Relámpago Oriental | La Iglesia de Dios Todopoderoso surgió en China por la obra de la segunda venida del Señor Jesús, el Cristo de los últimos días, "Dios Todopoderoso", y no es establecida por ninguna persona. Cristo es la verdad, el camino y la vida. Después de leer la palabra de Dios, verás que Dios ha aparecido.
La protagonista es una médica que cree que hay que alcanzar el éxito y el reconocimiento para llevar una vida digna y con sentido. Para superar a sus compañeros trabaja y estudia día y noche durante más de una década, a veces 24 horas seguidas sin parar, con el temor constante de cometer un error durante una operación y echar a perder su reputación.
Testimonios de la vida de la iglesia te trae experiencias reales de cristianos juzgados por medio de las palabras de Dios Todopoderoso y sus testimonios al comprender la verdad, conocer a Dios y transformar su carácter corrupto. Aprende qué es el verdadero arrepentimiento y descubre la senda de purificación y entrada en el reino de los cielos.
La protagonista es una médica que cree que hay que alcanzar el éxito y el reconocimiento para llevar una vida digna y con sentido. Para superar a sus compañeros trabaja y estudia día y noche durante más de una década, a veces 24 horas seguidas sin parar, con el temor constante de cometer un error durante una operación y echar a perder su reputación. El exceso de trabajo y el tremendo estrés le provocan insomnio, dolor de estómago, inflamación de vesícula y otras dolencias que le causan un sufrimiento insoportable. No comprende por qué se ha pasado la vida superando a los demás solo para terminar con una tristeza y un dolor inmensos. Se pregunta: ¿Cómo se puede vivir con sentido? Hasta que no acepta el evangelio de Dios Todopoderoso de los últimos días no entiende que la reputación y la fortuna son herramientas con las que Satanás corrompe y hace daño a la gente. Logra comprender que únicamente se puede vivir con sentido si uno obedece los planes y disposiciones de Dios, aspira a conocerlo y cumple con el deber de un ser creado.
Hay algunas personas cuya creencia nunca ha sido reconocida en el corazón de Dios. En otras palabras, Él no reconoce a estas personas como seguidores suyos, porque no elogia su creencia. Independientemente de cuántos años hayan seguido a Dios, sus ideas y opiniones nunca han cambiado.
Palabras diarias de Dios | Fragmento 19 | «Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra»
Esas personas que Dios no reconoce Hay algunas personas cuya creencia nunca ha sido reconocida en el corazón de Dios. En otras palabras, Él no reconoce a estas personas como seguidores suyos, porque no elogia su creencia. Independientemente de cuántos años hayan seguido a Dios, sus ideas y opiniones nunca han cambiado. Son como los incrédulos, se adhieren a sus principios y a su manera de hacer las cosas, a sus leyes de supervivencia y creencia. Nunca aceptaron la palabra de Dios como su vida ni creyeron que Su palabra fuera la verdad, ni tuvieron intención de aceptar Su salvación, y nunca lo reconocieron como su Dios. Consideran que creer en Dios es una especie de pasatiempo de aficionado, tratan a Dios simplemente como un sustento espiritual, por lo que no piensan que merezca la pena probar y entender Su carácter, o Su esencia. Se podría decir que todo lo que corresponde al Dios verdadero no tiene nada que ver con estas personas. No están interesadas, y no se les puede importunar para que respondan. Esto se debe a que, en lo profundo de su corazón, una voz intensa les advierte siempre: Dios es invisible e intocable, y Dios no existe. Creen que intentar entender a esta clase de Dios no merece sus esfuerzos; sería engañarse a uno mismo. Sólo reconocen a Dios de palabra y no adoptan una posición real. Tampoco hacen nada en términos prácticos, creyéndose muy listos. ¿Cómo mira Dios a estas personas? Las ve como no creyentes. Algunos preguntan: “¿Pueden leer los incrédulos la palabra de Dios? ¿Pueden cumplir con su deber? ¿Pueden pronunciar estas palabras: ‘Viviré para Dios’?”. Lo que el hombre ve con frecuencia son las demostraciones superficiales de las personas, no su esencia. Pero Dios no mira estas exhibiciones superficiales; Él sólo ve su esencia interior. Por tanto, esta es la clase de actitud y definición de Dios hacia estas personas. Con respecto a lo que ellas dicen: “¿Por qué hace esto Dios? ¿Por qué hace Dios aquello? No puedo entender esto; no puedo entender aquello; esto no se conforma a las nociones del hombre; debes explicarme…”. Mi respuesta es: ¿Es necesario explicarte este asunto? ¿Tiene este asunto algo que ver contigo? ¿Quién te crees que eres? ¿De dónde viniste? ¿Estás cualificado para darle indicaciones a Dios? ¿Crees en Él? ¿Reconoce Él tu creencia? Como esta no tiene nada que ver con Dios, ¿qué son para ti Sus acciones? ¿No sabes dónde te encuentras en el corazón de Dios, pero estás cualificado para dialogar con Él? Palabras de amonestación
¿No os sentís incómodos después de oír estas observaciones? Aunque podáis no estar dispuestos a escuchar estas palabras o aceptarlas, son realidades. Como en esta etapa de la obra es Dios quien actúa, si no te preocupas de Sus propósitos, de Su actitud, y no entiendes Su esencia y carácter, al final serás tú quien pierda. No echéis la culpa a Mis palabras porque son duras de escuchar, y no las culpéis por desinflar vuestro entusiasmo. Digo la verdad; no pretendo desanimaros. Independientemente de lo que pida de vosotros, y de la forma de hacerlo, espero que andéis por la senda correcta, y que sigáis el camino de Dios sin desviaros de él. Si no procedes de acuerdo con la palabra de Dios, y no sigues Su camino, sin lugar a dudas te estarás rebelando contra Él y te habrás desviado de la senda correcta. Así pues, siento que existen algunos asuntos que debo aclararos, para haceros creer de forma inequívoca, clara, sin un ápice de incertidumbre, y para ayudaros a conocer explícitamente la actitud de Dios, Sus propósitos, cómo perfecciona al hombre, y de qué forma establece sus desenlaces. Si llegase el día en que fueses incapaz de embarcarte en esta senda, Yo no tengo responsabilidad alguna, porque ya te habré hablado estas palabras con suma claridad. En cuanto a cómo trates tu propio desenlace, es algo que te compete por completo a ti. Dios tiene diferentes actitudes en relación a los desenlaces de los distintos tipos de personas. Él tiene Sus propias maneras de evaluar al hombre, y Su propio estándar de requisitos. Su norma de evaluación de las personas es justa para todos; ¡de esto no hay la menor duda! Por tanto, los temores de algunos son innecesarios. ¿Os sentís aliviados ahora?