Canción cristiana | La vida del hombre está totalmente bajo la soberanía de Dios

I

Si una persona en el destino cree, pero no puede conocer;

si una persona en el destino cree, pero no puede reconocer;

si una persona en el destino cree, pero no puede someterse

ni aceptar la soberanía del Creador sobre el destino del hombre,

su vida será trágica, vivirá la vida en vano,

su vida estará vacía, no se someterá a Su dominio,

no será un ser creado, una criatura de verdad,

y no gozará de Su aprobación, nunca la disfrutará.

Quien conoce la soberanía de Dios debe estar activo.

Quien ve la soberanía de Dios no debe estar pasivo.

Todo tiene su destino, entiende lo que significa:

La vida del hombre está bajo Su soberanía.

II

Cuando uno recuerda las fases de su viaje,

cuando uno mira el camino por el que pasó,

uno ve que, a cada paso, por la senda lo guiaba Dios.

Ya fuera el camino llano o fuera escabroso,

Dios lo planeaba meticulosamente.

Uno ha sido guiado hasta hoy sin saberlo.

Qué gran fortuna es recibir Su salvación,

aceptar la soberanía del Creador.

Quien conoce la soberanía de Dios debe estar activo.

Quien ve la soberanía de Dios no debe estar pasivo.

Todo tiene su destino, entiende lo que significa:

La vida del hombre está bajo Su soberanía.

III

El que percibe la soberanía de Dios,

desea con más empeño someterse a todo lo que Dios planeó,

obedecer todos Sus arreglos.

El que percibe la soberanía de Dios,

tiene determinación y confianza para dejar de rebelarse contra Dios,

aceptar lo que Él dispone.

Quien conoce la soberanía de Dios debe estar activo.

Quien ve la soberanía de Dios no debe estar pasivo.

Todo tiene su destino, entiende lo que significa:

La vida del hombre está bajo Su soberanía.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

Escuchar más: Música de adoración a Dios

Película evangélica «El misterio de la piedad: la continuación» Escena 4 – ¿Por qué se encarna Dios dos veces para salvar a la humanidad?

Hermanos y hermanas, todos sabemos que en el final de la era de la ley, las personas no pudieron cumplir la ley, se enfrentaron el peligro de ser ejecutadas por la ley. Dios no soportaba que todas las personas que creó murieran, se hizo carne, y fue crucificado en la cruz para perdonar nuestros pecados. Sin embargo, es innegable que la naturaleza del crimen todavía está en el corazón de los hombres. Todavía a menudo cometemos pecados involuntariamente, incluso oponiendo a Dios y traicionando a Dios. ¿Tales personas pueden entrar en el reino de los cielos? Dios dice: «…seréis pues santos, porque yo soy santo» (Levítico 11:45). La Biblia dice: «… y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor» (Hebreos 12:14). Dios es santo. Sin la santidad nadie puede entrar en el reino de Dios. Entonces, ¿cómo podemos librarnos de la naturaleza del crimen y lograr la santidad? ¿Cómo vendrá el Señor para llevar a cabo la obra de la purificación y la salvación? La película “El misterio de la piedad: la continuación” (IV) – ¿Por qué se encarna Dios dos veces para salvar a la humanidad? Revelará la respuesta para usted.

En la Era de la Gracia, Dios encarnado fue crucificado, tomando Él mismo los pecados del hombre y completando la obra de redención de la humanidad. En los últimos días, Dios ha vuelto a encarnarse para manifestar la verdad y para purificar y salvar al hombre por completo. Entonces, ¿por qué necesita encarnarse Dios dos veces para realizar la obra de salvación del hombre? Dios Todopoderoso dice: «La primera encarnación fue para redimir al hombre del pecado por medio de la carne de Jesús, esto es, Él salvó al hombre desde la cruz, pero el carácter satánico corrupto permaneció en el ser humano. La segunda encarnación ya no es para que sirva de ofrenda por el pecado, sino para salvar por completo a los que fueron redimidos del pecado. Esto se hace de tal forma que los perdonados puedan ser librados de sus pecados, ser purificados completamente, y alcanzar un cambio de carácter, liberándose así de la influencia de las tinieblas de Satanás y regresando delante del trono de Dios. Sólo así puede el hombre ser plenamente santificado… La segunda encarnación es suficiente para eliminar los pecados del hombre y purificarlo plenamente. Así pues, la segunda encarnación pondrá fin a toda la obra de Dios en la carne y completará el sentido de la encarnación de Dios» (La Palabra manifestada en carne).