Himno de la Palabra de Dios | Todas las cosas manifiestan la autoridad de Dios
I
La autoridad del Creador produce milagros, que atraen la atención del hombre y lo dejan atónito. Su poder trae dicha; el hombre se deleita, deslumbrado. Grita de admiración, está atónito y vitorea. El hombre se emociona, reverencia y teme. Se produce el respeto y se apega a Dios. Los actos del Creador impactan su corazón, limpian su alma, sacian su espíritu. Cada declaración de Dios, cada uno de Sus pensamientos, cada revelación de Su autoridad es una obra maestra. Del ejercicio de Su autoridad, nacen hechos asombrosos. Del ejercicio de Su autoridad, nacen hechos asombrosos.
II
En los mares y los cielos existen criaturas de todas formas. Por orden del Creador, ellas viven como especies. Sin atreverse e incapaces de rebasar los límites de Dios, vivieron y se multiplicaron por orden del Creador. Se atienen estrictamente a las leyes de Dios, obedecen conscientemente Sus silenciosas órdenes hasta el día de hoy. Cada declaración de Dios, cada uno de Sus pensamientos, cada revelación de Su autoridad es una obra maestra. Del ejercicio de Su autoridad, nacen hechos asombrosos. Del ejercicio de Su autoridad, nacen hechos asombrosos.
III
Digna del entendimiento humano, esta es una gran tarea. Su autoridad sin igual se muestra en Su poder de crear y ordenar todo lo que llega a ser; de mantener la soberanía sobre todas las creaciones, y otorgar la vida sobre todas las cosas. Se manifiesta en Su habilidad de hacer que las cosas aparezcan en el mundo de una vez para siempre; que existan con formas, vidas y funciones perfectas. No limitados por el tiempo, espacio o geografía, los pensamientos del Creador, son ilimitados. Cada declaración de Dios, cada uno de Sus pensamientos, cada revelación de Su autoridad es una obra maestra. Del ejercicio de Su autoridad, nacen hechos asombrosos. Del ejercicio de Su autoridad, nacen hechos asombrosos.
De “La Palabra manifestada en carne”
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