Música cristiana 2020 | Acepta el juicio de Cristo de los últimos días para ser purificado
I
Tú sólo sabes que Jesús descenderá durante los últimos días,
pero ¿cómo lo hará exactamente?
Un pecador como alguno de vosotros, que acaba de ser redimido
y que no ha sido cambiado o perfeccionado por Dios,
¿puedes ser conforme al corazón de Dios?
Para ti, que aún eres del viejo ser,
es cierto que Jesús te salvó
y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios,
pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro.
¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado?
En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable,
pero sigues deseando descender con Jesús;
¡tendrías que tener tanta suerte!
Te has saltado un paso en tu creencia en Dios:
simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado.
II
Para que seas conforme al corazón de Dios,
Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte;
si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad.
De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios,
porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre,
que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento.
Y así, tú, un pecador que acaba de ser redimido,
no puedes heredar directamente la herencia de Dios.
La segunda encarnación ya no es para que sirva de ofrenda por el pecado,
sino para salvar por completo a los que fueron redimidos del pecado,
salvar por completo a los que fueron redimidos del pecado.
Esto se hace de tal forma que los perdonados
puedan ser librados de sus pecados, ser purificados completamente,
y alcanzar un cambio de carácter,
liberándose así de la influencia de las tinieblas de Satanás
y regresando delante del trono de Dios.
Sólo así puede el hombre ser plenamente santificado.
Sólo así puede el hombre ser plenamente santificado.
Sólo así puede el hombre ser plenamente santificado.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
Tras escuchar el himno ,quiero compartirle una palabra de Dios.
Dios dice: “En los últimos días, Cristo usa una diversidad de verdades para enseñarle al hombre, para revelar la esencia del hombre y analizar sus palabras y hechos. Estas palabras comprenden varias verdades, tales como, el deber del hombre, cómo debe el hombre obedecer a Dios, cómo debe el hombre ser leal a Dios, cómo debe el hombre vivir la humanidad normal, la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras se enfocan en la esencia del hombre y en su carácter corrupto. En particular, esas palabras que revelan cómo el hombre desdeña a Dios se dicen con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Cuando Dios hace la obra del juicio, no simplemente aclara la naturaleza del hombre con unas cuantas palabras, sino que lleva a cabo la revelación, el tratamiento y la poda en el largo plazo. Esas formas de revelación, tratamiento y poda no se pueden sustituir con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo esa manera de obrar se considera juicio; sólo por medio de ese juicio se puede persuadir al hombre, se le puede convencer por completo de la sumisión a Dios, y puede obtener el verdadero conocimiento de Dios. El resultado de la obra de juicio es que el hombre comprenda el verdadero rostro de Dios y la verdad de su rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre entender mucho de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que el hombre no puede entender. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir la fealdad del hombre. Todos estos efectos los produce la obra del juicio, porque la esencia de esa obra es, de hecho, la obra de inaugurar la verdad, el camino y la vida de Dios para todos los que tienen fe en Él. Esta obra es la obra de juicio que Dios hace”.
De “La Palabra manifestada en carne”