Sobre si el Señor le Dará Primero Revelaciones a los Pastores y Ancianos al Volver

Sobre si el Señor le Dará Primero Revelaciones a los Pastores y Ancianos al Volver (II)

Temprano la mañana siguiente fui a preguntarle al Hermano Zhang con premura, “Hermano Zhang, pensé toda la noche en lo que me dijiste ayer. Sentí que tu comunicación fue muy razonable. Con respecto al regreso del Señor, Yo debería tener un corazón procurador, pero despojarme de mis propias nociones e imaginación. Así que quiero buscar comunicación contigo sobre cómo recibir el retorno del Señor”.

Sobre si el Señor le Dará Primero Revelaciones a los Pastores y Ancianos al Volver (II)

Temprano la mañana siguiente fui a preguntarle al Hermano Zhang con premura, “Hermano Zhang, pensé toda la noche en lo que me dijiste ayer. Sentí que tu comunicación fue muy razonable. Con respecto al regreso del Señor, Yo debería tener un corazón procurador, pero despojarme de mis propias nociones e imaginación. Así que quiero buscar comunicación contigo sobre cómo recibir el retorno del Señor”.
El hermano Zhang se animó y dijo: “¡Gracias a Dios! Hermano Wang, mientras tengamos un corazón humilde y procurador, el Señor tendrá misericordia de nosotros y nos iluminará. Así como dijo el Señor, ‘Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá’ (Lucas 11:9-10). Siendo honesto contigo, recibí un libro recientemente, algo de su contenido versa sobre cómo tratar el regreso del Señor. Esas palabras me benefician y edifican como si estuviera abriendo una ventana en mi corazón ¿Qué te parece si te leo unos pasajes de él?”

“¡OK! Es bueno tener un libro como ese. Yo también quiero leerlo minuciosamente”. Dije felizmente.
Él rápidamente abrió el libro y leyó, “El gran libro de profecía de Isaías en el Antiguo Testamento nunca mencionó que un niño llamado Jesús fuera a nacer en la era del Nuevo Testamento, sino simplemente que un niño varón nacería con el nombre de Emanuel. ¿Por qué no especificó el nombre de Jesús? En ninguna parte del Antiguo Testamento aparece este nombre, así que ¿por qué sigues entonces creyendo en Jesús? ¿Seguro que no viste a Jesús con tus propios ojos antes de llegar a creer en Él? ¿O empezaste a creer tras recibir una revelación? ¿Te daría realmente Dios esa gracia? ¿Te concedería esa gran bendición? ¿Sobre qué base crees en Jesús? […] ¿Debe decírselo Dios al hombre antes de comenzar Su obra? ¿Debe recibir primero la aprobación del hombre? Isaías sólo proclamó que un niño varón nacería en un pesebre pero nunca profetizó que María daría a luz a Jesús. ¿Por qué crees entonces en Jesús, a quien María dio a luz? ¡Desde luego, lo crees sin ninguna duda ni confusión!, ¿eh?” (“¿Cómo puede el hombre que ha definido a Dios en sus conceptos recibir Sus revelaciones?”).
“La aparición de Dios no se puede reconciliar con las nociones del hombre; mucho menos puede Dios aparecer por orden del hombre. Dios hace Sus propias elecciones y tiene Sus propios planes cuando hace Su obra; más aún, Él tiene Sus propios objetivos y Sus propios métodos. No es necesario que Él discuta con el hombre la obra que Él hace, ni que busque el consejo del hombre, ni mucho menos que les notifique de Su obra a cada una de las personas. Este es el carácter de Dios y, además, todos lo deben reconocer. Si queréis presenciar la aparición de Dios, si queréis seguir las huellas de Dios, entonces debéis primero trascender vuestras propias nociones. No debes demandar que Dios haga esto o aquello; mucho menos debes colocarlo dentro de tus propios confines y limitarlo a tus propias nociones. En cambio, debéis preguntar cómo debéis buscar las huellas de Dios, cómo debéis aceptar la aparición de Dios, y cómo os debéis someter a la nueva obra de Dios; eso es lo que el hombre debe hacer” (“La aparición de Dios ha traído una nueva época”).
Tras escuchar estas palabras, estaba muy impresionado y sentí que las palabras de este libro eran muy prácticas, con autoridad y poder. Pensé: “He leído tantos libros espirituales estos años, pero nunca conseguí a nadie que pudiera decir tales palabras. Vale la pena pensar profundamente en estas palabras. Reflexionando sobre cómo comencé a creer en el Señor: En el principio, después de que mi esposa me testificó que Jesucristo es el Salvador, leí muchos antecedentes de Su trabajo en la Biblia y recibí algunas bendiciones y gracias del Señor personalmente; al final creí honestamente en que Jesucristo es Dios. Para esto no lo vi ni recibí revelación alguna. Sin embargo, el día de hoy, con respecto al regreso del Señor ¿Por qué debo recibir primero la revelación y después recibir al Señor en Su regreso? ¿No soy demasiado necio? Dios es el Creador. No le es necesario dar revelaciones de antemano a ningún hombre, ni tampoco puede Él trabajar de acuerdo con la imaginación y nociones del hombre. Pensé que el Señor les daría revelaciones a los líderes religiosos, pastores y ancianos en Su regreso; ¿No fue esto definir la obra de Dios? Pensé en los Fariseos en la Era de la Ley. Ellos creyeron que el Mesías debía nacer en el palacio imperial y ser llamado Messiah. Pero Dios no realizó Su trabajo de acuerdo con su imaginación y nociones; El Señor nació en la familia de José el carpintero y fue llamado Jesús. Debido a que la obra de Dios no estaba alineado con sus conceptos e imaginaciones, los sacerdotes, escribanos y Fariseos colaboraron el gobierno romano para crucificar a Jesucristo, cometiendo un crimen abominable, volviéndose los principales culpables de resistirse a Dios y siendo malditos por Él. Si yo definiera el regreso del Señor de acuerdo con mi imaginación y nociones, y esperara ciegamente a que el Señor me diera revelaciones ¿No estaría repitiendo la tragedia de los Fariseos? Por tanto, aún cuando he seguido al Señor por muchos años y sufrido mucho ¿No sigo siendo la persona que se resiste a Dios y le condena? En ese momento, no pude evitar pensar en las palabras del Señor, “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad’” (Mateo 7:21-23). Finalmente entendí el verdadero significado de estas palabras.
Entonces el Hermano Zhang prosiguió: “Como criaturas, no le deberíamos pedir a Dios revelaciones, sino obedecer Su trabajo, este es el sentido que deberíamos poseer. En lo que respecta al regreso del Señor, los sabios buscan e investigan activamente; en su lugar, aquellos que ciegamente esperan las revelaciones de Dios van a arruinar su oportunidad de ser captados por el Señor y perderán su salvación en los últimos días. Si seguimos enfocados en esperar por revelaciones ¿No es esto ser demasiado necio? En estos días, la lectura de este libro me dejó un sentimiento profundo, y ese es, Dios es justo. Ante Dios, todos los hombres somos iguales. Él no discrimina en base a estatus y antigüedad. Siempre que uno ansíe y busque la verdad, Dios le iluminará. En el pasado nosotros hemos escuchado a pastores y ancianos decir que el Señor les dará a ellos primero revelaciones, y que si ellos no han recibido revelaciones, esto prueba que el Señor no ha vuelto. Ahora finalmente entiendo que estas son falacias. Dios ilumina al hombre a través de su búsqueda e investigación, permitiendo al hombre oír Su voz y entender Sus palabras, para que este hombre vuelva a Él. Sin embargo, estos pastores y ancianos piensan que ellos han hecho suficiente trabajo de mérito y están familiarizados suficientemente con la Biblia para estar calificados para conseguir la iluminación de Dios ¿No es esto demasiado arrogante y vanidoso? Jesucristo dijo: ‘Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille será ensalzado’ (Lucas 14:11). Dios se complace de aquel que le busca con un corazón humilde. Tales personas pueden recibir Su iluminación y liderazgo mientras lo busquen. Así como Pedro, cuando él escuchó sobre el predicar y la obra de Jesucristo, lo buscó con un corazón humilde y ansioso, y eventualmente siguió a Jesucristo y consiguió Su salvación. Con respecto a recibir al Señor en Su regreso, Jesucristo una vez nos dijo que fuéramos vírgenes sabios. Él dijo: ‘Pero a medianoche se oyó un clamor: “¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo”’ (Mateo 25:6). Lo que significa, que cuando escuchemos a alguien que haya atestiguado que el Señor regresó, deberíamos buscarle e investigar activamente. Sólo de esta forma podremos recibir al Señor en Su regreso. Esto cumple con las palabras de Apocalipsis 3:20: “‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo’.” ¿Crees eso hermano Whang?”
Las palabras del Hermano Zhang aclararon mi corazón y me hicieron sentir avergonzado. Recordé que estos años mantuve la palabra de los pastores y ancianos, esperando ciegamente las revelaciones del Señor. Estaba claro en que las profecías del regreso del Señor se habían realizado que la iglesia estaba desolada, y sin la obra del Espíritu Santo; Yo no tenía un corazón humilde para buscar la obra del Espíritu Santo, en su lugar mantuve mis propias nociones y me quedé en mi título esperando las revelaciones del Señor ¿No me hace esto un virgen necio? Pensando en esto, le dije al Hermano Zhang: “Gracias al Señor por Su misericordia. Ahora he entendido que mi visión al esperar el regreso del Señor era errónea. Hermano Zhang, lo que me has enseñado encaja con la verdad. De ahora en adelante, no seguiré deseando esperar las revelaciones del Señor de acuerdo con mis propias nociones, en su lugar seré un virgen sabio, buscando e investigando activamente las noticias del regreso del Señor”.
El Hermano Zhang dijo felizmente: “¡Alabado sea Dios! Mientras hagamos nuestras nociones a un lado, y tengamos un corazón ansioso y sed de la verdad, con toda seguridad Dios nos va a guiar a recibir Su regreso”.
Respondí con emoción, “¡Gracias a Dios!”

(Traducido del original en inglés al español por WebTeachers)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

Estudio bíblico sobre la segunda venida de Cristo

Hace poco tuve la impresión de que leer la Biblia se hacía cada vez más aburrido y tedioso: no había nada de luz en ella. Aunque seguí orando todos los días, no producía ningún efecto en mí, y nada conmovía mi espíritu; era como si el Señor estuviera ocultándome Su rostro y no me prestara atención. Sin embargo, mientras me estaba planteando dejar de leer la Biblia, me asusté.

11 de abril 2017
Soleado

Hace poco tuve la impresión de que leer la Biblia se hacía cada vez más aburrido y tedioso: no había nada de luz en ella. Aunque seguí orando todos los días, no producía ningún efecto en mí, y nada conmovía mi espíritu; era como si el Señor estuviera ocultándome Su rostro y no me prestara atención. Sin embargo, mientras me estaba planteando dejar de leer la Biblia, me asusté. Durante los últimos diez años, mi deseo más grande había sido arrebatado al reino de los cielos por el Señor, cuando Este regresase. Yo temía que si dejaba de leer la Biblia, mi relación con el Señor se rompería por completo y que cuando Él regresase, me abandonaría.

Con anterioridad había leído los siguientes versículos: Mateo 24:30, 26:64 y Marcos 13:26. Todos ellos anunciaban que el Señor regresaría sobre una nube. Y sobre todo el versículo 1:7 del Apocalipsis: “He aqui, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El; sí. Amén”. Estaba seguro de que el Señor descendería sobre una nube cuando regresase, y que toda la humanidad lo vería. Por ello, a menudo rezaba para que así fuera, y le pedía al Señor que no me abandonase cuando viniese sobre una nube a recoger a los que creían en Él. Hace unos días, leí a Mateo 25:6: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’”. Este versículo refleja claramente que el Señor llegará a medianoche. Esto me causó algo de preocupación: puede que estemos todos dormidos a esa hora, de modo que, ¿cómo sabremos que va a venir el Señor sobre las nubes? Le pregunté a una hermana vecina: “¿Cómo podemos establecer una vigilancia para que el Señor no nos abandone?” “La única forma es orando” me contestó. Sus palabras me decepcionaron un poco. Le dije: “Sólo quiero saber si hay otras maneras aparte de orar”. Ella me guiñó un ojo y no dijo nada más.

El otro día, así de repente, vi a 2 Tesalonicenses 1:7: “y daros alivio a vosotros que sois afligidos, y también a nosotros, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con sus poderosos ángeles en llama de fuego,” Mientras leía el versículo, no pude evitar sentirme confundido: ¿No iba a venir el Señor sobre una nube? ¿Por qué dice este verso que Él será revelado en medio de un fuego flameante? Entonces, ¿cómo es que va a venir el Señor? Esta pregunta me atormentó a lo largo de varios días, y por mucho que lo analizaba, no era capaz de llegar a una conclusión. De modo que andaba algo decaído. No sólo no me aportaba luz alguna la Biblia, sino que me topaba con discrepancias. Leía una y otra vez, pero en vez de entenderlo, me hacía cada vez más lío. Decidí dejarlo de lado y simplemente ignorarlo, pero no lograba quitármelo de la cabeza porque sentía que se trataba de un problema gordo. Lo único que podía hacer era rezarle al Señor desde mi interior: “Oh, Dios, ¿a qué se debe que cuanto más quiero averiguar cómo vendrás, más confundido me siento? ¿Por qué?”

17 de abril 2017
Soleado

Estos días he estado estudiando la Biblia en internet, tratando de averiguar cómo regresará el Señor. Cuando anteriormente había visto un versículo que decía que el Señor regresaría a medianoche, pero según otro versículo se nos revelaría en medio de un fuego flameante, mi idea de que el Señor tendría que venir sobre una nube se hizo añicos. Al leer este otro versículo en las Escrituras, me hice más lío todavía: “Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Marcos 13:32). Si el hombre desconoce el momento exacto del regreso del Señor, entonces, ¿qué podemos hacer para darle la bienvenida? Cuanto más pensaba en ello, más lío me hacía. Incluso llegué a quejarme de quienes habían compilado la Biblia porque no la habían dispuesto y presentado correctamente. Por ello me sentía cada vez más confundido al leerla. Y entonces me acordé de que en una ocasión el hermano Zheng había estado en el extranjero. Tal vez él supiera algo más acerca de este asunto. Después de comer, llamé al hermano Zheng y le pedí que viniera a mi casa. Nada más llegar, le solté todo mi dilema. Él me dijo: “En una ocasión yo tampoco tenía claro cómo iba a venir Jesucristo. Con el tiempo y tras consultarlo con otros hermanos y hermanas que conocían bien la verdad, llegué a saber que hay dos maneras para el regreso del Señor: una llegada secreta y otra pública. Mateo 25:6 dice: ‘Pero a medianoche se oyó un clamor: “¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.”’ Y Marcos 13:32 dice: ‘Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre’. Ambos versículos se refieren a la llegada secreta. Mientras que Lucas 21:27 dice: ‘Y entonces verán al Hijo del Hombre que viene en una nube con poder y gran gloria’. Y el Apocalipsis 1:7 dice: ‘He aqui, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El; sí. Amén’. Estos se refieren a la llegada pública.

Es decir, el Señor descenderá primero de forma secreta y luego descenderá públicamente. Que descenderá en secreto significa que Dios se hará carne como Hijo del Hombre para llevar a cabo la obra de juicio en los últimos días. La Biblia dice: ‘Pero primero es necesario que El padezca mucho […]’ (Lucas 17:25), y que el Hijo del Hombre entrará caminando en las iglesias y caminará en medio de candelabros de oro. Todo esto hace referencia al periodo cuando el Hijo del Hombre juzgue a todos tras Su oculta llegada. El Hijo del Hombre nace de un humano y Su aspecto no se diferenciará en nada del de una persona normal y corriente. Aunque lleve la esencia divina en Su interior, nadie podrá reconocerla. De modo que el periodo de la obra de Dios hecho hombre es la etapa de la obra oculta de Dios. Por ejemplo, antes de que Jesucristo fuese crucificado, Sus discípulos tampoco lo conocían. Fue gracias a la revelación del Padre celestial que Pedro logró reconocer al Señor Jesús como el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Durante ese tiempo que Dios se encarne como el Hijo del Hombre, no podremos reconocerlo ni entender Sus palabras sin la obra del Espíritu Santo, ya que los ojos de los humanos no son capaces de penetrar dentro del reino espiritual. Por ello, el momento del descenso del Hijo del Hombre para venir a obra, se convertirá en una etapa de la llegada de Dios, oculta a la humanidad.

La etapa del descenso oculto de Dios es el periodo en el que Dios expresará Sus palabras y juzgará a los hombres para salvarlos. Tras haber experimentado las palabras y la obra de Dios, los hombres reconocerán la realidad de su propia corrupción, y verán con claridad que su naturaleza satánica es demasiado cabezota y nada fácil de cambiar, y que necesitan practicar y experimentar las palabras de Dios, así como aceptar y obedecer Su juicio, para poco a poco quitarse de encima su naturaleza pecaminosa y recibir la purificación y salvación. Cuando los hombres hayan alcanzado esta etapa, verán de verdad que la palabra de Dios ha dado resultados en ellos y que el plan de gestión de Dios para salvar al hombre se ha llevado a cabo en su totalidad. En ese momento, habrá finalizado la obra oculta de Dios, y todos los hombres obedecerán a Él, dándole las gracias por Su salvación y alabarán a Dios todopoderoso, Su sabiduría y Sus maravillosos hechos. Y después de eso, Dios cambiará Su forma y se mostrará abiertamente a la humanidad para llevar a cabo la obra de recompensar a los buenos y castigar a los malos. Y el final de cada uno de los tipos de hombres será entonces completamente revelado. Dios traerá al reino de los cielos a los vencedores purificados a través del juicio y castigo Suyo, y que dieron testimonio de Dios en juicios y tribulaciones. Al mismo tiempo, Dios enviará enormes catástrofes para castigar y destruir a todos los pertenecientes a la especie de Satanás, quien en una ocasión osó resistirse a Dios. Este tipo de obra de Dios hará realidad la profecía del Apocalipsis: ‘He aqui, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El; […]’” (Apocalipsis 1:7).

Ese día, el hermano Zheng también comunicó otras verdades acerca de la llegada de Dios en los últimos días. Yo no me había imaginado que el hermano Zheng pudiera explicarme de forma tan clara y convincente la manera en la que vendría el Señor y cómo haría Su obra. Nunca antes había oído tanto conocimiento. Le pregunté dónde había leído aquello y cómo podía ser que yo nunca hubiese oído hablar de ello. Él sonrió y contestó: “Antes de irme al extranjero, a menudo busca los mensajes con respecto a la llegada del Señor. Y después, al irme al extranjero, buscaba todos los días en internet. Tú también puedes buscar en internet. ¡Hay muchas películas y vídeos en línea que tratan del regreso del Señor! Se puede encontrar mucho en Facebook”. Me hizo mucha ilusión oír aquello. El hermano Zheng no sólo había aclarado mi confusión, sino que también me había señalado el camino a seguir en la búsqueda de cómo el Señor hará Su obra de purificación y salvación de los hombres a Su regreso. Estaba convencido que había sido la obra de Dios. ¡Gracias al Señor! ¡Aleluya!

(Traducido del original en inglés al español por Eva Trillo)

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.