensación. Si no hacía bien mi trabajo, recibía una severa crítica y un castigo (sentencias extendidas, retención de alimentos, me forzaban a quedarme de pie inmóvil). Durante este tiempo, la policía malvada siguió sin dejarme ir; siguió interrogándome, intentando que confesara las circunstancias de la iglesia. Detestaba esto con todas mis fuerzas, confiando en la fe y el poder de Dios. Dije, indignada: “Ustedes me han golpeado y castigado, ¿qué más quieren? He dicho todo lo que debía decir. Pueden interrogarme durante diez, veinte años, y seguiré sin saber nada. ¡Pueden olvidarse!” Al oír esto, dijeron, exasperados: “No tienes remedio, ¡puedes seguir esperando aquí!”. Finalmente, los policías malvados se fueron con el rabo entre las piernas.

Luego de haber experimentado la tortura inhumana y el cruel trato del gran dragón rojo, así como también el hecho de haber vivido dos años injustamente en prisión, vi con claridad que la esencia del gran dragón rojo es la mentira, el mal, la arrogancia y la perversidad. Son menos que ganado. Llegan tan lejos como para poner carteles que dicen “libertad de culto” y luego persiguen y van detrás del pueblo elegido por Dios de todas las formas posibles. Están perturbando y desmantelando frenéticamente la obra de Dios. Son asesinos que matan sin pestañear; son bandidos que saquean bajo el disfraz de “caridad, justicia, paz y rectitud”. Al final, sus máscaras han sido totalmente desgarradas por medio de la sabiduría de la obra de Dios, y sus rostros malevolentes y demoníacos han sido expuestos a la luz para que yo pueda abrir mi campo de visión y despertar de mi sueño. Tal como dice la palabra de Dios: “Durante miles de años, esta ha sido la tierra de la suciedad; es insoportablemente sucia, la miseria abunda, los fantasmas campan a su antojo por todas partes; timan, engañan, y hacen acusaciones sin razón;[b] son despiadados y crueles, pisotean esta ciudad fantasma y la dejan plagada de cadáveres; el hedor de la putrefacción cubre la tierra e impregna el aire; está fuertemente custodiada.[c] ¿Quién puede ver el mundo más allá de los cielos? El diablo ata firmemente todo el cuerpo del hombre, le ciega los dos ojos y sella sus labios bien apretados. El rey de los diablos se ha desbocado durante varios miles de años, hasta el día de hoy, cuando sigue custodiando de cerca la ciudad fantasma, como si fuera un “palacio de demonios” impenetrable. Esta manada de perros guardianes mira, mientras tanto, fijamente con ojos resplandecientes, profundamente temerosa de que Dios la pille desprevenida, los aniquile a todos, y los deje sin un lugar de paz y felicidad. ¿Cómo podría la gente de una ciudad fantasma como esta haber visto alguna vez a Dios? ¿Han disfrutado alguna vez de la amabilidad y del encanto de Dios? ¿Qué apreciación tienen de los asuntos del mundo humano? ¿Quién de ellos puede entender la anhelante voluntad de Dios? Poco sorprende, pues, que el Dios encarnado permanezca totalmente escondido: en una sociedad oscura como esta, donde los demonios son inmisericordes e inhumanos, ¿cómo podría el rey de los diablos, que mata a las personas en un abrir y cerrar de ojos, tolerar la existencia de un Dios hermoso, bondadoso y además santo? ¿Cómo podría aplaudir y vitorear Su llegada? ¡Esos lacayos! Devuelven odio por amabilidad, han desdeñado a Dios desde hace mucho tiempo, lo han maltratado, son en extremo salvajes, no tienen el más mínimo respeto por Dios, roban y saquean, han perdido toda conciencia, no tienen rastro de amabilidad, y tientan a los inocentes para que sean insensibles. ¿Antepasados de lo antiguo? ¿Amados líderes? ¡Todos ellos se oponen a Dios! ¡Su intromisión ha dejado todo lo que está bajo el cielo en un estado de oscuridad y caos! ¿Libertad religiosa? ¿Los derechos legítimos y los intereses de los ciudadanos? ¡Todos son trucos para tapar el pecado!” (‘Obra y entrada (8)’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Dios Todopoderoso es eternamente sabio, omnipotente y maravilloso, y Satanás, el gran dragón rojo, es eternamente deplorable, inmundo e incapaz. Sin importar cuán salvaje y desenfrenado sea, e independientemente de cómo lucha y se rebela, siempre será una herramienta para que Dios enseñe a Su pueblo elegido. Es más, está destinado a que Dios lo envíe al infierno como un castigo eterno. Intenta quebrantar la voluntad de las personas a través de una persecución inhumana para que se distancien de Dios y lo abandonen. ¡Pero está equivocado! Su persecución precisamente nos hace ver plenamente la esencia del demonio. Nos incita a traicionarlo por completo y a tener la fe y la valentía de seguir a Dios por el camino correcto de la vida. Siempre confiaré en el Dios sabio y todopoderoso. De ahora en adelante, sin importar qué peligros y dificultades inconmensurables me esperen en el camino, seguiré a Dios con determinación hasta el final y daré un testimonio rotundo de Dios para humillar al gran dragón rojo.

Notas al pies:

a. El texto original dice: “es un símbolo de no poder ser”.

b. “Hacen acusaciones sin razón” alude a los métodos por los cuales el diablo daña a las personas. 

c. “Fuertemente custodiada” indica que los métodos por los cuales el diablo aflige a las personas son especialmente crueles, y las controla tanto que no tienen espacio para moverse. 

Recomendación: los 144 mil sellados

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

La palabra de Dios es mi fuerza

palabra de Dios: “Satanás está en guerra con Dios, yendo detrás de Él. Su objetivo consiste en demoler toda la obra que Dios quiere hacer, ocupar y controlar a aquellos a los que Dios quiere, extinguirlos por completo. Si esto no ocurre, pasan a ser posesión de Satanás para ser usados por él; esta es su meta”

Por Jingnian, Canadá

Desde niña sigo la fe de mi familia en el Señor, leyendo la Biblia y asistiendo a los servicios con frecuencia. Compartí el evangelio del Señor Jesús con mi suegra una vez casada, y desde entonces ella ya no perdía los estribos ante lo que le sucediera ni actuaba a su antojo como antes. Las relaciones en nuestra familia comenzaron a mejorar en general. Al ver los cambios en su madre, mi esposo también empezó a creer en el Señor en 2015 e iba conmigo a la iglesia cada semana. Mi familia estaba en paz tras aceptar el evangelio del Señor y, cuando lo comprobé, supe que esta era la gracia del Señor, la cual le agradecí de todo corazón.

Un día de febrero de 2017, mientras estaba en el trabajo, una clienta me vio y se entusiasmó enormemente. Me apartó a un lado y me dijo: «Te pareces muchísimo a una amiga mía. ¿Puedo presentártela? Acaba de llegar a Canadá y apenas conoce a nadie; ¿te gustaría conocerla y quedar con ella si tienes tiempo?». La verdad es que me sorprendió lo que oí, y pensé: «¿Será posible? ¿En serio su amiga se parece tanto a mí?». No obstante, comprendí que la benévola voluntad del Señor está en todas las cosas y que entre Sus enseñanzas también se encuentra la de ayudar con amor a los demás, por lo que accedí a su petición. Días después conocí a su amiga Xiao Han, que sí se parecía muchísimo a mí; los que nos veían me preguntaban si éramos hermanas gemelas. No sé si porque nos parecíamos tanto o porque el Señor lo había arreglado de antemano, nada más verla me sentí muy próxima a ella. Quedamos unas cuantas veces y nos convertimos en una especie de hermanas que podían hablar de cualquier cosa. Lo que más me sorprendió fue que por medio de Xiao Han oí el evangelio del Señor Jesús retornado en los últimos días.

Un día, Xiao Han me llevó a casa de su tía, donde esta compartió el evangelio del reino de Dios Todopoderoso con nosotras. Nos mandó leer las palabras pronunciadas por Dios en los últimos días y nos habló de Su voluntad al crear a Adán y Eva, de Sus propósitos e intenciones cuando pidió a Noé que construyera el arca, del dolor de Su corazón cuando destruyó al pueblo en época de Noé y más cosas. Nos dijo que todos estos misterios están revelados en las palabras de Dios de los últimos días; de lo contrario, nadie los comprendería. Yo la creí, pues solo el propio Dios podría explicar los propósitos de todo cuanto hace. Si Dios no hubiera venido personalmente a hablar y obrar, ¿quién más podría explicar detalladamente los propósitos e intenciones de Dios? Las palabras de Dios me atrajeron profundamente y decidí estudiar en serio la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días. En la época en que la estaba estudiando, le planteaba a la tía de Xiao Han numerosas cuestiones que nunca había entendido con la lectura de la Biblia y ella me daba respuestas basadas en las palabras de Dios Todopoderoso; las respuestas eran muy exhaustivas, claras y comprensibles para mí. A medida que iba leyendo las palabras de Dios, poco a poco quedó zanjada la confusión dentro de mi corazón y logré entender que, en los últimos días, Dios Todopoderoso lleva a cabo la obra del juicio por medio de Sus palabras, lo que cumple la profecía bíblica que afirma que «El juicio comience por la casa de Dios» (1 Pedro 4:17). Esta etapa de la obra de Dios supone un progreso y una profundización de la obra del Señor Jesús y es la etapa final de la obra de Dios en los últimos días para purificar y salvar a la humanidad. Tras investigar durante un tiempo, tuve la certeza de que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús retornado, acepté con gusto Su obra de los últimos días y comencé a asistir a reuniones con mis hermanos y hermanas.

Transcurridos algo más de tres meses, una mañana estaba reunida con otras hermanas como siempre, cuando de repente el celular empezó a pitar. Lo miré y vi una notificación de que estaban tratando de localizar mi posición por medio de mi iPhone. Me quedé muy sorprendida y no sabía qué estaba pasando, pero acto seguido mi marido me envió un mensaje de WeChat en el que me preguntaba: «¿Dónde estás?». Lo observé y dudé un poco; recordé que, más de un mes antes, tras regresar de un servicio religioso, mi esposo me había contado que el pastor había dicho muchas cosas negativas de la Iglesia de Dios Todopoderoso y había advertido a los creyentes que estuvieran alerta y no tuvieran ningún contacto con gente del Relámpago Oriental. En aquel momento temí que el pastor y el anciano engañaran a mi esposo y sus rumores lo volvieran en contra de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Quería esperar hasta que entendiera mejor la verdad y supiera dar testimonio claro de la obra de Dios de los últimos días para compartir el evangelio con él, por lo que nunca me atrevía a hablarle de mis reuniones con las hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Habida cuenta de ello, le respondí: «Voy de camino al trabajo». Sin embargo, cuando lo pensé de nuevo, noté que algo iba mal: «Nunca me envía mensajes a esta hora. ¿Por qué, de repente, me pregunta dónde estoy hoy? ¿Qué está pasando?».

Cuando llegué del trabajo aquella noche vi a mi esposo sentado en la cama con mala cara. Había encontrado el libro de las palabras de Dios que yo había escondido en casa y lo había puesto sobre el escritorio. Al verlo me quedé muy desconcertada, pero sin que me diera tiempo a pensarlo, mi marido me preguntó: «¿Cuándo empezaste a creer en Dios Todopoderoso? Hay muchas cosas negativas en Internet sobre la Iglesia de Dios Todopoderoso, ¿no lo sabes? Hoy me has mentido. No ibas de camino al trabajo esta mañana. ¿Dónde estabas?». Le respondí con cierta indignación: «Así que cuando mi teléfono empezó a pitar hoy, ¡eras tú el que intentaba localizarme!». Me dijo: «Esta mañana, durante mi descanso en el trabajo, quería saber dónde estabas, así que busqué tu ubicación y descubrí que no estabas donde habías dicho». Suavizó el tono y continuó: «El Gobierno chino anunció en Internet que los límites entre hombres y mujeres no se mantienen de forma clara entre los creyentes en Dios Todopoderoso, y también había otras cosas negativas de todo tipo. ¿Me haces el favor de cortar el contacto con ellos? Sería mucho mejor que simplemente asistieras a los servicios de la iglesia; podría ir contigo todas las semanas. ¿Por qué guardas relación con ellos?». Después de decirme esto, se conectó a Internet y buscó mucha información negativa sobre la Iglesia de Dios Todopoderoso para que yo la leyera. Tras leer esos rumores carentes de fundamento, comenté airadamente: «Estas personas nunca han tenido contacto alguno con la Iglesia de Dios Todopoderoso. ¿Por qué hablan de ella con esa suficiencia? Todo esto es completamente infundado, son habladurías. ¡Son mentiras y rumores y carecen de toda credibilidad! Llevo unos meses con los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso y lo que he comprobado es que su vestimenta es sencilla y de buen gusto, además de que hablan y se comportan con decoro. Hay límites definidos entre los hermanos y hermanas y unos principios en su manera de relacionarse. No se parecen en nada a los rumores que difunden el Gobierno del PCCh y los pastores y ancianos. Uno de los decretos administrativos de Dios Todopoderoso para la Era del Reino establece claramente que ‘El hombre tiene un carácter corrupto y, además, posee emociones. Por tanto, está absolutamente prohibido que dos miembros del sexo opuesto trabajen juntos ellos solos en el servicio a Dios. Cualquiera que sea descubierto haciendo eso será expulsado, sin excepción‘ (‘Los diez decretos administrativos que el pueblo escogido de Dios debe obedecer en la Era del Reino’ en «La Palabra manifestada en carne»). Dios es santo y justo y nada aborrece más que la conducta licenciosa. Por lo tanto, Dios ha emitido estrictos decretos administrativos para Su pueblo elegido y quien los infrinja será expulsado de la Iglesia. Los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso acatan estrictamente los decretos administrativos de Dios y nadie se atreve a infringirlos. Esto es lo que he visto y vivido personalmente. ¡El rumor, difundido por el Gobierno del PCCh y los pastores y ancianos, de que los límites entre hombres y mujeres no son claros en la Iglesia de Dios Todopoderoso no es sino una mentira y una calumnia!». No obstante, dijera lo que dijera, mi esposo, sencillamente, no me escuchaba e insistía en que dejara de asistir a reuniones con los hermanos y hermanas. Ante su inflexibilidad empecé a sentir cierta negatividad, pues la única persona que tenía cerca en el extranjero era mi marido y no quería pelear con él. Además, tenía miedo de que se lo contara a mi familia en China y al pastor, lo que únicamente me traería más problemas. Así pues, cuando insistió en que no fuera a reuniones, accedí, pero le dije que quería seguir leyendo las palabras de Dios en casa, y aceptó. Entonces amainó la tormenta por el momento.

Como solo leía las palabras de Dios en casa, había muchas cosas que no entendía, por lo que contactaba a través del celular con una hermana cuando mi marido estaba en el trabajo, lo que me permitió seguir congregándome con las hermanas. Cuando les conté que mi esposo me había impedido ir a reuniones, una de ellas me leyó un pasaje de las palabras de Dios: «En cada paso de la obra que Dios hace en las personas, externamente parece que se producen interacciones entre las personas, como nacidas de disposiciones humanas, o de la interferencia humana. Sin embargo, detrás de bambalinas, cada etapa de la obra, y todo lo que acontece, es una apuesta hecha por Satanás delante de Dios, y exige que las personas se mantengan firmes en su testimonio de Dios. Mira cuando Job fue probado, por ejemplo: detrás de la escena, Satanás estaba haciendo una apuesta con Dios, y lo que aconteció a Job fue obra de los hombres, y la interferencia de estos. Detrás de cada paso que Dios hace en vosotros está la apuesta de Satanás con Él, detrás de todo ello hay una batalla. […] Cuando Él y Satanás luchan en el ámbito espiritual, ¿cómo deberías satisfacer a Dios? ¿Y cómo deberías mantenerte firme en tu testimonio de Él? Deberías saber que todo lo que te ocurre es una gran prueba y el momento en que Dios necesita que des testimonio» (‘Solo amar a Dios es realmente creer en Él’ en «La Palabra manifestada en carne»). Mi hermana me enseñó lo siguiente: «Cuando nos encontramos con este tipo de cosas tras aceptar a Dios Todopoderoso, desde fuera parece que nuestra familia se interpone en nuestro camino y nos impide ir a reuniones, pero si lo miramos a través de las palabras de Dios, lo que subyace es la perturbación de Satanás: esta es una batalla espiritual. Dios quiere salvarnos, pero Satanás no quiere darse por vencido tan fácilmente, por lo que va detrás de Dios para perturbarnos y utiliza a quienes nos rodean para evitar que nos presentemos ante Dios. Satanás tiene por objeto destruir nuestra buena relación con Dios y hacernos sentir negativos y débiles para que nos distanciemos de Dios, lo traicionemos, acabemos regresando al campo de acción de Satanás y perdamos la ocasión de ser salvados por Dios. Por eso debemos aprender a discernir, enfocar las cosas de acuerdo con las palabras de Dios, descubrir las trampas de Satanás, orar y confiar en Dios en mayor medida y tener auténtica fe en Él. Entonces podremos contemplar los actos de Dios por medio de la fe». Después de oír la palabra de Dios y las enseñanzas de la hermana, caí en la cuenta: «Mi esposo es un obstáculo para que yo crea y siga a Dios porque Satanás lo está utilizando para perturbarme y hacer que traicione a Dios, al igual que la prueba por la que pasó Job. Satanás trató de tentar a Job por todos los medios. Le hizo perder su inmensa riqueza y sus rebaños de vacas y ovejas, lo llenó de terribles llagas y utilizó a sus amigos para perturbarlo y atacarlo. Utilizó incluso a su esposa con el fin de tentarlo para que abandonara a Dios. Satanás intentó de manera arrogante anular la fe de Job en Dios para que lo negara y rechazara. ¡Satanás es verdaderamente maligno y despreciable!». Estos pensamientos llenaron mi corazón de odio por Satanás, pero entonces pensé: «Aunque Satanás estaba enloquecido acosando a Job, jamás se habría atrevido a herirlo de muerte sin permiso de Dios; así pues, ¿eso no quiere decir que lo que yo estoy pasando también está en manos de Dios? Siempre que recurra a Dios y me ampare en Él con sinceridad, seguro que me guiará para que venza las tentaciones de Satanás». Aquel pensamiento me aportó más fe en Dios y decidí mantener el contacto con las hermanas y seguir congregándome y hablando con ellas por el celular.

Una noche dejé el teléfono en la mesa sin esperarme que mi esposo lo tomaría para examinarlo: vio el historial de mis conversaciones con la hermana. Muy airado, me dijo: «Todavía estás en contacto y hablas con ellos dos horas seguidas». Después me bombardeó con más propaganda negativa de Internet y comenzó a vigilarme por distintos medios. Ya no podía ponerme en contacto con mi hermana por teléfono, de modo que perdí otra vez mi vida de iglesia y no podía recibir ayuda de la hermana. Posteriormente, mi marido empezó a enviarme rumores que encontraba en Internet un día sí y otro también, y además me atosigaba e impedía todo contacto con mis hermanos y hermanas. Ante el agobio y los impedimentos de mi marido, me sentía totalmente desgraciada y no pude evitar debilitarme de nuevo. Pensé: «¿Por qué mi esposo se opone tanto a que crea en Dios Todopoderoso? Solamente quiero creer en Dios; ¿por qué es tan difícil? ¿Cuándo podré practicar la fe sin que me atosigue tanto? ¿Esta va a ser mi vida de ahora en adelante?». Al pensarlo no pude contener las lágrimas de ninguna manera: me sentía especialmente sola e indefensa. No sabía cómo seguir. He perdido la cuenta de cuántas veces lloré por eso. En medio de mi desgracia, lo único que pude hacer fue orar a Dios: «Dios mío, no sé qué hacer frente a los obstáculos de mi marido ni cómo resolver esto, pero creo que en toda situación está Tu benévola voluntad. Te pido que me guíes y des fe para superar esto».

Milagrosamente, justo cuando terminé de orar recibí de la hermana dos pasajes de la palabra de Dios: «Satanás está en guerra con Dios, yendo detrás de Él. Su objetivo consiste en demoler toda la obra que Dios quiere hacer, ocupar y controlar a aquellos a los que Dios quiere, extinguirlos por completo. Si esto no ocurre, pasan a ser posesión de Satanás para ser usados por él; esta es su meta» (‘Dios mismo, el único IV’ en «La Palabra manifestada en carne»). «Debes tener Mi valentía dentro de ti y debes tener principios cuando enfrentes a parientes que no creen. Pero por Mi bien, tampoco debes ceder a ninguna de las fuerzas oscuras. Confía en Mi sabiduría para caminar el camino perfecto; no permitas que las conspiraciones de Satanás se apoderen de ti. Pon todos tus esfuerzos en poner tu corazón delante de Mí y Yo te consolaré y pondré paz y felicidad en tu corazón» (‘Capítulo 10’ de Declaraciones de Cristo en el principio en «La Palabra manifestada en carne»). Meditando las palabras de Dios aprendí a discernir un poco las siniestras intenciones de Satanás. Dios obra para salvar a la humanidad mientras Satanás se devana los sesos para destruir la obra de Dios y competir con Él por las personas, por lo que difunde todo tipo de rumores en Internet para despistarlas y engañarlas. Además, utiliza a nuestras familias para estorbarnos y acosarnos con el fin de que no podamos presentarnos ante Dios y recibir la salvación. A mi esposo lo habían cegado y engañado los rumores difundidos por Satanás porque no conocía la verdad, motivo por el cual se obstinaba en obstaculizar mi fe. Satanás también se había valido de mi debilidad para aprisionarme y hacerme daño. Satanás sabía que mi punto débil eran las emociones, por lo que me atacaba utilizando mis sentimientos hacia mi marido para que renunciara a seguir a Dios porque me importaban mis apegos carnales y mi deseo de preservar la armonía familiar y, en consecuencia, para que abandonara el camino verdadero y perdiera la ocasión de que me salvara Dios. ¡Satanás es verdaderamente despreciable! Al mismo tiempo sentía que Dios me consolaba con Sus palabras, que me animaban a no rendirme a las oscuras fuerzas de Satanás. Dios, asimismo, me estaba ofreciendo una senda de práctica. Como afirmó, «Confía en Mi sabiduría para caminar el camino perfecto«. En semejante entorno, ¿cómo podía cooperar con Dios y emplear Su sabiduría para ir a reuniones? Recordé aquella última ocasión en que mi esposo había usado mi teléfono para rastrearme, así que ya no podía ir a las reuniones en casa de la hermana ni congregarme con ella por teléfono, pero podría verme con ella en una zona de descanso del centro comercial. Si mi marido me preguntaba de nuevo, podría decir que me iba de compras. Por tanto, con la guía de Dios pude volver a quedar con ella. Una vez que logró entender mis dificultades, me habló de las palabras de Dios, me consoló y me animó. Cuando comprendí la verdad, mi negatividad se disipó rápidamente.

Un día llegué a casa de trabajar y quise leer las palabras de Dios; revisé en vano cada uno de los cajones y armarios donde normalmente guardaba el libro. Estaba tremendamente nerviosa y pensé: «Ya está: mi marido debe de haberme tirado el libro. Es una persona muy cautelosa, así que, por supuesto, no lo habrá tirado a la basura, donde yo podría encontrarlo. Si se ha deshecho de él en su oficina, nunca lo encontraré». La idea me entristeció y no supe qué hacer.

Días después acompañé mi esposo a examinarse para el permiso de conducir y allí vi a una de las hermanas. Disimuladamente le di a entender que mi libro de las palabras de Dios había desaparecido. Me dijo que rezara más, confiara en Dios e hiciera otra búsqueda exhaustiva. Dios controla y gobierna todas las cosas, afirmó, por lo que, lo hubiera tirado mi esposo o no, eso estaba en las manos de Dios y yo no debía dejar volar mi imaginación y apresurarme a juzgar. Cuando llegué a casa envié un mensaje a otra hermana, la cual me dijo lo mismo. Tras haber oído las mismas palabras de dos hermanas distintas, creí que detrás de todo esto debían estar las buenas intenciones de Dios. ¿Estaba utilizando Dios a las hermanas para recordármelo? Entonces me acordé de un pasaje de Sus palabras: «¡Dios todopoderoso domina todas las cosas y eventos! Mientras nuestros corazones miren hacia Él en todo momento y entremos en el espíritu y nos asociamos con Él, Él nos mostrará todas las cosas que buscamos y de seguro Su voluntad nos será revelada; nuestros corazones entonces estarán alegres y en paz, firmes con perfecta claridad» (‘Capítulo 7’ de Declaraciones de Cristo en el principio en «La Palabra manifestada en carne»). De las palabras de Dios deduje que Él siempre está ahí para que la gente se apoye y encuentre auxilio en Él. Cuando nos enfrentamos a un problema y no tenemos salida, siempre que recurramos sinceramente a Dios, Él nos dará esclarecimiento y guía y nos ayudará a superar las dificultades. Gracias al esclarecimiento y la guía de las palabras de Dios, mi fe en Él se fortaleció otra vez y retomé una senda de práctica. También comprendí que no encontraría mi libro extraviado de las palabras de Dios esforzándome en solitario. Dios es omnipotente y, siempre y cuando me amparara en Él, recurriera a Él y cooperara con Él de forma práctica para buscar el libro, confiaba en que me guiaría y ayudaría. Así pues, me presenté ante Dios y le oré sinceramente: «Dios mío, no encuentro mi libro de Tus palabras. Al principio me basé en mis nociones y fantasías para adivinar lo que podía haber sucedido. No te puse por encima de todo ni me daba cuenta de que todo está bajo Tu control. Ahora deseo recurrir a Ti, encomendarte este asunto y cooperar contigo en mi próxima búsqueda. Tanto si encuentro el libro como si no, ello tendrá lugar con Tu permiso. Te pido que me guíes».

Después de rezar, de repente me dieron ganas de ir al trastero a buscar un par de zapatos. Para mi sorpresa, al arrodillarme para agarrarlos me encontré una bolsa blanca y, de pronto, me vino a la mente un pensamiento muy claro: «El libro de las palabras de Dios está en esta bolsa». Lo tomé, lo miré, ¡y así era! Sorprendida y encantada, no pude evitar gritar: «¡Gracias a Dios! ¡Gracias a Dios!». Fue entonces cuando me di cuenta de que era Dios quien me había guiado hasta encontrar el libro. Comprobé verdaderamente que todo está gobernado por Dios, que Él incluso dispone los pensamientos e ideas de la gente y que nada es imposible cuando nos apoyamos en Él y recurrimos a Él. Sin pérdida de tiempo, me llevé el libro de vuelta al dormitorio y lo metí cuidadosamente en mi cajón. Aquella noche, cuando mi esposo regresó, descubrió que había encontrado el libro de las palabras de Dios escondido en el trastero y me exigió que se lo entregara. En ese momento confié sinceramente en Dios y le pedí confianza y fuerza. Me negué a hacer más concesiones a mi esposo, quien, en vista de mi determinación, no me presionó más.

Más adelante, la hermana me dio un celular exclusivamente para escuchar sermones, en el cual también había descargadas muchas palabras de Dios; con ello pretendía que me resultara más fácil asistir a reuniones y hacer mis devocionales. En una ocasión, al cambiar de bolso me dejé ese teléfono en casa por descuido y mi marido se enteró de que estaba yendo a reuniones otra vez. Me envió un mensaje en el que me preguntaba: «¿Por qué sigues en contacto con ellos? ¿Por qué vas a reuniones a escondidas?». Estaba tan enfadada como preocupada cuando vi estos mensajes, pero luego rememoré mis últimas experiencias: cómo, cada vez que mi esposo trataba de interponerse en mi camino o agobiarme, siempre cedía, me retiraba o me sentía negativa y débil, y que mi mayor carencia era la capacidad de confiar en Dios y dar testimonio de Él. Sabía que esta vez no podía rendirme ante Satanás. Confiaría en Dios, recurriría a Él, vencería a Satanás con fe y me mantendría firme en el testimonio de Dios. Recordé algunas de Sus palabras: «No importa dónde o cuándo, o cuán adverso sea el entorno, Yo te mostraré claramente y Mi corazón te será revelado si me miras con tu corazón; de esta forma correrás el camino que tienes por delante, y nunca te perderás» (‘Capítulo 13’ de Declaraciones de Cristo en el principio en «La Palabra manifestada en carne»). Entonces oré a Dios: «Dios mío, Tú ya me has elegido para que siga Tus huellas. Si no busco con todas mis fuerzas, si me someto a las fuerzas de Satanás, perderé la oportunidad de salvarme. Oh, Dios, deseo encomendarte mis dificultades actuales. Aunque mi esposo le hable a mi familia o al pastor sobre mi fe en Dios Todopoderoso o me haga cualquier otra cosa, me someteré a Ti. Esta vez me ampararé en Ti para mantenerme firme en el testimonio de Ti y humillar a Satanás».

Después de orar, poco a poco empecé a estar mucho más tranquila. Tomé el teléfono y le envié una respuesta: «Sí, de nuevo asisto a reuniones. Sentémonos a hablarlo en persona mañana por la noche». Una vez enviado el mensaje, todavía sentía que estaba siendo refinada: ¿Por qué me perturban cada vez que quiero buscar en serio la verdad? En ese momento me vino a la mente la experiencia de Job, que las hermanas habían compartido conmigo muchas veces, y también recordé lo manifestado por Dios: «¿Y qué hizo Dios cuando Job fue sometido a este tormento? Observó, vio y esperó el desenlace. ¿Cómo se sentía mientras observaba y miraba? Apesadumbrado, por supuesto» (‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en «La Palabra manifestada en carne»). Sopesé las palabras de Dios y recapacité sobre la experiencia de Job. Se pasó la vida temiendo a Dios y evitando el mal, pero a Satanás no le complacía que Dios conquistara a Job, por lo que lo tentó muchas veces. Sin embargo, mientras Satanás tentaba a Job, Dios lo observaba y vigilaba todo y le puso a Satanás un límite estricto: no podría quitarle la vida a Job, con lo cual le garantizó a este su seguridad. Comprobé que Dios aprecia a las personas y no quiere que suframos ni caigamos bajo la influencia de Satanás y que este nos haga daño. Además, el hecho de que Dios permitiera que Satanás tentara a Job encerraba Su benévola voluntad. Dios tenía la esperanza de que Job diera testimonio de Él y de perfeccionar la fe de Job y su obediencia hacia Él. ¿No era precisamente esa la situación en que me hallaba yo? Aunque Satanás me tentó una y otra vez, Dios jamás me abandonó y me había guiado hasta entonces. Dios dispuso esas circunstancias con la esperanza de que madurara en la vida, me mantuviera firme en el testimonio de Él y humillara a Satanás, por lo que sabía que en aquel momento tenía que luchar por mantenerme firme en el testimonio de Dios y humillar a Satanás. Una vez más, sentí una mayor fe en Dios y estaba decidida a someterme a lo que Él había dispuesto, a permanecer a Su lado y no hacer concesiones a Satanás nunca más.

La noche siguiente, cuando llegué a casa del trabajo, mi marido ya estaba allí esperándome. Cuando me senté, me dijo: «¿Puedes renunciar a tu fe en Dios Todopoderoso?». Luego se puso a hablarme de todo tipo de propaganda negativa que había visto en Internet sobre la Iglesia de Dios Todopoderoso. Mi respuesta fue: «No, no puedo. ¿Qué sabes realmente de la Iglesia de Dios Todopoderoso? Todo lo que has visto en Internet son meros rumores inventados por el Gobierno del PCCh para difamar, calumniar y condenar a la Iglesia de Dios Todopoderoso. Nada de eso es cierto. El PCCh es un partido político ateo que, en concreto, odia la verdad y a Dios, por lo que hace todo lo posible por inventar y difundir todo tipo de rumores para engañar al pueblo. Espera en vano embaucarlo para que se oponga a Dios y acabe destruido con ellos. Esa es la siniestra intención del Gobierno del PCCh. Sin embargo, yo no he hecho nada malo por creer en Dios ni nada para defraudarte. Mi senda de fe es la correcta en la vida y he optado por continuar en ella. Ya lo he pensado lo suficiente y he decidido que adelante, puedes llamar al pastor y a los predicadores para que me condenen en sus sermones y luego me expulsen de la iglesia. También puedes llamar a mis padres para que se metan conmigo y me agobien. No obstante, hagas lo que hagas, no cambiaré de idea. Ya he aceptado la obra de Dios de los últimos días y, gracias a la lectura de las palabras de Dios y a las situaciones dispuestas por Él, tengo la certeza de que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús retornado. Defenderé mi decisión pase lo que pase». Mi marido me dijo: «Te das cuenta de que estás traicionando al Señor, ¿verdad? El Señor te ha otorgado una enorme gracia. ¿Cómo has podido traicionarlo?». Yo señalé: «Creer en Dios Todopoderoso no es traicionar al Señor, sino seguir las huellas del Cordero, pues Dios Todopoderoso y el Señor Jesús son el mismo Dios. Precisamente por haber gozado tanto de la gracia del Señor Jesús, cuando me enteré de que ya había regresado supe que debía investigarlo, y después lo acepté. El Señor Jesús ya ha regresado encarnado para declarar nuevas palabras y explicar la totalidad de la obra y la voluntad de Dios. He oído la voz de Dios, por lo que debo trabajar aún más en mi búsqueda, ir a más reuniones y devolver a Dios Su amor por mí». Al final, mi esposo contestó: «¡Bueno, olvídalo! ¡Haz lo que quieras! Iba a decirle al pastor que te convenciera de que volvieras a la iglesia e iba a llamar a tus padres también, pero tenía miedo de que se disgustaran tanto que se pusieran enfermos. De ahora en adelante, cree en lo que quieras; yo no me voy a meter».

Estaba exultante al oír decir a mi esposo que ya no obstaculizaría mi fe en Dios Todopoderoso. Sabía que esto se debía a la guía de Dios y que el corazón y la mente de mi marido también estaban en las manos de Dios. Que semejantes palabras salieran de su boca era consecuencia del gobierno de Dios; era Dios quien me había allanado el camino. Con esta experiencia comprobé que Dios quiere mi corazón y, cuando realmente confío en Él, recurro a Él y lo arriesgo todo por satisfacerlo, veo Sus actos y que siempre me ha guiado y ayudado en silencio. Recordé Sus palabras: «Siempre que Satanás corrompe al hombre o se implica en un daño desenfrenado, Dios no está por ahí ocioso ni tampoco se echa a un lado, ni hace la vista gorda con aquellos que Él ha elegido. A Dios le queda muy claro todo lo que Satanás hace, y lo entiende perfectamente. Independientemente de lo que haga, de la corriente que provoque su acción, Dios sabe todo lo que él está intentando hacer y no abandona a Sus elegidos. En cambio, sin llamar la atención, en secreto, silenciosamente, Dios hace todo lo necesario» (‘Dios mismo, el único VI’ en «La Palabra manifestada en carne»). Me conmovió mucho la meditación de estas palabras. Pensé en lo que había vivido en aquella época: cuando Satanás utilizó a mi esposo para perturbarme y agobiarme con el fin de impedirme ir a reuniones, Dios me permitió descubrir las trampas de Satanás y salir de mi negatividad gracias a las enseñanzas de los hermanos y hermanas sobre las palabras de Dios; cuando mi esposo me escondió el libro de Sus palabras y trató de impedirme que creyera, confié en Él y recurrí a Él de forma sincera, entonces presencié Sus maravillosos actos; una vez que decidí permanecer junto a Dios y estuve dispuesta a arriesgarlo todo por seguirlo, Satanás fue humillado y se retiró. Con mis experiencias comprendí que Dios verdaderamente está de mi parte y dispone las cosas en función de mi estatura. Dios no me dio una carga que no pudiera soportar. Recordé cómo en el pasado, antes de entregar sinceramente mi corazón a Dios, siempre estaba preocupada por los afectos carnales, me apoyaba en los medios humanos para hacer frente a los problemas y no me atrevía a abandonar a Satanás. En consecuencia, Satanás explotó mi punto más débil, aprovechando para atacarme una y otra vez y atormentarme hasta el infinito. Sin embargo, cuando realmente confié en Dios y estuve dispuesta a arriesgarlo todo, Él me abrió un camino y Satanás fue humillado en la derrota sin posibilidad alguna. Tras pasar por todo esto llegué a entender verdaderamente la omnipotencia y soberanía de Dios, así como mi propio carácter rebelde. Aumentaron mi fe y obediencia a Dios, aprendí a discernir las tramas de Satanás y vi su naturaleza maligna y despreciable. Surgió en mí un auténtico odio hacia él. Logré comprender todo esto gracias a la guía y el esclarecimiento de Dios. ¡Le estoy sinceramente agradecida!

Obtuve una gran cosecha de lo que viví en aquella época. Durante la misma experimenté la debilidad y la negatividad, pero la guía de las palabras de Dios y el apoyo y la ayuda de mis hermanas me dieron la fe para vencer las tentaciones y los ataques de Satanás y para continuar hasta el día de hoy. Con mis experiencias prácticas he percibido el amor de Dios y que Él me ha guiado y en ningún momento se ha apartado de mi lado. Cuando entregamos sinceramente nuestro corazón a Dios, recurrimos a Él y nos amparamos en Él, podemos contemplar Sus maravillosos actos y salir del sufrimiento. ¡A partir de hoy únicamente deseo experimentar más la obra de Dios y aspirar a conocerlo de verdad!

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Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com

¿Cuál es el misterio del “Relámpago Oriental”?

Dios Todopoderoso dice: Estoy llevando a cabo Mi obra por todo el universo y en el oriente se producen choques interminables como de truenos que sacuden a todas las naciones y denominaciones.

El surgimiento del “Relámpago Oriental” ha conmocionado a todo el mundo religioso y a todos los que creen verdaderamente en Dios y que anhelan la verdad. Al buscarlo e investigarlo, muchas personas determinan que Dios Todopoderoso es la venida del Señor Jesús y han regresado a Su lado. Solo han transcurrido más de 20 años, la obra del Relámpago Oriental se ha extendido por todo el continente de China y ha perfeccionado un grupo de vencedores, y ahora que se está propagando rápidamente a todas partes del mundo. Esto es el cumplimiento de la profecía del Señor Jesús: “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:27). Entonces, ¿qué es el “Relámpago Oriental”? Y ¿qué misterio hay él?

Dios Todopoderoso dice: “Cuando todas las personas prestan atención, cuando todas las cosas son renovadas y revividas, cuando cada persona se somete a Dios sin reparos y está dispuesta a asumir la pesada responsabilidad de la carga de Dios, es cuando el relámpago oriental surge, iluminando todo desde el este hasta el oeste, aterrorizando a toda la tierra con la llegada de esta luz; y en este momento, Dios una vez más comienza Su nueva vida. […] Lo que quiere decir que en el este del mundo, desde que el testimonio de Dios mismo comienza hasta que Él comienza a obrar, hasta que la divinidad comienza a ejercer el poder soberano a través de la tierra, este es el rayo brillante del relámpago oriental, que siempre ha brillado hacia todo el universo. Cuando los países en la tierra se conviertan en el reino de Cristo es cuando todo el universo será iluminado. Ahora es el tiempo en que el relámpago oriental surge: Dios encarnado comienza a obrar y, además, habla directamente en divinidad. Se puede decir que cuando Dios comienza a hablar en la tierra es cuando el relámpago oriental aparece. Más precisamente, cuando el agua viva fluye del trono —cuando las declaraciones del trono comienzan— es precisamente cuando las declaraciones de los siete Espíritus comienzan formalmente”.

“Estoy llevando a cabo Mi obra por todo el universo y en el oriente se producen choques interminables como de truenos que sacuden a todas las naciones y denominaciones. Es Mi voz la que ha guiado a todos los hombres al presente. Haré que todos los hombres sean conquistados por Mi voz, que caigan en esta corriente y se sometan ante Mí, porque desde hace mucho tiempo he recuperado Mi gloria de toda la tierra y la he emitido nuevamente en el oriente. […] El relámpago destella desde el oriente hasta el occidente. Mis palabras son tales que el hombre se resiste a renunciar a ellas y, al mismo tiempo, las encuentra insondables, pero se regocija aún más en ellas. Al igual que un recién nacido, todos los hombres se alegran y regocijan, celebrando Mi llegada. Por medio de Mi voz, traeré a todos los hombres delante de Mí. A partir de entonces, entraré formalmente a la raza de los hombres para que ellos vengan a adorarme. Con la gloria que irradio y las palabras en Mi boca, haré que todos los hombres se presenten ante Mí y vean que el relámpago destella desde el oriente, […] Porque he resucitado hace mucho tiempo, me he alejado del seno de la humanidad y reaparecido luego con gloria entre los hombres. Soy Aquel que fue adorado en eras innumerables antes de ahora y también soy el infante abandonado por los israelitas en eras innumerables antes de ahora. ¡Además, soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era actual!”.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne

De las palabras de Dios, se ve que las palabras y la obra de los últimos días de Dios son como el relámpago que sale del oriente. “Relámpago” se refiere a la gran luz y a las palabras de Dios, es decir, el camino que Dios castiga y juzga al hombre en los últimos días. “Sale del oriente” se refiere a que surge de China; “resplandece hasta el occidente” significa destellar al oeste; “la venida del Hijo del Hombre” indica que Dios encarnado primero se aparece y lleva a cabo la obra en el este, China para perfeccionar un grupo de personas que tienen verdadero conocimiento de Dios, los vencedores que el Apocalipsis predice. Y luego Dios extiende Su evangelio al oeste a través de este grupo de personas, para que todas las personas obtengan Su salvación de los últimos días. Ahora Sus palabras se han cumplido, esto es una realidad que todas personas ya han visto. La obra del Relámpago Oriental nos permite recibir el amor y la salvación que Dios le ha dado a la humanidad, conocer el verdadero rostro de Dios, y tener el verdadero temor y adoración a Dios. Las palabras de Dios es como un rayo, trayendo luz y esperanza al hombre. Todos los que aceptan el Relámpago Orienta puede dar testimonio de esto.

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

¿Qué es el arrebatamiento antes del desastre? ¿Qué es un vencedor que es hecho antes del desastre?

“Ser arrebatado” no es ser tomado de un lugar bajo para ser colocado en un lugar alto, como las personas imaginan. Esto es un tremendo error. Ser arrebatado se refiere a Mi predeterminación y Mi selección.

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¿Qué es el arrebatamiento antes del desastre? ¿Qué es un vencedor que es hecho antes del desastre?

Las palabras relevantes de Dios:

“Ser arrebatado” no es ser tomado de un lugar bajo para ser colocado en un lugar alto, como las personas imaginan. Esto es un tremendo error. Ser arrebatado se refiere a Mi predeterminación y Mi selección. Va dirigido a todos los que Yo he predestinado y escogido. Todos los que han ganado el estatus de hijo primogénito, el estatus de los hijos o del pueblo, todos son aquellos que han sido arrebatas. Esto es sumamente incompatible con las nociones de las personas. Aquellas que tengan participación en Mi casa en el futuro son personas que han sido arrebatadas delante de Mí. Esto es absolutamente cierto, nunca cambia y nadie lo puede refutar. Este es el contraataque contra Satanás. Todo aquel a quien Yo predestiné será arrebatado delante de Mí.

de ‘Capítulo 104’ de Declaraciones de Cristo en el principio en “La Palabra manifestada en carne”

La iglesia de Filadelfia ha tomado forma y esto se ha debido por completo a la gracia y misericordia de Dios. Los santos han presentado su amor por Dios y nunca han vacilado de su senda espiritual. Son firmes en la creencia de que el único Dios verdadero se ha hecho carne, que Él es la Cabeza del universo que manda todas las cosas; ¡esto es confirmado por el Espíritu Santo y se corrobora mediante una prueba irrefutable! ¡Nunca puede cambiar!

[…]

Hoy Tú has completado todas las iglesias —la iglesia de Filadelfia— que es la realización de Tu plan de gestión de 6.000 años. Los santos ahora pueden ser humildemente obedientes ante Ti; están conectados entre sí en espíritu y se acompañan los unos a los otros en amor. Están conectados al origen de la fuente. El agua viva de la vida fluye sin cesar y limpia y purga toda la inmundicia y el cieno en la iglesia, purificando una vez más Tu templo. Nosotros hemos conocido al verdadero Dios práctico, caminado dentro de Sus palabras, reconocido nuestras propias funciones y deberes y hecho todo lo posible por entregarnos a la iglesia. Debemos tomar cada momento para guardar silencio ante Ti y prestar atención a la obra del Espíritu Santo para que Tu voluntad no sea bloqueada en nosotros. Entre los santos hay un amor mutuo y las fortalezas de algunos compensarán los fracasos de otros. Pueden caminar en el espíritu en todo momento y obtener el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo; ponen la verdad en práctica inmediatamente después de entenderla; mantienen el paso con la nueva luz y siguen los pasos de Dios.

[…]

Coopera de manera activa con Dios, sirve en coordinación y conviértete en uno, satisface la voluntad de Dios Todopoderoso, apresúrate en convertirte en un cuerpo espiritual santo, pisotea a Satanás y termina su destino. La iglesia de Filadelfia ha sido arrebatada enfrente de Dios y se manifiesta en la gloria de Dios.

de ‘Capítulo 2’ de Declaraciones de Cristo en el principio en “La Palabra manifestada en carne”

Cuando Él venga, las personas deberían disfrutar de Su majestad y de Su ira, pero, por muy duras que sean Sus palabras, Él viene a salvar y a perfeccionar a la humanidad. Como criaturas, las personas deberían cumplir las obligaciones que son su deber, y mantenerse como testigos de Dios en medio del refinamiento. En cada prueba deberían conservar el testimonio oportuno, y dar un testimonio resonante por Dios. Esto es un vencedor. Independientemente de cómo te refine Dios, te mantienes lleno de confianza y nunca pierdes la confianza en Él. Haz lo que el hombre debería hacer. Esto es lo que Dios exige del hombre, y su corazón debería ser capaz de regresar por completo a Él y acudir a Él en cada momento. Esto es un vencedor. Aquellos a los que Dios alude como vencedores son los que siguen siendo capaces de mantenerse como testigos, de conservar su confianza, y su devoción a Dios cuando están bajo la influencia de Satanás y bajo su asedio, es decir, cuando están entre las fuerzas de las tinieblas. Si sigues siendo capaz de mantener un corazón puro y tu amor genuino por Dios pase lo que pase, te mantienes como testigo ante Él, y esto es a lo que Él se refiere como ser un vencedor.

de ‘Debes mantener tu lealtad a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne

Como alguien que cree en Dios, debes entender que, en la actualidad, al recibir la obra de Dios en los últimos días y toda la obra del plan de Dios en ti, en verdad has recibido una inmensa exaltación y la salvación de Dios. Toda la obra de Dios en el universo entero se ha centrado en este grupo de personas. Él ha dedicado todos Sus esfuerzos a vosotros y ha sacrificado todo por vosotros; Él ha reclamado y os ha dado toda la obra del Espíritu en todo el universo. Por eso es que os digo que sois afortunados. Más aun, Él ha trasladado Su gloria de Israel, Su pueblo elegido, a vosotros, con el fin de lograr que el propósito de Su plan se manifieste completamente a través de vuestro grupo de personas. Por lo tanto, vosotros sois los que vais a recibir la herencia de Dios y, es más, vosotros sois los herederos de la gloria de Dios. Tal vez todos recordáis estas palabras: “Debido a esta leve aflicción, que sólo dura un instante, funciona para nosotros como la relevancia de la gloria cada vez más superior y eterna”. En el pasado, todos habéis oído esta sentencia, sin embargo, nadie comprendió su verdadero significado. Hoy en día, conocéis bien el verdadero significado que posee. Estas palabras reflejan lo que Dios logrará en los últimos días. Y serán cumplidas en aquellos cruelmente afligidos por el gran dragón rojo en la tierra donde este se encuentra. El gran dragón rojo persigue a Dios y es el enemigo de Dios, por lo que, en esta tierra, los que creen en Dios son sometidos a humillación y persecución. Es por ello que estas palabras se volverán ciertas en vuestro grupo de personas. A medida que la obra se lleva a cabo en una tierra que se opone a Dios, toda Su obra se encuentra con un obstáculo desmesurado, y muchas de Sus palabras no pueden cumplirse en el momento oportuno, por lo que la gente es refinada a causa de las palabras de Dios. Esto también es un elemento de sufrimiento. Es muy arduo para Dios llevar a cabo Su obra en la tierra del gran dragón rojo, pero es a través de esta dificultad que Dios realiza una etapa de Su obra para manifestar Su sabiduría y acciones maravillosas. Dios aprovecha esta oportunidad para hacer que este grupo de personas sean completadas. Debido al sufrimiento de la gente, su calibre, y todo el carácter satánico de la gente en esta tierra impura, Dios lleva a cabo Su obra de purificación y conquista, de manera que, al hacerlo así, Él pueda obtener la gloria y ganarse a los que defienden Sus obras. Este es el significado completo de todos los sacrificios que Dios ha hecho por este grupo de personas.

de ‘¿Es la obra de Dios tan sencilla como el hombre imagina?’ en “La Palabra manifestada en carne”

El hombre será hecho completamente perfecto en la Era del Reino. Después de la obra de conquista, el hombre estará sujeto al refinamiento y la tribulación. Los que puedan vencer y mantenerse el testimonio durante esta tribulación son los que al final serán hechos completos; son los vencedores. Durante esta tribulación al hombre se le exige aceptar este refinamiento y este refinamiento es la última vez de la obra de Dios. Es la última vez que el hombre será refinado antes de la consumación de toda la obra de la gestión de Dios y todos los que sigan a Dios deben aceptar esta prueba final, deben aceptar este último refinamiento. Los que son asediados por la tribulación no tienen la obra del Espíritu Santo y la guía de Dios, pero los que han sido realmente conquistados y ciertamente buscan a Dios, al final se mantienen firmes; son los que poseen una humanidad y que verdaderamente aman a Dios. No importa qué haga Dios, estos victoriosos no serán despojados de las visiones y seguirán poniendo en práctica la verdad sin fallar en su testimonio. Son los que al final emergerán de la gran tribulación.

de ‘La obra de Dios y la práctica del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”

Ya he dicho antes que un grupo de vencedores será ganado del Este, vencedores que proceden de la gran tribulación. ¿Qué significan estas palabras? Quieren decir que estas personas que han sido ganadas sólo obedecieron de verdad después de pasar por el juicio y el castigo, de ser tratados y podados, y de todo tipo de refinamiento. La creencia de estas personas no es imprecisa ni abstracta, sino práctica. No han visto señales y prodigios ni milagros; no hablan de letras y doctrinas incomprensibles ni de percepciones profundas, sino que tienen realidad y las palabras de Dios, y un conocimiento verdadero de Su realidad.

de ‘Todo se realiza por la palabra de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

Fragmentos de sermones y comunicaciones para referencia:

A los que Dios salvará, son traídas de vuelta en grupos. El primer grupo son los de China continental; el segundo grupo son los que están en el extranjero. Los que están en el extranjero están comenzando a volverse hacia Dios. El tercer grupo son aquellos que, después de que los grandes desastres ocurran, reaccionarán y regresarán ante Dios en medio de los desastres. Serán muchos los que serán arrebatados y regresen ante Dios antes de los desastres. Actualmente, la obra de ser arrebatados antes de los grandes desastres está llegando rápidamente a su fin. ¿A qué se refiere que “está llegando rápidamente a su fin”? ¿Por qué diría yo esto? Lo digo porque los grandes desastres llegarán pronto. Si los grandes desastres llegan en dos años, los que vuelvan a Dios durante estos dos años también serán considerados como parte del grupo que será arrebatado antes de los desastres. En cuanto a aquellos que no regresen a Dios durante estos dos años, otras personas les difundieron el evangelio y les dieron testimonio de la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días, pero sin embargo lo niegan de plano: “¡Esto es incorrecto, de ninguna manera! No creeré en nada que yo no haya visto con mis propios ojos”. Sin importar los que otros digan, ellos todavía se niegan a aceptarlo. Dios colocará a estas personas justo en medio de los desastres. Él usará los desastres para refinarlas y castigarlas, para que giman y rechinen sus dientes en el centro de los desastres, dentro de la oscuridad.

de “Sermones y comunión acerca de la entrada a la vida (serie 133)”

“¿Por qué crees en Dios Todopoderoso? ¿Cuál es el significado de creer en Dios Todopoderoso?”. Esto es importante que se entienda. Algunas personas reflexionan: “Originalmente creía en el Señor Jesús. Ahora he oído un testimonio tan diáfano de la verdad de la Biblia por parte de los evangelizadores de la Iglesia de Dios Todopoderoso. En particular, he oído las declaraciones de Dios Todopoderoso, que son toda verdad y puedo oír que son la voz de Dios. Han cumplido perfectamente lo que está escrito en el Apocalipsis: ‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias’ (Apocalipsis 2:7). Después de oír todas las declaraciones de Dios Todopoderoso, he confirmado una cosa: el Señor Jesús ha regresado y Él es Dios Todopoderoso”. Nosotros, los creyentes en Dios Todopoderoso, pertenecemos al grupo de personas que serán arrebatadas por el Señor. Esto ha cumplido con precisión las profecías del Señor Jesús que aparecen en la Biblia: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6), y “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). “He aquí, vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela y guarda sus ropas, no sea que ande desnudo y vean su vergüenza” (Apocalipsis 16:15). Ya que se han cumplido las profecías del Señor, estamos ahora cenando con Él. En la Biblia, el Señor Jesús lo llamó “la cena de bodas del Cordero”. ¿Qué significa “la cena de bodas del Cordero”? ¿Por qué se llama “la cena de bodas del Cordero”? “El Cordero” es Cristo, y “las bodas del Cordero” significa que Cristo viene a hacer completo a un grupo de personas. Antes del desastre, Él transformará en vencedores a Sus ovejas, aquellos que fueron predestinados por Él; por tanto, a esto se le llama “asistir a la cena”. El “matrimonio” consiste en adquirir y, después de eso, nos convertimos en una familia. Por tanto, algunas interpretaciones de esta escritura se refieren a Cristo como el novio y a la Iglesia como la novia. A esto se le llama boda y significa adquirir algo. Hablando de adquirir, esto se relaciona con la obra del juicio y castigo de Dios en los últimos días, que es la obra de juicio que comienza por la casa de Dios. Pasar por esta obra significa, primero ser conquistado por Dios y, después, ser limpiado, perfeccionado, ganado y hecho completo; la obra de juicio que comienza desde la casa de Dios es esa obra. Después de que las personas hayan pasado por la obra de Dios en los últimos días y se hayan vuelto compatibles con Cristo, la obra de juicio que comienza desde la casa de Dios llegará a su fin. Una vez que se haya completado, el grupo de personas que han sido hechas completas es el grupo de vencedores que han sido creados antes del desastre. ¿Cuál es la posición de los vencedores en el reino de Dios? Ellos son los pilares del reino de Cristo. Estos vencedores creados por Dios antes de los desastres, se convertirán en los pilares del reino de Cristo. ¿Acaso no pensáis que esta es una enorme bendición? Esta es una enorme bendición.

de “Sermones y comunión acerca de la entrada a la vida (serie 130)”

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Devocional cristiano de hoy: Catástrofes frecuentes: cómo ser vírgenes prudentes a la hora de recibir al Señor

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20)

Devocional cristiano de hoy: Catástrofes frecuentes: cómo ser vírgenes prudentes a la hora de recibir al Señor

El Señor Jesús dijo: “Y habréis de oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores” (Mateo 24:6-8). Un creciente número de catástrofes está teniendo lugar actualmente en todo el mundo: el coronavirus en Wuhan, las langostas en África, los incendios forestales en Australia y otros desastres han eclosionado uno tras otro. También han aparecido las cuatro lunas de sangre. Las profecías de la venida del Señor se han cumplido en lo fundamental; el Señor ya tiene que haber regresado. A muchos creyentes en el Señor les preocupa la siguiente cuestión: ¿Cómo podemos convertirnos en vírgenes prudentes a la hora de recibir el regreso del Señor? El Señor Jesús dijo una vez: “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas” (Mateo 25:1-4). Vemos en las Escrituras que las vírgenes prudentes prepararon aceite para sus lámparas y esperaron con veneración la venida del Señor. Al final pudieron recibirlo y asistir al banquete del reino de los cielos. Por eso muchos hermanos y hermanas creen que, siempre que lean sistemáticamente las escrituras, asistan a reuniones, asuman de manera diligente el trabajo para el Señor y aguarden con veneración, habrán preparado el aceite, serán vírgenes prudentes y el Señor los ascenderá al reino de los cielos cuando venga. Sin embargo, esta ha sido nuestra práctica durante muchos años y ahora han llegado todo tipo de catástrofes, pero aún tenemos que recibir al Señor. Esto no nos deja más opción que reflexionar para preguntarnos: ¿Trabajar para el Señor de manera tan diligente significa ser una auténtica virgen prudente? ¿Podremos recibir al Señor y ser ascendidos antes de la tribulación?

Leyendo las Escrituras, orando y trabajando de manera diligente para el Señor, ¿nos convertimos en vírgenes prudentes?

Recordemos a los escribas, los sumos sacerdotes y los fariseos. Todos ellos eran muy eruditos de las Escrituras y sus familias habían servido a Dios durante generaciones. Obedecían estrictamente la ley, cumplían los mandamientos, trabajaban de manera diligente e incluso viajaban por todo el mundo para difundir el evangelio de Dios. Puede decirse que trabajaron mucho, soportaron no pocos sufrimientos y aguardaron con veneración la llegada del Mesías. Según nuestras nociones y fantasías, ellos deberían haber sido las vírgenes prudentes que prepararan el aceite; deberían haber sido más aptos que nadie para recibir al Señor y obtener Su salvación y Su gracia. Sin embargo, ¿cuál fue la realidad? Cuando el Señor Jesús se hizo carne para venir a realizar Su obra, estas personas no solo no lo reconocieron, sino que hasta creyeron, en función de sus nociones y fantasías, que “quien no se llame ‘Mesías’ no es Dios”. Oían de forma nítida que las palabras del Señor tenían autoridad y poder, pero, basándose en sus nociones y fantasías, condenaban la obra y las palabras del Señor Jesús porque se desviaban de las Escrituras. Con esta justificación negaban que el Señor fuera Dios mismo y también se valían de esto para juzgar al Señor Jesús y blasfemar contra Él. No tenían ni un ápice de veneración hacia Dios en su corazón; no entendieron ni buscaron ni investigaron esto. Incluso colaboraron con el Gobierno romano para crucificar al Señor Jesús y acabaron castigados por Dios. Así pues, ¿puede afirmarse que los fariseos fueron vírgenes prudentes? Solo se preocupaban de afanarse por trabajar y de respetar las leyes del Antiguo Testamento, pero no tenían el menor conocimiento de Dios; eran incapaces de oír la voz de Dios. Se les podría denominar las vírgenes más insensatas. Entonces, ¿qué es realmente una virgen prudente? Sigue leyendo para saber más.

¿Qué es una virgen prudente?

El Señor Jesús dijo una vez: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27). “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.’” (Mateo 25:6). En las Escrituras vemos que las vírgenes prudentes son capaces de recibir al novio, principalmente, porque dan gran importancia a escuchar la voz de Dios. Cuando oyen clamar que viene el novio, las vírgenes prudentes toman la iniciativa de salir a recibirlo, buscan e investigan. Al final oyen la voz de Dios en las palabras de Dios, por lo que reciben al Señor. Es igual que cuando la mujer samaritana, como consta en las Escrituras, oyó decir al Señor Jesús: “Porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad” (Juan 4:18). Se dio cuenta entonces de que solo Dios podía conocer y hablar de lo que había en su corazón. Atónita, gritó a quienes estaban allí: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿No será este el Cristo?” (Juan 4:29). Reconoció a partir de Sus palabras que el Señor Jesús era el Mesías cuya venida habían profetizado. Luego está Pedro, que mientras estuvo con el Señor comprobó que las palabras y la obra del Señor Jesús no eran cosas que un hombre normal pudiera decir y hacer. A partir de las palabras y la obra del Señor, reconoció que el Señor Jesús era Cristo, el Hijo de Dios. También Natanael, Juan, Andrés y otros oyeron la voz de Dios en las palabras del Señor Jesús. Comprendieron a ciencia cierta que el Señor Jesús era el propio Dios y lo abandonaron todo para seguirlo. Estas son las únicas vírgenes prudentes.

Los hechos anteriores evidencian que no todos aquellos que leen las Escrituras, asisten a reuniones, asumen de manera diligente el trabajo para el Señor y aguardan con veneración son vírgenes prudentes. Ante todo, las vírgenes prudentes son quienes escuchan la voz de Dios y, cuando oyen a otros difundir el evangelio de Dios, son capaces de deponer sus nociones y fantasías e investigar la obra de Dios con un humilde corazón de búsqueda. Al final obtienen esclarecimiento de Dios, reconocen Su voz y reciben al Señor. Todos aquellos que no están atentos a escuchar la voz de Dios, que no buscan ni siquiera tras oír la verdad manifestada, que carecen de discernimiento, que solo se aferran con obstinación a las palabras textuales de las Escrituras y creen que trabajando, entregándose y haciendo ofrendas podrán recibir la aparición de Dios son vírgenes insensatas que acabarán perdiendo la salvación y la gracia de Dios.

Para evitar convertirnos en vírgenes insensatas, abandonadas y descartadas por Dios en medio de las catástrofes, en este momento crucial en que hemos de recibir la venida del Señor debemos convertirnos en vírgenes prudentes y centrarnos en procurar oír la voz de Dios. Está escrito en el Libro del Apocalipsis: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Estas profecías demuestran que, cuando el Señor regrese en el fin de los tiempos, va a declarar palabras. Entonces, ¿cómo podemos discernir la voz de Dios? Hablemos a continuación de algunos principios más.

1) Las declaraciones de Dios poseen autoridad y poder y son expresión del carácter de Dios

Como todos sabemos, en el principio Dios creó el mundo con declaraciones. Las declaraciones de Dios poseen autoridad y poder; en cuanto Dios hace una declaración, esta se lleva a cabo en la realidad. Tal como dijo Dios en el Libro del Génesis: “Sea la luz. Y hubo luz” (Génesis 1:3). “Júntense en un lugar las aguas que están debajo de los cielos, y que aparezca lo seco. Y fue así” (Génesis 1:9). Dijo Jehová a Moisés: “Dirígete a toda la congregación de los hijos de Israel y diles: seréis santos, porque Yo, Jehová, vuestro Dios, soy santo” (Levítico 19:2).* También están las palabras con las que el Señor Jesús dejó en evidencia a los fariseos: “Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando” (Mateo 23:13).

Una vez que hemos oído las palabras de Dios, nos damos cuenta de que ningún ser humano normal podría decirlas. Las palabras de Dios pueden ordenar todas las cosas; estas son elaboradas y perfeccionadas por aquellas. Quienes se oponen y desobedecen a Dios también pueden ser condenados por Sus palabras. Nos asombra oírlas y podemos percibir que el carácter de Dios no tolera ofensa de ningún ser humano, que las palabras de Dios representan íntegramente Su estatus y autoridad y que en los últimos días debemos reconocer si lo que oímos es o no la voz del Señor que ha regresado. Así es como podemos recibir discernimiento.

2) Las palabras de Dios revelan misterios y dejan al descubierto la corrupción y los secretos de la humanidad

Como todos sabemos, el Señor Jesús encarnado reveló muchos misterios durante el tiempo en que vino a obrar. Por ejemplo, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17) y “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Precisamente porque el Señor reveló los misterios en torno a la entrada en el reino de los cielos sabemos que únicamente pueden entrar en él aquellos que se arrepienten verdaderamente y se convierten en hacedores de la voluntad del Padre celestial. Esto es algo que nunca hubiéramos sabido si el Señor Jesús no nos hubiera revelado este misterio.

Dios es, además, un Dios escrutador de las profundidades del corazón de las personas. Dios nos conoce exhaustivamente; solo Dios puede revelar nuestra corrupción y lo que mora en nuestro corazón. Por ejemplo, el Señor Jesús habló de cuando Natanael estaba debajo de la higuera y pudo reconocerlo a Él como el Mesías cuya venida habían profetizado. Asimismo, Mateo, el recaudador de impuestos, reconoció que el Señor Jesús era Dios porque Jesús hablaba del contenido de sus oraciones. Aquí podemos apreciar que las palabras de Dios no solo revelan misterios, sino que también dejan al descubierto la corrupción y los secretos de la humanidad; esta es otra manera de discernir si algo es la voz de Dios.

3) Las declaraciones de Dios pueden proveer sustento de vida y una senda a las personas

El Señor Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). El propio Dios es la verdad; Dios puede expresar la verdad para sustentar a la humanidad, en función de sus necesidades, en cualquier momento y lugar. En la Era de la Ley, la humanidad no sabía cómo vivir ni cómo adorar a Dios, por lo que Dios promulgó la ley por medio de Moisés para guiar a la gente en la vida. Tal como manifiestan los diez mandamientos: “Yo soy Jehová, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. No tendrás otros dioses delante de Mí” (Deuteronomio 5:6-7).* “No matarás. No cometerás adulterio. […] No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo […]” (Deuteronomio 5:17-21). Tras oír las palabras de Dios, la gente de la época sabía cómo debía vivir y adorar a Dios. Después, cuando el Señor Jesús vino a obrar y difundir el evangelio del reino de los cielos, comenzó a enseñar a las personas que debían confesar sus pecados y arrepentirse, ser tolerantes y pacientes, amar al prójimo como a sí mismas, ser la sal y la luz de la tierra, etc. De igual modo, cuando Pedro preguntó al Señor Jesús “Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” (Mateo 18:21), Jesús le dijo directamente: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete” (Mateo 18:22). Al oír estas palabras del Señor, Pedro entendió que el perdón es algo que hemos de acatar; no está condicionado ni limitado a un número de veces. Entonces tuvo Pedro una senda de práctica.

Así pues, si alguien nos da ahora la buena nueva de que el Señor ha regresado y testimonio de que el Espíritu Santo está hablando a las iglesias, podemos escuchar y valorar si es posible que este camino nos provea sustento para nuestras necesidades actuales. En este momento todos vivimos en un estado de pecado y confesión del que no podemos salir. Si las palabras que nos dicen tienen la capacidad de señalarnos una senda para que nos liberemos del pecado y alcancemos la pureza, esto significa que el Señor Jesús ha regresado. Podemos discernir la voz de Dios basándonos en este único principio.

¿Te provee esta enseñanza una senda para que te conviertas en una virgen prudente y recibas al Señor? Espero que la compartas con otras personas si te ha sido útil. Mi deseo es que todos nos convirtamos en vírgenes prudentes que, de todo corazón, busquen y escuchen atentamente la voz del Señor. ¡Que pronto recibamos Su regreso y asistamos al banquete con Él!

Unas citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Música cristiana 2020 | Los sentimientos sinceros del Creador hacia la humanidad

El Creador está siempre entre los hombres.
Habla siempre con el hombre y con toda la creación.
Y Él hace nuevos actos cada día.
Su esencia y carácter se expresan y comunican en Su diálogo con el hombre.

Música cristiana 2020 | Los sentimientos sinceros del Creador hacia la humanidad

El Creador está siempre entre los hombres.
Habla siempre con el hombre y con toda la creación.
Y Él hace nuevos actos cada día.
Su esencia y carácter se expresan y comunican en Su diálogo con el hombre.
Sus pensamientos e ideas se revelan. Sí, se muestran por completo en Sus actos.
Él acompaña y observa a la humanidad todo el tiempo,
habla en voz baja a la humanidad y a toda la creación con Sus palabras silenciosas.
Dios está en los cielos, entre Su creación.
Él vigila, Él espera. Él está a tu lado.
Sus manos son fuertes y cálidas; Sus pisadas, ligeras;
Su voz, elegante y suave; Su forma pasa y se vuelve, abraza a la humanidad.
Hermoso y amable, así es Su rostro. Él nunca se ha ido y nunca ha desaparecido.
Día y noche, Él está con el hombre. Él acompaña siempre a la humanidad.
Su afecto y especial cariño que Él dedica a toda la humanidad,
así como Su preocupación y amor por el hombre
se evidenciaron de forma gradual cuando Él salvó la ciudad de Nínive.
En particular, la conversación entre Jehová Dios y Jonás
dejó al descubierto la misericordia que sintió el Creador
por la humanidad que Él mismo había creado.
Con el diálogo conocerás los sinceros sentimientos de Dios por el hombre.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

Escucha más músicas cristianas y disfruta de un instante junto a Él.

Música cristiana 2020 | Ningún hombre puede hacer la obra de Dios en Su lugar

Dios mismo lleva a cabo el plan de gestión de Dios.
Y la primera etapa fue la Era de la Ley,
Dios le dio la ley al hombre a través de Moisés.
La segunda etapa fue para redimirlos a todos,
solo Dios encarnado podía completar el plan.
En la tercera etapa, toda la obra de Dios concluirá.

Música cristiana 2020 | Ningún hombre puede hacer la obra de Dios en Su lugar

I
Dios mismo lleva a cabo el plan de gestión de Dios.
Y la primera etapa fue la Era de la Ley,
Dios le dio la ley al hombre a través de Moisés.
La segunda etapa fue para redimirlos a todos,
solo Dios encarnado podía completar el plan.
En la tercera etapa, toda la obra de Dios concluirá.
Solo Dios puede Su obra hacer, ningún hombre puede tomar Su lugar.
Solo Dios puede Su obra hacer desde el principio hasta hoy.
Aunque cada etapa se lleva a cabo en diferentes eras y lugares,
toda la obra la hizo un solo Dios.
Lo que el hombre más debe saber.
Solo Dios puede Su obra hacer, solo Dios puede Su obra hacer,
solo Dios puede Su obra hacer.
II
Dios mismo lleva a cabo Su plan de gestión.
Redimió al hombre, luego lo conquista y perfecciona.
Y para que Él derrote a Satanás, se gane a la humanidad y le dé una vida normal,
Él obra entre los hombres y los lidera;
y todo Su plan de gestión, Él mismo debe hacer.
Solo Dios puede Su obra hacer, ningún hombre puede tomar Su lugar.
Solo Dios puede Su obra hacer desde el principio hasta hoy.
Aunque cada etapa se lleva a cabo en diferentes eras y lugares,
toda la obra la hizo un solo Dios.
Lo que el hombre más debe saber.
Solo Dios puede Su obra hacer.
III
Jehová hizo al hombre, por su especie lo ordenó.
En los últimos días, Él obrará
y a todos clasificará, nadie podría tomar Su lugar.
Los tres pasos de la obra son cómo Dios guía a la humanidad.
Cuando concluyan las etapas, todo estará bajo Su dominio.
Solo Dios puede Su obra hacer, ningún hombre puede tomar Su lugar.
Solo Dios puede Su obra hacer desde el principio hasta hoy.
Aunque cada etapa se lleva a cabo en diferentes eras y lugares,
toda la obra la hizo un solo Dios.
Lo que el hombre más debe saber.
Lo que el hombre más debe saber.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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Tendrán un camino a seguir confiando en Dios

Dios dice: “Debes ser proactivo en cooperar conmigo; sé diligente y nunca perezoso. Siempre está en comunión conmigo y ten una intimidad más profunda conmigo.

En la vida, a menudo nos encontramos con cosas que no están conformes a nuestros deseos, tales como el trabajo inadecuado, la enfermedad y la caída en el desastre, etc. Estas cosas nos hacen sentir muy dolorosos e indefensos, entonces, ¿qué debemos hacer?

Dios dice: “Debes ser proactivo en cooperar conmigo; sé diligente y nunca perezoso. Siempre está en comunión conmigo y ten una intimidad más profunda conmigo. Si no entiendes, no seas impaciente por los resultados rápidos. No es que no te diré; quiero ver si confías en Mí cuando estás en Mi presencia y si dependes de Mí con confianza. Siempre debes permanecer cerca de Mí y poner todos los asuntos en Mis manos. No regreses en vano. Después de estar cerca de Mí por un período de tiempo sin saberlo, Mis intenciones te serán reveladas. Si las captas, entonces estarás realmente cara a cara conmigo y verdaderamente habrás encontrado Mi rostro. Estarás bastante claro y estable en tu interior y tendrás algo en qué confiar, y también tendrás poder además de confianza. También tendrás una senda adelante y todo te resultará fácil” (De “Declaraciones de Cristo en el principio: Capítulo 9” en “La Palabra manifestada en carne”).

Al leer las palabras de Dios, entendemos que cuando nos encontramos con cosas insatisfactorias o vivimos en dolor, debemos aprender a estar en silencio ante Dios, orar más y buscar la voluntad de Dios, para que podamos obtener la iluminación y la guía de Dios, y que nos haga tener un camino a seguir.

Si quiere conocer más, por favor lea: Cómo fortalecer la fe