Las declaraciones de Dios al universo entero: La novena declaración

Dado que tú eres uno del pueblo de Mi familia, y puesto que eres fiel en Mi reino, todo lo que haces debe cumplir con los estándares que requiero. Yo no te pido que seas nada más que unas nubes a la deriva, sino que seas como nieve resplandeciente, y poseído por su esencia y más aún, por su valor.

Palabra de Dios | Las declaraciones de Dios al universo entero: La novena declaración

Dado que tú eres uno del pueblo de Mi familia, y puesto que eres fiel en Mi reino, todo lo que haces debe cumplir con los estándares que requiero. Yo no te pido que seas nada más que unas nubes a la deriva, sino que seas como nieve resplandeciente, y poseído por su esencia y más aún, por su valor. Porque vine de la tierra santa, no como el loto, que sólo tiene un nombre y nada de esencia, ya que proviene de la ciénaga y no de la tierra santa. El tiempo de que un nuevo cielo descienda sobre la tierra y de que una nueva tierra se extienda sobre los cielos, es también el tiempo mismo en que Yo formalmente obro entre los hombres. ¿Quién entre los hombres me conoce? ¿Quién ha contemplado el momento de Mi llegada? ¿Quién ha visto que Yo no sólo tengo un nombre, sino que, además, también poseo esencia? Yo barro las nubes blancas con Mi mano y observo de cerca los cielos; en el espacio, nada está ordenado de no ser por Mi mano, y bajo el espacio, no hay hombre que no contribuya con su propio pequeño esfuerzo al logro de Mi poderosa empresa. No hago onerosas exigencias a la gente de la tierra, porque siempre he sido el Dios práctico, y porque soy el Todopoderoso que creó al hombre y conoce bien al hombre. Todas las personas están ante los ojos del Todopoderoso. ¿Cómo podrían, incluso aquellos en los rincones más remotos de la tierra, evitar el escrutinio de Mi Espíritu? Aunque el hombre conoce Mi Espíritu, él también ofende Mi Espíritu. Mis palabras ponen al descubierto la fea cara de todas las personas, y ponen al descubierto los pensamientos más íntimos de todas las personas, y causan que todos en la tierra sean aclarados con Mi luz y caigan bajo Mi escrutinio. Pero, aunque el hombre caiga, su corazón no se atreve a alejarse de Mí. Entre las criaturas, ¿quién no llega a amarme a causa de Mis hechos? ¿Quién no me anhela, como resultado de Mis palabras? ¿En quién no nace un sentimiento de devoción debido a Mi amor? Es sólo por causa de la corrupción de Satanás que el hombre es incapaz de alcanzar el reino tal y como Yo lo he solicitado. Incluso los estándares más bajos que Yo requiero le producen dudas, por no hablar de la actualidad, la era en la que Satanás corre desbocado y es locamente despótico, o el tiempo en el que el hombre ha sido tan pisoteado por Satanás que todo su cuerpo está apelmazado con inmundicia. ¿Cuándo el fracaso del hombre en atender Mi corazón como resultado de su depravación, no me ha causado dolor? ¿Podría ser que Yo sienta lástima por Satanás? ¿Podría ser que Yo esté equivocado acerca de Mi amor? Cuando el hombre me desobedece, Mi corazón llora en secreto; cuando el hombre se opone a Mí, Yo lo castigo; cuando el hombre es salvado por Mí y resucitado de entre los muertos, Yo lo alimento con el mayor cuidado; cuando el hombre me obedece, Mi corazón descansa cómodo e inmediatamente percibo grandes cambios en todas las cosas en el cielo y en la tierra; cuando el hombre me alaba, ¿cómo no disfrutarlo? Cuando el hombre da testimonio de Mí y es adquirido por Mí, ¿cómo no podría Yo ser glorificado? ¿Podría ser que todo lo que el hombre hace no sea gobernado y provisto por Mí? Cuando no proporciono instrucciones, las personas se vuelven ociosas e inactivas y, a Mis espaldas, se involucran en esos “loables” negocios sucios. ¿Crees que la carne, con la que me visto, no sabe nada de tus acciones, tu comportamiento y tus palabras? Muchos años he soportado el viento y la lluvia, así que Yo también he experimentado la amargura del mundo humano, sin embargo, después de una más detallada reflexión, ninguna cantidad de sufrimiento puede hacer que el hombre de carne pierda esperanza en Mí, mucho menos puede cualquier dulzura hacer que el hombre de carne se enfríe, se desanime, o se vuelva despectivo hacia Mí. ¿Acaso está el amor del hombre por Mí realmente limitado a la ausencia de dolor o a la ausencia de dulzura?

Hoy, habito en la carne y oficialmente he comenzado a llevar a cabo la obra que tengo que completar; sin embargo, aunque el hombre teme la voz de Mi Espíritu, él desobedece la esencia de Mi Espíritu. No necesito elaborar sobre lo difícil que es para el hombre reconocer en Mis palabras el Yo que habita en la carne. Como ya he dicho antes, no soy exigente en Mis peticiones, y no es necesario que vosotros lleguéis a lograr un pleno conocimiento de Mí (ya que el hombre adolece; esto es una condición inherente, y ninguna condición adquirida podrá compensar este hecho). Sólo necesitáis saber todo lo que sea hecho y dicho por Mí en forma carnal. Ya que Mis peticiones no son exigentes, abrigo la esperanza de que vosotros podáis llegar a conocerlas, y de que vosotros podáis alcanzarlas. Debéis liberaros de vuestras impurezas en este mundo inmundo, debéis esforzaros por avanzar en esta retrógrada familia de emperadores, y no debéis hacer excepciones con vosotros mismos. No debes ser indulgente contigo mismo en lo más mínimo: tú necesitas dedicar mucho tiempo y esfuerzo para poder conocer en un solo día aquello que pronuncio, y el conocimiento de incluso una sola frase dicha por Mí, vale toda una vida de experiencias. Las palabras que digo no son vagas ni abstractas, no son palabras vacías. Muchas personas esperan obtener Mis palabras, pero no les presto ninguna atención; muchas personas anhelan Mi grosura, pero Yo no les doy ni un poco; muchas personas desean ver Mi rostro, sin embargo, siempre lo he ocultado; muchas personas escuchan atentamente Mi voz, pero Yo cierro Mis ojos e inclino Mi cabeza hacia atrás, indiferente a su anhelo; muchas personas temen al sonido de Mi voz, pero Mis palabras están siempre a la ofensiva; muchas personas tienen miedo de ver Mi rostro, pero Yo me aparezco deliberadamente para derribarlos. El hombre nunca ha visto Mi rostro verdaderamente y nunca ha escuchado realmente Mi voz, porque él no me conoce verdaderamente. A pesar de que lo derribo, a pesar de que me abandona, a pesar de que es castigado por Mi mano, él todavía no sabe si todo lo que hace está en verdad en conformidad con Mi corazón, y continúa ignorando a quién es revelado Mi corazón. Desde la creación del mundo hasta el día de hoy, nadie me ha conocido verdaderamente, o me ha visto verdaderamente, y aunque me he hecho carne hoy, vosotros aún no me conocéis. ¿No es esto un hecho? ¿Has contemplado siquiera alguna vez un poco de Mis acciones y de Mi carácter en la carne?

En el cielo es donde me reclino, y debajo de los cielos es donde encuentro descanso. Tengo un lugar donde habitar, y tengo un tiempo para desplegar Mis poderes. Si no estuviera en la tierra, si no me ocultara dentro de la carne, y si Yo no fuese humilde y estuviese escondido, ¿no habrían sido el cielo y la tierra cambiados hace mucho tiempo? ¿Hubieseis vosotros, la gente de Mi pueblo, sido utilizados por Mí? Sin embargo, hay sabiduría en Mis acciones, y aunque estoy plenamente consciente del engaño del hombre, Yo no sigo su ejemplo, sino que, al contrario, le hago un intercambio. Mi sabiduría en el reino espiritual es inagotable, mientras que Mi sabiduría en la carne es eterna. ¿No es este el tiempo propicio en el que Mis obras se aclaren? He absuelto y perdonado al hombre muchas veces, justo hasta el día de hoy, en la Era del Reino. ¿En verdad podría retrasar aún más Mi tiempo? Aunque he sido algo más misericordioso hacia el hombre frágil, una vez que se haya completado Mi obra, ¿podría seguir creándome problemas al hacer viejas obras? ¿Podría permitir a sabiendas que Satanás incrimine? No necesito que el hombre haga nada más que aceptar la realidad de Mi palabra y el significado original de Mi palabra. Aunque Mi palabra es simple, en esencia es compleja, ya que vosotros sois demasiado pequeños, y os habéis vuelto demasiado insensibles. Cuando revelo Mis misterios directamente y hago transparente Mi voluntad en la carne, vosotros no hacéis caso; sólo escucháis el sonido, pero no comprendéis el significado. Me invade la tristeza. Aunque estoy en la carne, Yo no soy capaz de llevar a cabo la obra del ministerio de la carne.

¿Quién ha llegado a reconocer Mis obras en la carne entre Mis palabras y acciones? Cuando revelo Mis misterios por escrito, o los digo en voz alta, la gente se queda sin habla, cierran los ojos en silencio. ¿Por qué lo que digo es incomprensible para el hombre? ¿Por qué Mis palabras son insondables para él? ¿Por qué está ciego ante Mis hechos? ¿Quién es capaz de verme y nunca olvidar? ¿Quién es capaz de oír Mi voz y no permitir que la pase por alto? ¿Quién es capaz de sentir Mi voluntad y complacer a Mi corazón? Yo vivo y me muevo entre la gente, he llegado para experimentar sus vidas, y aunque he sentido que todo estaba bien después que las creé para el hombre, no me produce alegría alguna la vida entre los hombres y no me siento alegre por la felicidad entre los hombres. No detesto ni rechazo al hombre, pero tampoco soy sentimental hacia él, porque él no me conoce, le resulta difícil ver Mi rostro en las tinieblas, y tiene dificultad para oír Mi voz, y es incapaz de discernir Mis palabras, en medio del clamor. Por lo tanto, superficialmente, todo lo que vosotros hacéis es en obediencia a Mí, pero en vuestros corazones, todavía me desobedecéis. Puede decirse que toda la vieja naturaleza de la humanidad es de esta manera. ¿Quién es la excepción? ¿Quién no es objeto de Mi castigo? ¿Pero quién no vive bajo Mi tolerancia? Si el hombre fuese destruido por Mi ira, ¿cuál sería el significado de Mi creación de los cielos y la tierra? Una vez advertí a muchas personas, y exhorté a muchas personas, y abiertamente juzgué a muchas personas. ¿No es esto mucho mejor que destruir directamente al hombre? Mi objetivo no es dar muerte al hombre, sino hacer que él conozca todas Mis obras en medio de Mi juicio. Cuando vosotros ascendáis desde el pozo sin fondo, lo que es decir, cuando vosotros os libréis de Mi juicio, todas vuestras consideraciones y planes personales desaparecerán, y toda la gente aspirará a satisfacerme. Y con esto, ¿acaso no lograría Mi objetivo?

                                                                                                                              1 de marzo de 1992

                                                                                          De “La Palabra manifestada en carne”

Fuente:Iglesia de Dios Todopoderoso

Música cristiana | «El tiempo perdido no regresará nunca» las exhortaciones de Dios para el hombre

¡Despertad, hermanos! ¡Despertad, hermanas!

El día de Dios no tarda.

El tiempo es vida, aprovecha el día.

¡La hora está cerca!

Si haces exámenes pero no apruebas,

puedes probar de nuevo y estudiar más.

Música cristiana | «El tiempo perdido no regresará nunca» las exhortaciones de Dios para el hombre

I

¡Despertad, hermanos! ¡Despertad, hermanas!

El día de Dios no tarda.

El tiempo es vida, aprovecha el día.

¡La hora está cerca!

Si haces exámenes pero no apruebas,

puedes probar de nuevo y estudiar más.

Pero debes saber que el día de Dios no tardará.

¡Cree en Dios, tu Salvador! ¡Él es el Todopoderoso!

¡Mantente alerta! El tiempo perdido no regresará.

No hay cura para el arrepentimiento.

¿Cómo te dirá esto Dios?

¿No es Su palabra digna de que la consideres y de tu reflexión?

II

Recuerda, Dios te insta a seguir, con estas buenas palabras.

Ves el fin con tus ojos, el desastre se acerca.

¿Acaso es importante tu vida o lo que comes y cómo vistes?

Ha llegado la hora de que reflexiones sobre esto.

¡Cree en Dios, tu Salvador! ¡Él es el Todopoderoso!

¡Mantente alerta! El tiempo perdido no regresará.

No hay cura para el arrepentimiento.

¿Cómo te dirá esto Dios?

¿No es Su palabra digna de que la consideres y de tu reflexión?

III

¡Qué patética, pobre, ciega y cruel es la humanidad!

Se aleja de la palabra de Dios,

¿acaso Él te habla en vano?

¿Por qué aún no le haces caso?

¿Nunca antes has pensado?

¿Para quién crees que Dios dice todo esto?

¡Cree en Dios, tu Salvador! ¡Él es el Todopoderoso!

¡Mantente alerta! El tiempo perdido no regresará.

No hay cura para el arrepentimiento.

¿Cómo te dirá esto Dios?

¿No es Su palabra digna de que la consideres y de tu reflexión,

y de tu reflexión?

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

Recomendación:vídeo de música cristiana

Fuente:Relámpago Oriental

¿Qué es el verdadero arrepentimiento?

El Señor Jesús dijo: “[…] Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). Por la palabra del Señor sabemos que para entrar en el reino de Dios, debemos confesarnos y arrepentirnos ante Él. Pero, ¿qué es el verdadero arrepentimiento? El siguiente artículo nos lo explicará y nos ayudará a encontrar la forma correcta de practicarlo.

El Señor Jesús dijo: “[…] Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). Por la palabra del Señor sabemos que para entrar en el reino de Dios, debemos confesarnos y arrepentirnos ante Él. Pero, ¿qué es el verdadero arrepentimiento? El siguiente artículo nos lo explicará y nos ayudará a encontrar la forma correcta de practicarlo.

¿Qué es el verdadero arrepentimiento?

Wang Wei y tres compañeros de trabajo, Xiaoliu, Ma Tao, y Hu Zhi, se sentaron a estudiar la Biblia
Entonces Wang Wei les dijo con una sonrisa: —Mis compañeros de trabajo, el Señor Jesús dijo:“[…] Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). “y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio (Marcos 1:15). El Señor nos dijo que para entrar en el reino de Dios, debemos confesarnos y arrepentirnos ante Él. Por lo tanto, debemos saber claramente qué es el verdadero arrepentimiento. Es muy importante para nosotros.
Al escuchar esto, Hu Zhi dijo, como quien repite lo obvio: —Creo que, cuando nos presentamos ante Dios con sinceridad, oramos y admitimos nuestros pecados con amargas lágrimas, es arrepentimiento. Mientras hagamos estas cosas con frecuencia, seremos perdonados de nuestros pecados. Cuando el Señor regrese, seremos llevados al reino celestial.
Xiao Liu frunció el ceño y replicó: —Durante estos años, oramos todos los días a Dios admitiendo nuestros pecados y las cosas que hacemos que lo ofenden. Sin embargo, de hecho, seguimos cometiendo los mismos pecados a la primera ocasión. ¿Cuenta como verdadero arrepentimiento si vivimos en el ciclo repetido de pecar y reconocer nuestros pecados?
Ma Tao vaciló por un momento y dijo: —Con respecto a esta pregunta, una vez la discutí con varios hermanos y hermanas en reuniones de compañeros de trabajo en otro lugar. Creo que aunque a menudo le rezamos al Señor y confesamos nuestros pecados con lágrimas amargas, eso simplemente representa nuestro deseo de confesarnos y arrepentirnos ante el Señor, pero no es un verdadero arrepentimiento. Si realmente nos arrepentimos o no, depende de cómo nos comportemos después. Por ejemplo, un ladrón fue atrapado cuando estaba robando. Aunque admitió su culpa y prometió que nunca volvería a robar, todavía no mostró verdadero arrepentimiento. Necesitamos ver cómo seguirá actuando realmente, si lo volverá a hacer. De la misma manera, aunque siempre confesemos con palabras, si no ponemos en práctica la palabra del Señor y seguimos Su camino, continuamos en el círculo vicioso de cometer y confesar pecados. Esto no es verdadero arrepentimiento. No hemos cumplido con los requisitos del Señor para el arrepentimiento.
Wang Wei escuchó atentamente a Ma Tao. Después de oír lo que Ma Tao había dicho pensó por un momento y dijo: —Al escuchar al hermano Ma, no puedo dejar de pensar en la Era de la Ley; David planeó matar a Urías, lo hizo y tomó a su esposa Betsabé por la fuerza, cometiendo un acto de adulterio. Entonces Jehová Dios envió al profeta Natán para transmitirle Sus palabras a David, y hacerle saber su crimen y el castigo que le sobrevendría. A partir de ese momento, la espada nunca se alejó de su casa. David sabía que había violado los mandamientos dictados por Jehová Dios y ofendido Su carácter. Al darse cuenta de esto, lamentó sus acciones y oró a Dios, arrepintiéndose y confesando con toda sinceridad. En sus últimos años, se volvió muy friolento. Entonces, el pueblo de Israel trajo a una chica virgen a su cama para que se uniera a él bajo las sábanas y lo mantuviera caliente. Pero él no se acercó a ella. David no solo admitió su crimen realmente, sino que también tuvo comportamientos reales. Tal testimonio debe ser convincente para las personas.
Ma Tao inclinó la cabeza y dijo: —Eso es cierto. El testimonio de la gente de Nínive verdaderamente arrepentida ante Dios también fue registrado en las Escrituras. Cuando el rey de Nínive oyó las palabras de Dios transmitidas por el profeta Jonás: “[…] Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada.”, él creyó y obedeció a Dios. Luego dejó a un lado su condición real, se quitó sus vestiduras reales, se cubrió con cilicio y se sentó en cenizas para confesar y arrepentirse ante Dios con su pueblo. Como dicen los registros de la Biblia: “Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por decreto del rey y de sus grandes, diciendo: Ni hombre ni bestia, ni buey ni oveja prueben cosa alguna; no pasten ni beban agua, sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios con fuerza, y vuélvase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos. ¡Quién sabe! Quizá Dios se vuelva, se arrepienta y aparte el ardor de su ira, y no perezcamos” (Jonás 3: 6-9).
En ese momento, Wang Wei dijo emocionado: —Respecto al arrepentimiento de la gente de Nínive, hace algún tiempo, leí un pasaje acerca de eso en un libro. Permítanme leerlo.
Otros dijeron: —¡Está bien!
Wang Wei sacó una libreta de su bolsa, la abrió y leyó: “Después de escuchar la declaración de Dios, el rey de Nínive y sus súbditos llevaron a cabo una serie de actos. ¿Cuál es la naturaleza de su conducta y sus acciones? En otras palabras, ¿cuál es la esencia de la totalidad de su conducta? ¿Por qué hicieron lo que hicieron? En los ojos de Dios se habían arrepentido sinceramente, no sólo porque habían rogado a Dios fervientemente y confesado sus pecados delante de Él, sino también porque habían abandonado su conducta malvada. Actuaron de esta forma porque después de oír las palabras de Dios, se asustaron increíblemente y creyeron que Él haría lo que dijo. Ayunando, vistiendo de cilicio y sentándose sobre cenizas, deseaban expresar su disposición a reformarse de sus caminos y refrenar su maldad, a orar para que Jehová Dios contuviese Su enojo, a rogar a Jehová Dios para que se retractase de Su decisión, así como de la catástrofe que estaba a punto de caer sobre ellos. Por medio del examen de todo su comportamiento se puede ver que ya entendieron que sus actos malvados anteriores eran detestables para Jehová Dios y que entendieron la razón por la que Él los destruiría pronto. Por estas razones, todos deseaban arrepentirse completamente, volverse de sus caminos malvados y abandonar la violencia en sus manos. En otras palabras, una vez conocieron la declaración de Jehová Dios, todos y cada uno de ellos sintió miedo en su corazón; ya no continuaron más con su conducta malvada ni cometiendo esos actos aborrecidos por Jehová Dios. Adicionalmente, rogaron a Jehová Dios que perdonase sus pecados pasados y que no los tratase de acuerdo a sus acciones pasadas. Estaban dispuestos a no involucrarse más en la maldad y actuar según las instrucciones de Jehová Dios, para nunca más enfurecer a Jehová Dios. Su arrepentimiento fue sincero y profundo. Vino de las profundidades de sus corazones y no fue fingido, ni tampoco temporal”.

Wang Wei compartió su idea: —Podemos ver en este pasaje que la principal manifestación del verdadero arrepentimiento es que el hombre admita sus pecados y malas acciones se odie a sí mismo por ellos, confesándolos y arrepintiéndose sinceramente a Dios. Además, deben abandonar los actos malvados y actuar de acuerdo con la palabra de Dios a fin de no cometer el mismo pecado oponiéndose a Dios. En el pasado, aunque nos presentamos ante Dios para confesarnos y arrepentirnos, nuestro arrepentimiento simplemente se quedó en palabras, y no nos despreciamos en nuestros corazones. Muchas veces pasamos por la formalidad de pedir el perdón del Señor, y en la primera ocasión pecamos y desobedecemos a Dios otra vez. Esto simplemente no es verdadero arrepentimiento. Dios inspecciona los corazones de las personas. Solo cuando nos arrepintamos verdaderamente podremos obtener la misericordia de Dios y Su favor.
Xiao Liu dijo sinceramente: —El pasaje que lees es muy práctico. Nos dice qué es el verdadero arrepentimiento, lo que puede beneficiarnos mucho. La gente de Nínive pudo arrepentirse verdaderamente ante Dios, abandonar los actos malvados, y nunca cometer delitos o resistirse a Él. Nosotros, en comparación, hacemos los gestos de arrepentimiento, pero nuestros corazones nunca se conmueven. Dios es santo y justo: ¿Cómo podría permitirnos que lo tratemos superficialmente y lo dejemos de lado?
Ma Tao asintió con la cabeza y dijo: —Gracias por la orientación de Dios. Cuanto más compartamos a esta cuestión, más clara la tendremos. En nuestras oraciones anteriores, todos los días confiábamos al Señor las cosas que hacíamos que no estaban en línea con Su voluntad, pero no mostrábamos signos de verdadero arrepentimiento, e incluso pensábamos que seríamos salvos por gracia. Si seguimos así, confesando pecados y cometiéndolos nuevamente, ¿podemos ser arrebatados al reino de los cielos cuando el Señor regrese? El Señor Jesús dijo: “[…] En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre” (Juan 8: 34-35). Y dice en la Biblia: “Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). Dios es santo y justo: el que peca no puede entrar en el reino de los cielos. Solo aquellos que desechan su naturaleza pecaminosa y obedecen absolutamente a Dios y son fieles a Él pueden ser dignos de entrar en el reino de los cielos. Dios no tomará a las personas que tienen naturaleza pecaminosa y pertenecen a Satanás en Su reino.
Wang Wei continuó diciendo: —Hace un tiempo estuve compartiendo con un hermano. Cuando hablamos de las condiciones para entrar en el reino de los Cielos, de acuerdo con las profecías del Señor Jesús, “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48) y “Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio;” (Juan 16: 8), dijo que aunque hayamos aceptado la salvación del Señor Jesús y nuestros pecados hayan sido perdonados, nuestra naturaleza pecaminosa todavía yace profundamente dentro de nosotros. Para entrar en el reino de Dios, debemos aceptar el juicio que el Señor Jesús hará a Su regreso en los últimos días, para que conozcamos nuestra naturaleza pecaminosa y podamos odiarnos a nosotros mismos por ella. Y entonces podremos abandonar nuestra carne para practicar la palabra de Dios, en obediencia y adoración. Solo de esta manera se puede resolver nuestro carácter corrupto y podemos ser purificados y salvados por Dios. Creo que lo que compartió conmigo tiene mucho sentido, así que quiero invitarlo a que se una a nosotros, ¿están de acuerdo?
Ma Tao y Xiaoliu dijeron juntos: —¡Genial!

Recomendación: Predicas Cristianas

(Traducido del original en inglés al español por Carlos Nogués)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Devocional Biblico: la mujer inteligente samaritana

Creo que mucha gente debe estar familiarizada con la historia acerca de la mujer de Samaria: cuando sacaba agua, la mujer samaritana se encontró con Jesucristo que le pidió agua. Luego reconoció que Él era el Mesías que vendría en la profecía durante su diálogo.

Creo que mucha gente debe estar familiarizada con la historia acerca de la mujer de Samaria: cuando sacaba agua, la mujer samaritana se encontró con Jesucristo que le pidió agua. Luego reconoció que Él era el Mesías que vendría en la profecía durante su diálogo.

Como mujer común, ella no tenía mucho conocimiento de las Escrituras ni había estado en contacto con personas de alto nivel en el mundo religioso, pero podía reconocer la voz de Dios. No podemos dejar de maravillarnos de esto. ¿Fue la gracia especial de Jesucristo? ¿O tenía ella un cierto secreto detrás? Durante los tres años y medio cuando Jesucristo hizo Su obra en la tierra, mucha gente mantuvo Su compañía por un corto tiempo. Al mismo tiempo, también trató a muchas personas con gracia. Pero, ¿cuántos realmente podrían reconocer que Jesucristo era el Mesías? ¿Y cómo la mujer de Samaria identificó al Señor Jesús?

Está registrado en la Biblia de esta manera: “Jesús le dice: Ve, llama á tu marido, y ven acá. Respondió la mujer, y dijo: No tengo marido. Dícele Jesús: Bien has dicho, No tengo marido; Porque cinco maridos has tenido: y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. Dícele la mujer: Señor, paréceme que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalem es el lugar donde es necesario adorar. Dícele Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalem adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos: porque la salud viene de los Judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Dícele la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo: cuando él viniere nos declarará todas las cosas. Dícele Jesús: Yo soy, que hablo contigo. … Entonces la mujer dejó su cántaro, y fué á la ciudad, y dijo á aquellos hombres: Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿si quizás es éste el Cristo?” (Juan 4:16-26, 28-29).

Después de que Jesucristo le dijo a la mujer de Samaria sobre el hecho de que había tenido cinco maridos, se sorprendió, porque nadie sabía lo que había hecho en la oscuridad. Por esta razón, ella creía que Él no era un hombre común y lo consideraba un profeta. Después de eso, ella habló acerca de la confusión en su corazón: ¿Dónde debería el hombre adorar a Dios, en la montaña o en Jerusalén? ¿Y exactamente cómo debe el hombre adorar a Dios? Jesucristo le hizo saber que el hombre no debía adorar a Dios ni en esta montaña, ni en Jerusalén, y claramente le dijo, “cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que adoren”. Al escuchar estas palabras, la mujer samaritana reconoció que Jesucristo era el Mesías que vendría en la profecía. Esto acaba de cumplir las palabras de Jesucristo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;” (Juan 10:27). Solo las ovejas de Dios pueden reconocer la voz de Dios.

Como se puede ver en las palabras de la mujer de Samaria, la razón por la que ella pudo identificar al Señor Jesús no fue simplemente porque ella tomó las profecías como prueba, sino más importante, porque ella era consciente de que las palabras de Dios tienen autoridad y poder . Cuando Jesucristo dijo que había tenido cinco esposos, ella tenía claro que esto no podía ser dicho por ningún hombre, porque solo Dios escudriña los corazones de las personas. Además, Dios también puede suplir las necesidades espirituales del hombre. Cuando la gente de esa época no tenía claro cómo adorar a Dios, Jesucristo resolvió su confusión con solo una palabra y señaló el camino de adorar a Dios por ellos.

Por lo tanto, la mujer samaritana inmediatamente echó su vasija de agua, y se fue a la ciudad para testificar al Señor. Ella era sabia, porque escuchó las palabras del Señor con su corazón y, por lo tanto, lo reconoció. También debemos prestar atención a escuchar las palabras de Dios como la samaritana inteligente. Solo de esta manera podemos dar la bienvenida al regreso del Señor, tal como Jesucristo dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;” (Juan 10:27).

Recomendación: Devocionales Cristianos

Fuente: Caminando con Jesucristo